Edición 1995, licencia
No. 002357 del Ministerio de Gobierno.
Quincena del 11 al 24 de Noviembre de 1998. SUMARIO
Economía: Economía
política y lucha de clases
Páginas Editoriales: Enfoque:
Los cien días.
Editorial: Las elecciones en Venezuela. Mirador:
Hablemos de Machuca
Cartas. Nacionales: El asesinato
de Gómez Hurtado. Los hilos de la red derchista.
Cambios en la cúpula. Ascendidos los cuestionados. El encuentro
Pastrana-Clinton. Más dependencia.
Tema Central: Panel VOZ.
Internacional: Habla para
VOZ el abogado que llevó a la cárcel a Pinochet.
Un
desquite histórico.
Exitoso
encuentro del Foro de Sao Paulo.
Cultural: La izquierda
en el umbral del Siglo XXI. Haciendo posible lo imposible.
Máximo Jiménez: el cantor del pueblo. Reinaldo
Ardil, de la pluma al fusil.
Ulitma: El diálogo entre el gobierno y las FARC. Incidnetes en la antesala. |
REINALDO ARDIL, DE
LA PLUMA AL FUSIL
Por Alvan. Periodista. Ingenioso autodidacta de las letras. Portador de un profundo sentimiento humanitario y un entrañable amor por San Vicente de Chucurí, su pueblo; por la cultura y la ecología. Ese era Reinaldo Ardila, a quien su familia y sus amigos desde la infancia decidieron llamar “Hito”, por parecerles complicado decirle Reinaldito. Fundador y director del periódico “La Hojarasca” y del “Yariguíes Chucu-reño”, “Hito” Ardila hizo de la causa social su causa. Se cansó de luchar contra molinos de viento. Lo invadió la amargura cuando elección tras elección la carretera que conducía a San Vicente servía de motivo de campaña, pero al final siempre quedaba sin pavimento, tal como había permanecido desde que el hacha y los buldózeres habían entrado a descuajar la montaña para crear una vía de unión entre Bucaramanga y esta tierra hecha con el sudor de recios colonizadores. Igual sentimiento lo embargaba al presenciar los antaño ríos cristalinos de la región de Chucurí convertidos en cloacas. Luchaba para que la reserva biológica de los Yariguíes, el banco genético e hídrico más importante de Santander, fuera una realidad y las universidades santandereanas promovieran un centro de investigación piloto que asegurara una mejor calidad de vida a las futuras generaciones.Siempre quiso ser futbolista profesional. Reinaldo Ardila fue un soñador con argumentos; un enamorado de la vida y un insobornable defensor del derecho a vivirla con dignidad. Lo conocí hace 20 años. Me impresionó su temperamento dinámico y su disposición a abrir caminos. La injusticia, el olvido a que era sometida la región chucureña
y el deseo ardiente de construir una sociedad más justa lo llevaron
a vincularse al Ejército de Liberación Nacional, donde en
poco tiempo llegó a comandante y coordinador del Bloque Nororiental.
En ese cargo fue siempre un defensor incansable de la búsqueda de
una solución política negociada y como afirmara Rafael Serrano
Prada en el diario El Frente, salvó la vida de varios parlamentarios
sirviendo como mediador y abrió puentes entre la sociedad civil
y la insurgencia para evitar el sacrificio de muchos compatriotas colocados
en medio de la confrontación.Era un digno heredero de su tío
abuelo, quien fuera comandante en las guerrillas del general Sandino en
Nicaragua.
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