Saturday Night Fever: 30 años moviendo el culo

ADN

Cuando John Badham estrenó en los cines Saturday Night Fever en 1977 difícilmente podía imaginarse el rotundo éxito y posterior legado que supondría su película. Seguro que tenía la sensación de haber firmado una película redonda que sería uno de los grandes éxitos del año, pero de ningún modo podría llegar a pensar que el estilo de vida que retrató a través de Tony Manero y sus acompañantes no sólo seguiría vigente 30 años después, si no que sería el pan nuestro de cada fin de semana de un tipo de juventud urbana que disfruta bailando y ligando en locales nocturnos a lo largo y ancho de sus ciudades.

John Travolta inmortalizó un personaje que se ha convertido en un tópico vigente: el chulo de discoteca. Se ha repetido en infinidad de películas y lo vemos cada fin de semana en nuestro lugar nocturno favorito. Tony Manero somos todos, o lo hemos querido ser en algún momento de nuestras vidas.

Ritos tribales de los nuevos sábados por la noche

La historia y personajes de Saturday Night Fever están inspiradas en un reportaje que el crítico de rock Nik Cohn público en la popular New York Magazine en 1975. En él describía una interesante cultura urbana que había empezado a surgir a principios de los 70: jóvenes con ganas de pasarlo bien, aficcionados a la música disco y al estilo de vida que traía consigo, con pasión por el pantalon de campana y la camisa de cuello grande y almidonado y locos por tomar una sugerente bebida alcohólica y bailar bajo los flashes hasta altas horas de la madrugada.

El reportaje de Cohn era tan acertado y preciso en sus descrpciones que sirvió como punto de partida ideal para el retrato cinematográfico de la disco-fever.

Disco Music hasta en la sopa

El eje sonoro en torno al que se articula la historia de Saturday Night Fever es la música Disco, un estilo de música de baile surgido a partir del legado de la música negra (el soul, el funk y la Motown) cuya popularidad no llegó a ser realmente abrumadora hasta que la película de Badham dio el pistoletazo de salida para que las grandes discográficas invadieran el mercado con productos musicales más o menos afines al género que, en muchas ocasiones, estaban tan descaradamente orientados a la consecución de grandes benficios que acabaron por saturar el mercado..

Disco sucks in 1979

Tanto es así que la multiplicación de productos musicales de este tipo junto con la aparición de nuevos géneros jóvenes como el punk o el new wave acabó por desencadenar una verdadera reacción social en contra de la música disco y a favor del rock que tuvo su propio slogan (la música disco apesta) y se concretó en actos públicos de quema de discos.

Disco Music Is Not Dead

Por suerte el legado de la música Disco no murió en 1979. Productores como Giorgo Moroder o Patrick Cowley se lanzaron a la producción exclusivamente electrónica sustiyendo las secciones de viento y las baterías por sintetizadores y cajas de ritmos. La primera mitad de los 80 fue una época muy productiva para el género.

La aparición de máquinas electrónicas para la producción electrónica, que habían bajado de precio a principio de los 80, dio lugar a un fenómeno tremendamente curioso conocido en Europa como italodisco: un sinfín de productores jóvenes y con buenas ideas aunque con inexperiencia que alquilaban estudios de grabación durante un par de días para grabar una sola canción que, en ocasiones, se convertían en grandes éxitos del géneros. Un fenómeno que explica por qué existen tantos one hit wonders (una expresión anglosajona que se utiliza para hablar de formaciones que tuvieron un único gran éxito y luego desaparecieron.

Durante la década de los 90 el espíritu de la música disco se mantuvo a flote gracias a la aparición del techno de Detroit y, en especial, de la mano de un productor alemán llamado I-F, que si bien ha estado publicando siempre para pequeños sellos discográficos especializados en techno, ha mantenido el pulso de sus influencias disco de forma contínua.

En la presente década hay dos grandes nombres que recuperan la bola de espejos. Por un lado, el sello discográfico neoyorquino DFA, donde publica LCD Soundsystem, ha conseguido no sólo la recuperación de determinados sonidos característicos del género, si no tambien desvincular el género de la cultura gay a la que estaba fuertemente asociado.

Eso sí, la formación que más y mejor ha recuperado el asunto, y además declarándolo de forma abierta, es Scissor Sisters. Su primer éxito fue una versión de Confortable Numb, un clásico de Pink Floyd que reescribieron en clave disco y, en cierto modo, convirtieron en un homeaje a los Bee-Gees.

Los nuevos Tony Manero

El legado del personaje disoc por excelencia está diseminado en personajes que, cada vez que encendemos la tele o salimos a la calle, nos transportan 30 años en el tiempo. Algunos de los nuevos Tony Manero más populares del mundo del pop podrían ser el cantante sueco Jay-Jay Johanson, el productor y DJ inglés David Carretta, Jake Shears (el más alocado miembro de Scissor Sisters), el también DJ y productor alemán Helmut Josef Geie (más conocido como DJ Hell) e incluso, el Spiderman malvado que baila desenfrenadamente en una discoteca en la última secuela del superhéroe.

Reeditando, que es gerundio

Que a nadie le asalte la duda. El trigésimo aniversario de Saturday Night Fever va a ser celebrado a bombo y platillo, nunca mejor dicho, por la industria cultural. El próximo 24 de julio llegará a las tiendas una reedición de la banda sonora de la película con todo tipo de novedades: más brillante, más colorida, remasterizada. Más cara.

Además, en el mes de septiembre se editará una edición en dvd que también será tremendamente atractiva para el bolsillo del consumidor. Doble disco, con comentarios del director, discografía seleccionada. El paquete de algodón se vende por separado.