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Afganistán: “Esto no es una misión humanitaria”

Viernes.18 de mayo de 2007 1668 visitas Sin comentarios
Antonio Rainone, Médico y miembro de la ONG italiana "Emergency", presente en Afganistán #TITRE

Diagonal

R.R. / Roma

Los heridos que llegan a los hospitales que la ONG italiana Emergency tiene en Afganistán son, según el doctor Antonio Rainone, mayoritariamente civiles, víctimas de la creciente violencia del país: criminalidad, operaciones militares, atentados, narcotráfico... Cirujano de guerra desde 2003, Rainone tiene claro que la misión de la ISAF ha hecho poco por la reconstrucción del país y que en absoluto puede considerarse humanitaria: “no se puede hablar de mantenimiento de la paz en un país en guerra”.

DIAGONAL: ¿Qué ha cambiado en Afganistán desde 2001?

ANTONIO RAINONE: No gran cosa. En Kabul sí que ves muchos hombres sin barba y mujeres sin burka, pero apenas te alejas de la capital todo es como hace cinco años y como siempre. Lo que se ha hecho desde 2001 en Afganistán es la carretera de Kabul a Kandahar, que esa sí la han construido enseguida porque Karzai es de Kandahar; el oleoducto de Turkmenistán y una estupenda red de telefonía móvil que funciona mejor que en Europa. Pero cuando viajas por Afganistán no ves obras públicas. No hay infraestructuras. En Kabul no hay alcantarillas. No hay una red ferroviaria. El dinero se ha invertido en gastos militares.

D.: ¿Cuál es la relación de la población con los talibanes?

A.R.: Cuando los echaron en 2001 los odiaban porque se acordaban de como golpeaban a los hombres por llevar la barba demasiado corta y a las mujeres porque se les veía el tobillo bajo el burka. Ahora, después de cinco años, vista la total inutilidad de esta ocupación y que la seguridad ha empeorado la gente tiende a pensar que con los talibanes se estaba mejor. Lo que les interesa es la seguridad y tener trabajo y dinero para comer, no una democracia de papel, ni ir a votar cada cinco años.

D.: ¿Y cómo ven a los soldados extranjeros?

A.R.: Cada vez más como una fuerza de ocupación. En una ocasión me dí una vuelta por Kabul detrás de una patrulla militar y ví como se comportaba la gente. Les tiraban de todo. Hasta los niños les disparaban con pistolas de agua. Los ven con odio y los mismos soldados te lo dicen. Un par de veces he coincidido con un teniente médico que decía con candor que en cuanto lo veían vestido de militar le escupían a la cara. A mí nunca me lo han hecho, tal vez porque no voy por ahí con una pistola. Para los estadounidenses, Afganistán es una tema muy secundario y han conseguido que no se hable mucho de él. Los talibanes controlan la zona más importante, el sur. Y Karzai está en Kabul, con su sombrerito y de vez en cuando hace como que es jefe de Estado.