Edición 1989, licencia
No. 002357 del Ministerio de Gobierno.
Quincena del 19 de Agosto al 1 de Septiembre de 1998.
SUMARIO Resumen VOZ
15 DÍAS
Enfoque:
Reingeniería militar
Mirador:
El plan Marshall
Sin pan no
hay paz
La posesión
de Andrés Pastrana.
El nuevo gabinete
de Andrés Pastrana.
La nueva cúpula
militar
El asesinato
de Miller Chacón
El cuento de la sociedad civil (por Alfredo Valivieso) El activo Nacional
de Mujeres Comunistas
Los trabajadores
preparan encuentro estatal
Ideología
La central
unitaria de trabajadores estima en 20% la inflación finalizando
año
Monseñor
Pedro Rubiano Sánez
Conferencia Regional Comunista El país
Vasco
Tribuna
|
Sin pan no hay paz
(por Nelson Fajardo) El discurso económico del nuevo mandatario colombiano refleja en pensamiento de la burguesía moderna, que reconoce su incapacidad histórica para articular la nación y generar un criterio de identidad nacional que supere las pasiones regionalistas propias de estructuras económicas feudales. El pasado 7 de agosto asumió la Presidencia de
la República el doctor Andrés Pas-trana Arango, para el período
1998-2002, el cual marca el final del Siglo Veinte y el inicio del Tercer
Milenio, que tendrá mayores exigencias en términos de la
reconstrucción de proyectos alternativos al capitalismo y particularmente
al modelo neoliberal de acumulación de capitales.
El Señor Presidente planteó su compromiso
de elaborar un gobierno libre de privilegios, con una administración
libre de corrupción. Posteriormente centró su atención
en la prosperidad de la nación. Al respecto, relacionó el
impulso a la agricultura y a la industria con el bienestar social de los
colombianos a partir de una buena educación, de salud y de empleo.
Otro componente de la prosperidad será el impulso a una economía
moderna que impulse la inversión. Las fuentes para alcanzar lo anterior
están ubicadas en el progreso del campo y el desarrollo empresarial
colombiano.
El Plan de Ajuste Para alcanzar los propósitos señalados,
el país tendrá que pasar por un Plan de Ajuste cuyos ejes
centrales serán el ajuste fiscal que genera desempleo y desequilibrios
de todo orden y la reactivación del crecimiento económico
equitativo entendido como elemento vital para la estrategia de paz que
contará con un Fondo auspiciado por tres fuentes de financiación
ubicadas en el gobierno, los aportes de la comunidad internacional y los
aportes de los colombianos prósperos. Sin que se nos tilde de pastra-nistas,
podemos afirmar que esos treinta minutos constituyen un discurso propio
de sectores de la burguesía moderna que reconocen su incapacidad
histórica para articular la nación y generar un criterio
de identidad nacional que supere las pasiones regionalistas propias de
estructuras económicas feudales. Si bien es cierto que los propósitos
centrales apuntan a modernizar el país, es bueno recordar que los
problemas históricos y estructurales de la economía colombiana
exigen la recuperación y ampliación de la producción
nacional para articular el mercado nacional; pero, igualmente, para mejorar
nuestras condiciones en el mercado internacional. Desarrollo extensivo
que genere empleo, por un lado, y desarrollo intensivo con un alto componente
técnico y tecnológico, por otro lado, conforman una dualidad
estratégica del progreso. En este sentido, el programa de los diez
puntos y el propio discurso no hacen propuestas estructurales.
Así las cosas, los agudos problemas que vive Colombia tienen raíces profundas en la economía (el pan) y sus derivaciones en el comportamiento cultural, sicológico y político de la clase oligárquica dirigente (la paz). |