Edición 1989, licencia
No. 002357 del Ministerio de Gobierno.
Quincena del 19 de Agosto al 1 de Septiembre de 1998.
SUMARIO Resumen VOZ
15 DÍAS
Enfoque:
Reingeniería militar
Mirador:
El plan Marshall
Sin pan no
hay paz
La posesión
de Andrés Pastrana.
El nuevo gabinete
de Andrés Pastrana.
La nueva cúpula
militar
El asesinato
de Miller Chacón
El cuento de la sociedad civil (por Alfredo Valivieso) El activo Nacional
de Mujeres Comunistas
Los trabajadores
preparan encuentro estatal
Ideología
La central
unitaria de trabajadores estima en 20% la inflación finalizando
año
Monseñor
Pedro Rubiano Sánez
Conferencia Regional Comunista El país
Vasco
Tribuna
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El cuento de la Sociedad Civil
(por Alfredo Valivieso) Se ha vuelto muy común en Colombia hablar de la "sociedad civil", aunque de manera confusa y abstracta, hasta el punto que una pequeña élite, conformada en lo esencial por representantes de los gremios económicos y de algunas instituciones, los que al fin y al cabo son parte del bloque de poder dominante, se arrogan de forma abusiva la representación en ocasionales eventos de paz y hasta en contactos con los jefes paramilitares, que no pueden ser parte de ningún proceso de paz, como que son criminales al servicio de la guerra sucia contra el pueblo A raíz de las conversaciones del ELN con otros
sectores de la sociedad civil (pero también de tiempo atrás)
se ha venido discutiendo acerca del concepto de "sociedad civil", que no
es sólo político sino también filosófico; y
pareciera que no hay -como en los grandes temas nacionales que entrañan
posturas frente a la sociedad y el Estado- un punto de acercamiento y menos
de unidad de lenguaje. Para el general Bonett Locarno, comandante de las
Fuerzas Militares, "En Colombia la sociedad civil no existe. Eso si que
es una entelequia" (Reportaje en Lecturas Dominicales de El Tiempo, domingo
5 de julio de 1998, pág. 8). Para la Iglesia, los industriales -agrupados
en los "gremios"- y los sectores de la tendencia socialdemócrata
la sociedad civil son ellos, encontrándose con que a ese cognomento
le hace el juego una parte de la insurgencia, quizá por la confusión
que pueden entrañar dos términos parecidos, pero en ningún
momento iguales: sociedad civil y población civil.
La sociedad civil -es para Marx- el conjunto de la estructura económica y social en un período determinado; se refiere a la concepción hegeliana de la sociedad civil que incluye el complejo de las relaciones económicas y la formación de las clases sociales. Ello implica entonces que la noción elaborada, política y filosóficamente, corresponda al marxismo, doctrina que desde luego no puede ser compartida por las clases dueñas del poder, que la consideran "dinosáurica" (aunque en las universidades, por razón del acervo del pensamiento, el cuento es otro). El concepto de Gramsci El concepto más elaborado de "sociedad civil", sin embargo, lo establece el teórico marxista, fundador del Partido Comunista Italiano, Antonio Gramsci, quien en sus obras, recogidas bajo el nombre de Cuadernos desde la Cárcel, lo desarrolla a profundidad siguiendo los lineamientos de Hegel y Marx. Para Gramsci la sociedad civil es "el conjunto de los organismos vulgarmente llamados privados... que corresponden a la función de hegemonía que el grupo dominante ejerce en toda la sociedad". La contrapone a la sociedad política (el Estado, en sentido estricto) del cual ella es su "base y contenido ético2. Desarrolla Gramsci su teoría de la sociedad civil dentro del concepto más general y novedoso del bloque histórico, que no es eterno y que puede ser variado en provecho de las clases subalternas. La formulación gramsciana se desarrolla, entonces,
analizando las funciones diferenciadas del Estado -como sociedad política,
encargada de la coerción- frente a los organismos que aglutinan
a la sociedad, sin los cuales ésta no sería más que
la suma amorfa de los ciudadanos -sociedad civil, encargada de la hegemonía
y la dirección ética-. Parten todos los teóricos del
tema, de la disección histórica, mediante la cual comprenden
que la sociedad civil aparece en un momento determinado, en el período
final del absolutismo, cuando se logran concretar en la actividad humana
los estamentos y las corporaciones; y que la misma se profundiza con el
advenimiento del capitalismo y el surgimiento de las organizaciones privadas
(sindicatos, asociaciones, gremios, etcétera), que no son controladas
directamente por el Estado.
El caso de la Iglesia, que ha sido durante un largo período las dos a la vez, predominando el carácter político, y ahora sociedad civil. Y en el caso de los paramilitares, organizados dentro de la sociedad civil en un momento de crisis, que se integran al Estado superada la misma. Reflexiona Gramsci en el asunto del mayor o menor protagonismo de la sociedad civil dependiendo de la forma del Estado (liberal o totalitario) e incluso formula la perspectiva histórica de las clases subalternas, al tomar el control del Estado, de profundizar y cimentar la sociedad civil, como pre-requisito para estructurar una sociedad diferente. Expresa la percepción del Estado liberal de entregar -en su concepción librecambista y de economía de mercado- unas mayores funciones en la formación de ideología y de dirección ética a la sociedad civil, estableciéndose, sin embargo controles (como se puede ver en la actualidad a los sindicatos, cooperativas, vivienda popular, educación, medios de información y un largo etcétera). Una gran preocupación También expone una gran preocupación: la función del Estado fascista (totalitario por excelencia) de encuadrar a las clásicas organizaciones de la sociedad civil como simples apéndices del Estado, para lo que hubo de darse un largo proceso como el encuadre paramilitar de las organizaciones civiles para acceder al poder contra las vacilaciones de la burguesía italiana y para "castigar" a los trabajadores revolucionarios de los años 1919-21, terminado lo cual muchas de las organizaciones de la sociedad civil dirigidas por el fascismo pasan a convertirse en la sociedad política que "totaliza" la actividad y pasa a controlar directamente a la sociedad civil. Diferencia en la función política, y según el nexo entre ambas sociedades, dos aspectos: el puramente coercitivo, desligado de la sociedad civil, que genera una simple dictadura y el apoyado en la sociedad civil que garantiza la hegemonía y el consenso; lo que a la vez establece unos límites según se refiera a dirección político-militar (dirección política de la coerción) o a la técnica-militar (simple uso de la fuerza para la dirección de la sociedad). De ahí que Gramsci presuponga, en su concepción del papel de las clases subalternas en la función de cumplir el papel de dirigir éticamente a la sociedad, de disputar el poder al bloque de clases, que la actividad política deba -como ha acontecido muchas veces- generar que sectores de la sociedad civil (imposibilitados en su actuación por la coerción político-militar o técnico-militar) recurran al ejercicio y la dirección militar, lo que no las transforma de sociedad civil a sociedad política, aunque sí les cambia el carácter de población civil. En Colombia, estas argumentaciones teóricas tienen asidero. Las actuales guerrillas no son -nunca lo han sido- sociedad política. Son expresiones de las organizaciones de la sociedad civil -sindicatos, asociaciones de diversa índole, militantes partidarios-, que impelidos por la fuerza y para defender su vida, por la intolerancia propia del régimen político, que excluye a quienes no actúen como él, han debido recurrir a la "prolongación de la política por otros medios: a saber por la violencia" para garantizar su derecho a hacer política y a actuar como sociedad civil. Por tanto, creo, la reunión de Alemania y las que se están proponiendo no son "entre la insurgencia y la sociedad civil" sino entre "la insurgencia y otras expresiones de la sociedad civil", pues el alzamiento en armas no los ha transformado en sociedad política de ninguna forma. Autoexcluirse es hacerle el juego a los que se creen los dueños y única expresión de la sociedad civil, que utilizan este término de manera instrumental y excluyente. ¡Abramos el debate! |