Xarxa Feminista PV
Portada del sitio > MUJERES EN EL MUNDO, MUJERES: MEMORIA HISTÓRICA > Colombia: la paz será feminista o no será

Colombia: la paz será feminista o no será

Jueves 1ro de septiembre de 2016

Por Víctor Linares, Alianza por la Solidaridad en Colombia La Vanguradia 24-08-2016

JPEG - 41.1 KB
Azucena, Integrante de la consultiva de organizaciones de mujeres de Buenaventura, Colombia. Foto: Víctor Linares

Hace casi 4 años desde que el Gobierno de Colombia inició la Mesa de Conversaciones de Paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Durante estos últimos meses la palabra “paz” resuena por radios, televisiones, revistas, periódicos que tratan de adivinar cuando se producirá la tan esperada firma del acuerdo final. Sin embargo, poco se escuchan las voces de las mujeres que padecieron (y padecen) una guerra que ya dura más de 50 años.

Hace unas semanas y como parte del trabajo con Alianza por la Solidaridad me entrevisté con algunas de ellas en un encuentro que se organizó en Buenaventura, una ciudad portuaria de la costa pacífica de Colombia. Había mujeres afrodescendientes e indígenas, de la ciudad y el campo, pero todas coincidían en algo: la paz en Colombia no empieza tras la firma de un papel en La Habana.

Comienzo a charlar con Lucrecia*, lideresa de un barrio de Buenaventura: “Todas estamos anhelando la paz”. Esto es algo que se respira hable con quien hable desde el primer momento. Como una necesidad vital de trascender ese capítulo de la historia que ya deja casi 8 millones de víctimas, el equivalente al 16% de la población colombiana. Las mujeres representan casi el 50% de las víctimas pero no se sienten igual de representadas en las negociaciones. “La primera necesidad que tenemos es ser incluidas en los procesos y en las tomas de decisiones”, continua. Coincide en esto Elena, una mujer indígena de la comunidad Nasa. Ella me explica que nadie las invitó a ser parte del proceso para hablar de paz. “Esos acuerdos se verán bien cuando estas dos partes se sienten con el pueblo que es el que ha sentido el dolor de toda la violencia”.

A medida que hablo con algunas de ellas, la paz empieza a dibujarse como algo mucho más profundo que el mero silencio de los fusiles. Lidia acaba de terminar sus estudios en ciencias sociales y vive en el río Naya, cercano a Buenaventura. Me cuenta la invisibilidad a la que están sometidas las mujeres del campo. “Los acuerdos de paz solo están en papeles porque no están pensados desde una realidad y un contexto territorial.” Según relata, la paz no se construye desde la desigualdad, sino desde una igualdad participativa, con justicia e inclusión social. Y comenta que la guerrilla no es el principal factor de la guerra sino “el odio, el rencor que se ha vivido y la falta de valores y principios”.

Por último, me hablan de ese sentimiento que les nace dentro cada vez que alguien les menciona la palabra mágica. “La paz tiene nombre de mujer, la paz es una condición que tiene el ser humano, es compartir con los otros”, reflexiona Azucena, que integra la consultiva de organizaciones de mujeres del municipio. Lidia afirma: “la unión, la humildad, la colaboración mutua, los principios y la resistencia son los pilares de la paz”. Por su parte, Elena me insiste en la importancia del territorio y los derechos sociales como base para la construcción de cualquier sociedad en paz. “La paz es que haya una inclusión social en las comunidades, que haya trabajo, educación, salud, de que tengamos un territorio”.

Recientemente se ha anunciado que los acuerdos de paz incorporarán el enfoque de género. Sin embargo, ninguna paz será real en una sociedad donde las estructuras patriarcales priven a las mujeres del poder de construir su propio futuro.

La paz será feminista o no será.

*Todos los nombres son ficticios por razones de seguridad

Comentar esta breve

SPIP | esqueleto | | Mapa del sitio | Seguir la vida del sitio RSS 2.0