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Ecologismos al servicio del poder

Martes.11 de septiembre de 2012 933 visitas - 14 comentario(s)
O el lobo como guardián de las ovejas. #TITRE

Cambiemos de asunto. Dado el lastimoso estado del medio ambiente, y la constatación de que algunas de las materias primas y productos energéticos esenciales comienzan a escasear, se desarrolla la tendencia a reducir la interpretación de la actual crisis en desarrollo del orden liberal, estatal y capitalista, a sus manifestaciones en aquel ámbito.

Es cierto que la cantidad de petróleo disponible en la naturaleza se hará escaso en solo unos decenios; que otras materias primas esenciales también tienen cercano el momento en que serán raras y caras; que el calentamiento del planeta y el cambio climático están originando perturbaciones formidables; que el agua potable y el agua apta para el riego propende a ser cada vez menos abundante; que la destrucción de la capa de ozono año tras año (problema
que, hablando con franqueza, parece no tener solución) deja a la biosfera
cada vez menos protegida de los rayos ultravioletas; que la disminución
del porcentaje de materia orgánica, las contrarracionales prácticas
agrícolas y la saturación de tóxicos están haciendo cada vez mas estériles
los suelos; que la desertificación progresa en casi todo el planeta; que los
caladeros de pesca están agotados en un buen numero de casos; que declinan
los bosques; que muchos acuíferos merman año tras año haciendo
cada vez mas difícil el regadío a gran escala, que el potencial fertilizante
del esperma humano mengua desde hace 25 años; que el número de
sustancias toxicas existentes en los alimentos, el agua y el aire crece; que la desaparición de especies no cesa a pesar del copioso derecho ambiental
ya promulgado (o quizá, por causa de ello); que la degeneración física integral
del ser humano es una realidad indudable que progresa, y que todos
sabemos que esas nocividades irán a mas, en número y en letalidad, en los decenios próximos. Tales son los hechos, concentrándose la dificultad en
su interpretación.

La constatación de todo ello no es nueva. Ya en 1972 se realiza en “Los
limites del crecimiento. Informe al Club de Roma sobre el predicamento
de la humanidad”, que muestra lo escaso de los recursos naturales no renovables
a escala mundial, y desde entonces ecologistas y “verdes” se han
ocupado de estas cuestiones, con magros resultados, dejando a un lado
la profusa legislación ambiental que, resolviendo mal que bien algunos
asuntos de segundo orden, ha contribuido a empeorar el nivel global de
degradación del mundo natural.

Quienes de buena fe se entregan a la prédica
cotidiana del catastrofismo ambientalista para “alertar” a las autoridades
parecen ignorar que éstas únicamente están interesadas en el incremento
de sus prerrogativas de mando, de manera que utilizan la crisis del
medio natural para reforzarlas, no para resolver aquélla, sin importarles
gran cosa la naturaleza en si misma, ni los millones de seres humanos que
puedan perecer, en un futuro ya no lejano, si las cosas continúan marchando
en la dirección actual.

La obsesión legicentrista del ecologismo, proveniente
de su adhesión a la cosmovisión liberal del orden político y de
la existencia humana en general, ha hecho de este movimiento un instrumento
político más del poder constituido, que se vale de él para fomentar
el conformismo en lo referente a los graves asuntos medioambientales,
situación que se hará mas obvia en el futuro inmediato.

El “apoliticismo” ecologista, una forma de pragmatismo dedicado a la
búsqueda de, por lo común, inexistentes soluciones institucionales “aquí y
ahora” a problemas puntuales, con repudio de un enfoque subversivo del
fondo del actual orden, no solo ha desprestigiado y desintegrado el movimiento,
otrora mucho más dinámico y esperanzador, sino que ha creado
un sistema de jerarquías vinculadas al aparato estatal, si no integradas plenamente
en éste, como sucede con el ya vasto, poderoso y muy bien remunerado
ecofuncionariado, que aquél utiliza según sus fines sempiternos.

Los “verdes” alemanes, nacidos al rebufo del radicalismo de opereta de los
años sesenta del siglo XX, con un enorme caudal inicial de extremismos
puramente verbales y extravagancias, se ha hecho, en un lapso de tiempo
breve, un partido de orden y devoto de la dictadura liberal, portaestandarte del neoimperialismo alemán y cooperador en el ecocidio global,
evolución que es similar a la de la casi totalidad del movimiento ecologista
del resto de los países. Quienes hace unos decenios se lanzaron, con
indudable pureza de intenciones, a buscar remedios en la acción a las nocividades
medioambientales propias de las sociedades contemporáneas,
olvidaron algo determinante, que estas no son sociedades libres, por lo
que las transformaciones que se pueden lograr dentro de ellas o son insignificantes
o benefician al sistema de poder constituido.

El practicismo y
pragmatismo activista de aquéllos, centrado en el logro de “resultados” a
toda costa y desentendido de las realidades políticas más fundamentales,
se ha visto obligado, por el peso mismo de sus errores estructurales, a conseguir
“logros” en el único terreno en que estos son posibles, el de las modificaciones
de lo existente que interesan y benefician al régimen actual de
dictadura, lo que ya ha convertido a tales activistas en agentes del sistema,
cuya ortodoxia y legalismo elevan el SEPRONA de la Guardia Civil a
fundamental benefactor del medio ambiente. Estas son las tristes consecuencias
de la incomprensión y el desdén por la meta primera y principal,
una revolución democrática que otorgue libertad suficiente a todos para
abordar, conforme a las exigencias del bien general, los principales problemas
que hoy acucian a la humanidad. Sin dicha revolución democrática,
el grueso de las nocividades de los ecosistemas no podrá ser solucionado.


Texto tomado del libro de Félix Rodrigo Mora “La Democracia y el Triunfo del Estado: Esbozo de una revolución democrática, axiológica y civilizadora” (Ed. Manuscritos).

  • Ecologismos al servicio del poder

    1ro de septiembre de 2012 09:04, por Dave

    Sólo hay que acercarse al campo para saber que esto es verdad.También es más esclarecedor que un millón de tésis doctorales puestas en fila india el preguntar a la gente antigua,es decir,la poca gente que queda y conoce el mundo rural tradicional.Ellos dirán en su gran mayoría que no hay mejor cuidador de la naturaleza que las gentes del agro viviendo en comunidad de bienes.

  • Ecologismos al servicio del poder

    2 de septiembre de 2012 10:20, por Carlos

    No puedo sino estar en desacuerdo con la mayoría o la totalidad de las ideas de ese artículo. Por cierto, el problema de la disminución de la capa de ozono está en vías de solución, gracias a las medidas adoptadas en el Convenio de Montreal, algo que parece desconocer ese "agudo" analista. Considerar al movimiento ecologista como parte del aparato del poder (con esas referencias a los inexistentes ecofuncionarios, otros que atacan al movimiento ecologistas utilizan la palabra "ecolojetas") no puedo sonar sino a un análisis sectario y completamente irreal, como mínimo en el Estado español.
    Considerar que los avances en la legislación ambiental son un retroceso y parte del problema también suena a irreal.
    Y considerar que todo el movimiento ecologista comulga con el credo liberal es un error mayúsculo. Hay corrientes del ecologismo que se consideran como ecologismo social y que luchan por la transformación de la base económica de la sociedad, en la línea de un ecosocialismo, o libertarismo comunitario.
    Confundir el movimiento ecologista con las expresiones políticas "verdes" es otro error garrafal.
    Vamos que no da una sobre el clavo.

    • Ecologismos al servicio del poder

      2 de septiembre de 2012 18:38, por Pablo

      Agradeciendo el comentario, pues de lo que se trata aquí es de debatir, voy a decir algunas cosas. Aclaro que no soy el autor del artículo.

      No puedo decir nada sobre el asunto de la capa de ozono, puesto que es un tema que desconozco. En disculpa del autor puedo decir que el libro de donde se toma el extracto se editó a principios de 2010 y que según dice en la introducción el propio autor, es obra escrita durante 17 años. Pueda ser que la afirmación sobre el tema de la capa de ozono se haya redactado hace ya algún tiempo, cuando cundía la información sobre la agudización del agujero. En todo caso si es un error, cosa que desconozco, es bueno que sea desmentido.

      Quizá el autor sea excesivo cuando habla de ecofuncionariado, aunque no creo que sea tan inexistente como Carlos arguye. Aunque en España sea más escaso que en otros países sí hay quienes viven del tema medioambiental e incluso hay un estudio universitario que forma a esos trabajadores; ciencias ambientales. También pueda ser excesiva por generalista la vinculación que se propone entre ecologismo y sistema. Pero el artículo más que señalar esa instalación en el poder de algunos ecologistas, sobre todo señala la utilización que el poder hace de la ideología y del propio movimiento ecologista. Sobre todo por un dato que da el artículo, que me parece de máximo interés y que Carlos no cita: lo que Félix Rodrigo llama la “obsesión legicentrista del ecologismo actual”.

      Carlos distingue bien que no todo el ecologismo se mueve en lo institucional y que hay algunos ecologismos “revolucionarios”. Sin embargo mi experiencia personal, lo que yo conozco de los grupos de ecologistas en acción de mi zona y otros grupos ecologistas, conservacionistas y tal, es que éstos efectivamente padecen esa obsesión legicentrista y practicamente el cien por cien de sus reinvindicaciones se dan dentro del marco legal-institucional, el cual no dan muestras de querer rebasar ni en la práctica ni en la teoría de sus escritos.

      El artículo critica el hecho de que esas luchas parciales para evitar daños ecológicos contretos, realizadas casi siempre dentro de los “cauces” legales e institucionales, a largo plazo el efecto que tienen es el contrario. Más allá de la intención honesta de quienes se dedican a ese activismo, el resultado es que acaban contribuyendo a consagrar el estatus quo, estatus quo que es destructivo sobre el medio ambiente a más velocidad de las cosas puntuales que se consiguen remediar. En este contexto encuentro lógica a la afirmación de que a pesar de toda la legislación medioambiental, aceptada y concedida por el propio sistema, el medio ambiente hoy está peor que hace diez años y que veinte y que treinta, lo cual quiere decir que ésta no está ayudando en absoluto a la causa medioambiental. Hay que mirar lo global, no las pequeñas victorias, las cuales son pírricas creo yo y, según la teoría expuesta, no hacen otra cosa que llevar a engaño. Podríamos decir que sin esas leyes la cosa sería peor todavía. Pero eso es especular porque tal escenario podría conducir a diferentes situaciones.

      Sobre la confusión entre movimiento ecologista y “verdes” que Carlos señala, decir que el artículo aunque los asocia los distingue de alguna manera (“...y desde entonces ecologistas y “verdes” se han ocupado de estas cuestiones ...”). No obstante yo discrepo a la hora de hacer tal distinción. Los partidos políticos verdes se sienten parte del movimiento ecologista, y no creo que el resto de colectivos ecologistas tengan derecho a consideralos excluídos del mismo. Los verdes suelen estar integrados por activistas ecologistas que al igual que todo tipo movimientos políticos y sociales han considerado la vía electoral como una más desde la que trabajar por sus objetivos, dando razón en este caso a la crítica de Félix Rodrigo sobre la deriva institucional de ciertos ecologismos. Por cierto que la casi totalidad de ecologistas activistas que yo conozco, no integrados en ningún partido de Verdes también creen en la vía electoral, y suelen apoyar electoralmente a los partidos que cren más favorables a sus objetivos, normalmente Izquierda Unida.

      Un saludo.

      • Ecologismos al servicio del poder

        2 de septiembre de 2012 19:41, por Dave

        Las empresas suelen hacer balances de sus beneficios,pero,¿es que no se puede hacer balance de cual es la situación del campo?Si pueden haganlo,para saber si es positivo o negativo.Cuantas más leyes y funcionarios peor.Nunca han estado los ríos más contaminados ni ha habido más sequía en toda Iberia,por no hablar de la deforestación tan horrible que está teniendo lugar.

        • Ecologismos al servicio del poder

          3 de septiembre de 2012 10:22

          http://www.youtube.com/watch?v=kDui...

          internete
          1234567

          PD: Comparte tu enchufe para cargar vehiculos eléctricos en alargador.org

          (O donde te salga de los cojones, pero compártelo...)

          • Ecologismos al servicio del poder

            3 de septiembre de 2012 10:46

            El poder utiliza la ecología para lavar su imagen.

            ¿Y la culpa es de la ecología?

            Los terroristas de ETA usan la independencia para lavar su imagen.

            ¿Y la culpa es de la independencia?

            ¿ECOlojETA?

            internete
            1234567

            PD: Da igual lo que uno considere que está bien o está mal: Si se olvida del planeta que le sostiene, no tiene ningún futuro, piense lo que piense y crea lo que crea.

            El planeta está herido: Herido de muerte.

            La inmensa mayoría sabe que la culpa es de TODOS, por aceptar y tolerar este sistema consumista-capitalista-militarista-depredador.

            VAMOS A CURARLO, NO IMPORTA EL METODO (siempre que sea noviolento).

            Lo sepamos o no, lo queramos o no...

            ¡TODOS SOMOS ECOLOGISTAS!

            LA COMPASION SIEMPRE EMPIEZA POR UNO MISMO Y LUEGO SE EXPANDE COMO UNA ONDA HACIA LOS DEMAS...

            http://www.youtube.com/watch?v=paLX...

            Solo se trata de chascar los dedos y CAMBIAR MIEDO POR COMPASION.

            Pero si no empiezas TU, nadie puede hacerlo por ti...

            ¡¡¡COMPASION, COJONES!!!

    • Ecologismos al servicio del poder

      4 de septiembre de 2012 10:47, por Dave

      Es triste tener que decirlo,pero parece que no te has enterado de nada.En primer lugar,los que gustan de utilizar el término ecolojeta también gustan de decir a los cuatro vientos que no hace falta preocuparse por la ecología,que no está en peligro,asunto que este autor no discute sino todo lo contrario.Por otra parte,¿Convenio de Montreal?¿Serán los poderosos los que nos van a salvar y dejaran de dedicarse a esquilmar por una especie de ataque de mala conciencia?Con lo bonito que era el cuento de la Cenicienta...

  • Ecologismos al servicio del poder

    3 de septiembre de 2012 16:34, por Anónimo

    Por poner un ejemplo concreto.
    "Desgraciadamente, una buena parte del mundo ecologista está atrapada en la quimera del futuro energético 100% eléctrico basado en generación renovable (el cual posiblemente sea también inviable por su baja TRE en ausencia del subsidio fósil, como ya discutimos). El haber "comprado" tal solución les hace acérrimos de la misma, cuestionando las razones de los que argumentamos que ni ése es el único futuro posible y que podría ser que ni tan siquiera fuera alcanzable. Lo divertido del asunto es que haciendo eso se alinean en uno de los dos bandos de grandes empresas que en España libran una batalla por el control de la producción de energía eléctrica, siendo por tanto peones útiles para el BAU, y cayendo de nuevo en la vieja falacia de la discusión unidimensional, entre dos polos, cuando la realidad es multidimensional y mucho más compleja."

    Ver en línea : http://crashoil.blogspot.com.es/201...

    • Ecologismos al servicio del poder

      3 de septiembre de 2012 16:44

      Una pregunta. ¿Qué tendría de malo que el futuro energético fuera 100% eléctrico y basado en generación renovable?

      • Ecologismos al servicio del poder

        4 de septiembre de 2012 00:46, por Dave

        No tendría nada de malo siempre que fuera mínimo.Ahora bien,plantearse que tengamos cada uno nuestro coche electrico es aberrante,y eso es lo que quieren los ecologistas de salón,ahora ayudados por el capital y el estado. Compañeros,dejémonos de ilusiones tecnológicas y de sueños de futuro;la salvación del planeta pasa por un consumo inexistente.El medio ambiente no se puede regenerar sin hacer un esfuerzo descomunal y eso lo sabemos todos.Quizá sea más fácil no verlo y esconderse detras de la salvación de los ecologistas,pero eso no quiere decir que no siga estando el problema.

    • Ecologismos al servicio del poder

      6 de septiembre de 2012 10:18, por Jeroni

      Desde Ecologistes en Acció, por ejemplo, se trabaja por el decrecimiento (que incluye el decrecimiento en consumo, evidentemente); un decrecimiento en el que la energía mínima necesaria provenga de fuentes renovables. El cuento de cambiar el parque móvil actual por un parque móvil eléctrico es una aberración insostenible.

      Pablo, sabes que Ecologistes en Acció, aparte de trabajar en clave defensiva porque se respete la legislación ambiental (que son las pocas armas de que disponemos contra la barbarie devastadora que supone el capitalismo y que en muchos casos ni se respeta), también se trabaja en clave constructiva, con el fomento de la movilidad sostenible, reforestaciones con criterio, proyectos de agroecología, cursos de educación ambiental, alguna acción protesta tipo Greenpeace para dar visibilidad a problemas ambientales, etc. Pero la legislación es importante porque en el momento que se utilizan los recursos (las leyes) que "ellos" han puesto a nuestra disposición, se ponen muy nerviosos. Parece que muchas de las leyes de protección ambiental se hayan aprobado pensando en que nadie hará uso de ellas. Por eso EenA considera importante aprovecharlas, que para eso están. Pero creo que en Ecologistas en Acción este tema está muy equilibrado con otro tipo de actuaciones. El hecho de que en nuestra zona quizás no haya tal equilibrio puede deberse a los recursos humanos limitados de que disponemos, es decir, que faltan manos para llevar a cabo proyectos interesantes, pero los que somos hacemos lo que podemos, ¿que podría ser más?... seguramente.

      • Ecologismos al servicio del poder

        11 de septiembre de 2012 21:45, por Pablo

        “porque en el momento que se utilizan los recursos (las leyes) que "ellos" han puesto a nuestra disposición, se ponen muy nerviosos “

        Bueno, si lo quieres ver así Jeroni... Pero muy acojonados a fin de cuentas no deben estar visto como van las cosas y los procesos destructivos del medio a gran escala que hay en marcha.

        Yo creo que los argumentos que critican esta vía legalista y cuales son las consecuencias de tenerle fe y emplearla tanto ya están expuestos tanto en el artículo como en anteriores comentarios. Por mi parte no conozco a todos los gupos de EA. Supongo que habrá mucha pluralidad según la gente de cada sitio, pero por aquí cerca, en Elx, Alacant y cercanías los grupos de la zona, ecologistas y conservacionistas en general son bastante institucionales y le tienen a la lucha jurídica una fe enormísima, la cual además invade una gran parte de sus discursos públicos. Puedes ver una polémica sobre este tema en la propia página de Margalló: http://www.margallo.org/luz-verde-a...

        • Ecologismos al servicio del poder

          12 de septiembre de 2012 09:43, por Carlos Arribas

          Pablo,
          no sé de dónde viene esta obsesión con el movimiento ecologista como uno de los "sustentos" del poder establecido.
          Podemos estar de acuerdo en que las reivindicaciones principales del movimiento ecologista no se han conseguido (cerrar las centrales nucleares, cambiar el sistema energético, detener la regresión en la biodiversidad, detener la brutal ocupación de suelo con el urbanismo salvaje, detener la degradación de los mares y la costa, etc). Eso no es una casualidad y es fruto de la desigual relación de fuerzas. Es extensible también a otros movimientos sociales (obrero, vecinal, etc) tras la gran estafa de la transición democrática postfranquista y el auge del neoliberalismo. De reconocer eso a considerar al movimiento ecologista como causante de ese desastre ambiental hay un largo camino.
          Que no se consiguen los objetivos buscados y que a veces se consiguen otros menos importantes, es una realidad. Que las victorias son "pírricas" es una valoración que no comparto. Mira la cantidad de proyectos urbanísticos, puertos deportivos (alguno paralizado en el ámbito judicial), etc, que por suerte y por acción de los movimientos sociales (ecologistas y vecinos afectados)no han salido adelante. A la vista de la actual situación de crisis (los bancos quebrados por culpa de los créditos de los promotores que no pagan, la explosión de la burbuja inmobiliaria, etc), deberían agradecernos esa oposición férrea, que tanto tiempo nos ha hecho perder. También nos podríamos preguntar qué hubiera pasado si no hubiera existido el movimiento ecologista. Sin duda el resultado hubiera sido mucho peor.
          A mí no se me ocurriría decir que el movimiento pacifista es una de las causas del triunfo del militarismo. ¿qué consiguió ese movimiento en España? ¿La desaparición del Ejército? No evidentemente, solamente la creación del Ejército profesional y la desaparición de la mili obligatoria, además de una gran corriente social en contra de los ejércitos y las guerras (véase la oposición a la guerra de Iraq). Por cierto, un Ejército profesional es mucho más "obediente" a los designios del capital (como ya así lo manifestaron Marx y Engels hace 150 años) y nunca dudará en disparar contra el pueblo, cosa que no sucedería con un Ejército de conscriptos.

          Si quieres entramos en la materia del "legocentrismo". El movimento ecologista utiliza la legalidad para denunciar su incumplimiento y a veces va a los tribunales para ejercer sus derechos, pero siempre con el objetivo de defensa del medio ambiente y la biodiversidad. ¿comparte los objetivos de la leyes y los defiende? Pues no siempre. Ya sabemos quién crea las leyes y el marco general de esas leyes, la defensa de la propiedad privada, y el marco general del neoliberalismo y la Unión Europea. No somos tan "bisoños" para negar la evidencia. No sé a qué te refieres con que no nos "salimos" de ese marco legal. Si alguien tiene la solución que la diga. Sabemos de sobra que la movilización social y la presión consigue mucho más rápidamente, que la utilización del marco legal, los resultados deseados. Pero no siempre existe esa movilización, por desgracia. Reconozco que quizá esa utilización excesiva de los instrumentos legales solamente es un signo más de la debilidad de un movimiento social. Confundir esa debilidad con la responsabilidad de los desastres ambientales es un grave error, que dudo ya que no sea malintencionado.
          Por cierto, el Protocolo de Montreal es de 1982 y ha servido con éxito y en positivo para detener "el agujero" de la capa de ozono. Es un ejemplo de libro, de un problema denunciado por los científicos y el movimiento ecologista y que un acuerdo internacional puso las bases para su solución. Esa voluntad política no ha existido, por desgracia y por los intereses en juego, en el caso del cambio climático.

          Más informació en este informe de la AEMA de 2002 "Lecciones tardías de alertas tempranas", donde hay un capítulo dedicado a ese tema:
          http://www.eea.europa.eu/es/publica...

          • Ecologismos al servicio del poder

            13 de septiembre de 2012 00:04, por Pablo

            Un saludo Carlos.

            Al final esta conversación tiene un problema que es el punto de vista desde el que se miran las cosas. Si se ven desde lo concreto, por ejemplo una tropelía urbanística que se ha conseguido paralizar en un sitio determinado, se llega a un tipo de conclusión sobre el tema. Si se mira desde lo global, cómo está la generalidad del planeta ahora en relación a hace 30 ó 50 años, se llega a otra. Estoy hablando de una valoración que quiere ser lo más objetiva posible de las aportaciones del ecologismo como movimiento social.

            Otro problema, y hablo en general, es el de la susceptibilidad. El artículo de Félix Rodrigo que da origen al hilo es muy crítico y generalizante, como suele ser habitual en este autor y es uno de sus defectos más comentados. Pero en general la conversación que venimos manteniendo a raíz del mismo no trata tanto de señalar culpabilidades sino de establecer causas-efecto. No se cuestiona la buena voluntad ni la entereza moral del activismo ecologista. Al menos por mi parte. Por otra parte cuando lo que uno hace, aquello por lo que se deja la piel en algunos casos como me consta que es el tuyo, es criticado a menudo nos sale una necesidad de defensa a ultranza que nos impide empatizar con la base desde la cual se nos critica y no nos deja ver la parte de verdad y motivo para la autorreflexión constructiva que pueda haber en la crítica. Estoy generalizando, no señalando que eso te haya pasado a tí aquí.

            Me llama la atención una circunstancia de tu último comentario. Tras defender la validez y utilidad de lo hecho por el movimiento ecologista en estas décadas contestando a los argumentos que yo exponía arriba, a renglón seguido dedicas unas líneas a decir que el pacifismo no ha logrado nada. En mi opinión queda raro que por un lado no estés de acuerdo en ninguna de las críticas hacia el ecologismo pero sí pienses que todas y cada una de esas críticas son de plena aplicación al pacifismo. Es como mezclar dos recursos distintos y que se contradicen: el “no tienes razón con lo que dices” con el “pues tú más”. ¿No te parece?

            Y la verdad es que te concedo razón en todo lo que dices sobre el pacifismo y además lo extiendo al antimilitarismo en el que participo activamente desde hace muchos años, como sabes. De hecho te quedas corto en la crítica. En el estado español los antimilitaristas no somos culpables porque no hemos tenido esa intención (faltaría más), pero sí hemos sido agentes directos de que, además de las cosas que dices, la institución militar de ser masivamente odiada a principios de la transición hoy sea la institución más valorada por los españoles, según las encuestas. Lo cual hace ciertas del todo las críticas que se están haciendo al movimiento ecologista: se consiguen algunas victorias (pírricas) mientras se va perdiendo la guerra de forma clamorosa. Algo tendremos que reflexionar en ese sentido. ¿No?

            Para mí el problema, aquí hablo de cualquier movimiento social, el ecologista, el antimilitarista o cualquier otro, incluso el actual sindicalismo, es la visión de topo que tenemos de la realidad. Estamos tan ensimismados con los problemas concretos que tenemos delante que perdemos la perspectiva de lo general. Es lo de cuando los árboles no dejan ver el bosque. E ilusionados tantas veces con la posibilidad de poner una tirita, de remediar o impedir un mal concreto, no nos duelen prendas en hacer u omitir cosas que acaban reforzando a las principales instancias del sistema, el cual es -pero se nos olvida en nuestro ensimismamiento- la causa final de cada uno de esos males concretos que tratamos de remediar. Y si lo seguimos legitimando y consolidando por muchos males que remediemos surgirán otros nuevos puesto que la causa de todos ellos se mantiene y crece. Esta es la idea importante del artículo y de todo lo que yo quiero decir en esta conversación. Y tal cosa me parece que es el mal principal de todos los movimientos sociales y de la izquierda toda en las sociedades occidentales, y es la que nos ha llevado al punto en el que estamos en el que solo luchamos por pequeñas resistencias y mejoras (ahora solo por resistencias) y no por un cambio radical de sociedad.

            Consecuencia concreta de tal cosa, ahora sí me vuelvo a centrar en el movimiento ecologista, que es uno de los que más lo padece, es el legicentrismo. Personalmente estoy de acuerdo contigo y con lo que decía anteriormente Jeroni de que también hay que utilizar las leyes, los resquicios que el propio poder deja. Pero hay que mirar muy bien si el poder los deja por ignorancia o por interés. Y si el utilizarlos en cada momento da más de lo que quita. Y sobre todo hay que ver que si queremos de verdad cambiar la sociedad la batalla principal es en las conciencias de la gente, y lo es a base de trabajo de pedagogía, pero también de generación de alternativas y de puesta sobre el terreno de luchas que sean honestas, coherentes e ilusionantes. Si los discursos que utilizamos una y otra vez son que tal cosa es ilegal, y que según la ley esto y lo otro, por mucha razón que tengamos estamos entrando totalmente en el juego del sistema y renunciando a la batalla de las conciencias y las opciones vitales. Te invito a que leas los argumentos de El Margalló en su página web (el artículo que cité antes) en una polémica sobre una actuación urbanística. Podemos usar la ley cogiéndonosla con papel de fumar, como digo, pero siempre tenemos que tener claro que las leyes son la mierda, que las hacen y deshacen a su interés y que más que el respeto a la legalidad, quienes queremos cambiar el sistema debemos divulgar el desprecio hacia la misma y la legitimidad de la desobediencia civil, ya que esas leyes en ningún caso tienen un origen democrático y son decretadas por meros esbirros del poder. Un ejemplo de activismo en ese sentido, para que nos podamos entender, es el de la gente del SAT, por ejemplo, y no solo estos días sino a lo largo de toda su trayectoria histórica.

            Bueno, no me enrollo más, un abrazo.