Esquema de la juventud

Por Eduardo Haro-Tecglen
El País
20/01/05, 07.48 horas

 

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Los jóvenes españoles abandonan la Iglesia, y la creencia; las chicas tienen relaciones sexuales a los 18 y un 10% de ellas se han deshecho de un embarazo no deseado; los jóvenes quieren que vengan menos inmigrantes, más derecho a la autodeterminación, se sienten españoles, leen este periódico, son tolerantes, prefieren la política del centro hacia la izquierda, abandonan los estudios más que antes... Es una encuesta (Instituto de la Juventud) convertida a estadística.

No es, por lo tanto, una realidad absoluta. Es, además, una interpretación que hago yo, un resumen personal. La primera objeción es el campo elegido: jóvenes de 15 a 29 años. Es un grupo que no existe. Aunque la línea de la vida sea mucho más larga que antes, el último extremo de esa selección entra en el de adultos consumados, con trabajo y vida hecha; el primero está tocando la infancia. La segunda objeción es a que exista un Instituto de la Juventud, como el de que haya una Dirección General de la Mujer.

Para eso estaban el Frente de Juventudes y la Sección Femenina. En mi utopía, no abandonada, existe el deseo de considerar al ciudadano como base, de cualquier edad o derecho, desde el punto de vista político, y que la sociedad se organice por sí misma. Esto se debe al pánico a la fragmentación.

Los Gobiernos tienen resabios totalitarios y odian las cuestiones de clase social; si dividen a los ciudadanos en edades, sexos, autonomías, profesiones o alguna otra cosa, trabajan en contra de la igualdad de derechos.

La ley del matrimonio homosexual tiende a igualar; pero se ve de dónde vienen las posiciones contrarias, de qué grupos que no quieren perder la reducción de aquellos sobre los que dominan. En cambio, la protección a la mujer trata de disminuir la calidad social del hombre, incluso en el divorcio y sus leyes.

No es posible que se me convenza de que son iguales los jóvenes de la ciudad a los del campo, los pobres de los ricos, en cuanto a libertades, posturas políticas y religiosas: se trata de igualar, pero no lo han hecho los Gobiernos sino la presión social. Mi tendencia a la satisfacción por los resultados de la encuesta es porque coinciden con mi pensamiento. Que está lejos de pertenecer a la media social. Qué más quisiera yo.


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