ANÁLISIS DE LA LUCHA DE LA C.A.M.

MOVIMIENTO MAPUCHE Y PROYECCIONES

Documento resultado de la conversación que sostuvo la revista Weftun con dirigentes de la C.A.M.

 

 

1.  SITUACIÓN ACTUAL DE LA C.A.M.

 

La C.A.M.como organización, atraviesa por un momento diferente que hace un tiempo atrás, básicamente por un contexto socio político marcado esencialmente por una fuerte represión hacia el movimiento  mapuche, sumado a una campaña de silenciamiento de los planteamientos y las experiencias que llevan las comunidades en conflicto que están  dirigidas políticamente por la Coordinadora.  Este contexto ha hecho que se den una serie de situaciones nuevas al interior del movimiento mapuche y, en particular, de la C.A.M. 

 

Si bien en un momento, nuestra organización surge como una agrupación de comunidades que se planteó conflictos frente a empresas forestales o a latifundistas, posteriormente, a raíz de una confrontación con las fuerzas del Estado y del empresariado, empieza a haber una  cantidad de posiciones al interior del movimiento mapuche de la cual la C.A.M. pasa a convertirse en una expresión política nueva con gran influencia en comunidades, sobre todo en aquellas que desarrollan conflictos, además, empieza a complementarse con una militancia más activa y más comprometida  por parte de los mapuche, pudiendo ser lonko, werken, weichafe u otros miembros de comunidades, de modo que  nos constituimos como una organización que si bien dice representar a las comunidades en conflicto, no necesariamente están todas estas comunidades representadas en un cien por ciento de militancia en torno a la C.A.M., sino más bien hemos llegado a ser, una expresión que ha ganado terreno en el plano político y en el plano de la práctica política, en el terreno de la lucha mas  confrontacional.  Por lo tanto, hoy día podemos decir que más que nada la C.A.M. es una organización que se ha  instalado en la realidad de las comunidades como una fuerza social, política y de resistencia mapuche.

 

En un principio, la idea era desarrollar un proceso de recuperación de tierras masivo que confrontara con la política del Estado en relación  a este tema, luego estos procesos alcanzaron niveles cualitativamente superiores de lucha, en el sentido de que ya no se esperaba una salida al problema definido desde la oficialidad , ya sea  través de la política indígena, de la política de entrega de tierras o sobre la base de negociados o de otras dádivas gobiernistas, sino más bien, se fue desarrollando un proceso de desobediencia con resistencia que trajo como primeros resultados a este tipo de lucha, un mayor desarrollo en los planos productivo, económico, cultural e ideológico de parte de las  comunidades que se enfrascaron en  recuperación productivos autónomas que, más tarde, en un marco de mayor experiencia, denominamos de control territorial mapuche.  

 

Estas expresiones de control territorial fueron  el pilar fundamental para sostener lo que nosotros hemos  planteado como demanda concreta sobre territorialidad, sobre la lucha por el territorio y por la autonomía. En la medida en  que se luchaba por conquistar mayores espacios de tierras para las comunidades e incorporarlos realmente a la vida comunitaria, se ejercía desobediencia y negación a la opresión, expresada esta por la institucionalidad, por el sistema.  Por lo tanto, significaba también, la  reconstrucción de una organización política mapuche necesaria que, con los valores y elementos culturales  propios, dotaba de una  mayor  fuerza autonómica y libertaria  para  levantar una  propuesta de liberación del pueblo Nación Mapuche.

 

Ahora bien, este proceso de lucha, liderado principalmente por la C.A.M, tuvo sus  detractores y reveses al interior del movimiento mapuche, ya que hubo  otras organizaciones que entraron en proceso de pactos y de negociación de modo apresurado, y estos intentos no se traducían más que en eso:  pactos con ciertas componendas que sólo beneficiaban a la dirigencia y no a las comunidades.  Con estas malas experiencias se dieron las condiciones para que el gobierno creara una  plataforma de cooptación dirigencial y de organizaciones, en la medida de que esto era requisito para establecer la paz social necesaria que beneficiara obviamente a los intereses de las transnacionales y a los procesos de inversión capitalista  que invaden el territorio ancestral  mapuche. 

 

Es en este escenario cuando la Coordinadora entra en un proceso de lucha mayor que revienta el contexto socio político de la Ley Indígena y de otras formas institucionales que reproducen la opresión estatal; pasa a tomar la iniciativa a través  de una estrategia de lucha más confrontacional que, principalmente, era llevada a cabo por comunidades enteras que entraban en procesos de recuperación territorial, validando  y ejerciendo a su  vez la resistencia  mapuche.  Ese proceso se vio un poco alterado o tuvo algunos reacomodos en la medida en que el sistema y las autoridades de gobierno comienzan a implementar una  política represiva y una política social, integradas ambas, en un proyecto de contención de la lucha mapuche, para que esta no se desarrollara hacia un proyecto mayor, que nosotros hemos denominado de “la creación de las bases para la Liberación Nacional”.  Por lo tanto, a raíz de la represión se genera una dispersión, se da  un repliegue obligado de nuestra parte y de las comunidades, más bien se define un reacomodo táctico para poder enfrentar con nuevos elementos la lucha mapuche.

 

En la actualidad, la Coordinadora está abocada a mantener los procesos de control territorial, proceso que va desde la  lucha por la tierra, la  lucha por la autonomía y la  resistencia frente a nuestros enemigos; en ese sentido, también estamos llevando adelante un proceso de reflexión y de reafirmación, a través  principalmente de la discusión y el análisis de nuestras experiencias para lo cual creamos algunas instancias de participación más directa entre nuestras comunidades para que puedan aflorar los elementos de tipo ideológico y valóricos necesarios, que sean sustentadores de este proceso.  En ese sentido, reafirmamos lo que venimos expresando, lo que se ha dicho en su momento y se ha repetido en todas nuestras expresiones públicas, tanto a través de comunicados como de las entrevistas, que será sólo a través de un fuerte trabajo en las comunidades con un sostenido trabajo de base, la forma en como podremos desarrollar verdaderos procesos de recuperación territorial y político.  Esto se hará a partir de las recuperaciones de tierras con la ocupación de espacios territoriales cada vez más amplios, en donde la implementación de un proyecto de articulación de comunidades a nivel local como a nivel de identidades territoriales específicas  posibilitaran la recuperación de espacios territoriales mayores,  y será  través de  la defensa, la resistencia, la forma como se logrará la verdadera  reconstrucción del pueblo mapuche.  Este proyecto de rearticulación, tiene que ser a través de la conformación política orgánica sostenida por lonko, werken, weichafe y comunidades movilizadas, que  hagan  defensa  de la  territorialidad por medio de un poder mapuche propio.  Esta es nuestra estrategia en el corto y mediano plazo, y a eso también se circunscribe el desarrollo de una serie de elementos más, que son propios de nuestra concepción mapuche y que dicen relación con nuestra cultura y nuestros valores.

 

En ese sentido se plantean no solamente la recuperación de tierras como un elemento político dinamizador de otras expresiones política mayores, sino también como una plataforma concreta para revitalizar aspectos  de la concepción mapuche, de la esencia, del ser mapuche.  Tiene que ver con la restitución de distintos elementos que hacen que los mapuche nos vayamos recuperando, reencontrándonos, en un mundo mucho más sano y justo, un mundo mapuche más recompuesto.  En definitiva,  ese es el sentido  último de la recuperación territorial y política por la que luchamos con tanto énfasis.

 

Para el logro de una sociedad  mapuche sana  y justa, es necesario referirse nuevamente a la idea de la revitalización cultural, valórica y religiosa, que no tiene que ver solamente con su importante práctica referida a expresiones tradicionales nuestras que van desde el ejercicio religioso comunitario hasta las prácticas de cotidianeidad  sean esta en la  producción, la  economía, la vida.  Dice relación también con la restitución de todos los elementos que son propios del espacio físico natural nuestro de nuestro hábitat, de nuestro territorio; tiene que ver con la hidrografía, tiene que ver  con las aguas,  los cerros, los bosques, la zoología, la vegetación, el tema arbolar, la medicina natural, los alimentos, en general todo aquello que se relaciona al mundo mapuche.  La reconstrucción de toda esa heterogeneidad y biodiversidad es la que en un momento va a permitir una mayor recomposición de nuestra concepción de pueblo, de nación originaria, y la reafirmación de elementos políticos e ideológicos para la instalación de un proyecto de liberación definitivo.

 

Reafirmamos eso sí, que esta propuesta sólo se logrará con un proceso de lucha mapuche real, de resistencia general, a nivel de todo el Pueblo Mapuche.  Estas expresiones de lucha también tienen que darse necesariamente con un proceso de dignificación, es decir, plantemos la lucha, pero a su vez, debemos ofrecer una salida a la pobreza en que se encuentran las comunidades, abordar  el tema de la economía, el tema de la producción, como resolver problemas concretos que sufren las familias y las comunidades, que es el sustento, que es la sobrevida.  Es por ello que desarrollamos con gran énfasis las recuperaciones productivas. Las siembras y la tala de bosques en suelos recuperados han mejorado sustancialmente la sobrevida de las comunidades, a pesar de que estas se hagan fuera de las normas  y la institucionalidad que impone el Estado. En ese sentido creemos que nuestra propuesta obedece a un desarrollo integral en sus planteamientos; sin embargo, llevar este proceso a una definición cualitativa mayor implica necesariamente estar en permanente interpretación y análisis de los procesos coyunturales, y de los distintos  factores que entran a jugar en el terreno de la lucha mapuche.  Esto hace necesario incluso la evaluación a nivel de lo que puede ser la participación de los mapuche en la política, porque vemos que sectores del movimiento mapuche, aún persisten en participar dentro del esquema trazado desde la oficialidad y principalmente siguiendo las orientaciones de los partidos tradicionales en donde el componente central es la  intromisión de la cultura occidental y de formas de hacer política donde la oficialidad, la dominación, tienen el control.  Por lo tanto, un proceso de descolonización ideológica en ese sentido, también tiene que ver con mayores expresiones de autonomía en la práctica y no sólo en el discurso.  Es por ello, que nosotros exigimos o hacemos un fuerte llamado a que el movimiento mapuche  sea un poco más coherente en ese sentido, principalmente a los que cumplen una misión de dirigencia.

 

Como ya hemos dicho, en la actualidad, nos encontramos abocados a sostener esos procesos de recuperación, a su vez, tratando de corregir los elementos que son propios de nuestra realidad golpeada producto de la  desestructuración que se generó a partir de la dominación.  Y decimos que, esto no es una  labor tan fácil dentro de lo que es nuestra propuesta, es mucho el trabajo que se debe desarrollar en este sentido y son muchas las experiencias que  no dan los resultados o los frutos que se esperan.  Es una línea de trabajo constante, no solamente referida a la resistencia y la combatividad o a la elaboración, sino que también tiene que ver la actitud, tiene que ver con moral, tiene que ver con aspectos que son necesarios para  el logro de la justicia y la solidaridad que caracterizó a nuestro Pueblo y así imponer también un quehacer político de nuevo tipo, que no se había visto anteriormente en el movimiento mapuche del ultimo tiempo.

 

 

2.  VISIÓN SOBRE EL ESTADO CHILENO

 

Para nosotros, existe una lectura muy clara acerca del Estado, es un Estado capitalista, es un Estado comprometido con los intereses de la oligarquía y las trasnacionales, es un Estado dependiente del capitalismo superior hegemonizado por el imperialismo norteamericano.  Por lo anterior es que tenemos claro que la transnacionalización de la economía en esta parte del territorio, es la que va a sellar la suerte de la Nación Mapuche, por lo tanto nuestra lucha es en  contra el sistema capitalista, contra el proceso de transnacionalización económica en  nuestro territorio ancestral; y el rol que le definimos al Estado es de protector, sustentador y administrador de este sistema. 

 

La visión que puedan tener otras organizaciones mapuche en este sentido, puede ser debido principalmente a sus posiciones más de tipo política pragmática, que a la  experiencia concreta en la lucha en el terreno de la confrontación.  Muchas de estas organizaciones se plantean autónomas y se plantean en contra del Estado, pero en la práctica política no son así, más bien son expresión de una actuación política que busca acumular logros dentro del espacio que les conceda la institucionalidad, pactan espacios que les pueda conceder el Estado, en el fondo lo que van haciendo es participar de la institucionalidad, validando estos espacios y con ello, lo único que hacen, es reafirmar el sistema económico, político y social  capitalista que confronta con las comunidades y la Nación Mapuche.  Con esta  participación subyugada de la que son objeto, entraba en parte la idea de levantar una propuesta de autonomía para el Pueblo Mapuche.  Nuestro propósito, en este sentido, es el desenmascarar sus prácticas y ganarles en el terreno de la representación.

 

En relación al rol que cumple el Estado actualmente, nuestra lectura es que, este se ha vuelto mucho más condescendiente con los intereses del capitalismo y de las transnacionales, no solamente en el territorio mapuche, sino en el territorio del Estado nación chileno en su conjunto.  Una concepción de país capitalista, donde se administra un modelo neoliberal, cada vez más fuerte, y en donde se promueve la  transnacionalización de la economía, obviamente que el Estado cumplirá un rol de protección mucho más  fuerte también hacia los intereses de los poderosos.  Si anteriormente, el Estado legislaba en función de políticas sociales un poco más humanitarias, hoy día esto se hace bajo una concepción más política, es decir , prima una concepción de salvaguarda de los intereses capitalistas que puedan garantizar un modelo de desarrollo que solo beneficie a los  poderosos, por lo tanto, la visión que tienen ellos del wall mapu o la territorialidad mapuche, responde a esa perspectiva;  buscar la necesaria inversión desde los intereses del capital, sean estos  fascistas o de corte nacionalista , pero son al fin y al cabo, intereses de inversiones capitalistas.  Desde la perspectiva que se planteen, la oligarquía y el capital trasnacional han hecho una apuesta por la reconquista de los territorios de la Nación Mapuche, esto a través de fuertes procesos de inversión principalmente de los rubros forestales, energéticos, mineros, pesqueros, y de las infraestructuras necesarias para  el desarrollo de estos proyectos

 

Creemos que el empresariado también tiene muy claro sus definiciones, las tienen mucho más claras, incluso, que los sostenedores y administradores de los gobiernos de turno, porque las inversiones en el territorio mapuche responden a los intereses de grupos oligárquicos, que son los grupos económicos más poderosos en el país y se ligan directamente a los intereses transnacionales extranjeros.  Estos grupos económicos son parte de la oligarquía tradicional en Chile, y siempre han tenido claro que a través de la invasión, a través del genocidio, a través de la conquista de territorios y su explotación indiscriminada van a obtener las riquezas que ellos requieren; es la esencia de la oligarquía y es la construcción histórica que ha hecho la oligarquía en esta parte de Chile, por lo tanto, ellos cumplen un rol necesariamente de defensa de sus intereses y lo van a hacer a costa de todo, a sangre y fuego han sostenido más de una vez;  si para ello deben crear una contra insurgencia acomodada a los nuevos momentos de la realidad nacional lo van hacer, será una contra insurgencia para salvaguardar un Estado capitalista, pero principalmente para sostener un sistema  económico y los intereses de los poderosos.

 

 

3.  ROL ACTUAL DE LATIFUNDISTAS EN TERRITORIO MAPUCHE

 

Los latifundistas en el territorio mapuche no necesariamente responden a una categoría específica o se uniforman bajo una línea; existe un tipo de latifundista nuevo, por decirlo así, es más pragmático.  El latifundista tradicional, sin embargo, es el que aun predomina en el territorio, es aquel que defiende a ultranza sus intereses, sin mucha visión de análisis, sin mucha visión de contenido, es la defensa que hace de su latifundio bajo la concepción de patrón, bajo una concepción de momio, de hombre de derecha, recalcitrante, tozudo, esa es una parte del latifundio que hay en el territorio mapuche, incluso se sienten orgullosos de haber masacrado, de haber derrotado y arrebatado las tierras del Pueblo Mapuche, y su discurso hoy día no dista del sostenido tradicionalmente por la derecha dura de este país.  Son racistas, son fascistas, son actualmente los sostenedores de un para militarismo exacerbado y fanático que opera impune en las zonas de conflicto.  Entre ellos podemos mencionar a Luchsinger, Urban, Lizperger, quienes caben en esta categoría.

 

Como ya enunciamos, existe otro tipo de latifundista más condescendiente y rastrero de los intereses  empresariales, por lo tanto, son latifundistas más ilustrados, entre comillas, son aquellos que tratan de incorporarse o van a la siga de la estrategia de las empresas transnacionales y de sus ideólogos o representantes políticos, son sostenedores a la vez de la de administración y línea que se da la derecha económica en el país.  Ahí tenemos a los publicitados abogados Figueroa, Sttapung y al obscuro empresario Carvajal, connotados en la persecución de mapuche y de comunidades.  Son administradores a la vez de sus intereses particulares y son parte de las organizaciones que se dan las empresas forestales y  los agricultores.  Estos representantes de los invasores, son los que más se muestran en la confrontación con el Pueblo Mapuche, llevan el discurso en contra de la s comunidades  movilizadas, se presentan como víctimas y hacen aparecer a otros latifundistas como víctimas de la lucha Mapuche.  Principalmente recrean un discurso que trata de desvirtuar la lucha nuestra, pues se definen abiertamente en contra de la C.A.M., y con ello también tratan de ser sostenedores de una línea política que influya fuertemente en las regiones donde exista fuerte presencia mapuche; es una política del latifundio moderno, es una política de la expresión de derecha económica, patronal y empresarial; política con la que quieren recuperar el equilibrio, como era anteriormente, donde la gente estaba dominada, muy enajenada, producto de la  integración forzada, del inmovilismo y del miedo. 

 

Creemos que estos sectores no van a tener mucha fuerza en la confrontación con el Pueblo Nación Mapuche, porque la defensa de los intereses reales está en la transnacionalización de la economía, sobre la base, ahora, de las inversiones forestales, que es lo que establece la contradicción  principal respecto de la territorialidad.  Estos latifundistas son sólo sostenedores de un proyecto político de la derecha económica en este país, un sostenedor desde la base; por lo tanto, también están siendo instrumentalizados por las grandes fuerzas  empresariales, representados en los consorcios madereros y  las multinacionales.

 

Actualmente actúan como fuerza de choque en contra del Pueblo Nación Mapuche, por lo tanto se hacen presentes en todo lo que es la represión abierta y encubierta, son los que se presentan al parlamento, presionan al ejecutivo, se presentan a la prensa, hacen sus descargos con fuerte contenido ideológico, se hacen pasar por víctimas, reafirmando las trasgresiones al estado de derecho que dicen respetar, creando así un puente con el discurso oficial del gobierno de turno, es decir, influyen en la visión que tiene los administradores del Estado.  Se presentan en los juicios, son los que idearon  la maquinaria de testigos sin rostro, fabrican pruebas y mantienen el contacto directo con la policía local  y los tribunales, básicamente con los fiscales  que hacen gala de su  condición de antimapuche; coordinan con las demás fuerzas que actúan en la represión, inclusive con los medios de comunicación locales y se enfrentan a cualquiera  que  se  ponga del lado de los mapuche, sea este el periodismo independiente o una voz política alternativa.

 

Para nosotros, lo más concreto y lo que fue el detonante de la irrupción de lucha mapuche fue la invasión y devastación de las empresas forestales, sobre eso se desarrolló principalmente la lucha de las comunidades y se sigue desarrollando así en el actual periodo.  Pero el tema ha sido muy bien manejado desde los círculos del poder, porque no quieren hacer aparecer en sus planteamientos, en sus análisis, en sus diagnósticos esta realidad, es decir, la confrontación de los mapuche contra la transnacionalización de la economía.  Por lo tanto, buscan hacer aparecer una confrontación  distinta, llevarla a un plano distinto,  porque si reconocen abiertamente esta lucha, estarían dando cuenta de la efectividad del proceso de Liberación Nacional Mapuche.  Esta presentación de la confrontación que se hace en contra el estado de derecho, en contra de las leyes, en contra de la sociedad chilena inclusive, en contra de su cultura  y tradiciones, es un artificio  que busca el desprestigio de nuestra lucha.  Esta confrontación que también presenta la derecha, de los mapuche en contra de los agricultores, de los - entre comillas - esmerados agricultores de la zona, es también para desvirtuarnos.  Pero nosotros sostenemos que en realidad, la lucha mapuche que se debe dar es, a la larga, en contra de la transnacionalización de los territorios sostenidos por inversiones de tipo capitalistas, cimentadas por grupos económicos poderosos  y base de la oligarquía de este país; por lo tanto, nuestro enemigo central es el sistema capitalista.  Y este es uno de los objetivos que nos hemos planteado, clarificar esta confrontación y situar cuáles son nuestros verdaderos enemigos, y cual es el carácter que debemos darnos para hacer frente a esta realidad.  Por  lo tanto, nuestra pretensión, en ese sentidos, es hacia la construcción de un movimiento mapuche verdaderamente autónomo que se defina anticapitalista, anticolonialista y antiimperialista .

 

 

4.  REPRESIÓN E INTERVENCIÓN DEL ESTADO

 

La represión y la intervención están principalmente dirigidas hacia las comunidades movilizadas, pero en la medida que estas comunidades puedan sostener sus procesos de desarrollo político autónomo, de libertad y de lucha, serán un referente para otro tipo de expresión política que se esté dando en otros sectores del movimiento y del Pueblo Mapuche.  Como la C.A.M. es una expresión dentro del Pueblo Mapuche consecuente y combativa, estamos sufriendo una arremetida represiva principalmente dirigida hacia nuestras filas.  Si la intervención política mediatiza o de alguna manera busca la contención y el freno de la lucha mapuche a través del condicionamiento de la práctica política de otras comunidades manejadas por el Estado, estrategia dirigida hacia al gran conjunto del Pueblo Mapuche.  Nosotros vemos, sin embargo, que este problema de la territorialidad, este problema de la autonomía, son problemas de tipo estructural contra del Estado y contra la transnacionalización; por lo tanto, la intervención estatal que está centrada mayoritariamente hacia comunidades  inmovilizadas es un asunto relativo, ya que  estas  comunidades potencialmente pueden levantarse en cualquier momento y desarrollar procesos de recuperación de tierras, porque no se ha resuelto este problema, que es un problema de tipo estructural. 

 

El diagnóstico que hacemos indica que de la cantidad total de comunidades en este país, son muy pocas las que estarían movilizándose por sus derechos políticos y territoriales, sin embargo eso no deja o no  excluye que las otras  puedan  hacerlo  posteriormente cuando entren en un proceso de contradicción tal, que no puedan sostener sus expectativas por la vía oficial y que a través de nuevos procesos de  recuperación se fortalezca la lucha mapuche hacia  reivindicaciones mayores.  Este es el temor que tienen las autoridades y principalmente los empresarios, que este conflicto pase de ser un problema del campesinado indígena y se transforme en un proceso general, que sea un proceso que irrumpa más allá de lo que es actualmente el conflicto mapuche y que se transforme en un conflicto de tipo nacionalitario, en donde tenga cabida la instalación de un proceso de Liberación Nacional.

 

Nosotros somos una expresión de este planteamiento libertario, lo somos en la teoría y más en la práctica, por eso somos silenciados, nuestra expresión política es silenciada, nuestra experiencia práctica política es silenciada, escondida, tergiversada y demonizada.  En este sentido, efectivamente somos una referencia, un ejemplo para las otras comunidades; somos una expresión necesaria para otras comunidades, y así lo entiende el sistema y nuestros enemigos, y eso explica el afán en perseguirnos y tratar de desarticularnos.  Por lo tanto, aparte de la represión que nos tienen y el silenciamiento de que somos objeto, existe una fuerte intervención hacia otras comunidades, la mayoría.  Creemos que en un análisis de proyección a futuro, estas otras comunidades no serán sostenidas ni manipuladas siempre; llegará un momento en que la contradicción sea tal que se planteen formas distintas de hacer política, de hacer presión y lucha por sus derechos , y en este marco buscarán una referencia, buscarán una expresión que las represente y para eso también está nuestra organización y está la experiencia de lucha de las comunidades autónomas.  Creemos que tarde o temprano muchas comunidades se van a levantar, en ese sentido  pensamos que deben dotárseles de instrumentos ideológicos y políticos para que en ese momento tengan la capacidad de sostener procesos cualitativamente superiores que vayan en la dirección de los objetivos que nos hemos trazado, y que permitan la creación de las bases para una propuesta de liberación definitiva.

 

En el último tiempo ha habido algunas movilizaciones de comunidades que anteriormente fueron partícipes de la propuesta de la oficialidad y de la institucionalidad, pero que al no ver resueltas sus demandas, han asumido posturas más confrontacionales.  En estas experiencias no han existido los suficientes elementos que doten una lucha fuerte y haya continuidad, sin embargo, podemos notar, que hay cierta expresión de autonomía y de resistencia.  Nuestro desafío como organización y para otras expresiones autónomas consecuentes es llegar a estas experiencias, llegar a esas comunidades, apoyar sus luchas y levantar conjuntamente procesos mayores.

 

 

5.  ACCIONES REPRESIVAS HACIA LA C.A.M.

 

Siempre hemos sabido que la represión era una consecuencia inevitable a partir de la situación de contradicción que vivía la Nación Mapuche y el Estado a raíz principalmente de la demanda  de tierras y la reivindicación del territorio y la autonomía.  La represión ha tenido distintos matices; en un principio fue bastante fuerte, después fue una represión más selectiva y más tarde una represión más ejemplificadora, más técnica y, últimamente, es una represión que conjuga mas elementos que son parte de una estrategia mancomunada que es dirigida a través del Estado mediante una política intervencionista de partidos de gobierno, del  oficialismo.  Es la intromisión, la mediatización y campaña ideológica, propagandística, es el control totalitario de las formas de expresión, principalmente a través de los medios de comunicación con el objeto de desvirtuar la lucha mapuche, creando de esta manera las condiciones para la persecución de los sectores mapuche mas consecuentes.  También tiene que ver con un tipo de  represión donde las orientaciones van más por el lado de los esfuerzos de la inteligencia policial, la inteligencia política, lo que en parte, frenó un poco la barbaridad que podría haber generado una represión más fascista o comprometida con los intereses de la derecha mas dura de la zona, como es el caso de los paramilitares que estaban actuando con orientaciones propias, amparados en los latifundistas más recalcitrantes y financiados por las forestales.

 

La represión actual es de tipo judicial y política, es la persecución política judicial que en la actual  escenario socio político y en el contexto internacional se tiende a llamar la judicialización o criminalización de las demandas sociales.  Esta línea represiva, inclusive, es una imposición que viene de mandato imperialista ya que desde el Pentágono se orienta a la criminalización de la protesta social o de los movimientos sociales; y la criminalización y persecución de los pueblos originarios es vista como base para sustentar un orden  social  necesario para que no se  afecte los intereses, de los poderosos en la región.

 

La represión está dirigida al conjunto del movimiento mapuche, pero cobra particular fuerza en contra de la C.A.M., porque es la organización que más se ha comprometido en la resistencia y en llevar adelante los procesos de lucha reales.  En este nuevo contexto, ha sido necesario aprender nuevas formas para dar continuidad a los procesos, ha sido necesario resistir a la represión con nuevos elementos, pero manteniendo eso sí, la  reafirmación de lo propio, de la justeza de la causa mapuche, de los aspectos que están comprometidos, de la dimensión que esta lucha pueda tener y, por lo tanto, la C.A.M. se ha reafirmado  en su práctica política y ha madurado los contenidos  ideológicos de la lucha mapuche y con    esa fuerza se ha emprendido la formación ideológica de la gente para afrontar los nuevos desafíos que nos toca afrontar, formación que pone énfasis en lo valórico y cultural.  Por lo tanto, podemos decir que a la  represión la hemos enfrentado en un buen pie de lucha.

 

Como consecuencia de la represión de parte del Estado tenemos presos y perseguidos políticos, de nuestra parte se ha asumido la clandestinidad como una forma de hace frente a esta persecución, la vemos además como una adecuación táctica para continuar el trabajo orgánico.  Hemos asumido nuevos métodos para sortear los riesgos de la persecución a través de una mejor disciplina y con una formación  militante cada vez más rigurosa que permita afrontar con un compromiso mayor la difícil realidad de una  clandestinidad activa.  Esta nueva  faceta en la lucha, es posible gracias al apoyo con que se cuenta desde las comunidades, también sobre la base de la reafirmación política, ideológica y valórica que tienen estas comunidades, que son las de más avanzada y experiencia en el plano de la autonomía y  la resistencia.  Si no se hubiesen dado estas condiciones, no hubiese existido la posibilidad de que pudiéramos hacer frente a la arremetida de las fuerzas represivas.

 

Producto de la represión también hemos sufrido consecuencias a nivel  de organización.  En especifico se han dado algunos desprendimientos de grupos y gente cercana a la C.A.M.  De alguna manera estos grupos, han reacomodado sus posturas y han entrado en cuestionamientos de nuestra línea política, sin embargo esta expresión es minoritaria, son desprendimientos pequeños que no causan mayores estrago o desmoralización en las filas de la C.A.M., sino al contrario, creemos que necesariamente es parte del proceso de  lucha mapuche, como lo dice claramente un refrán que señala que se separa la paja del trigo y va quedando lo más granado.  Por lo tanto, los mejores elementos van quedando con la postura, en la  línea y en la consecuencia programática que se planteó, y estos desprendimientos producto de cuestionamientos sin mucha base,  se deben a la  insuficiencia política ideológica de los detractores que a la larga asumirán otras posturas más entreguistas, de pactos, de búsqueda de otras alternativas y que a nuestro juicio, no están a la altura de los procesos que se llevan adelante en la lucha mapuche.

 

Haciendo referencia particular al juicio por Asociación Ilícita Terrorista que se ha  montado en contra de la C.A.M. consideramos que éste responde a una estrategia general que ha asumido el Estado y la administración gubernamental , que como estrategia tiene varias formas de asumir el conflicto mapuche.  Por una parte, el problema de las movilizaciones ha generado una suerte de riesgo a las inversiones transnacionales, principalmente en las zonas de conflicto, por lo que se han visto obligados a  criminalizar y perseguir la causa mapuche.  Primero, hay una represión de hecho, una represión que tiene distintas manifestaciones, una represión directa policial, pero que está básicamente sustentada por el aparato político judicial, por lo tanto aquí se ha hecho presente  varios juicios en contra de comuneros y en contra de la organización que está más a la vanguardia de la lucha mapuche, en este caso la Coordinadora Mapuche Arauco Malleco.  Sin embargo, esta estrategia de persecución política judicial no es la única con la que se hace frente a la lucha de las  comunidades en conflicto, sino que también hay un aspecto que es central dentro de esta estrategia y es la de silenciar el conflicto mapuche o darle una forma como el Estado quiere presentarla, se pretende restarle importancia a las movilizaciones y a la existencia de un conflicto con el Pueblo Mapuche; la idea es mantener una imagen hacia lo internacional y también mantener una imagen a nivel interno de la sociedad chilena y hacia las distintas expresiones que puedan  compartir o simpaticen con nuestra lucha.

 

Por otro lado, creemos que más allá de la intervención política y la  persecución policíaca judicial,  y el claro silenciamiento de que somos objeto de parte de la mayoría de los organismos estatales de opinión, así como de los medios de comunicación de masas que, obviamente, al ser de propiedad de los dueños de las inversiones transnacionales en territorio mapuche, hay un tercer pilar que también central en esta estrategia en contra de los mapuche y es la aplicación de una política social de tipo paliativa y asistencialista para contener al resto de las comunidades que no están comprometidas con reivindicaciones  territoriales.  Esta  ultima  medida, tiene como objeto claro quitar la base necesaria al movimiento mapuche  y así evitar que se levante una propuesta mas avanzada en el terreno de la autonomía y la liberación.

 

Para el Estado la persecución política judicial, la idea de un juicio de este tipo hacia la organización que lidera las movilizaciones, es la forma de ejemplificar y de señalar al movimiento mapuche y al Pueblo Mapuche en general de las consecuencias que pueden traerles si se levantan demandas de tipo reivindicatorias que afecten los intereses de un modelo de desarrollo económico que sustentan.  Por lo tanto, nosotros consideramos que este juicio por Asociación Ilícita Terrorista fue bien planteado desde el poder de dominación, desde las autoridades,  y es consecuencia  de lo  que significa el conflicto mapuche para el Estado chileno.  Los anteriores juicios y, principalmente el de Asociación Ilícita, tienen ese objetivo, perseguir, criminalizar y castigar a todos aquellos que se movilicen y se organicen en relación a los derechos políticos y territoriales de la Nación Mapuche.

 

Por lo anterior, es que consideramos que este juicio ha tenido características desmesuradas, de ahí la importancia que tiene el manejo o el tratamiento que se le hace al tema de parte del poder, y esto obedece principalmente a las orientaciones que vienen de un nivel superior, del imperialismo norteamericano, porque en el último tiempo sus analistas han sacado sendas conclusiones al respecto de lo que podrían significar las movilizaciones de los indígenas a nivel latinoamericano, por lo tanto han definido que es de vital importancia contener éstas luchas a través de la criminalización y persecución de las  organizaciones más libertarias y en ese sentido la criminalización es el instrumento político y jurídico para validar la represión en contra de los pueblos indígenas que luchan por sus derechos.

 

En Chile esta línea ha sido avalada o bien vista por los sectores comprometidos en el conflicto, porque de alguna forma responde a la estrategia de mantener y proyectar los intereses de las transnacionales en territorios en conflicto.  Ahora bien, por lo mismo nosotros hemos definido que este juicio es esencialmente político por las características que le asigna el Estado y en relación a los intereses de los poderosos en la zona, por que se hace defensa de los intereses de un sector en detrimento de nuestro Pueblo, es un tipo de persecución política frente al movimiento mapuche y no tendrá características de imparcialidad, no se darán  juicios justos, por más que se pregone que la reforma procesal  signifique un avance en el tema de la justicia, es todo lo contrario, estamos en presencia de un reordenamiento de la justicia en Chile que busca instrumentalizar el poder judicial como una herramienta para reprimir las causas justas de sectores  golpeados por el sistema y de la legitima lucha de nuestro Pueblo.

 

 

5.  PRISIONEROS POLÍTICOS MAPUCHE Y LUCHADORES MAPUCHE EN LA CLANDESTINIDAD

 

Sobre los Prisioneros Políticos Mapuche, consideramos que son parte del  proceso de recuperación de derechos territoriales y políticos que lleva adelante  nuestro pueblo, por lo tanto, tienen la categoría de luchadores sociales y políticos de nuestro Pueblo.  La opinión que tenemos de ellos es la mejor, por cuanto ha sido una entrega generosa que han hecho por la restitución de sus derechos  tanto en sus comunidades  como para nuestro pueblo en general, en este sentido nosotros los reivindicamos como prisioneros políticos de un estado opresor  que por  subyugarse a los interese de los poderosos encarcela a los mejores luchadores mapuche.

 

Respecto a la situación de clandestinidad de algunos destacados militantes de la causa mapuche,  decimos que esta situación no es nueva, sino que es una situación que se ha  tratado anteriormente, se ha discutido en las comunidades, con los dirigentes y con las autoridades tradicionales y la gente que está comprometida principalmente de la militancia del movimiento  mapuche,  por lo tanto, la decisión de dar protección a los perseguidos no es una definición que haya sido del último tiempo, sino que responde a definiciones hechas en su momento.  De hecho ya existen antecedentes de otros juicios anteriores por los cuales se ha decidido hacer resguardo de la integridad física y  militante de nuestros  hermanos buscados por la justicia chilena.

 

6.  DESPRENDIMIENTOS DE LA C.A.M.

Al tratar el tema de la represión hicimos referencia al hecho de los desprendimientos de la C.A.M., ya que la represión ha permitido ver la solidez o no de los planteamientos políticos estratégicos que desarrolla una organización como la nuestra.  Los desprendimientos de alguna gente, de algunos grupos obedece a una razón ideológica, de insuficiencia ideológica al no logra entender o no logra dimensionar la viabilidad de una propuesta de Liberación Nacional como la que propone y desarrolla la C.A.M., a pesar de existir  primariamente una experiencia  básica tal vez,, en el desarrollo de una concepción de lucha en este terreno. 

La C.A.M. ha mantenido un proyecto político sustentado básicamente  en la autonomía tanto ideológica como programática - práctica, y por lo tanto, sostener una postura así y más aun frente a la represión y al avance de las fuerzas que intervienen en el mundo mapuche, es hoy día un desafío  mayor.  Y solamente lo podrá llevar a cabo la militancia mapuche que entienda el contenido  y  las  dimensiones que tiene la lucha mapuche,  sobre  la  base  de  la territorialidad, de autonomía, de la cultura y  valores que están en juego. 

Por  eso,  pensamos  que estos  desprendimientos  obedecen  más  que  nada  a  un reacomodo de cierta  gente con afanes caudillistas, un reacomodo oportunista inclusive,  a una mentalidad de subvaloración de la capacidad y del actuar de nuestra gente y, más que nada, a la influencia de prácticas políticas de la izquierda occidental que ha hecho que nuestros hermanos que antes creyeron en la vía propia hoy día se vean instados por influencia de estos sectores, a readecuar sus posturas hacia sectores  más entreguistas y claudicantes.  Frente a esto, creemos que con adecuados procesos de discusión y de formación ideológica y el escenario que se genere de confrontación con el Estado irá desarrollando nuevamente un nuevo semillero que reafirme la  concepción nacionalitaria  y de  liberación  que nutrirá nuevamente las filas de  nuestra  organización o  de un movimiento realmente autónomo.

Las personas que se han desprendido de la C.A.M. no tienen argumentos sólidos para esta decisión; lo más común es la crítica que nos hacen, sosteniendo que nuestros planteamientos y nuestra práctica no responde al sentir de las comunidades.   Recogemos este argumento, porque a partir de ahí podemos refutar, y nos  reafirmamos, y esperamos que se asuma una discusión ideológica cada vez mas amplia y seria , que es precisamente lo que buscamos.  A este argumento respondemos, que si no fuésemos sostenidos por las comunidades no tendríamos la más mínima presencia o expresión en la lucha mapuche, ya que es en las comunidades donde nos expresamos en todas nuestras facetas, y por lo cual  volvemos a sostener que, nuestro planteamiento político - ideológico se sustenta en la realidad de nuestro Pueblo, de opresión y sometimiento de que somos objeto y principalmente de cuales son nuestros objetivos estratégicos.  Y es precisamente eso, de que tenemos objetivos estratégicos y desarrollamos líneas programáticas que son coherentes en tal sentido.  Si no, que nos digan, que nos expliquen, cómo recuperamos el territorio hoy invadido de latifundistas y forestales, de seguro que no será solo a través de los  estatutos de autonomía o con presión y ruegos para que se apliquen políticas de devolución de tierras por parte del Estado.  Tampoco será participando con candidatos mediocres y serviles a la política institucional, ya  está  más  que demostrado que esas vías se agotaron.  Sólo a través de una lucha decidida y consecuente  es que podremos hacer valer nuestros mas sagrados derechos de Pueblo Nación.

La C.A.M., nace y se desarrolla sosteniendo que la recuperación del territorio y la autonomía se logran con lucha y resistencia y con un programa político de reconstrucción nacional , eso significa lucha contra los latifundistas y las forestales, recuperación productiva y control territorial y la generación de un poder mapuche real y autónomo.

Este argumento que no enrostran, de que no vamos al ritmo de las comunidades, es el mismo que esgrimieron aquellas organizaciones que en el pasado se alejaron de la C.A.M., a fines del 2000 y que en su momento escogieron el camino de la institucionalidad y terminaron siendo absorbidos por el sistema, hoy las vemos levantando candidaturas lastimeras y generando instancias de participación política rastreras, siguiendo el curso de lo establecido por la oficialidad winka, creando  experiencias sociales productivas con comunidades, que no hacen mas que reproducir el esquema dentro de estructuras capitalistas ajena absolutamente a nuestra realidad social y cultural Mapuche.  Por otro lado, centenares de comunidades se movilizaron, y muchas  con gran arrojo se enfrentaron al sistema, demostrando que  con  organización y lucha se puede recuperar los  derechos  políticos y territoriales, porque en el fondo si ha habido grandes logros, quien quiera afirmar lo contrario se aleja de la realidad.  La demostración está con miles de hectáreas de tierras recuperadas y bajo control mapuche, en el mejoramiento de la calidad de vida de estas comunidades producto de la mejor labor productiva que se realiza en las tierras recuperadas.  Pensamos que, estos grupos disidentes debieron haberse ido en aquel entonces, porque hoy incluso, se vuelven a reencontrar  con las organizaciones institucionales, se alían a aquellas expresiones, que se descolgaron de la lucha mapuche anteriormente; es el caso de la Meli Wixan Mapu, una organización de Santiago que antes apoyaba a la C.A.M. y  que ahora reniega tener vínculos con comunidades en conflicto y busca alianzas con otras instancias, como con la Coordinación de Identidades Territoriales, una organización también urbana que tiene a todos sus dirigentes en puestos de dirección de ONGs, o con  militancia en los partidos  de gobierno.  Estas instancias nunca han llevado a la práctica conflictos serios con el Estado o  con el sistema capitalista.

Para nosotros los argumentos esgrimidos por los grupos escindidos, no son más que una justificación de su incapacidad, de su actitud pusilánime y de poca consecuencia, ya que al mantenerse en la lucha temen perder sus privilegios de dirigentillos acomodados,  no quieren correr el riesgo de ponerse al frente de las movilizaciones y sólo buscan posicionarse fácilmente a través de lo que les ofrece la institucionalidad winka.  Este es el caso de Aliwen Antileo, un dirigente de esa organización y principal instigador de que se den los desprendimientos en la CAM, quien ya ha abandonado definitivamente los postulados radicales que tan soberbiamente sostenía sólo unos años atrás cuando era dirigente público y cuando se daba la posibilidad de hablar sin ser reprimido; ahora la situación es diferente por lo cual ha optado por ir tras las componendas políticas que ofrece el oficialismo.  Por eso lo vemos actualmente sacando provecho de la lucha mapuche y canalizando ésta hacia las salidas más entreguistas y claudicantes.

De la situación de alejamiento de alguna gente más nos interesa referirnos a los que están en las comunidades, ya que es allí donde realmente se sostiene este proceso, más tarde o temprano estos hermanos reflexionaran y volverán  al cause de la lucha verdadera.  A excepción de aquellos oportunistas y cobardes que como yanaconas  no los  queremos en nuestras filas.   

 Por último, decimos que la gente desprendida en su mayoría  no era la que estaba en terreno de la lucha, y por lo tanto no contaban con el ascendiente que otorgan las comunidades a los verdaderos luchadores mapuche.

 

7.  RESISTENCIA MAPUCHE

Este es uno de los aspectos menos tratados por los intelectuales mapuche  y no mapuche  que se refieren a la  causa indígena,  rehuyen al tema o bien mantienen  una  actitud timorata en la forma de como  tratar este aspecto, tal vez para no verse involucrados dentro del movimiento real y sufrir la consecuencias de una posición de defensa de esta línea  o porque carecen de los elementos de análisis  que son parte de la confrontación y beligerancia  que se ha generado  entre el Pueblo Mapuche y el sistema  opresor. 

Pese a que este sea uno de los temas más puntiagudos y difícil de tratar, como Coordinadora lo planteamos abiertamente, porque somos una organización seria y madura y efectivamente somos parte y promovemos la resistencia mapuche, que no sólo se expresa a través de las acciones que se nos enrostran, de las que no renegamos sino que representan todas aquellas acciones, por pequeñas que sean y  que son  llevadas a cabo por las  comunidades en defensa de su dignidad, son de diverso tipo, demostrando su efectividad para hacer frente a la opresión y a las injusticias de que somos objeto, por ello no resulta casual, que alrededor de 50 fundos cuenten con protección policial y paramilitar.  Esto refleja y es parte de la confrontación  entre el  sistema  de  propiedad usurpado y nuestras comunidades que han asumido una lucha directa y valiente. 

La C.A.M. ha sido una de las organizaciones que más ha levantado la línea de la resistencia frente al estado opresor y al sistema capitalista.  Esto responde a la interpretación de la realidad de que somos objeto como pueblo oprimido, invadido y despojado de su territorio ancestral.  Actualmente sufrimos la dominación de las estructuras de los Estados capitalistas chileno y argentino,  y a través de los procesos de transnacionalización de la economía, se nos ha arrinconado aún más, dejándonos en serio riesgo de desaparición física e ideológica; por lo tanto, el derecho a la resistencia y a la rebelión la reivindicamos como parte de nuestra estrategia, tanto para la defensa como para la recuperación territorial.  La resistencia no sólo la expresamos en una confrontación y beligerancia, sino que esta toma distintas facetas y características que al unísono nos permite la autoafirmación de nación originaria.  Por lo tanto, creemos que  a través de la revitalización y el fortalecimiento de nuestra cultura es que adquirirá mayor dimensión la resistencia Mapuche.

El ejercicio de las prácticas de autodefensa que representen y tengan aceptación a distintos niveles de nuestro pueblo, sumado al desarrollo de un poder político cada vez mas autónomo, más el fortalecimiento cultural y religioso de nuestra gente, hará que la resistencia mapuche genere las condiciones concretas para viabilizar un proyecto de Liberación Nacional.

Es en la C.A.M. donde la lucha de este tipo toma una connotación más política e ideológica, ya que se hacen definiciones más precisas de nuestros enemigos directos y de la forma de ir acumulando fuerzas para la consecución de nuestros objetivos estratégicos.  Para ser más claros, diremos que para la realización de una acción operativa, primero se discute y se define la acción, su justeza y necesidad, la forma de cómo vamos a operar, de quiénes van a participar, en el fondo, de cómo vamos a sacar a los usurpadores de nuestro territorio.  Se empieza con presión y con la implementación de políticas de autodefensa en la que se compromete la comunidad, y si es necesario llegar a mayores niveles de confrontación y las circunstancias políticas así  lo requieren se crean los órganos de resistencia con mayor capacidad los que son avalados y representativos de las comunidades.  Jamás hemos asumido una acción que vaya en contra de nuestros planteamientos, o que estos no tengan cabida o no sean respaldadas por nuestra gente, al menos por los más conscientes y valientes.  Es por ello que nuestros weichafe salen airosos de las acciones, porque cuentan con el respaldo y apoyo de las comunidades, es de ahí de donde sacan lo más preciado para hacer frente a un enemigo poderoso, porque este no es  invencible.  Se obtiene la información, el alimento, la protección, se cubre la salida y se sortea la persecución.  Las comunidades son nuestros ojos, nuestros oídos, lo que nos  permite  desarrollar  una inteligencia de combate para salir airosos de la acción emprendida.

Sí, efectivamente accionamos  y operaremos siempre en contra de las transnacionales, principalmente, porque con esto hacemos efectiva nuestra estrategia de reconstrucción nacional.  Nadie más que nosotros los mapuche enfrentaremos y sacaremos a los usurpadores de nuestras tierras y frenaremos así la destrucción del wall mapu.  Sólo la lucha decidida nos permitirá recuperar territorio y reconstruir la  Nación  Mapuche, esa es y será nuestra práctica política más genuina y que requiere de gran compromiso. No basta con sendas declaraciones o una impresionante elaboración de estatutos de autonomía, la realidad es otra , y de nuestro lado pasa por la construcción de una fuerza social, política y militar que haga frente al sistema.  Pero dejamos en claro que estas líneas de autodefensa y resistencia son básicamente políticas y se definen centralizadamente en la organización que vamos desarrollando, se ordenan con los órganos de resistencia que están formados y  activos en las zonas de conflicto.  Estas definiciones obedecen a una plataforma de lucha por la autonomía y la territorialidad  y son llevadas a cabo  por grupos de weichafe, con altos contenidos de compromiso y capacidad combativa, pero que en su actuar llevan en sí valores para  respetar la vida y la integridad de inocentes.  Somos una organización que se sustenta en la verdad y la justicia, y nuestro accionar está dirigido a reconstruir nuestro mundo, una sociedad más justa y solidaria, la Nación Mapuche.  Y en este contexto, concebimos  nuestras acciones  como  actos puros de justicia.

 

8.  EL PROYECTO DE REARTICULACIÓN DE COMUNIDADES

Siempre hemos sostenido que el proceso de Liberación Nacional partirá desde las comunidades, ya que éstas son las que presentan mayores elementos para una propuesta integral que vaya desde los aspectos  mínimos hasta la creación de una plataforma territorial y política necesaria par la reconstrucción nacional.

Uno de los aspectos controvertidos al interior del movimiento mapuche es de dónde se sostiene la concepción nacionalitaria  y la idea de Nación Mapuche.  Algunas organizaciones que se autodenominan autonomistas plantean erróneamente que la vanguardia se construye desde afuera de las comunidades, esto es sostenido por una suerte de intelectuales orgánicos, quienes elaborarían un programa político y lo bajarían a las bases.  La C.A.M. al contrario, ha planteado y ha demostrado que la fuerza social y política se desarrolla y se sostiene en el proceso de lucha que llevan adelante las comunidades en conflicto, liderados por sus propios lonko y mantenida por su militancia activa, sin que sea necesaria la presencia de los intelectuales orgánicos.  Se ha comprobado entonces que son las comunidades organizadas las que en la práctica han avanzado en los planos político e ideológico.  La C.A.M., actualmente, a través de un proyecto de rearticulación de comunidades ha venido dándose una representación política mayor, que hemos de llamar, práctica política de nuevo tipo ,que se traduce en una concepción cada vez más autónoma y nacionalitaria que busca verdaderas transformaciones y crear la condiciones para la implementación definitiva de un proceso de Liberación del Pueblo Nación Mapuche.  De ahí se desprende que las recuperaciones productivas, la autodefensa, el control territorial, las acciones de resistencia y el establecimiento de zonas de control mapuche autónomas, van en esta perspectiva estratégica.  En síntesis, son las siembras, la tala de bosques forestales, la reposición de los lugares sagrados, las ceremonias religiosas, los encuentros comunitarios, la formación política y la consecuencia moral las que reafirman que, desde las comunidades en conflicto dirigidas por la C.A.M., se está desarrollando un pensamiento autónomo, nacionalitario y revolucionario.

 

9.  ROL DE LA C.A.M. COMO FUERZA DENTRO DEL MOVIMIENTO MAPUCHE

 Como ya hemos sostenido, la Coordinadora Mapuche Arauco Malleco es una organización que se planteó desde un principio la defensa de la concepción de Pueblo Nación Mapuche, en esos términos, y se planteó un proceso de acumulación de fuerzas para la  instalación de bases programáticas que posibilitara la Liberación Nacional, o sea, la idea de Nación viene desde los orígenes de la C.A.M.  Por lo tanto, establecer la lucha mapuche como una lucha meramente revindicativa o sectorial o que  representara al campesino mapuche, nunca ha sido la idea de la Coordinadora, sino que desarrollar un proceso de  construcción de una organización que se merece el Pueblo Mapuche para su liberación definitiva y que garantice la reconstrucción de la nación originaria como tal, desde una perspectiva propia ideológica, política y culturalmente con sus elementos de territorialidad, de país.  En ese sentido, hoy día el rol de la Coordinadora es mantener esa vía de la reconstrucción de la Nación Mapuche, esto a través de un proceso de Liberación, obviamente; Por lo tanto, nuestro proyecto político se irá construyendo sobre la base de la negación de la institucionalidad opresora. Desde el momento mismo de la invasión o del momento mismo de la derrota político militar que sufrimos, se construye  una situación , vista desde un plano ideológico político de que somos un Pueblo invadido militarmente, por lo tanto somos un Pueblo oprimido que tiene derecho a la Liberación.  Por ello, la coherencia del planteamiento de liberación dice relación con esta lectura, unido a la realidad de que actualmente estamos nuevamente amenazados por el sistema.

El resurgimiento del nacionalismo en el Pueblo Mapuche no tiene mucho sentido si es sobre la base solamente de la elaboración o de la visión académica que puedan tener algunos teóricos, sino que tiene que ver con el despertar mapuche, tiene que ver con el trabajo de base, tiene que ver con una proyección política que se desarrolla desde las propias comunidades que luchan por su tierra, que luchan por sus derechos territoriales y políticos.  Y desde ahí tienen que plantearse un proyecto de rearticulación de las comunidades que implique una concepción mucho mayor de Pueblo y de Nación, hacia allá va nuestro proyecto.

Hoy  día  el rol de  la  Coordinadora es vanguardizar en ese sentido, pero con la práctica política más que nada; por eso las experiencias de control territorial, por eso las experiencias de desarrollo productivo y la construcción de una suerte de gobierno propio mapuche, con línea propia, con desobediencia y  resistencia hacia todo lo que sea cultura occidental expresada desde el estado opresor.  Es la  confrontación hacia los intereses transnacionales, porque son los sostenedores de la dominación en contra del Pueblo Nación Mapuche, son los sostenedores de un Estado capitalista, por lo tanto, plantearse la Liberación Nacional no es una cuestión netamente de elaboración teórica, sino que tiene que ver una experiencia más fuerte, de profundización de los elementos ideológicos - políticos en el terreno mismo de la lucha y  para  eso es necesario  un trabajo  que  sustente los elementos o pilares que tienen que ver con la territorialidad, condición absolutamente necesaria para la reconstrucción del país mapuche.

Actualmente, las otras organizaciones que están dentro del movimiento mapuche, van en un sentido inverso podríamos decir; primeramente, se van cuestionando los elementos ideológicos sobre lo que debería ser la lucha mapuche, se plantean en un plano tal vez político y no tanto ideológico la lucha de liberación, están más en la idea de ser parte del movimiento mapuche autónomo, entre comillas, pero no necesariamente desarrollan una base programática o una propuesta política en ese sentido que les permita acumular fuerzas desde allí.  Nosotros vemos que su experiencia  transita en la línea de la oficialidad,   hacen política dentro de la oficialidad y, por lo tanto, no consiguen muchos avances en el plano  de los derechos políticos y territoriales que  ya se plantea gran parte del Pueblo Mapuche.  Actualmente, las vemos interesadas o desarrollando experiencias en el terreno electoral, en el terreno de ganar espacios dentro de la administración del Estado,  pero algunas organizaciones que son un poco más avanzadas,  al menos en el terreno del discurso  han planteado una suerte de administración autónoma o una suerte de poder supra estatal o fuera del Estado, interesante propuesta, pero no cuentan con una realidad orgánica ni política  para acumular fuerza y ser capaz de defender esa lógica, por lo tanto, también caen a la larga en una experiencia de tipo institucional y sistémica.

Sin embargo, reconocemos que en el último tiempo ha existido un notable avance en la discusión en torno a lo que es la lucha por la Liberación por parte de otras agrupaciones mapuche, lucha que también está tomando fuerte arremetida en otros lugares en donde la existencia de los pueblos originarios está sumida en una situación muy parecida a la nuestra.

También hemos visto algunas expresiones dentro del movimiento mapuche que han planteado la  necesaria  unidad de  los distintos sectores mapuche en la idea de levantar una fuerza mayor, pero el planteamiento de  esa unidad es hecha desde arriba, construida desde las dirigencias y no sobre la base  de una  lucha concreta en el terreno, sobre una lucha que tiene que partir desde las comunidades.  A lo más, lo que vemos expresar es un llamamiento de unidad en torno a derechos humanos, una lucha en torno al tema de los juicios o de los presos mapuche, pero no necesariamente es una unidad en la lucha que articule comunidades movilizadas por los derechos políticos de autonomía o sobre una estrategia de recuperación del territorio, sino más bien es una lucha que recoge emblemas y que recoge ciertos hitos coyunturales que son de resonancia publicitaria y de ahí tratan de abocarse a una tarea más unitaria.  Sin embargo, no deja de ser interesante esta propuesta, pero creemos que deben haber más elementos  para concretar la anhelada unidad y que esta deba ser sobre la base de una verdadera postura por la reconstrucción Nacional.

  

10.  POSIBILIDAD DE UN PROYECTO COMÚN CON OTRAS EXPRESIONES MAPUCHE

 En la medida de que la lucha mapuche se vaya clarificando en sus contenidos ideológicos y políticos, obviamente que  esto trae como resultado la búsqueda de la  necesaria  unidad con otros sectores.  Todos los pueblos que han luchado por su libertad llegan a establecer tácticas de convergencia con sectores afines en una propuesta de verdadera Liberación.  Sin embargo, cuando vemos expresiones en las que se cuestiona por ejemplo, los elementos con que la Coordinadora  reafirma  la resistencia mapuche, cuando se reniega del uso de ciertas formas de lucha, es muy difícil que pueda haber un avance sustancial en ese sentido, mas aun si en la actualidad persisten  las voces que fueron disonantes de las expresiones de  la resistencia que desarrollaban algunas comunidades .

Inclusive en la Coordinadora se dio un desprendimiento de alguna gente que apoyaba la resistencia  como es el caso concreto de la organización Meli Wixan Mapu, organización urbana que en un principio apoyaba a la Coordinadora y posteriormente dejó de hacerlo.   Ahora esta organización  busca alianzas con otros sectores que mediatizan los planteamientos de la autonomía y la territorialidad  y no necesaria mente plantean la resistencia o la legitimidad de todas las formas de lucha.  Dicen ser mas pragmáticos  y plantean la  lucha a través de otras cosas, como la de levantar candidaturas o generar propuestas al gobierno  y  ganar los  espacios que se ofrecen allí,  al final, entran en el juego del sistema porque al fin de cuentas no tienen una capacidad real ni la fuerza dentro del movimiento mapuche  que les permita levantar una  propuesta mas autonomista, además de que no se sentían representados por esta, por lo cual terminaron descolgándose de una organización que sí la tenia.  Por lo tanto, no es posible lograr una unidad real cuando se está frente este tipo de vacilaciones e inconsecuencias que  son parte  a su vez de  una insuficiencia de tipo ideológica y política. 

Consideramos que hay otros sectores que pueden tener más cercanía con nuestra postura, porque han estado más cerca  de reivindicar la línea del weichafe, de reivindicar al  lonko y werken  y de prestar su apoyo a las comunidades en conflicto, de  hacer  un  rechazo  y hacer frente a la  presencia  represiva en contra del movimiento mapuche.  No son grupos tan gravitantes, pero a la larga pueden convertirse en elementos significativos para algunas experiencias de unidad y de trabajo conjunto.  Actualmente como C.A.M. hemos establecido relación con estas expresiones mapuche, pero principalmente nos relacionamos mas con las comunidades ya que con ellas nos  hemos encontrado en la lucha directa, en la resistencia directa.  Mucha gente inclusive pensó que nosotros tratábamos de ganar espacios a las otras  organizaciones tratando de quitarle la dirección de comunidades o de disputarle la dirigencia, no necesariamente esto fue así; nosotros llevamos un planteamiento de tipo programático concreto a través las recuperaciones de tierra, a través de las expresiones de resistencia, de reconstrucción y en  ese ámbito algunas comunidades, algunos sectores dentro de las comunidades y algunos militantes mapuche dentro de esas comunidades hicieron sus experiencias y se encontraron con nuestra gente organizada, venían de otras organizaciones,   pero  para  hacer  esa   práctica  política  nueva  entraron en convergencia con la Coordinadora.

Actualmente no mantenemos ninguna relación política, ni conversaciones políticas con otras organizaciones mapuche, creemos que estas se irán dando en la medida que estas agrupaciones logren una expresión real de construcción desde las comunidades, desde las bases ,y se planteen consecuentemente  en  relación a que se está frente a un Estado opresor, a un sistema de dominación y que, por lo tanto, hay que asumir una línea estratégica en el sentido de hacer frente a esta cruda realidad.  Actualmente no vemos a las organizaciones mapuche en eso, salvo la rebeldía que demuestran de vez en cuado los sectores estudiantiles, por lo tanto, no tenemos una experiencia de entendimiento o de relación con ellos; probablemente más tarde existan mayores expresiones en algunas comunidades, que de forma autónoma puedan hacer una experiencia similar a la Coordinadora, de hecho ya han existido algunas movilizaciones en las que se han dado fuertes confrontaciones  entre mapuches y las fuerzas represivas y han tenido que  pagar los costos políticos de asumir una postura así,  con estas expresiones nos vamos a ir entendiendo en el terreno, al calor  de la lucha,  y al tenor de la búsqueda de mayores elementos que potencien nuestro compromiso para lograr la definitiva liberación.

 

11.  LA  CAM Y SU RELACION CON LA IZQUIERDA Y  OTRAS EXPRESIONES SOCIALES

 Al interior de la C.A.M. se ha venido dando un proceso interesante de discusión, de reflexión a partir de la verdadera naturaleza de la lucha mapuche, es la búsqueda de una dimensión mayor de los contenidos ideológicos para hacer frente en la actual etapa y de lo que podríamos proyectar a futuro.  En este proceso,  no todos los que están participando en la organización tienen una misma visión o una misma postura, y eso ha hecho que exista alguna gente que se  haya visto obligada a  alejarse de la organización, porque no han compartido algunos de los planteamientos de esta; sin embargo, dejamos bien claro que los postulados y los elementos políticos e ideológicos de fondo de la organización se mantienen en su contenido central.  En su momento la Coordinadora hizo definiciones sobre la postura ideológica autónoma  basado en  un cuerpo teórico, ideológico, y doctrinario que  fuera  propiamente  mapuche,  que  recogiera los  elementos del pensamiento que nos dejaron  nuestros antepasados, que hiciera lectura del presente con métodos  de interpretación de otras corrientes, pero adecuadas a nuestra realidad, pero siempre pensando en la concepción cosmovisionaria y cultural que tenían nuestros ancestros para definirse  mapuche.  Es la reafirmación de la idea, del sentimiento y  de la concepción mapuche; esto hace que se hagan definiciones propias y se construya una línea estratégica propia, sin vínculos de ningún otro tipo, ni de las corrientes políticas internacionalistas, ni con los partidos u organizaciones que tenga interés de hacer expresión en la realidad chilena.

En este sentido, hemos mantenido la autonomía política como un compromiso central en la C.A.M., y  esta postura es la que ha generado también algunos cuestionamientos. Alguna gente ha tenido que    desprenderse de la Coordinadora, porque se han  visto con incapacidad  de mantener este  planteamiento  y han optado por alejarse y buscar alianzas o incorporarse a otras expresiones políticas, principalmente de la izquierda. Sin embargo, nosotros consideramos que en estas decisiones, hay un error importante, ya que siempre es necesario levantar la idea nacionalitaria, la idea de la autonomía, la idea de la independencia de nuestro movimiento, de nuestras fuerzas y de nuestro proceso; por lo tanto, la reafirmación en estos planos es una tarea necesaria siempre, en la etapa actual y en el futuro.  Nosotros creemos que los desprendimientos de alguna gente, que no han sido muy importantes, pero que han afectado de cierta forma nuestra presencia en algunas zonas, obedecen a la práctica política que ha diseñado la izquierda para intervenir en realidades como la nuestra y estas formas han  dejado secuelas en nuestra gente, sin embargo, no vemos mucho futuro en estas prácticas, porque a la larga nuestra gente en las comunidades es un poco más sostenedora de la consecuencia que se planteó desde la Coordinadora y  que por medio de adecuadas instancias de participación y discusión ideológica seguiremos reafirmando una línea autónoma que requiere la lucha de nuestro Pueblo.  

 Sostenemos que la cultura occidental, básicamente la cultura de los partidos políticos que han utilizado al movimiento mapuche, no debieran tener presencia en la actual lucha, sin embargo, existen métodos muy artificiosos de encubrir esta situación de parte de la izquierda principalmente, pero a la larga creemos  que estas formas van a ser develadas.  Muchos de nuestro hermanos mapuche actúan en política  influidos por la izquierda y algunos reciben derechamente las orientaciones de partidos, lo cual no sólo confunde a las comunidades, sino que generan retroceso en el proceso.  Nosotros le echamos derechamente la culpa  de que se hayan dado los desprendimientos a la  intromisión de expresiones de izquierda al interior del movimiento mapuche, instancias con las cuales no mantenemos ninguna relación, ya que no compartimos sus planteamientos políticos y menos su ideología, la que también nos resulta winka, porque es occidental e intolerante.  Por lo tanto, en  nuestra postura  con la izquierda mantendremos nuestro planteamiento de autonomía y de independencia.

 En realidad no tenemos relación con ninguna fuerza política en Chile, y en el fondo esto se debe a que aun se mantienen concepciones ortodoxas y paternalistas  por parte de los partidos de izquierda, que es con quienes debiéramos tener mayor cercanía.  Aun existe, una suerte de asimilación ideológica de parte de ellos hacia nosotros, que no vamos a aceptar, más aun si existe una suerte de manipulación programática en la lucha  mapuche. Mientras exista esta actitud,  desde una concepción racionalista y se de la  subvaloración de nuestra expresiones de lucha,  más nos alejamos de estas posturas, Por lo tanto , en la medida que existan este tipo de expresiones, no vamos a sostener ningún tipo de relación y entendimientos con ellos, entendemos eso si, que necesariamente la lucha del Pueblo Mapuche es una lucha en contra del Estado,  es una lucha contra  la opresión y que en algún momento debiéramos encontrarnos con otras expresiones de lucha que están en ese sentido también,  siempre y cuando se definan de  anticapitalistas y antisistémicos.  Si más tarde se dan expresiones de convergencia en tal sentido,  estableceremos los puentes necesarios para que se logren las alianzas, pero sobre la base de un trato de igualdad, de respeto y de un intercambio entre revolucionarios.

 

12.  ANÁLISIS DEL MOVIMIENTO MAPUCHE Y SUS PROYECCIONES

 El movimiento mapuche en los últimos años, ha sufrido algunos cambios de lo que venía siendo en tiempo atrás, por ejemplo en dictadura, principalmente su salto cualitativo viene a ser parte de la conmemoración de los 500 años; en este sentido podemos decir que las reivindicaciones mapuche siempre han estado presentes, las demandas de tierras, de autodeterminación y cultura siempre han sido parte de todas las organizaciones de este último tiempo.  Sin embargo, ha habido  eventos que han significado la reemergencia  de una nueva concepción de lucha,  sobre la necesidad de otro tipo de organización con propuestas, con planteamientos políticos e ideológicos de nuevo tipo.  Ha significado también, un mayor desarrollo hacia lo que podrían ser los postulados de un tipo de lucha más integral y más coherente en relación a la condición de Pueblo Nación Mapuche.

 Sin embargo aun persiste dentro del espectro mapuche, un abanico de  grupos y organizaciones subordinadas, que continúan siendo parte del seguidismo de la política indigenista  del Estado, es la política indigenista oficial que distintas administraciones en el último periodo han asumido, consecuente con las políticas de integración y asimilación , característica  de todo el siglo pasado y principios de este. Por lo tanto, estas organizaciones se ven subordinadas a todo lo que signifique la política social indigenista que plantea el Estado, y que generalmente asumen que estos temas sean abordados  como si fueran relativos a sectores indígenas campesinos.

 Sin embargo, en el ultimo tiempo, ha habido un fuerte repunte de otro tipo de organización, de otro tipo de pensamiento político al interior del movimiento mapuche, esto surge a fines de los noventa y principios del año 2000, y estaría  centrado básicamente en el concepto de la autodeterminación  y los procesos de liberación, y de esto han sido parte, en algún sentido, organizaciones el Ad Mapu o el Consejo de Todas las Tierras y posteriormente,  otras organizaciones que se definen más  territorialmente o  representantes de ciertas identidades territoriales , pero alcanza mayor relevancia en la práctica política y  el planteamiento con  la organización Coordinadora Mapuche Arauco Malleco.

Podemos afirmar, entonces, que las demás organizaciones mapuche han sido sobrepasadas por una  nueva  corriente  de  pensamiento  político al interior del movimiento mapuche.  Ad Mapu, Consejo de Todas las Tierras y estas otras  identidades que después levantan una Coordinación de Identidades Territoriales, más la C.A.M., serían las organizaciones que se plantean con mas énfasis objetivos de autodeterminación en donde se establecen demandas de territorialidad mucho más amplias que superan las propuestas de las otras instancias , que son derechamente organizaciones que son objeto del seguidismo oficial en la temática indígena como la plantea el Estado y los poderosos.  La expresión más subordinada y que representa al oficialismo, tratando de organizar a  los sectores mapuches inmovilizados y  que  a su vez, pretende cooptar y convencer a  ciertos sectores mas autónomos  es la CONADI, que es la responsable de  desarrollar la política social en el pueblo mapuche, sin tener una fuerte incidencia  o representación en las comunidades en general.

 Ahora, en el último periodo, a raíz de la fuerte arremetida de lucha mapuche ha cobrado mucho más emergencia un tipo de pensamiento que algunos han definido como de  el resurgimiento del nacionalismo  originario mapuche; Sin embargo este tipo de pensamiento no necesariamente está ubicado con fuerza al interior de las comunidades, porque este tipo de expresión, a diferencia de lo que ha desarrollado la C.A.M. en comunidades , ha sido parte de un grupo elite al interior del movimiento mapuche, en donde las ideas que reafirman el nacionalismo  indígena ha sido parte tanto de intelectuales mapuche como de no mapuche involucrados en el tema, y la existencia de esta corriente de pensamiento todavía es muy pequeña al interior de esta intelectualidad, y que nosotros consideramos que se desarrolla desvinculada absolutamente del tema de las movilizaciones o de la realidad de las  comunidades que se han movilizado en este proceso de lucha mapuche.  A diferencia eso sí  como ya dijimos, de lo que ha planteado la Coordinadora, que ha desarrollado un proceso que si ha trascendido o ha podido proyectar en algún sentido nuevos elementos que promueven esta nueva mentalidad de autonomía y de nacionalismo Mapuche. De alguna forma, el pensamiento nacionalitario y la corriente ideológica que surge a partir de esto, está basada principalmente en el desarrollo mismo de las luchas y al calor de reflexiones  en torno al sentido de la estrategia de liberación.

Este salto cualitativo en  principio es sin mucha solvencia, pero ha permitido acuñar elementos importantes y un  tipo de discurso nacionalitario y de liberación que se ha tornado cada vez mas fuerte, es por ello que  nosotros le consideramos  vital importancia, pero hacemos la diferencia entre un planteamiento y su elaboración teórica que vienen desde  arriba ,que si no  cuenta con ningún vínculo o no tiene presencia   desde  la  base,  no  sustenta  ningún  proceso.   Sin  embargo,  si una organización se plantea autonomista, se plantea antisistémica, se plantea por la Liberación Nacional,  reivindicando el derecho de las naciones originarias a desarrollar sus procesos de liberación y ésta  a su vez, cuenta con un buen ascendiente en comunidades o su proceso se sustenta desde las bases mismas, ahí se puede desarrollar efectivamente un proceso en que  las ideas  de Liberación Nacional se implanten en el pensamiento político de los mapuche.  Sin embargo, la CAM no ha sido lo suficientemente categórica en el sentido de implementar así en forma absoluta esta nueva concepción o esta nueva corriente de pensamiento, sino que  ha planteado que las expresiones de lucha que se vienen  desarrollando a partir  de las recuperaciones de tierras, a partir del control territorial y de la reconstrucción de las comunidades  tiene como objetivo  crear bases para más tarde estas comunidades, a través de su dirigencia y de su militancia más comprometida generen los suficientes elementos  levantar una propuesta de Liberación Nacional Mapuche.

Entonces nosotros reafirmamos que, lo que se hace a partir de la resistencia y de la  reconstrucción del Pueblo Mapuche con las experiencias de control territorial, con las recuperaciones productivas y la revitalización de los elementos idiosincrásicos y culturales, son las condiciones  necesarios para crear esas bases, para más tarde hacer una propuesta en general hacia el Pueblo Nación Mapuche, una propuesta de Liberación Nacional que confronte definitivamente los intereses de los poderosos   y nos permita la reconstrucción de la Nación Mapuche.

Ahora, nosotros  entendemos que  este proceso de lucha nacionalitaria , no necesariamente tiene  que ser abordado como lo han planteado otras instancias, por una intelectualidad  elite desapegada de la realidad mapuche, o desvinculada de los procesos mínimos que puedan tener  la expresión mapuche actualmente, porque lo necesario es desarrollar una práctica política acorde con esta ideología, desarrollar una presencia organizacional, mínima que sea, que se  exprese directamente en un trabajo hacia las comunidades, hacia comunidades que tienen la posibilidad concreta de desarrollar procesos  de lucha , de recuperación territorial y política.  En ese marco se ha circunscrito el hecho del desarrollo político de la Coordinadora, eso ha sido uno de los factores por los cuales el sistema  nos ha considerado la  organización  que resulta un peligro para la sociedad y para  la estabilidad del sistema; para la estabilidad de su sistema  democrático y su  Estado de derecho

Ahora bien,  la instalación de una propuesta que  genere discusión al  interior  de  las comunidades  y a  su vez  permita desarrollar un trabajo orgánico desde las bases, implica siempre un desafío para la C.A.M.  y para otras organizaciones que se puedan expresar en tal sentido, pero creemos que los esfuerzos que se puedan hacer  en este terreno, no resultaran en vano, porque ya se esta apreciando un fuerte interés y una  interesante reflexión a partir  del movimiento mapuche, principalmente de aquellos sectores que están  luchando por sus derechos  políticos y territoriales. Y es bajo esta realidad, que se va a nutrir el nuevo germen de pensamiento nacionalitario y autónomo que el pueblo mapuche se merece.