Irremediables han sido las consecuencias que los aparatos de masificación ideológica a la orden del Capitalismo han obtenido a favor de su fortalecimiento como poder hegemónico en el mundo entero. Lo vemos en el día a día, en nuestros núcleos familiares, en nuestros espacios de trabajo y en cualquier lugar donde nos desenvolvemos a diario. Por más que las políticas gubernamentales en nuestro País intenten garantizar el ascenso espiritual, cultural y económico de la revolución, es ineludible que el avance no sea significativo, debido precisamente a los efectos y manipulaciones ideológicas del capitalismo que a través de la televisión, radio, escuela, universidad, iglesia…se incrusta en la sociedad Venezolana.

La ofensiva mediática en nuestro país no solo busca homogeneizar el pensamiento alrededor de una ideas basadas en la división evidente de clases, la construcción del miedo, la sociedad de consumo, y la dominación del espíritu humano a través de la estupidez; sino que además es enemiga decidida e inescrupulosa de cualquier transformación social emergente, que atente contra sus intereses basados en una visión burguesa y que a lo largo de la historia demostró su pacto con los grupos oligárquicos aferrados al poder, que no hicieron otra cosa mas que entregar el país a los intereses hegemónicos externos.

Haciendo estas referencias y en el marco de las recientes políticas que se han generado desde el alto mando del estado venezolano, con respecto a la concesión de rctv, el debate debe tener un viraje importante, que no solo polemice en cuanto a la no renovación de la concesión, sino que dirija su objetivo a esclarecer el papel de los medios en la construcción del socialismo, que reflexione sobre la importancia de la Propiedad Social de los Medios de Comunicación como multiplicadores de los necesarios espacios organizativos y formativos del pueblo.

Es de importancia vital entender que los Medios de “Comunicación” en la actualidad, no son sino difusores de todo el ideario capitalista, aunado a esto son también medios de producción de ideas como expresión de los intereses de una clase o sector determinado que en general es la representación del poder imperante. La comunicación verdadera debe ser entonces lo contrario debe ser lugar de encuentro, formación y expresión de toda la sociedad, es decir lugar común que corresponda con un desarrollo cultural del pueblo en su conjunto.

Esto garantiza que los medios de comunicación como medios de producción ideológica deben estar al servicio de las respectivas transformaciones políticas, sociales y culturales en el Socialismo, y que a su vez garanticen la tan necesaria Revolución Cultural para la formación del hombre y la mujer nueva, que se oponga definitivamente a los antivalores promovidos por el capitalismo y contra la miseria material y espiritual consecuencia de esto.