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Un vigilante de seguridad dispara dos balas a una angoleña por negarse a abandonar un tren en Madrid

Jueves.2 de noviembre de 2006 2335 visitas - 1 comentario(s)
Esas profesiones que sacan a la luz nuestros mejores comportamientos... #TITRE

Concentración contra las contínuas agresiones de agentes de seguridad de Renfe y Metro, Madrid, viernes 3 de noviembre

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Una mujer de nacionalidad angoleña de 40 años resultó herida al recibir dos impactos de bala después de protagonizar un enfrentamiento con un vigilante de seguridad en la estación de Cercanías Renfe de la localidad madrileña de Móstoles. La víctima recibió dos impactos de bala.

El suceso tuvo lugar a las 22.30 horas del martes en la estación de Cercanías de El Soto, cuando personal de Renfe se disponía a aparcar un convoy en dicha estación. En un momento dado, el vigilante de seguridad, identificado como Juan N. G. , localizó a la mujer durmiendo en el último de los vagones y le instó a abandonar el tren.

La mujer, identificada como Ana Lourdes D. S., se negó en rotundo a abandonar el vagón, lo que propició un enfrentamiento entre ambos, según informaron fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

Tras una discusión verbal, el vigilante presuntamente disparó a la mujer. Ella sufrió dos heridas por impacto de bala, una en el muslo izquierdo y otra en la rodilla derecha, según indicaron fuentes del Servicio de Emergencias 112.

Tras ser estabilizada en el lugar por personal del Summa-112, fue trasladada hasta el Hospital de Móstoles, donde ingresó con pronóstico grave, aunque sin riesgo vital.

Además, fruto del encontronazo que se produjo entre ambos, el vigilante sufrió contusiones y heridas leves en distintas partes de su cuerpo. También fue evacuado al Hospital de Móstoles, aunque su estado es leve.

Tomado de Terra


El vigilante que disparó a la mujer tenía antecedentes por hurto

F. J. B. - Madrid
EL PAÍS

"He sido yo. Me he encontrado a esta mujer en un vagón del tren. La he sacado hacia fuera a la fuerza porque ha venido hacia mí. La he engrilletado pero se me ha escapado. Se ha abalanzado hacía mí otra vez y, primero, la he intentado sujetar, pero como no he podido controlarla y me estaba agrediendo, no me ha quedado más remedio que dispararla en una pierna". Ése fue el somero relato que hizo el vigilante de seguridad de la empresa VINSA, Juan N. G., de 43 años, a los agentes de la comisaría de Móstoles que llegaron primero tras el tiroteo a la inmigrante Ana Lourdes da Silva, de 40 años. Juan N. G. tenía, desde 2004, antecedentes policiales por hurto.

Los agentes le apreciaron al vigilante tras el incidente con la mujer marcas en la cara, pequeñas señales como consecuencia de algún arañazo, tanto en el rostro como en las manos. Según los policías, pudo deberse a un forcejeo con su víctima. El propio agente les entregó el revólver, marca Astra 960 del calibre 38 especial. El tambor estaba vacío.

Según fuentes del caso, también les dio seis cartuchos: cinco estaban intactos y el sexto percutido. Al vigilante le incautaron, además, una navaja de siete centímetros de hoja de sierra con las cachas grisáceas y unos puños americanos, según fuentes policiales.

Cuando llegaron los policías, la mujer estaba tendida en el suelo, en el foso 8 de las cocheras que tiene Renfe en la estación de Móstoles-El Soto. Presentaba un orificio de entrada y otro de salida de carácter muy superficial en la pierna izquierda y otro impacto en la pierna derecha, a la altura de la rodilla. Una portavoz del hospital General de Móstoles, donde se encuentra ingresada, explicó que evoluciona de manera favorable de las heridas. Los médicos que la atienden han prohibido que reciba visitas y la han incomunicado.

Juan N. G. quedó en libertad tras prestar declaración ante el juez de guardia de Móstoles. Tiene obligación de comparecer una vez al mes. Según fuentes del caso, el vigilante fue detenido en Getafe el 20 de febrero de 2004, acusado de un delito de hurto. Ayer también declinó hacer declaraciones a este periódico sobre lo sucedido la noche del pasado martes.