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Mujeres en la Army

Jueves.3 de noviembre de 2005 5718 visitas - 5 comentario(s)
Magda Bandera #TITRE

Artículo original

Me dice la escritora Carmen Domingo
que estoy muy "relajada" con el tema del Estatut, que no escribo nada
al respecto. No es del todo cierto, ayer me pidieron una pequeña
colaboración sobre el tema para la renovada Ona Catalana. Pero sí es verdad que sigo con la política que me recomendó Boris Matijas,
"ignorarles" cuanto sea posible*. Y él de eso entiende un rato. Además,
ya existen muchísimos otros foros para hablar y comentar el Estatut y
la estrategia antiestatut. Y mientras hablamos de lo que casi nadie se
ha leído están pasando muchas otras cosas (abro una nueva anotación
titulada "contraprogramación" para que propongáis o recordéis temas que
no se están tratando estos días).

De momento, "contraprogramo" con el artículo que he escrito para el
suplemento de "Libros" de hoy de El Periódicosobre el libro de Kayla
Williams, la sargento estadounidense que explica su experiencia en la
invasión de Irak en "Quiero a mi fusil más que a ti". Precisamente,
"invasión" es la palabra que utiliza para hablar de esta operación
militar. También utiliza el vocablo "ocupación".

* (Una vez más recomiendo leer un post de Boris. Concretamente,
el del 24 de octubre. En él habla de su descubrimiento y experiencia
del exilio).

“Quiero a mi fusil más que a ti” es el título del único libro
escrito hasta el momento por una mujer soldado destinada en Irak. El
testimonio de la sargento Kayla Williams (Ohio, 1976), actualmente en
la reserva, resulta sorprendente por la claridad con que retrata la
vida cotidiana de las mujeres en la Army, donde representan el 15%. Las
soldados estadounidenses no sólo se enfrentan al “enemigo” sino también
a sus compañeros: “Puta o zorra. Si eres mujer y soldado, esas son tus
opciones”, escribe.

Esta estadounidense de clase media-baja aficionada a los libros de Noam
Chomsky se muestra igual de contundente a lo largo de todo su relato.
Intérprete de árabe para los servicios de inteligencia norteamericanos,
aprendió esta lengua cuando se hizo novia de un palestino que le enseñó
a amar la cultura árabe: “Nunca pensé que sentiría lo que siento, ni
por esos tipos, ni por esta guerra, ni siquiera por mi país. Era una
chica punk, una rebelde, y ahora soy parte de la institución más
autoritaria del mundo”.

MUJERES EN EL EJÉRCITO
Las mujeres soldados están acostumbradas a que sus compañeros les pidan
felaciones para aliviar la tensión. Casi todas ellas tienen apelativos
de tipo sexual. Kayla solía ser llamada por el nombre de “Tetas”. Un
día hicieron una subasta en la que reunieron dinero para que les
enseñara “las malditas tetas de una vez”. Este tipo de incidentes son
constantes en el Ejército. Rechazar a algunos de sus compañeros le
valió ser el blanco de difamaciones y todo tipo de rumores.

La autora constató que la supuesta “Igualdad de oportunidades” (EO)
promovida por el ejército es falsa cuando sufrió tocamientos por parte
de un compañero. “Las chicas que presentaban quejas EO no eran bien
tratadas. Aunque la cadena de mando animara a las mujeres a informar
sobre los acosos sexuales (a dar la cara), en realidad eran
desalentadas (...). Aún se supone que las chicas mienten en casos de
acoso para conseguir sus metas: avanzar en sus carreras o castigar a
alguien que les desagrada”.

TORTURAS
Abu Ghraib se ha convertido en el símbolo de las torturas que el
ejército estadounidense inflingió a los presos iraquíes, pero ni de
lejos fue el único caso. La propia Williams vio cómo algunos de sus
compañeros “cruzaban la línea” y violaban la Convención de Ginebra en
varias ocasiones. Ella nunca les acusó y por eso se pregunta cuánto
tiene de “moralmente culpable”.

Un día un oficial le pidió que les ayudara en un interrogatorio:
“Haremos que el tipo entre solo, le quitaremos la ropa, le ataremos y
le quitaremos la venda de los ojos. Entonces queremos que digas cosas
para humillarlo”.Cuando cree estar lista para burlarse de aquel “hombre
lloroso y desnudo”, solo acierta a preguntarle: “¿Tú crees que puedes
satisfacer a una mujer con eso?”.

Poco después, los soldados apagan colillas sobre el cuerpo del
detenido. Cuando Williams les dice que es ilegal, le contestan: “Sí,
pero son criminales”. Ella contestó que no todos lo eran y que “si uno
de los que entra aquí no es un terrorista, saldrá siéndolo”. El
interrogador se limitó a decirle que “ya lo sabía”.

SENSACIÓN DE PODER
Durante otro interrogatorio Williams se sorprendió al descubrir que
disfrutaba ejerciendo su poder sobre el detenido. “Empecé a llamar a
aquel mamón todos y cada uno de los insultos que sabía. Gritar a aquel
individuo me sentaba perversamente bien, porque estaba haciendo algo
prohibido”.

Williams concluye que aquel placer proviene de la impotencia: “No
podíamos cambiar lo que habíamos hecho, no podíamos volver a casa, no
podíamos tomar decisiones sobre nuestras vidas mientras estábamos
desplegados. Y entonces nos encontrábamos con que teníamos el control
total de otra persona. Y de repente podíamos hacerle cualquier maldita
cosa que se nos ocurriera”.

PARANOIA
Cuando la situación empeoró para el Ejército americano en otoño del
2003 recibieron nuevas órdenes: “Si ve un individuo a un lado de la
carretera con un teléfono móvil, apúntele con su arma. Y si no deja el
teléfono, dispárele”. Williams cree que es imposible establecer buenas
relaciones con los civiles tratándoles así, pero siente que no puede
resolver el dilema. “Tienes que decidir en un segundo si dejas que se
acerque o no, si le ordenas que se detenga y te hable de lejos o si le
disparas. Tienes que juzgar cada coche que pasa para saber si va a
atentar contra tu vida. Tienes que enjuiciar a todos. Inmediatamente.
Siempre”.

EXPORTAR DEMOCRACIA

“Siento vergüenza cuando veo que los iraquíes votan mucho más que
nosotros. Creo que votar es más una obligación que un derecho y no
entiendo por qué mis compatriota no lo hacen. No sé si es que son
perezosos o si creen que su voto no sirve para nada”, responde Williams
cuando se le pregunta por su concepto de democracia. Esta militar
asegura que se le hacía muy embarazoso intentar convencer a los
iraquíes de que su vida mejoraría cuando viviesen en una democracia al
pensar cómo funciona la de su país. Pese a todo, valora positivamente
su libertad de expresión: “Puedo ir a la televisión pública y decir que
me siento traicionada por George Bush”, añade. “Con Sadam los iraquíes
no podían hacer algo así, ahora sí pueden”.

ENTREVISTA
- En su libro denuncia las vejaciones que sufren las mujeres dentro del Ejército.

- Sí. He sido muy sincera y muchas soldados me han dado las gracias.
También me han explicado que en la I Guerra del Golfo ya las trataban
de ese modo. Mis colegas hombres también se han visto reflejados y
admiten que se comportan así.

- Sus superiores mujeres también merecen sus críticas.

- Lo cierto es que he tenido muy mala suerte. Me preocupa que gente tan
incompetente pueda progresar en el ejército. Ocurre en todos los
ámbitos, pero en el nuestro es mucho peor, porque hay gente que muere.

- Asegura que le costó mucho volver a vivir como una civil en su país, al que califica de “muy raro”.

- Realmente lo es, la gente es muy hipócrita y egoísta. Mi marido y yo
estamos planteándonos criar a nuestros hijos fuera de Estados Unidos.
Si eres crítica te acusan de antipatriota. La sociedad es muy puritana,
se escandaliza con el sexo, pero no con la violencia.

- ¿Y por qué se alistó?

- Porque quería estudiar y la Universidad es demasiado cara. También
quería probarme a mí misma y el Ejército es un buen lugar para aprender
a conocerse.

- ¿Y ha decidido que quiere dedicarse a la política?
Alguna vez me lo han dicho y lo he pensado, pero creo que no valdría para ello. Me gusta demasiado decir la verdad.


  • > Mujeres en la Army

    4 de noviembre de 2005 12:10, por Fernando

    Leer este artículo es tristísimo, desalentador..y violento. Por desgracia quienes son víctimas en su propuio país (USA), vícyimas del capilatismo más atroz y deperdador, quienes no pueden estudiar o tener asistencia sanitaria adecuada por no tener el suficiente dinero, se convierten en verdugos en países ajenos. Como siempre,las víctimas acaban matándose entre ellos en beneficio de los verdaderos verdugos. A pesar de ello no podemos considerarlos a TODOS iguales. Las veraderas víctimas en Iraq son los iraquíes. Los solados yankis convertidos ahora en verdugos no dejarán de serlo más que cuando vuerlvan a ser víctimas. Por desgracia ser víctima en Iraq no significa la falta de acceso a la escuela o la sanidad, significa acabar muerto.

  • Mujeres en la Army

    6 de abril de 2007 20:11, por ANONIMO

    mi nombre es ANONIMO soy hombre y nacinalidad peruano lei este libro porque estoy aplicando al ARMY y me interesa saber como es la rutina en esta fuerza de combate y conocer por medio de la lectura las vivencias de esta se;orita kayla , le agradesco muy profundamente sus conceptos al respecto y desde aca le doy un abrazo. mi email es telly141@hotmail.com por si desea kayla responderme este comentario bye

  • Mujeres en la Army

    3 de mayo de 2010 01:34, por juan

    hola soy hombre mi novia se va a enlistar en el army americano quisiera saber un poco mas como es esto para ella, va sufrir actos como los q leo en articulo gracias

    • Mujeres en la Army

      25 de febrero de 2013 23:00

      Hola soy mujerer y quiero entrar al army,actualmente estos abusos continuan con frecuencia