Edición 1995, licencia
No. 002357 del Ministerio de Gobierno.
Quincena del 11 al 24 de Noviembre de 1998. SUMARIO
Economía: Economía
política y lucha de clases
Páginas Editoriales: Enfoque:
Los cien días.
Editorial: Las elecciones en Venezuela. Mirador:
Hablemos de Machuca
Cartas. Nacionales: El asesinato
de Gómez Hurtado. Los hilos de la red derchista.
Cambios en la cúpula. Ascendidos los cuestionados. El encuentro
Pastrana-Clinton. Más dependencia.
Tema Central: Panel VOZ.
Internacional: Habla para
VOZ el abogado que llevó a la cárcel a Pinochet.
Un
desquite histórico.
Exitoso
encuentro del Foro de Sao Paulo.
Cultural: La izquierda
en el umbral del Siglo XXI. Haciendo posible lo imposible.
Máximo Jiménez: el cantor del pueblo. Reinaldo
Ardil, de la pluma al fusil.
Ulitma: El diálogo entre el gobierno y las FARC. Incidnetes en la antesala. |
El asesinato de Gómez
Hurtado.
LOS HILOS DE LA RED DERECHISTA La Fiscalía General de la Nación llamó a responder al coronel(r) Bernardo Ruiz Silva, ex-comandante de la XX Brigada de Inteligencia, como uno de los presuntos autores intelectuales del magnicidio de Alvaro Gómez Hurtado. La investigación confirma las denuncias de VOZ de la existencia de una red de ajusticiamiento en la Quinta Brigada llamada "La Cooperativa", en 1994, y de la intentona golpista, en 1995, en medio del huracán de la crisis del gobierno Samper. Por Hernando López. En la edición del 7 al 13 de julio de 1994 (1796), VOZ denunció en exclusiva la existencia de una red de exterminio en la V Brigada del Ejército, con sede en Bucaraman-ga, llamada "La Cooperativa", la cual tendría conexión con la guerra sucia contra la izquierda en el departamento de Santander, y en la tentativa de asesinato de una importante funcionaria de la Fiscalía General de la Nación. La revelación de VOZ, que causó impacto en el alto mando militar y en la Fiscalía General de la Nación, fue posteriormente archivada y el suboficial del Ejército integrante de “La Cooperativa”, de nombre Herman Ramírez (hoy se puede revelar), una de las fuentes del semanario, fue detenido, encausado por la “justicia sin rostro” y condenado a tres años de prisión por porte ilegal de armas. Antes del asesinato de Alvaro Gómez Hurtado, en las ediciones 1859, en el mes de octubre de 1995, y 1862, del 1 al 7 de noviembre de 1995, VOZ informó de la conspiración ultraderechista que se estaba fraguando para tumbar a Samper, cuyo gobierno se hundía en el lodo de la corrupción por la financiación de la campaña presidencial con los dineros del cartel de Cali. Según la crónica del semanario, se adelantaban reuniones secretas con la participación de altos mandos militares, el embajador norteamericano Myles Frechette, Alvaro Gómez Hurtado, el general(r) Fernando Landazábal Reyes, el abogado Luis Carlos Sáchica, el empresario Hernán Echavarría Olózaga y el Grupo de Washington cercano al expresidente Gaviria, los que hacían contactos y planes para designar una Junta Cívico-Militar que relevara a Samper. La intentona golpista naufragó porque Myles Frechette fue infidente y filtró los planes a la prensa, y Gómez Hurtado y Landazábal no le caminaron al asunto. El carro sospechoso En la edición 1863, del 8 al 14 de noviembre
de 1995, después del magnicidio de Gómez Hurtado, VOZ afirmó
que, paradójicamente, el magnicidio “es otro hilo de la red de la
conspiración ultraderechista”. Y a renglón seguido se preguntó,
como también lo hicieron otros medios, ¿qué hacía
un carro del Ejército cerca de la Universidad Sergio Arboleda donde
fue asesinado el político conservador? VOZ del 22 de noviembre,
bajo el titular Dudas que matan, aseguró que había importantes
militares involucrados en la investigación. El general Harold Bedoya
Pizarro, a la sazón comandante del Ejército, no sólo
rechazó los artículos de la prensa, sino que “aclaró”,
que el carro del Ejército era realmente de la Escuela Militar de
Cadetes, entonces dirigida por el general Ricardo Cifuentes, que estaba
cerca del sitio de los acontecimientos porque hacía una suscripción
a la revista “Cromos”.
No están todos los que son... El ahora general en retiro, Harold Bedoya Pizarro, en sus acostumbradas declaraciones agresivas y cargadas de epítetos, no sólo ha descalificado la investigación de la Fiscalía sino que salió en abierta defensa del coronel Bernardo Ruiz, al que definió como un buen militar. Rechazó la versión porque “bien conoció lo que hacían sus subalternos”. Declaración a Radio Net, que fue calificada como confesión del general puesto que reconoce que estaba al tanto de todo lo que hacían sus hombres en el Ejército y por ende de las siniestras actividades de Ruiz. Este episodio ha colocado una vez más en el ojo del huracán al Ejército colombiano. Todo indica que el coronel Ruiz no actuó solo y que por encima de él hubo altos mandos militares y civiles conspiradores que dieron la orden de silenciar a los disidentes. En la cárcel se encuentran sindicados en este proceso suboficiales e informantes, miembros del Grupo Cazadores y por consiguiente de “La Cooperativa”: los hermanos Franklin y Carlos Alberto Gaona Ovalle; Omar de Jesús y Henry Berrío Loaiza; el civil Luis Fernando Jutinico, extraditado desde Alemania, y Adolfo Jaramillo, Hermes Ortíz, Héctor Paul Flórez y Manuel Martínez. Todo indica que al proceso no han sido convocados todos los que son, como suele decirse. De las declaraciones de algunos generales y altos oficiales, como de civiles del grupo conspirador, se podrán desprender llamados a indagatorias ante los fiscales regionales. El general Fernando Tapias, comandante de las Fuerzas Militares, se apresuró a expedir un comunicado de prensa en el cual dice que los militares detenidos y encausados en el proceso por el asesinato de Gómez Hurtado no están vinculados a la institución castrense, aunque se cuidó de reconocer que en el momento del magnicidio (noviembre de 1995) sí lo estaban y pertenecían a la tristemente célebre Brigada XX, que según dicen fue desmantelada pero sus antiguos integrantes continúan adscritos a la inteligencia militar en distintos departamentos y brigadas. Ojalá y no le dé al flamante
Consejo Nacional de la Judicatura por trasladarle el negocio a la justicia
penal militar, con la historia de que el asesinato de Gómez Hurtado
fue un acto de servicio. Sería el tránsito a la impunidad,
como lo han sido los casi tres millares de crímenes contra el Partido
Comunista y la Unión Patriótica. Las paradojas de la vida:
Gómez, un hombre de la derecha, asesinado por la misma derecha.
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