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2011 Afganistán sacrifica a las mujeres para ganarse el apoyo de los talibán

Jueves 24 de febrero de 2011

22/02/2011

MÒNICA BERNABÉ / Kabul

Especial para EL MUNDO

El Gobierno quiere restringir el acceso a las casas de acogida para maltratadas

Un auténtico tsunami. Eso es lo que está ocurriendo en Afganistán con los derechos de las mujeres. El Gobierno afgano ha decidido hacerse con el control de todas las casas de acogida para mujeres maltratadas que existen en el país -unas 14, todas en manos de ONG- para impedir que allí se alojen adúlteras y prostitutas. Para ello obligará a todas las mujeres a someterse a un examen ginecológico.

Además, restringirá el acceso a mujeres que han huido del hogar porque no quieren casarse con un hombre que su familia ha escogido para ellas. Algo muy habitual en Afganistán, donde más del 80% de los matrimonios son forzados. El Ejecutivo justifica la medida diciendo que esos centros se han convertido en prostíbulos y nidos de corrupción.

Las casas de acogida son, sin embargo, uno de los grandes logros del movimiento de mujeres afganas desde la caída del régimen de los talibán. De hecho, las asociaciones de mujeres interpretan la decisión del Gobierno como una estrategia para contentar a los talibán y allanar el camino para una posible negociación con el movimiento fundamentalista.

La polémica sobre las casas de acogida empezó con la emisión de un programa de televisión que presentaba esos centros como lugares de perdición. El programa tuvo gran repercusión en un país donde se cree que la mujer tiene que estar en casa con su familia y, en consecuencia, las casas de acogida nunca han estado bien vistas. A raíz de esto, el Gobierno se sacó de la manga la nueva regulación.

En la actualidad, el Ejecutivo ya supervisa en parte las casas de acogida, ya que el Ministerio de Asuntos de la Mujer tiene un registro de todas las mujeres allí alojadas. El Gobierno, sin embargo, ahora quiere crear un comité formado por ocho personas de diferentes ministerios y estamentos que tendrán la última palabra sobre si una mujer puede ser acogida o no en uno de esos centros.

La nueva regulación es totalmente ambigua y abre la puerta a que, según la interpretación que se haga, las mujeres que cuentan con una petición de matrimonio, o incluso las que ya están casadas, no puedan buscar refugio en esos centros.

En la actualidad, la mayoría de mujeres que residen en casas de acogida son precisamente jovencitas que son o han sido obligadas por su familia a casarse con un hombre que no quieren y huyen del hogar porque ya no pueden aguantar más la situación de violencia en la que se encuentran.

La nueva normativa también establece que una mujer no podrá estar en un centro de protección si su familia reclama que vuelva a casa. En Afganistán es una deshonra que una mujer se vaya del hogar y, por lo tanto, su familia siempre la reclamará, aunque después sea para matarla.

Las asociaciones de mujeres afganas han puesto el grito en el cielo y se están movilizando como nunca para frenar la entrada en vigor de la nueva normativa. Afghan Women’s Network, una red de asociaciones que representa a más de 5.000 mujeres, ha denunciado que «un Gobierno como el afgano que se mueve por sobornos difícilmente puede garantizar la protección de las mujeres» y ha exigido que la Administración presente pruebas tangibles de las acusaciones que ha vertido contra las casas de acogida.

Asimismo, la ONG internacional Women for Afghan Women -que tiene diversas casas de acogida en Afganistán- prepara una manifestación de protesta en Nueva York para los próximos días.

Ante el gran revuelo que el tema ha causado, el presidente afgano, Hamid Karzai, intentó este fin de semana calmar los ánimos y aseguró que la regulación sólo afectará a «una o dos casas de acogida que son corruptas». Por su parte, los países con tropas desplegadas en Afganistán -entre ellos España- no han dicho ni mu sobre el asunto.

Tan sólo Naciones Unidas -que financia algunas casas de acogida- y Estados Unidos han mostrado una discreta «preocupación» por la nueva medida del Gobierno afgano.

Fte. Red F. contra la violencia de género

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