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El Gobierno está abierto a elegir otro modo de ordenar los apellidos

Lunes 8 de noviembre de 2010

Solo el 0,27% de las familias antepone el materno, lo que ya permite la ley

M. R. SAHUQUILLO / N. GALARRAGA - Madrid

EL PAÍS - Sociedad - 06-11-2010

El Gobierno tiene muy claro que quiere eliminar la primacía del apellido paterno en caso de que la pareja no se ponga de acuerdo en el orden que deben seguir los apellidos de su hijo. Pretende cambiar la norma porque, en palabras del vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, "no es justa" ni "igualitaria". Lo que ya no tiene tan claro es que el sistema idóneo para ordenar los apellidos sea el alfabético, tal y como prevé el proyecto de ley de Registro Civil. "Puede haber otro mejor, más sensato", añadió. El Ejecutivo está "abierto" a las propuestas que puedan hacer senadores y diputados en el ya iniciado trámite parlamentario del proyecto de ley del Registro Civil. Y es que la opción de emplear el abecedario ha suscitado una gran polémica, a pesar de que son pocos los casos en que se altera el orden tradicional.

El portavoz gubernamental sí recalcó que el cambio legislativo afectará a muy pocos porque las parejas que discrepan sobre los apellidos de su bebé son "un porcentaje pequeñísimo". Imposible precisar más. El Ministerio de Justicia no contabiliza estos desacuerdos. La abogada de familia Consuelo Abril explica que, aunque sean escasas, en estas ocasiones, que se dan, las parejas se ven obligadas a judicializar el asunto. "Con un sistema objetivo y establecido por ley, sea el que sea, se les ahorraría un largo camino".

Rocío Tabernero, madre de la pequeña Ángela Sánchez Tabernero, nacida hace unos días, es claramente partidaria de eliminar la histórica ventaja del apellido del varón porque le parece "de lo más machista". Pero no ha pasado de la teoría a la práctica. "No queríamos dar un disgusto a la familia paterna", explicaba junto a su compañero cuando ambos esperaban ayer para inscribir a su bebé en el Registro Civil de Madrid capital.

"Pero el sistema alfabético no me parece el mejor", dijo. En otros lugares imperan distintos modelos. En Alemania, por ejemplo, donde se puede decidir qué apellido ponerle a los hijos, lo echan a cara o cruz en casos de desavenencias, según una portavoz del Ministerio de Justicia. Ello evita que, si hay conflicto, un miembro de la pareja sepa de antemano que tiene la batalla ganada, una de las críticas hechas a esta ley. ¿Por qué se decidió el sistema de usar el alfabeto? El Consejo General del Poder Judicial, en su memoria sobre el entonces anteproyecto de ley, ya lo aconsejó. Y recomendaba abrir la puerta al apellido de los abuelos.

La madre de Andrea, de tres días, estaba en el registro pero no para polémicas, bastante tenía con los dolores del parto. Otros sí opinaron: "Una tontería que solo trae follones" (los padres de Alba); "si una pareja no se entiende en eso, ¡qué no será todo lo que viene después!" (los de Paula); "no había demanda, se le da importancia a lo que no la tiene" (el padre de Carlota); "una soberana tontería" (el padre de Cristina), o "está bien [la propuesta] pero ¡si también discutimos por eso!" (los padres de María). La casualidad quiso que todos los padres de la sala tuvieran niñas que, por cierto, ya llevan todas el apellido de papá, primero, y el de mamá después.

Aunque la ley permite anteponer los de ella -tras una reforma impulsada por el PP en 1999-, lo cierto es que poquísimas familias lo hacen. Un mero 0,27%, (exactamente, 1.345 bebés de los 492.931 nacidos en España en 2009, según datos del Ministerio de Justicia. En lo que va de año suman 1.251).

Es el caso de los hermanos Unzurrunzaga Brase. Sus padres no tuvieron dudas: como ella solo tiene hermanas, querían evitar que se perdiera el apellido Unzurrunzaga y, de paso, que los críos, que viven en Euskadi, tuvieran un primer apellido local, no el alemán paterno, explicó el padre de los chavales por teléfono desde su casa. Como el primogénito nació antes de la reforma, fue inscrito al modo tradicional y lo cambiaron en cuanto fue legal.

Tampoco es tan raro que un niño lleve solo los apellidos de su madre. Tabernero, la madre del bebé Ángela, lleva solo los maternos porque su progenitora era soltera y su padre no la reconoció. También es el caso de los hijos in vitro de madres solas.

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