Paremos la contrarreforma educativa
Mikel
Agirregabiria / Pedro Pablo Arrinda
El
diccionario de la Real Academia de la Lengua Española delimita la palabra
REFORMA como "lo que se propone, proyecta o ejecuta como innovación o
mejora en alguna cosa". Por ello, Ley Orgánica de Calidad Educativa (LOCE)
siendo justamente la antítesis de la definición, fue exactamente una
Contrarreforma, dirigida tanto a desandar los aspectos más progresistas de la
LOGSE como a imponer un sistema educativo uniforme, negando las peculiaridades
socio-lingüísticas y los avances educativos de sistemas escolares líderes,
como el vasco. Por ello, la LOCE fue rechazada de plano por la Comunidad
Educativa en Euskadi, impugnada por las autonomías del Estado y sólo pudo
aprobarse en las Cortes por imposición de la mayoría absoluta del PP.
La LOCE siguió un procedimiento de urgencia regido la falta de debate entre los
diferentes estamentos y agentes educativos, siendo justamente un contraejemplo
de lo que debe ser todo progreso en materia educativa, que inevitablemente
origina profundas transformaciones y efectos en múltiples áreas sociales,
culturales y laborales. Siempre fue una premisa, hasta la etapa de Pilar del
Castillo, el previo consenso político mediante el diálogo entre las partes y
el respeto exquisito a las competencias plenas que en materia educativa concede,
incluso, la Constitución.
Justamente cuando el reconocimiento universal a la "educación en valores
éticos" es obligado baluarte de toda educación contemporánea del siglo
XXI, el procedimiento seguido por el gobierno del PP para efectuar su
contrarreforma -sin contar con ningún grupo de la oposición- atentó contra
las bases mínimas de tolerancia que cabe esperar entre educadores. El diálogo
brilló por su ausencia, lo que no redundó justamente en beneficio de la
"calidad". Difícilmente la comunidad escolar de profesorado,
alumnado, familias y administración aprenderá a compartir derechos y
responsabilidades, si el Ministerio de Educación, Ciencia y Deporte impone sus
ordenanzas por el artículo 33 del "ordeno y mando", más propio de épocas
pretéritas.
El Gobierno Vasco fue el muy crítico con la tramitación de la LOCE, por el
agresivo recorte que suponía la violación de la capacidad de decisión que
otorga el vigente Estatuto de Gernika. Con esta Ley Orgánica se pretendió
vulnerar y vaciar de un plumazo todo el contenido educativo del Estatuto, no sólo
incumpliendo la transferencia de las competencias que restan aún por traspasar,
sino anulando la capacidad legislativa exclusiva reconocida y aplicada desde
1979.
La Calidad Educativa se expresa en complejos términos cualitativos y
cuantitativos, donde no valen pretextos simples como la reducción estadística
del fracaso escolar, que no se resuelve por decreto y que - por cierto- difiere
en mayor grado entre Euskadi y algunas regiones españolas, que entre los
Estados más avanzados respecto a nuestra realidad educativa propia. La deseada
armonización europea está siendo justamente muy respetuosa con los distintos
escenarios educativos para progresar desde sus diferentes posiciones sin
uniformismos innecesarios.
Para finalizar, quisiéramos reseñar que existen dos principios básicos para
una educación de excelencia: la autonomía hasta la escala de centro y el
consenso de todos los agentes socioeducativos implicados en la tarea de aprender
conjuntamente. Dado que el PP omitió ambas piedras angulares de todo sistema
educativo de calidad, nos sumamos a la petición de suspensión o moratoria de
todos los decretos derivados de la LOCE.
Mikel Agirregabiria / Pedro Pablo Arrinda. Miembros de la Asociación de
Profesorado www.Irakasten.org.