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SOBRE AZTECAS E HISTORICISTAS




Asunto: Re:Algún pueblo será modelo de humanidad?


> Perdona pero si concuerdas conmigo ya que yo no descalifico ni situo a los aztecas en mejor o peor situación que cualquier otro pueblo. Ya indiqué que no juzgaba la bondad o maldad de ese pueblo, vivían su época y ya está.

        *** No podía faltar una de las consignas vaticanas más constantes: "la mentalidad de la época". Como decía un alto cargo del ministerio del Interior a propósito del terrorismo de Estado del Gal: "No se puede juzgar algo que ocurrió en los ochenta, con la mentalidad de los noventa". "La mentalidad de los 80" era la impunidad de los "excesos" de las Triple A, el Batallón Vasco-Español, las listas negras de, por ejemplo, Amnistía Internacional... A la sordina mediática de quienes son amos de los medios y de "la Libertad de Expresión", se unía la canonización automática de cada ministro de Interior servidor de la oligarquía cloaca de Espein. La "mentalidad de los 80" no es lo que piensa la gente informada en esos años, no es lo que opina ante los hechos reales. La "mentalidad de los 80" es el telediario del Poder, el consenso oligárquico que nos totaliza en la impostura mediática. Hay que juzgarlo con la mentalidad de los telediarios del Poder de los ochenta cuando el consenso pro-terrorismo de Estado funcionaba sin división. Se rompe en los noventa por el fracaso operativo y por haber puesto en evidencia más de la cuenta el carácter del régimen político imperante. Por eso, ha de autodepurarse el Sistema ofreciendo alguna cabeza. Se abre camino a la casi imposible alternancia política, por el control mediático de la televisión del Estado y otras satrapías, a base de exclusivas durmientes disparadas a conveniencia (llamadas jocosamente "periodismo de investigación"). Salpican por doquier su corrupción, y dicen que eso es lo que pensaba el "pueblo", porque nunca se le va a dar información ni opción. Difuminaron su doblez en la jerarquía de intereses con su cascada de sumisiones, piadosas hipocresías y reptilianas intenciones. Todos los criminales vivían en su época, y ya está. No podemos juzgarlos con la mentalidad de "hoy", sino con la de palacio, o no juzgarlos. ¡Feliz impunidad! Igualando todas las "mentalidades de la época", ayudan a camuflar a los ases de la matanza entre otros matones de barrio, y, así, éstos, culpabilizan a todo el barrio.

> > Puedo asegurarte que si de algo bueno se puede vanagloriar la Iglesia Católica es de haber hecho desaparecer de la faz de la tierra una de las culturas más crueles e inhumanas que se recuerden: la azteca.

        *** Se pueden vanagloriar de promover más guerras con ensañamiento y crueldad mayores; de promover sacrificios humanos en Autos de Fe mucho más telegénicos en los telediarios de la Historia; de poder masacrar a niños y mujeres aztecas; a pueblos sometidos por los aztecas; a víctimas de los aztecas; a pueblos que no tenían nada que ver con los aztecas, pero que los "entornamos" con la aristocracia azteca. Todos por igual cargan con la culpa durante siglos. Los taínos no sacrificaban a nadie ni promovían ninguna guerra y fueron exterminados por la punta de lanza de la evangelización, mostrando así su verdadera traza fundacional.

> Solo pretendía evitar lo que me parecía un maniqueo intento de vender una desproporcionada "santidad" o bondad que supongo que en algunos aspectos tendrían (y a lo mejor no por buenas intenciones sino por costumbres y tabues propios).

        *** Más preocupa el intento de salvar los horrores identificables de unos grupos de conquistadores y algunos de sus descendientes. Esta "santidad" justificada maniqueamente en otras "santidades" oculta lo específico de cada vuelta de tuerca de la santa tecnología ganadera.

> No me creo lo de unos pueblos mejores o peores.

        *** ... Yo tampoco, pese a que se ha estado machacando, generalizando e impunizando con aquello del "pueblo azteca", el "pueblo..". etc. etc.,. Son muchas veces nociones gregarias intentando abarcar el tiempo y el espacio. Teniendo en cuenta que los vencedores no han sido los aztecas ni el historicismo imbuido canta sus glorias; que no tienen oportunidad de vanagloriarse y, prácticamente, no hay que sufrir a ninguno de sus cantores y revisionistas, no cabe duda que, en ciertos pueblos, en ciertas épocas, en ciertas clases y en ciertos contextos grupos de asesinos agrupados por razones ideológicas han elevado el medidor del horror, para después difuminarse "en el pueblo", en la historia, "en la mentalidad de la época"; para que las comparaciones más absurdas nos distraigan del meollo de la responsabilidad moral y conformemos un juicio "esquizofrénico" confundiendo la comprensión de unas circunstancias con la irresponsabilidad ética. Peligrosísima práctica que sigue haciendo estragos en creyentes del Dios Patria.

> Los conquistadores, no luchaban de esa manera. De tal suerte, que cuando Cortés sufrió la peor derrota de su vida (El famosos árbol de la noche triste), pudo no haber contado el cuento, si los aztecas, al verlo huir, lo hubieran seguido para fulminarlo. Algunos todavía se lamentan de tal "torpeza" de los aztecas. Yo creo que esto sólo hubiera retrasado un poco las conquista.

        *** O hubieran retrasado el "encontronazo" dando tiempo a una aculturación menos traumática que les hubiese preparado para resistir. Habría sobrevivido algo de la cultura barrida de manera implacable. Nuevos "japoneses" serían ahora extraños a mi lengua, pero sí receptivos a mis aportes respetuosos a algo de su tradición y variabilidad humana La mitología de la antigua América sería ahora muchísimo más conocida si el encontronazo hubiese sido menos intolerante, erradicador y ocupante de todos los pliegues de la vida hasta el núcleo de la voluntad. Aunque no fuera más que para evitar tantas masacres, salvar muchos de los códices, estatuas, templos y elementos culturales erradicados por el fanatismo cristiano, hubiera merecido la pena. Aunque no fuera un intermedio como el que consiguieron las polis griegas, "irremisiblemente" condenadas a caer bajo algún imperio, (según cantan los hipócritas que se felicitan por la victoria contra los persas, pero no cuando vencen los "persas" del Lacio, pues su único norte moral es la Victoria), sí veríamos ahora como natural elementos quizás menos cruentos. Los cuales, ciertos historicistas, asimismo, cantarían con el genuflexo Absoluto lineal que les caracteriza.

> > Con lo anterior, pretendo mostrar que las culturas no pueden ser catalogadas de inhumanas e injustas así porque sí.

        *** El problema empieza cuando metemos en la palabra mil cosas distintas de épocas diferentes, y las ponemos a los pies del ídolo más poderoso.

> > culturas como la Maya y la Azteca. Estas culturas asentadas en lo que es hoy el sur de México son ejemplo de un desarrollo humano de grandes proporciones culturales y fueron liquidadas por el conquistador cristiano y legitimada esa liquidación por la Iglesia que no connsideraba al ser humano por fuera de su contexto religioso. Las leyendas de Chitzen Itzá y el Popol Vhu son superiores a las de la biblia de los judío-cristianos. Si Ud. conociese esas culturas y su aniquilamiento por los conquistadores cristianos y si ud. amase sus ancestros,no estaría defendiendo la Iglesia católica. Es el pueblo mexicano un prototipo de...

> > > iguel, creo que has tenido un arranque racial desmedido. Comprensible si eres mexicano y te lo respeto, pero creo que debes enfocar este asunto con menos patrioterismo.

        *** Igualar la historia de la conquista cristiana de los pueblos de América con cualquier otro tipo de conquista, declararlo no juzgable, también puede incurrir en otra forma de patrioterismo cultural. Con los atropellos de algunos aztecas se ha intentado taparlo con frases estremecedoras. Entretanto, en Europa, judíos, moriscos, protestantes, rebeldes, saqueados siervos, reclutados campesinos... recibían el mismo trato, atenuado en algún caso tan sólo por contrapesos sociales de caballos, pólvora, tradiciones bélicas, fraccionamiento geopolítico, luchas de burgos y campesinas... Es lo que malogra una y otra vez al “constantino” armado al servicio del sojuzgamiento universal por parte del papado. Así se hace de la necesidad virtud para no castigar a los siervos de la casa con los excesos exterminadores aplicados a la nueva gleba.




Asunto: Re: ** Conquista española en México


> NO debemos olvidar el posible origen o por lo menos influencia de las culturas "viquingas" sobre Grecia. Sino fueron su origen directo si fue grande su influencia en su religión. Existen demasiadas coincidencias y aires reconocibles entre los personajes viquingos y los griegos y de hecho las odas viquingas en nada desmerecen de las historias sobre los dioses griegos. Los viquingos son históricamente una especie de desewncadenador de reinos y culturas; donde se metian como clan dominante surgia un reidno poderoso o por lo menos influyente (rusos, griegos, normandos...

        *** Los "rus" son los viquingos varegos que crearon la ruta del ámbar del Báltico al Már Negro, con factorias comerciales que llegaban hasta las inmediaciones de los imperios bizantino e islámico; los normandos son los viquingos occidentales que por las mismas fechas emigran e incursionan por la fachada atlántica de Europa. Sobre las analogías entre viquingos y griegos de la antigüedad hay que considerar que tres mil años antes de que los viquingos entrasen en la historia escrita, ya empezó la génesis de la Grecia antigua cuya mitología tendrán en común con los viquingos, además de los paradigmas arquetípicos comunes a los intereses y pulsiones humanas que se manifiestan en todas la culturas, por más distantes que estén, algunas tradiciones indoeuropeas y préstamos muy posteriores de manera indirecta. La proximidad genealógica entre lo que conocemos como Grecia clásica y los viquingos de milenios posteriores no parece que destaque sobre otras de este entorno. Analogía más sugerente para entender las derivas viquingas sería, por ejemplo, además del mito de Quezatcoalt, el topónimo mexicano Tula con la isla de Thule (Islandia)...




Asunto: Re: sobre conquistas, pueblos y religiones

> >  > Puedo asegurarte que si de algo bueno se puede vanagloriar la Iglesia Católica es de haber hecho desaparecer de la faz de la tierra una de las culturas más crueles e inhumanas que se recuerden: la azteca.
> >
> >Primero salir en defensa de la SANTA-MADRE- iglesia católica.?
>
> Bueno, bueno,, tal vez sea un exceso de coloquialísmo, suponía que tal fase no iría a ser tomada con tanta literalidad :-)
>
> y decir que haber destruido una de las ciudades que hubiera hecho sonrojar a  los mismísimos Jardines Colgantes
>> de Babilonia y a las raquíticas pirámides Egipcias juntas..? ( y algo mas de pilón), pretender > > que
>
> No estoy para nada de acuerdo con estas comparaciones. Especialmente teniendo en cuenta > que lo mejor de los aztecas eran construcciones anteriores a ellos y que ellos heredaron.

        *** Los herederos de los anteriores son los mismos que sufren las matanzas de aztecas junto con la posterior sobreexplotación y drástica prohibición de costumbres y tradiciones. Algo sin precedentes en la historia no monoteísta. Es la gloriosa Santa Madre Iglesia la que erradica las tradiciones anteriores y se apodera de los templos mientras se destruye todo lo que impide su ocupación. La vanagloria de la Iglesia cae sobre víctimas y verdugos, no sólo sobre la cabeza de guerreros y sacerdotes aztecas. Para quedarse con todo, todo y todos deben ser manchados de sangre, "entornados" en el crimen. También habían metido en el mismo saco a toda clase de paganos. Los que van al circo a disfrutar de sangre humana o los que patrocinan las persecuciones imperiales... hacen caer la sangre comercial de la Organización sobre el concepto elástico y generalizante de "paganos" para justificar su totalitarismo. Por contra, el emperador Tiberio, para encarar los sacrificios humanos de los druidas galos, los prohibió y dictó que si alguno de ellos reincidía en tal costumbre fuera ahorcado. No echaron esos muertos sobre todos los demás pueblos, ni siquiera sobre todos los galos. Siguieron éstos con sus costumbres, ritos, ceremonias, tradiciones... Así fue como se erradicó esa costumbre sin tanta vanagloria. El método monoteísta hubiera supuesto, como supuso después, extirpar todas las tradiciones extra-eclesiásticas y su riqueza cultural, puestos sus despojos a alimentar esa máquina aplanadora. Su vanagloria "totus meus" necesita derramar culpa sobre los aplastados para reescribir la Historia e inducir el patriotismo inconsciente de los que no se molestan en pensar. Implícitamente se está defendiendo el método erradicador al focalizar los sacrificios humanos. Pero, en realidad, la culpa recae sobre todos los vencidos, los herejes, los disidentes... hayan o no cometidos sacrificios humanos. Desde los paganos al "bando rojo", la focalización en los asesinatos que interesa extrapolar botinea las mejores fechorías totalitarias justificadas en ese mecanismo.

> Llamar raquíticas a las pirámides es un poquito frivolo.

        *** Cuanto menos raquíticas más explotación, jerarquía, alienación, presión sobre el entorno... Son parámetros que también hay que tener en cuenta aprovechando eso de la civilización, la democracia, la cultura, los derechos humanos, el conocimiento, la moral... y otras presunciones.

> Creo que es debido a un exceso de “patrioterismo” y sentimiento mítico del pasado de los pueblos americanos acentuado por muchos (no digo con ello que sea tu caso) por un claro antagonismo antiespañol, o anticonquista, o anticatolico.

        *** La herida abierta hace quinientos años no se ha cerrado. Persiste la división social en muchos aspectos. Un refugio para su continuidad puede ser reivindicar el pasado con los mismos esquemas historicistas de los vencedores para que su "historia" entre en competición con la de los vencidos. Para eso, nada mejor que arrear españoles indiferenciadamente y que embistan al trapo nazional para identificarse con los criminales, para defenderse defendiéndolos. Los culpabilizadores pecuarios de enfrente, presuntamente justicieros, complementarán el cuadro al propagar el mismo mecanismo patriotero que sólo se ve en los Otros. Pero también hay lógica y conocimiento para que lo válido del pasado esté en levantar y airear las losas de las mentiras triunfales que han enterrado todas las posibilidades de todos los vencidos, incluyendo a los de hoy.

> > precisamente una de las religiones mas nefastas que jamás haya existido, una verdadera vergüenza histórica, en cuyo honor y bajo su sacrosanto manto, han ocurrido millones y millones de muertes inocentes o no, una religión que solapo la matanza de judíos por Hitler... hizo algo BUENO..! de lo que se puede vanagloriar..!
>
> No voy a hacer una defensa de una religión que no comparto, aunque es la base de toda nuestra cultura y manera de pensar.

        *** Evidentemente, será la base de toda tu cultura. Algunos tratan de desprogramarse sabiendo que los logros ajenos no dependen de esa erradicación que nos convierte en súbditos de la Victoria. Es una falsificación interesada por parte del patriotismo cristiano defendiendo sus peajes. Lo que consideramos positivo de nuestro siglo sería algunos aspectos de la cultura cívica clásica y las tradiciones comunitarias de las aldeas de la antigüedad. Además, ha habido toda una línea de crítica a la teocracia cristiana, por más que se la provindencialice emanante de la ideología cristiana e intenten vendérnosla como algo otorgado por la mágica existencia de esa absorbente y ocupante ideología. El "milagro europeo" culmina en un entorno extraordinariamente favorable. La complejidad de la evolución cultural humana no debe de ese entorno nada a la existencia de una religión que trasviste su tiranía, pues las funciones pecuarias de apuntalamiento oligárquico, en otro contexto pastoral, difícilmente hubiera tenido esa ferocidad inhumana, inquisitiva, culpabilizadora, intolerante, llena de sadismo salvífico e hipocresía de marca. Si cotejamos los mitos y burocracias religiosas de la antigua Grecia con el tutelaje episcopal, no hay comparación posible en el daño infligido (y por infligir) a la autonomía social desde todos los disfraces teocráticos, cuando aún el caudillo converso no ha domeñado la autonomía extensiva que hay que estatalizar desde el bautismo.

> No creo que se la deba de poner el titulo de la mas nefasta, por no ofender el orgullo de otras > peores aunque menos extendidas o conocidas. Todas tiene muchas cosas de las que avergonzarse

       *** Serán todas las monoteístas, porque los cientos de fabulaciones mitopoéticas de cientos de pueblos primitivos difícilmente pueden cargar con culpas ajenas cuando son también ajenos a esa culpabilidad.

> y seguro que todas tenían algo que enalteciera la historia de la humanidad. Si bien el papa escurrió el bulto en el caso de los judíos (Hitler pagó su silencio con oro y la promesa de respetar los intereses los católicos de Alemania) muchos católicos salvaron miles de vidas de judíos y otras comunidades perseguidas.

        *** ¿Y si no hubiesen sido católicos no habrían ayudado a salvar a nadie? Hay ahí una implícita calumnia mercal contra los que no se dejan existir pues la ética sólo existe bajo el dominio de los mercaderes de la moral. ¿No es más relevante fijarse en como seres que están dispuestos a salvar vidas humanas, al mismo tiempo, se hacen cómplices morales del Horror al comulgar con la Organización que las ponen en peligro? ¿No es ése el perenne secreto de la tecnoganadería cristiana, o como traficar con las buenas intenciones para los peores resultados?.

> La iglseia destruyó muchas cosas que consideraba hetreticas y paganas... y conservó en los
> monasterior y rescató de la destrucción y perdida muchísimos conocimientos de la antigüedad...

        *** Nuevo peaje a la propaganda monoteísta. Al matón que roba y destroza las obras del artista hay que agradecerle que no exterminase algunas de ellas. Aquellas que no destruyó se equilibran a las destruidas en una delirante balanza que coloca su fiel a conveniencia. ¿Cuantos monasterios aztecas a destruir hicieron falta para conservar códices toltecas? Antes no se había planteado esa sistemática forma de controlar el pensamiento. El cristianismo comenzó en una sociedad en gran parte alfabetizada para ir intensificando la tendencia al analfabetismo en todo lo que no fuera la casta hierócrata. Su "totalitaritis" le dejó el monopolio de poder salvar de su propio fervor piropurificador algunas obras. Sin estos amortizables triunfos redentores el siervo redoblado es incapaz de imaginar otra Historia. Difícilmente en el paganismo del Mediterráneo antiguo a alguien se le hubiera ocurrido justificar de tal manera fechorías sectíferas y arrasadoras en base a que no realizó todas las trastadas posibles. Pretextos, porque nadie podía desviarse del desmán sin llevar la marca de una secta tan abarcante y tentacular.

> Mató y bendijo la muerte en guerras sin fin... aunque predicaba el amaros los unos a los otros,

        *** Es la manera genocidar para acaparar la patente de lo contrario, de hacer las carnicerías de manera "renacentista"; un sibaritismo mortífero al que todavía no había sabido llegar la aristocracia azteca, primitiva y más sincera.

> una moral muy aceptable... aunque ingenua por lo visto.

        *** Ya decía Celso en el siglo II que todo lo que pudiera tener de bueno lo que vendían los propagandistas cristianos ya lo había dicho mucho antes y mejor los filósofos; por no hablar de la cotidiana y ancestral praxis moral desde los homínidos imbautizados, ininventable cuando no falta moralidad y cuando sobran sus comerciales revendiendo su patente armada.

> En fin: todo lo mejor y lo peor. O sea nada distinto a cualquier otra cosa o religión anterior o posterior.

        *** Tal totalitarismo erradicador no encuentra parangón pasado, salvo, y en menor medida, en la escatológica casta sacerdotal judía.... El precio por adjudicarse y mercar lo que de bueno ya sabía la humanidad, fue elevadísimo cuando derivan lo bueno a lo peor providenciándolo en su impostura. La concordia pagana, la tolerancia de las aldeas y polis del Mediterráneo es implícitamente infamada por un patriotismo historicista cristiano en el que, al parecer, no dejamos de estar inmersos.

> > El haber hecho desaparecer DE LA FAZ DE LA TIERRA..! una de las culturas, que para su época, tenían el calendario mas exacto que astrónomo europeo hubiera dado su almita buena al diablo por haberlo descubierto, Un pueblo que utilizaba antibióticos, que ya usaba la penicilina (cultivada en tortillas de maíz) Un pueblo con una arquitectura, que iba mucho mas allá de los villorrios de calles torcidas de muchas ciudades europeas, que tenia drenaje en las casas cuando aun en el renacimiento tiraban las orinas y mierdas por las ventanas. Un pueblo limpio en esencia, que sorprendió a los españoles al verlos como se bañaban varias veces al día ( Temazcalli) Pueblo altamente evolucionado en arte, matemáticas, literatura, Ah!, esa poesía Azteca que haría palidecer a uno que otro literato castellano. Pueblo..!con el mas elevado sentido del honor como jamás se ha visto.

> Joder: estos mismos y entusiásticos razonamientos se los puedo aplicar en su momento a Roma, a la Grecia, a los egipcios, a los habitantes de Ur... a los Chinos que ya eran cilivización cuando Europa estaba casi saliendo de las cuevas.

        *** Todos esos pueblos no han tenido que sufrir tamaño encontronazo, tamaña apisonadora intolerante que intensifica la rapiña competitiva. En el renacer de las polis en forma de burgos corregidos por el Estado nación se estaban abriendo paso pensamientos y actitudes que, por más insertos en los hilos de mando de la tecnología recuperadora cristiana, ponían de relieve el relativo abismo entre conocimiento y poder, constituido éste de bautizos y enjaulados renaceres; entre la ética práctica y la religión que presuntamente la había inventado, pues manu militari nadie había podido objetar a sus apropiaciones y comercios.

> Si eran tan limpios, aseados y estupendos literatos... ¿cómo es que sus vecinos sintieron tanta fruicion en ayudar a los españoles en destruirlos?.

        *** Si eran tan civilizados y tan altruistas los nuevos postulantes al Imperio ¿por qué los pueblos del continente salían huyendo al ver la cruz, si podían, o resistían, a veces, hasta el exterminio? La misma pulsión antiazteca no rige cuando se enmascaran otros crímenes rituales e infectan a todos los que no están en la secta patriótica. Como si la conquista estuviese movida por el afán de acabar con el canibalismo y la opresión imperial... El horror se disculpa, supuestamente, en que no sólo se da aséptica muerte, según cuenta las Crónicas de Indias, sino que, cruelmente, se comen el cuerpo de alguien que ya está muerto y que no va a poder apreciar la crueldad de la comilona. Se horrorizaron por el canibalismo porque los más vencedores mataban dejando los cadáveres que lo aprovechasen los gusanos, como Dios manda. Pero, tras la toma de Tenochtitlan, la película no termina; sigue con la hegemonía sin límites de los nuevos conquistadores, no sólo del vasallaje, sino de una acelerada explotación propia del tempo histórico que se les cae encima y de los créditos bancarios que los “emprendedores” de la conquista han de amortizar deprisa. La dominación de otros pueblos muestra hasta la saciedad hasta qué punto todo esto no son más que excusas. Una vez no se necesitaban sus servicios, irán ejerciendo su nuevo poder en erradicar tradiciones de los aliados, presionando para una conversión sin escrúpulos. Barriendo el espectro opositor, funden a su Enemigo a semejanza central para segregar fanáticos creyentes en la creación del Amor gracias a esos inevitables genocidios culturales, pago necesario para lo que vendrá, sea cual sea, como tributario eterno. Así, focalizando en aquel fraile copista sin competencia posible, que rellena en exclusiva el estrato y es el puntual salvador de la quema, se exculpa la Organización incendiaria.

> Los griegos, tomados como ejemplo de demócratas de toda la vida solo lo eran de puertas adentro. No aplicaban sus fantásticos principio a los demás extranjeros.

        *** Pero éstos no eran quemados en la hoguera si no guardaban una ortodoxia "zeísta". Comparar toda la experiencia de las polis democráticas de la Antigüedad con el genocidio de concretos conquistadores y misioneros da a entender que no hay calibrador en este nominalismo superficial. Es esa hospitalidad a los extranjeros distintos, muchos de ellos perseguidos en otras polis, unos de los puntales de las brechas por donde se filtraron las libertades alcanzadas por griegos de la Antigüedad, sin necesidad del "aggiornamiento" inacabable y siempre fallido, ni escaldamiento por saturación bélica.

> Bueno, no usaban la rueda. Cualquier europeo consideraria este detalle como un signo de cierta
> pobreza intelectual y poco desarrollo tecnológico.

        *** El exterminio de los pueblos de las Antillas habría que valorarlo independientemente del valor contable de su cultura. No han de descubrir nada para que éticamente tengan justificado su sobrevivir. En todo caso, hay que decir que las ruedas de carros, carretas, camiones, aviones, tanques... han supuesto un gran desarrollo tecnológico de la matanza deslocalizada, (como la desvergüenza que evita encararla). Sin duda, una gran riqueza intelectual para dejar en mantillas a los retrasados depredadores aztecas. Las inmolaciones al Dios de la Tecnología son incomparables en el daño, pero se las compara con sus ínfimos y primitivísimos precedentes pues la productividad las justifica ganando en telegenia cuando las tecnicas de la doblez también se desarrollan. De todos modos, la historia no es lineal a la hora de acompasar el desarrollo del transporte y el desarrollo social en el que puede haber otras ventajas que no se valoran al ver solamente a través de la linealidad “europea” triunfadora frente al accidental aislamiento de América con respecto a las intercomunicadas regiones del resto de la Tierra. Eran menos, y seguramente iban a tardar más para algunas cosas, aparte de las desventajas por carecer de las especies vegetales y animales que el azar de la Naturaleza otorgó a las comunicadas tierras medias de Eurasia y el Mediterráneo.

> Solo que sí se conocía la rueda en toda América, solo que era inutil si no disponían de animales capaces de rentabilizar su uso. Los pocos animales de tiro eran demasiado poco vigorosos como para aprovechar la funcionalidad de la rueda. Eurasia dispuso del caballo y de las reses... Si nadie a dicho que los aztecas fueran mejores o peores, hombre. De hecho grandes cosas tendrían, como todo pueblo trabajador y ambicioso. La historia muestra que los pueblos conquistadores son precisamente los mas brutos, os mas fiero.

        *** En el momento de la conquista y referido a los conquistadores concretos. Después el mismo nombre señalará a personas distintas, una obviedad que hay que repetir cuando nos arrastran con la palabra generalizadora. Es una peligrosa personificación de los pueblos. Su belicosidad coyuntural no da identidad eterna a los que vienen detrás.

> Luego, con un poco de suerte se contagian con la cultura de los pueblos que van arrasando y > acaban teniendo un bagaje cultural copiado y asimilado con el que pasan a la historia. Nadie > saca nada de donde no había. Los aztecas son uno más con el mismo proceso: era un pueblo de lo más fiero y brutal

        *** No hay que confundir la brutalidad de disponer del derecho sobre la vida ajena, con la brutalidad que se añade al administrarla: homosexuales, pluralidad de cultos, disidencia... Además de que se ignora conscientemente lo que ya se ha dicho: las guerras aztecas eran muchísimo menos cruentas y feroces que las cristianas de los últimos siglos medievales y el renacimiento. Por no hablar de los Autos de Fe, aunque, eso sí, sin el detalle de la antropofagia; algo que no añade al crimen en sí, ni afecta al finado.

> Supongo que como siempre, la verdadera historia no es la que escriben los vencedores, ni las apologías nostálgicas de los que las perdieron. Los aztecas quedarán sin descubrir hasta que ambas visiones se fusiones en una sola.

        *** Correríamos el peligro de incurrir en una blanda concordia centrista cogida de la mano de los apologistas de una Victoria culpabilizadora y providente. Me parece que la verdad no siempre es tan equilibrista.

> > El sentido religioso de sacrificios humanos para que el sol no se apagara, ese pánico ancestral que sentían los Aztecas por que el sol pudiera no regresar, que no regresaran las lluvias a nutrir su maiz... creo que tiene una elevada dignidad histórica,

        *** No dudo que la plástica naturaleza humana ofrece gente "para todo", presta a llenar de sentido y sentimiento las aberraciones cotidianas, pero trato de eludir cualquier ilusión en los aledaños del Poder para no personalizar con mi fantasía las lepras de un pasado sin refugios y, por doquier, carente de dignidad.


> > Puedo asegurarte que si de algo bueno se puede vanagloriar la Iglesia Católica es de haber hecho desaparecer de la faz de la tierra una de las culturas más crueles e inhumanas que se recuerden: la azteca.
>
> Un ejemplo claro de descontextualización de una frase. O de la limitación de la expresión escrita. O del espacio y del tiempo para matizar. La verdad es que leída así, a palo seco hasta a mí me impresiona un poco, coño.

        *** Está en el contexto en que "todos matan" según la mentalidad de la época: por tanto, no hay que juzgar. Las culpas aztecas se derraman a todos plebeyos aztecas, enemigos de los aztecas, pueblos antillanos y sudamericanos, sucesores en el tiempo, todos víctimas de una erradicación cultural, una doble o triple sujeción servil haciéndose en una posterior desarrollo tradición secular. Está en el contexto en que salvar un pergamino conlleva quemar bibliotecas y otras cosas mundanas; hacer apología del analfabetismo para que el copista filtrador justifique a su Organización reescribidora de la Historia. Exterminio del pasado con sus plagios, mercadulías, imposturas, crueldades, que testimonian un mundo más plural que siempre han de recortar.

> Los españoles fueron unos cabronazos, desde luego.

        *** ¿Españoles? ¿Qué españoles? Personificación en el tiempo y el espacio tratando de culpar al rebaño para que se arremoline en defensiva mesnada al ataque y se solidarice con los verdugos nacidos entre sus mismas coordenadas geográficas, convertidas éstas en el validador moral que avalan los consolados herederos.

> Aunque era lo habitual, logico y casi lo razonable en aquellos tiempos.

        *** Exterminar códices, estatuas, cultos, templos, costumbres... es lo más razonables en aquellos tiempos... cristianos. Algo que otros crueles guerreros no hubieran hecho. Esa es la diferencia, lo que se está debatiendo. En Granada, Nápoles, Roma, Flandes... las víctimas de los saqueos y degüellos no opinaban que aquello era lógico y casi razonable. Sólo la extensión del crimen organizado va haciendo razonable a los historiadores palaciegos tal organización.

> Me niego a juzgarlos.

        *** La obediencia debida al mando de aquellos tiempos es tan lógica como las actuales cloacas del Estado y la Seguridad Nazional, "pues todos lo hacen". Es la lección y praxis de nuestros mandamases eternos: son demasiados crímenes para que alguien sea juzgado. "Esto ha sido siempre así". Tal podredumbre moral queda siempre pendiente de juzgar. Batalla y botines han ocupado la época y nuestras neuronas de "genes" histórico-criminales. Un "todos son iguales" que paraliza una quirúrgica crítica que desentrañe y deja hacer al nuevo conquistador al justificarlo en las matanzas establecidas en el predio a ocupar. Como si las bombas de Bush fueran a caer sólo en la cabeza de Sadam Juseín, mientras vemos en la prensa otanista como su cabeza ocupa las portadas; como si los arcabuzazos de Cortés y las proscripciones eclesiales sólo alcanzasen a los sacrificadores caníbales.
        Entretanto, Alejandro Magno entra victorioso en Tenochtitlan y ofrece sacrificios incruentos al dios de la Lluvia. Los sabios de su corte apilan con sumo cuidado todos los códices de los pueblos de Mesoamérica... La República española también aprovecha para hacer pantanos sin la
providencial erradicación nazi-católica, y los soviets libres de los campesinos ucranianos irrigan los campos comunales una vez han derrotado, tras la tercera revolución, a la burocracia bolchevique. No se han negado a juzgarlos.

> Solo juzgaré a mis coetaneosp y con sus actuales leyes y

        *** ¿Pues qué se ha estado haciendo sino juzgar a estos aztecas de hoy? ¿No es la Historia una manera de concretizar en el presente los valores bucales que se presumen, una manera de retratarse concretizando la retórica? ¿O tenemos dos juicios? Comprender y contextualizar los crímenes no debiera rebajar los barómetros morales, especialmente cuando desde su apología se nos sigue gobernando. Ser cómplice de la "mentalidad de la época" es serlo de los matarifes que se han apoderado de la época, pues también en esa época era necesaria la meliflua mendacidad cristiana para convencer a los que no comulgaban al completo con la mentalidad de mando, sin contar con aquellos que "callaban para salvar la vida". No faltaron coetáneos que, con diversa radicalidad, juzgaron las tropelías. La abstención en el juicio, en cambio, es asentir a los vencedores que no conocen más ley que la de su Dios-Ombligo mientras se apoderan de Todo, incluyendo nuestra capacidad de juicio. Su imperialismo ha ido estrujando a los del lugar para que, envilecidos en esa comunión nazional, se resarzan en el pescuezo del colonizado. Así han engordado las clericales clases dominantes aún dominadas en buena parte por el mismo ideario heroico-homicida. Esto es, al final, lo que hay que juzgar hoy a través del pasado, pues es así como algunos se mojan en su propia salsa y se les ve la catadura al concretar las palabras en que se envuelven.




Asunto: Re: Aztecas y Mayas: ¿pueblos modélicos?


> Los Mayas tampoco eran precisamente mucho mejores que los Aztecas y su fin fué parecido al de los mayas, si cabe tal vez menos justo

        *** Esa podría ser la justicia del Dios cristiano, que en base al escalafón establecido por algún parámetro central del teombligo juzgador, focalizar a conveniencia como plataforma para englobar y erradicar todo lo que estorbe a su dominio total. Y los comulgantes participarán complacidamente en el juicio al sentenciar lo que ya sentenció la batalla.

> ya que solo empezaron a hacer verdaderas carnicerías con sus enemigos cuando se vieron invadidos y culturizados por los aztecas, verdaderos especialistas en la aniquilación de pueblos extranjeros. Evidentemenete, repito, sus usos y costumbres no eran merecedores no no tener la oportunidad de pasar a la historia y sobrevivirla,

        *** ¿Todos los usos y costumbres? ¿Incluso los que heredaron de olmecas, toltecas...? ¿Y los usos y costumbres de los aliados o de cualquier fundador armado? ¿no se merecen esa misma descalificación sin que sirva nuestro presente de coartada identificadora para que unos nuevos “aztecas” sí puedan salvarse porque la supuesta crítica al crimen organizado es sólo un pretexto para dorar a otros criminales más eficiente al incorporar más hipocresía y botín blanqueador? ¿A cuantos pueblos aniquilaron para ser especialistas que miran por encima del hombro a los inexpertos? ¿Así si tendrán alguna oportunidad de pasar a la historia y sobrevivirla? Así esta justicia apocalíptica extraerá un aspecto de un momento histórico concreto hasta dictaminar un intenso exterminio extensivo. No hay posible evolución, aculturación, intercambio blasfemo en tierra sagrada. Sólo los vencedores cristianos tienen esa oportunidad una y otra vez. Una vez demonizado el antagonista, salta con presteza el necesario ángel exterminador. Imaginemos la sociedad castellana del siglo XVI devastada y destruida en su totalidad porque todos sus usos y costumbres son adscritos a la ferocidad de sus mandantes. Suerte que los cruzados cristianos no asomaron su espada en los siglos oscuros de la historia griega, donde todavía se hacían sacrificios humanos a Dionisos; hubieran impedido que siglos después este dios no requiriese sacrificios cuando patrocinase las, en este caso, perdidas obras teatrales de un Esquilo, Sófocles, Eurípides...

> pero la verdad es que el español trajo, a parte de evidentes faltas, abusos y negligencias (no eran unos santitos precisamente) una cultura menos agresiva y mortal para los conquistados.

        *** La cultura puede trasladarse de diversas formas. Conocer a los filósofos griegos en la Iberia antigua no precisaba de encomenderos, esclavistas sectarios, destructores de códices y templos. Es eso lo que se juzga. Y eso sin paralizar el juicio crítico, porque la cultura también es botín que adviene unívoca y providencialmente para que justifique lo que se antoje. La realidad histórica mostró de manera aplastante quien fue el más agresivo para mapuches, caribes, mochicas, taínos, guanches, etc. Según reconocen los historiadores, las guerras europeas eran muchísimo más mortíferas que las de cualquier otros continente. La conquista de América no es un hito momentáneo de la crueldad (exagerada por los hipócritas contendientes), sino la normalidad de las guerras medievales y renancentistas, en las que tenían mucho que ver los motivos religiosos. Los exterminios en la América de entonces, aún descontando el 90% de las víctimas por la masiva y sobrecogedora letalidad de las epidemias, carecían en muchos momentos de precedentes de esa magnitud al complementar a las enfermedades junto con el desentrañamiento cultural y la intensificación explotadora. Aumentaron el productivismo, la voracidad de mercado junto con nuevos modos que pujan por el aprovechamiento de la explotación servil. El comercial Amor-vaselina testimonia en proporción a su locuacidad que sus fechorías eran mayores y más victoriosas. Es por eso que se canta en su cultura. Una hipócrita mansedumbre, con su doblez caritativa, es el necesario lubricante de una milenaria formación social superagresiva en la ocupación del cuerpo y la mente. Por eso precisan de unos reguladores ganaderamente apaciguantes y convenientemente "esquizofrénicos".

> He de recordar que si bien hubo una gran mortandad entre pueblos originarios de america gran parte de esa mortandad se devió más a la irrupción de enfermedades que a un plan de genocidio planificado, que no existía.

        *** Sí es cierto, pero también hay que tener en cuenta que, como en el tifus de los campos de concentración, al que se le endosa los muertos y la responsabilidad moral de las matanzas nazis, las infecciones son mucho más mortíferas en los sistemas inmunológicos derrotados, maltratados, desalojados, desarraigados. Tras la primera conmoción, vino la destrucción de todo su mundo, cosmología y utensilios rituales. Trataron de arrancar de cuajo todo lo que hasta entonces era la vida extramonoteísta de millones de personas. Siguió la desmoralización, la sumisión traumática a un mundo despótico de aprendices de señores del Gran Señor. A todo ello se une la voracidad protocapitalista de los encomenderos con prisas por hacer fortuna, el chollo de aprovechar ciertas tradiciones serviles preexistentes para intensificar las explotaciones "europeas", y la marca de inferioridad secular segregando "cadáveres estructurales" de imposible recuento en la historia al uso. En todo caso, aunque el impacto de las epidemias fue terrible y al que hay que atribuir la mayor parte de las muertes, es tal la implosión poblacional con la desaparición de decenas de millones de personas, que aún queda pendiente una responsabilidad por una cifra escalofriante de exterminados que no se puede obviar

> España conquistó por que los aztecas eran unos cafres y todos los pueblos de alrededor les > tenían un justificado odio: y repito: fué la acción activa de esos pueblos rivales

        *** En primer lugar, tranquilizar al emitiente: los cafres también fueron "gusticieramente" exterminados sin valerles que no hiciesen sacrificios humanos. Además, ese "justificado odio" no era por imponerles sus dioses, ni por erradicar todas sus costumbres. Una vez sometidos, tenían que pagar los tributos y seguir teniendo una autonomía relativa. La ganadería aún sería extensiva. Estaban en transición sangrienta a una probable "pax imperial"; en esos providentes dolores de parto que, a posteriori, celebran siempre los cantores del vencedor. Lo de los sacrificios humanos sería, entonces, un mal recuerdo del glorioso pasado imperial, la "mentalidad de la época" del maestro armero que, no obstante, trajo de bueno, una vez más, la cultura patentada y exclusiva, lo que los batistas matarifes cristianos no dejaron que inaugurara Moctezuma XXV. A fin de cuentas, la Victoria trata sobre quién tiene la patente monopolizadora del sentido del logro cuando sólo la marca del más matador persiste. El tiempo es un pañuelo para estos tráficos. La apología de la Historia Cristiana no está moralmente capacitada para ver el odio de esos pueblos cuando es a ellos a quien toca sufrir los nuevos métodos conversos. Eso nunca se ve en el "telediario" servil del historicismo cristiano. No se preguntan qué fue de los pueblos rivales en los siguientes cincuenta años de su "liberación". Tras mil años de comercio del Amor, no había posibilidad de un intercambio cultural a ambos lados del Atlántico sin la ocupación clonadora, el exterminio entusiasta. Ya vemos que conocer a Sófocles conlleva peaje sangriento en nombre del Amor a cargo de los incendiarios de bibliotecas de la Antigüedad.



> la que propició grandes matanzas vengadoras que incluso las autoridades españolas debieron refrenar... y si no lean los anales de la época.

       *** Todo el orbe conquistado ha de justificar con los logros de sus vivencias posteriores las fechorías fundacionales que marcan con hierro ganadero el lomo apropiado. Es la doblez hecha cultura occidental. En el libro del Bernal del Castillo, éste no pierde ocasión de ponerla de relieve, mientras retrocesos y vencimientos ocasionados por los cristianos se deben siempre al denuedo de su Esforzado. Asimismo, se destaca, jesuíticamente, la fiereza inhumana de los ataques de toda suerte de pueblos de hostilidad inexplicada. Así espera, se valoren sus sufridos esfuerzos en busca de encomienda otorgada por el augusto lector de la crónica. Son historias sin oposición ni contraste que doran y estilizan el relato cuando entra en acción la supermáquina bélica, compendio de las carnicerías del Viejo Mundo, para exterminar sin contemplaciones a los que, previamente, se ha rebajado a la infrahumanidad, más por infieles que por bárbaros. La ferocidad de los aliados queda siempre resaltada para demostrar la superioridad de los nuevos dueños sobre ellos, pero no pueden ocultar la dinámica que ya se habían puesto en práctica en las Antillas y en Canarias. Tal alianza durará el tiempo de encomendarse a una nueva raza de señores reclamando su lote del reparto cada vez con menos que repartir.
        ***
Si los aztecas hubiesen invadido Europa y arrasado todo lo que patrimonializaba el cristianismo, hubiéramos oído al mismo historicismo aullar por los autos de fe, la inquisición, las guerras crudelísimas y mortíferas del cristianismo como justificante de este supuesto exterminio total.

> Sio no se fian de los anales usen la logica: pueden 500 personas, en un pais desconocido, masacrar a la ingente cantidad de aztecas que se dice que mataron?.

        *** Cuando la cantidad victimista prestigia al postulante al feudo, las víctimas en los cronistas vencedores tienden al infinito. Además de no tener caballos, perros y armas de fuego, algo que llegó a ser decisivo, esa desequilibrada victoria testimonia el grado de devaluada fiereza de las guerras aztecas que hasta entonces no habían desertizado Mesoamérica. Tampoco hay que desmerecer la eficacia de un reducido número de guerreros cuando su superioridad armamentística se dedica devotamente a la purificación con implacable determinación. La ferocidad de algunas matanzas guardan relación con la necesidad de infundir pavor cuando se está en minoría. Su impunidad está asegurada por la distancia, por combatir contra infieles siguiendo la trazada senda divina, y porque ninguno de los pastores ubicuos van a rechazar ningún cordero en su aprisco, aunque antes se hayan degollado a muchos. También hay prisa por acumular el oro que les llevará de vuelta a donde nadie echará cuentas de la sangre derramada. El vértigo nazi de posesionarse de cuerpos en plena disponibilidad facilita la coacción sin contemplaciones de la soldadesca que les conduzca al botín fulminante. Los aliados en el asalto al núcleo imperial tendrán tiempo de arrepentirse cuando se vean posteriormente, no solamente diezmados por las epidemias, sino también sus culturas aplanadas sin tener ningún contrapeso, pues a sus asaltos se han sumado nuevas determinaciones que ahora sí castigan novedosamente, multiplicando las nuevas víctimas de los nuevo aztecas, eso sí, llenos de amor... al dominio del cuerpo y, si sobrevives, de mente, algo en lo que los aztecas estaban subdesarrollados. Los autos de fe no trataban de garantizar la salida del sol, sino sostener la dominación cristiana entronizando la inquisición del pensamiento, un adelanto "justiciero" que aún no se les había ocurrido a los teócratas aztecas (aunque hay indicios de que ya iban por ese sendero). Si así hubiera sido, si hubiesen tenido tiempo, el mismo historicismo haría el mismo papel de lamedor de la Victoria.




Miguel Angel S escribió:
> Saludos para todos.
> Un servidor de ustedes es originario de la ciudad de Patzcuaro Michoacán, que era poblada > por los Purepecha, que según se cuenta eran a su vez originarios de Perú, ya que la similitud > de costumbres incluyendo el idioma purepecha es que que se hablaba precisamente en la región peruana mas avanzada culturalmente hablando. Esta región es aun hoy de las pocas que han sobrevivido a la influencia cultural española. Ellos adoraban al sol, (Cueráperi y a la diosa Xarátanga) lo que hacen hasta la actualidad. Creo que fuimos a víctimas de nuestras propias leyendas, ya que al menos en esta región, la leyenda decía que ellos mismo tendrían que destruir lo que habían construido, así que se dieron a la tarea durante años de desmantelar ciudades enteras para que no quedara imperio alguno que entregar a los conquistadores. Son incontables las historias de torturas y de violaciones históricas a lo que pudo haber sido una cultura si no superior, al menos semejante a la de los Mayas, que se escapo de la destrucción por que ya desde ese tiempo estaba abandonada y cubierta por la selva. No así la purepecha destruida por los propios indígenas. La conquista de México costo solo 17 millones de vidas humanas, de los aproximadamente 20 millones que eran antes de la conquista, solo quedaron tres. América no estaba preparada para resistir el embate de la viruela, la blenorragia, sífilis, paludismo y otras enfermedades que eran completamente desconocidas. Los habitantes de los países conquistados, tenemos una duda existencial, ¿que hubiera sido de nuestras culturas sin influencia de otros países? ¿viviríamos aun en pirámides? ¿seguiríamos haciendo sacrificios humanos?

        *** Dionisos, el dios de la ebriedad orgiástica y el éxtasis, exigía sacrificios humanos en los "siglos oscuros" de la "edad media" griega. Más adelante, cuando se consolidan las polis y surge una nueva sociedad, se transforma en el dios del teatro. Al compás de la sociedad que lo conforma y los poetas que le cantan, dejan atrás los sacrificios humanos con la rapidez que da el que no hubiesen formado los sacerdotes de Dionisos una "Iglesia" con un poder fáctico que pueda determinar el poder de la polis. La iglesia católica, que en aquel entonces ofrecía sacrificios humanos para aplacar a su Dios (Autos de Fe, cruzadas), ahora pide el inevitable perdón mediático. Está unida sin remedio a la protección del crimen que le ha dado el dominio y tiene que dorarlo para no perder botín secular. En todo caso, a poco que otras influencias del comercio germinasen; que la introducción de animales domésticos más productivos garantizasen un reparto de carne sin necesidad del eucarístico canibalismo de los Grandes Hombres repartiendo la presa en el altar del banquete; a poco que, como decía, algún Alejandro Magno entrase en Tenochtitlán y ofreciese sacrificios incruentos al dios de la Lluvia, no más cambiasen las circunstancias humanas, cambiaría el carácter de sus dioses hechos a su semejanza. Entonces, esas culturas no recibirían la culpa extensible en el tiempo y en el espacio a cargo de los más victoriosos que sí tienen, gracias a su productivismo homicida, ocasión de hacerse modificar el traje, el velo que justifica sus anteriores persecuciones revendiendo después lo perseguido. Estas excusas patriotas inmersas en quinientos años de burbuja sectaria cristiana han sido el perfecto subterfugio para culpar a los postergados por medio del racismo y el desprecio a sus “inferiores costumbres”, las cuales, por más diferentes que fuesen, no llegaron nunca a las aberraciones sexuales cristianas y a la apología de la tortura omnipresente y masoquista de la secta vencedora. Tampoco habría que descartar una derrota azteca o de sus émulos por parte de sus sometidos dando lugar a un abanico de posibilidades, desde una "vuelta atrás" en la concentración de poder, hasta la constitución de una serie de polos de poder en competencia que podrían alumbrar algo más que mejoras guerreras.

> ¿aun existiría esos mundos mágicos? Ese temor a que el sol se apagara en cada cambio de > estación, ¿tendríamos necesidad de alimentar con sangre a Quetzacoztl? .

        *** Pienso que, si América hubiese sido continente único, la evolución humana podría haber seguido derroteros, en alguna forma, parecidos, y nuevas realidades hubieran podido dar, por ejemplo, paso a dioses más personales, incruentos, tal vez más inquisitivos, sea por el henoteísmo, el monoteísmo o una filosofía pastoral y moralista que deje más o menos intactos los arcanos animistas. Su evolución hubiera sido más lenta, pero indefectible sus descubrimientos sin tener que pagar al fanatismo voraz de los adelantados descubridores de otro estadio pecuario. Los imperios aztecas e inca llevaban muy poco tiempo formados, en una etapa similar en algunos aspectos a la constitución de los primeros "imperios" mesopotámicos.



> Eso nunca lo sabremos, hay que vivir desenterrando recuerdos y nada mas...(?¿)

        *** Sí sabemos que habrían seguido evolucionando, aumentando su conocimiento, complejidad, perspectiva y experiencia, teniendo que pasar por los retos y determinaciones del "Viejo Mundo". Iría sinuosamente de lo simple a lo complejo, y esa perspectiva tendría que alumbrar muchas de las cuestiones que ahora significan algo. Seguramente, al disponer de menos polos de civilización y, además, ecológicamente más frágiles tardaría mucho más sin el atajo brutal, el más invasor de la historia, del viejo mundo al servicio fulminante del cristianismo inquisitorial y sus moderneces armadas en medio del intercambio de brutales epidemias que, por azar natural, se cebaban muchísimo más en los indígenas americanos, como castigo de Dios, según decía el macabro mercadeo de los vampiros divinos.

> Con respeto para todos, pero es una realidad en México, tal vez desconocida por muchos, pero con unas raíces débiles, con una falta de identidad histórica y sobre todo, como se comentaba en algunos de los correos, resentidos contra nosotros mismos. ¿Cómo pudo ser posible que aquellos bravos guerreros Azteca, los caballeros águila, los caballeros tigres.... en ejércitos de 20 000 a 50 000 hombres, se dejaron derrotar...?

        *** Las cifras que publican los cronistas, algunos de los cuales tienen que hacer valer sus hazañas y sufrimientos, habría que "enfriarlas" un tanto, como, por ejemplo, las que daba sobre las tropas del Gran Rey Herodoto, haciendo valer así los méritos de las victorias griegas. Los conquistadores tenían la experiencia militar y técnica seleccionada por múltiples civilizaciones.… Las matanzas en el Nuevo Mundo no son una novedad histórica. Se ha tejido una visión edulcorada de las guerras medievales (cruzadas, Reconquista, Guerra de los Cien Años...) como si fuesen un jolivudiense torneo medieval. La toma de Jerusalén en la Primera Cruzada no tiene nada que envidiar a la toma de Tenochtitlan. Lo único diferente es la brutal desigualdad epidémica de los bandos, del armamento, de la fabulación guerrera y de los contrapesos. Recalquemos también los efectos letales y desmoralizadores de las epidemias. Cortés tras la derrota de la “Noche Triste” contaría a su favor con la epidemia, que se desencadenó al poco de la huida, como aliada decisiva para la toma de la capital azteca.




        LA CONQUISTA CRISTIANA DE AMÉRICA.-

        Michael Mann. Las fuentes del poder social I.

         "Es probable que en los mil quinientos años de civilización mesoamericana se produjera un desarrollo menor de poder colectivo que en un periodo comparable de tiempo euroasiático. Su fragilidad era tan grande que bastó con el peso de poco más de quinientos conquistadores para que se derrumbara (resulta difícil imaginar que el poder de, por ejemplo, los asirios o la dinastía Han se derrumbara de forma tan total ante una amenaza comparable). El imperio azteca era una federación flexible. La lealtad de sus vasallos resultó ser poco segura. Incluso en su núcleo, la sociedad azteca tenía contrapesos mayas que impedían una mayor intensificación del Estado. La religión y el calendario heredero de los mayas establecían los relevos de la autoridad suprema en una serie de ciclos de calendario entre las diversas ciudades-estado/tribus del imperio. Uno de esos ciclos estaba llegando a su fin... Generalmente se narra como el ejemplo supremo de los extraños accidentes de la historia. De eso no cabe duda. Pero el calendario y las revoluciones políticas que ese accidente legitimó también constituyen un ejemplo de los mecanismos mediante los cuales los pueblos primitivos trataban de escapar a los Estados permanentes y a la estratificación social, incluso cuando cabría suponer que ya estaban plenamente atrapados en ellos. Por desgracia para los aztecas y para sus vasallos, esa vía concreta de escape llevó a la servidumbre ineludible del colonialismo europeo.

        Moore cree que (el imperio Inca) no era más que un sistema de recaudación de tributos integrado por miembros de las elites conquistadas, más o menos supervisados por un gobernador Inca apoyado por un grupo de colonos-milicianos. En una sociedad tan primitiva hubiera sido imposible algo más desarrollado. Pero, sin embargo, esas técnicas revelan una astucia logística que no se desarrolló en otras zonas de civilización hasta después de un milenio o más de desarrollo del Estado. Recuerdan a la dinastía Han de China o a los asirios o los romanos del mundo del Cercano Oriente o del Mediterráneo: una obsesión ideológica con la centralización y la jerarquía llevada a los límites de lo viable.

        Después de todo se hundieron cuando los 106 soldados de infantería y 62 de caballería, al mando de Francisco Pizarro (y ayudados por las epidemias introducidas por los europeos) ejercieron presión sobre el propio Inca y éste cedió. Sin su jefe, la infraestructura resultó no ser una organización viable, sino una serie de grandes artefactos -carreteras, ciudades de piedra- que recubrían una confederación tribal flexible, débil, quizá esencialmente prehistórica".

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          Pierre Chaunu. Conquista y explotación de los nuevos mundos.

        " Las condiciones de explotación del mercurio eran excepcionalmente atroces: nadie podía sobrevivir a más de dos o tres semanas de trabajo en el socavón, la explotación subterránea. La drástica decisión de detener la hecatombe, que no se tomó sólo por razones teológicas y humanitarias, muestra el nivel alcanzado por la crisis demográfica y peruana.

        Es posible que una investigación detallada llegase a demostrar que cerca de medio millón de hombres y mujeres quedaron afectados, simultáneamente, en ciertas épocas, por el proceso productivo. Si se confirmasen las cifras..., el período del saqueo sería el más fantástico de los derroches, pagándose así, en una economía abierta, la brutal puesta en liza de sectores de nivel técnico tan diverso.

        Cualquiera que haya seguido a través de los textos la interminable teoría de los mitayos -hombres, mujeres y niños- que a lo largo de las rutas andinas, a veces de mil o dos mil quilómetros, se dirigían a una muerte segura... Como método era cruel, bárbaro y de rendimiento ridículamente bajos... la noria de los morituri del trabajo forzado, una pequeña parte de los cuales se renovaba constantemente con 5.000 mitayos condenados a una muerte casi inevitable".

        *** El método ganadero de Adolfo Hitler, desde un cierto punto de vista, era menos torturador con los "morituri" que el de los encomenderos cristianos, pues antes de matarlos no los tenía durante meses atormentándolos. En el primer caso, la eficiencia aséptica del matadero industrial exigía, tan sólo, que la cadena fuese a mayor velocidad. Con el segundo, no hay virus de la viruela para endosarles todos los muertos.

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        "La evangelización de los indios era detestable comedia, cantinela de evangelizaciones durante poco más de media hora... Por medio de un sistema ingenioso y perverso de fiestas religiosas en que era de rigor traer regalos al cura, los paupérrimos naturales tenían que entregar lo mejor de sus granjas y cultivos al codicioso sacerdote que los explotaba. Un clérigo "entre fiesta y conmemoración de los difuntos recogía todos los años más de doscientos carneros 600 gallinas y pollos, 4.000 cuyes y 5.000 huevos deviendo advertir que este curato no era de los más aventajados".

        "Lo que se hace más notable es que los conventos estén reducidos a públicos burdeles, como sucede en las poblaciones cortas, y en las grandes pasen a ser teatro de abominaciones inauditas y execrables vicios"

        Antonio de Ulloa. Noticias secretas de América.

        "En 1.569 el virrey del Perú, Francisco de Toledo, escribió al rey para informarlo del estado en que había encontrado el virreinato: "Hallé cuando llegué que los clérigos y frailes, obispos y prelados de las órdenes, eran señores absolutos de todo lo espiritual, y en lo temporal, casi no tenían superior; y V.M. tenía un continuo gasto en vuestra real hacienda, con pasar a costa de ella en cada flota mucha cantidad de clérigos y frailes con nombre de que iban a predicar, enseñar y doctrinar a los indios; en realidad de verdad pasaban muchos de ellos a enriquecerse con ellos pelándoles lo que podían para volverse ricos".

        Escribe madame d'Aulnoy: "De las Indias traen cuantos allí fueron destinados con cargos públicos enormes capitales, y hasta los religiosos que van a predicar el Evangelio suelen volver acompañados de 40 ó 50.000 escudos, recogidos en tres o cuatro años; de modo que, a pesar de su voto de pobreza, encontrando maneras fáciles para enriquecerse, durante todo lo que la vida les resta gozan los frutos más positivos de su misión".

        El marqués de Barinas escribió en el siglo XVII: "Es uno de los mayores daños que padecen las Indias y que más necesitan de remedio, el excesivo número que hay de conventos de religiosos y religiosas, porque se han apoderado de la mayor parte y de lo mejor de las haciendas, habiendo ciudad donde de las cuatro partes las tres son rentas y bienes eclesiásticos".

        "Al genocidio perpetrado por los conquistadores siguió la política de rapiña clerical que terminó por llevar la ruina y la desolación a las tierras descubiertas".

        Escribe el obispo Illana al rey: "Pero si todas las provincias de este vasto imperio son como la que me ha confiado vuestra Majestad, es mucha la ocasión que se ha dado a los extraños para escribir mal de nosotros en lo que toca a la gobernación de los indios. Las encomiendas y las mitas bien gobernadas, si no hubieran multiplicado los indios, los hubiera conservado en el estado en que lo halló la conquista; pero hase perdido en daño lo que a los principios parecía remedios. Esta provincia tenía muchos millares de indios; y a excepción de algunos curatos de Santiago del Estero y de los curatos que hay subiendo de Jujuy al arzobispado de Charcas, y entrando en la Puna o Cordillera de los Andes, apenas en las demás partes se contarán por centenares".

        "Los religiosos aprovecharon las concentraciones efectuadas por los encomenderos, o las impusieron ellos mismos. Desde el primer momento el poder eclesiástico extendió su vigilancia a todos los géneros de actividades y a todas las clases de la sociedad. Todos los católicos, no importa la sinceridad de su conversión, estaban obligados a confesar sus pecados y recibir el sacramento de la eucaristía en peligro de muerte, "so pena (de perder) la mitad de los bienes del que muriese sin confesión y comunión". El que invocara "en vano" el nombre de dios, "incurra por primera vez en pena de diez día de cárcel y veinte mil maravedíes y por tercera, además de lo dicho, pena de cuatro años de destierro". Nadie podía embarcarse sin haber justificado previamente haber comulgado y confesado, y el que dibujara la "santa cruz" o algún santo "en sepultura tapete, manta ni otra cosa en lugar donde se pueda pisar, pena de ciento cincuenta maravedíes" y de seiscientos maravedíes a los que no hivieran reverencia al "santísimo sacramento". Mediante estos procedimientos o por medio de donaciones, mandas pías, limosnas o imposiciones de todo género, la iglesia llegó a amasar en poco tiempo cuantiosas riquezas".

        *** Las reducciones o concentraciones de población tenían la virtud de facilitar el control de ésta (quien iba a misa, daba el óbolo santo…) y el cobro de tributos. Por contra, facilitaban notablemente la transmisión de unas epidemias para las cuales la población autóctona no tenía ninguna defensa inmunológica.



> pero... hagamos calculos: no sé exactamente cuantos españoles fueron a la conquista de América,

        *** La conquista y gobernación es un proceso de siglos.


> todo el mundo que odiaba a los aztecas y que le seguirían con la devoción
> que da el seguir al que te va a liberar de tu peor pesadilla (los aztecas).

        *** La peor pesadilla estaba por llegar y ellos no lo podían saber, aunque ya en la toma de Tenochtitlan una epidemia se había desatado. Nosotros ahora sí podemos saber que si hubiesen previsto la suerte de ellos y sus descendientes, si hubiesen sabido la suerte de los naturales de las Antillas, posiblemente habrían dejado que luchasen solos contra los aztecas. La exacerbación de las matanzas y explotación que ya se practicaba en Europa, debido al abismo de poder aún por acoplar y al sectarismo cristiano, empezó antes de las luchas con las aztecas y se extendió posteriormente a su derrota. El derecho de muerte, terrible en su momento, no debe conllevar en este desarrollo de la centralización estatal a pareja administración de la vida, ese horror cotidiano que damos por sentado cuando asimilamos la crueldad puntual a su generalización propia de sociedades más centralizadas, burocratizadas, estratificadas, inquisitivas y enjauladas. La ferocidad de una ejecución no debe ocultar otra estructura político-económica-religiosa mucho más implacable al ejercerse en todo momento, lugar, cuerpo, persona y pensamiento con voracidad salvífica y sin los contrapesos ecológicos del Viejo Mundo.

> Seguramente sin estos aliados la conquista hubiera tardado más de los 5 años que tardó o ni siquiera
> se hubiera producido.

        *** Sin duda; y el choque habría sido terrible igualmente dado el desnivel civilizatorio, las epidemias y la fanática determinación monoteísta. Pero, si hubieran tenido unas décadas tan sólo de adaptación a la otra realidad, contactado con sociedades o grupos de población más comerciantes que guerreros, o estructuras premonoteístas de la antigüedad... quizás el encontronazo hubiera sido menos traumático, el dominio menos intensificado y erradicador. Hubieran encontrado más comprensión para su pautas culturales, una explotación más autónoma y descentralizada, un respeto auténtico a muchos de sus usos, costumbres y creencias. No hubieran sido utilizados los logros del Viejo Mundo de los últimos milenios, vendidos como exclusivos y providentes para un sectarismo extremo ajeno a cualquier moralidad y generosidad con el Otro, en chantajearlos con espejitos y abalorios mágicos para forzar una conversión necesitada del terror de fondo y el totalitarismo ubicuo.

> Los aztecas eran tan crueles, militaristas e insensibles al sufrimiento humano ajeno como se dice que
> fué el del soldado español de la época.

        *** El mayor problema es que los descendientes y pueblos vecinos tenían que seguir siendo culpados interesadamente de “crueles, militaristas e insensibles” para mantener el dominio y la primacía social. Es un reparto de culpas en que es imprescindible generalizar cuando pretenden apoderarse de Todo. No se trataba de denunciar a los emperadores romanos, sino de extender la culpa a todos sus súbditos para apoderarse del Imperio y dominar totalitariamente a los que no tenían culpa. No se trata de denunciar algunas matanzas de la guerra civil, apenas un esbozo y respuesta a la misma medicina que provocaba la Cruzada nazi-católica, sino de culpar a todos, a las ideas de república, libertad, laicismo, incluso a los que aún no habían nacido. Se les culpa de los crímenes de Estalin para sojuzgarlo todo, como si el objetivo más que evidente no fuese otro que el dominio Total, y un crimen del Otro un pretexto para generalizar la culpa, la matanza y la explotación ganadera generación tras generación. Aun antes de haber nacido eran y somos ya enrolados e identificados. Por otro lado, lo que se ve en el campo de batalla es que la crueldad y militarismo de los perdedores se derrumba con facilidad pasmosa. La división de los conquistadores y sus guerras intestinas tampoco les sisrve de mucho provecho. Sus tradiciones militares son, en muchos casos, más propias de guerras rituales donde se busca cuerpos a ofrendar, por lo que hay que ser cuidadosos en la labor de aplacar al dios y al estómago de los aristócratas. En Europa, la guerra ya era una ciencia a cuyo servicio se ponían las demás ciencias. No hay una relación proporcional entre ser caníbal, y ser intolerante o cruel en otras cuestiones. Entretanto, otros están llenándose la boca de declamaciones ingenuas y cínicas, fanáticas e hipócritas, arrebatadas y calculadoras, una complejidad pecuaria que se le escapa al cruel Moctezuma en los muchos equívocos fatales que los santos maquiavelos no podían dejar escapar. Y en cuestión de crueldad, la azteca gana en sinceridad. La que va envuelta en Amor y Verdad gana en eficacia recuperadora cuando triunfa y se lanza a su avidez desrregulada. En todo caso, "el mito indigenista" se refiere no sólo a las luchas entre la aristocracia azteca e inca y los capitanes de fortuna, sino a un proceso anterior que ayudó a despoblar las Antillas y las Canarias. Se extendería luego a todos los pobladores de América, tanto a las clases bajas de la confederación azteca como a todos los pueblos que sufrieron su crueldad, incluidos muchos de los aliados primerizos e inconscientes, como también pueblos alejados de los centros civilizatorios, que se encontraban en formaciones sociales aún más primigenias. Allí donde no llegó la crueldad azteca, llegó la de la soldadesca cristiana y sus virus, sin que las víctimas de los aztecas sufrieran mejor suerte.
        El historicismo indigenista tiene la ventaja de que cuando ataca al historicismo triunfante, al menos, parece que trata de imaginar otra versión a la Historia Vencedora.
Pero dar por válida a ésta en sus mecanismos heredables y generalizadores, consentirla providente para el triunfo del Amor y otros logros en el camposanto vampírico de los vencidos, sólo renta al patriotismo sectífero monoteísta. Pretender ser crítico de ese historicismo aún por asentar, mientras se apuntala el historicismo que nos gobierna, es una falaz argucia. Falta lucidez y autoridad moral para desligar el historicismo de los presuntos herederos de los vencidos de antaño en su resistencia alterhistórica y su previsible encumbramiento de verdugos igualmente providentes.

> Sus vecinos estaban literalmente artos de ellos

        *** Tampoco sabían lo que se les venía encima... Los ucranianos estaban hartos de Estalin, pero no sabían lo que les tenía deparado Hitler... hasta que tuvieron que engrosar la resistencia sin saber que ésta iba a ser erradicada en la posguerra por Estalin.

> y una vez vencidos el mismo Hernán Cortés hubo de intentar contener -sin éxito- el furor > justiciero de los vengadores que se ensañó con crueldad sin límite sobre los perdedores > (quien a hierro mata a hierro muere).

        *** ¿Los campesinos, las mujeres, los niños también... y también el pueblo llano que vive en Castilla, si la batalla se decanta al otro lado? Englobados en ese lote culpabilizador llamado "pueblo", resulta difícil salir de este horizonte inmoral que administran los herederos sectarios del botín material y los tribales del etéreo botín victimista, ambos en eso sin enfrentarse y dando con ventaja pábulo a esa concepción del tiempo. De todos modos, la supervivencia de la sociedad tlaxcalteca fue, en principio, menos dañada por su derrota ante los aztecas, que lo que lo será tras la doble conquista. Sus cultos, dioses y costumbres serán erradicados; sus costumbres sexuales inquiridas, sus homosexuales perseguidos; sus códices, inscripciones, estatuaria... purgados en el mejor de los casos o directamente erradicados... Nada de eso es imputable a los aztecas. El hierro del último matador demuestra ser de una ganadería superior. Aztecas o cristianos es una falsa alternativa.

> Los españoles se horrorizaron ante las visiones de genocidio antiazteca.

        *** No me cabe duda que, como todas las guerras, hay motivos para horrorizarse. Pero, en este caso, también hay que tener en cuenta que todas las reconstrucciones de los hechos dependen de lo que cuentan los interesados cronistas. Siguiendo el panorama que pinta Bernal del Castillo, tenemos, por un lado, a unos sufrientes conquistadores, si les llegaba una crudelísima flecha; pero, cuando atacan, resultan ser unos heroicos y pulquérrimos batalladores de artillería, caballería y férrea formación de cristianismo legionario derramando una sangre blanca que no manchará ninguna aúlica historia de conquista. En este contexto, demonizar al contrario llena de razón a quien depreda con más telegenia tras sus anteojeras combativas. Tras su matanza amorosa, su postulación a la gloria tiene normalizada una convención literaria hoy día incrustada en nuestra normalidad "telediaria" como cuando "vemos" a los palestinos atacar desaforada y sanguinariamente, y a la moderna aviación israelí defenderse, sin más remedio, con todas las excusas y la asepsia televidente. Inhumanizar a los vencidos es el paso necesario para justificar, por legalismo falaz, la justeza de la guerra y, por tanto, del dominio establecido sobre los que, en círculos sucesivos, tienen de alguna manera "las manos manchadas de sangre".

        *** En cuanto al presunto genocidio antiazteca, me gustaría saber si los tlaxcaltecas tuvieron tal ímpetu "genocida" con toda la confederación azteca, con todas sus clases sociales, con toda su cultura; cuántas encomiendas explotadoras instituyeron, cuantas exacciones sagradas a los plebeyos; o esa anécdota exculpante, que oportunamente se focaliza, va a obscurecer otros episodios menos reseñables para los intereses de los cronistas cuando reclamen rentas y honores. Y sobre todo si tenían la tecnología militar, los medios y el número para tal objetivo. En cualquier caso, no hubo genocidio azteca en Mesoamérica comparable a la desaparición de guanches e isleños del Caribe, aunque no sea porque también, entre otras cosas, sus sistemas inmunológicos compartirían antídotos parecidos.

> que tuvieron que contemplar llegando incluso a ejecutar sumariamente a algun que otro aliado que
> llegaba al extremo de canibalizar ritualmente

       *** No sólo se evita que los gusanos pierdan bocado, sino que se les aumenta la pitanza. Es un forma de piedad un tanto agusanada una vez que han azuzado la matanza. En cambio, la destrucción de edificios, textos o útiles productivos puede despertarles una piedad sin límites.

> ¿Y si hubiera sido el azteca el conquistador de Europa?. Conociendo sus poco -actualmente-
> políticamente incorrectas formas de adoración piadosa nos hechamos a temblar!!!.

        *** En ese caso, se podría decir que la soldadesca de la aristeocracia castellana era de una crueldad sin límites, y por tanto la plebe que la sufría apenca con las nuevas crueldades. No faltarán apoyadores que saquen a relucir los autos de fe para eternizar en el tiempo y en el espacio los cobros de tales asperjadas hipotecas. Los crímenes de la nobleza feudal y eclesial servirían de excusa y justificación culpabilizadora para que la aristocracia azteca sojuzgara a la plebe europea a base de clasismo, racismo e intolerancia religiosa y cultural, según cantaría el oportuno patriota del historicismo vencedor.

        *** En ese caso, sus homéricos festines tendrían vacas, bueyes, ciervos o jabalíes en abundancia para no echar de menos el sacrificio de carne humana que hace enconar la resistencia en las montañas y bosques europeos. Tras un primer impacto conquistador, la invasión sería como una de esas conquistas de pueblos nómadas de las periferias de una civilización sobre la que se asimilarán. En principio, unos príncipes euroaztecas podrían ser más tolerantes con la pluralidad de dioses que algunos papas, dado el "retraso" imperial inquisitivo en muchas aspectos con respecto a la cultura del Mediterráneo. Pero, por otro lado, es más que probable que la Iglesia tratase de impedirlo, no sólo con las guerras que hubiera promovido antes de la victoria total del Imperio Azteca, sino que, cuando ya no tuviese posibilidad de fomentar nuevas matanzas, ofreciese las cadenas de su Organización a los monarcas aztecas para un trueque provechoso repartiéndose el poder y haciendo divinamente providente el advenimiento de los santos aztecas (ora pro nobis). Puedo imaginar a Inocencio III con el poder del Inca tratando de inquirir en el comportamiento cotidiano de sus lejanos súbditos, y al Inca gobernando con un contrapeso de diversos actores de poder, una geografía recortada y descentralizada y la tradición cívica de la Antigüedad a las espaldas mientras la Iglesia bulle entre todas las refriegas acaparando óbolos y catedrales. También imaginar a los enviados papales ofertar las ventajas pastorales eclesiales para que, tras el bautizo, el dominio azteca sea completo sobre unas tierras parceladas. Sería una conversión oportuna para acoplarse al medio si las resistencias son denodadas. No faltaría clerecía cristiana ofrendándose al Constantino azteca.

> La causa primordial fué el momento de crisis y guerra civil inca y los pueblos anti incas que se
> convirtieron en fieles aliados de Pizarro para acabar con el imperialismo genocida de varias culturas
> precolombinas del inca.

        *** Después hubo infinidad de luchas entre los Pizarro y Almagro, por ejemplo, y no por eso tuvieron más suerte. El salto cultural entre los incas y los pueblos que se van incorporando a su imperio es menor y en muchos casos más asimilable. No hay estructuras estatales tan implacables para administrarles la vida. No hay una aculturación tan brutal y veloz. Su articulación es más descentralizada, los medios estatales inferiores, y la extensión de sus tentáculos, más limitada. Después, aumentará el desajuste estructural entre las ventajas de los señores y la postración de los siervos.

> Los incas cuando iban de conquista te invitaban a rendirte. Si no lo hacias sencillamente te destruian o
> deportaban. No eran ni mejores ni peores.

        *** No había obligación de convertirse a la nueva fe; no se perseguían las costumbres sexuales de los nuevos súbditos ni se prescribían cultos y creencias con ese plus intolerante en la balanza de otras conquistas; no había segregación racial. Gran parte de la cultura y cosmovisión primigenia de estos pueblos eran más encajable y asimilable en las creencias centralizadoras del Imperio. Tampoco tenían los incas tan desarrollada la codicia capitalista, ese fanatismo avaro y clerical hasta sacar el ciento por uno; ni el tempo depredador de la conquista fue tan fulgurante y, por tanto, impactante. En todo caso, la crueldad cierta del sistema incaico, que preparó el camino a los nuevos señores, no es consuelo ni modifica los crudos hechos cuantitativos en todo un continente durante siglos, y, cualitativamente, los medios empleados, el desnivel de poder que los utilizó, sin apenas límites. Para los primeros conquistadores por la Fe, habían desaparecido los frenos contra la desmesura. Era la libertad de conquista del dominio, el vértigo de la plena disponibilidad, la canonjía del esclavo accesible que, agachándose para aplacar al amo, excita su mórbida pasión de mando. Sólo restaba acentuar la explotación a corto plazo, aun a costa de su continuidad, pues el indiano quiere volver cuanto antes a casa cargado de tesoros. Daban el "pelotazo" sobre una población que necesitaban sólo el tiempo de enriquecerse y volver rico a vivir nobiliariamente de esas rentas el resto de su vida, revelando así el trascendente "modo cristiano de conquista". Los caciques evangelizadores no se interesan por el futuro de la heredad cuando tienen deslocalizada la casa solariega. Los conventos, en cambio, han de ser mantenidos a largo plazo. Así, Bartolomé Las Casas, amigo del emperador Carlos V, denuncia a la iniciativa privada, con veleidades autónomas con respecto al poder que financian los banqueros vaticanos, en favor de la iniciativa monárquico papal. Los que ahora son malos en la “Brevísima relación”, tras ser sus fechorías de provecho, deben ceder el botín a la Corona, la espada vaticana. Robaban a los indios esperando quedárselo todo, y en el robo glorioso y providente hay una divina jerarquía. La coacción conversora era desertificante si se superponía a la coacción explotadora. Tal codicia obstaculiza la codicia milenaria y teocrática. El Reino está por venir y los encomenderos pensando sólo en su estómago particular, mientra el clerical está ligado a una jerarquía cuya espada es la monarquía. Así que subordinarlos a ella es ponerlos al servicio del Papa y sus apocalípticos ejecutores.

        *** Cuando hablamos de incas nos estamos refiriendo, por un lado, a la aristocracia, a sus cuerpos burocráticos-militares, a sus sistema de cacicatos intermedios, y también a todos los campesinos y pueblos dependientes. No deberíamos olvidarlo cuando sentenciamos con la Palabra a víctimas y verdugos religados por algún patriota sin desprogramar. La igualación moral de los pueblos también iguala a la personas reatadas a la Palabra. Las prácticas de los amos sobre las víctimas siempre se interjustifican. Pero hay coyunturas históricas en donde se cruza un "los demás" tan enorme, con unas cifras tan enormes que ningún emperador inca soñó, mientras se abren paso otras prácticas e ideas en Europa. El "pueblo" empieza de nuevo a no ser tan uniforme, a tener apreciablemente más "mentalidades de la época", contra las que se armarán las mismas nuevas guerras, aún más devastadoras, pero no tan exterminantes. No es comparable la suerte de los flamencos a la de los "incas", aunque tuvieran que afrontar la misma lógica conquistadora, con sus salvíficas masacres y su ferocidad purificante.

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        "El pretexto de la iglesia católica de la época, afirmando con Sepúlveda, que todos los excesos estaban justificados porque los indios se asimilaban más al mono que al hombre, evidencia que los atropellos se cometieron deliberada y conscientemente. Pero el brutal descenso, hay que reconocerlo, de la población del Nuevo Mundo no tuvo por motivo solamente la guerra hecha al indio.

        "La peste, la tuberculosis, la viruela y otras enfermedades, causaron entre ellos verdaderos estragos. De otra parte, la mortalidad aumentó extraordinariamente, y la duración de la media de vida de la población se redujo igualmente por diferentes causas: el traslado masivo de población de las zonas de clima cálido al frío, o a la inversa; el cambio de género de vida y la imposición de ritmos abusivos de trabajo, a los indios no estaban acostumbrados; el alcohol, la higiene, la esclavitud y, particularmente, los impuestos excesivos que se cargaron sobre ellos, además de los excesos de encomenderos, colonizadores y hombres de iglesia, que causaron en el Nuevo Mundo más estragos que los impuestos por las armas, aunque todo ello se hiciera en nombre y por la gloria de dios".

        "La expedición pasó entonces a un poblado del cacique Lachira, apresándolo junto al cacique Almotaje y los indios principales. Todos ellos fueron quemados vivos en presencia de Lachira, al que se le amenazó con hacerle otro tanto si no se sometía. Los españoles fundaron entonces un pueblo, que fue bendecido por el clérigo Vicente de Valverde, y empezaron a recoger informes de la comarca y sus riquezas.

        "El eclesiástico Valverde salió a recibir al Inca presentándole una biblia, invitándole a leerla y a declararse católico. Atahualpa tomó el libro y lo dejó caer por tierra, sin comprender de lo que se pretendía de él. El sacerdote, pretextando una indignación de circunstancias, ante el sacrilegio que acababa de cometerse, se dirigió a Pizarro al grito de: "¡A ellos! ¡Yo os absuelvo!". Una nube de españoles cayó acto seguido sobre los indios, asesinando a miles de ellos... Los españoles se hicieron cargo del oro, con el que llenaron un aposento, y violaron a las vírgenes del Sol"

        *** Apuesta desde el principio por el mestizaje; no eran nada racistas, a diferencia del 7º de Caballería que masacra sioux sin mezclar la sangre. No han tenido descendientes con vida en la que justificar sus acciones.

        *** Traslados masivos, destrucciones, aculturaciones traumáticas, imposiciones de creencias, inquisiciones policiales con respecto a sus costumbres, trabajos forzados, señorial voracidad explotadora... esa secular "tristeza del indio" de la que hablaba César Vallejo... todo afecta al sistema inmunológico predispuesto a caer en un porcentaje altísimo ante los nuevos parásitos. Para el "genocidio" práctico fue determinante la explotación en trabajos que no eran los comunitarios, a los que estaban acostumbrados. Con este traumático desarraigo, aumentar el ritmo de explotación no es la mejor forma de mantener el sistema inmunitario resistente. No todo el trabajo lo hicieron los virus. Es de justicia delatar a los culpables. No fue el encuentro inevitable, fue también el tipo de encontronazo de un tiempo y su ideología religiosa. Si ésta reniega en el teatro de la Historia, es para echar los muertos al brazo secular cuando la mala imagen afecta al engrosamiento de las tradiciones contantes donadas por ese mismo brazo secular al que nunca se va a renunciar. La moral eclesial se hace tan sólo formulismo altisonante. Da rienda suelta a su engorde cruzado bendiciendo las fechorías enriquecidas de uránico Amor empobrecido.



        Cristobal Molina. Relación de la conquista y población del Perú. "Sacaron los españoles de lo poblado y términos de Cuzco para el descubrimiento gran cantidad de ovejas, ropa y materiales que llevaban; los que de su voluntad no querían ir con ellos en cadenas y sogas atados, todas las noches los metían en prisiones muy agrias y ásperas, y de día los llevaban cargados y muertos de hambre... y cuando no tenían indios para cargar y mujeres que le sirviesen, juntábanse en cada pueblo diez o veinte españoles o cuatro o cinco, los cuales parecían y, so color que aquellos indios de aquellas provincias estaban alzados, los iban a buscar, y hallados, los traían en cadenas y los llevaban a ellos y a sus mujeres e hijos, y a las mujeres que tenían buen parecer tomaban para su servicio".

        Antonio de Ulloa. Noticias secretas de América: Los encomenderos se convierten en intendentes, "no permiten ellos que haya otra tienda más que la suya, y así tienen una en cada pueblo, donde precisamente han de ir a comprar por cincuenta pesos la mula que valía diez y ocho o veinte, y con sesenta mil pesos se obtenían trescientos mil de utilidad.".

        "Los indios pagan al corregidor o a sus cobradores, que son son varios, los cuales les dan un recibo; pero como los indios son una gente tan rústica y de tan poca sagacidad que no alcanzan a prever las resultas que ha de traer consigo el descuido con aquel papel, ni tienen en sus casas cajas ni paraje seguro donde guardarlo convenientemente, sucede que después de algunos días se pierde el recibo, y así queda en la precisión de volver a pagar; porque acudiendo otro cobrado, o tal vez el mismo, a reconvenirle que pague, el pobre indio va a buscar el recibo, y como no sabe leer, trae un papel cualquiera o un recibo viejo y lo presenta sencillamente. El cobrador no queda satisfecho, y aunque el indio se canse de persuadirle que ya tiene pagado su tercio de contribución, el cobrador atribuye a engaño lo que es ignorancia y, después de maltratarle, se encuentra lo que encuentra en casa del desdichado, y si no hay cosa de valor lo pone en un obraje para cobrar el importe del tributo con el producto de sus jornales. El infeliz indio, viéndose tan tristemente oprimido, lleno de miseria y sin esperanza de justicia, muere en poco tiempo, si la mujer o hijas no han podidos encontrar entretanto juntar la cantidad que exige el cobrador".

        *** No sabía que existían unas bonitas Leyes de Indias, tal como resaltan los apologistas. Al final será arrastrado por el "virus de la tristeza" mientras en medio de la plaga se erige un frailuno imperio inmobiliario.



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        "En las encomiendas, el cura estaba encargado de la salvación de las almas, lo mismo que el encomendero lo estaba para la perdición de sus cuerpos. En consecuencia el indio debía de asistir a misa sin excusa ni pretexto, siendo castigado "con un día de prisión o seis y ocho azotes al... que faltase a la misa en un día de fiesta.."..

        Escribe Dobas en Memoria sobre Misiones: "Consiguiose, al fin, hacer conocer a los indios que sólo en las cosas concernientes a su salvación debían prestar atentos oídos a sus curas, y en los demás a sus administradores; pero no por esto cesaron las discordias entre administradores y curas, porque como unos y otros viven en una misma casa y con cierta independencia en sus funciones, jamás se conformaban en sus distribuciones. Los curas querían que los indios asistieran todos los días a la misa y al rosario, a las horas que se les antojaba, que muchas veces eran intempestivas; los administradores se lo imponían unas veces con razón, otras sin ella, y lo que resultaba era que el cura mandaba azotar a los que obedecían al administrador, y el administrador a los que obedecían el cura.."..

        *** Es demasiado reciente el reparto; no se ha asentado todavía el pastoreo que separa la función sacra de la secular para que las exacciones tengan bendición, arbitrio y recuperación en las críticas de "la leal oposición". Es el mismo pastel, pero el Altísimo vela para que arrimen el ascua a su parte más grande. Por eso se desmanda en esas pretensiones teocráticas que en Europa empiezan a resquebrajarse.





        "De acuerdo con las enseñanza de la biblia la esclavitud estaba aceptada por dios. Sin necesidad de profundizar mucho en la historia, en el preciso momento en que el debate se suscitó, no sólo la iglesia católica consideró legal la esclavitud, sino que ella misma y sus más ilustres prelados tenían en España esclavos a su servicio. Pero el problema que se planteó en América fue abordado desde un ángulo diferente. La iglesia admitía, con Tomás de Aquino, que la esclavitud estaba justificada por las consecuencias útiles que aportaba. Es decir, que el utilitarismo en cuestión debía basarse en un beneficio común: el amo por los servicios del esclavo y éste, a su vez, por los que debían reportar el ser mandado por una persona más sabia. Lo que se condenaba en América, al contrario, era precisamente la ruptura de este contrato, puesto que el indio allí era tratado con "crueldad y tiranía".

        "Bartolomé de las Casas logró entrevistarse con Fernando el Católico. El monarca, enfermo, dilató su respuesta y las Casas se entrevistó entonces con el secretario Conchillos y el obispo Fonseca. El fraile informó del genocidio que se estaba cometiendo en la Indias y no pudo obtener más que la respuesta siguiente "¿Qué nos importa eso ni al rey ni a mi?"

        *** Tras criar a los lobos conquistadores en el seno de la monarquía nacional, se quejan cuando los sueltan en la apoteosis de la “plena disponibilidad” armados con valores que aborchonarían a más de un colono griego de la Antigüedad descubridor de bárbaros en las orillas del Mediterráneo. Tal disponibilidad de carne fresca bajó su aprecio y respeto sin que lo frenen los valores místicos que corren en las cuadras del Señor. Aunque, eso sí, se dispone de un reformador, un "reformismo" reverencial, para que el cambio no afecte a la reverencia ni decrezca la grey.



        Informe de los dominicos de la Española en 1.519 dirigido al señor de Chievres denunciando las atrocidades de los conquistadores. "Los cristianos sedientos de riquezas se habían comportado con los indios dulces y pacíficos como lobos rabiosos destruyendo toda la población. Un grupo de cristianos había arrancado de los brazos de una madre un niño de pecho, que habían hecho devorar vivo por un perro hambriento; los indios que intentaban huir eran destrozados por perros amaestrados; los niños recién nacidos que molestaban con sus llantos a los cristianos eran arrojados a los ríos o estrellados contra una roca; los indios servían de esclavos a los cristianos y las indias era violentadas en presencia de sus maridos o familiares; los indios morían por millares de hambre o eran asesinados fríamente.

        *** Carne de conversión desaprovechada en la misa y la encomienda. Sin tener que tocar la imprescindible y divina conquista de cuerpos y almas, la racionalización pastoral se hace alternativa para una leal alternancia entre los brazos alternos de esta ganadería bifronte.



> Cuando Pizarro apareció por allí nos les parecieron enemigos de entidad como para preocuparse.

        *** Su falta de "experiencia histórica", de masacramte perspectiva, les mantiene en la ignorancia de la nueva escolástica exterminadora.



> Cuando Pizarro citó a Atahualpa éste ni siquiera se molestó en asistir con su guardia armada.
> Atahualpa no creía que tuviera motivos de preocuparse. Además estaba la mar de contento por que se
> acababa de cargar a su hermanastro con el que llevaba 5 años de guerra civil y al que acababa de
> cortar el cuello - y haciendo que toda su familia, generales y seguidores siguieran la misma suerte-.
> Vamos, que estaba encantado de la vida y Pizarro el menor de sus problemas.

        *** El Inca Garcilaso de la Vega lo menciona como algo absolutamente insólito dentro de la tradición real incaica. No hubo muchos más "trastámaras" en el altiplano.



> Ha decir verdad si bien Pizarro se comportó como un estupendo estratega y oportunista nato, de
> acuerdo con las mas rancia scostumbres castrenses no se comportó como un caballero, ya que no
> dudó en matar toda aquella tropa desarmada que pudo en aquel infausto día. Pero no se podia esperar
> cosa distinta del tipo de personajes que iban de conquista: iban a por todas y a cubrirse las espladas
> en caso de cualquier duda: o sea que cuantos menos enemigos hubiera mejor. No se le puede juzgar
> desde la moral y usos y costumbres de nuestra época de derechos humanos y civiles, etc...

        *** Mientras el "genocida" de Atahualpa está en la inopia, a Pizarro le dan el premio. Esos personajes llevan ya más de seiscientos años conquistando y compitiendo en un "mercado" mayor comportándose no como villanos-víctimas, sino caballeros-verdugos de los que heredamos la vileza conquistadora, la escala de valores que testimonia que no hemos salido de la moral criminal de la Victoria.

        *** En cuanto al juzgamiento de los hechos, si no podemos juzgar con nuestra moral, entonces, aquí y ahora, hay doble moral; una moral que varía según nos alejamos en el tiempo y el espacio; una moral para víctimas con la etiqueta de sus crueles amos. Todo muy monoteo, muy Cope vaticana. Del determinismo a la irresponsabilidad moral. Por más inercias y determinaciones que nos hagan comprender su proceso de formación, aún hay "libre albedrío" para juzgar esta amenaza historicista. Incluso en esa época había otras mentalidades que pasan los filtros de los detentadores de la "mentalidad de la época", desde Montaigne a Fernando de Rojas, y otras escondidas a las que aplastamos al consentir esa servidumbre mental.

        Escribe Michel de Montaigne (1.533-1.592) sobre la demonización de los caníbales "ante los que todo está justificado":

        "No me preocupa tanto que nos fijemos en la horrible barbarie de tales actos, sino más bien que, mientras enjuiciamos correctamente sus errores, seamos tan ciegos para con nosotros mismos. Creo que es más bárbaro comerse a un hombre vivo que a uno muerto (esto se refiere a un francés que había cortado un trozo del cuerpo de su enemigo y se lo había comido en público), descoyuntar en el potro y torturar el cuerpo de un hombre todavía lleno de sensibilidad, asarlo en trozos y echarlo a los perros y los cerdos para que lo muerdan y despedacen (cosa que no solo hemos leído, sino que hemos presenciado recientemente y no entre enemigos ancestrales, sino entre vecinos y conciudadanos, y lo que es peor, so color de piedad y religión), que asarlo y comerlo una vez que ha caído muerto... Podemos, por consiguiente, llamar bárbaras a esas gentes con respecto a las leyes de la razón, pero no con respecto a nosotros, que las sobrepasamos en todas las clases de barbarie".



        "Sospecho que la razón de que a tantos estudiosos les dé por poner patas arriba esta relación es que ellos mismos son miembros de sociedades estatales que han suprimido el canibalismo bélico hace miles de años y que, por la tanto, encuentran abominable la noción de antropofagia, lo que les lleva a suponer de manera etnocéntrica que debe existir una razón poderosísima para que las personas hagan algo tan horrible como devorar carne humana. Son incapaces de comprender que el verdadero enigma es que nosotros, que vivimos en una sociedad que perfecciona constantemente el arte de producir cadáveres en masa en los campos de batalla, pensemos que a los hombres se les puede matar pero no comer". Marvin Harris. "Bueno para comer".



> El reino dictó años después leyes que protegieran a los indígenas y ya que los colonizadores no se
> estaban portando especialmemte bien con ellos -por la falta de leyes, respeto, exceso de
> suficiencia...-. La prueba de este mal comportamiento son la promulgación de tales leyes protectoras,

        *** Muy famosas porque no se cumplían, aunque eso si, se promulgaban repetidamente para satisfacción formal y piedra de apoyo de apologistas. Las autoridades las "obedecen, pero no las cumplen". Nadie va a tocar el estatus encomendero de la conquista doble, el poderoso grupo de presión representado por colonos y clero. Se han aliado a las excusas que da canjear la maldad del Otro por el rédito providente de toda la sabiduría de los pueblos extracristianos del Viejo Mundo y la patente armada de la Ciencia que defiende Francisco de Gómara, en su "Historia general de las Indias": "Los españoles habían cometido actos de crueldad contra los indios. Pero este castigo estaba mandatado por Dios, a causa de la depravación que los distinguía. No se podía negar que los cristianos se hubieran apoderado del oro y la plata de ellos, más a cambio les habían enseñado "latín y ciencias, que valen más cuanta plata y oro les tomaron". Al igual que Bush les lleva miles de chucherías tecnológicas y unas libertades que no desvelan la farsa gobernante y que sólo se pueden llevar de la mano de clérigos conquistadores o marines de uranio enriquecido y petróleo saqueado. Pensar otra posibilidad supondría juzgar a la "mentalidad de la época", es decir, sacudirte tal servilidad. Nada mejor que focalizar los crímenes de la aristocracia azteca para multiplicarlos hasta el infinito. Ahora podemos focalizar los crímenes de Sadam Juseín mientras las futuras generaciones de iraquíes (los herederos de la víctimas reales de ese Sadam) tendrán que morir de cáncer enriquecido después de soportar un embargo de millones de muertos, una invasión de centenares de miles de muertos, una guerra de exterminio encizañando con el otanista terrorismo ad hoc, y un saqueo del patrimonio cultural, del dinero en los bancos, empresas y petróleo. Todo esto mientras se desguaza toda la economía del país, se arruina su agricultura que no puede competir con la tecnificada y subvencionada de Estados Unidos, además de hipotecar con una deuda gigantesca que endosa las facturas de la invasión a las generaciones futuras. Es "la mentalidad de la época" dado que las víctimas no tienen mentalidad, ni voz, sólo se les instrumentaliza cuando sirven para desalojar a mandones más rudimentarios.



        Para Sepúlveda, las fieras son domadas y sometidas al imperio del hombre, por la misma razón que el hombre manda sobre la mujer, el adulto sobre el niño y el padre sobre el hijo:: "porque hay quienes por naturaleza son señores y otros que son por naturaleza esclavos". "Los españoles -afirma el prelado- imperan sobre estos bárbaros del nuevo mundo e islas adyacentes, los cuales en prudencia, ingenio, virtud y humanidad son tan inferiores a los españoles como los niños a los adultos y las mujeres a los varones, habiendo entre ellos tanta diferencia como la que va de gentes fieras y crueles a gentes clementísimas, de los prodigiosamente intemperantes a los continentes y templados, y estoy por decir que de monos a hombres".

        *** Ahora le llaman liderazgo, y a la naturaleza, competitividad. Antes, más que cazar esclavos, les pusieron el orbe patas arriba.



        "La causa de Las Casas estaba, pues, condenada sin remisión. Sepúlveda y los esclavistas representaban fidedignamente las enseñanzas bíblicas, y sus teorías eran una correcta interpretación del derecho natural y divino. Las Leyes Nuevas que decretaban la extinción de las encomiendas fueron abolidas. Las encomiendas inclusive, podrían ser transmisibles a los primeros herederos. Y de cualquier manera, con ese nombre, transmisibles o no, la ley en las Indias la hacían los encomenderos o se hacían en su beneficio. Las dictadas por la corona seguían siendo "obedecidas", pero olvidadas en un cajón si rozaban los intereses que se habían creado en el Nuevo Mundo".

        *** La doctrina bíblica da para todo: para religar el Amor a la conquista, la bondad a la crueldad, tras alguna deslocalización. Se trata de mantenerla y engordarla en su etiqueta organizada. No por eso se dio de baja del Partido (fuera del Partido no hay salvación). No renunciará a la primacía y privilegios de la conquista, a la superioridad bucal de la Ideología, a la mendacidad de la doctrina comercial, a la necesaria esclavitud. Y gracias a esa duplicidad a ras de "época" ha podido publicar, sobrevivir en la Única Historia, dar testimonio de "mentalidad de los que mandan en la época". Estos liberados críticos darán color al cotarro y, entretanto, "hacen sindicalismo" en tierra sagrada. Si alguien en la época no tenía mentalidad “epocada”, sin doblez, fue acallado para que la época que tragamos sea la de la mentalidad sumisa.

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        Fray Antonio de Zúñiga a Felipe II: "He visto que estos miserables indios cada día padecen más, así en las ánimas como en los cuerpos: lo de convertirlos es cosa muy olvidada y accesoria; no son más cristianos agora que cuando los conquistaron, y si usan de algunas ceremonias exteriores, hácenlo por cumplir con nosotros. Hácenles pagar muchas veces los impuestos; los villajos se despueblan y todas las mujeres vienen a la ciudad, de que no pocos pecados contra Dios se recrecen. En las escuelas de Quito, de tres mil muchachos los mil son mestizos. Cada cual procura servirse de un esclavo y todo el peso de la esclavitud recae sobre la raza india. El español tiene por esclava a una mestiza o negra, y ésta tiene por esclava a una india. Para los trabajos públicos se traen cuadrillas de indios que trabajan espacio de dos meses, en cuya ausencia mujeres y niños se mueren de hambre, o usan de ellas de gran ofensa contra Dios nuestro señor ganándose la vida torpemente con su cuerpo en Quito. La mayor parte de ellos muere sin confesión, que aun para esto no hay orden ni concierto, y muchas veces, por no tener que dar al cura, los entierran sus amigos en un mular escondidamente".



> evidentemente, aunque si bien se dijo que era aconsejable traerse negros africanos para sustituir a
> una mano de obra escasa, poco animosa a cooperar o mal preparada para el tipo de trabajo que se le
> daba (minas y agricultura), la verdad es que en america central y del sur apenas si existe presencia
> africana hasta siglos despues donde si hubo negros (la mayoria traidos por los ingleses, franceses y
.
> Millones
> murieron durante esos siglos. Al resto no se le trató especialmente bien como era costumbre en
> cualquier pueblo o cultura militarista de la época (incluidos las americanas). Los tiempos eran así en
> cualquier parte del mundo: el conquistador disponía de la vida del conquistado como siempre habia
> sido. Sin embargo el español ha resultado ser un pueblo menos racista que el, por ejemplo, el
> anglosajón:

        *** En una cómoda visión "bipartidista" este tipo de comparaciones pueden exculpar al menos a un sinvergüenza por haber quedado en pie en el campo de matanza. Así no se mide la magnitud de una fechoría, pues queda inmersa en una conveniente disyuntiva en la que siempre algún canalla algo habrá ganado, es menos que el otro. Así no salimos del lodazal; así nos cerramos el horizonte. En este cruzado mecanismo las cosas pasan por voluntad de una Historia cuyos designios son tan inescrutables como inenjuiciables. No más se sacan a colación los "excesos", búscase con desespero los crímenes del Otro, como si ese Otro criminal ocupase todo el espacio ultraumbilical. Resulta penoso hablar de menos racismo al violar criadas y esclavas, (cosa que también hacían los amos anglos), además del menor salto cultural entre castellanos del siglo XVI e indios civilizados. No hay que olvidar que en siglos posteriores al apogeo de la conquista y colonización católica es cuando se acentúa el racismo, justo cuando entra en acción el grueso de la colonización protestante al necesitar subhumanizar al esclavo para cuadrar en la doblez el desarrollo en los burgos europeos de una literatura que presume de civilidad, conocimiento y superioridad moral, con la pavorosa realidad de la esclavitud. Rebajar a indios y negros es el pretexto para seguir esclavizando mientras se llenaban la boca de grandes palabras e incensaban de autobombo civilizador los logros materiales y las críticas periféricas de los disidentes. Atribuir cualidad idiosincrática a los pueblos es una personificación abusiva que elude la metáfora indicativa y trata de acopiarla en la santa Palabra hacia la sacralización de la complicidad criminal con algún hombre de Estado. Son, tan sólo, circunstancias históricas que varían con el tiempo y afectan en distinto grado a determinadas personas. El "español" no existe; es una generalización vaporosa intentando ocultar los mecanismos por los que una aristocracia conquistadora, sectaria y racista integró manu militari a otros pueblos. La diferencia está en el tipo de explotación necesitada de mano de obra, pues la estructura feudal necesita siervos, mientras algunos colonos anglos los necesitan cada vez menos. Por no hablar del abismo clasista entre un hidalgo extremeño y una princesa azteca en un contexto de conquista de una civilización desarrollada, y, siglos después, un anglosajón aristócrata sureño y una campesina mandinga o una apache salvaje, sin palacios ni templos maravillantes que avalen el rango monumental, que es donde tienen puesta la adoración grandilocuente las neuronas de algunos. Será siglos después cuando la plebe "blanca" de los escalones inferiores de la pirámide social de los países católicos, al no tener tanta movilidad social para ascender en una sociedad estamental cerrada, se va mezclando en las periferias del bajo pueblo, permeando y ensanchando hasta recrear una sociedad mestiza fruto primigenio de violaciones, humillación, clasismo brutal y servidumbre y, al mismo tiempo, cínica y marcialmente paternal. A esos mecanismos de poder social se le llama indiscriminadamente "español" para que ahora los feligreses de la Palabra religante saquen pecho y se les vea el plumero en cuanto tienen supuestamente un porcentaje mejor con respecto a ese otro concepto falsificable de "anglo". Algunos de ellos ya se encargaban de advertir a los inmigrantes mediterráneos que si querían ascender al "sueño triunfador" de un eldorado de clase media, han de dejar ser "amigos de los negros". Pero, si en el otro ámbito no hay esperanza de ascender, importa menos el racismo y el tabú clasista.



        *** No había precedentes de un choque cultural de tal intensidad que afectase a tan numeroso grupo de pueblos, de una intrusión de ideología y técnica pecuaria tan curtida e implacable. No todos los encuentros entre pueblos fueron tan letales. Los tiempos no han sido así en cualquier parte del mundo. No faltan sociedades que dan lecciones de falta de racismo. Lo que pasa es que no dejaron un gran botín, una gran camada de turiferarios del poder cantando las heroicas gestas, dando excusas al matarife, haciéndose mecanismo del crimen de todos los tiempos, esa "tentación de la inocencia" encontrando otras matanzas en las que ocultarse, culpando a todos, ahogando la crítica con sangre arrojadiza. La matanza tiene así carta de naturaleza Eterna. Sólo falta arrear al rebaño a las definiciones criminógenas, comulgar la identidad criminal, nacer para defender como herederos a los "criminales entrañables".

        *** El crimen ha sido siempre el gran acrecentedor del Poder, el hacedor de cielos y tierra, el administrador de la ética a tiempo parcial. Si hemos sido educados en la santa matanza, qué menos que comulgar desde la infancia con las glorias del crimen de todos los tamaños, grandes, pequeños y medianos, intercambiar las estampitas sagradas de los carniceros fundacionales. Tapemos, pues, a los asesinos "españoles" que han de minimizar los feligreses de esa religación utilizando las fechorías "alternas". Los damnificados de esa tradición creyente blanquearán implícitamente a la aristocracia azteca para encontrar así sitio en el solar del mundo criminal.

        *** Muchas tribus de América del Sur tuvieron parecida suerte a las exterminadas en el Norte. La población indígena era mucho mayor y con más densidad en las áreas de conquista católica que en la protestante. Además, su conquista, en principio, no se hizo con rifles de repetición, ferrocarriles ni ametralladoras. No sabemos qué habrían hecho ante civilizaciones indias siglos antes, (aunque los "pueblos elegidos" por el exclusivismo monoteísta son siempre de temer). Lo cual acarrearía una responsabilidad indeclinable pese al concurso "yo soy menos genocida que tú". Ahora sólo resta ir a los mitayos y consolar a las víctimas con el ejemplo de los ralos supervivientes que enarbolan los forofos de enfrente. Sin duda, apreciarán en lo que vale tal consuelo mientras los vergonzantes solidarios con los dominadores crímenes católicos y protestantes se enzarzan en su vanagloria luchadora.

> Existe otra razón para no entender una supuesta acción genocida sobre el indio: el español quería oro
> y riquezas... y para obtenerla contaban con la mano de obra nativa, gratuita o barata cuanto menos.

        *** Al parecer, no tienen otra ocurrencia o posibilidad que coaccionar a esas víctimas de aztecas e incas que pía y desinteresadamente venían a liberar, al parecer. Es el derecho a la servidumbre en la cadena ascendente de los elegidos del Reino, el señorío del Señor, la explotación infinita del rebaño... esa es la exportación moral de los pontificios estados cristianos, el trampolín de la evangelización. Los "aztecas" de nuevo tipo en la rueda de la inmoralidad inconfesa tienen unos profesionales de la trasegada moralidad bucal soltando lastre y barnizando la literalidad de esas patentes autootorgadas que tratan de desmentir los hechos fruto de esa misma doblez.

        *** A los siervos heredados de un imperio en formación aún más los aglomeraron. Fue el conquistar de una sociedad feudal de naciones-estados en ciernes entrenada en perseguir moriscos, judíos, herejes, infieles, rebeldes a las exacciones necesarias para la complejización del estado militar que no dudaba en tener esclavos en la misma Europa. Los dolores de parto de la futura pax imperial ilustran a los sucesores de las primeras víctimas cómo debemos el nacimiento al dolor. En cambio, en las sociedades posteriores a la revolución industrial, las poco domesticables tribus de guerreros cazadores-recolectores son perfectamente prescindibles. Lo que no obsta para que, siglos antes, las mesnadas católicas precisadas de siervos contribuyeran a exterminar guanches, taínos, caribes y otros pueblos, pues no previeron encomiendas y mitayos sostenibles sin recurrir a esclavos africanos. Para eso el "bartolo" pastoral advierte en pro de una ganadería sostenible consiguiendo así ascender a San Tuerto de los Cegatos, y que los abrazafarolas de la Historia tengan tema a la luz de las hogueras purificadoras. Es la abundancia de indios, su mayor densidad de población y su diversificación histórica lo que ha garantizado esa supuesta y estomagante superioridad ganadera del historicismo católico presumiendo de crimen bonito, mucho más que el del mercader del norte.

> ¿Iban a eliminarla a expensas de tener que importarla a caro precio desde Africa?.

        *** Pues tuvieron que hacerlo. La codicia rompió el saco que intentaban recoser los ganaderos humansistas. Con el mucho apretar a corto plazo en "el oro", la conquista espiritual se resentía y, por tanto, la seguridad de unas rentas regulares a más largo plazo. Eran tan sumisos a las armas, y lo estaban poniendo tan "fácil" que "casi lo estaban pidiendo", lo que lleva a los excesos que el brazo "espiritual", según interese recoser los intereses, trata de regular filtrando el descontento. Las denuncias de los reformistas dentro de un orden trataban de aportar un poco de racionalidad al sistema esclavista-feudal cristiano. Sus estallidos exterminadores ponían en peligro la teoganadería dejando escuálida la grey, yerta la servidumbre y un estremecimiento de terror en el rebaño en cuanto Las Casas esgrime el crucifijo. Lo cual dificulta la complementaria y definitiva conquista pastoral, por lo que se intenta recomponer una depredación ordenada, un "colchón" que garantice la pervivencia en el tiempo y espacio de un rebaño numeroso; un remozamiento estilizante cuando la voracidad a corto plazo, tan "nuestra", ponía en peligro el medio y largo plazo de la explotación.

> No fuimos unos santos, interesaba más el oro que la conversión a Dios,  pero tampoco unos
> genocidas.

        *** Curiosa identificación, irreal en la realidad que se presume, pero real en la comunión del patriota siervo del historicismo nacional-católico en base a una fe trascendente en la Nación. Con esta sacra magufada nacional-genética, nacer es tener que ser abogado de pasados malhechores según sean las coordenadas natalicias. La conversión a Dios era tan letal e indisoluble como la busca de oro. Interesaba tanto la conversión a Dios como el oro, dado que ambos, espada y cruz, son las dos caras de la misma Victoria. Con tantos conquistados y tan pocos conquistadores, ocupar mente y cuerpo es lo que anula la autonomía decisiva, lo que garantiza una persistencia gregaria con el hierro de una Organización de ubicuos santos genocidas.



* Las citas que no mencionan autor están extraídas de la obra de Francisco Olaya Morales "Hispania y el descubrimiento de América" (Madre Tierra)-

Bibliografía consultada:

- Bueno para comer. — Marvin Harris. (Alianza)
- Dialéctica y canibalismo. — Alberto Cardín. (Anagrama).
- La conquista de América II (Extra XI de Historia 16).
- Proceso al conquistador. — Francisco Solano y otros (Alianza).
- El imperio jesuítico. — Leopoldo Lugones. (Hyspamérica).

- Historia verdadera de la conquista de Nueva España --- Bernal Diaz del Castillo. (Sopena)
- Brevísima relación de la destrucción de las Indias --- Fray Bartolomé de las Casas. (Ediciones 29).
- Crónicas de Indias. (Salvat).
- La utopía incaica --- Garcilaso de la Vega. (Salvat).
- Historia de los indios de Nueva España. — Fray Toribio de Benavente. (Alianza).
 

       "Ser como ellos". Eduardo Galeano.

        El 16 de diciembre de 1492, Colón lo había anunciado en su diario: los indios sirven para les mandar y les hacer trabajar, sembrar y hacer todo lo que fuere menester y que hagan villas y se enseñen a andar vestidos y a nuestras costumbres. Secuestro de los brazos, robo del alma: para nombrar a esta operación, en toda América se usa, desde los tiempos coloniales, el verbo reducir. El indio salvado es el indio reducido. Se reduce hasta desaparecer: vaciado de sí, es un no-indio, y es nadie.
(…)
        Para despojar a los indios de su libertad y de sus bienes, se despoja a los indios de sus símbolos de identidad. Se les prohíbe cantar y danzar y soñar a sus dioses, aunque ellos habían sido por sus dioses cantados y danzados y soñados en el lejano día de la Creación. Desde los frailes y funcionarios del reino colonial, hasta los misioneros de las sectas norteamericanas que hoy proliferan en América Latina, se crucifica a los indios en nombre de Cristo: para salvarlos del infierno, hay que evangelizar a los paganos idólatras. Se usa al Dios de los cristianos como coartada para el saqueo.

        El arzobispo Desmond Tutu se refiere al África, pero también vale para América:

   -Vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron: “Cierren los ojos y recen”. Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia.
(…)

        ¿Civilización? La historia cambia según la voz que la cuenta. En América, en Europa o en cualquier otra parte. Lo que para los romanos fue la invasión de los bárbaros, para los alemanes fue la emigración hacia el sur. No es la voz la que ha contado, hasta ahora, la historia de América. En las vísperas de la conquista española, un profeta maya, que fue boca de los dioses, había anunciado: Al terminar la codicia, se desatará la cara, se desatarán las manos, se desatarán los pies del mundo. Y cuando se desate la boca, ¿qué dirá? ¿Qué dirá la otra voz, la jamás escuchada? Desde el punto de vista de los vencedores, que hasta ahora ha sido el punto de vista único, las costumbres de los indios ha confirmado siempre su posesión demoníaca o su inferioridad biológica. Así fue desde los primeros tiempos de la vida colonial:
        ¿Se suicidan los indios de las islas del mar Caribe, por negarse al trabajo esclavo? Porque son holgazanes.
        ¿Andan desnudos, como si todo el cuerpo fuera cara? Porque los salvajes no tienen vergüenza. ¿Ignoran el derecho de propiedad, y comparten todo, y carecen de afán de riqueza? Porque son más parientes del mono que del hombre. ¿Se bañan con sospechosa frecuencia? Porque se parecen a los herejes de la secta de Mahoma, que bien arden en los fuegos de la Inquisición. ¿Jamás golpean a los niños, y los dejan andar libres? Porque son incapaces de castigo ni doctrina. ¿Creen en los sueños, y obedecen a sus voces? Por influencia de Satán o por pura estupidez. ¿Comen cuando tienen hambre, y no cuando es hora de comer? Porque son incapaces de dominar sus instintos. ¿Aman cuando sienten deseo? Porque el demonio los induce a repetir el pecado original. ¿Es libre la homosexualidad?¿La virginidad no tiene importancia alguna? Porque viven en la antesala del infierno.




        *** SOBRE AZTECAS Y REVISIONISTAS

      *** Aunque se comprenda los límites de actuación que unas pautas culturales imponen, cómo ciertas ideas de gerifaltes y obedientes normalizando comportamientos victoriosos hasta ocupar la percepción de la Historia, el problema no es que los aztecas sean crueles, sino que tengan que serlo para ahora difuminar una responsabilidad nacida en una ficción identitaria. El problema no es sólo la percepción del ayer, sino la concreción político-moral de mis contemporáneos al encarnarse en el pasado mientras conforman mi presente.

        *** La mentalidad de Herodoto comprendía y relativizaba la diversidad cultural y de creencias; reconocía la valía ética de los bárbaros, aunque renegase de la costumbre persa de arrodillarse ante el Gran Rey. Tras siglos de cristianismo, el viajero Marco Polo se extasía ante el poder satrapesco y las muchedumbres de reverenciales súbditos que, un habitante de una Comune más horizontal, encuentra adorable en los imperios orientales de los que omite información sobre cultos y modos de pensar, tras descalificarlos como idólatras. Es muy interesante e ilustrativo comparar la arcangélica doblez y cinismo arrebatado de las crónicas de indias, y la lucidez penetrante y veraz de la historias de Suetonio o Tucídides, que habrá que esperar al siglo XVIII-XIX para empezar a reencontrar con suficiente abundancia.

        *** La cultura clásica renació en las hipotecadas polis europeas confrontándose con la estulticia mendaz y tiránica de la tradición exclusivista cristiana. Pero tiene tiempo aún de extender los tentáculos de su ubicuidad moral. A sus tradiciones identitarias les basta dar el cambiazo con una logomaquia realimentada en el redescubrimiento del pasado, de otros mundos, así como la compleja vida ciudadana en un entorno boscoso aún refugio de alguna autonomía material, que hubiera surtido efecto independientemente de quién pretenda mercarla. El siempre victorioso Partido de los “Vencidos”, cuando esquilma y engaña a los derrotados, no pierde tropa pues siempre hay que seguirlos. Son ellos el partido de los “vencidos”, así los vencidos podrán vencer en la ilusión; y si les derrota su vanguardia pastoral volvemos al partido de los traicionados, el que mejor traiciona no más nos hagamos todos mentira. Para entonces, la mentira es tan grande que no se la puede dejar caer.

        *** Tenían experiencia colonizadora, conocimientos de otros pueblos y costumbres que hubieran facilitado en un Herodoto, Evemero o un filósofo quínico una tolerancia, comprensión y composición de lugar más razonable y humana. Su sistema bélico era una ciencia en continuo perfeccionamiento (artillería, pólvora, caballos, jauría de perros, piqueros, poliorcética...). Su intendencia se complementaba con el saqueo sobre el terreno sin necesidad de recurrir a la socorrido cosmovisión azteca de primario desarrollo estatal e inferiores medios técnicos para desarrollar la crueldad. Aún no habían ejercido la centralización hacia el estado nacional que estaba cuajando en Europa, especialmente con el desarrollo de la artillería y el encarecimiento de la guerra necesitada de una hacienda en expansión. Combinaban, realimentándose, el fanatismo voraz de la feroz y nobiliaria soldadesca cristiana, con los medios que da una conquista creciente, una teología de la conquista perpetua a la que sólo queda explosionar en exterminio utópico en cuanto encuentra nicho la servidumbre hecha palabra de un único Señor. No necesitaban ver sacrificios en los altares de Tenochtitlan para expansionar su aire esclavizador.

        *** No obstante, síguese justificando a los nuevos verdugos con el hacer de los antiguos que tan buen trabajo plasmaron en la cría del rebaño. Su mansedumbre maravillaba a los nuevos pastores excitando su voracidad, su dinámica rapiñadora, su insólita y "democrática" celeridad por acumular. Pero la ferocidad en el crimen no debiera disminuir la severidad con la que ha de juzgarse, aunque ciertas perspectivas o "épocas" tiendan a hacerlo natural embotando la sensibilidad con el número, el tiempo y la repetición. Tener en cuenta las determinaciones de la "época" en la persona, no anula su responsabilidad moral, por más que se relativice y se olviden las periferias acalladas. No nos debe cegar hasta no calificar las cosas por su nombre, porque esa no sería ya "la mentalidad de la época", sino nuestra propia mentalidad forjándose en comprender la perspectiva e indecencia de los que dominan la época; hacerse, más que comprensivo, tolerante de lo que "todos hacen", "lo normal", lo que "pasa en todas partes", según muestren e induzcan los telecreadores de la realidad para que nuestra sumisión a la "mentalidad de la época" virtualice su existencia. Es el impuesto imaginario que todos los mandantes han de fomentar, pues es su mejor cobijo. Si no salimos de este orbe adoctrinador, nos implantarán tal losa moralmente irresponsable para ganar siempre la partida. No es un relativismo moral, sino inmoral, un "todo vale" desde el que difama al relativismo honesto el clásico sonsonete monoteísta, cuando ha sido por la falta de respeto a la "mentalidad de la época" por la que cambiaron las cosas que anatemizaban y que ahora mercadean. Además, la sociedad europea no era en cuanto a mentalidad tan monolítica como la pintan los inversores del retablo. La ferocidad inquisitorial con sus luchas contra brujas, herejes e infieles y el despliegue de grandes unidades de soldadesca mercenaria levantando los nuevos protoestados son, en buena parte, la respuesta contra los orilleros desafectos a “la mentalidad de mando”. Las polémicas de las Crónicas de Indias muestran un cierto contraste de mentalidades en juego, e inducen a pensar en otras mentalidades aún menos comprensivas de los supuestamente "inevitable excesos"; mentes que no salen en la foto y los papeles, pero a las que contestan desde una plataforma perdurante los "reformistas sin ira" que sí pueden publicar. Al no haber más mentalidad que la de los que mandan en la época, los cantores de la Realidad campan cómplices de los dueños de ella.

        *** Si, en consecuencia, no juzgamos, llegamos a una ataraxía moral, una forma anestesiante de percibir la normalidad, una “posmoderna” forma de perder la capacidad de indignarse ante las crueldades singulares. Se hace realidad fáctica de lo que no es más que una ideológica y sentimental adhesión a una falsedad sangrienta. Ocultamos las fechorías de otros en una religadura que consagra la impunidad de los actuales mandantes malhechores. Una confortable excusa que no señala con pelos y señales los mecanismos y mentiras de los ladrones que tenemos delante de las narices. "Todos matan" es la perfecta alegación a esgrimir ocasionalmente exculpando tropelías. Los exterminadores de todo tiempo siempre tendrán relatividad excusadora según el lugar. Al aceptar la comunión con los inverificados idénticos, se carga con esa responsabilidad. Todas las "cloacas" de los estados ya saben que para hacer su tortilla tienen que romper huevos colaterales. Autoexculpando la avilantez, se culmina en bífida verbosidad, mientras algún destacado en alguna técnica, sin pinchar ni cortar el velo de la impostura, es exhibido como prueba de descargo. La poética del asesino le salvará de la cárcel de nuestro buen juicio. Se ha ufanado y siéntese satisfecho si pone de relieve la otra bandería que roba como él.

        *** Abandonar la Historia Criminal es ir sin doblez moral a juzgar asesinos de todas las banderas; sin ninguna fidelidad genealógica o sectaria; con extranjería en el planeta del crimen. Dejaremos, así pues, de ser cómplices sangrientos. Se acabarán las disputas de ex-forofos ingleses, aztecas o españoles. No se usarán términos falaces de etiqueta "tribal" evocando siglos y multitudes de individuos donde arrellanar cadáveres.
.
        ***
El pueblo de la susodicha época no ha de reconocerse en la mentalidad que trate de definir ese tiempo. Por 'pueblo' se entiende, antes de la edad contemporánea, una clase, un estamento dominante con sus clientelas y grupos adláteres. Es esta minoría la que intenta impregnar su fe "tribal" en la gloriosa expansión del Señor. Aun así, pese a sus victorias, no logra ese asentido identificador absoluto en la mayoría de los reinos hispánicos del siglo XVI, empezando por los campesinos pobres, siervos, serranos, luteranos, iluministas, "marranos", moriscos, gitanos, pícaros, relapsos o galeotes; todos esos no existen como pueblo en las crónicas de la época ni en la consideración de pueblo que aún hacen los "demócratas sin ira".

       *** Esos horrores serán superados y multiplicados siglos después con nuevos medios de poder para que nuevos forofos de la horda civilar busquen pretextos. El nacionalismo muestra en las sociedades estratificadas las mismas excusas pecuarias: un patriotismo ideológico como religión fronteriza; un torrente de devotos en busca de algún padre, que será criminal, pero a fin de cuentas, según los valores nacional-familiares, es nuestro sagrado antecesor y merece el respeto de nuestra sangre familiar y el asentimiento de nuestra veleta moral. En ambos casos, es el mismo mecanismo: una penúltima trinchera irracional reconfortando la defensa de canallas. Las normantes analogías del "crimen natural" soslayarán su singular fatalidad sacralizando. Como grey prendida en retórica pastoral, arrearán verdugos y víctimas evocando el hierro de una ganadería, el color de la raza, la estampa endiosada de una ética sectarizada. Un maremagnum dará cuerda con necias comparaciones a esta infortunada rueda de virtuales asesinos tapándose unos a otros las desvergüenzas.

        *** Nuestra comunión armada manifiesta la atribulada sangre que magnifica los degüellos generalizándolos al "pueblo" que los contiene, para que otros sean "uno de los nuestros" y escóndanse tras nuestras igualaciones. Se trata de exculparnos de una inevitable herencia, un pecado original, unos "genes historicistas", una identidad y responsabilidad que llevamos a cuestas por magufería ideológica. Pues lo mismo que "heredamos" orgullo patrio sin más mérito personal que la afiliación, también nuestra identidad moral, independientemente de nuestros actos, hereda las magnas degollinas que nos reescriben. Reviven en la fantasmada ideológica los fundantes carniceros de cada átomo de nuestro Universo. Hace pocos años, en Yugoslavia, ese mecanismo sectífero ha dado los resultados esperables. También puede servir a un refinado forofo anglo para lavar "sus" ríos de sangre con el oportuno ejemplo de los "aztecas latinos".

        *** No mataban aztecas por sus crímenes, sino por su oro y poder. Sus seculares, esclavistas y anteriores secuestros y rescates no limitan ahora con otros poderes que les igualen, una opinión pública autónoma que les señale y manche su gloria. Sólo tenían que salvaguardar la piadosa buena autoimagen que les aupa en su superioridad prematante. La hipocresia depurada es el aporte moral del tráfico cristiano. Ya tendrán tiempo de inventar cuando se dirijan camino de Santiago. No hubo descubrimiento inverso: no hizo falta que los crímenes feudales de los cristianos justificasen y diesen normalidad a la ferocidad sobre las víctimas de ese feudalismo. Aquí la teofagia del patriciado conviértese en culpa de las plebes sometidas, demonizadas a la carta por la interpretación cristiano-céntrica del canibalismo "entornado". El exterminio colateral no se aplicó en exclusividad a la casta guerrero-aristocrática azteca, sino a todos los súbditos y a los que no lo son. Por no hablar de la "crueldad" de los extintos antillanos, en la que algún impúdico foco culpabilizador no repara. Se quiere negar su carácter de testigo predatorio. Ninguna crueldad azteca disminuye un ápice la crueldad de sus sucesores. No hay que derramar lágrimas por Atahualpa o Moctezuma para advertir ese hito de intensificación criminal.

       *** Aprovecharon el "desnivel" histórico para ir "sin frenos". No había moral de contención, sino acicates milenarios. Un orgullo supremo al alcance de la mesnada reconquistadora mete prisa por ser aspirante a nuevo rico. De repente, caen los modos y la balanza. Los señores hacen valer la novedad de sus medios estatales, pero no los viejos contrapesos de poder (fueros, conciertos, encarecimiento bélico, poder cambiar de señor elevando la cotización de los brazos serviles, tradiciones comunales de un pueblo en armas..., privilegios, feudos divisores, diversidad en los actores de poder, concejos y asambleas del tercer estado, municipios, descentralización geográfica..., lo que la sociedad de cristianos sotánicos no pudo ahogar, aunque, según vemos en otro contexto, a otro monte tiraban si les dejaban...). Así que se desmandan para mandar. Y no hay puja para que los nuevos señores feudales contengan su crueldad. Un encontronazo, sin transición alguna, con la sociedad más militarizada de Europa; un militarismo participativo emulando el clasismo nobiliario; una tradición fronteriza que fomenta la secreción de cruzados por un feudo al alcance de la punta de su espada y el pisoteo del pescuezo señalado por su Dios. La verbosidad cristiana les conforta en su superioridad divina; la demonización del infiel les razona la dominación. No estaban obligados a nada más que a la suma avidez yaveísta previa al Amor al ciento por uno. El poder de la realeza sagrada, con la colaboración dominante del clero, conforma la maquinaria apisonante más centralizada a comienzos del siglo XVI.

        *** También esclavizaban los conquistadores Almogávares a los griegos "cismáticos". La mesnada estaba santificada para enriquecerse a costa de los herejes. Pero tienen que "moderarse" ante la coalición de angevinos, el rey de Francia, Génova, el papado y, ocasionalmente, Venecia. Además de castillos y ducados autónomos, mercenarios turcos y el emperador bizantino para completar el rompecabezas de alianzas y contrapesos de similar tecnología y cosmovisión. Pero esa explicación material que iguala a las personas liberándolas de engaños divos y altaneros, no es óbice para que los nacionales catalanes defiendan a los “suyos” porque sus heredados crímenes son más bonitos que los que ponen a heredar a los castellanos, en ese enfangamiento de realimentación mutua y naufragio moral.

        *** La violencia en los imperios inca y mexica estaba muy centrada en el núcleo conquistador aún pendiente de asimilar y religar recientes conquistas. Al caer estos, quedaron inermes sus súbditos y pueblos circundantes ante los concesionarios de la cruzespada, la libre iniciativa privada, la encomendada bandería explotadora pretendiendo, tras pagar el imperioso crédito bancario que les financia la expedición, dar el "pelotazo" de súbita riqueza en lugares que la providencia les otorga y las distancias les ocultan e irresponsabilizan.

        *** El choque con usos y creencias favorecerán posteriormente encarnizadas rebeliones en el imperio inca, cuando la conquista de tributarios, que es lo que esperaban lo curacas aliados, pasa a la siguiente fase. Después de la espada, llega su cruz para desarraigarlos del primer animismo que engarzaron curacas e incas a sus intereses de casta. Entra a saco la nueva tecnología de sujeción pecuaria que trata de arrastrar tras sus cuerpos las mentes.

        *** Por un equívoco el "primitivo" Moctezuma intentó apaciguar con regalos a los intrusos, consiguiendo tan sólo excitar su codicia. Un "primitivismo" paralelo a creer que el reparto de la crueldad en todo el mundo sigue las significancias y parámetros de su propia sociedad; que el canibalismo supone una sima moral en el resto de aspectos de la vida social acorde con lo que, se supone, conllevaría en el contexto en que se vive. También para los indios de a pie era incomprensible la melíflua verbosidad amorosa y la crueldad improductiva. Nada de eso desconcertaba a los villanos y pícaros al otro lado del océano.

        *** Dejando a las tropas sin iniciativa, la disciplina incaica viene de perlas a los levantiscos y ufanos buscadores de "aquel día todos eran señores". Encontraron una reserva esclavista semiglobal; un continente de "libre" fortuna y competencia desleal; una escuela al alcance de las mesnadas más medradoras; un descolmadero listo para descongestionar los burgos europeos repletos de mendigos, pícaros, miserables y rebeldes; una reserva aurífera de nuevos señores levantando su palacio-castillo en el centro del burgo. Es un renacer contante y sonante, un continente de siervos que amplia el horizonte y salva del colapso al feudalismo reconquistador hecho reino de Dios.





        Crónica de Andrés Tapia. Los legados de Moctezuma a Cortés: "Si eres dios de los que comen sangre e carne, cómete a estos indios, a traerte hemos más; e si eres dios bueno, ves aquí incienso y plumas; e si eres hombre, ves aquí gallina, pan e cerezas". "Claramente indica que, para los aztecas eran los dioses, y no los hombres, los que comían carne humana".

        *** Además, las víctimas de las ejecuciones aztecas se convierten en dioses. En cambio, las víctimas de las ejecuciones cristianas, (por ejemplo, las de los autos de fe) tendrán que padecer los eternos y atroces sufrimientos del Infierno. En cuanto al arte "degenerado" de los "aztecas", su incuestionable originalidad puede horrorizar en la misma medida que horrorizó, por ejemplo, el cubismo y otros tipos de arte "degenerado". Por no hablar que la intensa ocupación inquisitiva de las mentes era una tecnología pastoral aún no tan necesaria para los pastores aztecas e incas, aunque hay indicios que hacen atisbar ese camino. No necesitaron recurrir a la tortura expresa para imponer ideas. Sólo controlaban de especial manera los cuerpos. Una ucronía podría entrelazar a los caciques conquistados y el centro. De manera más fluida, una incipiente integración de todas las noblezas en una aristocracia intertribal facilitaría una aculturación sincrética menos traumática para las diferentes culturas del Imperio. Desde luego, ningún habsburgo o borbón resulta imaginable que se casase con alguna princesa inca. No hay que hacerse excesivas ilusiones sobre el posible devenir del imperio inca o mexica, pero estaban, en principio, en posición de ser algo más tolerantes e integradores de muchas tradiciones de los conquistados, sobre todo si el encuentro con Euroasia hubiese sido menos súbito, más constructivo y respetuoso.

        *** La acumulación de riqueza, a sumar a la de otros brazos imperiales, por parte de la clericracia cristiana, sí que fue súbita a base de rentas de la tierra, construcción de iglesias, conventos, catedrales y demás mantenimientos de la casta clerical, cuando es más importante la salvación de las almas que de los cuerpos. Las limosnas presupuestadas apenas justifican tal succión mantenedora de un “sobrenatural” ejército de zánganos acreditando su estatus.



        *** “La fuerza sin una base de espiritualidad está condenada al fracaso". Adolfo Hitler. La violencia sin Amor resulta ineficaz. La violencia necesita un amor hecho a su medida para poder protegerse y ocultarla.



        Hernando de Santillán "critica a los encomenderos y llega hasta los viejos conquistadores que arrasaron y esquilmaron los recursos de los indios del pueblo, siempre sometidos a los abusos de unos u otros señores, blancos o indios".

        Manco convoca a los indios " por todas las provincias del Perú con un modo y predicación rogando y exhortando a todos los que eran fieles a su señor que creyesen que las guacas volvían ya sobre sí y llevaban ya de vencida al Dios de los cristianos".





        *** Cuando llegaba la escasez, se abrían los almacenes para el reparto que garantiza el pienso de la servidumbre productora. Esa explotación a largo plazo no era competitiva ante la liberalización de los tiburones de la globalidad cristiana. Y la clientelar caridad eclesial no fue eficaz en la conservación del rebaño cuando nuevas explotaciones y nuevas acumulaciones se sobrepusieron.

        *** La economía campesina ya mantenía al Estado y su casta religioso-militar. Ahora debe afrontar el mantenimiento de un nuevo tren de vida y un tempo distinto de acumulación. Estas nuevas expectativas de gloria y poder de unos aspirantes a nuevos ricos, especialmente ávidos, están menos ligadas al lugar de explotación. Sienten en principio a sus súbditos tan "otros" y ajenos, que los hacen merecedores de todos los desprecios por su interesada inferioridad, culpa y estirpe demoniaca. Así han de soportar y mantener dos estratos históricos de caciques, uno de ellos "doble"; todo lo cual contribuyó al exterminio.

        *** La diversidad geográfica y ecológica de Europa, su fragmentación en diversos actores de poder, aguanta el embate fanático religioso de las guerras de religión con una regulación moral inscrita en un espectáculo de mayor capacidad de destrucción, pero sabiendo que una masacre suscita pérdida de apoyos en la cambiante opinión pública de aldeas, burgos, cortes y palacios.

       *** La conciencia de clase, el espíritu señorial de estos curacas, patente en tantas declaraciones, encontró, al parecer, en los halagos de los conquistadores, como antes había sucedido con los Incas, una cierta compensación ante sus malogrados deseos de independencia.

        *** No hay más que ver las esperanzas de los Huancas de libertad al aliarse a Pizarro: sus descendientes reclamarán a la Corona intentando conservar sus dominios sin interferencias. También muchos súbditos tlaxcaltecas tendrían tiempo de arrepentirse.

        *** Las ventajas, en principio, de la nueva civilización para la inmensa mayoría de indígenas plebeyos son poco apreciables, especialmente si relativizamos los logros euroasiáticos que no tendrían que pasar obligatoriamente por el peaje cristiano. Sólo hubo generosidad con los gusanos, pues el horror, más que en matar santa y heroicamente, está en sustraer su divina ración a los gusanos de la tierra, cosa que a las víctimas de los cristianos debe dar eterno consuelo.

        *** La grandeza del vencido engrandece al griego vencedor. El carácter demoníaco atribuido al idólatra da rienda suelta a la inhumanidad del conquistador. Los esclavistas con un deje exterminador no tienen ningún cargo de conciencia por la matanza gracias a la póliza sagrada. Es merecida la esclavitud de los fugitivos del Amor, infrahumanos en proporción a la divinidad de los Elegidos. La trampa fabuladora animista los dejó inermes ante los animistas totalitarios. La Santa Madre Iglesia contra la Pacha Mama. Van como un torrente hasta converger en el Uno. El dinero hace circular la catolicísima vocación de fluir su poderío concéntrico hacia todos los lados del Universo.

        *** Hay continuidad secular en sus cruzadas (toma de Jerusalén-Tenochtitlan-Badajoz), reconquistas de bandas de saqueadores, violadores, asesinos, exterminadores y ecocidas europeos. Para ello, nada mejor que, de entrada, conmoción y pavor, mientras les destruyen bosques y ciudades para su desarraigo, les saquean sus bienes para una orfandad sometiente a un puro sobrevivir sin limosnero clientelismo de la miseria.

        *** No es un genocidio con la planificación militar, precisión y puntualidad de los trenes camino de los campos de exterminio, pero tampoco parece una simple conquista, tras singular batalla, de la cabecera de un reino. Hay un rosario de matanzas y maltratos que se suman al global viricidio, aunque no se generalicen en tiempo y lugar. El encontronazo es a todos los niveles; la asimilación es chirriante desde el primer momento en usos y creencias. El totalitarismo cristiano no era, precisamente, un obstáculo para contener su mismo ímpetu conquistador que lleva más de un milenio alentando una Iglesia de siervos incontables. No será ésta quien ponga en duda la nueva servidumbre suya. El Amor es Ella. La servidumbre es Amor al servirla.

        *** Cruces e iglesias monumentan las tropelías e inflaman el troquel del Amor ciento por uno, el totalitarismo de la mentira organizada. Santos nombres de epónima sangre y topónimos para una santa conquista, símbolos de la imposición en busca de intimidar hasta ese Respeto que les lava las manos. El bimilenario "síndrome de Estocolmo" ataca como vaticanitis aguda para que los hijos de los erradicados escupan en los yertos racimos de sus ancestros, glorificados ahora en la mano paternal del asesino munífico. El mayor botín va a la Iglesia censora para que Bartolo sea el único que toque la flauta mágica mientras goza de rentas y copiosos rebaños que él trata de salvaguardar para los botineros plus ultra que sólo ven la inmediatez. Un botinazgo sostenible sin salirse del reino del botín; una indecente lección que sigue venciendo. Haya paz cuando llegue la hora del reparto; que los saqueadores no se apliquen entre si la choriza lógica del esforzado brazo de Dios.

        *** Mientras haya en los nuevos rebaños de la espada cruzada quien pague el expolio material con la sujeción personal, el Vaticano, como botinero árbitro, incentivará la ilusión de un pillaje para todos. El crimen es la institución básica del bautizo. Los pueblos “primitivos” han de ser barridos por el monoteísmo por ser éste más “moral”, como testimonia su triunfo en el campo de batalla. El compendio inmoral de la Moralidad en píldoras comerciales ya es tradición esclavista totalizante. Se ha fogueado en tradiciones y contextos que no han ahogado del todo la contestación, a su pesar, pero es lo que le da la necesaria diligencia para campar en todos los nidos.

        *** Parafraseando al Gran Guía, la conquista de los nuevos matarifes se podría esbozar como el cacicato más la "electricidad" (pólvora, caballos, fabulación cruzada, compañías mercantiles de iniciativa privada y patronazgo monárquico-eclesial). Condiciones de trabajo y alimentación, golpes y humillaciones, humildísima tristeza inmunológica. Esto no es un mito.

        *** Pasado el tiempo, vendrán nuevas gentes, y los descendientes enlazarán otras historias en nuevos mestizajes, que no pueden hacer olvidar que la herida abierta hace 500 años aún no se ha cerrado y sigue siendo pasto de revisionismo y mitificaciones del pasado. No hay más que comparar aún las facciones y color de piel de los presidiarios con la de los parlamentarios en mucho países de Abia Yala.

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        Posdata.- Dejo espacio para que otros puedan debatir a placer el cuestionamiento "científico" de la evolución; el aborto de ricos y modernos; la justa lid que mantiene hoy día las mujeres y hombres; seres humanos sin cerebro; inundaciones transmilenarias; inenjuiciables fechorías del pasado; la adoración genetista anulando la naturaleza cultural y moral del ser humano, su evolución; la naturalidad genética del ojo por ojo; la hipóstasis Natural en el crimen y la líbido vengativa, que se nos vende como justicia; el patriotismo historicista cristiano en su magna burbuja sectaria haciendo depender de sus crímenes la llegada providencial del Amor... Hay en la vida otros enfoques más estimulantes para el escaso tiempo que nos queda. ¡Agur!






        LOS AZTECAS --- José Alcina Franch (Historia-16).

              1.519-    25.200.000
        1.532-    16.800.000
        1.549-      6.300.000
        1.568-      2.600.000
        1.580-      1.900.000
        1.605-         
800.000 supervivientes.

        *** Virus pertinaces que no segregan, al perecer, antitoxinas inmunizantes en un siglo. La vírica caballería cristiana cabalga vanagloriante hacia el exterminio irresponsable. Ya su historicismo taponará nuestra dignidad moral. Así como las guerras nucleares empequeñecen a las guerras tradicionales, haciéndolas parecer casi tolerables, el exterminio feudal-cristiano se camufla, en muchos casos, en la megamortandad vírica de los cuerpos remaltratados.



        Huitzilihuitl pudo desarrollar un comercio mucho más intenso que en tiempos de su padre, mientras elabora y transforma la ideas religiosas de su pueblo, tomando préstamos, especialmente de los toltecas.

        *** No les dejaron tomar préstamos de los filósofos griegos, de los chinos, hindúes, zoroastristas... Sólo pueden tener una odiosa e impagable hipoteca de los usureros del ciento por uno.



        "Tlacaélel realizó una fundamental reforma en los campos político, social, histórico y religioso. Con él nace una visión místico-guerrera del pueblo azteca, que se considera a sí mismo como pueblo elegido del Sol". (León-Portilla). .

        *** No hay más Pueblo Elegido que el que elige la pólvora o la bomba atómica.



        Remediar el trágico final del Quinto Sol, mediante los sacrificios humanos, daba toda una razón mística a un fin político inmediato: la conquista de todos los pueblo vecinos.

        *** Después, estos sacrificios será la razón mística para la conquista de esos mismos pueblos, de otros muchos, de exterminio y esclavitudes....



        Aunque acepta la imposición mexica de su dios Huitzilopochtli, desarrolla ocultamente la creencia en un dios supremo, sin cuerpo ni imagen y del que no hay, en consecuencia, estatuas o pinturas, ni existe la posibilidad de ceremonias y rituales. Este tipo de reforma religiosa no podía alcanzar a la masa popular. Debemos suponer que estas ideas se desarrollaron sobre todo en un medio intelectual muy refinado, pero que sólo trascendieron a una minoría de sacerdotes, señores y poetas en torno al tlatoani.

        *** No hacían más que evolucionar hacia el Ser Supremo todo Poder y Bondad a la par del supremo Emperador de una doble conquista... El "interruptus" cristiano les deja muy mala imagen frente a ellos que no tuvieron "interruptus" mientras bautizaban, plagiaban y recuperaban lo perseguido, toda la mies crecida en sus feudos conquistados. (También el Yavhé cananeo -El, Elohim- prescribía sacrificios humano (Abraham-Isaac), pero le dejaron tiempo de soltar lastre y empezar a patentar el Amor para acopiar nuevas patentes y apocalipsis).



        Los tarascos, huastecos, totonacas, mixtecos y zapotecos vivían en el momento de máxima expansión azteca, sus propias y particulares. El rey tarasco Caltzontzin se sometería a los españoles, muriendo poco después (1.532) condenado por Nuño de Guzmán.

        *** También sus súbditos pagarán por las culpas aztecas; serán incluidos en el conjunto para imponerles el lote de lanzamiento de la Verdadera Fe.



       El pueblo huasteco belicoso y bárbaro en muchos aspectos supo resistir con éxito no sólo el persistente ataque de los aztecas sino también los primeros intentos de conquista por parte de los españoles.

        *** Pero los "nuevos aztecas" de tez clara eran más Elegidos que los otros.



        La esclavitud en el mundo azteca era más que una clase social, una situación temporal a la que se llegaba o bien como castigo a ciertos delitos, o bien por voluntad propia, o bien como consecuencia de un acto de guerra. El esclavo y su dueño establecían una especie de contrato por el cual el tlacotin se obligaba a unos ciertos trabajos sin que su propio estado le impidiese adquirir bienes, tener familia o incluso comprar a su vez otros esclavos.

        *** Comparemos con la esclavitud de africanos en las plantaciones e ingenios de América, eso que, acríticamente, llaman hoy en día libertad y derechos humanos los partidos nazi-católicos del cortijo celtibérico.

        Al ser comprado y conducidos, podían huir y si traspasaban las puertas del mercado refugiándose en Palacio se consideraban libres. Quedaban también en libertad por voluntad de sus dueños o por restitución de la cantidad que sus dueños habían pagado o por sustitución de otra persona. Su posición social no era tan ínfima como en otros lugares, si tenemos en cuenta que muchas veces casaban con la viuda del dueño o la esclava con su propio amo. El trabajo no era excesivo. En algunos casos los esclavos rebeldes recibían, como castigo, un yugo de madera y en casos extremos eran vendidos para los sacrificios humanos en los templos.

        La partera recibía al recién nacido con largos discursos de carácter moral: "Debes saber que el mundo en el cual acabas de entrar es triste, doloroso y está hecho de penas y desgracias. Es un valle de lágrimas y cuando seas mayor tendrás que ganarte tu sustento con tus propias manos y al precio de grandes aflicciones..".

        *** Preparad los caminos del nuevo Señor... El mismo servil pesimismo antropológico "mesopotámico" únese en este traumático y gregario relevo que supuso la Conquista.



        En la medicina se manifestaba un tendencia ostensible a poner énfasis excesivo en los elementos racionales de las prácticas curativas. Una larga lista de sustancias medicamentosas...

        *** ¿No les servía el santo osario, reliquias, novenas, escapularios, indulgencias, bulas, imposición de manos, rezos y misas... ni las sangrías...?



        Muy pocas veces disponían de carne de venado o de pavo, las que ordinariamente estaban reservadas para los nobles.

        Los hijos de todos los miembros de la sociedad, ya fueran nobles o plebeyos, recibían un mismo tipo de educación fundamental. Esta instrucción se impartía en los templos y escuelas del barrio. Consistía básicamente en conocimientos relativos a la religión, combinados con una instrucción militar junto con deberes de carácter servil, encaminados a dominar el carácter individual hasta hacerles humillarse de tal manera que la obediencia a los jefes militares se hallase por encima de cualquier otro sentimiento.

        Los que tenían vocación religiosa pasaban al Calmenac. Se tenía a gala la selección de los muchachos más inteligentes, pertenecientes a las mejores familias, que eran sometidos a la más rígida disciplina con el fin de humillar su personalidad por medio de penitencias y una vida enormemente pobre y dura en lo físico, reprimiendo todo lo que favoreciese la sensualidad, exaltando, por el contrario, lo espiritual hasta un grado máximo, el autosacrificio y la abnegación, la oración constante, el autodominio y la inteligencia.

        *** Preparad los caminos del nuevo Señor... Convergencia pecuaria que salpicará tarde o temprano a los indios indolentes, desvergonzados y selváticos. El valle de lágrimas es el que lava más blanco.



       Se trata de sociedades en un proceso evolutivo muy rápido.

        *** Cualquier tipo de encuentro podría acelerar esa evolución de forma más autónoma, en dirección más inter-civilizada, sobre todo si hay vacas, cerdos, cabras... que llevarse a la boca. Pero no hubo encuentro, sino encontronazo con grandes y pequeños, con víctimas y verdugos, con guerreros y cazadores, pueblos estratificados y primitivos... No puede quedar nada más que la Verdad de la erradicación. Como Siempre.



        Tomada la decisión de declarar la guerra a un determinado pueblo, no se iba a la batalla de un modo inmediato. Por el contrario se daban muchos pasos antes de tal hecho, encaminados a obtener por medios pacíficos reparación a los insultos o a conseguir los objetivos propuestos al tomar tal decisión. Es así cómo, antes de la declaración formal de guerra, visitaban al enemigo, los eran portadores de mantas, rodelas y armas, que simbolizaban un deseo de conquista, si bien a continuación de cada una de esas visitas se daba un plazo de veinte días a los enemigos para que decidiesen someterse o no.

        Si algún panegirista metiese la patita mercal en este hallazgo, estaria glosando a posteriori la providente invención de la Paz de Dios, que ya existía de uno u otro modo, con este u otro nombre, en todas las sociedades sin la oportuna capitalización de alguna casta que no deja alternativa a su traumático patrocinio para justificarse en su persecución monopolista.

        Era solamente cuando se habían consumido esos tres plazos cuando se iba decididamente a la guerra y aun entonces había que aguardar a que los sacerdotes determinasen el día más favorable para la batalla. La guerra, por consiguiente, no se concebía como un acto de sorpresa, sino como un combate de carácter caballeresco en el que lo que más importaba no era tanto vencer al enemigo, como vencerlo habiéndole dado toda clase de oportunidades.

       El combate era, en general, desordenado y se descomponía fácilmente en duelos y luchas de carácter personal, en las que se perseguía sobre todo la captura de prisioneros, antes que la muerte de los enemigos.

        Los casos de aborto se castigaban con la muerte no solamente a la madre sino a todos los cómplices.

        *** Por los menos eran decididos partidarios de la "cultura de la vida". Para reponer el matadero imperial no tendrían otra opción.



        Muchos de los festivales mensuales incluían sacrificios de hombres para alimentar a los dioses. Esta costumbre fue un instrumento de conquista política mediante el terror. Aplicada masivamente permitió hacer un correctivo del crecimiento de la población y obtener proteínas animales de las que carecían la población del área central de México.(González Torres), (El aborto acarrea la muerte de la madre).

        *** Consecuencia lógica de la "cultura de la vida" es la vida ganadera: tras el engorde arrebatado ha de sacrificar a lo Alto los cebos de su desmesura.



       Como dice Pedro Carrasco, "los sacrificios humanos se hacen comprensibles a base de las ideas sobre el destino de los muertos. Todos los muertos se convierten en dioses (teteo). El nombre teteo se aplica a los muertos que van al Mictlan o infierno; las mujeres muertas en parto son las diosas y el cautivo sacrificado es el dios cautivo. La manera de tratar durante las ceremonias a la futura víctima del sacrificio y la manera de darle muerte indican claramente que se la identifica con la deidad a la cual se le sacrifica, o que se va a sumar a la hueste de dioses menores dependientes de esa deidad. Se trata de ideas semejantes a la de la comunión cristiana, incorporar a la divinidad a través del cuerpo del sacrificado".

        *** Las víctimas de los autos de fe y los masacrados infieles serán torturadas eternamente por los padecimientos infinitos del Infierno eterno. Mientras tanto, rollizos curas y monjes engullen las ofrendas de ganado que les evitan competir con los gusanos funerarios por la vitualla humana.



       La poesía tenía como contenido principal la exaltación de los grandes mitos en los que los personajes principales son las más destacadas divinidades. Sin embargo, más allá de los grandes mitos de la religión oficial, especialmente tenochca, se estaba desarrollando un pensamiento filosófico o religioso que remarcaba especialmente el carácter espiritual, intimista y humano de la relación entre los hombres y la divinidad suprema.

        *** La gastada vendeja ha de lustrarse, expandirse hacia el interior clientelar: nuevos territorios de reconquista, recuperación, intensificación en el aro mayúsculo. Pero no llegó a cuajar; el "interruptus" cristiano inutilizó esa mercancía que nadie puede tener sin el providente concurso de sus masacres, pues nadie más puede sobrevivir a su comercio... militar, por supuesto. Como dicen ahora, el Tercer Mundo no necesita industria, pues ya la tiene el prohibidor Primer Mundo.



         Como en tantas otras ocasiones, los frailes españoles nos han hurtado una parte muy interesante de la poesía nahuatl: la poesía satírica o burlesca. Fray Diego Durán: "También había otro baile tan agudillo y deshonesto que tira casi al baile de esta zarabanda que nuestros naturales usan con tantos meneos y visajes y deshonestas monerías, que fácilmente se verá ser el baile de mujeres deshonestas y de hombres livianos; llamábanle Cuecuechcuicatl, que quiere decir cosquilloso o de comezón.

        *** Es que se empieza con el meneo y se acaba en los sacrificios humanos o algún rojerío extraño... Por eso hay que erradicar los meneos taínos, caribes, mapuches y otros muchos que, al menearse, no van a salir en la foto de la Historia.



       Bernal Díaz del Castillo habla con frecuencia de las amoxcalli o casas de códices, así como de los escribas o pintores que los confeccionaban los tlacuiloque, e igualmente hace referencia a los códices donde se contenían múltiples informaciones, entre las que no eran las menos importantes las relativas a las cuentas de los impuestos. "Acuérdome que era en aquel tiempo su mayordomo mayor de Motecuhzoma un gran cacique que le pusimos por nombre Tapia y tenía rentas que le traían a Motecuhzoma, con sus libros, hechos de papel que se dice amal y tenían de estos libros una gran casa de ellos".

        De ello se deduce que los códices que han llegado a nuestra manos no son más que una mínima expresión de los que en tiempos de la conquista existirían por todas partes del imperio.

        "Se bañaba todos los días y por esto había tantos baños en sus palacios... "

        *** Así se favorecía una mayor densidad de población; en cambio, la mortificadora suciedad corporal del cristianísimo valle de lágrimas contrapesaba la voracidad ponedora de la "cultura de la vida" con epidemias fruto de su falta de higiene. Los valores epidémicos nos suben el precio del Amor ahora que los mercados conciliares dicen temer al contagio de su propia virulencia, y los moribundos piden la gracia a los infectadores.



        "De todos estos palacios, jardines y bosques no ha quedado otra cosa que el bosque de Chapultepec, que conservaron los virreyes para su recreo. Todo lo demás fue destruido por los conquistadores, quienes arruinaron los edificios más suntuosos de la antigüedad mexicana, ya por un celo indiscreto de religión, ya por venganza, y ya por aprovecharse de los materiales. Abandonaron el cultivo de los jardines reales, talaron los bosques y redujeron el país de Anáhuac a tal estado, que no podría hoy creerse la opulencia de sus reyes, si no constase por el testimonio de los mismos que lo conquistaron". (Mariano Veitia. Historia Antigua de México).

 




        LOS ARGONAUTAS DEL PACÍFICO --- Bronislaw Malinowski.-

        Si se hace que la vida pierda su atractivo para una persona, sea salvaje y civilizada, se le corta la raíz de la vitalidad. La rápida extinción de la poblaciones indígenas, estoy profundamente convencido, se debe más bien a la interferencia gratuita en sus placeres y ocupaciones normales, a la corrupción de su alegría de vivir tal como ellos la entendían, que a cualquier otra causa. En las Trobriand, por ejemplo, el jefe siempre había sido el organizador de todas las grandes festividades tribales. Recibían grandes contribuciones de los plebeyos, pero empleaba toda su riqueza en los grandes repartos ceremoniales... (...) Éstos eran los placeres en que los indígenas encontraban verdadero deleite y lo que en gran medida les daban sentido a sus vidas... (...) La pérdida del interés por la vida, que liga a los miembros de una comunidad a la existencia, provocará una renuncia radical al deseo de vivir y, como consecuencia, los convertirá en víctimas fáciles de cualquier enfermedad, así como debilitará su multiplicación y reproducción. (...) Es fácil pasar los propios vicios a un individuo de una raza y una cultura diferentes; pero nada es tan difícil de impartir como un auténtico interés por los juegos y diversiones de otro pueblo.

        Cuando el misionero se puso en camino los indígenas no le dejaron pasar y sólo ante la amenaza de que el juez los castigaría se les obligó abandonar temporalmente la aldea y de este modo permitirle que confiscara la vasija. Pocos días más tarde el misionero tomó posesión de la vasija y la rompió. Los autores continúan diciendo que, después de este incidente, "todo el mundo estuvo contento y feliz"; excepto, podría añadirse, los indígenas y quienes vieran que tal comportamiento conducía a la rápida destrucción de la cultura indígena y, en último término, a la desintegración de la raza.




        LOS ROSTROS DE LA PLEBE --- Alberto Flores Galindo.-

        Los seguidores del Toqui Onkoy no querían volver al tiempo de los incas, sino que predicaban la resurrección de las huacas, es decir, la divinidades locales. La vuelta del pasado, pero todavía como tiempo anterior a los incas. (...) En 1.580 el recuerdo de los incas estaba asociado todavía con las guerras, la sujeción forzosa de las yanaconas para trabajar tierras de la aristocracia cuzqueña, el traslado masivo de poblaciones bajo el sistema de mitimaes. (...) Vieron en los españoles a posibles liberadores de la opresión cuzqueña. Al poco tiempo se desilusionaron pero las atrocidades de la conquista no hicieron olvidar fácilmente las incaicas.

        Muerte se volvió equivalente de conquista. Las guerras, la propalación de epidemias, las nuevas jornadas de trabajo. Potosí se convierte en la imaginación de los vencidos en una especie de monstruo que absorbe cuerpos a las profundidades de la tierra. En todo esto hubo un elemento consciente. La violencia fue una forma de dominio. Cualquier establecimiento español comenzaba por edificar una horca. Su condición de minoría, temerosa de una sublevación, llevó a que los españoles desplegasen prácticas crueles con los indios. Los perros de Melchor Verdugo, encomendero de Cajamarca, persiguiendo y despedazando cuerpos, no son una referencia aislada. Fue así desde el inicio: la mortandad innecesaria, hasta el cansancio...

        Bajo la inspiración del mismo virrey que terminó con la resistencia en Vilcabamba, se propaló una visión del pasado andino opuesta a la de Las Casas, con la finalidad de justificar la conquista. Toledo enroló para este proyecto a Sarmiento de Gamboa, autor de la Historia Índica. En esa crónica los incas aparecen como gobernantes recientes, tiranos y usurpadores, que expanden el imperio por la fuerza, a costa de los derechos de otros monarcas más antiguos y tradicionales. Habían arrebatado el poder. Los conquistadores, por lo tanto, no tenían que respetar ningún derecho porque no existía. Al expulsar a los incas, en todo caso, estarían reparando una injusticia anterior. Pero había todavía más en el discurso toledano: los incas eran idólatras, convivían con el diablo, ejecutaban sacrificios humanos y, por último, practicaban la sodomía.

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       W.L. Sherman: “En Aguatega se castigó a 200 indios: a una tercera parte les pusieron en una gran cabaña y los quemaron vivos; los perros despedazaron a otra tercera parte; a los restantes les sacaron los ojos, les cortaron los brazos y fueron víctimas de otras crueldades.”

       Pedro Mártir, durante la conquista de Panamá “los nuestros de un golpe quitaban a éste las nalgas, o aquel el muslo, a otros los hombros; como animales brutos perecieron seiscientos de ellos, junto con el cacique… Entonces mandó echarles los perros que destrozaron a unos cuarenta.”

       Juan de Turuegano, soldado de Alonso de Alvarado: “Tomaron los xrisptianos a vida 100 i mataron más de 30, i a los que tomaron a vida les cortaron a unos brazos, i a otros las narices, i a las mujeres las tetas; i los tornaron a enviar a los enemigos, porque viesen que los que quisiesen ser más rebeldes havian de pasar por aquel cuchillo.”

       William Wood, Nueva Inglaterra, 1.634: “El Señor puso fin a sus luchas castigándolos con la viruela… así el Señor apaciguó su espíritu peleador e hizo espacio para la siguiente parte de su ejército.”

       Thomas Gage, Guatemala: “Muy pocos españoles quedaron contagiados; pero por lo general afectó a los indios.”

       Sir Jeffrey Amherst, 1.763: “Harás bien en inocular a los indios usando mantas o intentar cualquier otro método que te pueda servir para extirpar esa raza execrable.”



       LA CONQUISTA BIOLÓGICA. LAS ENFERMEDADES EN EL NUEVO MUNDONoble David Cook

       Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán, molesto por la insistencia de las denuncias de Bartolomé de las Casas, recuerda a sus lectores en Recordación Florida que el fraile dominico no habían mencionado las enfermedades del Viejo Mundo como causa de la mortalidad de los indios.

       El gobernador explica que había retirado a los esclavos enfermos de las minas para ayudarles en su cura y que había ordenado a los encomenderos que les proporcionaran comida y medicinas hasta que se encontraran bien, y que no les obligaran a realizar sus trabajos habituales.

       Muchos colonos estaban endeudados y que la producción de oro estaba estancada: “procede de haverse muerto de enfermedad...”

       Parece que introdujeron un brote de viruela esclavos infectados, importados de La Española por el obispo de Santa Fe de Bogotá Juan de los Barrios.

       *** El cristiano Amor... a la esclavitud no desmerece la verbosidad de sus patentes inderruibles por los crudos hechos. El amor sigue teniendo etiqueta, marca de secta, y los esclavistas lo saben. Por eso, el ciclo de la acumulación de amor para el Amor esclavista está garantizado.

       La rapidez de de la diseminación de la enfermedad depende de varios factores, entre los cuales destaca la densidad de población… Condujo a los oficiales españoles a congregar a los indios en poblados. Los clérigos y los burócratas habían defendido ya con anterioridad este tipo de concentraciones… Diseñado para crear una utopía cristiana en el Nuevo Mundo… de forma que se les pudiera vigilar más de cerca, indoctrinar y gravar con impuestos.

       Los chamanes fueron capaces de convencer a los tupinambas de que los jesuitas eran la causa de la muerte y la destrucción. Pires explica que los indios huían de ellos como si fueran la personificación de la muerte.

       El jesuita pensaba que sufrían la pestilencia por voluntad divina y que Dios tenía la intención de conceder la salvación eterna a aquellos que sufrían… La enfermedad había terminado con los malvados, quienes habían recibido el “castigo de Dios”, mientras los que ya estaban cristianizados habían sido “llamados por Él”.

       El chamán Santo promovió el movimiento mesiánico de Santidade… “su dios les redimiría de la esclavitud y les haría dueños de los blancos, quienes se convertirían en sus esclavos.” Se les advertía que no tenían que plantar, pues el alimento crecería sin trabajo y “los blancos se convertirían en la caza de la que se alimentarían.”

       El hecho de que los jesuitas parecían prosperar mientras los indígenas seguían muriendo provocó un profundo impacto emocional… Los indígenas temían a los jesuitas y los consideraban demonios y brujos que habían generado la enfermedad para conquistarles.

       Una de las primeras medidas adoptadas por los europeos al entrar en contacto con los pueblos no cristianizados de América fue la de despojar de su autoridad a los sacerdotes y chamanes indígenas, ya que eran ellos los guardianes de lo que se consideraba el viejo saber demoniaco.

       Cuando se hizo evidente el desastre de la conquista y la subyugación a un régimen colonial de trabajo forzado o semiforzado, los amerindios tendían a dirigir su furia hacia los sacerdotes cristianos. Se pedía a las viejas fuerzas que volvieran a traer una edad mejor y que les liberaran del yugo de los extranjeros.

       Albornoz se había enterado que los indígenas creían “que los españoles desta tierra se acabarían presto porque las guacas les ordenarían enfermedades a todos para matarlos, a todos los quales estavan henojados con los yndios porque se habían vuelto cristianos, e que si querían los yndios que no les viiese enfermedades ni muertesw ino toda salud y aumento de bienes que renegasen del cristianismo que avían resçevido e no se llamasen nombres de cristianos ni comiesen ni se vistiesen cosas de Castilla.”

       La propagación de la enfermedad abrió grandes parcelas de terreno… Los extranjeros que llegaron después se aprovecharon de lo que parecían ser campos vírgenes y despoblados que la Providencia Divina había preparado para “los elegidos”, los heraldos de la nueva civilización. La justificación cristiana…

       Por lo menos, los españoles se lamentaban de la desaparición de los amerindios… Incluso colonos tan desalmados como Pedro de Alvarado reconocieron que tenían mucho que perder, y mucho que ganar si los indígenas sobrevivían para labrar sus tierras, trabajar en sus minas y en sus casas.

       Los primeros españoles que llegaron al Caribe estaban menos preocupados por el bienestar de los amerindios que aquellos que llegaron medio siglo más tarde.

       Posiblemente más del 90% de la población amerindia desapareció a causa de la enfermedades contagiosas que introdujeron los extranjeros.

       Tenemos ejemplos concretos de la guerra de los gérmenes en los siglos XVIII y XIX; los colonos anglosajones les dieron a los indios mantas infectadas con el virus de la viruela…. En el siglo XX colonos y mineros brasileños llevan infecciones de manera intencionada a los grupos indígenas cuyas tierras codician. No existen pruebas de que, durante la época colonial, los españoles intentaran de forma deliberada contagiar a los amerindios, especialmente a partir de finales del siglo XVI, cuando las poblaciones indígenas habían disminuido tanto en los centros principales de asentamiento: México y las tierras andinas.

       Ayllón comisionó a Francisco Gordillo y a Pedro de Quejo, quienes ofrecieron informes prometedores sobre una tierra, supuestamente rica, llamada Chicora.




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