Documento de apoyo a Amnistía Internacional ante la jerarquía del Vaticano.

Os envio el documento de Catolicas por el Derecho a Decidir en apoyo a Amnistia Internacional, nuestra intencion es enviarlo a la jeraquia catolica en el Vaticano , esperamos contar con vuestra firma como grupo y/o persona. Por favor contestad a

catolicasddespana@yahoo.es

para dar vuestra adhesion

¡Ya basta!

En los últimos tiempos asistimos a continuas manifestaciones de la jerarquía católica desde posiciones cada vez más insistentemente conservadoras. La sorpresa y el estupor van dando paso a que lo desmedido se haga costumbre y ya ni nos sorprendemos ni pensamos que merezca la pena reaccionar.

Sin embargo, una vez más las autoridades eclesiásticas han alzado su voz en la persona del cardenal Renato Martino para condenar a una organización de reconocido prestigio como es Amnistía Internacional por su apuesta valiente por la salud, la integridad y la vida de las mujeres.

Nuevamente, la Iglesia se rasga las vestiduras ante el drama de los embarazos no deseados que terminan en aborto, sin preguntarse la causa que lleva a las mujeres a esta situación. Parece ser que la jerarquía católica es incapaz de entender cual es la situación de las mujeres, especialmente las más empobrecidas cuando optan por una solución que incluso puede costarles la vida.

El caso de las mujeres violadas y consiguientemente embarazadas, por parte del enemigo en conflictos bélicos, por ejemplo. Estas mujeres, que están en el centro de mira de la preocupación de Amnistía Internacional y que tan poca compasión suscita a las autoridades vaticanas, son frecuentemente y especialmente en África objeto de violencia y rechazo por parte de sus familias y sus comunidades hasta el punto de quitarse la vida.

Millones de mujeres en el mundo tienen todavía hoy dificultades de acceso a servicios gratuitos de salud sexual y reproductiva y a servicios de salud materno infantil de calidad. Millones de mujeres viven en situaciones de pobreza soportando la carga de una familia que no pueden atender.

De los embarazos que se producen en el mundo, el porcentaje de los no deseados continua siendo altísimo y el parto y la maternidad sigue siendo la primera causa de muerte para las mujeres en el mundo.

Todavía hoy, con todos los adelantos en la ciencia médica, millones de mujeres arriesgan sus vidas y se enfrentan a abortos clandestinos. Este es un problema más duro para las mujeres con pocos recursos. Además, frecuentemente ese riesgo afecta definitivamente a su entorno cercano, pues en muchas situaciones, especialmente en situaciones de pobreza, suelen ser ellas, las mantenedoras y el sostén del núcleo familiar.

¿No necesitarían esas mujeres, que de hecho abortan diga lo que diga la Iglesia, otra actitud y otro discurso por parte de los que hablan en nombre de la religión de la misericordia?; ¿en que mundo viven estos obispos y cardenales tan elegantes y ceremoniosos? ¿Tan lejos y tan altos están sus púlpitos que no ven la lucha diaria por sobrevivir de millones de mujeres y de madres en tantas partes del mundo?

Como católicas no podemos callar, nos resulta imposible hacernos insensible el clamor esas mujeres hartas de ser estigmatizadas, culpabilizadas y señaladas por la condena de la jerarquía eclesiástica y abandonadas a su mala suerte y sus dificultades para seguir adelante.

No podemos callar, como no pueden hacerlo organizaciones de reconocido prestigio en la defensa de los derechos humanos como Amnistía Internacional, derechos que tanto le cuestan asumir al Vaticano.

Los derechos sexuales y reproductivos son vitales para la supervivencia y la mejora de la calidad de vida de las personas, especialmente de las mujeres. Pero la Iglesia no está interesada en esa mejora evidente sino empecinada en la defensa de una vida por desarrollar dentro de un vientre que ni quiere ni puede alojarla.

Las mujeres de todo el mundo sospechamos que desgraciadamente la jerarquía católica está más interesada en su poder y en su prestigio que en nuestras vidas y en la de nuestros hijos y así lo denunciamos.

Basta ya, o será demasiado tarde para que podamos olvidar su dureza y su olvido y perdonarles. Acepta el reto MSN Premium: Envía hasta 500 megas diarios de fotos desde Hotmail. Descárgalo y pruébalo 2 meses gratis.