Voz nº1995

HECHOS Y CIFRAS:
Un debate dirigido a establecer el por qué del crecido déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos, desembocó en una noticia presentida: la inflación de 1998 ya no será del 16 por ciento sino del 18.5 por ciento, dicho y escrito por el mismo Banco de la República (La República, viernes 18 de septiembre de 1998). Como se puede observar, la ortodoxia neoliberal de la inflación esperada es cada vez más difícil de calcular y se torna en mentiras cuando la máxima autoridad ya la tiene que modificar sobre el camino. ¿Se imaginan ustedes si transitamos de economía en crisis a economía en depresión?

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Según el Dane, que nunca dice toda la verdad, la tasa de desempleo a 30 de septiembre del año en curso, se acerca al 16 por ciento. La situación es más dramática, si a ese índice adjuntamos las tasas de desempleo por sectores económicos; así tenemos: construcción (16,7 por ciento), Minería y Petróleo (14,5 por ciento), Comercio (13,8 por ciento), Servicios Financieros (12,4 por ciento) e Industria (11,8 por ciento).

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En los últimos 45 días han salido del país (Venezuela) 5.000 millones de dólares. Los venezolanos tienen 21.000 millones de dólares en depósitos en Estados Unidos. La suma asciende a 47.000 millones si se consideran las inversiones en inmuebles. El mal manejo de la economía del gobierno actual, más el temor al triunfo de Hugo Chávez, que genera pánico en la derecha, estimulan el abandono del Bolívar para refugiarse en el dólar. Los especialistas, además, ven muy sombrío el panorama nacional. De persistir los graves desaciertos en la conducción de la economía, en 1999 la inflación podría romper el récord histórico de 103 por ciento. Tiempos del Mundo, jueves 1 de octubre de 1998.

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“...La rapacidad baja y el espíritu de monopolio que prevalece entre comerciantes y manufactureros (y que por otra parte no están llamados a ser los directores de la humanidad, ni tienen por qué serlo), aunque no puedan probablemente corregirse, sí puede evitarse que perturben la tranquilidad de otras personas. No puede dudarse que el espíritu de monopolio inventó y aún propagó semejante doctrina, pero quienes la enseñaron no fueron tan insensatos como los que creyeron”. Riqueza de las Naciones. A. Smith. FCE/Serie Economía, 1990. Pág. 437.