Cómo defender a las mujeres de la esclavitud del siglo XXI

Las expertas enfatizan en la necesidad de superar el silencio de las víctimas

Jueves 10 de diciembre de 2015, por Gloria López AmesoPress

Madrid, 09 diciembre. 15, AmecoPress. La trata de seres humanos representa el modo de esclavitud del siglo XXI y los derechos humanos de las víctimas –la mayoría mujeres, especialmente cuando la trata tiene fines de explotación sexual- son vulnerados de la manera más extrema. Conscientes de la importancia del papel que debe ser asumido por los abogados y abogadas, tanto en el momento de detectar posibles casos de víctimas de trata, como en el de asumir su adecuada defensa legal, la Fundación Abogacía dedica su II Congreso de Derechos Humanos a la trata con fines de explotación sexual. Se celebra hoy y mañana en Madrid.

En la inauguración, orquestada por el presidente del Consejo General de la Abogacía Española, Carlos Carnicer, y en la que han participado el vocal del Consejo General del Poder Judicial, Fernando Grande-Marlaska, y la defensora del Pueblo, Soledad Becerril, se ha enfatizado en el hecho de que en materia de trata de seres humanos, el género no es neutral, estando las mujeres mucho más sometidas (un 95 por ciento)

Marlaska ha defendido la extensión del concepto de violencia de género, más allá del ámbito de la pareja, siguiendo la definición del Convenio de Estambul: aquella que se ejerce sobre las mujeres por el hecho de ser mujeres. Y se ha referido a tres líneas de acción para luchar contra esta forma de violencia de género: la persecución del delito, la prevención y sensibilización y la protección y el auxilio a las víctimas.

El juez cuestionado algunas “actuaciones indirectas, por ser bondadoso” que se dan en el llamado primer mundo y que son elementos en los que subyace un fenómeno tan importante como la trata de mujeres con fines de explotación sexual. “Es una cuestión de derechos humanos, de dignidad”, ha dicho Marlaska al final de su intervención, “y si hay que sacar los colores a alguien, habrá que hacerlo”, incluyendo a jueces.

Por su parte, la defensora del Pueblo ha enfatizado en el “silencio y la ocultación” que caracteriza este fenómeno, que ha definido como la “esclavitud del siglo XXI” y que desde el punto de vista del delito, según su punto de vista, “está regulado y discutido suficientemente”.

Ahora bien, desde el enfoque humanitario y de atención a las víctimas, Becerril ha asegurado que “no somos tan cuidadosos, intuitivos ni especialistas como debiéramos”. La defensora ha explicado que las víctimas de trata son personas “silenciosas”, que no cuentan “casi nada” porque “tienen miedo, por ellas, por sus hijos, sus familias en el país de origen” y porque han vivido un trauma que “no quieren revivir”.

Según su experiencia es muy importante percibir a estas mujeres y no abandonar los indicios, las pistas que pueden contribuir a constatar la existencia de redes. “Si vamos por las carreteras españolas o si vemos algunos anuncios que aparecen en medios de comunicación podemos intuir indicios”, ha dicho la defensora en su intervención, en la que ha alabado la labor que realizan las organizaciones y expertas en el trabajo con las víctimas.

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Becerril cree que el fenómeno que se analiza en este II Congreso de la Abogacía crecerá porque “la guerra, el hambre y la persecución son monstruos que aumentan el número de mujeres víctimas de la trata, por redes cada vez más sofisticadas”.

Antes de dar paso a los paneles, Carlos Carnicer ha recodado que los abogados y las abogadas “somos el primer juez, que recibimos a las víctimas, con todos sus silencios y angustias”. Su papel es esencial a la hora de detectar posibles casos de trata. Durante el Congreso se presentará una Guía práctica para orientar la actuación profesional de abogados y abogadas de cara a la identificación y asistencia jurídica de posibles víctimas de trata. Además, se proyectará el largometraje documental Chicas Nuevas 24 horas, de Mabel Lozano, en el que ha colaborado la Fundación Abogacía.