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  No consiento que se hable mal de Franco en mi presencia. Juan  Carlos «El Rey»   

Papanatas y reconcomidos 

Pedro Prieto

'Intifada' en Oleiros El País, 17 de noviembre de 2004.Un pueblo coruñés provoca un conflicto diplomático al llamar bestia a Sharon

"Oleiros, un municipio de 28.000 habitantes del extrarradio de A Coruña, tuvo ayer en vilo al Ministerio de Asuntos Exteriores, después de que las autoridades de Israel reaccionasen con furia a una campaña publicitaria del Ayuntamiento en la que se calificaba de "bestia" y "asesino" al primer ministro Ariel Sharon."


Si existe una palabra que pueda definir al actual ministro de Exteriores español, es la de papanatas. Había empezado bien el gobierno de Rodríguez Zapatero aupado por un inesperado, incluso para ellos, aluvión de votos que le llegaron, sin lugar a dudas, porque en algún momento se le ocurrió la feliz idea de decir que si salía elegido, retiraría las tropas que su antecesor en el cargo había enviado, pasándose por la entrepierna la Constitución que tanto dice amar, la preceptiva aprobación del Congreso y lo que es peor y más definitivo: la oposición absoluta de su pueblo.

Decíamos que se vio forzado a retirar las tropas y hay que decir que resistió muchos burdos e intolerables agravios y lo hizo. Bien por ese gobierno. Pero les faltó tiempo para reenviar las tropas a Afganistán. Les faltó tiempo para ir a postrarse de hinojos a los pies del emperador, a pedir perdón por haber hecho caso al pueblo.

Y ahora tenemos esta suerte de dicotomía del “ni contigo ni sin ti/tienen mis males remedio/contigo porque me matas/ y sin ti porque me muero”. Mientras algunos estúpidos visires que querían ser ellos visires y fracasaron, disfrutan porque el gran sultán desprecia al nuevo visir y les sigue recibiendo a ellos, en el otro lado, los papanatas tratan de demostrar a sus súbditos que ellos también se llevan bien con el gran sultán. Invitan al papá del gran sultán a cacerías, aguantan las impertinencias del prepotente y crecido embajador del gran sultán y hacen todo lo posible por caerles en gracia, después de haber caído en desgracia, por el terrible crimen de obedecer al pueblo que los eligió.

Y uno no sabe si mandar a los dos visires, el papanata y el reconcomido, y a toda la prensa del pesebre que les va riendo las gracias a hacer puñetas.

Ambos grupos, el de los papanatas y el de los reconcomidos, han coincidido (coinciden en muchas cosas; muchas más de las que parece) en decir que Batasuna no ha progresado nada, porque en su última declaración, en la que renuncian al ejercicio de la violencia para alcanzar sus fines políticos, no “han denunciado la violencia”.

Además de papanatas y reconcomidos, ambos parecen estultos y desde luego, cínicos. Ambos haciendo jeringonzas a los mayores criminales que hoy andan sueltos por el mundo, ametrallando miles de civiles, hundiendo sus ciudades en las ruinas, en el caso y la miseria, disparando sobre ciudadanos inermes, dándoles tiros de gracia, saqueando los recursos petroleros del mundo y estos estultos y cínicos, riéndoles las gracias y diciendo que “quieren mantener relaciones de profunda amistad” o que “seguimos siendo firmes aliados” del gran sultán, mientras éste comete genocidios innúmeros en múltiples países.

¿Pero de qué hablan estos cínicos, cuando dicen que hay que “denunciar y condenar la violencia”? ¿O es que “la violencia” sólo se puede dar en las Vascongadas? ¿Por qué no van, estos visires y candidatos a visir y se muestran un poco dignos y denuncian la violencia del gran sultán, que es infinitamente más criminal y numerosa que la de ETA en el último año y luego vienen a dar ejemplo a Batasuna de cómo hay que denunciar “la violencia”? ¿Por qué el Señor nos ha enviado a unos visires tan cínicos y a una prensa tan canallesca, que no dice ni mú al respecto?

¿Por qué nos dejamos intimidar por los fascistas y nazis, sean de ETA o sean, sobre todo, de Estados Unidos?

¿Por qué un alcalde electo varias veces por mandato popular en Oleiros, no puede decir públicamente, utilizando la libertad de expresión de que teóricamente gozamos, que Sharon es un asesino, algo obvio, sin que el papanata salga corriendo, a petición del actual gobierno nazi de Israel y su corte a pedir perdón y a presentar excusas al asesino en nombre de España y a exigir al alcalde que retire los carteles, porque son “antisemitas”? ¿Por qué toleramos que los nazis de hoy día acusen de antisemitas a los que critican los asesinatos impunes del genocida Sharon? ¿Por qué insistimos en mantener buenas relaciones con genocidas y asesinos, si estamos “contra la violencia”?

¿Dónde hay un solo indicio de que eso es antisemitismo?

Que tristes tiempos, en que uno solo puede elegir entre papanatas y reconcomidos.

Pedro Prieto. Madrid.
Redactor, El Inconformista Digital.

 

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