Voz nº1994

Cuando el rio suena es porque piedras trae y en el caso de las denuncias de Hugo Chávez y sus seguidores contra el jefe del ejercito venezolano Rubén Rojas Perez por sus actitudes golpistas se trataba de un aluvión de agua, rocas y lodo.

Al menos así se desprende de los detalles publicadosen estos días por medios de comunicación nacionales sobre una conspiración militar que involucra a cuatro coroneles, 10 generales un vicealmirante y un civil, todos acaudillados por Rojas Pérez, yerno del presidente Rafael Caldera.
Un informe elaborado el 11 de junio y supuestamente entregado al presidente Caldera por su ministro de Planificacion, Teodoro Petkoff, devela el golpe de Estado fraguado por Rojas Pérez con el propósito, entre otros, de abortar las elecciones presidenciales del 6 de diciembre.

Caldera tiene tambien en su poder, segun esos medios, las grabaciones al respecto de los generales Raúl Salazar, agregado militar de Venezuela en Washington, y Noel Martínez Ochoa, jefe del Comando Unificado de las Fuerzas Armadas Nacionales (FAN) y del Plan República que garantiza los comicios.

La investigación que recoge el documento fue hecha por varios organismos de inteligencia de las FAN que mencionan expresamente al yerno del mandatario como el principal involucrado en las acciones golpistas que se preparaban.
Como parte de la intentona, se indica en la versión pública del informe, se realizaron diversas reuniones en distintas direcciones del Ministerio de Defensa, restaurantes capitalinos y la propia residencia de Rojas Pérez. Se organizó una recolecta para recaudar fondos para el golpe la cual se realizó incluso en dependencias de las FAN y en varios ministerios.
En la version publicada por el diario El Nacional se explica que previamente a la intentona se manipularon los ascensos militares y Rojas Pérez ejerció presión para que a su hermano Hernán se le concediera el grado de general de brigada. En ese momento ya eran muy insistentes los rumores de que el presidente Caldera habia resuelto nombrar a su yerno jefe de la Comandancia del Ejercito, en contra de la opinion de numerosos políticos quienes le aconsejaron que no lo hiciera.

Pero ese nombramiento estaba dentro del programa del grupo golpista que intercedía de una u otra manera con el Jefe de Estado para que los oficiales que designara en los cargos del alto Mando Militar estuvieran identificados con los planes de la intentona.

Otra de las acciones, añade ese periódico, fue neutralizar al general Salazar a quien trataron de relegarlo en la Comision Antidrogas para alejarlo del mando real, y al final fue enviado como agregado militar de la embajada en Washington. Si no se lograba impedir los comicios presidenciales, la idea era provocar un conflicto con la candidatura de Chávez Frías para intentar desconocer los resultados electorales sin tomar en cuenta quien resultara ganador.

Aunque las versiones conocidas no explican el por qué de esto último, parece ser que la intencón era desconocer también la presencia del chavismo en las gobernaciones y sobre todo el Congreso, donde puede ser mayoritaria. Rojas Pérez no encontró unanimidad en las FAN sino que, por el contrario, había una triple división en la cual el grupo golpista no era mayoría. En los otros dos, uno era simpatizante de Chávez y el otro institucionalista apegado al apoliticismo de los institutos militares. Se le presentó, además, un problema adicional: desconocimiento total de la cantidad y potencialidad del grupo chavista, incógnita que al parecer aún se mantiene.

Es dentro de este ambiente que el ministro de Defensa devela un supuesto complot para asesinar a Rojas Pérez y la detención de siete implicados, cinco de ellos civiles, cuya identidad no se ha dado a conocer.
El presidente Caldera, emplazado todos los días por los partidos políticos para que intervenga en su condicion de Comandante en Jefe de las FAN, sigue guardando silencio.

El titular de la Comisión de Defensa de Diputados, Luis Manuel Esculpi, negó que el Ministerio o la Comandancia del Ejército, le hayan hecho llegar un informe oficial acerca del pretendido complot de asesinato.
Henry Ramos Allup, jefe de la fracción parlamentaria de Accion Democrática, llamó a Rincón Bravo a impedir que los militares activos participen en el debate electoral y denunció que recibió una «información espeluznante» de que en las FAN se está llevando la contabilidad de quien esta apoyando a quien. Nelson Chitty La Roche, presidente de la fracción de Copei, alertó contra la posibilidad de meter a Venezuela en un baño de sangre.H