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España quita y pone bombas de racimo

Jueves.6 de diciembre de 2007 1244 visitas - 2 comentario(s)
El Gobierno fabrica artefactos letales contra la población civil, a la vez que trabaja en Líbano para limpiar los explosivos lanzados en 2006 por su amigo Israel #TITRE

Infomoc

publico.es

DIEGO BARCALA

España fabrica y comercia con el armamento más cruel con la población civil de un país bombardeado. Dos empresas: Expal (pública) e Instalaza elaboran bombas de racimo capaces de provocar mutilaciones hasta 30 años después de haber sido lanzadas. El Gobierno no prohibe su elaboración, uso o almacenamiento a pesar de colaborar en Líbano en la limpieza de estos explosivos lanzados por el ejército israelí el pasado 2006.

La capacidad de destrucción de este tipo de bombas es salvaje y duradera. Estos artefactos causan mutilaciones en Camboya, sobre todo a niños, con una frecuencia de dos veces al día a pesar de que las bombas se lanzaron entre 1969 y 1973. EEUU trataba con estas bombas de detener
los movimientos del Vietcong con el lanzamiento de estos explosivos del tamaño de una mano que aún permanecen ocultos en bosques y cultivos.

"Hemos tratado de advertir del peligro de estos artefactos por campañas
de radio y televisión, pero los mensajes no llegan a la población". Es
el testimonio de Kike Figaredo, obispo español en Camboya desde hace 20
años. Acompañado de cuatro niños mutilados, el misionero expresó ayer el
drama causado por las explosiones.

La esperanza permanece en la futura ley de armamento que obliga al
Gobierno a firmar todas las iniciativas sobre la eliminación de estas
bombas. El texto que regulará por ley el comercio de armas en España
permanece en el Senado a la espera de su aprobación definitiva antes de
final de año. Hasta entonces, Greenpeace ha lanzado una campaña para
conseguir una moratoria en la fabricación, uso y almacenamiento de estas
municiones. Bélgica prohibe desde febrero de 2006 la presencia de este
material en su territorio.

El Ministerio de Industria asume la fabricación de este material y
esgrime razones de defensa estatal para no renunciar, por el momento, a
su uso. El miedo del Gobierno a romper la baraja lleva al país a la
indefinición.

España renuncia a tomar la iniciativa mundial contra estas armas, pero
respaldará a cualquier país que alce la voz contra ellas.

La mayoría de países fabricantes no aparece en la lista de países por
donde ha pasado la lluvia de acero. Afganistán, Irak, Chechenia y los
Balcanes son algunas de las zonas en conflicto donde las bombas de
racimo mutilarán a los civiles en las próximas décadas.


PROCESO DE OSLO


El ejemplo de las minas antipersonas

- Ottawa 1999
FIN DE LAS MINAS ANTIPERSONAS
155 países firmaron un tratado para eliminar las minas.

- Oslo 2007
CONTRA BOMBAS DE RACIMO
Declaración firmada por 46 países, entre ellos España, para un acuerdo
contra estos explosivos.

- Viena 2007
SE SUMAN 36 PAÍSES DESDE OSLO
El jueves, 84 países celebran una conferencia para avanzar lo acordado
en Oslo.



Como latas de Coca-Cola

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

El uso de bombas de racimo se puso de moda en Oriente Próximo durante la
última guerra de Líbano entre Israel y Hizbolá, en el verano de 2006.

Los aviones israelíes arrojaron millares en áreas muy extensas del sur
de Líbano. Hoy siguen causando muertes, especialmente entre niños que
las cogen para jugar por su aspecto atractivo, similar al de una lata de
Coca-Cola. Millares de estas bombas siguen sin haber explotado casi un
año y medio después de la guerra. El gobierno libanés y las tropas de
varios países occidentales ?incluida España? han dedicado parte de su
esfuerzo a localizarlas y neutralizarlas, y algunos soldados han perdido
su vida en esta empresa.

Fuentes militares indican que las bombas que se lanzaron,
estadounidenses, pertenecían a unas remesas ya caducadas que deberían
haberse puesto fuera de uso, pero que los israelíes almacenaban sin
saber qué hacer con ellas, cuando se les presentó la ocasión de
lanzarlas en el Líbano. Según Israel, el objetivo eran los milicianos de
Hizbolá. Sin embargo, las víctimas, decenas de muertos y mutilados, son
civiles. Israel arrojó masivamente estas bombas en los tres últimos días
del conflicto, cuando las partes ya habían alcanzado un alto el fuego.


«Volé en mitad del bosque y desde entonces soy inválido»

Channeng perdió las piernas por un explosivo oculto en la tierra

El obispo español Enrique Figaredo y un joven mutilado por las minas
antipersona, durante la presentación de un informe que denuncia los
efectos de este armamento.

Víctor Lerena / EFE
D.B.

Los cuatro niños juegan y sonríen ante decenas de cámaras en la sede de
Greenpeace en Madrid con total naturalidad. Son Kuen, Mao, Nak y
Channeng, cuatro niños de Camboya tan acostumbrados a vivir la tragedia
de cerca que no pierden la sonrisa. Sólo cuando Channeng, el mayor de
los cuatro con 19 años, cuenta su drama vital endurecen el gesto.

"Nací huérfano y a los dos meses mi madre nos abandonó por la pobreza".
Channeng comienza así el resumen de su tortuosa vida, que apenas llega a
los 20 años. Con 15 y un trabajado futuro laboral por delante junto a su
hermano mayor, su vida saltó por los aire. Fue al bosque a por leña para
construir su casa y una mina antipersona le dejó sin las dos piernas y
sin uno de sus brazos.

"Volé hacia arriba en mitad del bosque. Me llevaron al hospital y desde
entonces estoy inválido. Durante tres meses no quería hacer nada con mi
vida, hasta que la Cruz Roja me trajo una silla de ruedas y me llevó con
el padre Kike". Channeng, entre lágrimas, se presta a contar sus penas
para colaborar con la persona que le sacó adelante: Kike Figaredo.

El único momento de flaqueza en su voz aparece al recordar el momento en
el querecuperó el optimismo. El religioso, que le acogió en su centro
para niños discapacitados en Camboya, trata de tranquilizarle mientras
traduce sus testimonios. "Cuando llegué al centro vi a otros niños con
problemas que reían y jugaban felices. Eso me abrió los ojos y me ayudó
para mirar hacia adelante".

A su lado, atentos al discurso de su amigo, los otros tres niños
recuerdan con su mirada sus experiencias. Mao, una chica de 17 años,
retoca el dobladillo de su pierna invisible, perdida también en una
excursión por leña. Los dolores que sufre a veces le hacen mirar al
futuro con ganas de ser médico.

A su lado, Nak, de 11 años, observa su brazo de plástico. Hace 10 meses
vio un objeto redondo, metálico y llamativo. Lo cogió y explotó. Se
llevó también uno de sus ojos. Su sonrisa e inquietud enseñan a sus
compañeros el camino. A Nak no le ha dado tiempo a pensar en su
porvenir, pero Channeng sí lo tiene claro, quiere ser informático.


ENTREVISTA a KIKE FIGAREDO, Obispo de Battambang, Camboya
«Se parecen a la ayuda humanitaria que cae de los aviones»

D.B.

Kike Figaredo (Gijón, 1959), es obispo en Battambang, Camboya. Hace más
de veinte años que vive allí y lucha contra las minas antipersona y
bombas de racimo.

¿En qué situación está ahora el proceso de desminado?

Hemos mejorado mucho aunque tenemos accidentes casi a diario. Se ha
hecho gracias a la colaboración de las ONG, gobiernos y el ejército
camboyano. En ocho años pasamos de catorce millones de minas a dos y se
espera controlar el problema en 2010. Ahora, la batalla son las bombas
de racimo.

¿Cuál es su trabajo allí?

Tenemos proyectos en marcha que se basan en educación, vivienda, trabajo
y salud, siempre para familias con algún discapacitado por polio, las
minas y las bombas de racimo.

¿Nos pone un ejemplo?

Compramos un terreno de seis hectáreas y las desminamos. Salieron casi
cincuenta. Ahora estamos construyendo ahí unas casas para familias
afectadas. Donde no se podía vivir ahora vuelve a haber vida.
Escolarizamos a niños, damos microcréditos.

¿Y con niños?

Los niños son una población muy expuesta a las minas y bombas de racimo.
No son conscientes del peligro de jugar en bosques minados. Son objetos
atractivos, de colores brillantes, que se parecen a la ayuda humanitaria
que cae de los aviones.

¿Por eso los acoge?

Tenemos más de cuarenta chavales en tres centros. Van a la escuela y por
las tardes tienen clases de refuerzo. Son alegría pura y prueban que ser
feliz es una actitud.

¿Quiénes están más expuestos?

Los campesinos. También los niños, trabajadores o no. Casi todas las
víctimas son civiles. Camboya es el país con más minas y más
discapacitados en porcentaje. En Camboya una de cada 230 personas es
discapacitada. En la provincia de Battambang, una de cada 90.

  • Regalamos mierdas que ademas explotan.

    6 de diciembre de 2007 12:08

    Estimado Sr.
    Gracias por fabricar y regalar bombas de racimo, pero no las queremos, quedenselas Uds.
    Si Uds las quieren poner en los jardines de sus hijos, en los parques publicos o en sus campos, pueden hacerlo, aunque no se lo recomendamos, creemos que explotan mucho y les pueden cortar los pies un poco.
    Atentamente.

    • Regalamos mierdas que ademas explotan.

      10 de julio de 2008 12:38

      Tienes toda la razon,los politicos y mandatarios de esta mierda de pais se les llena la boca de palabras como :paz, no violencia,terrorismo,fundamentalismo.Y ellos ponen las armas en las manos de otros para que maten y asi hacer negocio
      eso si que es pacifismo.
      y yo me pregunto:?si matamos en casa de otro eso no es terrorismo¿