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Cuarenta y tres vidas nuevas

Jueves 5 de agosto de 2010

RAMÓN FERRANDO VALENCIA Cuarenta y tres inmigrantes que ejercían la prostitución en las calles de Valencia han logrado cambiar de vida en el último año gracias al programa Jere-Jere. El plan de reinserción está dirigido a jóvenes que se prostituyen en Velluters, Pinedo y los polígonos industriales de Valencia. Las prostitutas que participan en el programa Jere-Jere tardan entre dos y tres años en dejar la calle. El proyecto es fruto de un convenio entre la Delegación del Gobierno, la Generalitat, el Ayuntamiento de Valencia y Cáritas Diocesanas. Las tres Administraciones impulsaron el programa Jere-Jere ante la alarma social que la prostitución estaba creando en los barrios más castigados de Valencia y la presión de las asociaciones vecinales. Cáritas, a cambio de 93.922 euros, emplea para reinsertar a las prostitutas a dos educadoras, dos mediadoras de salud, una trabajadora social, una coordinadora y un equipo de diez voluntarios. El objetivo es reinsertar a otras doscientas jóvenes en los próximos meses. Un responsable del programa explicó que el trabajo "es una carrera de obstáculos" porque las jóvenes tienen que hacer frente a la deuda que contrajeron con las mafias para entrar en España y, además, la mayoría está en situación irregular. "Trabajamos a largo plazo porque es un proceso muy lento. Nos acercamos a ellas por la noche cuando están en la calle con dos mediadoras de salud africanas para que conecten. Una vez que nos hemos ganado su confianza, les ofrecemos ayuda para que regularicen su situación y encuentren trabajo", añadió. Todo el equipo de Cáritas está formado por mujeres. La media de edad de las jóvenes que participan en el programa es de 22 años y el 95% nació en Nigeria. Las ex prostitutas han encontrado trabajo en cooperativas de envasado de fruta, en el sector de la hostelería y como empleadas de hogar. El idioma y el bajo nivel de formación de las jóvenes son los principales escollos para su incorporación al mundo laboral. El programa Jere-Jere incluye un curso de castellano. Treinta y ocho prostitutas asistieron a las clases de castellano en mayo y junio. El Ayuntamiento de Valencia, que financia un tercio del programa, pone a disposición de las prostitutas cuatro plazas en un piso para mujeres inmigrantes, veinte ayudas para el acceso a una vivienda y prestaciones sociales. La Generalitat Valenciana, que se hace cargo de los otros dos tercios del coste del proyecto, facilita la obtención de la tarjeta solidaria de la Conselleria de Sanidad y ofrece apoyo para la prevención del sida. La Delegación del Gobierno, a través de la Oficina de Extranjeros, se encarga de informar a las mujeres que abandonan la prostitución de los trámites que necesitan para regularizar su situación legal en España.

Ciento ochenta y cinco intervenciones

Los responsables del programa han realizado 185 intervenciones con las jóvenes prostitutas en los últimos dos meses. La mayoría de las mujeres pide información sobre la prevención de enfermedades de transmisión sexual y sobre los pasos a seguir para regularizar su situación legal. La ONG considera que es imprescindible la obtención del permiso de residencia y de un trabajo para que las jóvenes puedan romper su círculo de marginalidad y su dependencia de las mafias. El Ayuntamiento de Valencia complementa el programa Jere-Jere con un plan de atención sociosanitaria de Médicos del Mundo, que se llama Bus Solidari. El proyecto, que se desarrolla desde hace seis años, trata de mejorar las condiciones de salud de las prostitutas y de las personas que viven en la calle en graves condiciones de vulnerabilidad y exclusión social. El año pasado fueron atendidas 450 personas.

Fte: Levante

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