ENTREVISTA CON JOSÉ LLANQUILEF, DIRIGENTE DE LA COORDINADORA ARAUCO-MALLECO (C.A.M.), DEL  PUEBLO MAPUCHE EN RESISTENCIA:

 

(Del corresponsal Oscar Rotundo, Agencia Bolivariana de Prensa.  Conversación desarrollada en territorio Mapuche.  Noviembre 2005)

 

ABP.  Hermano José Llanquilef, ante todo reciba usted un abrazo fraternal del equipo de trabajo de la Agencia Bolivariana de Prensa.  Como inicio de este intercambio le expresamos nuestra satisfacción por haber logrado de parte suya el tiempo y la atención para que nuestros lectores y oyentes puedan tener acceso a la realidad del Pueblo Mapuche.  Sin lugar a dudas la mejor manera de tener conocimiento fidedigno sobre la lucha que mantiene uno de los pueblos que de manera más firme resistió a la invasión española y continúa resistiendo con determinación a las agresiones del poder fundado por las oligarquías desde el Estado chileno, en detrimento del territorio ancestral y de la existencia misma de este heroico pueblo.

 

J. Ll.:  Si, gracias antes que nada un saludo a las personas que hacen posible este medio y a toda la gente que sigue las posiciones y reafirmaciones que desde aquí se expresan.  Recibo con beneplácito la propuesta de conversación y entrevista para expresar la realidad y nuestros planteamientos, de manera que podamos socializar nuestra propuesta hacia la izquierda más comprometida con los proyectos de transformación, así como hacia los sectores progresistas comprometidos con las causas justas.  Desde ya un agradecimiento a la posibilidad de expresarnos abiertamente.

 

ABP.  En esta conversación te propongo que comencemos dando una referencia histórica sobre la ubicación geográfica y sobre la presencia milenaria del Pueblo Mapuche como nación.

 

J.Ll.:  Actualmente el Pueblo Nación Mapuche se encuentra ubicado en la parte del sur chileno y parte del sur oeste argentino, y aquí cabe mencionar el hecho de que nuestro pueblo se encuentra en la actualidad reducido en comunidades, lo que involucra una porción ínfima de lo histórico, que podría graficarse en porcentaje de un 3% de su territorio ancestral.  Anteriormente la Nación Mapuche poseía un vasto territorio (wall mapu) que no tenía delimitaciones geográficas específicas, pero que sin embargo el grueso abarcaba desde el Valle de Aconcagua hasta el Golfo de Reloncaví por el lado chileno, y desde el sur de Buenos Aires y ciertas áreas de la Patagonia por el lado argentino.

 

Nuestro pueblo antes de la llegada de los españoles, como ya se dijo, vivía en una vasta extensión de territorio, el cual se dominaba ampliamente con libertad y con la existencia de abundancia de recursos y con alimentos suficientes para la mantención  y   usufructo  de  la  población.  Por  lo  tanto   se  desprende  que la población Mapuche vivía con autonomía y en plenitud, ya que contaba con los elementos necesarios para sostener su libertad y una vida comunitaria justa en un territorio generoso en recursos.  Sin embargo, nuestro pueblo se vio obligado a hacer defensa de su territorialidad antes de la llegada de los españoles contra el imperio incaico; resistencia de la cual resulta un límite natural en el Valle de Aconcagua, cerca de lo que hoy es Santiago.  A la llegada de los españoles se produce la mayor resistencia de nuestro pueblo y de la cual resulta como frontera histórica y natural el río Bío Bío que queda en lo que hoy denominan la provincia de Concepción.  Esta delimitación histórica es reivindicada actualmente, porque constituye la extensión de un territorio suficiente en la que el grueso del mundo mapuche se desarrollaba, además de que constituye un hito histórico que simboliza la resistencia y el ejercicio de la soberanía de la Nación  Mapuche por siglos, la cual en el último periodo de la Colonia fue reconocida y estatuida a través de la jurisdicción internacional que regía en aquel entonces y a la que se obligó a la representación española en América.

 

ABP.  ¿Siendo España un imperio con hambre de conquista, colonización y sometimiento contra los pueblos indígenas en toda nuestra América, a qué crees que se debió ese reconocimiento?

 

J.Ll.:  Bueno, aquí es necesario señalar y remarcar que nuestro pueblo nunca fue derrotado por los españoles y mantuvo su independencia territorial y política por casi tres siglos frente a la agresión imperialista de los españoles; más aun, ésta independencia como Nación se ejerce durante  medio siglo más frente a la conformación del Estado nación chileno.  Por lo tanto, este límite histórico no es una concesión, sino el producto de una de las más heroicas luchas de resistencia de todo un pueblo, que supo combinar todos los elementos necesarios para sostener una guerra para evitar el sometimiento.  De esto se desprende que la Nación Mapuche fuera respetada; lo que permitió el ejercicio pleno de la vida autonómica de nuestro pueblo.  Posteriormente, ya a fines del período colonial, se produce una serie de penetraciones de tipo cultural y social que fueron mermando la capacidad de resistencia; situación que fue prevista por parte de los españoles, quienes a través del comercio, la incursión de las misiones religiosas, más el carácter de interlocución que otorgaban y aceptaban para el establecimiento de los parlamentos*, generaron ciertas debilidades en la unidad de la Nación Mapuche.  Más tarde será la conformación del Estado nación chileno el que con apariencia pacífica, desarrolla con más determinación una similar estrategia que, mientras acababa a las fuerzas colonialistas en acuerdo con importantes sectores de la población mapuche, al mismo tiempo iba haciendo verdaderas penetraciones de socavamiento que tenían como objetivo central crear condiciones para una futura ocupación definitiva que fuera más allá de lo que incluso pudo hacer España.  Así es como se llega al momento en que luego el Estado chileno procede con acciones que buscan el desmembramiento de la sociedad Mapuche.

 

(* los Parlamentos fueron instituciones que se establecieron entre la representación de la Corona española y la nación Mapuche para sostener relaciones de tipo político, comercial y fronterizas.  A ellas asistían el Consejo General de Lonko de los butalmapu Mapuche y los representantes españoles de la Capitanía General de Chile. Siendo el parlamento más reconocido el de Quillín (1641), en donde se reconoce oficialmente la frontera que separa al territorio Mapuche del territorio bajo dominio español).  

 

ABP.  ¿Quieres decir entonces, que la dirigencia criolla que condujo el proceso de independencia en ningún momento hizo reconocimiento ni inclusión del pueblo Mapuche como nación?

 

J.Ll.:  Mira, lo que ocurre es que el proceso independentista sí se desarrolla con pretensiones legítimas en la búsqueda de libertad, y de hecho muchos sectores de la población mapuche contribuyeron a esa causa de manera decidida; pero lo que pasa es que los sectores criollos aristócratas que simplemente querían sustituir a España en el control del poder económico y político, traicionan los intereses de los sectores independentistas verdaderamente emancipadores y, además van consolidando su determinación de apropiarse de los territorios ancestrales.  Esa es la situación del pueblo mapuche, y más grave aún, porque existiendo el imperio español, la nación Mapuche, tenía el reconocimiento ganado a través de la resistencia.

 

Por lo tanto, dejemos en claro que este proceso independentista chileno tuvo como influjo poderoso la existencia, como ya se mencionó, de un sector criollo aristócrata, que siempre pretendió el control de la economía a través de la independencia política y económica con la liberalización del comercio y con el control y la propiedad de las tierras principalmente, ambicionando también la conquista de los territorios Mapuche como parte de la consolidación del Estado nación en el que la naciente oligarquía criolla monopolizaría el poder.  Por lo tanto, una vez conformado el Estado nación chileno se inicia un proceso de usurpación territorial paulatino, que tuvo como eje estratégico la invasión y conquista definitiva a través de la ocupación militar de los territorios hacia 1881.  Es a partir de este momento en que se produce la derrota político militar parcial de nuestro pueblo, que trajo como consecuencia inmediata la pérdida del territorio ancestral y el arreduccionamiento en comunidades, lo cual generó una importante disminución de la población mapuche, llegando a registrarse la sobre vivencia de sólo 200 mil Mapuche.  Aquí cabe mencionar el hecho de que este proceso de arreduccionamiento sigue una copia del modelo implantado a sangre y fuego a los indígenas en norteamérica por los EE.UU.  Esta situación de reducción de las comunidades, es una realidad que se mantiene desde 1881 hasta los días de hoy, y que incluso es parte de la base política y jurídica de la dominación y opresión que vive nuestro pueblo actualmente.  Por lo tanto, nosotros reivindicamos el derecho a la rebelión para la liberación, porque definimos que aún actualmente sufrimos la continuación de la  invasión militar del Estado chileno y que el sistema político jurídico e institucional  vigente valida dicha ocupación militar genocida.  

                        

ABP.  ¿Ya teniendo algunas  claridades sobre aspectos de la territorialidad y la lucha de resistencia Mapuche en general, quisiéramos tener ahora algunas nociones de cómo es la cosmovisión de este pueblo milenario?

 

J.Ll.:  Bueno, vamos a referirnos muy sintéticamente a estos aspectos, ya que se requiere de mayor desarrollo y tiempo, y que tal vez no sea el más indicado para expresar estas dimensiones del mundo Mapuche, ya que esto constituiría un patrimonio que se especifica en algunas áreas y de la que son parte algunas autoridades tradicionales y religiosas que sostienen con mayor argumento los elementos de nuestra cosmovisión.  Son los lonko, principalmente los ñidol lonko, los ngenpín y nuestras machi que son las autoridades religiosas por excelencia dentro del pueblo nación Mapuche.

 

Sin embargo, afirmamos, como weichafe (guerreros Mapuche), el hecho que estos elementos cosmovisionarios, que a decir de la forma de entender al mundo y al hombre desde una concepción Mapuche, constituye la base fundamental para reconstruir un pensamiento ideológico y político necesario para nuestra liberación.  Pero al referirnos a los aspectos centrales de la cosmovisión Mapuche no debemos dejar de señalar que esta concepción entra en contradicción con el pensamiento occidental, dado que nuestros antepasados no entendieron al hombre como centro del mundo, sino como parte de este, y en interrelación y equilibrio con los demás elementos del medio, con los cuales se debía vivir en plena armonía, cuidando y proyectando el bastión necesario para la vida que es la naturaleza.  Por su parte, la concepción racionalista occidental concibe al hombre en el centro del mundo y que debe de disponer de los demás elementos para su beneficio.  Y otro de los aspectos que más se confronta principalmente con la visión judeo cristiana, es la concepción de la creación y de las fuerzas que dominan la tierra, ya que tanto las posiciones cristianas y protestantes en su mayoría, conciben a un dios todo poderoso, omnipotente, al que asigna una figura de rasgos occidentales arios, masculino, omnipresente e inalcanzable, ante el cual solo queda la redención y la búsqueda del perdón para una eventual vida plena en el “cielo”..., bueno, en fin, ellos sabrán explicar mejor su idea.  Por su parte, nuestro pueblo concibe al creador Chaw Ngenechen como la fuerza superior que está presente en todos los elementos de la tierra, por lo cual, en cada una de las criaturas y elementos se expresa, por lo que, los Mapuche respetaron y respetan todos los elementos de la creación y bajo el concepto de la divinidad se puede entender que Ngenechen es el creador y el padre, y asume una dualidad en dos grandes dimensiones:  la divinidad  de un hombre mayor y una mujer anciana integrando lo que se conoce como Wenu Chaw, el gran padre, que representa la sabiduría y la fuerza, y Wenu Kushe, que representa el abrigo, la protección.  Expresa también al hombre joven, Wenu Weche, que representa la vitalidad y la fuerza.  La mujer joven, Ulcha Domo, representa la fertilidad y la proyección, por lo que se entiende que es una dimensión más integral de la vida humana y de la naturaleza.  Otra cosa, que se puede esbozar dentro de la concepción mapuche estaría  representada en el Kultrung, que es el símbolo sagrado de  religiosidad en el que se expresa, entre otros aspectos, la redondez de la tierra o Wall Mapu, los puntos cardinales o Meli Wixan Mapu, las divinidades en sus expresiones vertical y horizontal que  indican la dualidad de dos veces la madre, dos veces el padre en su dimensión masculina y femenina, y en su expresión anciana y joven.  También, expresa las distintas estaciones de un ciclo anual que influye directamente en la vida de la naturaleza y el hombre, además se hace referencia a otras divinidades como Antu o sol, Küyén que es la luna y Wangleng que representa las estrellas.  Como otras divinidades están las fuerzas que se encuentran en directa relación con la naturaleza y el hombre, y que están representadas por los Ñgen, que a su vez son los dueños de los distintos espacios como lo son las montañas, los ríos, la brisa, el fuego, los truenos, etc.  Se hace necesario también remarcar el hecho que existe en la cultura mapuche, la interrelación existente entre el hombre y la tierra (mapu) y entre el hombre y los demás elementos de la biodiversidad (Itrofillmongen), en el que cuando se habla de vida se incluye a la tierra y todos los demás elementos que la cultura occidental no reconoce.  No es casual que se entienda al Mapuche como hombre de la tierra, y a todas las otras denominaciones en que se asigna vital importancia al elemento tierra o Mapu, como es el significado del Mapudungun o el habla de la tierra, o Mapu (tierra) o Wall Mapuche entendido como el territorio ancestral.  Por lo tanto, esta fuerte vinculación del hombre con la tierra es la que genera toda la comprensión del hombre, su vida y el mundo y lo que conlleva un fuerte arraigo y pertenencia del Mapuche con un territorio y un entramado social, político y cultural propio, autonómico, que le da sentido a su vida personal y colectiva.

 

ABP.  ¿En algunos textos, seguramente incompletos y hasta tergiversados, se leen cosas sobre el origen de los Mapuche ligado al mito de Kai Kai.  Nos podría hablar un poco sobre eso?

 

J.Ll.:  En relación al mito de Kai Kai, o mejor digamos de Kai Kai Vilú, que es lo correcto, y Treng Treng Vilú, digamos que se refiere a la creación y supervivencia de los primeros hombres que habitaron el territorio ancestral Mapuche, y en esta versión tanto Kai Kai Vilú como Treng Treng son serpientes que representaban el bien y el mal o las fuerzas positivas y las fuerzas negativas y que estaban en constante pugna para con el destino de los hombres Mapuche.  En este mito se describe que Kai Kai hizo que las aguas subieran, lo que inundó las partes bajas, ante lo cual Treng Treng elevó los cerros invitando a los hombres a buscar resguardo en ellos.  Estos cerros se elevaron tanto que los hombres comienzan a quemarse por su cercanía al sol; de lo que son salvados nuevamente por Treng Treng cuando les indica que pongan cántaros (metawe) de greda en sus cabezas para protegerse de perecer quemados.  Aún en la actualidad existe esta creencia de que estas fuerzas coexisten en antagonismo en el mundo Mapuche, y que siempre estamos amenazados por fuerzas del mal que pretenden destruirnos, por lo cual debemos recurrir a nuestra cultura y respeto de nuestros ancestros y divinidades, practicando la cultura y la religiosidad.  De este relato también se desprende la existencia de muchos cerros elevados que  eran  ocupados  para   la

realización de ceremonias religiosas y que se les conoce como Treng Treng, de los cuales existe al menos uno por cada zona Mapuche de la territorialidad que hoy se conserva y muchos otros referenciados que están en el resto del territorio ancestral por el que luchamos.  En los Treng Treng, nuestros antepasados, se reunían para consagrar su compromiso de luchar por la libertad y su cultura, dando expresión a una cantidad de ceremonias, muchas de las cuales estamos recuperando al calor de la lucha por el territorio.  Los Treng Treng, además fueron los bastiones de la religiosidad de los guerreros antiguos, ya que allí era donde consagraban su compromiso de luchar hasta el final por mantener la libertad y los territorios; a esta tradición le otorgamos plena vigencia para fortalece espiritualmente una concepción de lucha de nuestro pueblo.

 

ABP.  ¿Podrías hablarnos de Lautaro y sobre algunas características del arte militar Mapuche?

 

J.Ll.:  Bueno, debemos mencionar que nuestro pueblo antes de la llegada de los españoles hizo una fuerte resistencia ante el Imperio Inca.  De la cual se destacaron grandes estrategas y conductores militares que encabezaron dicho proceso.  Por mencionar algunos esta Curiñanko, Michimalongko y Curillanca; este último, quien sería el padre de quien haz llamado Lautaro.  Para nuestra historia, este personaje conocido universalmente con la denominación que diste corresponde a  Leftraro, que significa el traro veloz (el traro es un ave cazadora, un aguilucho o halcón).  A nuestro juicio sería el más grande estratega militar que se conoce en la tradición histórica de nuestro pueblo.  Sin duda que Leftraro es conocido a nivel mundial como un estratega, destacándose por su genio militar como por sus cualidades de conductor político militar de la resistencia.  Será Leftraro quien da un importante desarrollo al método militar conocido como guerra de guerrillas, dentro de la concepción amplia de lo que se conoce como arte militar, en donde los factores predominantes serán la movilidad, la sorpresa y la rapidez; lo que conlleva a su vez al establecimiento de una nueva disciplina militar en la resistencia indígena, lo que se combina con el uso de fortificaciones, ataques sorpresa, ataques en oleadas, las fuerzas de reserva o refresco, el hostigamiento, el aprovechamiento del terreno, la inteligencia militar, el espionaje.  Leftraro combina con excelencia estas distintas disciplinas para hacer frente a un enemigo mucho más poderoso y técnicamente superior, como era el ejército dirigido por los españoles, el que contaba entre sus filas a veteranos de la guerra contra los moros y a los experimentados combatientes de la guerra de Flandes, y que además, era reforzado por una gran cantidad de yanaconas (indígenas al servicio de los españoles) auxiliares que también combatían contra los Mapuche.

 

Otro elemento que es necesario destacar, es que con Leftraro se pueden rescatar dos grandes conceptos de visión estratégica que a nuestro juicio mantienen plena vigencia en la actualidad.  Por un lado, se sostendrá la legitimidad y la posibilidad de una lucha frente a un enemigo mucho más poderoso, situación que si la extrapolamos a la  realidad  actual  nos  trae  como experiencia y  ejemplo que los pueblos oprimidos pueden hacer frente a las fuerzas oligárquicas ligadas al Imperio y que las guerras de liberación son parte de un proceso en defensa de la soberanía territorial y la libertad de los pueblos.  Esto será desarrollado a través de una estrategia que combina todas las formas de lucha y que involucra en la guerra a todo un pueblo no importando que como oprimidos se encuentren en desventaja estratégica en los planos de las fuerzas materiales, pero con la justeza y la moral de nuestra parte, en donde una concepción político militar se desarrolle y se convierta en beligerante, aprovechando métodos adecuados para la guerra de liberación, utilizando principalmente la forma irregular, en donde la fuerza guerrillera tiene vital importancia si es asumida bajo los principios de la iniciativa y ofensiva estratégica en estrecha ligazón con la lucha de todo un pueblo.

 

En segundo término, está el hecho de que Leftraro comprendió que esta guerra de resistencia tenía como fin estratégico la derrota definitiva de las fuerzas enemigas como condición fundamental para el mantenimiento de una sociedad libre y justa, superando la visión que planteaba solo la resistencia defensiva, que era una de las propuestas que sostenía una parte de las autoridades tradicionales Mapuche más esclarecidas en su momento... Esta visión, del triunfo estratégico definitivo, al situarla en la actualidad, implica la convicción de que la liberación de los pueblos pasa por la destrucción del capitalismo sostenido en el Imperio.

 

Leftraro, es sin duda, nuestro gran adalid de la guerra de resistencia; sin embargo, también rescatamos a otros destacados conductores de la lucha de resistencia Mapuche, quienes a su vez se convirtieron en estrategas militares de gran importancia, como es el caso de Pelantaro, Lientur, Kilapang y Kallfukura, entre otros.  En el caso de Pelantaro, por ejemplo, se le considera como el creador de una de las caballerías para la guerra más diestras a nivel mundial (hacia el año 1590), y aquí se recoge el carácter fundamental que constituyó el caballo en la guerra de resistencia, y que nosotros rescatamos  por su valor militar y cultural asignándole  la definición mística del Auka Cahuello (el caballo guerrero).  Es con Pelantaro también que se desarrollan las operaciones tácticas de ataques simultáneos, coordinados y que permitieron triunfos  importantes para la defensa del territorio.

 

ABP.  ¿Por qué no habiendo sido derrotado el pueblo Mapuche por el imperio español, con semejante tradición de combatividad, el Estado chileno pudo lograr el crimen del desmembramiento y desestructuración?

 

J.Ll.:  Efectivamente el imperio español tenía una gran tradición guerrera, primero  contra los moros, por cerca de 800 años, así como por otras confrontaciones que protagonizaron, principalmente contra los Países Bajos, y por toda la experiencia que obtuvieron de sus campañas de conquistas, principalmente de América donde sojuzgaron violentamente a la mayoría de los pueblos  originarios,   convirtiéndose  con  ello  en  una  gran  fuerza  económica, política y militar, siendo definidos como imperialistas.  Y en el contexto de la invasión y conquista que pretendieron al pueblo Mapuche, se estaba desarrollando la guerra de Flandes, por lo cual algunos jefes militares que allí participaron fueron llamados a dirigir la guerra contra el pueblo Mapuche.  Pero la resistencia Mapuche tiene como hito fundamental grandes elementos, que se pueden sintetizar principalmente en el factor de la participación de todo un pueblo en la guerra y en la acertada conducción de estrategas militares que conjuntamente a la conformación de lo que hoy se conoce con el nombre de Estados Mayores, permitieron la unidad monolítica de todo un pueblo para la resistencia.  Finalmente, elemento que para nosotros tiene vital importancia es la fuerza  cultural y religiosa, que permitió conformar la gran fuerza moral y espiritual de un pueblo en lucha, ya que no sólo se defendía el territorio y la autonomía, sino que se hacía defensa de la cultura, la identidad, la religiosidad y de toda una concepción de la vida y del mundo Mapuche.  Estos elementos constituyeron la fuerza necesaria para hacer frente a un enemigo tan poderoso y la posibilidad de una resistencia tan larga y heroica.  Sin embargo, los españoles en la última etapa de la colonia, previendo que no podían derrotar militarmente a los Mapuche, readecuaron su estrategia ofensiva complementándola con la vía de los pactos y tratados que otorgaran poder e interlocución sólo a algunos sectores Mapuche; esto, sumado a formas de intromisión y penetración por la vía política, comercial, religiosa, etc. donde juegan un papel central las masivas incursiones de las misiones, como se mencionó anteriormente.  Esto fue mermando la unidad existente en el pueblo Mapuche, el que sufrió contradicciones al interior de la conducción de la lucha.  Más adelante este giro en la estrategia, es asumido por el naciente Estado chileno, que también practica una política semejante a la española, promoviendo una guerra que en lo táctico va posicionando la ocupación a través de la imposición de fortificaciones que ocupan paulatinamente ciertas áreas de importancia del territorio Mapuche, con una guerra de posiciones que denominaron avance de las líneas de la frontera, hasta ocupar militarmente el territorio en el año 1881 con una guerra denominada, eufemísticamente, de “Pacificación de la Araucanía”, llevada para el efecto por el ejército chileno y el ejército argentino; guerra de extermino que fue promovida y financiada por la oligarquía criolla.  No podemos dejar de mencionar que esta campaña de conquista definitiva tuvo como antesala el fogueo del ejército chileno en la Guerra del Pacífico, contra Perú y Bolivia, de la cual salió triunfante el chileno defendiendo los intereses británicos ligados al salitre y al guano.  Por lo tanto, y a modo de síntesis, la ocupación de la Araucanía fue una operación esencialmente militar para concretar la ocupación definitiva del territorio ancestral Mapuche y consolidar la nueva oligarquía del Estado nación chileno.  Esta campaña de exterminio se encontró con un pueblo bastante disgregado, mermado en su unidad y carente de una conducción estratégica.  Además tuvo gran incidencia como factor técnico en este nuevo contexto de la guerra la incorporación por parte de los chilenos del fusil de repetición rémington, que generó estragos en la población Mapuche y una ventaja considerable en el plano táctico militar.  También es necesario señalar como un elemento de desventaja estratégica para la nación Mapuche, el hecho de la aparición al interior de los  Mapuche de sectores que privilegiaron una salida “parlamentaria” o de “pactos” que desmovilizó a gran parte de nuestro pueblo, no previéndose una arremetida de tipo militar definitiva.

    

ABP.  ¿Cuáles son los principales problemas del pueblo Mapuche hoy?

 

J.LL.:  El Pueblo Nación Mapuche se encuentra en estado de opresión por el Estado chileno, que tiene como ejes centrales la continuación de una invasión territorial histórica, con la negación de derechos territoriales y políticos de autonomía, dando continuidad a la invasión y opresión de que es objeto nuestro pueblo.  Lo que en el último período se agudiza por la transnacionalización de la economía tanto a nivel regional como internacional.  A modo de graficar la situación actual podemos decir que nuestro pueblo se encuentra inserto en estructuras de dominación capitalistas, lo que impone un tipo de dominación económica, política e institucional.  Con un tipo de dominación superestructural de tipo ideológica y cultural, que podríamos decir que es la continuidad del colonialismo ideológico aplicado por los invasores.  Más aún, nuestro pueblo se encuentra en riesgo frente a una fuerte arremetida de procesos de inversión capitalista, que ponen en serio peligro la proyección de las comunidades en zonas ambicionadas por la oligarquía local y las multinacionales; tal es el caso de la inversión en los rubros forestal, energético y minero, lo que traería como consecuencia la desaparición paulatina tanto física como ideológica de muchas comunidades.  Frente a esta situación el Estado chileno actúa en concordancia con los procesos de inversión capitalista, generando con ello una fuerte confrontación con sus instituciones.  Por lo tanto, la confrontación actual del Pueblo Nación Mapuche es contra el sistema capitalista administrado por un Estado que defiende los intereses de la oligarquía y de las multinacionales.

        

ABP.  ¿Cuáles son los objetivos centrales de la lucha del pueblo Mapuche?

 

J.Ll.:  Bueno, visto desde una perspectiva más general, la mayoría de nuestro pueblo persigue como objetivo inmediato la recuperación de las tierras y ciertos grados de autonomía que permitan vivir con mayor dignidad y según la forma Mapuche.  Ahora, desde una perspectiva más avanzada en la cual nos incluimos como organización, perseguimos como objetivos estratégicos la recuperación del territorio ancestral y el restablecimiento de una autonomía plena, lo que implica o lleva aparejado el reconocimiento de la condición de nación y, por el estado en que nos encontramos, el de desarrollar un proceso de liberación nacional que sea sobre la base de un territorio amplio, el territorio ancestral (wall Mapuche) y la independencia nacionalitaria definitiva.  Aquí cabe señalar que actualmente en el pueblo Mapuche existe una heterogeneidad de pensamiento político y muchas organizaciones, de tal manera que dentro del movimiento Mapuche existen fuerzas que plantean la autonomía, pero no todas desarrollan una práctica política e ideológica en tal sentido, ya que algunas organizaciones actúan en dependencia de su participación en el andamiaje de la dominación y se vuelven por tanto funcionales a la  institucionalidad opresora;  organizaciones  éstas a  las cuales denominamos sistémicas.  No obstante, las organizaciones que actuamos más en coherencia con los planteamientos autonómicos y libertarios y que trabajamos desde distintas perspectivas en la acumulación de fuerzas para la liberación nacional hemos ido ganando terreno.  Para nosotros lo fundamental es el establecimiento de líneas programáticas sujetas a un plan estratégico que permita, en el mediano plazo, sentar las bases para el establecimiento de un proceso de Liberación Nacional Mapuche; esto, ante todo, sobre la base de un proyecto de rearticulación de comunidades y la permanente resistencia frente al sistema capitalista y el Estado chileno opresor.

     

ABP.  ¿Cree que se podrían resolver las contradicciones entre el Estado chileno y la nación Mapuche?

 

J.Ll.:  Para nosotros como Coordinadora Mapuche Arauco Malleco la contradicción con el Estado chileno y, principalmente, con el sistema capitalista que domina en la región, se resuelve concretando el objetivo de liberación, que garantice la independencia, la recuperación del territorio, con su consecuente reconstrucción de la Nación Mapuche.

 

ABP.  ¿Cómo caracterizaría el proceso de acumulación de fuerzas en busca de los objetivos que se plantean?

 

J.Ll.:  Entendemos que un proceso de acumulación de fuerzas no debe transitar sobre el andamiaje de la dominación establecida por el estado opresor, porque pierde consistencia en las definiciones ideológicas, políticas y culturales de nuestro pueblo, ya que estas se rigen por estructuras de dominación que niegan todos nuestros derechos fundamentales; por lo tanto, es necesario plantear y ejercitar una vía estratégica que garantice la autonomía, principalmente a través de la resistencia y la reconstrucción de nuestro pueblo.  Es en este marco que nosotros hacemos definición estratégica sobre estos dos pilares fundamentales:  por un lado, el establecimiento de la resistencia Mapuche se rige por los principios de hacer valer todas las formas de lucha para hacer frente a la opresión de la que ya somos objeto hace más de un siglo y que en la actual etapa se agudiza con los procesos de inversión capitalista transnacional.  Se trata de hacer frente a un enemigo directo que es expresión concreta de la dominación y de los actuales procesos de inversión capitalista; resistencia que asume el carácter de políticas de autodefensa y de confrontación ofensiva estratégica para el mantenimiento y la recuperación de los territorios y de los recursos necesarios para el ejercicio de nuestros derechos territoriales y políticos.  Estas expresiones de resistencia van desde las mínimas acciones de desobediencia, con resistencia cultural e ideológica, pasando por la autodefensa de masas, hasta la construcción de órganos de resistencia mayor que garanticen un tipo de accionar ofensivo y estratégico, que incluso nos desafía a hacer esfuerzos mayores para la construcción de una fuerza cualitativamente superior en el plano material y militar que permita enfrentar la beligerancia de un enemigo sistémico y poderoso, sostenido por la oligarquía y el imperio.

 

El segundo pilar de nuestro planteamiento estratégico es un proceso de reconstrucción nacional que está muy ligado a la resistencia, pero que en lo fundamental se asienta sobre la base de un proyecto de recomposición y rearticulación de comunidades; es decir, lo que nosotros denominamos volver a los lof (comunidades), restituir los Rehue (agrupación menor de comunidades) y los Ailla Rehue (agrupación mayor de comunidades), recomponiendo territorial y políticamente las identidades territoriales (poder Mapuche), como base de reconstrucción de la Nación Mapuche.  Esto quiere decir más concretamente, que bajo esta definición estratégica se pretende desarrollar un programa que abarque desde la recuperación del ser Mapuche en su plano individual como social, reafirmando su concepción identitaria y cosmovisionaria.  Lo que implica la recuperación de la cultura en todas sus dimensiones.  Pasa también por el ejercicio pleno de las distintas visiones y manifestaciones propias del mundo Mapuche.  Implica también el desarrollo de una política de acumulación de poder Mapuche sobre una base política -cultural y económica productiva; por lo tanto, la reconstrucción es absolutamente necesaria ya que implica poner fin al proceso de desestructuración política, ideológica y cultural de nuestro pueblo recomponiendo los elementos que nos particularizan como Mapuche y como Nación Originaria.  Aquí tiene vital importancia la recuperación de todos los elementos que nos caracterizan y nos diferencian frente a un estado de dominación, que no sólo impone estructuras injustas y genocidas, sino que impone una concepción occidental que niega el derecho de los pueblos originarios a vivir de acuerdo a su particular condición cultural e ideológica.

 

ABP.  ¿A qué tipo de organización social aspira la nación Mapuche?

 

J.Ll.:  De partida indicamos que nuestro objetivo fundamental es volver a ser Nación Mapuche, lo que implica – como ya se ha sostenido - un tipo de sociedad de acuerdo a nuestra concepción identitaria y cultural, en que la visión colectiva predomine por sobre la individual.  Un tipo de sociedad que recoja los elementos más sólidos de la vida comunitaria que desarrollaba nuestro pueblo anteriormente; esto será posible a través del refortalecimiento de la identidad y la cosmovisión Mapuche.  Cabe destacar que nuestro pueblo siempre ha sido resistente en el plano cultural e idiosincrático, lo que permite contar con los elementos suficientes para viabilizar un tipo de sociedad comunitarista.

 

ABP.  ¿Pero juega algún papel trascendental el rechazo a la cultura occidental?

 

J.Ll.:  El rechazo a la  cultura occidental más allá de hacer frente al sometimiento ideológico y cultural que impone la dominación económica y política hacia nuestro pueblo, fue en esencia la forma asumida por nuestra gente para autoafirmarse y vivir en relación a su pensamiento y creencias.

 

Ahora, volviendo al asunto del tipo de sociedad que se pretende, afirmamos que si  estas definiciones las  canalizamos en un  marco ideológico y político,  no  sólo lograríamos la acumulación de fuerza en el plano estratégico sino la posibilidad real del restablecimiento definitivo de la sociedad Mapuche.  Una sociedad basada en comunidades con un sistema comunitarista de reproducción social y cultural, en donde los patrones de conducta se rigen anteponiendo los valores colectivos y socialistas para la obtención de un bien común, y a esto agregamos el hecho de un tipo de concepción de sociedad que respeta el medio para sostener una vida en equilibrio que pasa por el profundo respeto que tenemos a la naturaleza; por lo tanto, constituye un tipo de sociedad más sana y justa que fue la que construyeron nuestros antepasados y que defendieron con mucha fuerza.

 

Agreguemos, que esta sociedad sería el medio necesario y suficiente para reproducir en forma coherente y consistente nuestro pensamiento y práctica cultural, a decir de todas las expresiones en los distintos ámbitos económico, productivo, social y político, y en donde lo fundamental se centra en el ejercicio de una práctica religiosa y espiritual de reafirmación del ser Mapuche.

        

ABP.  ¿En los objetivos de la lucha de resistencia se plantean la posibilidad alterna de incluirse dentro del Estado chileno?

 

J.Ll.:  No, desde nuestra posición como organización C.A.M., definitivamente no; por la esencia misma de la estructura de dominación que tiene el Estado chileno, que sostiene un modelo neoliberal básicamente pro imperialista.  La concepción Mapuche plena entra en contradicción insalvable y absoluta con el sistema capitalista que se sustenta en la explotación del hombre, la depredación del medio, con la concentración de riqueza en manos de unos pocos y la consecuente pobreza y opresión de las mayorías.  Actualmente el Estado chileno pretende canalizar las demandas Mapuche sobre una base política, jurídica e institucional sometida al dominio económico y político del capitalismo pro imperialista; con lo cual sólo abre espacios de “participación” con asimilación para el logro de una “integración”, que en el fondo persigue como objetivo estratégico la desaparición física e ideológica de las comunidades, restando así la viabilidad de un proyecto de reconstrucción de la nación Mapuche.  En este marco no sólo se ha creado una legislación con planes y programas que generan mayor dependencia y desestructuración en el mundo Mapuche, se da continuidad a las políticas de colonialismo ideológico.  Por lo tanto, nosotros planteamos la autonomía como un objetivo estratégico y como una práctica política, ideológica, cultural cotidiana, que va desde la desobediencia al sistema y sus instituciones como a su cultura dominante; esto se logrará a través de las recuperaciones de territorios aparejado con la reproducción de nuestras manifestaciones culturales que nos permitan en el mediano plazo el restablecimiento de zonas de control territorial Mapuche.  Para el logro de estos objetivos, se debe generar un rompimiento con las estructuras de dominación.

 

ABP.  ¿Dentro de los planteamientos que han elaborado para el desarrollo de la lucha, se han propuesto relacionarse y coordinar acciones con otras fuerzas políticas, revolucionarias en el ámbito continental?

 

J.Ll.:  Sí, por nuestros planteamientos ideológicos y políticos y por nuestra práctica autonomista y libertaria nos hemos ido definiendo antioligárquicos, anticapitalistas y antiimperialistas; por lo tanto, revolucionarios Mapuche; eso desde la expresión de la Coordinadora Arauco Malleco.  Efectivamente, por la comprensión que hacemos de la correlación de fuerzas que es necesario desarrollar en el plano de nuestras estrategias a nivel local e internacional, se hace necesario también definirse internacionalista con las causas de liberación y las de transformación social que pretenden estructuras más humanas y justas.

 

En primer lugar, dada nuestra lucha por la autonomía y porque somos un pueblo invadido con un territorio ocupado que reivindica la idea fuerza de la nación Mapuche es que nos identificamos ideológicamente con las causas de liberación que más se nos asemejan; en esos planos cabe destacar las justas y gloriosas luchas que desarrolla el pueblo vasco y el pueblo palestino, así como de otros pueblos que luchan por su territorio, cultura y autonomía, abrazando y compartiendo con fuerza las causas de la reconstrucción de los pueblos originarios del continente como son, por ejemplo, la lucha de la Nación Quechua y Aymara, así como otras.  Pero en el marco de definiciones anticapitalistas y antiimperialistas compartimos plenamente los procesos que buscan la transformación de sociedades dominadas por la oligarquía y el imperialismo y que tales procesos sean llevados adelante por legítimas y fuertes organizaciones con visión estratégica revolucionaria de transformación.  En ese plano cabe señalar a los poderosos y consecuentes movimientos político - sociales del continente, destacando un Movimiento Bolivariano y la insurgencia que se enfrenta de forma heroica en tierras colombianas.

 

Pensamos y creemos que los procesos de convergencia ideológica de las organizaciones que se plantean procesos revolucionarios deben sentarse sobre la base de una verdadera práctica en tal sentido; es por ello que saludamos los esfuerzos que se realizan para discutir los planteamientos y buscar la unidad sobre la base del respeto y la solidaridad de cada uno de los procesos.  De nuestra parte haremos los esfuerzos de encontrarnos y converger con las instancias que actúen consecuentemente con las posiciones  anticapitalistas y antiimperialistas, sin caer en los espacios que ofrecen el imperialismo y la institucionalidad de los Estados opresores.  Es por ello que estamos compartiendo estas simples apreciaciones que buscan posicionar nuestra lucha, primeramente con los movimientos más consecuentes y que efectivamente luchan por la justicia y por una sociedad mejor.

 

 

ABP. Gracias a usted y, claro, estamos seguros que triunfarán…, que triunfaremos.