Edición 1989, licencia No. 002357 del Ministerio de Gobierno. 

Quincena del 19 de Agosto al 1 de Septiembre de 1998. 
 

SUMARIO 

Resumen VOZ 15 DÍAS  
 
 Editorial:El congreso de la mujer trabajadora 
(por Gloria Inés Ramírez) 

Enfoque: Reingeniería militar 
(por Alvaro Vásques del Real) 

Mirador: El plan Marshall 
(por Carlos Lozano Guillén) 

Hechos y Cifras 

Sin pan no hay paz 
(por Nelson Fajardo) 

La posesión de Andrés Pastrana. 
El cambio está por verse 
(por Alvaro Angarita) 

El nuevo gabinete de Andrés Pastrana. 
Caras vemos, obras no sabemos 

La nueva cúpula militar 
Cambios superficiales 

El asesinato de Miller Chacón 
Mindefensa es responsable 

En Suiza 
Apoyo a Voz 

El cuento de la sociedad civil (por Alfredo Valivieso) 

El activo Nacional de Mujeres Comunistas 
Las mujeres frente al Congreso del Partido 

Breves Sindicales 

Los trabajadores preparan encuentro estatal 
Pastrana y el verbo concertar 
(por Pabloé) 

Ideología 
Cambios en capitalismo contemporáneo 

La central unitaria de trabajadores estima en 20% la inflación finalizando año 
Pastrana decreta alza de gasolina 

Monseñor Pedro Rubiano Sánez 
¿Sólo para quedar en la foto? 

Conferencia Regional Comunista 

El país Vasco 
Donde un pueblo sueña y canta 
(por Carlos Lozano) 

Despeje sin límites 

Tribuna 
A la memoria de un constructor de sueños, Jacobo Arenas, el inolvidable comandante 
(por Luis Alberto Matta) 

Ideología.

Cambios en el capitalismo contemporáneo 

A partir de los años setenta se desarrolló una serie de cambios en la producción que hoy se conocen como la tercera revolución industrial científico-técnica y que implicaron la vinculación a la producción de las adquisiciones de la electrónica, la informática, telemática, cibernética y robótica, exigiendo una reestructuración a fondo del capitalismo, que afecta la división de los procesos organizativos de la producción.

El envejecimiento relativo de los esquemas productivos propios de la fase de la industrialización (fordismo) llevó a la competencia capitalista a la exigencia de la renovación tecnológica y a la urgente necesidad de elevar sus tasas de acumulación, mediante la sobre explotación, el desmonte de la seguridad social, la llamada desregu-larización laboral, a la descon-centración de los procesos productivos y a la creciente contratación de servicios. El crecimiento de los servicios es cada vez más acelerado, y buena parte de las inversiones en capital constante pasan a capital circulante a través del leasing.

Esto se ha traducido en una reducción en números absolutos de los trabajadores, en parte rempla-zados por la tecnología, en parte pasados a la informalidad o a la pequeña producción subsidiaria del gran capital, o lanzados al desempleo vía de la desregularización. En este proceso juega un papel importante el achicamiento del Estado en sus funciones sociales, siguiendo las recomendaciones del neo-liberalismo, no así del Estado en sus funciones represivas. En países como el nuestro el impacto de la estructura social se agrava vía de la apertura económica, que arruina sectores tradicionales de las industrias nacionales y del sector agropecuario, aumentando la marginalidad, los sectores de la población sumidos en la pobreza absoluta, la descomposición social, a lo cual hay que agregar los procesos de urbanización en marcha desde mediados de siglo, que hacen que en Colombia el 70 por ciento de los habitantes esté en las ciudades. Tendencia que continúa agravándose ante el desarrollo de la crisis agraria, ante la competencia que la somete la política de apertura de Gaviria, la creciente concentración de la tierra que arroja a los campesinos a destruir la irremplazable riqueza ecológica de las selvas o a las ciudades a engrosar los cinturones de miseria. 

Consecuencias para el movimiento sindical 

Estamos frente a un debilitamiento del movimiento sindical. El paso del sector sindicalizado se reduce, no sólo en el sector estatal sino inclusive en el sector privado. Aunque la CUT recoge la mayor parte de los sindicalizados, la dispersión continúa en diferentes centrales. A la ofensiva que se ha lanzado en contra de las conquistas laborales en materia legislativa, se suma la compra de fueros de los dirigentes sindicales, lo cual a su vez se traduce en factor de desmoralización para el conjunto del personal sindicalizado, la criminalización de la protesta, y la corrupción mediante ayudas internacionales de las centrales, ONG,etcétera; y sus prédicas de conciliación. Los cambios técnológicos implican modificaciones en los procesos productivos y hacen que el control de dichos procesos se hayan desplazado hacia los técnicos y personal altamente calificado, con mejores condiciones de contratación que la generalidad de los trabajadores, lo cual debilita el poder de presión en caso de conflicto. 

Así como a principios del siglo el papel determinante lo jugaron los trabajadores del transporte (ferroviario y fluvial) en el movimiento sindical, hacia los años cincuenta cobró importancia el sector industrial, y hacia los setenta el estatal, hoy estamos en una etapa en la cual cobran importancia los trabajadores del área energética y de los servicios y dentro de ellos los técnicos altamente calificados. 

Es necesario hacer un replanteamiento 

Todo esto supone de los sindicatos un replanteamiento de prioridades y métodos, ver las estructuras más adecuadas y prácticas que permitan superar el «aparatismo», es decir la tendencia a sólo trabajar con las directivas (en el mejor de los casos) y en cambio proyectar trabajos, de acuerdo con los intereses, con el conjunto de los afiliados. La mayor preparación, el mejor nivel cultural, presentan exigencias también en este terreno, que dicho sea de paso es más favorable para la difusión del marxismo y el estudio científico de la realidad. Que el movimiento obrero proyecte un rol dirigente hacia los usuarios, hacia la comunidad, hacia el movimiento social en su conjunto, lo que hemos llamado la unidad obrero-popular, que eduque a sus componentes en el conjunto de la problemática nacional, con un sentido político, clasista, revolu-cionario,capaz de desterrar el estrecho gremialismo defensista, que tan formidable escuela de oportunismo ha demostrado ser. 

Que se diseñen formas de cooperación con otras organizaciones sociales y las impulse hacia una nueva proyección, por ejemplo con las organizaciones cooperativas, las asociaciones de microempresarios, organizaciones de usuarios de servicios, cívicas, comunales, agrarias, culturales, juveniles, de implica-ciones para el trabajo barrial. 

El panorama urbano en Colombia 

Las grandes ciudades se han convertido en receptáculos inmensos de inmigración de las más distintas regiones del país volviéndose verdaderos nudos de contradicciones de las estructuras económicas y sociales. Las necesidades crecientes no son satisfechas por el desarrollo deformado y dependiente, hundiéndose cerca de la mitad de la población en las condiciones de la pobreza absoluta y abriéndose paso la descomposición social, tornando la situación explosiva. Experiencias como las de Provi-vienda, comunal, cívico, etcétera, deben ser sistematizadas y aprovechadas en el desarrollo del trabajo con estos grandes núcleos de población, por el logro de sus reivindicaciones a la vez variadas y complejas. 

La importancia de la comunicación alternativa 

Aspectos importantes de tales proyectos deben ser los relativos a la comunicación alternativa, que cobra creciente importancia en el tercer mundo y que según estudios de la UNESCO, puede en determinadas condiciones competir con los medios masivos de comunicación, al reseñar justamente la problemática de la comunidad y responder de manera específica a sus necesidades. Este no es un aspecto secundario hoy cuando la monopolización de los medios de comunicación alcanzan índices tan altos de concentración y cuando los adelantos tecnológicos han puesto en manos de las transnacionales de la comunicación la posibilidad de formar de acuerdo a sus intereses la opinión pública. El proyecto de comunicación comunitaria presentado por el asesinado ex-senador comunista Manuel Cepeda Vargas, puede facilitar dicho proceso ya en marcha y al cual debemos vincularnos. Parejo a esto cobra importancia lo relativo a la promoción de las actividades artísticas como parte de la lucha por la identidad nacional, y el desarrollo de los valores humanistas y democráticos, a la par de las diferentes manifestaciones de creación. Igualmente hay una creciente sensibilización de la población en torno a la protección del medio ambiente, cuyo deterioro acelerado es más apreciable en las grandes ciudades.