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No consiento que se hable mal de Franco en mi presencia. Juan Carlos «El Rey»
Víctor
Díaz-Cardiel.
El
18 de julio de 1978, la Casa Real, publicó el siguiente texto, jamás
rectificado.
“Hoy
se conmemora el aniversario del alzamiento nacional, que dio a España la
victoria contra el odio y la miseria, la
victoria contra la anarquía, la
victoria por llevar la paz y el bienestar
a todos los españoles.
Surgió
el ejercito escuela de virtudes nacionales
y a su cabeza el generalísimo Franco, forjador de la gran obra
de regeneración.
Estaba
aprobada la constitución
Esta
es la regeneración de que hablaba el texto de la Casa real, no ha sido
corregido ni rectificado jamás.
192.684
ejecutados y asesinados (1939-1945),
incluyendo 30.000 que continúan desaparecidos (en el año 2004).
¿Qué
ha hecho la monarquía en estos 30 años? ¿Qué han hecho los gobiernos democráticos?
-
14 años de gobierno P.S.O.E de Felipe González: mirar para atrás.
-
Decir: la Guerra Civil, la posguerra y sus protagonistas eran pura
arqueología, resto del pasado, que había que traspasar a toda prisa.
“Alejarnos lo más rápidamente posible de aquella España negra que creíamos
olvidada”
-
“Organizar desfiles e invitar e invitar a estos a fascistas de la
división azul y antifascistas de la división Lecler”. Las opiniones son de
Alfonso Guerra, Bono, N. Redondo (hijo), Felipe González.
El
gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero que tiene “un fuerte
compromiso”, que no tuvo el primer gobierno del P.S.O.E de Felipe González,
en la recuperación de la memoria histórica. Ha dictado los decretos
siguientes:
1 Real Decreto 1891/2004, de 10 de septiembre, por el que se crea la comisión interministerial por el estado de la situación de las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo.
2 Dictamen de 23/12/2004, de la comisión de expertos (17) acerca de los papeles del archivo de Salamanca.
Resolución del gobierno 28/12/2004, favorable al dictamen de la comisión.
3
Real Decreto del 3 de diciembre de 2004 por el que se pone en marcha la
comisión que va a organizar y coordinar, entre otras efemérides, el XXX
aniversario de la proclamación de Juan Carlos I como rey de España. La comisión
la presidió Mª Teresa Fernández de la Vega, vicepresidenta del gobierno.
¿Para
que esta celebración?
¿Porqué
un partido que se reclama de republicanismo cívico celebra, a todo fasto, esta
subida al trono de quien no es capaz de ser un Jefe de Estado, sino de los
vencedores?
Ni
asomo de venganza, ni asomo de revancha, ni nada de esto.
Lo
que tenemos necesidad, a fondo, los españoles y españolas es de profundizar la
democracia. Que podemos decidir acerca del jefe de Estado que queramos.
Necesidad de que los medios de comunicación, públicos y privados, no nos tomen
por “borregos” y no nos repitan una mil veces que la señora Leticia está
embarazada, que Juan Carlos han vuelto a ser abuelos, que este es el abuelo único,
que visita a los niños en los colegios, que va a todos los actos deportivos más
importantes, que goza, en fin, de impunidad jurídica.
A
base de repetir miles y miles de veces la bondad del monarca y la Casa Real se
“nos convence” que Juan Carlos estuvo luchando por la libertad toda su vida,
que la familia real es Inmaculada.
¿Ha
sido el monarca, Juan Carlos I, durante todos estos años de la dictadura y todo
el tiempo de la transición un demócrata
clandestino?, o ¿más bien ha sido él, junto a otros, claro está, el
“gran muñidor” que hace posible la conservación del poder: del franquismo
y el actual?
La
monarquía, y su entorno no es sólo un grupo profundamente conservador, muy
alejado de la experiencia y cotidianeidad de la mayoría de las clases
populares, sino que también actúa como inhibidor de la recuperación de
la historia real de nuestro país, recuperación sin la cual no se puede
establecer una cultura auténticamente democrática, estableciendo los valores
republicanos en los que tal cultura se basa.
Juan
Carlos I no ha pedido perdón jamás a los vencidos, no ha asistido como Jefe de
Estado a ningún acto público conmemorativo, por ejemplo, del fin de la II
Guerra Mundial. Ello significaría, ciertamente, renunciar a su intenso pasado
Franquista-fascista.
El
“hombre providencial”, la monarquía cada vez es más una contradicción, un
impedimento para el desarrollo material, político-económico, social y cultural
de la sociedad española.
Un
anacronismo, una entelequia, en definitiva que debería sencillamente ser
excluida del modelo de Estado que necesitan los pueblos de España.
La cultura republicana, por el contrario, significa que las
distancias sociales entre el Jefe de Estado y las clases populares son mucho más
reducidas que en las monarquías: la española en primer lugar.
La cultura republicana transmite, es una sensación de que el poder
deriva de la ciudadanía, puesto que si el Jefe de Estado no les agrada, pueden
cambiarlo por otro Jefe de Estado. Es más, cualquier ciudadano puede
aspirar a tal puesto de servicio público.
¿Con
la celebración del XXX aniversario acaso el P.S.O.E., el partido del gobierno,
no pretende trasladar el
prestigio de Juan Carlos I a su hijo Felipe? Perpetuar en él la monarquía.