juicio a un joven por las movilizaciones de
naval gijón
La
defensa se apoya en «contradicciones» de la Policía, que alerta del uso de
artefactos letales
Víctor
Cuetos insiste en su inocencia mientras los policías le identifican
E. F.
El fiscal, que pide cuatro años de prisión para
el joven Víctor Cuetos, destacó en el juicio que los artefactos usados en las
protestas de Naval Gijón pueden ser letales y que hay pruebas suficientes de
que el acusado participó en los enfrentamientos entre trabajadores y policía.
Mientras, la defensa mantuvo la inocencia del joven y se centró en las «contradicciones»
de los agentes implicados.
Víctor Cuetos, de 22 años, declaró ayer en el juicio celebrado en el
Juzgado de lo Penal número dos de los de Gijón, que el 10 de febrero de 2000,
día en el que sucedieron los hechos juzgados, acudió a las 8.30 horas a clase
en la Universidad Laboral y, hacia la una de la tarde, cuando se dirigía a
casa, «decidí acercarme al astillero para ver lo que pasaba, ya que vivo cerca
y mi padre trabaja allí». El joven añadió que intentó entrar por una puerta
pero no pudo y al intentar hacerlo por otra fue cuando la Policía le detuvo. «No
les vi llegar, no opuse resistencia y no llevaba ningún objeto contundente
encima», afirmó el acusado.
Las declaraciones de los seis agentes policiales contradijeron por completo
la versión del acusado, ya que, según éstos, el joven estaba a primera hora
de la mañana en las protestas, y además «nos llamó la atención porque era
el que más se arriesgaba y el último en retirarse, lo que nos permitió
detenerlo». También aseguraron que al detenerlo «se resistió y trató de
darse a la fuga».
Por su parte, la defensa argumentó que la detención se pudo producir porque
el joven «no estaba participando en los hechos».
Los dos peritos de la policía, declararon que los artefactos usados por los
trabajadores de Naval Gijón, «son similares a los de la kale borroka vasca y
pueden resultar letales además de originar lesiones de importancia, a un metro
de distancia».El juicio quedó ayer visto para sentencia.
El abogado de la defensa, Gerardo Turiel, que pide la libre absolución para su
cliente, manifestó que las declaraciones de los seis agentes del Cuerpo
Nacional de Policía, fueron «confusas y contradictorias» en cuanto a si podían
identificar que fue el acusado quien les lesionó.
El abogado de la defensa presentó como testigos a un periodista y un fotógrafo que estaban presentes cuando se detuvo al acusado, y que pusieron de manifiesto, según la defensa, que «era imposible distinguir al joven entre el resto de los trabajadores porque van tapados con pañuelos».
La juez Rosario Fernández Hevia intervino en dos ocasiones y en una de ellas manifestó a uno de los policías que su declaración no coincidía con la que había realizado en la comparecencia inicial, en la que no detallaba que el acusado había participado en los hechos. «Cualquier detenido tiene derecho a conocer los hechos que se le van a imputar», afirmó la juez.
El fiscal acusa a Víctor Cuetos de un delito contra la autoridad, de desorden público y de seis faltas de lesiones.
Los dos astilleros de la ciudad- Juliana Constructora y Naval Gijón- convocaron una hora de paro en solidaridad con el acusado, y diversos sindicatos, partidos políticos, asociaciones juveniles, vecinales y otros colectivos de la ciudad participaron en la manifestación, que se inició a la diez de la mañana, en la plaza de los Institutos, para finalizar frente al Palacio de Justicia del Natahoyo, situado a escasos metros del astillero Naval Gijón. Música, reparto de sidra y empanadas también estuvieron presentes.
Además, una plataforma de apoyo integrada por diversos colectivos regionales presentó en el juzgado más de 8.000 firmas solicitando la libre absolución de Víctor Cuetos.
El Consejo de la Juventud del Principado de Asturias cerró ayer este organismo de 12 a 13 horas en protesta por la celebración de este «juicio político contra el sindicalismo y las condiciones laborales de la juventud».
La asociación vecinal del Natahoyo también mostró su apoyo a «nuestro vecino, que se ve inmerso en un juicio por visitar a su padre durante la protestas».
2 de Mayu:
La juez absuelve al joven acusado de agredir a policías en las protestas de Naval GijónE. Fernández
El joven Victor Cuetos, acusado de delito contra
la autoridad, desorden público y seis faltas de lesiones, y para quien el
fiscal pedía cuatro años de cárcel, ha sido absuelto por la juez Rosario Fernández
Hevia, 24 horas después de que se celebrase el juicio.
También considera que si fuera un caso de desorden público habría una
intención de «atentar contra la paz pública», y en lo que se refiere a las
protestas de Naval, «se trataba de una reivindicación laboral de sobra
conocida por los ciudadanos de Gijón».
La juez asegura que le ha llamado «poderosamente» la atención que en las
pruebas periciales presentadas por la acusación se presenten los artefactos
usados por los trabajadores de Naval como similares a los de los incidentes
callejeros delPaís Vasco conocidos como la kalea borroka. En la sentencia se
considera que con estas comparaciones, el fiscal «intenta dar una perspectiva
de gravedad inusual en los hechos enjuiciados o insinuar una relación entre los
que actúan en el País Vasco en el terrorismo denominado de menor intensidad y
los trabajadores de Naval».
También se manifiesta en la sentencia que no se ha podido demostrar que las
lesiones sufridas por los agentes las causó el joven juzgado y añade que «todos
los indicios aportados por las partes afirman la no participación del mismo en
los hechos que se le imputan».
En cuanto a las fotografías aportadas por la defensa, la juez realiza una
reflexión en la que asegura que si tal como declararon los agentes policiales,
Victor Cuetos se caracterizaba por ser el más arriesgado cuando había cargas
policiales, habiendo más de cien trabajadores de Naval Gijón, «detuvieron
entonces al más tonto porque en lugar de correr hacia el astillero amparándose
en la protección de sus compañeros que estaban encima del muro lanzando
explosivos contra la policía, se echó literalmente en sus brazos, lo que no
concuerda con su agresividad sin límites ni su virulencia extrema», según se
manifiesta en la sentencia.
La titular del juzgado de lo penal número dos considera «tremendas y sin
sentido» las «contradicciones» de los seis policías que declararon como
testigos. En lo que se refiere al supuesto delito de desorden público, la
sentencia deja claro que no existe argumentando que en la plaza de Máximo González,
donde se producían las refriegas entre policía y trabajadores de Naval Gijón,
«estaban los que querían estar, ya que la policía conocía con antelación
las movilizaciones, que eran anunciadas a través de los medios de comunicación,
y por tanto, no había ciudadanos que pasaran por el lugar».
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