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En marcha histórica, mujeres negras atropellan a racistas en Brasilia

Lunes 23 de noviembre de 2015

Lidyane Ponciano

CUT 19-11-2015 Adital

El 18 de noviembre de 2015 fue un marco en la historia por la igualdad racial en Brasil. Miles de mujeres negras, quilombolas, indígenas y yalorixás abrieron la primera edición de la Marcha de las Mujeres Negras, en Brasilia, y denunciaron en la capital federal la intolerancia religiosa y el racismo.

Ante el Congreso Nacional, incluso con la provocación de los golpistas que piden la vuelta de la dictadura militar y están acampados en la Explanada de los Ministerios, la marcha no se intimidó y siguió en resistencia. El evento comenzó a las 9h, en el Gimnasio Nilson Nelson, y siguió hasta el Congreso Nacional. Eran turbantes, trenzas y los colores de África, que marcaban la identidad de la manifestación y ayudaban a dar cuerpo al grito por el fin del exterminio de la juventud negra, contra la edad de imputabilidad, por los derechos de las mujeres y por más políticas públicas orientadas hacia las mujeres negras

La marcha también homenajeó importantes personalidades negras, como Dandara, Zumbí dos Palmares, Nelson Mandela, Carolina de Jesús y Lelia Gonzalez. Alrededor de las 13h53, las mujeres ocuparon el Congreso Nacional, a los gritos de "Fuera, Cunha” [en relación al presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha – Partido del Movimiento Democrático Brasilero – PMDB – Río de Janeiro – acusado de corrupción y desvío de dinero público hacia cuentas en Suiza, además de promover la aprobación de pautas conservadoras y contra los derechos humanos en el Congreso].

Dona Aideê Nascimento, 61, candomblecista, del quilombo de Portão, municipio bahiano, está en la lucha contra la discriminación hace varios años, pero llevó a la marcha esperanzas de días mejores. "De a poco, estamos consiguiendo nuestro discurso y enfrentando la intolerancia de todo tipo. Inclusive, en los terreiros y en las comunidades quilombolas, donde todavía no conseguimos vivir con dignidad”, dijo.

La marañense Amanda Costa, 21, viajó 30 horas y relata que fue víctima de racismo en el camino de la marcha. En la carretera, ella salió para almorzar con amigas y, al reclamar por la comida que estaba en mal estado, la dueña del restaurante dijo que todas eran "monas” y que no deberían estar allí.

"Fuimos a reclamar como consumidoras y ella se irritó. Pero vinimos acá a luchar contra esa señora y contra la sociedad racista. Por más que no admitan que son racistas, cuando miran a un niño negro en la calle, se cruzan de vereda. Es racista cuando la policía sólo aborda a hombres negros. Soy habitante de la periferia de São Luís [Estado de Maranhão] y veo que los policías no respetan ni a los estudiantes que llegan de la escuela”, resalta Amanda.

La marcha fue una iniciativa de varias organizaciones, entre ellas la CUT [Central Única de los Trabajadores] y colectivos del Movimiento de Mujeres Negras y del Movimiento Negro, además de contar con el apoyo de importantes intelectuales, artistas y activistas.

Durante el recorrido, las mujeres negras seguían cantando músicas afro y reverenciando sus ancestralidades, en defensa de la ciudadanía. El evento también protestó contra los proyectos de ley que restringen los derechos de las mujeres, sobre todo, de las negras, de autoría del presidente de la Cámara, Eduardo Cunha. "Cunha, dónde está usted, yo vine aquí sólo para te detener”, "ahí, ahí, ahí, ahí, empuja a Cunha que él cae”, era parte del coro de la manifestación.

Para Andreia Roseno, de la Marcha Mundial de Mujeres, la manifestación hace historia en el país, porque muestra que el silencio no es otra realidad para ellas. "No queremos más convivir con las opresiones del racismo, del patriarcado y del capitalismo, que convierte nuestra vida en mercadería”.

Lara Silva, 22, de Río de Janeiro, también fue a marchar contra las opresiones señaladas por Andreia. "Estamos aquí contra el machismo, por el buen vivir, por más condiciones de igualdad en la salud para nosotras, las mujeres negras son las que más sufren la violencia obstétrica”.

Quien caminara dentro de la marcha se daba cuenta de la diversidad de lenguas y de culturas representadas. La indígena Thiaia Ramos, 32, de la tribu Pato do Hahahahi, fue a mostrar que las mujeres negras indígenas no pueden más seguir invisibilizadas. "Estamos luchando por un sólo objetivo porque somos un pueblo sólo y hablamos la misma lengua. Siempre dicen que nosotros (indígenas) sólo comemos zapallo”, afirma.

En el país de mayor población negra fuera del África, la falta de representatividad de los negros en los medios de comunicación, en la política y en el Poder Judicial también fueron temas de la manifestación.

Todavía durante el acto, la secretaria nacional de Combate al Racismo de la CUT, María Julia Nogueira, afirmó que la marcha es la realización de un sueño y de una lucha histórica de la central. "La CUT dice que es preciso no aceptar más el racismo. La democracia sólo se va a consolidar cuando la sociedad no permita el racismo. Vamos a decirle a este Congreso machista y racista que la discriminación racial no va más en este país”.

Para la vicepresidenta de la CUT, Carmen Foro, la Marcha de las Mujeres Negras escribió una página en la historia del país. "Nosotras queremos, ahora, que Brasil tome lo que producimos y acumulamos a lo largo de los siglos, y lo transforme en política. Tenemos que enfrentar, de hecho, el racismo, la violencia y que nos reconozcan en tanto seamos parte de quienes producen la riqueza de este país”, definió.

"Hoy, las mujeres negras muestran al mundo y a Brasil nuestra fuerza y resistencia. Decimos también que queremos estar en todos los lugares. Es importante marchar por la implementación de políticas públicas para las negras”, afirmó Nilma Lino Gomes, ministra de las Mujeres, Igualdad Racial y Derechos Humanos.

Bastante emocionada, la diputada federal Benedita da Silva (Partido de los Trabajadores – PT – Río de Janeiro) afirmó que era un momento histórico porque la marcha trae la marca y el sudor de cada movimiento, de las amas de casa, que consiguieron adquirir un diploma universitario.

"No somos una cualquiera. Estamos consiguiendo nuestro espacio y marchando para decir: NO a los proyectos que sacan los derechos de las mujeres; NO a la matanza de jóvenes negros; NO a la violencia contra las mujeres. ¡Basta de intolerancia! No queremos retroceso, pero queremos, sobre todo, defender el Estado Democrático de Derecho”.

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