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Abacete: niña asesinada por un hombre de 39 años con la que estaba obsesionado.

Miércoles 24 de octubre de 2012

Mónica Ceberio Belaza El Salobral 22-10-2010 El País

“Soy francotirador y os mataré a todos para quedarme con ella”

“La ha reventado. ¡Con cuatro tiros, la ha reventado! ¡A mi niña! ¡Yo sabía que esto iba a pasar y lo dije! ¡Lo dije y nadie me hizo caso! Ahora ya es tarde. No quiero las lágrimas de nadie, de ninguno de los que le reían las gracias al asesino, de ninguno de los que vio lo que pasaba y no hicieron nada. De nadie. Solo yo y los que yo quiera vamos a enterrar a mi hija”. Adela, la madre de Almudena, la niña de 13 años asesinada el sábado en la pedanía albaceteña de El Salobral, está desgarrada. En el Instituto Anatómico Forense del hospital Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, donde esperaba la autopsia de su hija, los terribles gritos de dolor no tenían solo que ver con la muerte, también con la impotencia. Ella y el resto de la familia sabían que un loco de 39 años se había obsesionado con la pequeña y que podía ser peligroso.

Sucedió el sábado. Juan Carlos Alfaro Aparicio, mecánico en paro, conocido como El Fraguel, experto tirador —tenía una pistola de nueve milímetros parabellum entre sus 15 armas—, cogió una pistola y salió a matar a Almudena, de quien, según decía, estaba enamorado. Ella paseaba con unos amigos por el centro de El Salobral, una pedanía con poco más de 1.000 habitantes a 14 kilómetros de Albacete, cuando Juan Carlos le salió al paso. Eran las siete y veinte de la tarde, más o menos. Le descerrajó cuatro tiros con la pistola en una pequeña callejuela y salió corriendo en dirección a su casa, según los vecinos. Llamó al servicio de emergencias y les informó de que había matado a la adolescente.

Después, entró en su casa, en una de las esquinas de la Plaza Mayor, frente a la iglesia, y cogió un rifle. Con él en mano, se dirigió a la Calle Mayor y lanzó una ráfaga de tiros hacia delante. Hasta 15 impactos de bala pueden verse aún en los edificios del fondo. Una de ellas alcanzó a un vecino que había salido al portal de su casa a fumar. Era Agustín Delicado, de 40 años, conocido como Pepsicolo, camionero en paro con una niña de 11 años.

La familia de Almudena asegura que se trata de la crónica de una muerte anunciada, que habían interpuesto denuncias ante la Guardia Civil y la Policía Nacional pidiendo que Alfaro se alejara de su hija, y que nadie les ha ayudado. Fuentes del instituto armado confirman que existían denuncias: una ante la policía y otras tres ante la Guardia Civil desde febrero. Pero, a su vez, el homicida también había presentado tres denuncias contra la madre y la familia. Las mismas fuentes indican que a las denuncias se les dio el curso correspondiente. Aclaran que la mayoría eran por amenazas y que en el único caso en el que la familia mencionó una relación entre Alfaro y la niña se dio traslado a la Fiscalía de Menores.

Almudena comenzó a ver a Alfaro hace ya dos años. Ella tenía entonces 11 años. Él, 37. “Ella era una niña muy rockera, le gustaba mucho la música, y él la engatusó por ese lado”, recuerda Jose, una prima de la abuela de la víctima. “Se la llevaba a casa y se ponían a escuchar discos”. Poco a poco, Alfaro se fue obsesionando con la niña, según la familia de ella, hasta volverse completamente loco.

“Decía que estaba enamorado, que quería estar con ella, protegerla del mundo”, relata Jose. “Y mira cómo la ha protegido”. La madre y la abuela de la menor no querían que Alfaro viera a su pequeña. Desde el principio consideraron como algo patológico esta obsesión del hombre. Hablaron con él, con su familia. Pero no sirvió de nada. En un momento dado, él comenzó a amenazarles: “Soy francotirador y os voy a matar a todos para quedarme con ella”, dijo a la madre de Almudena, según el relato de Jose.

La familia asegura que, cuando denunciaban, les decían que si no había indicios de abusos sexuales y ella quería verle, no podían hacer gran cosa. Adela, la madre, se encaró con él hace poco y él le plantó una denuncia por amenazas de muerte. “A ella ya le daba todo igual”, relata una amiga que espera a la autopsia. “Solo quería proteger a su hija. Tenía miedo. Y, visto lo visto, también razón”.

Nota de Premsa

Intersindical Valenciana lamenta els dos nous casos de violència masclista ocorreguts a la localitat de El Salobral (Albacete) i en els quals l’assassí ha acabat amb la vida d’una xiqueta de tretze anys i un adult. A més, el sindicat denuncia el tractament donat pels mitjans de comunicació a aquest nou assassinat com de crim passional, volent justificar-lo i qualificant la relació que mantenia amb el seu assassí com una tràgica història d’amor consentida. Mai es pot considerar una relació consentida entre un adult i una xiqueta i mai es pot parlar de crim passional quan es tracta d’una nova víctima de vioència masclista.

La violència contra les dones no pot invisibilitzar-se d’aquesta forma i molt menys justificar-se com han pretés alguns mitjans. Per tant, Intersindical condemna aquest nou femicidi i l’homicidi de l’adult a les mans del mateix assassí, que -com en altres casos de maltractaments- s’ha suicidat després de perpetrar els crims. Crims que no poden tindre mai cap justificació possible.

Ni ara ni mai Intersindical deixarà de denunciar la violència cap a les dones en qualsevol de les seues formes, ni consentirà el tractament manipulador de les noticíes d’aquests tipus que pretenguen justificar-la.

Macu Gimeno Mengual. coordinadora Àrea de la Dona

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