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V
Jornadas Republicanas. Ateneo
de Madrid el 25 y 26 de Noviembre de 2006
Construir
la III República
Comunicación Julio Anguita
Sin
abandonar totalmente las conmemoraciones y celebraciones de la II República se
hace necesario ir poniendo el centro de gravedad del trabajo y de las
actividades en el futuro.
La palabra construir indica
compromiso consciente y responsable. La expresión “cuando venga la República”
debe ser sustituida por la “cuando traigamos la República”.
Si no priorizamos el trabajo político,
social y cultural tendente a constituir la República, ésta será vista como
algo propio de nostálgicos y de perdedores.
La idea motriz de todo el trabajo
es el concepto de “proceso constituyente”. La tarea de ir concibiendo,
estructurando, sedimentando e incluso redactando un texto constitucional es lo
que más puede atraer a miles de personas.
Un proyecto republicano no puede
ser únicamente la sustitución en la Jefatura del Estado. Un proyecto
republicano debe nacer desde la radicalidad democrática en todos los ámbitos:
económico, social, político, cultural, ético, etc
La construcción republicana no
puede significar un modelo “aséptico” sin contenidos útiles para la
inmensa mayoría. La idea de utilidad es consustancial al todo proyecto
republicano que se precie.
Creo que nuestro documento
llamado” La propuesta republicana” contiene 7 ejes que sirven para iniciar
el debate que culmine en la
concreción de un soporte social masivo dispuesto al cambio.
La posible tentación de hacer
candidaturas republicana en esta fase es un peligro porque no hay programa,
ejes, propuestas y líneas de acción. La masa crítica es plural y hará su
urdimbre con tiempo y a través de lo concreto.
La idea de unos Estados Generales
de la III República puede ser la cita que a medio plazo aglutine a muchas y
diversas gentes.
Desde el desarrollo del proceso
podemos plantear una especie de Pacto de San Sebastián (17 de Agosto de 1930)
por el las fuerzas políticas, sociales, culturales ,etc se comprometan a
respaldar, apoyar y cumplir los contenidos que en esos momentos estén
desarrollados.
Podría ponerse como actividad única
para todo el período inmediatamente futuro la celebración de un acto masivo en
Madrid el 14 de Abril y en un sitio emblemático: la plaza de toros de Las
Ventas. La cuestión económica y organizativa obligaría a la elaboración de
un plan en el que se fijasen los contenidos de los mensajes, los ritmos y los
tonos. Esta convocatoria podía enganchar a gentes, organizaciones y colectivos
que también se responsabilizarían de sufragar gastos y asumir compromisos. Sería
una presentación cuidada hasta los mínimos detalles. No pueden haber sorpresas
por espontaneísmos tanto en las manifestaciones visuales como en los discursos
o slogans. La demostración de rigor, fuerza y cohesión atrae a muchas gentes
que tienden a apoyar a algo que le merezca solidez.
