Xarxa Feminista PV

86 años de sufragio femenino

Lunes 2 de octubre de 2017

Congreso de los Diputados 29 09 2017

Hace tan solo 86 años, España hizo historia al reconocer el derecho al voto a las mujeres, que durante tanto tiempo habían tenido que permanecer al margen de la vida política. Un paso adelante para el género femenino, con el que conseguía avanzar hacia la igualdad con los hombres.

El 1 de octubre de 1931, el Congreso de los Diputados aprobó, con 161 votos a favor y 121 en contra, el sufragio femenino. Así lo recogía la Constitución en su artículo 36:

“Los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de veintitrés años, tendrán los mismos derechos electorales conforme determinen las leyes”. Este triunfo para las mujeres nació precisamente del enfrentamiento entre dos convencidas feministas del momento, las diputadas Victoria Kent y Clara Campoamor.

Abogadas, políticas, republicanas y firmes defensoras de los derechos de la mujer compartían gran cantidad de ideales y convicciones, pero la aprobación del voto femenino supuso un escollo entre ambas, con posiciones diametralmente opuestas.

Ambas protagonizaron un encendido debate en el seno de las Cortes Generales, en el que Kent abogaba por posponer el sufragio femenino, mientras que Campoamor defendía la necesidad de aprobarlo cuanto antes.

Si bien la postura en contra de Victoria Kent puede resultar sorprendente dada su férrea y continuada defensa de los derechos de la mujer, la diputada justificaba su opinión con la falta de preparación de las españolas de la época. La malagueña sostenía que, en aquel momento, las españolas carecían de la suficiente preparación social y política como para votar responsablemente.

“Que creo que el voto femenino debe aplazarse. Que creo que no es el momento de otorgar el voto a la mujer española. Lo dice una mujer que, en el momento crítico de decirlo, renuncia a un ideal. (...) Lo pido porque no es que con ello merme en lo más mínimo la capacidad de la mujer; no, Sres. Diputados, no es cuestión de capacidad; es cuestión de oportunidad para la República. (...) Cuando la mujer española se dé cuenta de que sólo en la República están garantizados los derechos de ciudadanía de sus hijos, de que sólo la República ha traído a su hogar el pan que la monarquía no les había dejado, entonces, Sres. Diputados, la mujer será la más ferviente, la más ardiente defensora de la República“.

Temía, pues, Victoria Kent que la omnipresente influencia de la Iglesia pudiera condicionar el voto de las mujeres, que tenderían a una postura conservadora en detrimento de los ideales izquierdistas que ella misma enarbolaba. Por ese motivo, solicitaba un aplazamiento en el reconocimiento de ese derecho, hasta que las españolas hubieran convivido con la República y hubieran podido apreciar sus beneficios.

Por su parte, Clara Campoamor se posicionó como una convencida defensora del sufragio femenino, independientemente de las circunstancias políticas. Por ese motivo, no concebía la posibilidad de mantener apartadas de la política a las mujeres.

“Precisamente porque la República me importa tanto, entiendo que sería un gravísimo error político apartar a la mujer del derecho del voto. (...) La mujer española espera hoy de la República la redención suya y la redención del hijo. No cometáis un error histórico que no tendréis nunca bastante tiempo para llorar al dejar al margen de la República a la mujer, que representa una fuerza nueva, una fuerza joven... Que está anhelante, aplicándose a sí misma la frase de Humboldt, de que la única manera de madurarse para el ejercicio de la libertad y de hacerla accesible a todos, es caminar dentro de ella”.

Finalmente, prevaleció la postura de Clara Campoamor y la Cámara Baja aprobó el sufragio femenino. De esta manera, las mujeres avanzaron por un camino que todavía hoy continúa hacia la equiparación real con los hombres.

Diario de Sesiones: 1 de octubre de 1931

Archivo Congreso: Serie Histórica

Constitución de 1931

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