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INTERVENCIONES EN FORO SOBRE ATEÍSMO
ABORTO y VIDA DADORA DE VIDA


Asunto: Materialismo dialéctico y vida
Fecha: Jueves, 20 de Enero de 2.000 20:23:46 +0100

> Si bien el aborto no parece entrar en conflicto abierto con esas leyes (aunque la idea de un
> ser humano decidiendo sobre la vida de otro ser humano adosado en su vientre no me parece del todo
> tranquilizadora
> sea ateo o no. NO acabo de ver claro eso de que somos dueños de decidir sobre la vida que
> engendramos. El mismo termino dueño, si bien esta usado como capacidad de autonomia y decisión
> me tiene algo de dominación y dictado del poderoso sobre el debil.

        *** Tan "débil" que no existe como entidad vital y social autónoma. No es débil, sino una parte inconsciente de un todo consciente no dominado por Leyes que le tengan ya escrito. Se los iguala en función del potencial vital de la parte, pero ésta no reside en un Ente ideológico externo, sino en un potencial reproductor. Esto no puede ser una trampa que condicione su posibilidad de dar vida y someta la soberanía personal a la "cultura de la vida". Con todas nuestra determinaciones físicas, somos ante todo una especie cultural en un proceso de emancipación de algunos condicionantes en que la "vida" es tan sólo soporte de la conciencia que culturalmente construimos todos los días con nuestros empeños o, por contra, sometimientos a definiciones fósiles de lo que es la "naturaleza humana" sujetas a Leyes, sean divinas o "naturales", siempre con la losa de una inmanencia a cuestas como ventajismo a la hora de razonar. Repensemos cuantas "naturalezas humanas eternas" y volátiles se han gestado a los largo de la historia para ver si necesitamos reconstruir la enésima "naturaleza humana intemporal" a la que debamos pleitesía.

> El tema de la clonación y la eugenesia si me preocupa realmente con respetcto a la leyes naturales.

        *** Especialmente si revientan las "leyes naturales" y resulta que apelar a ellas no ha sido el antídoto eficaz para prevenir las aberraciones por venir.

> No conocemos los resultados a medio y largo plazo de las manipulaciones que podríamos realizar,
> fueran bienintencionadas o no, en le campo de la genetica: la eugenesia y la clonación se presentan
> como sorprendentes y amenazadoras perspectivas de un futuro que casi está aquí.

        *** No es muy difícil de prever el resultado de las manipulaciones: prácticamente, habrá de todo. O sea, los más útiles y, aparentemente, maravillosos resultados, y, también, los más horrendos y aberrantes, con todos los tonos intermedios y amalgamas posibles. Pero la batalla no sólo está ahí, sino en otro campo más político-moral (valga la redundancia).

> Si bien no existen dioses a quien rendir cuentas debemos tener en cuenta la posible situación en la
> que quedarán nuestros nietos.

         *** Ese recordatorio era el peaje de milenios de secuestro de la ética por parte de los comerciantes del rito mágico que garantiza y proclama su excelencia moral. Sin fe en dioses, se abría una dualidad abismal y fatal: "perdida la fe, todo vale". O cuando nos comen la moral fiando su desinteresada bondad a superlativos premios y atroces castigos. Al final, acaban por hacerles creer que todos son de su condición y sólo por ese palo-zanahoria se funciona. Una vez se nos recuerda que estamos sin "frenos", poca soberanía queda para juzgar sin aprioris heterómanos sustentados en autobombo.

> El tema de los temas es lo que ya planteas arriba: ¿qué somos?. Así sabremos que debemos y
> podemos hacer.

        *** Pues así planteado, puede pensarse que más bien súbditos de esas Leyes Naturales, esa esencia intemporal que pide fidelidad a un pasado hipostasiado. Con ese "¿qué somos?" casi siempre se suele hablar del "¿qué hemos sido?", y la pregunta más oportuna, a la luz de deseos, condicionantes y posibilidades, es, me parece, qué queremos ser, y, sobre todo, las condiciones en que se van a tomar las decisiones. El pasado es información para tomar decisiones; no una condena o un a priori con ventaja, por muy "natural" que se venda.

> Y para mi somos el mejor reflejo de las Maravillosas Leyes de la Naturaleza (Tachán!!!).

        *** Demasiadas mayúsculas para una indomable pequeñez.



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Asunto: Re: derechos humanos e higiene social
Fecha: Lunes, 24 de Enero de 2.000 20:45:43 +0100

> > - ¿El derecho del hombre a compartir y ser coautor de las decisiones que se tomen -dado que aportó > > el semen y tiene derechos de autor y de copia y responsabilidades sobre la criatura?

        *** Si va a ser cogestante y coparidor, todavía; pero, si no, su precioso semen no es autor de nada firme, y ese derecho de propiedad sobre el cuerpo ajeno en base al aporte celular me parece abusivo.

> no se trata del derecho de propiedad sino del derecho a ser parte a tener en cuenta en la
> decisión, aún sabiendo que el voto de calidad lo detenta la mujer ya que es la principal implicada (esto
> se lía).

        *** Eso quiere decir, justamente, que no se tiene ningún derecho al cuerpo ajeno, pero sí a pedir ser consecuente respecto a lo acordado al formar una pareja. Si la decisión soberana de la mujer no gusta, el varón está en su perfecto derecho de abandonar la citada pareja. Es obvio que nadie preconiza el anonadamiento de la opinión de nadie, sino de un derecho de propiedad cuando anda de por medio la integridad física de otra persona.

 > > Imaginate ser pequeño e imposibilitado de dar tu opinión.

        *** No da su opinión, porque no la tiene. No ha vivido, luego no se puede formar una opinión, no hay inmanencia, ni esencia, ni preexistencia, sólo hay portavoces que hablan por "él" y por su vida. ¿Y los demás espermatozoides y óvulos no se merecen una ONG cuando todavía están solitarios y son igualmente posible futuro como el cigoto?, ¿no están también imposibilitados de dar opinión, y además sin tener voceros? ¿No se merecen esa dramática y fantástica jugada de personificación e identificación del "imagínate ser pequeño e imposibilitado de dar una opinión"?.

> hombre, compararme el valor de un espermatozoide con el de un ovulo fecundado por un
> espermatozoide es rebajar la cuestión a lo absurdo.

        *** El espermatozoide y el óvulo son los que forman el óvulo fecundado, pues también el óvulo y el espermatozoide son potencialmente vida; sin ellos no hay cigoto, y ahí también cuenta la voluntad humana para desencadenar un proceso que lleva al alumbramiento de un ser querido. Es así de absurdo hablando de personas reales, no potenciales rebajadas al absurdo al igualarlas a un cigoto no deseado. Si la vida es el cigoto sin conciencia materna, se banaliza a fuerza de sacralizarlo. Tú pones el principio mecánico sobrehumano en un punto; los católicos lo ponen en el precigoto; y yo lo pongo en la voluntad consciente de la persona por alumbrar vida, no en una imposición accidental o ideológica. Lógicamente, todas las posturas pueden parecer absurdas para quien no las comparte. También podría ser absurdo comparar un espermatozoide que se cuela sin querer en el óvulo, con una persona a la que se quiere poner en la sociedad de un animal cultural responsable y consciente.

> EL espermatozoide en si mísmo no tiene gran valor: lo adquiere cuando es fecundador  o cuando con
> la ayuda de los otros logra romper la barrera que lo separa del ovulo. Esa es su finalidad: ser muchos
> para lograr su dificilisimoobjetivo. El ovulo igual, solo adquiere realmente su sentido pleno cuando es
> fecundado

        *** No tiene valor según tú opinión, pero sin él no hay fecundación. Es por eso que lo mismo que tu pones un aplastante comienzo mecánico en un sitio, los católicos lo colocan en una parte anterior de la cadena. En tu argumentación "mecanicista" se pasa de la nada absurda al mágico sentido pleno, irreversible e inapelable. De igual manera, se puede decir que tampoco el cigoto tiene valor, hasta que la madre lo lleva adelante, hasta darlo a luz. Tan imprescindible para la vida es el cigoto, como el óvulo y el espermatozoide, o la madre que decide tirar para adelante. Tu opinión es de entrada tan convencional como la mía, pero tú estás arropado por milenios ideologizados y yo lo dejo todo en la responsabilidad de las personas reales que son las que tienen que apencar con la teorización de la vida.

> Me importa un bledo lo que le pupueda suceder a un ovulo o a un espermatozoide como me importa un
> bledo lo que le pueda suceder a un tomate en mitad de una autopista: nada.

        *** Lo que pasa es que si se junta un bledo masculino y otro femenino, al parecer, nos encontramos a millones de rostros vietnamitas con sus vidas ya hechas. Pasamos de la Nada al Todo en función de una determinación biológica en la que los humanos reales sólo le queda la opción de acatar la Ley Natural Extática (inevitablemente divina, o mayúscula si se prefiere). Se sacraliza el cigoto y se cosifica a la progenitora.

> Pero me preocupa relativamente el concepto SER HUMANO.

        *** Que en cuanto se queda embarazado es un pelele de conceptos definidores ajenos, de la Naturaleza hipostática, un ser en cuya reproducción se posterga la voluntad de ese minúsculo humano real, en mayúsculas en la definición, pero en la realidad subordinado.

> ¿Cuando comienza, cuando acaba?, cuales son sus características si es que se puede hablar de un
> solo SER HUMANO.

        *** En mi opinión, comienza con la voluntad consciente de dar vida, que es la conquista de un animal cultural que se emancipa de su destino ganadero. Lo cual, supongo, sería también tu opinión si todos los años por primavera debido a las concentraciones de polen tuvieses un embarazo múltiple sin tu consentimiento. Habría que verte con la barriga enfrentando las definiciones ajenas del SER HUMANO en base a la Natural polinización. O imaginemos a una transnacional de la biología que accidentalmente fecunde siete mil millones de óvulos. Podría convertirse en ultraplusmegasupergenocida si no es fiel ejecutora de la "cultura de la vida"... sobre la tierra exhausta. Ahora bien, si nadie se entera, podrían dar después lecciones "provida" a alguna mujer por un único óvulo fecundado, cuyo cuidado no pueda ser cargado a la empresa.

> Otra cuestión es si me preocuparía deshacerme de la vida de algunos
> seres humanos de exigua existencia por razones de higiene social, ahorro de recursos o mero interés
> puntual...

        *** Significativamente, se te olvida otra posibilidad para deshacer tus personificaciones: por soberanía personal (el ser o no ser de una antropología no tiránica), vista como "comodona" en una caricatura que lucha contra un amenazante "vacío" abismal. ("Si no existe Dios, todo es admisible" Ivan Karamazov). Después, vendrán los viejos, los niños, los inválidos... Es un viejísimo disco rayado, pero sigue dando vueltas.

> No tenemos agallas: eso es lo que nos pasa: no tenemos agallas. Por que no nos preocupa el tema o
> procuramos soslayarlo? POr que al otro lado no hay un rostro. Si no hay rostro no hay un ser humano
> y a un no-ser-humano se le puede liquidar sin mala conciencia.

        *** Ni hay rostro, ni sentimientos, ni inteligencia, ni vivencia, ni nada; en ese momento, sólo tus imaginaciones cayendo como losa culpabilizadora. Lo que hay es lo que se consigue al juntar espermatozoides y óvulos sin valor, como tú dices, sobre todo cuando hablamos de la importancia que tu otorgas en su totalidad al cigoto, pero no a la única persona no fantasmal, real, consciente, actuante convertida en una caja paridora sin ápice de voluntad para decidir, y amenazada por una criminalización pecuaria, por una militancia que propaga mala conciencia parida en ombligo ajeno. Si una mujer decide tener tres hijos, no es ninguna criminal si quiere utilizar un óvulo con 29 años y no uno con 16; sus hijos van a ser los mismos. Y quien diga lo contrario que adopte la consecuente lógica católica, ponga lo Natural a producir en cadena y no desperdicie ningún potencial reproductor o será puesta ante los pies de los caballos vietnamitas, hitlerianos o lo que se tercie, a gusto de algún culpabilizador, al parecer, vacunado contra el absurdo.

> LOs pilotos americanos, cuando bombardeaban Viet-Nam desde 5 qm sde altura hacían chistes acerca
> de lo que estaba pasando debajo de ellos (soldados, mujeres y niños muriendo destrozados o
> abrasados en napalm).

        *** Ejemplos culpabilizadores no faltan en el tradicional catálogo injurioso y demagógico; sólo falta sacar a colación las cámaras de gas para ir completando el repertorio. Sería más útil preocuparse de los fetos malformados de esas mismas mujeres. No es el camino más razonable de discusión. Se podría también desmenuzar y arrojar a la cara las más de 200.000 mujeres que mueren en embarazos indeseados todos los años y otras múltiples víctimas reales para embotar la discusión.
       
Comparar irónicamente el espermatozoide con el cigoto, según parece, no tiene valor, pero sí comparar el cigoto que una madre no quiere engendrar, por ahora, con millones de seres hechos y derechos masacrados. Eso, vaticanamente hablando, no es muy original.

> Solo cuando al cabo de unos años vieron imagenes de los resultados de sus asépticos bombardós
> comenzaron a darse cuenta y a sentir emociones. Algunosrealmente necesitaron volver al Viet-Nam y
> pedir perdón. Y eso qe lo que hicieron era razonable y patriótico para ellos. Pero al ver el rostro de la
> muerte

        *** ¿Has "visto" el rostro de los niños no nacidos porque las mujeres quedaron hipotecadas en momentos inoportunos por un embarazo no deseado? ¿Los niños que evitó engendrar una maternidad prematura? ¿O esos no conviene "verlos"?

> y las huellas de la destrucción creados por ellos no pudieron entonces evadir el problema. Necesitaron
> ver rostros humanos.

        *** También podrían ver los rostros de los fetos malformados, para opinar si esas mismas mujeres vietnamitas expuestas a gases teratógenos tendrían derecho al aborto, aunque quizás eso, siguiendo tus esquemas, las iguale a los genocidas aéreos.

> Desde el avión no pudieron empatizar. BAsta ver una imagen de un embrión (o como se llame)
> abortado y algo cambia en tucerebro.

        *** Eso depende del prejuicio, dicho en sentido literal, de cada uno. También se tendría que ver todos los fetos que no has puesto en circulación porque a tus espermatozoides, a los que inconsecuentemente no das rostro, no le has dado la misión Natural. Es la lógica católica, tremendista igualmente, sólo diferenciada porque tú pones el arco triunfal de la vida en otro mecanismo biológico a tu gusto. Lógica absurda sí, pero sólo un peldaño inferior a tu absurdo queriendo acorazarse al poner en nómina exclusiva un revuelto de fantasmas y víctimas.

> Por muy duro y materialista que uno sea algo cambia en tu cerebro.Has visto un (futuro) rostro y hay
> que tener mucho higado para asumirlo.  Cuando comas tu proximo pollo que sea tras haberlo
> acuchillado personalmente, ver su  sangre correr y ver al ave ahogarse en su propia sangre. Una vez
> vi morir a un cerdo en la matanza. ES sencillamente espantoso. El sabe que va a morir y chilla como un
> cerdo apunto de morir. Es espeluznate (sin embargo no impide que siga comiendo cerdo, lo reconozco).

        *** Espero que no se crea que se está haciendo "una modesta proposición" para inaugurar restaurantes con "Feto al ajillo" como plato estrella; que la gente aborta por espíritu olímpico, o que se alienta a alguna estajanovista del aborto presta a ingresar en esa Enciclopedia de la Memez Humana (el Guines). (Esto es ironía, lo aviso para evitar farragosos malentendidos). Lo que no es ironía es el tremendismo espeluznante de saber que estamos rodeados de millones de criminales, a juzgar por las estadísticas de abortos anuales, a los que los valientes denunciadores deberían ser capaces de decírselo en la cara a diestro y siniestro, y actuar en consecuencia, aunque le sean personas más próximas de lo que puedan suponer.
       
Cuando las burocracias eclesiales tomen asiento en la Pirámide mundial, cuando la superpoblación y el atranque ecológico nos pongan aún más contra la pared, toda la demagogia irá contra corriente, el absurdo será transparente, y el tremendismo pasado no será freno racional para los carniceros de las sobras de vida andante (De hecho esto último ya es visible si miramos a algunos atildados carniceros tercermundistas defendiendo la provida).

> Somos m,uy asepticos: la muerte que nos alimenta está lejos y no nos dice nada.

        *** Me remito a lo escrito por E., para que oigamos también otros gemidos, sufrimientos, y regulaciones natalistas "naturales" que no suscitan comestibles sanguinolentos y aéreos torpedos.

> Pero ahora estamos hablando de ser que podrían cabalmente ser seres humanos

         *** "Podrían", es un condicional, lo mismo podría un espermatozoide. No sé si puedes ver el sentido de la comparación. Es la misma lógica católica, (ya sé que me estoy repitiendo).

> con sus derechos humanos como yo o como tú. ¿Que no se enteran?, ¿Que no hay "inmanencia, ni
> esencia, ni preexistencia"?...  si me apuras tampoco la tiene un anciano decrepito, ni un niño de 3
> años, o

        *** Tiene una vida, una existencia, una experiencia, y una autonomía vital que no tiene el cigoto. La argumentación sí que está algo apurada.

> por lo menos simepre habría quien opinaría que un niño de 3 años no merece existir por que "ni piensa
> como un adulto ni razona ni produce ni nada de nada y además es un estorbo". ..

        *** Piensa y razona como un niño de tres años que no ocupa físicamente el cuerpo de nadie; tiene autonomía, entidad social y ha podido, gracias a la postura social que yo defiendo, llegar al mundo en todos los casos con plena aceptación. El infanticidio, históricamente, es, en gran parte, la consecuencia de la columpiante postura seudo-provida en la que se nos intenta sumergir con tremendismo. A esos hechos históricos como puños, para los que no se tienen ojos, me remito. Una cosa es la beatífica verbosidad de las grandes palabras y otra su cruda consecuencia en la realidad. Lo del estorbo y lo de la improductividad es la demagogia habitual que se suelta porque en esta cuestión parece que se posee el Sentimiento y los demás actúan por una especie de frivolidad degenerada. Pero eso no es más que autoadjudicación que dice más del pedestal que de razones.


> > TAmbien se me ocurre añadir en plan zorro eso de que el feminismo no puede edificarse sobre el
> > derecho a decidir quien debe vivir

        *** De hecho, hasta el día de la fecha, en gran parte así se ha estado edificando, con los anticonceptivos, por ejemplo, que también deciden quien debe vivir, (elevando aquí el "quien" a la categoría de persona de un modo un tanto zorro, efectivamente), y no dejando en "manos de Dios" o sucedáneos extracorpóreos qué debe parirse.

> Ahí quería yo llegar: en realidad la cuestión del aborto o de la eutanasia no tiene nada que ver
> con etica o moral: es simplementeuna cuestión de comodidad y mejora de la caldad de vida (basada en
> la seguridad de que no voy a quedarme embarazada). LAs discusiones aceca de si es ético o si es
> moral o de cuando empieza la vida humana y si le asisten o desde cuando le asisten los derechos
> humanos (concretamente el de la vida) son temas valadíes y superfluos. Lo realmente importante es
> nuestro interes, nuestra comodidad.

        *** Da miedo este párrafo. No creí que se llegase a ese extremo. Las posturas antiaborto son esperables, pero lo que apuntas sobre la eutanasia repele, pues no hay miramientos en ese implícito cruel despotismo para la carnaza genuflexa. Que se diga que no es una postura moral que una persona pueda decidir sobre lo que es su vida, y hasta cuando puede seguir considerándola como tal; que no tiene que ver con la ética y la moral "la comodidad y mejora de la calidad de vida", no sólo es inhumano y atroz, sino que olvida que es ese el mecanismo humano que ha ayudado contra todas las tiranías teocráticas y sus pantallas hechas muchas veces de santos inocentes de cartón piedra. Esa carne de sufrimiento real parece que no tiene rostro, ni vivencia, sólo son unos comodones desertores del edificante valle de lágrimas, de la vida cuantitativa y ganadera, de la antropología estreñida. No sé si también no te parece moral la comodidad de acabar con el ensañamiento terapéutico, hermano gemelo de la crueltanasia tan divina como inhumana, ni si se les va a restregar a los "eutanásicos" esos rostros pintados al óleo santo a los que se da soplo umbilical de "vida" sobre la vida ajena. Sería interesante reflexionar con detenimiento sobre el citado párrafo. Tan sólo te deseo que no te encuentres algún día en la crudelísima situación en que lo único que cuente sea el interés y la comodidad de la Ideología que inmola a personas reales hechas piltrafas humanas sin soberanía, atadas a la enfermedad, la decrepitud, el sufrimiento, y sacrificadas a una cómoda y alienante definición de lo que es la vida. Si no cuenta tu comodidad y tu interés, ¿entonces, para qué vives?, ¿para engordar algo con mayúsculas? ¿Ahí es dónde querías llegar? Eso ya lo hemos visto en el milenario estreñimiento del ascetismo ganadero, y eso no lo tapan los B-52 que salgan de paseo sobre el cielo de Hanoi para dar cobertura.

> >  y quien no. O tal vez si!. Pero soy hombre y tal vez no pueda abarcar objetivamente el problema. LO
> > reconozco.

        *** Yo no sé si soy objetivo, pero no creo que lo sea o deje de serlo por el mero hecho de ser hombre, a poco que una oportuna desprogramación, no ya genética, sino cultural, nos evite pensar con la entrepierna.

> Eso está muy bien, pero si nunca vas a tener vagina, si nunca tendrás sobre el tí el peliagudo
> asunto de saber que te puedes quedar embarazada... vaya si cambian las cosas.

        *** Tampoco voy a tener nunca la piel negra y puedo imaginarme lo que puede ser el racismo. No tengo útero, pero hasta donde puede llegar mi mente, que para mi sí tiene algún valor, puedo imaginar lo que yo sentiría por el estómago si alguien me saca los bombardeos en Vietnam mientras tengo mi vida decidida porque un espermatozoide indeseado se ha colado donde yo no quería, y sentirme aplastada por milenios endiosados hechos condena eterna, sin que la misma voluntad que debe haber para juntar un espermatozoide con un óvulo no se me reconozca para ver si quiero continuar un embarazo. Repito la obviedad: se piensa y siente con el cerebro, no con la pigmentación de la piel ni con los órganos genitales. Y, aunque ya sé lo que es la determinación biológica, también puedo imaginarme y valorar mi respuesta a otras situaciones teóricas, sin revolver un mal trago a las “comodonas” mujeres que se han zafado de pasadas losas teocráticas.

> No hay nadie capaz de desprogramarse de un hecho tan crucial como este.

        *** Los anticonceptivos, por ejemplo, sí que han servido para que las mismas mujeres empezasen a desprogramarse. Además, lo que se parece apuntar es que no se puede reflexionar con un mínimo de rigor sobre circunstancias ajenas si no estás totalmente involucrado, lo cual, si lo vamos extrapolando, veríamos el absurdo.

> Incluso, cuando las mujeres, debido a la menopausia pierden esa posibilidad, si que les cambia, y no
> solo por pura fisiología hormonal.

        *** Dudo mucho que todas las mujeres suscriban que eso las identifique fatalmente con tu postura, y digo más, que lo puedan decir en el mismo porcentaje dentro de equis años, a poco que se supere esa definición sobre lo que es la mujer. Hemos visto saltar por los aires en este siglo todos los estereotipos femeninos anteriores y, en gran parte, la única lección aprendida es, desgraciadamente, reconstruir unos nuevos.

> > ¿Dejamos que sean las mujeres quienes tomen esa dura decisión (quien debe morir y quien debe
> > vivir?, ¿quien tiene derecho y quien no?, ¿quien es ser humano y quien no?). Vaya trago!.

        *** Desde luego, el cáliz que has preparado sí que es un cóctel criminal con algún "quién" de difícil ingestión. Aunque pensando en la masturbación y los millones de espermatozoides asesinados, cuya entidad como personas no es muy distinta de la del cigoto, (a poco que los personifiquemos), quizá debiéramos repartir el mal trago, la culpa y la truculenta sangre derramada sobre todas las espaldas, precisamente ahora que los escuálidos planes quinquenales europeos de producción ganadera hacen subir el aprecio de la carne blanca-cristiana y eso hace chorrear toneladas de criminalización demagógica al encuentro de algún interés o prejuicio. O, tal vez, de lo que se trata es que, en base a su espermatozoide de oro, el macho entre en el Consejo de Administración del cuerpo ajeno, y así se desvanezca como por ensalmo zorruno el mal trago a cuyos pies se coloca inopinadamente a la mujer.

> insisto, solo cierta forma de entusiasmo y efusividad, o mas bien, un estado de extasis y disfrute
> personal onanista al ir leyendo tus propias palabras pueden justificar que me compares e iguales la
> importancia de un zigoto con la de un espermatozoide, al que le atribuyes incluso la cualidad de
> persona(!). Te a quedado el texto muy bonito y floreado -algo farragoso-, pero no me ha parecido una
> argumentación convincente.

        *** Parece que no se ha entendido el párrafo. Lo que he dicho es justamente lo contrario de lo atribuido, pues no se afirma que el espermatozoide sea persona, sino que eres tú el que has atribuido esa cualidad al cigoto, mientras que yo he dicho que, siguiendo tu lógica, también habría que atribuirle esa "personalidad" al espermatozoide, pero en un estadio precedente (la misma lógica católica); repito: siguiendo tu lógica argumental, que irónicamente confronto para que se arremeta contra el "precigoto", equidistante del cigoto por medio de la voluntad conceptiva, lo mismo que el cigoto de la persona por medio de la voluntad alumbradora. Seguramente es mi inherente farragosidad onanista lo que ha impedido tu comprensión. Procuraré guardar la ironía la próxima vez, ser más lineal de ahora en adelante y ponerlo todo más claro.


Asunto: Aborto_
Fecha: Martes, 8 de Febrero de 2.000 03:53:55 +0100

X, acerca de un comentario:

        > * Tú pones el principio mecánico sobrehumano en un punto, los católicos lo ponen en el precigoto, y yo lo pongo en la voluntad consciente de la persona por alumbrar vida, no en una imposición accidental o ideológica. .... que lo mismo que tu pones un aplastante comienzo mecánico en un sitio, los católicos lo colocan en una parte anterior de la cadena. En tu argumentación "mecanicista" se pasa de la nada absurda al mágico sentido pleno, irreversible e inapelable.

> Sonsaco que ?voluntad consciente de la persona? es una postura ideológica, como cualquier > otra..., una imposición no mejor o peor que la que yo u otro proponga...

        *** A saber qué entiendes por "ideológico" (fosilización del ideal; recetario por cuyo ojo de aguja tiene que pasar la realidad humana; representación que recubra, con imágenes ilusorias, la realidad de los hechos y de la cosas; forma necesaria de organización mitogénica de masas...).

        *** En la postura defendida, la ideología y la imposición es exterior, o sea la inconfesa propiedad sobre el cigoto para anular a la persona realmente existente. Yo como "ex-cigoto" niego a los "provida" que hablen en mi nombre. No me "hubiera" importado encarnarme en la siguiente posibilidad, pues entonces era tan real en una como en otra. La diferencia entre el ser y no ser de una persona es la soberanía personal. Lo contrario no deja flecos, sino boquetes galácticos cuyas consecuencias últimas hay que ir teniendo en cuenta, por ejemplo, las vías "provida" que se abren.

        *** Lo de la imposición parece en algunos profesionales "provida" una "deformación profesional". Piensan que se está preconizando el aborto como segunda piel de la Naturaleza humana. Creen que se va por ahí imponiendo el aborto a las mujeres; que tienen que abortar porque eso es lo natural, lo científico, lo moral etc. asustándolas con una Esencia exterior a su voluntad, cuando la realidad inconfesada es que se quiere imponer desde el exterior de la persona una maternidad no deseada. Nadie impone el aborto; en cambio, sí se quiere imponer la maternidad. Y estamos hablando no de entes absolutos, sino de personas reales.

        *** Ideología es que un hombre y una mujer tienen que estar casados hasta que la muerte les separe por Ciencia, Naturaleza, Dios, Patria o lo que sea, y argumentación capciosa es imputar a los partidarios de la posibilidad de divorcio o separación por voluntad consciente que ésa es la misma ideología impositiva.



> Una postura ideológica coloca el  principio mecánico del inicio de la calidad de ser humano cuando dos
> entidades vivas no humanas (espermatozoide y ovulo, y que jamás individualmente podrán a aspirar a
> ser más que espermatozoides u ovulos, -y que ningún ovulo o esperm.  se me ofenda!-) se unen
> accidental o llevados por una ?voluntad consciente de las personas involucradas?, combinando sus
> ADNes para conformar un ser vivo destinado, salvo errores y traumas, a ser un ser humano cabal. Tu
> le das más importancia a ?la voluntad consciente? y yo al mecanico hecho de juntarse sus ADNes. Tu
> postura es realmente más espiritual, etérea, ideal o lo que quieras. La mía es más ?legalista? (y uso
> legalista como sinónimo de hecho  palmario, cientificamente demostrable, al uso de los abogados). Es
> un momento ?mágico?, como tu dices.

        *** ¿Cuando tomas decisiones eres etéreo, ideal? ¿Y si yo te las impongo estoy haciendo lo mismo? Se olvida que la vida humana no surge en medio del campo, sino en una vida real; una vida nada etérea ni ideal anulada en el párrafo lo mismo que se anula en la imposición exterior de la maternidad. No son equiparables todas las cosas que haces todos los días por voluntad consciente con lo que te impongan desde fuera. Es falaz.

        *** Los hijos no salen adelante por genética; ningún gen dice que la madre tiene que cuidar a su hijo ni garantiza su supervivencia. Salen adelante por voluntad consciente de los progenitores en la mayor parte de los casos, si así fue desde el principio. Podría abandonar a su hijo y su máquina biológica seguiría funcionando. Y no vale hablar de la especie, porque una persona no es una especie, ni se tiene que sacrificar a tan importante Señor. Hay montones de humanos que no son padres, y la "especie" ni los genes le piden responsabilidades. La "especie" es una construcción cultural creciente desde los animales "inferiores" hasta el salto cualitativo cultural de los humanos.

        *** En el momento del embarazo el ser humano se convierte en esclavo del "legalismo biologista", se ata la "biología" al cuello como prejuicio ideológico a raudales. Este ya no es persona, no tiene voluntad; no es más que una máquina paridora que, además, ha de apencar con las consecuencias que el nacimiento comporta en las sociedades humanas, pues a una mujer se le exige culturalmente más que si fuese un bicho poniendo huevos, o de lo que se le "exigía" a los homínidos. Yo, como no le digo a la mujer lo que tiene que hacer, no le impongo ninguna idea, ni ideal, ni idealización, ni ideología. Lo del legalismo suena a eufemismo; apunta a ideologización biológica burocrática que olvida a los seres concretos y marca una Ley que tranquilice miedos personales, olvidando que si hay "Leyes biológicas" a imponer desde fuera de las personas concretas, entonces, en ese caso, habrá aspirantes a legislar la vida de los individuos encaramándose a la tribuna legisladora que se ha ayudado a construir.

        *** Eso es lo que hicieron los nazis aprovechar torrentes del "legalismo biológico" para arrimarlo a su sardina dejando con la boca abierta a más de uno que creía que tales interpretaciones eran Esencia Verdadera frenadora y asegurante. Por miedo al fleco, se abre el boquete abismal de la Verdad Biológica que se impone a los seres reales, concretos. Esa Verdad biologista lo mismo puede servir para imponer desde fuera la cultura del ensañamiento terapéutico, prohibir la eutanasia y la anticoncepción, hipostasiar los genes raciales, la superioridad de los "genes blancos", a los que otros defensivamente oponen la superioridad de los "genes negros", y lo que hacen es trasladar el debate político a la "genética", donde siempre habrá un perdedor. O aquellos "genes cervantinos" tan en peligro en este país, amenazados por genes extraños por lo que hay que defender la "identidad" frente a la invasión, como preconizan los obispos, dado el terreno que se ha preparado al supeditar al animal cultural a la ideologización biologista del animal pecuario sin decisión.

        *** Esa sacralización de lo "natural" es una reacción al miedo que, como todos sabemos, es justamente a lo que hay que tener miedo (Erich Fromm tiene escrito un libro sobre eso). Los "flecos" del nazismo que tanto te asustan y con los que asustas, tienen que ver con el Poder, la adoración del Estado, la jerarquía, la sumisión. El instinto de los mejores, la superioridad de la raza estaba en esos genes avalados y santificados por la ideología "biológica" que dice que tienen voz propia para imponerla a los seres culturales. No fue la soberanía sobre los propios cuerpos, sean de las mujeres o de los judíos, lo que desencadenó la tragedia, sino la pretensión del Estado y su Ideología ganadera de poder invadir la soberanía personal. Con el mismo despotismo, el aborto o la maternidad pueden ser obligatorios en función de los intereses ganaderos que impondrían desde fuera las necesidades de carne para el Reich. De hecho, el Reich "de los mil años" fue un fiel ejecutor de la "cultura de la vida" que preconizaban los obispos, y el aborto conllevaba la pena de muerte. Lo que no impide que la misma Iglesia que apadrinó con el "Camarero del Vaticano", Franz Von Papen, la subida al poder de la minoría parlamentaria nazi, la que disolvió el partido católico para integrarlo en el nazi, la que apoyó al nuevo Constantino, (con unas pocas rencillas de familia, convenientemente exagerada a posteriori, a la hora del reparto de botín porque Hitler no era tan generoso como Ante Pavelic, Franco o Musolini a la hora de entregarle la educación); la que aplaudió a rabiar la sacrosanta cruzada hitleriana, esa misma Iglesia condena con el mismo ardor el aborto como "algo peor que Hitler", y hacen desfilar Auschuitz, Dachau, Mauthausenn, Treblinca, junto "a los egoistas criminales de la vida indefensa"; relacionan genocidio, guerra y aborto, pues el aborto lleva a la pérdida del respeto a la vida, como decían los obispos alemanes con el santo celo, la santa desvergüenza y la santa impunidad, apenas con tiempo de ocultar la cruz gamada tras la reluciente la Cruz Eterna. También Estalin acabó con el aborto legal en la URSS, con los métodos que le eran propios, dada la necesidad de carne fresca que reponer en la cadena del matadero quinquenal.

        *** Centras la cuestión en un terreno equivocado, en la posibilidad que desde fuera se imponga a la mujer lo que es "natural", "científico", o "biológico", con lo cual, se quiera o no, más bien se allana el camino a los impositores.



> No menos mágico que la teoría de la ?voluntad consciente de la persona? que logra por medio (diría un
> ?New Era-otico depresivo?) de un efluvio generado por esa ?voluntad consciente? crear un ser
> humano viable.  Y no creas que no me gusta esa visión. Es interesante.

        *** O sea que la voluntad de los humanos concretos, uno a uno, individuo a individuo, que deciden según su entender, es magia porque la Biología es una entidad sobrehumana que habla por boca consciente de sus profetas sobre las voluntades ajenas. ¿Los mismos actos que te hacen rebelarte contra Doña Biología para retrasar la muerte "natural" también son efluvios mágicos? Lo Real, al parecer, es dejarte gobernar por la parte de la Biología que otras voluntades conscientes quieren imponerte. Las que a ellos les da la gana. Entonces, al parecer, no hay magia, ni efluvio. En realidad, hay un sentido patrimonial de los procesos biológicos a la carta que hay que aceptar sin voluntad, o quedar fuera de la Realidad. O todo o nada. Pero la ideología no es coherente dado que después se incurre en "magia" cuando la biología te afecta, y entonces sí se puede interferir conscientemente para combatir la enfermedad, el entorno, etc. Eso es dar a entender que todos los humanos son autómatas sin voluntad consciente, salvo en lo que la voluntad consciente de los que están en disposición de imponer dictamine.

> Los roedores, mientras las cosas van relativamente bien crian estupendamente a sus crias. Cuando existen presiones por > falta de espacio o alimento sacrifican a sus crias. Cuando la vida es llevadera ?votan? por el respeto a la vida. No son > abortistas. Cuando la propia subsitencia está en juego evitan mayor hacinamiento -que significaria hambruna, enfermedades > y enfrentamientos-. En este caso votan a favor del aborto. En raza humana el fenómeno (a grandes rasgos) es inverso: > las sociedades más avanzadas son proabortistas, pese a que si organizaran mejor sus sistemas de producción de alimentos > (basados en crear dinero, no alimentos) podrían alimentar a el doble de humanos que existen ahora en el mundo.

        *** El ejemplo roedor es una información para la razón, no la Naturaleza ante la que tengo que arrodillarme. Porque si no, ya habrá algún socialdarvinista que intente manipularme en base a su interpretación de la naturaleza. Recordar que el socialdarvinismo dejó tropeles de flecos para el ascenso del nazismo. Podrían, por ejemplo, decir que la proliferación de ratones favorece la degradación de los recursos, la proliferación de los depredadores y el colapso traumático poblacional que haga que todo recomience si alguno sobrevive. Así que los depredadores que eliminen la vida andante está justificados por la Naturaleza, cumplen una función "natural", como hace el rey de la selva -que dicen los documentalistas monárquicos-. Un bonito modelo para mentes lineales adoradoras de lo Natural.

        *** El imperialismo biológico con la especie humana resulta pavoroso en los momentos que vivimos, por más que hablemos de racionalizar recursos. ¿Imaginas los recursos necesarios para una vida digna de 12.000 millones de personas, más los recursos para restaurar el estropicio de los últimos siglos sobre el planeta, más los recursos para una ajustada ambición en pro de la sabiduría humana? ¿Creemos que el planeta Tierra es infinito? Todo eso supone una fascinación por el número muy poco humana. Pone el énfasis en el crecimiento ganadero y no en el crecimiento cualitativo que es lo que define aquello que podemos considerar de valor en el transcurso de la aventura humana. Es incierto lo que dices sobre las sociedades avanzadas. Las más abortistas no son las que tienen las rentas más altas, sino países sin estadísticas reales de todas la formas de regulación natalista, o países con "la cultura de la vida" y toda la verborrea ideologizada "pro-vida" (véase el caso de Polonia). Además, se confunde el derecho al aborto con el aborto mismo, y se traza un panorama generalizante sobre la "podredumbre de los ricos" bastante gastado, cuando nunca las circunstancias del nacimiento de seres humanos (que incluye a los padres no lo olvidemos nunca) han alcanzado a ser tan hospitalarias. Ahora, en esta sociedad, el número de abortos e infanticidios (por no hablar de la mortalidad infantil, y la ganadería infantil) es muchísimo menor que en cualquier otra época. Aquí se confunde la realidad con la hipocresía hecha moralina bucal para imponer la doblez y la clandestinidad. En tercer lugar, la producción de humanos es una de las cosas más fáciles de conseguir: todas las grandes catástrofes poblacionales han sido seguidas de una recuperación sorprendentemente rápida a poco que el medio acompañe. Así que después de duplicar la población en muy pocos años, ¿qué hacer?; habrá que cuadriplicar, y después, ¿qué?: multiplicar por billones para no tener "una buena vida" y favorecer, si se pudiera y hubiera recursos, el descubrimiento de nuevos planetas donde conquistar, colonizar y organizar nuevas encomiendas y traumáticas glorias. Sólo se aplaza el problema. ¿Podemos estar tan ciegos para creer que el parámetro poblacional lo podemos soslayar escondiéndolo en los otros parámetros asimismo imprescindibles del reparto y la racionalización de recursos?

        *** Eso es la irresponsabilidad "pro-vida" que, en la práctica, hará que el crecimiento demencial de "carne sobrante" y recursos menguantes degrade el aprecio por la vida concreta. Aunque echen incienso bucal, las consecuencias morales para este planeta a causa de los hipernatalistas son y serán aún más aterradoras. Siempre tienen la excusa de los otros parámetros del reparto y la racionalización ecológica, que es lo mismo que hacen los que no reparten y depredan el medio ambiente con toda hipocresía. Cuando resulta que la mesa que puede sostener este planeta sólo se podrá mantener sobre esas tres patas. Quitarle una, pidiendo a las otras que crezcan, es una insensatez, una irresponsabilidad demencial que la está haciendo caer en el momento que las posibilidades razonables son máximas. Unos por otros, los crímenes en masa de vida andante están servidos. Entre hipócritas anda el juego; todos se complementan y justifican. Nunca aceptarán su responsabilidad moral. Su autobombo "provida" les "eleva" sobre las consecuencias de sus actos.



>Los paises deprimidos deben generar muchos niños para garantizar una nueva generación.

        *** No es cierto; las nuevas generaciones en los “países deprimidos” están de sobra garantizadas. Las cifras objetivas desmienten tu afirmación. Eso sería antes en algunas sociedades concretas. Ahora lo que hay es un desarrollo exponencial que rompe las sociedades tradicionales y el entorno ecológico en unión de otras globalidades. Nunca se han usado vacunas en África hasta hace poco, ¿como podemos ser "naturales" en unas cosas cuando no lo somos en otras? Lo que hace falta es razón para la realidad compleja y no ideología de lo "natural" que dé supuesta seguridad.

>Para muchos de ellos niños es riqueza ya que les garantiza la ayuda en la vejez.

        *** Es la forma de garantizarse "la buena vida", vender niños, explotarlos, convertirse en "padre patrone", los hijos propiedad de los padres que deciden el oficio, el casamiento, en fin, los arquetipos de la sociedad patriarcal: tener hijos para no morirse de hambre. Ese es el modelo "natural". En los degenerados países ricos, donde, al parecer, todo el mundo es rico (y yo sin enterarme) los tienen por otras razones, y dan lecciones de moral a todas las sociedades históricas patriarcales donde el número de infanticidios, abortos, mortalidad y explotación infantil era infinitamente mayor, por no hablar de las parturientas muertas, la producción de esclavos, la sacrosanta tradición ganadera. En esos países ricos la baja natalidad ha creado un porcentaje aplastantemente superior de hijos deseados por sí mismos; nacidos por necesidades psicológicas de afecto, no por prestigio social, continuidad de la estirpe, necesidad laboral y económica; con unos cuidados y atenciones infinitamente mayores. Lo contrario sería una visión edulcorada, exótica, falsificada hasta la raíz de unas sociedades donde las masas de esclavos, siervos, miserables, tratan a los hijos como son tratados, preparándolos para la función asignada.

        *** Ahora, los niños no nacen con un pan debajo del brazo. Los cuidados y atenciones, así como la educación, es infinitamente más onerosa si no quieren traer carne de explotación precaria y temporal en la sociedad dual, piramidal, que se está construyendo. Son hijos que habrá que mantener casi una treintena de años y darles educación de primera, o convertirlos en infra-ciudadanos sin valor. La mujer tiene que trabajar, no sólo como forma de labrarse su autonomìa sino también, para compensar las pérdidas de poder adquisitivo real y relativo que experimentan la plebe de los "comodones" "Estados del Bienestar", mientras sus "efluvios mágicos" no terminan de acabar con el papel de florero tradicional. Esa es la "comodidad y buena vida" que mueve esa sorda protesta contra la bajada del precio de la carne y la mala vida que la "naturaleza" les destinó durante milenios.

        *** En cambio, la mitificación de la producción de pobres, es en la práctica una condena para esos pobres que se quiere sean siempre pobres, para poder restregárselo a las mujeres que desertan de la producción que fascina a los napoleones del natalismo inhumano.

        *** El otro día oía en la radio una clase de la Universidad de Educación a Distancia en la que se explicaba por qué España es el país con la más baja natalidad del planeta. La información era de una profesora en base a un estudio hecho con rigor, sin atender a sensacionalismos ni intereses mediáticos. Tampoco es que hubiera sorpresas: dejaba totalmente a las claras que las deserciones en el campo de la producción de carne estadística, para desesperación nacional-conejista de los obispos, tenía que ver con las congelaciones salariales, la precariedad en el empleo, el paro, el precio de la vivienda y los servicios, etc. Todas las cosas que fomentan los partidos de "humanismo cristiano" (no lo pueden tener todo). No eran las frívolas ricas del estereotipo al uso.

        *** De hecho, la disminución de natalidad en este país se concentra en buena parte de las clases bajas, mientras una parte de clases medias-altas pueden garantizarse una prole a cuidar por empleadas domésticas, y luego enviar a los mejores colegios privados, para garantizarse una posición segura en la sociedad dual. "Los barrios obreros se están quedando sin niños".

        *** No sé cual es tu situación personal, desde qué atalaya ves la vida, pero, desde la mía, los ricos se ven en la televisión y los periódicos que nos dicen que vivimos en un país rico, y para eso estrujan más a los pobres de los países pobres y nos lo restriegan como recordatorio para que nos demos con un canto en los dientes y no nos pongamos respondones. Es una demostración de la victoria de la telerrealidad que "va bien" y ha extirpado a la plebe tratando de llevarla al "fin de su historia".



> No creen en el aborto (excepto en sociedades desectructuradas por la confluencia del capitalismo y           > sus viejas creencias).

        *** ¿Estás seguro?, ¿se lo has preguntado?, ¿has indagado? ¿Acaso tienen información y posibilidad de elegir, o se les va a imponer una bonita legislación impositiva? Teniendo en cuenta que prácticamente la totalidad de la humanidad patriarcal tradicional está ya desestructurada, por ejemplo por las vacunas y la medicación que evita la "natural" y nada "mágica" eliminación de los hijos "sobrantes" que tradicionalmente morían antes de la edad adulta, sea por montones de razones intrusivas.

> Aunque se les enseñan metodos anticonceptivos no aceptan de muy buen grado su uso (por razones
> economicas, como las de antes) o por razones de presión cultural, evidentemente.

        *** En base a lo que conozco sobre el terreno en un país como Marruecos, donde las mujeres no lo tienen precisamente fácil, me atrevo a desmentir que en un porcentaje altísimo sea así. Y no creo que las mujeres informadas y con libertad sean tan diferentes en otros sitios a poco que no se las acogote con miedo e imposiciones externas. Lo cierto es que donde los controles de la natalidad, la "selección abortiva" y otros métodos no son impuestos, las mujeres lo aceptan de manera masiva.

>¿Cuando una población vive bien se acrecienta el abortar?.

        *** Gracias a los anticonceptivos en las sociedades "ricas" la disminución del aborto, el infanticidio y la mortalidad infantil es infinitamente mayor que en todas las demás sociedades. Es un hecho conocido y reconocido. En un mundo no "natural" no se atan lo "natural" al cuello. Y los anticonceptivos no están en la "naturaleza", en la Biología. Pero gracias a eso se vive mejor de lo que se hubiera vivido de otra manera, y el concepto ético de lo humano se acrecienta hasta hacerse incluso, en algunos casos, paradójica y falazmente auto-acusador cuando no hay perspectiva histórica o entorpecen intereses pecuarios persistentes.

> Muchos pueblos no van por ahí. Esto del aborto es un uso casi exclusivo del occidente industrial y
> economicamente poderoso. Una secuela de la buena vida, se diría.

        *** Esa "buena vida" es a la que aspiran las mujeres en cuanto tienen la capacidad de decidir sobre su vida. Producir humanos como churros para verlos morir como piltrafas una vez formados no les parece muy natural a las mujeres no etéreas.

        *** Con ese bagaje de conocimiento histórico no extraña las opiniones expresadas. En cambio, el mío más bien va por otros derroteros:

        *** En realidad, el crecimiento de la población es algo muy fácil de realizar para los homínidos "sapiens" adaptados a la vida cazadora-recolectora. Con un crecimiento moderado, en diez mil años, una población de dos podría convertirse en más de 600.000 trillones de humanos. La regulación "natural" que se enfatiza es de todos conocida: la guerra, la enfermedad, el aborto, el infanticidio, la malnutrición que asimismo afecta a la fertilidad y a la resistencia a la enfermedad.

        *** Tales crecimientos suponen una presión creciente sobre los recursos naturales, que al ir escaseando, sirven para institucionalizar los enfrentamientos armados, la prevalencia decisoria de los machos feroces, la postergación de las hembras en favor de una permisividad en la crianza de esos machos feroces, la jerarquización de la horda guerrera al calor del botín, y el endiosamiento de la jefatura junto con la jerarquización divina. Asimismo, la belicosidad crónica hace valioso que el grupo sea numeroso con lo que la producción de carne para la guerra consumidora de carne adquiere un valor crucial. Además, cuando llega la agricultura, ésta puede absorber fácilmente a una regular mano de obra, que no se hace necesaria cuando las familias de esas formaciones sociales enriquecen. Cuanto más rápido pasen los niños de consumir más de lo que producen a producir más de lo que consumen, mayor será el número de hijos que los padres tratarán de criar.

        *** En cambio, los pueblos que quieren garantizar la igualdad y la libertad no pueden crecer por encima de las posibilidades de obtención de recursos y limitan su crecimiento. La vida móvil de los nómadas hace que las madres espacien todo lo posible la crianza. Dada la inconstancia de los recursos que se recolectan no es muy beneficioso tener muchos hijos. La población tiende a ser estacionaria, o a un crecimiento mínimo. Además del aborto, y el infanticidio, se alarga la lactancia.

        *** Las culturas preindustriales regularon el tamaño de la familias minimizando los costos y maximizando los beneficios de la reproducción. Maltratar al feto, al bebé, o al niño pequeño, o directamente el aborto. El aborto indirecto comienza cuando a las mujeres se le impone los trabajos más pesados y se le reduce la dieta. El aborto directo aparece con dietas de hambre a las mujeres embarazadas, incluyendo métodos traumáticos como apretar el abdomen con vendas tirantes, saltar encima de ella o hacerle beber sustancias tóxicas. En un estudio llevado a cabo en 350 sociedades pre-industriales, Georges Devereux encontró que el aborto directo era un "fenómeno absolutamente universal". (Georges Devereux. 1.967. "A tipological study of abortion in 350 primitive, ancient and pre-industrial societies". En Abortion in America, H. Rossen, ed. pags. 95-152. Boston: Beacon Press).


 

        "¿Quién conoce la voluntad de los dioses del cielo? ¿Quien comprende el plan de los dioses del mundo subterráneo? ¿Dónde han aprendido los mortales el proceder de un dios? Aquel que vivía ayer está muerto hoy. Me aterran estas cosas; no comprendo su significado".

        Después de que los dioses crearan a los seres humanos para que les relevaran de sus tareas, los humanos se multiplicaron con tal celeridad que su clamor se había tornado insoportable. Incapaz de conciliar el sueño, Enlil convenció a los dioses para que enviaran pestes, las cuales diezmaron la población. Retuvieron las lluvias hasta que los vecinos se abalanzaron unos sobre otros, los padres asesinaron y se comieron a sus propios hijos. Enlil decidió exterminar a la humanidad, pero Ea avisó a un sabio llamado Atrahasis que construyó un enorme arca para la supervivencia de su familia y sus animales.

        Enlil consintió la supervivencia de la humanidad, pero sólo bajo la condición de que su número se mantuviera restringido. Así pues, los dioses inventaron una mujer estéril y a la sacerdotisa virgen, y crearon a un demonio especializado en matar niños. Por despiadados que se mostraran los dioses, no era incumbencia de los humanos quejarse de ello. Debía aceptar el mundo tan como era y evitar a toda costa importunar a los dioses.

        La derrota militar también podía concebirse como un triunfo para el caos. Así, Erra era el dios de la guerra en su sentido más negativo, de la guerra como orgía de destrucción y matanza. Siempre había sido un gran asesino. Su única preocupación residía en que la población de su reino no creciera cada vez más, y lo lograba no sólo arreglando la muerte prematura de ciertas personas, sino también sembrando epidemias y guerras. Además disponía de tropas, una horda de demonios conocidos por el nombre colectivo de "los Siete". Creados en su origen por Anu para aterrorizar y matar a seres humanos en el momento en que empezaran a hacer ruido, los Siete actuaba a través del fuego, los vientos tempestuosos... y la guerra."
       
(El cosmos, el caos y el mundo venidero. Norman Cohn).



        "El doctor fue muy tajante a la hora de recomendarle que siguiera sus instrucciones al pie de la letra; si no se vería obligado a aplicarle un método para limitar los nacimientos y utilizar uno de los métodos anticonceptivo conocidos que volvían estériles a las mujeres durante dos o tres años. Caso de no ser así se vería obligado a hacerla abortar si quedaba embarazada... Ese era el medio para perder la fecundidad: "Hacer que una mujer deje de estar encinta durante uno, dos o tres años: vainas (¿) de acacia, colonquíntida, dátiles, triturado en medio litro de miel. Impregnar un tampón. Situar en la vagina".
       
(La mujer en tiempos de los faraones. Christiane Desroches Noblecourt. Ed. Complutense).





        **** Desde que existe la humanidad, existen los embarazos no deseados, y por tanto el aborto. Algunas grandes religiones no conocen prohibición expresa del aborto; el Islam llega a permitir la operación hasta el sexto mes. Entre los antiguos griegos y romanos también era normal: Platón y Aristoteles lo defendieron y la sociedad en que vivían lo consideraba bueno. Será por eso que San Pablo, el martillo de los pecados sexuales, no quiso indisponerse con el mercado y no tocó el problema. Aunque ya entre los siglos II y III Minucio Félix escribe: "Sois vosotros, según he podido comprobar, los que entregáis a las fieras y a las aves a los hijos que habéis engendrado, o los que los elimináis, estangulándolos, con un tipo miserable de muerte. Hay mujeres vuestras que, con medicamentos y bebidas, apagan, cuando todavía está en sus entrañas, la semilla de un futuro hombre, cometiendo de esta forma un parricidio antes de que hay nacido su hijo. Y todas estas prácticas tienen ciertamente su origen en lo que os han enseñado vuestros propios dioses: efectivamente, Saturno no es que abandonara a sus hijos, sino que los devoró". Y Tertuliano: "Nosotros sacrificamos o no iniciamos con un infanticidio... También vosotros sois infanticidas, ya que tenéis leyes que os prohíben matar a los niños recién nacidos, pero no hay leyes que sean burladas tan segura y tan impunemente con el consentimiento de todo el mundo".



        "Incluso Eusebia (emperatriz cristiana), favorable en tantos sentidos a Juliano, se sentía a su manera celosa de él: por medio de una comadrona sobornada, malogró el hijo de Juliano y Helena, que habría dado al César ese continuador de los Flavios que ella no había podido parir."
       
"Juliano el piadoso". Fernando Savater.
 

        *** Algunas formas de infanticidio son tan practicadas como el aborto. Desde la roca Tarpeya que utilizaban los romanos, lo mismo que hacían los espartanos, los atenienses, etc. etc. etc. la muerte de las herederas de los rajás y la aristocracia rajput, los niños expósitos que nadie recogía y que devoraban los animales. Pero el infanticidio empieza con una alimentación inadecuada, deshidratación, exposición a los elementos, asfixia o golpes en la cabeza. Los yanomamo induce al parto al séptimo mes para matar a continuación al feto si todavía da muestras de vida. Se aludía en un mensaje anterior a las comunidades que mataban gemelos. En muchas culturas a los niños no se les considera seres humanos hasta que no se han llevado a cabo ciertas ceremonias de iniciación. El infanticidio rara vez se produce después de estas ceremonias, y a los infanticidios preceremoniales no se les considera homicidios. Si a pesar de eso la superpoblación amenaza al grupo la guerra, la malnutrición afectará a la fertilidad. En el paleolítico dado que la salud y la alimentación eran mejores que en el neolítico y las sociedades históricas, son los métodos abortivos infanticidas los que predominan.

       *** (Todo esto, sin duda, horrorizará e inmediatamente se podrá pedir al Estado una seguridad, un absoluto, entronizamos hipostasiando el pasado y la naturaleza una regla de oro, creyendo que el problema está lejos del volcán en que se está sentado).



        Los primeros "cristianos" (y judíos) también sabían del tema, los magos tienen su particular farmacopea:

       "[22].Si unos hombres, en el curso de una pelea, dan un golpe a una mujer embarazada provocándole un aborto, sin que muera la mujer, serán multados conforme a lo que imponga el marido ante los jueces. [23]. Pero si la mujer muere, pagarán vida por vida, [24].ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, [25].quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe
(Éxodo 21,22 ss.)

        "Tras una larga comida, cuando los vinos con los que se han embriagado comienzan a excitar en ellos los fuegos del desenfreno ... las antorchas caídas se apagan. Entonces, libres de la importuna luz, se unen al azar, en medio de las tinieblas, en escandalosos enlaces...".
(Minitius Félix. "Octavius", VIII-IX).

        "Muchas de ellas deberán pasar después por la abortadora ..."
(Tertuliano, De virginibus velandis).

       "Y María-Salomé preguntó al Señor: "Maestro, ¿cuando acabará el reino de la Muerte?" Y Jesús respondió: "Cuando vosotras, mujeres, no concibáis más hijos ... Cuando hayáis depuesto el vestido de vergüenza y de ignominia, cuando los dos se conviertan en uno, cuando el varón y la hembra estén unidos, cuando ya no haya ni hombre ni mujer, entonces terminará el reino de la Muerte..." Y Salomé prosiguió: "¿Entonces he hecho bien, Maestro, de no concebir? ... "Come de todos los frutos, pero del de la amargura (la maternidad) no comas ...". (Evangelio de los Egipcios).

       "Las prácticas abortivas eran toleradas hasta el tercer de gestación. Los doctores de la Ley consideraban que antes del primer trimestre de embarazo el germen no era sino nephesh (cuerpo), y que la ruah (el espíritu) y el neshamah (el alma) aún no se le habían unido... Los procedimientos de aborto, y el uso de las plantas abortivas, como la ruda, la artemisa, el ajenjo, y sobre todo la temible sabina, no tenía ningún secreto para las parteras de la época". R. Ambelain.

        *** Con el cristianismo en el poder, toda tentativa de aborto se convierte en asesinato, como nos siguen recordando los capellanes castrenses. Se comete "un gravísimo hurto contra Dios". Y peor aún: muertos sin bautizar. Tienen un alma inmortal desde el primer instante. Aunque no siempre fue así. Según la mayoría de los Padres de la Iglesia y Santo Tomás, el patrón de los estudiantes medievales-posmodernos, el alma penetraba en el cuerpo de los niños a los cuarenta días, y en el de las niñas a los ochenta. En todo caso, la santa solución al problema: insaculadas, atormentadas con tenazas ardientes, enterradas en vida, empaladas, todo esto siguiendo la línea justa de la "cultura de la vida". La santa consecuencia: EL REINO DE LA HIPOCRESÍA.

        *** Podemos oler el churruscamiento de brujas, hechiceras, parteras, celestinas convenientemente azotadas, paseadas para burla y escarnio, si el disfraz de vendedora de baratijas no les ha sido suficiente para escapar. "Como abundaban los embarazos clandestinos, existía un servicio amplio y organizado de mujeres duchas en hacer abortar" ("La mala vida en la España de Felipe IV". José Deleyto y Peñuela). "Los matrimonios que frustran de estudio el fin de tener hijos, por no tener qué darles de comer" ("Carlos III y la España de la Ilustración". Antonio Domínguez Ortiz). Cementerios clandestinos de fetos y niños en los conventos de monjas, y cementerios blancos de las mesnadas de guerreros y siervos que expanden, al huir de la miseria y la superpoblación, a la Organización del Amor.

        *** También podemos pasarnos por el río Grande para ver como hoy día la miseria, los caciques y el productivismo natalista hacen que la Iglesia católica sea la que más crece en la cúspide de la Pirámide Global.





        "Se calculaba en doce mil los niños expósitos que, a causa de la miseria de los padres o para encubrir faltas que la sociedad no perdonaba (*** ¿La sociedad? ¿Qué sociedad? ¿La sociedad de la "época"... cristiana ? ¿Toda la sociedad o los melifluos difamadores de la vida que han vertido su veneno sobre todos los brazos seculares?) eran cada año colocados en las puertas de las iglesias o en los tornos de los establecimientos destinados a recogerlos. Unos establecimientos, casi todos de patronatos eclesiásticos, y aquejados de una penuria de fondos que era la causa principal de la aterradora mortalidad de lactantes que en ellos se registraba. Por motivos difíciles de comprender (¡¡¡¡ !!!!!), la generosidad que había creado y sostenía tantas fundaciones... se trocaba en tacañería hacia los seres más desvalidos... "¿Habrá quien crea que hay gente que declamando la más moderna religión abandona sus hermanos y consiente por su hipocresía o su indolencia que mueran todos los años en las casas de expósitos, en los hospicios y en las cárceles pasadas de cincuenta mil personas? ¿Es cierto que ya estamos en el Siglo Ilustrado? ... Las casas de expósitos se deberían llamar potros del infanticidio. Suelen ser los edificios grandes y suntuosos, fundados por obispos y prelados, colocados en el mejor paraje del pueblo, los sirvientes muchos y bien pagados, el menaje costoso y abundante, y al mismo tiempo hay un total abandono en atender a la primera obligación de la Naturaleza, el sustento.... Baste decir que han perdido el sesenta, el setenta, el ochenta y noventa por ciento de las criaturas. Horroriza oír estos datos. Los miramos desnudos, enfermos, negándoles, las medicinas y hasta el preciso alimento". Alberto de Mejino.
       
Casi en los mismo términos se expresaron Uriz, Pedro J. Murcia, Antonio Bilbao y otros autores del siglo XVIII, y las documentadas monografías elaboradas en estos últimos años demuestran que poco o nada exageraban". "Carlos III y la España de la Ilustración". Antonio Domínguez Ortiz.

        "Con el repentino crecimiento demográfico que marcó el comienzo de la revolución industrial, la mano de obra apareció como un nuevo recurso natural: un feliz hallazgo para el explotador de mano de obra. No asombra, pues, que las clases dirigentes enrojecieron de indignación moral cuando se encontraron con que Francis Place y sus seguidores se habían dedicado a propagar el conocimiento de anticonceptivos entre los obreros de Manchester hacia los años 1.880; aquellos filantrópicos radicales estaban amenazando una fuente por otra parte inagotable de materia prima". "En la población agrícola, en Inglaterra, la experiencia sexual antes del matrimonio era un período de gracia experimental antes de asentarse; entre los nuevos trabajadores industriales era con frecuencia un preliminar del aborto, como lo prueban los testimonios contemporáneos". "Equilibrio en la población. Existen partes del mundo occidental en los que hay una nivelación práctica entre el número de nacimientos y muertes: la mayor parte de estos países, Francia, Gran Bretaña, los Estados Unidos, los Países Escandinavos, se encuentran en un estado relativamente alto de desarrollo técnico y cultural. La ciega presión animal de los nacimientos, responsable de tantas de las peores características del desarrollo del siglo XIX, es ahora característica de los principales países atrasados, que se encuentran en un estado político o técnico de inferioridad". Técnica y Civilización. Lewis Mumford.
 
 

        *** Recuerdo de mi infancia, en la España "profunda" de los pueblos de la sierra, las historias que se oían en casa de mi abuela en las que alguna mujer decía que su "hijo no le comía". Lo iba repitiendo enfatizando la fatalidad, hasta que las viejas del lugar, con una mirada entre reticente y comprensiva apoyaban las afirmaciones de la madre. Dirían que su hijo se parecía a un ángel y que pronto vería a Dios. Cuando se murió, las comadres apoyarán a la mujer con la fatídica frase repetida: "estaba de Dios", "fue una bendición de Dios que se lo llevase tan inocente". Yo, en aquel entonces, no comprendía nada de lo que estaba pasando, los cientos de millones de "ángeles" que se ha llevado Dios y que se lleva todos los días en los países pobres, donde no existe una roca Tarpeya para hacerle una foto a la historia escondida, sino la monumental e inducida hipocresía que a algunos conforta.

        *** Si lo que se quiere es esconderse y decir que podemos multiplicar la población nada más que con el reparto, en la práctica estamos apoyando a esos "angelitos". Mueve a risa amarga las infladas palabras de los "pro-vida" sobre los abortos de las frívolas mujeres "ricas", las mejor preparadas para eludir las leyes represivas "provida". Escondiendo su responsabilidad moral, intentan limpiarse los océanos de sangre en cualquier subterfugio que les permita estar con la "vida" y la producción de los hijos "que Dios quiera".

        *** En Cerdeña y otros sitios de Italia, por ejemplo, se acabó con la talasemia decidiendo que el cigoto con esta enfermedad no era viable (el cigoto de los "pro-vida"); en cambio, al cigoto sin talasemia sí se le dio viabilidad (el cigoto de los "abortistas"). El número de hijos que hubieran aceptado las madres, porque tenían voluntad y eran conscientes, iba a ser el mismo, pero con la diferencia del padecimiento "pro-vida", "natural" e inhumano, que nunca tienen en cuenta los cigotos posibles que cercenan con su imposición. Esto no fue un mágico efluvio, sino una opción moral consciente infinitamente más humana.



> Esto que viene ahora es solo un comentario, una observación, no una opinión: Si a las personas
> no les das un codigo moral, etico, un ejemplo, acaban haciendo lo que les parece más practico o
> conveniente. Es la ley de la naturaleza: el grande se come al chico. El hombre parece ?superar? a los
> animales por sus codigos morales y eticos, por sus costumbres civilizadas.

        *** Eso parece más bien irreal. Los códigos morales no son más que lo que parece más práctico y conveniente a los que están en condiciones de decidirlos. Si, además, el que decide es asimismo el objeto de la decisión, más elevación ética, esta vez más objetivable. La anticoncepción ha elevado los códigos morales en un entorno con demasiadas cosas que no los favorecen.

> La gente, haciendo simplemente lo más conveniente (eliminar a sus crias cuando no hay espacio o
> alimentos suficientes, criándolas cuando hay buenas condiciones)  se aleja del modelo ?civilizado? y
> parece volverse a la sabiduria de las leyes de la naturaleza. El modelo civilizado, culto, prospero,
> elimina a sus crias para beneficiar en derechos y libertad de elección a la mitad de sus miembros (las
> mujeres, aunque los hombres se benefician de eso, claro está). Esto demuestra lo alejado que está el
> hombre de sus raices naturales.

        *** Analiza serenamente todas la cosas que haces durante todo el día, las cosas que te rodean, y respóndete sinceramente cuantas cosas están de acuerdo con tu personalísima concepción de las "raíces naturales"; cuantas serían consideradas "naturales" por los hombres del pasado, y "vuelve" hacia atrás en intervalos seculares, para comprobar tus raíces artificiales que te han separado del chimpancé. De paso comprueba las "raíces naturales" del aborto inducido, el infanticidio, la esclavitud de niños, el canibalismo, la explotación... cuantos horrores "naturales" en nombre de la "Naturaleza".


       > * ... No es el camino más razonable de discusión. Se podría también desmenuzar y arrojar a la cara las más de 200.000 mujeres que mueren en embarazos indeseados todos los años y otras múltiples víctimas reales para embotar la discusión.

> No embota la discusión ya que no estoy en contra de que esas mujeres aborten. Son los casos
> realmente claros de proaborción.

        *** Tanta gasto de pólvora en salvas, para ahora aceptar el aborto. ¡Qué tipo de debate más sorprendente! Si se acepta casos concretos, evidentemente justos, entonces la opinión no sólo es temporal, sino tirando a "esquizofrénica" una vez esgrimido el absoluto. Se argumentan criminalizaciones generales, absolutos, y luego decir esto. ¿No crees que se te podría volver en contra toda tu argumentación? ¿Es que el 'legalismo biologista' funciona en un caso y no en otro? Tus razones no eran "humanas", sino "biológicas", luego las excepciones no están en ese campo; están claramente fuera de juego ¿No se está reconociendo que en algunos casos puede haber una voluntad consciente que decida la maternidad? La cuestión está en saber si es la mujer la que decide sobre su cuerpo y su vida dadora de vida, o deciden otros.

        *** Y el objetivo asignado por la teocracias en lucha contra las "p. mujeres" es parir sin su voluntad; esa es la finalidad asignada por Dios y sucedáneos ideológicos. La maternidad no pertenece a las madres, pertenece al Dios-Estado y a sus émulos. La mujer no decide los hijos, es el enviado de Dios, el espermatozoide, que al juntarse con el óvulo destruye a una persona. Ésta ya no existe en la decisión, sólo tiene que obedecer, no tiene vida volitiva ni consciente.

        *** Ellas imponen, parece decir la apoltronada Esencia Absoluta, que luego se cambia a discreción. Si le ha tocado la "china", pues a aguantarse, para que no vayan de picos pardos por ahí, según reclama un subconsciente colectivo no extinguido. Esto en los recalcitrantes pro-vida no es sentimentalismo, como se ha dicho, es totalitarismo. Menudo porvenir le van a dar a sus patrocinados a los que no van a tener que dar vida, ni sangre, ni leche, ni entrega de por vida, ni consciente, ni nada.

        *** Lo que sí sería sentimentalismo es, por ejemplo, la postura de parte de los partidos de izquierda. Por ejemplo, el anterior coordinador de Izquierda Unida sí cree que se está matando una vida, pero deja la soberanía a las mujeres, sin tópicos frívolos, sin criminalización truculenta; se niega a imponerse a la radical (en el sentido radical del término) voluntad consciente de la interesada.

        **** Se deberá aclarar si la cárcel, que implícitamente parece pedirse para los casos que el legislador juzgue frívolos, es imposición o no; si no se está tratando de imponer por voluntad consciente la maternidad. Dices que no quieres votar a esa izquierda que podría darte la razón en algunas cosas, pero que no está dispuesta a mandar a la cárcel a ninguna mujer, ni llama imposición a la voluntad consciente de toda persona, que es lo que diferencia y singulariza al ser humano.

           **** Lo que está más que claro es que la despenalización del aborto reduce de manera drástica la mortalidad y la morbilidad de algo que, queramos o no, se va a realizar en mayor o medida mientras haya embarazos indeseados. Las víctimas de la clandestinidad no son inocentes para los "pro-vida", y, por tanto, no son vida merecedoras de su excelsa consideración.

> ¿Quién soy, de donde vengo, a donde voy?

        *** Así, a bote pronto, sobre esas herrumbrosas cuestiones no puedo evitar, con ironía, que lo primero que se me venga a la cabeza sea aquella canción de parecido título de Siniestro Total. También la de Veneno en pleno vuelo: "Enamorado de la vida,/ aunque a veces duela,/ yo no sé quien soy/, ni lo pretendiera". Enmienda poética a la Totalidad.
       
*** Donde quieren ir algunos "pro-vida" es claramente a batir la supremacía numérica de las bacterias.(-_-).

> Que absurdo mundo este en donde se me dan millones de neuronas y capacidades infinitas de memoria > para solo usarlas un breve instante. Que despilfarro evolutivo!!!.

        *** Si eso se llama amor a la vida, lo que no comprendo es porque no se ponen a dar a luz todos los años los partidarios de la vida. Si se adora al cigoto y se lamenta la ausencia de sus posibilidades, si se construyen seres humanos sobre los accidentes de mujeres convertidas en basura para la vida autónom, lo que hay que hacer es producir, producir y producir. Producir cigotos con capacidades infinitas, pero en el propio cuerpo y evitar el despilfarro de todas las vidas posibles. Habría coherencia. Hay que predicar con el ejemplo.

> Pero no la mía ya que distingo perfectamente entre el valor de un potencial ser humano y de un
> insignificante espermatozoide, por muy potencial que sea.

        *** Pero puede dejar de ser insignificante a poco que los amigos de la vida billonaria se ponga a trabajar. ¿No es posible imaginar la de neuronas, pensamientos e ilusiones que podríamos tener si en vez de ser seis mil millones fuésemos seis mil billones? Pues a trabajar. Conseguiríamos, ¡por fin!, que la humanidad estuviese totalmente unida sin remisión.

> Y todo lo que es humano... no debería estar protegido por las leyes de los derechos humanos?.

        *** ¿La voluntad del ser humano sobre su cuerpo y su vida es humano?.

> Es demasiado abierto, demasiado manipulable... No parece una verdad demostrable, sino más bien
> una opinión romantica, ideologica, en definitiva: algo temporal. Busco una definición cientifica. Una
> verdad absoluta que defina el tema (aunque ello no significa que se defiendan y se tengan encuenta los
> legitrimos derechos de las mujeres y los casos concretos evidentemente justos.

        *** Yo soy más modesto, me "conformo" con una vía soberanamente humana. Se ha demostrado empíricamente muchos más segura. La "definición", metafísicamente, enjaula y tira las llaves lejos de tu alcance. La sinuosa realidad es más abierta. En cada caso, el esfuerzo neuronal debe ser ingente. Los descansos de las definiciones salen caros.

        *** La opinión de los provida es un ejemplo de manipulación, de Verdad Demostrable al toque de corneta, de ideología en lomo ajeno, de ciencia ganadera acrisolada en millones de mujeres-cobayas.. Y me parece que no se puede, es imposible, buscar una definición científica sobre la vida humana (¡qué cosa tan "científica"!). No vivimos "científicamente", ni nuestra psicología es "científica", ni nuestras relaciones políticas. Estamos en la enésima revisitación de Ideología de la Ciencia. No hay una pureza unívoca que dé seguridad absoluta. Las definiciones "científicas" se han demostrado tan manipulables como las demás. Supongo que no hará falta poner muchos ejemplos. El gulag y las cámaras de gas han sido el apogeo de lo "científico" para millones de seguidores. Para otros, meter a mujeres en la cárcel o culpabilizarlas preserva y asegura la definición "científica".

> En definitiva: decidir que el ser humano empieza en el momento ?mágico? en el cual el esperm. etc
> etc... adn.. etc etc... no implica el no dejar practicar el aborto. Sencillamente hace que se haga de una
> manera decorosa, bien pensada, racionalmente correcta y evitando abusos y usos por mera
> comodidad social.

        *** No sé si crees que tus contendientes dialécticos preconizan una incentivación del aborto deportivo, o poco menos. Asimismo el párrafo contradice totalmente tu búsqueda de verdad absoluta, deja boquetes de absoluto a la carta para imponer desde el exterior. Todas las argumentaciones dadas, expresan la creencia de que las mujeres abortan por capricho, y que es un trago dulce para ellas. No sé tu experiencia, pero lo que yo percibo y conozco no tiene nada que ver con una visión frívola de esta cuestión. Y si hay mujeres que sí lo hacen por frivolidad, nos guste o no, tienen derecho a equivocarse, y las demás no tienen por qué cargar con la responsabilidad. Aparte que traer hijos por frivolidad u obligación al mundo no veo que sea precisamente ejemplar.

        Luego, queda, (en caso de que no pongas objeciones morales al uso de anticonceptivos), la cuestión de la píldora "del día siguiente"; es decir, una mujer utiliza la píldora antes, y no mata a ninguna persona, pero si la usa veinticuatro horas después, es una asesina. Opinión que sería la coherente dentro de la "cultura de la vida". Con lo cual, gracias a la verdad absoluta, se sirve en bandeja la apología del asesinato. Si se absolutiza el cigoto por encima de la voluntad de la mujer de ser madre, y se la criminaliza, al final al permitir excepciones estamos defendiendo el asesinato en casos señalados, y, como suele ser habitual, son ciertos miedos a lo por venir los que deben darnos miedo, especialmente cuando se arrojan sobre espaldas ajenas. Un nuevo boquete.



> Más o menos como está ahora plasmado en las más vanguardistas sociedades. Vamos: que se pueda
> abortar cuando las circunstacias sean objetivamente correctas y razonables (a especificar y legislar).

        *** O sea, se puede "asesinar", pero hay que demostrar ante el legislador que se va a hacer "en circunstancias objetivamente correctas y razonables". ¿No puede convertirse en un fleco para el manual de la CIA, o las cloacas de cualquier Estado?

> Que abortar no se a como ir al peluquero,

        *** ¿Qué porcentaje de mujeres estimas van abortar como si fueran al peluquero?

> ya que tal vez (ese es el tema en discusión) se está tratando con seres humanos, no con grumos
> celulares a los que una benigna ?voluntad consciente? convierte en

       *** Pareces reconocer que en algunos casos la voluntad consciente del legislador puede decidir que son grumos. La mujer, en ningún caso. Si lo hace, sería mágico-etérea-romántica, que, traducido, significa porque le da la gana, característica de las personas que tienen libertad (y, por tanto, libertad de equivocarse). Si no hay "voluntad consciente" (persona) para dar vida, no hay ser humano que merezca tal nombre. A la mujer se la convierte en bazofia, se la anula, se la mata, se la pisotea, se la convierte en un excremento maquinal sin voluntad ni conciencia. De las ingentes generaciones ogino quieren pasar a la producción de reatas de reses de nacimiento forzado para competir con los ayatolás en compulsión estatal contra las paridoras rebeldes. No sólo tiene que estar nueve meses dando soporte a lo que se va a formar, sino, también, comprometerse de por vida por objetivación legalista burocrática a ejercer de coneja "correcta y razonable" para los vampiros de la vida ganadera.

        *** Ese ser humano no nace en la barriga de los legisladores. Las células del cigoto salen de esa persona, no del legislador. Las personas existen gracias a otras personas a las que se las hace desaparecer del mapa. Se hace del nacimiento humano un acto de ocupación totalitaria. Se alumbran hijos de madres "capadas" para un mundo "capado", y esa "benignidad" totalitaria es la esencia misma de la "cultura de la vida", que hace de la vida, imposición, ya que viene de una cultura de la imposición.





Libros consultados:

    - La mala vida en la España de Felipe IV. (Alianza) José Deleyto y Peñuela.
   
- Nuestra especie. (Alianza). Marvin Harris.
   
- Antropología cultural. (Alianza). Marvin Harris.
   
- Quienes somos. (Crítica). Luca y Francesco Cavalli-Sforza.
   
- Historial sexual del cristianismo. (Yalde). Karlheinz Deshner.
   
- Técnica y civilización. (Altaya). Lewis Mumford.
   
- Juliano el apóstata. (Tiempo de Historia). Fernando Savater.
   
- Carlos III y la España de la Ilustración (Altaya). Antonio Domínguez Ortiz.
   
- La mujer en tiempo de los faraones (Complutense). Christiane Desroches Noblecourt.
   
- Polémicas entre paganos y cristianos. (Akal). Ed. Sánchez Salor.
   
- El cosmos, el caos y el mundo venidero. (Crítica). Norman Cohn.






       Concepciones cosmogónicas en la antigua Mesopotamia

      Por tercera vez volvieron los humanos a molestar a los dioses, y ahora Enlil decidió usar al mismo Adad para provocar un diluvio de tal magnitud que ahogara definitivamente a los humanos. Esta vez Ea sólo pudo salvar a una familia, la de Atrahasis (quien da nombre al poema), el más sabio y bondadoso de los humanos. Aconsejado a tiempo de la conspiración de los otros dioses, Atrahasis construyó un barco e introdujo en él a su familia (en el sentido extenso: mujer, hijos y parientes próximos), y con ellos diferentes parejas de animales, tanto domésticos como salvajes.

       Mientras en las anteriores ocasiones los dioses habían seguido recibiendo alimento de quienes no enfermaban ni enflaquecían en exceso, ahora pasaron hambre, ya que sólo sobrevivían los pasajeros de la barca, incapaces de cultivar la tierra.

       Ante la perspectiva de tener que volver a trabajar se replantearon la magnitud de sus castigos y llegaron a un punto de equilibrio, en el que aceptarían la existencia de humanos, pero limitando su número mediante las siguientes disposiciones: crearon un demonio cuya misión sería la de incrementar la mortalidad infantil tras los partos, arte de las mujeres sería estéril y otra fracción de las mismas renunciaría a tener hijos, asumiendo la virginidad como un valor reconocido socialmente con el cargo de sacerdotisas de determinadas diosas.

       De esa forma, la mortalidad neonatal (y en su caso el infanticidio), la esterilidad y la virginidad eran no sólo reconocidas como mecanismos de control demográfico, sino que, situadas en la esfera de las decisiones divinas, permitían transferir a estos la responsabilidad de aquellas acciones y fenómenos.


       Eros romano. Sexo y moral en la Roma antigua. Jean-Noël Robert.

        Un curioso pasaje de Dionisio de Halicarnaso, a propósito de las determinaciones dictadas por Rómulo, establece que un padre debe preservar íntegramente la totalidad de su linaje masculino, pero, en lo que se refiere a la hijas, puede conformarse con conservar la primogénita. Lo que quiere decir que no era raro que un padre eliminara a una hija en el nacimiento, como aún hoy se hace en algunas civilizaciones... Si el censor, cada cinco años, recordaba esta obligación de maternidad para que la ciudad pudiera crecer y prosperar, no era el hecho de parir lo que daba a la mujer el estatuto de mater familias, sino exclusivamente el hecho de casarse.

        Desde siempre las mujeres habían utilizado diversos brebajes mágicos destinados a "librarse" del bebé. Algunos apenas eran peligrosos, pero dudamos que una cocción de ginebra, excremento de buitre o testículos de mulo calcinados produjeran el efecto pretendido. Por el contrario, algunos vermífugos, como el abrótano o el ciclamen, podían tener tanta eficacia, que incluso la vida de la madre corría peligro. Ahora bien, hay que comprender que la falta no estaba en el hecho de querer abortar por no sabemos qué tipo de desprecio a la vida. Los romanos no estaban vinculados a la vida de un niño del que, con bastante certeza, sabían que corría el riesgo de morir en los primeros días de su existencia. Nadie consideraba además que los fetos fueran un ser vivo. Para la mujer la falta estaba en abortar contra la voluntad de su marido, a quien debía entregar un hijo que habría de ser heredero de su nombre y de su fortuna. Una mujer soltera o una esposa que contase con el consentimiento de su marido, podían tomar cuantas drogas abortivas quisiesen.

        En el año -403, los censores Camilo y Postumio habían decidido imponer a los solteros un impuesto especial por no haber obedecido la necesidad natural de tener hijos y descendientes... entregar a Roma nuevos ciudadanos.

        Augusto sometió a votación, en el -18, dos leyes capitales para codificar el matrimonio, castigar el adulterio, restablecer la moralidad y fomentar la natalidad... Estas disposiciones eran revolucionarias porque, por primera vez, unos asuntos que hasta entonces pertenecían a la vida privada -la autoridad del pater familias- eran dejados bajo la protección del Estado.

        Los viudos disponían disponían de cien días para casarse; las viudas, de diez meses y las mujeres divorciadas, de un año... Los solteros, viudos o divorciados cuya primera unión hubiera sido estéril se veían privados de la herencia... Además, eran privados de los Juegos lo que, simbólicamente, era como excluirlos de la comunidad... Obligaba al divorcio y a una nueva boda a aquellos cuya primera unión hubiera resultado infecunda... Intentaba impedir las uniones pasajeras, especialmente en lo tocante a las mujeres de buena familia. Esperaba lograrlo poniendo en cuestión la responsabilidad del marido, o del padre, si el adulterio se cometía bajo su techo. De no denunciar el crimen, se les considera cómplices.

        El código de Justiniano, que evocó la ley sobre los adulterios, hablaba de penal capital también para una relación con una mujer casada o un joven muchacho. Ahora bien, la lex Iulia no consideraba ni esta sanción ni, según parece, la homosexualidad... Las relaciones bisexuales no dificultaban la política de natalidad pretendida por el emperador.

        Bajo Tiberio, Tácito observa que se discutió acerca del suavizamiento de la ley y destaca su ineficacia: "Con ella no se habían multiplicado los matrimonios ni el número de hijos, por lo que la falta de herederos era lo más normal. Añade que por un efecto perverso, "cada vez había más gente en peligro", pues todas las casa eran "víctimas de las interpretaciones calumniosas de los delatores... Antes sufríamos con los escándalos, ahora sufrimos con las leyes".

         El coitus interruptus era recomendado por los judíos... Sorano aconseja que cuando el hombre esté a punto de emitir el esperma, ella contenga la respiración y retroceda ligeramente para que el esperma no sea eyaculado en el cuerpo de la matriz; que se levante inmediatamente, se agache, estornude y se limpie cuidadosamente la vagina; también que beba agua fría". La creencia en la eficacia del lavado vaginal con agua fría parece haber alcanzado, con razón o sin ella, cierto éxito.

        Para mayor seguridad, la ingestión de diversas pociones, muy eficaces... La mayor parte de ellas no sólo tenían propiedades anticonceptivas, sino abortivas. En muchos casos se daban al vino, que, como vimos, habían tenido prohibido durante mucho tiempo, entre otras razones, porque podría provocar el aborto. Había numerosas recetas... La opciones eran múltiples, según la experiencia o credulidad de las mujeres.

        La superstición predominaba claramente sobre la experiencia cuando Plinio evocaba la decocción de ninfea, que, bebida durante doce días, "imposibilitaba para la práctica del amor" y eliminaba el esperma, ya que "según la tradición, la ninfea nacía de una ninfa muerta de celos por Hércules". ¡Hermoso ejemplo de placebo y de venganza universales!.

        El aborto podía resultar necesario cuando la fiabilidad de los medios anticonceptivos dejaba tanto que desear. A los médicos no les gustaba practicarlo, en primer lugar, porque solía ser peligroso para la salud de la mujer; en segundo, porque podía pretender ocultar una relación adúltera que la moral reprobaba. Ya vimos, en el plano legal, sólo el padre del niño podía permitir el aborto. Nada tenía que decir la madre al respecto, que sería culpable (pagándolo incluso con la muerte) de privar a la ciudad de un futuro ciudadano y, a un padre, de un heredero. No se tenía en cuenta el hecho de que pudiera matarse a un ser humano, pues los romanos no consideraban el feto como tal. De todas formas, la opinión pública reprobaba el aborto, y la literatura apenas nos ofrece algún ejemplo digno de consideración, aun cuando se encuentre algún indicio en el teatro de Plauto. En tiempos más remotos debía de ser cosa únicamente de prostitutas y esclavas.

        La necesidad de ocultar una falta tan grave a su marido o de salvar la vida eran los motivos para recurrir a una bruja, cuando se era de una baja condición, o a un médico, si se formaba parte de la alta sociedad. Sorano, a quien repugnaba practicar el aborto, se prestaba voluntariamente a ello cuando la vida de la mujer corría peligro... No era partidario de recurrir a la cirugía... Optaba por algunos métodos menos cruentos, como los ejercicios físicos y tratamientos debilitadores. Largos paseos a pie o en traqueteantes carruajes, saltos enérgicos o levantar pesadas cargas, podían provocar la expulsión del feto. Antes que recurrir a la sangría, no siempre bien tolerada, prefería recurrir a los baños tibios, tisanas abortivas, masajes..., y los baños de asiento... las cataplasmas.... las lavativas. Este régimen astringente estaba previsto para una duración de tres días antes de la aplicación de "un tampón impregnado en productos abortivos".

        Reprimían el infanticidio y el abandono del niño por exposición. (Más tarde un padre que expusiera a su hijo incurriría en pena de muerte). Sancionaban el aborto porque era infanticidio. En el Concilio de Elvira en 300, condenaron a la mujer adúltera que matara a su hijo concebido en el pecado. En el Éxodo el aborto no era en sí misma un homicidio. Pero la Iglesia juzgaba que un feto era un ser humano a partir del momento en que se formaba, es decir, según la opinión de Aristóteles generalmente admitida, cuarenta días después de la concepción.. Jerónimo trataba también a la madre que abortara de "parricida", según un término que tenía más valor moral que biológico. "Impedir el nacimiento es fomentar el homicidio", Tertuliano.

        En el Apocalipsis de Pedro, del siglo II... los homosexuales eran arrojados al vacío por haberse manchado "presentándose como mujeres". Ardían con las lesbianas dando vueltas sobre la parrilla. Los adúlteros eran colgados sobre la caldera ardiente: las mujeres por los cabellos, los hombres por los pies con las cabezas dentro de la olla. Finalmente, unas mujeres permanecían sentadas en un abismo por el que corrían "la sangre y las deyecciones de los castigados", "sumidas hasta el cuello". "Enfrente tenían a los niños prematuros, que lloraban. Unos rayos de fuego herían a las mujeres en los ojos. Eran las que habiendo concebido fuera del matrimonio, abortaban." Estos cuadros terribles petrificarían de angustia a generaciones de hombres durante siglos.




        "El mundo trastornado. El ideario popular extremista en la Revolución inglesa del siglo XVII". Christopher Hill. (Edit. Siglo XXI).

        Nosotros sólo podemos conjeturar el número de infanticidios que acompañaban a esos matrimonios informales o a esas relaciones sexuales todavía más fortuitas, pero, probablemente, la mortalidad infantil sería, en cualquier caso, especialmente alta entre tales grupos sociales.




        El problema racial afroperuano - Artículo sobre el racismo contra la mujer negra en el Perú. Por Mónica Carrillo

        Remontémonos al siglo XVII para entender el proceso que vivieron las mujeres esclavas. Desde la pubertad muchas eran prostituidas y/o obligadas a tener relaciones sexuales con los patrones. Además utilizadas como reproductoras de esclavos, es decir las "cruzaban" con un esclavo "semental" sano y fuerte para tener mano de obra de primer nivel y elevado precio. Hubo varias formas de resistencias. Tradiciones orales que se conservan hasta hoy en día, cuentan que algunas abortaban sin que en patrón se diera cuenta o se suicidaban en casos extremos de depresión. Estas drásticas medidas eran para ellas la mejor demostración de amor a sus hijos porque les evitaban la condena y el sufrimiento de una vida esclava.




       "El caballero, la mujer y el cura. El matrimonio en la Francia feudal". George Duby.

        Es, a sus ojos, la frivolidad misma, charlatana en la iglesia, olvidadiza de los difuntos por quienes debía rezar, ligera. Tiene toda la responsabilidad del infanticidio, porque el cuidado de la prole sólo le incumbe a ella. ¿Que muere un hijo? Es la madre quien lo ha suprimido, por negligencia verdadera o fingida, y esta pregunta precisa, por ejemplo: "¿No has dejado a tu hijo demasiado cerca del caldero de agua hirviendo?". El aborto, por supuesto, es asunto de mujeres.

        Termina en el infanticidio (doce años). Gradualmente se pasa del aborto, antes de que el niño se haya movido, a la negligencia (ahogar al hijo en la cama, al darse la vuelta durante el sueño sin querer: tres años).

        Procedimiento de esposas cocineras que preparan platos o brebajes capaces de dominar los ardores de su marido y suelen emplearlos para marchitar las fuerzas del hombre y así librarse de las maternidades.

        Parecía más urgente evitar la ramificación de la estirpe. Se quería que la semilla sobreviviera, pero en un solo tallo. Era, pues, forzoso limitar los nacimientos. ¿Mediante la contracepción? Unas palabras de Germán de Tournai sugiere que no se ignoraban las recetas para ello: la condesa Clemencia de Flandes, "habiendo engendrado tres hijos en tres años y temiendo que si nacían más, se disputaran Flandes, actuó según las prácticas femeninas (arte muliebri) para no engendrar más". Usando esos secretos bien guardados entre las mujeres, esas mixturas que describe Bourchard de Worms, en virtud de las cuales las esposas adúlteras podían ser estériles como en las novelas. Y fue castigado por esto; Germán ni lo sospechaba: todos los hijos de la condesa murieron sin hijos... Para restringir el número de herederos posibles, se controlaba la nupcialidad masculina.


        "La sabiduría de los bárbaros. Los límites de la helenización". Arnaldo Momigliano.

        Moisés... dividió al pueblo en doce tribus, estableció el sacerdocio y, en suma, promulgó leyes loables. Había asegurado una gran población, haciendo inalienable la tierra y prohibiendo la exposición o abandono de los niños, práctica común entre los griegos. Había preescrito una educación de rigor espartano.


        Entre el bajo y el alto Orinoco. Allí la población nativa disminuía por "la criminal costumbre de impedir el embarazo mediante el uso de hierbas nocivas", práctica condenada drásticamente por los religiosos.


       Ogarev: "Fue ahorcado un hombre que se había abierto la garganta pero que había sido devuelto a la vida. Lo ahorcaron por suicida. El médico había advertido que era imposible ahorcarlo mientras por la abertura de la garganta pudiese respirar, pero no escucharon su advertencia y lo colgaron. Inmediatamente se abrió la herida del cuello y el hombre volvió de nuevo a la vida, a pesar del ahorcamiento. Ello dio tiempo a convocar a los concejales (sic) para decidir lo que se debía hacer, y al fin los concejales se reunieron y lo ataron por debajo de la herida hasta que murió. ¡Oh, Mary mía, qué sociedad tan demente y qué civilización tan estúpida!" "Puede leer en el periódico la discusión habida en el Parlamento acerca del aumento en el número de infanticidios. Alguien propuso abrir una institución donde mujeres y muchachas pudiesen tener sus hijos de forma que ni el nacimiento ni la crianza les costara nada. En mi país existen ya tales instituciones. Pero la mayoría del Parlamento rechazó la proposición por inmoral".


        Carlos García Gual et alii. Nota en la edición de "Tratados Hipocráticos".

        El aborto estaba sancionado en muy pocas ciudades de la Grecia Antigua y sólo se conoce una prohibición en Tebas y en Mileto. Se puede afirmar que, a partir de la sofística, fue una cuestión frecuentemente debatida en Atenas y que la mayoría de los filósofos no sólo la admitían, sino que incluso lo recomendaban. Platón lo considera una institución propia del Estado ideal (República) y admite que las comadronas puedan practicarlo si lo consideran conveniente. Aun sin razones médicas es también admitido por Aristóteles (Política 1335b 20 ss), quien ve en él una de las mejores maneras de mantener la población dentro de los límites deseables. Sin embargo, las opiniones sobre el momento en que puede ser practicado no son unánimes: si Aristóteles aconseja que se realice antes de que el feto tenga vida animal. Platón, los estoicos y la mayoría de filósofos y científicos piensan que puede realizarse durante todo el embarazo; sólo los pitagóricos, en opinión de Edelstein, disienten del resto y niegan la licitud del aborto en cualquier momento. El aborto terapéutico era también admitido por los médicos hipocráticos y, así, vemos que Enfermedades de las mujeres habla, con toda naturalidad de los diversos preparados abortivos para eliminar los fetos muertos, paralizados o a medio desarrollar, pero hasta ahora sólo se ha podido aducir un caso de aborto no terapéutico en Sobre la naturaleza del niño, donde el autor describe cómo hizo abortar de manera un tanto grotesca, a una bailarina dedicada a la prostitución.


       IDEOLOGÍA Y CUENTOS DE HADAS - Hugo Cerda Gutierrez

        El propio Federico García Lorca observó el profundo fatalismo y pesimismo que se refleja en muchas canciones de cuna de España y Latinoamérica. Según Lorca, "no debemos olvidar que la canción de cuna está inventada (y sus textos lo expresan) por las pobres mujeres, cuyos niños son para ellas una carga, una pesada cruz con la que muchas veces no pueden. Cada hijo, en vez de ser una alegría, es una pesadumbre y, naturalmente, no pueden dejar de cantarle, aun en medio de su amor, su desgano por la vida".


       EL ABORTO EN LA HISTORIA CATÓLICA Por: Emilio J. Corbière (de la redacción de ARGENPRESS.info)

        En realidad, la condena del aborto por la Iglesia Católica data recién de 1869, cuando el papa Pío IX lo reprobó desde el momento de la concepción, en el documento Apostolicae Sedis (Acta Pío IX, V, 55-72).

        Sin embargo, la Doctrina de los Padres de la Iglesia, especialmente Santo Tomás de Aquino, fue mucho menos concluyente, ya que consideraba, siguiendo a Aristóteles, que la 'animación', en el caso del hombre, se producía recién a los cuarenta días de concebido, en tanto que las mujeres tardaban ochenta días.

        Rígidos moralistas, como San Alfonso María de Ligorio, habían aceptado el aborto terapéutico (Theología Moralis). En la Biblia no existe ninguna mención explícita condenando el aborto. Por el contrario, el único pasaje que se refiere directamente al aborto se encuentra en el Antiguo Testamento (Éxodo, 21-22, 24). No adjudica allí valor primordial al feto, ya que por su muerte se tenía que pagar una multa a un futuro padre. En cambio, si la mujer fallecía o era herida, el daño de su cuerpo desencadenaba un proceso de venganza y castigo.

        Para Aristóteles, el feto no tenía vida originariamente. Sólo a partir de un cierto tiempo de gestación, el alma le sería infundida. Para el filósofo griego, ese momento era de cuarenta días para el sexo masculino y ochenta para el femenino. El aquinante, como se ve, siguió la misma interpretación.

        En el Nuevo Testamento no se encuentra alusión alguna al aborto. Sólo algunos textos, como Gálatas (5-20, 21) y Apocalipsis (9, 21-18, 23; 8:22, 15) se refieren a los crímenes de origen sexual, que merecen el fuego del infierno y la expulsión del Reino de Dios. Sin embargo, en ninguno de estos pasajes se menciona directamente el aborto.

        Recién, en el año 100 d. de C., en Didaque se afirmó: 'No matarás a una criatura por aborto, ni a una criatura recién nacida'. El Concilio de Elvira (305 d. de C.) normalizó la vida sexual de los cristianos, prometiendo excomunión a las mujeres que abortaban después de cometer adulterio. Se condenó el aborto realizado con motivo del adulterio, pero no aquel provocado dentro del matrimonio.

        A la mujer se la castigaba con rigor por el adulterio y el aborto era castigado como un crimen contra la sexualidad establecida y no en contra de una vida presunta.

        La Constitución apostólica era una colección de documentos apócrifos de la Iglesia oriental, y la misma solamente condenaba la supresión del feto 'animado'. En Occidente, San Jerónimo, en carta a Algasia, explicaba: 'El esperma se forma gradualmente en el útero y no se puede hablar de homicidio antes que los elementos esparcidos reciban su apariencia y sus miembros' (Epístola, 121, 4). De todas manera, castigaba a las adúlteras que abortaban, pero aplicando el criterio aristotélico-tomista en cuanto al feto 'animado'.

        San Agustín afirmaba que 'si el problema del alma no puede ser decidido apresuradamente, con juzgamientos rápidos y sin fundamentos, la ley prevé que un acto sea considerado como homicidio una vez que no se pueda hablar todavía del alma viva en un cuerpo privado de sensaciones , en una carne todavía no formada y, por tanto, todavía no dotada de sentidos'.

        San Jerónimo, al igual que San Agustín, aunque hagan una distinción legal ente el aborto del feto 'animado' e 'inanimado', entendían que se debía castigar a los primeros, y condenar a los segundos. Aún más , en esta distinción entre 'animado' e 'inanimado' la ley que prevalecerá en la legislación castigará canónicamente el aborto realizado contra el feto 'animado'.

        Por eso, en el siglo VII, el Canon Aliquando de Graciano sólo preveía punición canónica para el aborto del feto 'animado' (Decretum 2, 32, in Corpus luris Canonici).

        El Papa Inocencio III sostenía que se cometía aborto si el feto era 'vivificado' (animado), y en igual sentido se pronunció en sus Decretales el papa Gregorio IX (1727-1241). Estos decretales fueron de carácter universal y consideraban homicidio solamente al aborto del feto 'vivificado' (Canon Sicut Es).

        El propio Santo Tomás de Aquino insistía en que la animación del feto no ocurría el momento de la concepción (Summa Theologica, 3, 10, 64).

        Hay que aclarar que los abortos en las fases anteriores a la 'animación' merecían una condena moral. Como sus antecesores, Santo Tomás colocaba el aborto en las primeras fases, en la línea de la contracepción, que también es condenada por los católicos, por lo menos en la posición oficial de los eclesiásticos.

        Una posición más permisiva comenzó a desarrollarse a fines del siglo XV con Sanches, que consideraba hasta moralmente permitido el aborto de un feto 'no animado', siempre que hubiese razones, tales como la violación y el peligro de muerte para la madre, posición que prevalecería hasta nuestros días (De Sancto matrimonii sacramento, Venezia, 1737).


     Mentalidad justiciera de los irmandiños, siglo XV.- Carlos Barros.

       Las Partidas (VII, 30, 2) prohíben, por ejemplo, dar tormento judicial a la mujer preñada
"por razón de la criatura que tiene en el vientre que non merece mal"; incluso las leyes respetan más a la mujer en período de gestación.

       La legislación es ambigua a este respecto: castiga con la muerte el delito de aborto, pero dice que el padre ha de castigar al hijo (igualmente el señor al vasallo, y el maestro al discípulo), aunque deba hacerlo con mesura, sin crueldad, mereciendo pena de homicida sólo si en la corrección mata al hijo a sabiendas (Partidas, VII, 8, 8 y 9). (...) En la bula compostelana de indulgencias de 1.524, el perdón comprendía: "It, a los que por negligencia mataron o hagaron sus hijos ....... It, al que oviere muerto a su hijo o hija por negligencia non parando mientes".

       Prueba de que existía negligencia criminal de los padres hacia la infancia, y también la conciencia de que era preciso combatir ese delito, que en rigor no cabe confundir con el infanticidio y el parricidio; la bula excluía, en líneas generales, el perdón de los homicidas. El deán de Santiago, Alonso García de Santa María, relata, en las primeras décadas del siglo XV, que a una peregrina francesa le falleció un bebé mientras le hacía cosquillas, la madre lloraba y decía después que su hijo se murió de risa.

       El hecho de que la muerte del pequeño se transformarse en anécdota, en un tiempo en que la idea de la muerte no se acogía desde luego con indiferencia, revela que la muerte en la niñez no incomodaba tanto en realidad como la muerte de los adultos.

       "El fin de la Edad Media se revela en efecto particularmente sensible a la muerte del niño".
Descubrimiento del niño en la Baja Edad Media gallega que viene a coincidir con la tesis de Le Roy Ladurie, frente a la opinión contraria -"no hay niños en la Edad Media"-


       Historia de la vida privada - 1 .-

       Los recién nacidos no vienen al mundo, o mejor dicho, no son aceptados en la sociedad, sino en virtud de una decisión del jefe de familia; la anticoncepción, el aborto, la exposición de niños de origen extraconyugal y el infanticidio del hijo de una esclava eran, pues, prácticas usuales y perfectamente legales. No serían mal vistas, y más tarde ilegales, sino después de la difusión de la nueva moral que, para simplificar, se conoce como estoica.

       Exponían o ahogaban a la criaturas malformadas (y no por cólera, sino por razón, como dice Séneca: "Hay que separar lo bueno de lo que no sirve para nada"), así como también a los hijos de una hija suya que hubiera cometido una "falta". Pero sobre todo, el abandono de hijos legítimos se debía a la miseria de unos y a la política matrimonial de otros. Los pobres abandonaban a los hijos que no podían criar; sin que faltaran otros "pobres" (en el sentido antiguo de este término, que hoy traduciríamos por "clase media"), que exponían a los suyos "para no verlos echados a perder por una educación mediocre que los iba a hacer inaptos para dignidad y las cualidades excelentes", según escribía Plutarco; la clase media, efectivamente, los simples notables, prefería por ambición familiar concentrar sus esfuerzos y sus recursos sobre un número reducido de descendientes.

       Los moralistas más severos podían considerar a la madre responsable de la salvaguarda de su fruto: pero nunca pensaron en reconocer el derecho a vivir del feto. El recurso a métodos de anticoncepción está demostrado en todas las clases sociales; san Agustín habla como de algo normal de "las uniones en que se evitan la concepción" y las condena, incluso entre esposos legítimos.

       Plauto, Cicerón y Ovidio hacen alusión a la costumbre pagana del lavado tras el acto... (...)
Tertuliano, polemista cristiano, considera que el esperma es ya un ser vivo, una vez emitido (y asimila la felación a la antropofagia); en consecuencia, en su Velo de las vírgenes, hace una alusión, oscura a fuerza de obscena truculencia, a las falsas vírgenes cuya preñez equivale a un parto: paradójicamente, lanzan al mundo hijos exactamente a su padre y, al hacerlo así, los matan; alusión a un diafragma o pesario. Y san Jerónimo habla de aquellas muchachas "que experimentan de antemano su esterilidad y matan al ser humano antes incluso de engendrarlo": alusión a una droga espermaticida.

       Los germanos, descritos por Tácito como Buenos Salvajes, "sólo conocen el amor tardíamente, de manera que sus fuerzas juveniles no se agotan.

       El abandono de niños era una práctica usual, y no sólo entre los pobres; los mercaderes de esclavos acudían a recoger los recién nacidos expuestos en los santuarios o en los basureros públicos. En fin, la pobreza impulsaba a la gente sin recursos a vender sus recién nacidos a los traficantes.

       Bajo nuestro Antiguo Régimen, una familia francesa media tenía cuatro o cinco hijos... la familia romana media, por su parte, no tenía más de tres hijos.

       El siglo V es una época de invasiones bárbaras en Occidente, y en Oriente, de obstinadas organización, de crecimiento de la población y de un consiguiente aumento de la miseria.

       Quien matase a una mujer joven y libre en edad fértil tenía que pagar 600 sueldos, mientras que si la mujer había muerto después de la menopausia, sólo tenía que abonar 200. Si se la hería hallándose encinta y moría, 700 sueldos de multa; pero sólo 100 si el niño moría a consecuencia del aborto consiguiente.

       La cólera divina se manifiesta, se muestra literalmente, a través del monstruo. El consejo cristiano de abstenerse de relaciones carnales en día sagrado venía a redoblar la cuestión. En efecto, las prácticas paganas con respecto a los hijos continúan dándose, en particular, la exposición... El sacerdote anunciaba el descubrimiento públicamente y, si nadie lo reclamaba, se lo entregaba a su "descubridor", que pasaba a convertirse en su propietario, lo criaba y lo hacía su esclavo.

        La penitencia por adulterio, que era de tres años antes de la reforma carolingia, pasó a ser de siete años.

       Por el contrario, los autores de penitenciales son mucho menos rigurosos con la violación y el rapto. No hay ningún aumento en la penitencia (alrededor de tres años), salvo evidentemente con respecto al clero. ¿Por qué? Esta relativa mansedumbre se debía a la misma concepción: permitirle a la mujer manifestar su igualdad y su libertad en el matrimonio.


       El miedo en Occidente -- Jean Delumeau.

      Algunas mujeres, "muy criminales", "usando de encantamientos, de maleficios y del arte de Zabulón", impiden la procreación. Provocan la esterilidad con hierbas y composiciones mágicas. "Frecuentemente [nótese la insistencia de este adverbio] ahogan, por falta de precaución, a los niños pequeños que acuestan con ellas en su cama. Frecuentemente, los matan dominadas por el delirio. Algunas veces son las colaboradoras del adulterio: "sea que entreguen vírgenes a la depravación, sea que se las apañen para hacer abortar a una joven que es abandonada a la fornicación".


       Gentes, ciudades y riqueza. La transformación de la sociedad tradicional -- E.A. Wrigley.

        La fecundidad empezó a bajar de forma general a fines del siglo XIX. En cierta medida, el crecimiento continuado de la renta real media en la últimas décadas del siglo XIX y la primera parte del XX vino facilitada por los millones de individuos no nacidos que en otro caso habrían presionado sobre el mercado de trabajo.

        Si se deja a la población crecer demasiado, el equilibrio ecológico de la región puede alterarse y la capacidad de la región para proporcionar alimentos a la población puede verse dañada. Además, es más probable que el grupo en su conjunto tenga éxito si sus miembros están bien alimentados y tienen buena salud que si la constante presión de la población hace difícil mantener a los adultos vigorosos. Una tribu de aborígenes australianos que tenga una base alimentaria limitada en la que apoyarse se comporta de modo similar a las comunidades de pájaros y otros animales en circunstancias similares. Levanta barreras sociales que impidan que surja un número tan grande de nuevas bocas como para perjudicar el bienestar de los ya vivos. Esto puede hacerse en poblaciones animales impidiendo a algunos adultos engendrar durante una temporada determinada, o retrasando la entrada de los adolescentes en la población reproductora, o restringiendo el número de descendencia viable, o provocando la muerte temprana de muchos ya nacidos, o con muchas combinaciones y modificaciones de estos métodos. Pero en todos los casos el efecto es mantener las cifras de población fluctuando por debajo del máximo, es decir, a un nivel que no perjudique la afluencia de alimentos, creando una presión excesiva sobre la base de alimentos disponible, ni atrofie el desarrollo de los miembros adultos de la comunidad, pero que no restrinja la población muy por debajo del nivel impuesto por estos desiderata. Es importante señalar que cuando una población ha crecido muy por encima de este nivel y es necesaria una reducción de su número, éste viene asegurado normalmente, en parte al menos, por la reducción del acceso de nuevos miembros a la comunidad, y cabe esperar que el número de nacimientos descienda y que la tasa de mortalidad infantil crezca.


       EL ESTADO Y EL SISTEMA ECONÓMICO- INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA ECONOMÍA POLÍTICA.- Phyllis Deane.

        Malthus no llegó a ir tan lejos como Jeremy Bentham y los filósofos radicales que defendían la legalización y difusión de la contracepción (que para Parson Malthus eran un vicio), de modo que sus prescripciones políticas siguieron siendo inexorablemente duras... oposición a todas las políticas del gobierno encaminadas a aliviar la pobreza en las leyes objetivas de la política económica. En la medida en que el sistema económico se autorregulaba naturalmente los intentos por parte del hombre de aligerar el modelo correctivo de la miseria no podían más que empeorar la condición de los pobres.


       LOS POBRES EN LA EUROPA MODERNA --- Stuart Woolf.-

        Durante el siglo XVIII, el número de niños abandonados creció de tal modo que los hospicios de Milán y Florencia se vieron obligados a restringir su tradicional voluntad de actuar como depósito de niños legítimos.

        El interés por las vidas de los niños siempre ha estado muy difundido por razones religiosas, humanitarias y utilitarias: "la pérdida de estos niños crea un vacío en la sociedad, perjudica a la grandeza del gobernante al reducir el número de sus súbditos y hace que el hombre honesto reflexione detenidamente", escribe un crítico anónimo del Ospedale degli Innocenti de Florencia. Los hijos ilegítimos abundaban, como consecuencia inevitable de la promiscuidad en la que vivían los pobres. El temor al incesto constituía el motivo de la diligencia de la Congregazione di San Giovanni Battista para dar camas a las familias pobres, y separar así padres de hijos, hermanos de hermanas. Se concedían dotes para intentar preservar la virtud y canalizarla hacia las juveniles inclinaciones del matrimonio, siempre sujeto a peligro "que la miseria acentúa". El infanticidio estaba indirectamente alentado por la reproducción de las madres solteras: "En un hospital general, las mujeres pobres pero honradas, la joven víctima de un desliz momentáneo o de la seducción, son vistas con malos ojos por la gente y son objeto de las murmuraciones de los aprendices o de equipo responsable de proporcionarles medicinas y alimentos". La actitud hacia las madres solteras era ambigua y oscilaba entre un deseo de proteger el vástago inocente y una moral rigurosa expresada en el severo trato que se daba a las jóvenes embarazadas, sólo aceptadas por los hospitales en los últimos meses de gestación.

        "Los niños del Ospedale degli Innocenti mueren por falta de cuidados y por culpa de las nodrizas. Hay pocas nodrizas y la mayoría están sobrecargadas de niños; con la ayuda de unas cuantas cabras y un puñado de avena, alimentan a estos infelices... Esos niños mueren de hambre".

        En julio de 1.810, la comisión administrativa de los hospitales de Borgo San Sepolcro, como último y desesperado recurso, solicitó al prefecto un subsidio inmediato del Tesoro o el permiso para devolver a los niños a sus respectivos municipios:
       
"Estas deventuradas criaturas víctimas de la debilidad o del vicio, que deberían encontrar en nosotros el auxilio y la protección de la paternidad natural, sólo experimentan miseria y negligencia, y esto en contra de nuestra voluntad. Nos llegan quejas de todas partes, de las nodrizas y niñeras, a las que no pagan desde hace meses y amenazan con devolver los expósitos que les han sido confiados para alimentarlos y alojarlos. Ahora somos personalmente responsables de la lactancia y no encontramos mujeres que quieran alimentarlos. Ni siquiera podemos ofrecer nuestra protección a esos desafortunados niños que acuden a nosotros porque reciben malos tratos de sus cuidadores. ¿Cómo les podemos amonestar si sus servicios no son recompensados? ¿Cómo retirarles de sus cargos si nadie los quiere? Todo esto es una gran paso para nuestro corazón, nuestra humanidad, nuestra sensibilidad. Pero ¿qué sucederá cuando la esperanza muera por completo? No seremos capaces por mucho de mantener la vida de los desafortunados huérfanos y asegurar manos útiles para la sociedad".


       MODOS DE EDUCACIÓN EN LA ESPAÑA DE LA CONTRARREFORMA--- Julia Varela.

        Narra maravillosas historias en las que el ángel de la guarda defiende a los niños que crecen abandonados siendo amamantados por cabras y sin que los lobos lleguen a devorarlos. Pero además, estos ángeles defienden a los niños de las brujas y de las hechiceras y les procuran vida y hermosura en las almas y en los cuerpos. El demonio trabaja para que no vivan las criaturas de forma que no puedan recibir el Bautismo y para ello se valen de mujeres brujas y hechiceras. "Usan éstas de mil ardides para que otras mujeres aborten, y válense para sus hechizos de éstos que nacieron y murieron de partos aviesos. Comen como fieras sus carnes, persuadidas que con ellas se hacen insensibles a los tormentos; y de ellas componen infames ungüentos de sus engaños: ni aun a sus propios hijos perdonarán. Innumerables son los que en el vientre de sus madres, o salidos de él, han dejado en manos de estos tizones del infierno sus vidas..., toman oficio de comadres, parteras y santiguadoras para alcanzarlos..."

        Se hacen necesarios nuevos brazos para el trabajo precisamente tras las guerras, la expulsión de los moriscos y cuando las pestes diezmaban la población. (...) Pero para ello se imponía aumentar la población de productores, objetivo que se pretende alcanzar poniendo toda serie de dificultades a los que aspiran al desclasamiento mediante los estudios, y estimulando una política natalista consistente, según Navarrete, en "excitar con grandes privilegios a los matrimonios". El mismo Navarrete propone reformar los 4.000 estudios de gramática, "cuya multitud contribuye a distraer a los plebeyos de los oficios". La caridad no se debe encaminar a dar estudios a los desvalidos, sino a casar huérfanas..."Se da estudio a lo más bajo y abatido del mundo, que son los muchachos expósitos y desamparados, hijos de la escoria y hez de la república".

        El jesuita Gaspar de Astete, además de afirmar que los niños expuestos son la gente más miserable del mundo por su nacimiento oculto y fortuito, sus padres no conocidos... no dice que los hospitales que recogen a niños expuestos tienen poco cuidado de ellos, muriendo, en consecuencia, muchos.


       LOS CÁTAROS: HEREJÍA Y CRISIS SOCIAL --- Paul Labal.-

        La guerra ha asolado un país sobrepoblado: la cantidad de capillas diseminadas,,,, "Es difícil descartar la relación. El catarismo, en efecto, recupera la vieja fobia antinomista y maniquea de la procreación..."

        Contrariamente a lo que sucede en el norte del Loira, el uso del arado y el empleo del caballo todavía no se han introducido; la rotación de cultivos sigue haciéndose cada dos años; hay muy poca cría de ganado; los rendimientos son muy bajos... A las poblaciones excedentes sólo les queda una solución: expatriarse.... Iban a participar en la reconquista y la repoblación de España.


       LA REPRESIÓN DEL DESEO MATERNO Y LA GÉNESIS DEL ESTADO DE SUMISIÓN INCONSCIENTE --- Casilda Rodrígañez y Ana Cachafeiro.-

        Algunas tribus indígenas que cesaron de procrear ante la amenaza del genocidio blanco para impedir que las criaturas sufrieran; otras cuyas mujeres sólo tenían una criatura cada una porque cuando llegaban los blancos y tenían que huir no podían llevarse más que una encima.

        Sobre las nodrizas, Alice Miller, recogiendo los recientes "descubrimientos" sobre la práctica del filicidio a lo largo de la historia humana, nos recuerda que uno de cada dos bebés confiados a las nodrizas moría, y que por esa razón se las llamaba en muchos lugares faiseuses d'anges (hacedoras de ángeles).

        Una criatura "no deseada" puede ser sentida por su madre, primero como un monstruo que desgarra sus entrañas (como puede vivir una violación de un maníaco violento, y luego como una carga que le estropea la vida: si el entorno familiar y social le dice a la mujer que es un hijo o una hija indebida, inadecuada, ilegítima, además del bloqueo habitual inicial de la máquina deseante, se produce también el rechazo de la madre social, que a su vez impide que ulteriormente se filtren deseos maternos. La criatura rechazada por la madre porque es rechazada por el padre, es la criatura doblemente abandonada, afectiva y socialmente.

        Famulus quiere decir esclavo, no se puede arreglar, por más que el Vaticano y Hollywood nos lo quieran pintar de color de rosa.


        OCULTADO DE LA HISTORIA: El Holocausto canadiense. La historia no escrita del Genocidio de los pueblos aborígenes de Canadá a manos de la Iglesia y el Estado.

        http://www.zmag.org/Spanish/0404canada.htm

        "Mary", miembro de la tribu Hesquiat de Vancouver y superviviente de la Escuela Alberni, asegura haber estado internada en el Hospital Indio de Nanaimo, en 1969, donde se aprovechó su estancia para practicarle una esterilización sin su consentimiento:

        "Fui a que me trataran la tuberculosis, pero pude ver de inmediato que allí estaban ocurriendo cosas muy extrañas. Ya sabe; se oían comentarios de otros pacientes. Más tarde, un medico me comunicó que la política del hospital era acelerar el proceso del alta a las mujeres indias que consintieran en ser esterilizadas. Me negué rotundamente, pero al despertar de un tratamiento pude comprobar que me habían esterilizado de todas formas. Sin embargo, muchas mujeres accedían a ello porque suponía poder regresar a sus casas, tras meses, y en ocasiones, años, en aquel agujero infernal" (Testimonio telefónico de "Mary" a Kevin Annett, Vancouver, Columbia Británica, 6 de abril de 1997).

        La declaración de "Mary" la ratifica el superviviente de Alberni Hazel Joseph en declaraciones al equipo de investigación en 1998:

        "Mi prima Doris asegura haber sido esterilizada en el Hospital de Nanaimo en la década de 1960. Allí se encontró con todo tipo de mujeres de su poblado, como si formaran parte de una cadena de montaje. Los mismos médicos se encargaban de llevar a cabo las operaciones, si bien, no mostraban ningún tipo de secretismo al respecto. Hablaban abiertamente sobre el tema, como si no hubiera nada malo en ello, pese a estar esterilizando a estas mujeres por la fuerza" (13 de junio de 1998).

        Al igual que ocurriera en el Hospital Nanaimo, los archivos y expedientes sobre las esterilizaciones del W.R. Large Memorial de Bella Bella -hospital regentado por la Iglesia Unida desde 1925- también han desaparecido. La vecina de Bella Bella y antigua empleada del hospital, Christy White, revelaba a Kevin Annett:

    "En 1995, poco después de que la Policía Montada iniciara una investigación sobre las escuelas residenciales, Barb Brown, una de las administradoras del Hospital W.R. Large, arrojaba al mar una partida de documentos concernientes a los programas de esterilización en los que constaba que el Departamento de Asuntos Indios los financiaba. Algunos de los expedientes aparecieron esparcidos por el mar, en la playa del sur de la ciudad" (13 de agosto de 1998).

        Sarah Modeste, anciana Cowichan de sesenta y cinco años, de la región de Duncan, en Vancouver Island, fue sometida a una esterilización a manos del Dr. James S. Goodbrand en 1952. Goodbrand recibía 300 dólares del Departamento de Asuntos Indios por cada nativa esterilizada con o sin su consentimiento. Según la Sra. Modeste:

        "El doctor Goodbrand insistió en someterme a una esterilización cuando supo que iba a contraer matrimonio e incorporarme a la familia de un jefe tribal. Repetía una y otra vez, 'Sarah, no creo que te convenga casarte con Freddy. Si lo haces, me veré obligado a operarte". Tras estos episodios, hice todo lo que pude por evitarle, pero desde Asuntos Indios se me comunicó que era el único médico al que se me permitía acceder. De modo que cuando parí a mi primer hijo el Dr. Goodbrand me volvió a anestesiar, y cuando desperté, ya había realizado la esterilización. No pude tener más hijos". Otro tanto ha ocurrido con otras muchas mujeres. También se lo hizo a la mejor amiga de mi hija, allá por la década de 1970. Si se te consideraba conflictivo, se te operaba. Oí decir que el Gobierno ofrecía 300 dólares a cualquier médico por esterilizar a todas las nativas, con o sin su consentimiento" (Declaración de Sarah Modeste ante Pamela Holm y Kevin Annett, Duncan, Columbia Británica, 18 de agosto de 2000).

        Pero, en las escuelas residenciales más extendida que la esterilización debió estar el aborto forzado de jóvenes embarazadas. El aborto tuvo que ser una práctica común, puesto que las jóvenes eran constantemente violadas y preñadas por el personal de la escuela, los visitantes de la Iglesia, y algunos otros sujetos que prefieren mantener sus actividades en secreto.

        Los abortos eran de necesidad operaciones crudas y apresuradas, y como consecuencia, en muchas ocasiones las propias madres morían en el acto, según el testimonio de diversos testigos presenciales. Los cadáveres de las jóvenes y sus fetos generalmente se enterraban en los cementerios clandestinos tradicionales; en la Escuela Católica de Isla Kuper, justo al lado de la zona sur del edificio, en la Escuela Alberni, en los dos cementerios separados que había en la colina boscosa que hay al oeste de la escuela, e incluso, directamente en el subsuelo del lugar, en una "fresquera".

        La anciana Hesquait Irene Starr, quien asistió a la Escuela Alberni entre 1952 y 1961, describe estas prácticas:

        "Eran muchas las jóvenes que quedaban embarazadas en la Escuela Alberni. Los responsables de estos embarazos eran los propios miembros del personal del centro y algunos jefazos que aparecían por los centros para acostarse con las jóvenes nativas. Jamás supimos lo que ocurría con los niños, pero lo normal era que desaparecieran. Las muchachas eran conducidas al hospital local y regresaban sin sus bebés. Aún sigo oyendo sus llantos, noche tras noche, por sus pequeños retoños. El personal mataba a esos bebés para eliminar las huellas de sus crímenes. Todo el mundo estaba al corriente" (Declaración ante Kevin Annett, Vancouver, Columbia Británica, 12 de agosto de 1998).

        Amy Tallio, otra superviviente de Alberni, corrobora este testimonio:

        "Cuando estuve internada en la Escuela Residencial Alberni, en 1952, recuerdo a una joven que quedó embarazada. Se la llevaron en mitad de la noche y regresó al cabo de unos días sin su bebé. Se pasó semanas sollozando. ¿Dónde está mi bebé? ¿Qué han hecho con él?' El padre era un veterano miembro del personal del centro; un hombre de iglesia. Pregunté a una de las matronas qué había ocurrido con el bebé y me gritó que me buscaría la ruina si alguna vez se me ocurría volver a mencionar al bebé. Poco después me llevaron a rastras para tratar de borrarme el episodio de la mente, pero jamás podré olvidar los sollozos de aquella joven muchacha" (23 de mayo de 1998).

        El número de jóvenes nativas preñadas por los curas era aún más elevado en la Escuela Católica Isla Kuper. Según el testimonio de Diane Harris, asistente sanitaria de procedencia Chemainus y antigua alumna del centro:

        "Hemos sabido que los cementerios en los que reposaban los cadáveres de los hijos que los curas engendraban a las jóvenes estaban muy cerca del edificio de la escuela. Así fue durante varias generaciones. Las monjas, normalmente, practicaban los abortos a las jóvenes violadas que resultaban embarazadas obligándoles a beber sales de Epson. A menudo, las jóvenes morían por los tratamientos a los que se les sometía y eran enterradas junto con los fetos. He oído muchas historias como ésta y confío en la gente que me las ha contado" (Testimonio telefónico de Diane Harris a Kevin Annett, 24 de junio de 1998).

        Pero más horrendas, si cabe, son las pruebas que confirman el asesinato deliberado de bebés recién nacidos y sus madres para proteger a "importantes" violadores. Los sucesos tuvieron lugar en la Escuela Alberni y en repetidas ocasiones a lo largo de la década de 1950, según los testimonios de Amy Tallio y Harriett Nahanee, y de una antiguo miembro del personal del centro, de origen indoeuropeo, que trabajó allí las décadas de 1950 y 1960. Esta ex profesora, a quien llamaremos "Ruth", afirma:

        "A menudo, apodábamos a Alberni 'El club de las personalidades', por el rango de los individuos que aparecían, de tanto en tanto, a escoger niños y niñas. Era una red de pederastia organizada en la que estaban implicadas autoridades de la Iglesia, miembros del Gobierno, policías y jueces. Estas criaturas eran tratadas cual lotes de esclavos o ganado en una subasta: las colocaban en fila para que los peces gordos se pudieran servir. Por supuesto, estos todopoderosos dejaban preñadas a las jóvenes, pero se corría un tupido velo sobre la madre y el bebé. Jamás se hacían preguntas, pero las jóvenes embarazadas se desvanecían en el aire y nunca se volvía a saber de ellas. Se nos ordenaba decir que se habían fugado. Sólo que, en ocasiones, sus cuerpos salían a la luz. La manera de deshacerse de los cadáveres de estas muchachas no era precisamente sofisticada, se lo puede imaginar. Pero todos estábamos al corriente de que se las asesinaba. A nadie se le ocurría mencionarlas entonces, claro está, por la misma razón por la que nadie hablará de ello ahora: puro pavor a ser asesinado. Es gente muy poderosa la que está involucrada en esta red de pederastia, y no dudará en recurrir al asesinato para proteger su reputación. Así ha sido siempre. Cualquiera puede asesinar a un indio y salir impune; así era entonces y lo sigue siendo ahora" (Testimonio telefónico de "Ruth", antigua profesora de Alberni a Kevin Annett, 2 de febrero de 1998).

        Por difícil que resulte a los canadienses no nativos asumir la naturaleza y las prácticas asesinas de "reverenciadas" instituciones como las diversas Iglesias y la Real Policía Montada de Canadá, las pruebas del genocidio, pasado y presente, siguen brotando a través de las mujeres y los hombres acallados en el pasado.


     ABUNDANCIA Y ESCASEZ EN LAS SOCIEDADES PRIMITIVAS.-
      
La guerre sociale (1.977).

       Bajo una u otra forma, las sociedades paleolíticas obedecen a fuertes presiones demográficas. El tamaño de los grupos debe ser limitado y generalmente se desplazan y utilizan grandes territorios. Es en este contexto donde hay que situar las frecuentes costumbres de infanticidio y eliminación de los viejos. Lo mismo puede decirse de las prácticas de restricción sexual, la poliandría corriente ligada al infanticidio con respecto a las niñas.

       Según Sahlins, son los mismo límites los que gobiernan la actitud con respecto a los hombres y los objetos: "Si decimos que se "desembarazan" de los individuos que están a su "cargo", hay que entender por esto, no la obligación de alimentarlos, sino de transportarlos.

       Estos comportamientos no son una consecuencia de la escasez. Sino son necesarios para mantener la eficacia, y por lo tanto, la abundancia del grupo. Son resultado de todo un mundo de vida en el que la verdadera riqueza es la salud y la capacidad para vivir en función de las actividades necesarias para la subsistencia del grupo.

       Retirarse o ser matado cuando uno ya no puede asumirlo, es evidente. Esta dureza con respecto a los inútiles no procede de un egoísmo de los que tienen la fuerza. Numerosos actos de extrema solidaridad, entre cazadores o con respecto al grupo lo desmienten.

       El primitivo es tan generoso con su propia vida como con la de los otros. Está dispuesto a arriesgarla cotidianamente para que viva su grupo. Para el individuo de la sociedad burguesa y en primer lugar para el propio proletario, ciertas prácticas de los primitivos parecen de una barbarie terrible. Prefieren relegar a sus viejos impotentes al asilo antes que abandonarlo al hielo y la muerte como los inuit. Porque para él la vida es un bien. ¡El bien supremo! Le interesa tanto más cuanto es más incapaz de vivirla, cuanto más se le escapa.

       Lo que determina la productividad de la caza y la recolección, el trabajo del primitivo si se quiere, es la relación global que mantiene con su entorno: movilidad, dispersión, cohesión social, control demográfico. El historiador T. Jacob, que desentierra pitecantropos en Java, después de haber evocado una posible prohibición del incesto tendiente a reforzar la cohesión social, escribe: "(...) podría ser que desde el pleistoceno las familias de pitecantropos hayan practicado voluntariamente la 'la planificación familiar' a través del infanticidio y el geronticidio a fin de resolver sus problemas".


        WOJTYLA, EL ULTIMO CRUZADO
         
Un papado medieval en el fin del milenio.

          Javier Pérez Pellón

        Para algún obispo norteamericano, como Jamez McHugh "las agencias internacionales imponen los métodos anticonceptivos con la finalidad de controlar la población, especialmente en los países en vías de desarrollo". La Iglesia de Roma afirma que no es verdad que el control de los nacimientos se imponga debido a la escasez de recursos de nuestro planeta, pues según sus expertos, "los recursos agrícolas mundiales pueden soportar una población de cuarenta mil millones de personas con la condición de que se empleen las tierras cultivables y se mejoren las técnicas de producción".

       Entre los defensores de la ortodoxia de Roma siguen opinando que los métodos anticonceptivos suponen un gran mal para el mundo y deben equipararse con el homicidio.

       El teólogo italiano Carlo Caffarra ha dicho que el uso de anticonceptivos "es la supresión de una vida humana ya existente; es un odio, moralmente hablando, hacia la vida.

       En los viejos textos de moral la práctica anticonceptiva estaba considerada como un homicidio porque se pensaba que el semen humano era una especie de homúnculus, un hombre pequeñito.....

       Para el Papa, la causa de que no se quieran hijos es el egoísmo.... "No es posible practicar los métodos naturales como una variante lícita de una elección de impedimento a una nueva vida, porque esto sería sustancialmente análogo al principio que inspira la práctica anticonceptiva.". Para Juan Pablo II la continencia sexual periódica "sólo puede ser lícita si existe una fundamental disponibilidad a la paternidad y a la maternidad". Ni siquiera los cónyuges condenados a no tener hijos a causa de la esterilidad pueden escapar a los preceptos de esta moral wojtyliana... "Cuando dos cónyuges incapaces de procrear tienen una relación sexual, entonces su unión física tiene que estar acompañada del pensamiento: 'Yo puedo llegar a ser padre', 'Yo puedo llegar a ser madre'. Sin esta orientación su relación sexual no tendría justificación alguna."

       El Papa confía en Ogino para que los cónyuges se aprovechen de los períodos infecundos de la mujer, sino todo lo contrario: para averiguar cuáles son los fecundos y procrear felizmente.... El único método anticonceptivo lícito para Roma es la abstención de la relación sexual, la castidad.... "Rechazar la doctrina del magisterio de la Iglesia sobre los métodos anticonceptivos es poner en duda la idea misma de la santidad de Dios".

       Lo mismo ahora que hace treinta años, cuando la guerra civil asolaba el Congo Belga y las noticias de las monjas violadas por las bandas armadas sembraba terror e inquietud en el Vaticano, se justifica el uso de la píldora en ciertos casos extremos. Ya a finales de los años cincuenta y primeros de los sesenta el Vaticano autorizó la distribución de anticonceptivos entre las religiosas de los conventos que estuvieran en peligro de ser asaltados y saqueados durante los enfrentamientos.... La misma revista de los jesuitas Civilitá Cattolica mantiene que en caso de riesgo de estupro y por tanto de concepción no querida la mujer puede hacer uso de anticonceptivos. Naturalmente, "una vez violada no podrá hacer uso de la llamada ·"píldora de al día siguiente", porque existirá el peligro de matar al feto ya formado".

       "El beso no es un pecado cuando es un acto de amor, a cualquier edad que sea, aun en la más avanzada. Y como se trata de un acto de amor, el beso se tiene que usar sin ligereza y sin demasiada facilidad. Los enamorados, con ocasión de San Valentín, su patrono, en un momento de gran felicidad y efusión pueden besarse, pero con moderación. El beso en la boca no es un acto malo en sí mismo, aunque puede ser ocasión de pecado, sobre todo en personas no casadas, para las cuales la Iglesia recuerda que cualquier relación sexual antes del matrimonio y fuera del matrimonio no es lícita, a pesar de la evolución de las costumbres."

       El desgraciado Onán se limitaba a practicar un coitus interruptus con el que desperdiciaba el semen, y Dios no tuvo piedad de él. Onán fue castigado con la muerte y desde entonces comenzó su demonización.... el horrendo "crimen" del "abuso de sí mismo".

       El Papa en diciembre de 1.987 afirmaba que "en el incomparable patrimonio cultural de Europa el aborto se ha insertado como un elemento extraño, llevando en sí mismo el germen de la corrupción".... "¿Quién podría contar los niños no nacidos porque antes han sido asesinados en el seno de la madre?".

       Phillipe Ney, profesor de Psicología de la Universidad de Vancouver: "las mujeres que han abortado tienden, más que las otras, a abusar de los niños, a maltratarlos. Incluso se niegan a tocarlos y presentan dificultades para darles de mamar"... Los niños que han tenido "hermanos muertos por aborto" y que se dan cuenta de que "ellos mismos se han salvado de la muerte por milagro, están siempre ansiosos y en continuo conflicto existencial, porque viven con dolor el homicidio de sus hermanos y no tienen confianza en el futuro, ni en sus padres, a los que consideran asesinos. Además, no pueden desarrollar su inteligencia como los otros". Sin embargo, en contra de los que afirma este psicólogo canadiense.... según estudios especializados, esos niños son los más queridos y su desarrollo se vive con más alegría.

       Las doctrinas de Wojtyla condena a las mujeres de por vida a una criminalización. Una Inquisición disfrazada de ciencia las acusa, a cada hora del día, de ser madres que no dan leche a sus hijos, de quererles menos y de pegarles más. Como ha escrito María Novella de Luca, "quien usa la terminología 'hermanos y hermanas eliminados a través del aborto', quien habla de 'supervivientes' refiriéndose a los hijos de una pareja que en el pasado haya tenido que afrontar el drama de una interrupción de la maternidad no puede ser un médico ansioso de tutelar la vida. Esto es sólo es sadismo, como es también digno de un psicología de Torquemada el propagar la idea de que una mujer, después de serle practicado un aborto, tenga una mayor predisposición al cáncer".

        En este año de 1.994 beatificó a una joven italiana, Gianna Beretta, que, encontrándose encinta, prefirió dar a luz antes que someterse a una operación que debía salvarle la vida extirpándole un cáncer pero que significaba sacrificar al hijo que esperaba.

       Es la Iglesia la que ha hecho de Roma un potente centro financiero, que en tiempos pasados puso en venta hasta la indulgencias, es decir, el Paraíso. Era la Iglesia la que vendía unas píldoras abortivas que se llamaban leuteolas y es en su farmacia exclusiva, dentro de las murallas del Vaticano, donde únicamente se puede encontrar un producto americano para la erección artificial... Esa misma Iglesia que inventó la corrupción y el nepotismo. Fue ella la que creó un modelo perverso de comportamiento público que contagió después a todos los poderes civiles y laicos de Italia y quién sabe si también a otros mucho más lejanos de sus fronteras.


       EL ASALTO AL HADES - LA REBELIÓN DE EDIPO - 1ª parte --- Casilda Rodrigáñez.-

        Hay una serie de estudios epidemiológicos que en algún aspecto prueban la correlación entre el estado emocional de la madre durante el embarazo y problemas a largo plazo en la vida posterior de los bebés, tales, como la sociabilidad, la agresividad o el desarrollo de alguna alteración en la capacidad de amar.
      
- Un estudio realizado en Gottemburgo (Suecia) a finales de 1.950, sobre 120 niños nacidos despues de que sus madres hubieran solicitado abortar (y de no haber sido aceptada su solicitud). El seguimiento hasta los 35 años con un grupo de control de otros 120 niños mostró un grado de sociabilidad inferior al del grupo de control.
      
- Otro estudio similar en Praga de 220 personas cuyas madres habían solicitado abortar entre 1.961-63, con seguimiento hasta los 30 años, daba idénticos resultados.
      
- Otro estudio en Finlandia con un grupo de 11.000 mujeres a las que se les preguntó en el 6ª ó 7ª mes de embarazo si el embarazo era deseado, deseado pero a destiempo, o indeseado, dio un resultado positivo de riesgo de esquizofrenia para aquellos que no fueron deseados. Otros estudios, entre ellos uno realizado en Escocia en 1.971 sobre 115 casos de esquizofrénicos, hizo concluir a Odent: "numerosos estudios sugieren que la cadena de elementos que conducen a la esquizofrenia se inicia durante la vida fetal". Para Odent la esquizofrenia es también una alteración en la capacidad de amar... una resistencia de las criaturas al bloqueo de los deseos.


        Santana', que es el equivalente de 'Expósito' en España, es decir, el apellido que se otorgaba a los que ingresaban en un orfanato, hijo de padres desconocidos (el orfanato, en Gran Canaria, estaba en la Plaza de Santa Ana, en Vegueta). Es por eso uno de los apellidos más comunes en el archipiélago canario.


       VIVIENDO MI VIDA --- Emma Goldman.-

        Me impresionaron más los tremendos y vanos esfuerzos de las mujeres pobres contra los frecuentes embarazos. La mayoría vivía con el temor constante a quedar embarazadas; la gran parte de las mujeres casadas se sometían impotentes, y cuando descubrían el embarazo, la alarma y la preocupación daban como resultado su decisión de deshacerse del futuro hijo. Eran increíbles los métodos tan fantásticos que podía inventar la desesperación: saltar desde las meses, rodar por el suelo, masajear el vientre, beber pócimas vomitivas y usar instrumentos romos. Intentando éstos y otros métodos similares, generalmente con graves resultados. Era desgarrador, pero comprensible. Teniendo una numerosa prole, a menudo más de los que el salario del padre podía mantener, cada nuevo hijo era una maldición, "una maldición divina", como me decían las mujeres judías ortodoxas y las católicas irlandesas. Los hombres, por lo general, se mostraban más resignados, pero las mujeres clamaban al cielo por infligirles tales castigos. Durante los dolores del parto algunas mujeres lanzaban anatemas contra Dios y contra el hombre, especialmente contra sus maridos. "¡Échale! -gritaba una de mis pacientes-, ¡no dejes que ese bruto se me acerque o le mataré!" Esa criatura atormentada ya había tenido ocho hijos, cuatro de los cuales habían muerto en la infancia. Los demás estaban enfermizos y malnutridos, como la mayoría de los niños no deseados y mal cuidados que se arrastraban a mi alrededor mientras ayudaba a traer otra criatura al mundo.

        Después de tales partos volvía a casa enferma y afligida, odiando a los hombres responsables de las espantosas condiciones en que vivían sus mujeres y sus hijos, y odiándome sobre todo a mi misma porque no sabía cómo ayudarles. Podía, por supuesto, inducir un aborto. Muchas mujeres venían a mí con ese propósito, incluso se ponían de rodillas y me suplicaban que las ayudara, "por el bien de los pequeños que ya están aquí". Sabían que algunos médicos y comadronas lo hacían, pero el precio estaba fuera de su alcance. Yo era tan comprensiva, ¿no haría nada por ellas? Me pagarían a plazos semanales. Intentaban explicarles que no era una cuestión económica lo que me impedía hacer lo que me rogaban; era preocupación por sus vidas y su salud. Les contaba la historia de una mujer que había muerto tras una operación de este tipo, y sus hijos quedaron huérfanos. Pero contestaban que preferían morir; estaban seguras que la ciudad cuidaría de sus huérfanos y de que estarían mejor atendidos.

        Hablé sobre esta cuestión con algunos médicos. El doctor White, un conservador, dijo: "Los pobres son los únicos culpables; se abandonan a sus apetitos con demasiada frecuencia." El doctor Julius Hoffmann pensaba que los niños era la única alegría de los pobres. El doctor Solotaroff mantenía la esperanza de que se produjeran grande cambios en un futuro próximo, cuando la mujer se volviera más inteligente e independiente. "Cuando use más su cerebro -me decía-, sur órganos procreadores funcionarán menos." Esto parecía más convincente que los argumentos de los otros médicos, aunque no más consolador; además de no ser de ninguna ayuda práctica. Ahora que había aprendido que las mujeres y los niños llevaban la carga más pesada de nuestro despiadado sistema económico, comprendía que era una burla querer que esperaran a que llegara la revolución social para enderezar las injusticias.


        Historia criminal de cristianismo
       
Karlheinz Deshner.

        Ocasionalmente el clero animó, incluso, a las mujeres a depositar delante de las iglesias a los niños nacidos en secreto a los cuales criaba después para convertirlos, más que probablemente, en esclavos de la Iglesia.


       "Samaria llevará su culpa, porque se rebeló contra su Dios; caerán a espada; sus niños serán estrellados, y sus mujeres encintas serán reventadas (Oseas 13:16)."


       LOS CASTIGOS DEL INFIERNO EN EL APOCALIPSIS DE PEDRO --- J.M. Blázquez.-

      "Y allí estaban sentadas mujeres, a las que la sangre llegaba hasta el cuello, y frente a ellas se sentaban muchos niños que habían nacido prematuramente y lloraban. De ellos brotaban rayos que pegaban a las mujeres en los ojos. Eran las que habiendo concebido fuera del matrimonio, cometieron aborto.

        Otros hombres y mujeres eran despeñados por fortísimo precipicio; y tan pronto llegaban abajo, eran arrastrados hacía arriba y precipitados nuevamente por sus torturadores; y su tormento no conocía reposo. Eran los que mancharon sus cuerpos entregándose como mujeres; y las mujeres que con ellos estaban eran las que yacieron unas con otras como hombre con mujer".

        El aborto merecía un castigo especial, pues las mujeres que abortaban estaban condenadas en un barranco por el que corrían sangre y excrementos, que formaban un lago. El aborto no se condena expresamente en el Nuevo Testamento, pero pronto fue condenado por la Iglesia.

        El Pastor de Hermas (Mand. 19.5) ya dice: «No matarás a tu hijo en el seno de la madre ni, una ves nacido, le quitarás la vida». Atenágotas de Atenas, que vivió en la segunda mitad del siglo II, es el primer escritor cristiano que considera al aborto un homicidio (Supl. 35): «Nosotros afirmamos que los que intentan el aborto cometen homicidio y tendrán que dar cuenta a Dios de él... Porque no se puede pensar a la vez que lo que lleva la mujer en el vientre es un ser viviente y objeto de la providencia de Dios y matar luego al que luego ha avanzado en la vida; no exponer lo nacido, por creer que exponen a los hijos equivale a matarlos y quitar la vida a lo que ya ha sido creado». El derecho romano no reconocía al feto derecho de existencia y en este párrafo, Atenágoras se lo reconoce.

        La política seguida por el Papa Calixto (217-222), según Hipólito, contemporáneo de Calixto, muerto en 235, (Philos. 9.12), que consistía en que las cristianas de la alta sociedad romana se unieran en concubinato con el hombre que quisieran, llevaba a buscar drogas esterilizantes y al aborto, que Hipólito considera homicidio.


        1.- un poco de historia. El tabú que envolvía la intimidad de las mujeres en la antigüedad convertía al aborto y al parto en un asunto estrictamente de mujeres. Pero si bien no estaba penado era necesario el acuerdo del marido o del padre en el caso de Roma. El delito no era asesinar a un "ser inocente" porque
el embrión o feto era considerado como una visera del cuerpo femenino.

        El crimen era la irreverencia de decidir por sí, negarle la descendencia al marido. El concepto evoluciona hasta la proclamación en el siglo II de la custodia de vientre en interés del marido para evitar que una esposa aborte. Esta innovación más la imposición de penas para la mujer que aborte sin autorización del marido y para quien la haya ayudado a practicarlo marca el pasaje de la cuestión del aborto del ámbito privado al público.

        El cristianismo continúa con la tradición hebrea de condenar el aborto -puesto que éste interrumpe la obra de Dios- pero introduce la novedad de la preocupación por el feto, comparando el aborto con el homicidio. Los estudiosos de la iglesia estuvieron preocupados durante siglos por establecer en qué momento el alma se unía al cuerpo, esto es en qué momento el feto se convertía en un ser humano y el pecado de interrumpir la obra divina se agravaba con el del asesinato. En 1891 Pío IX eliminó la
distinción entre feto animado e inanimado y desde entonces estableció que había ser humano desde la concepción, ergo el aborto será equiparado de aquí en más por la iglesia católica y por los Estados influenciados por ésta, al asesinato.


       LAS CUATRO MUJERES DE DIOS --- Guy Bechtel.-

        Hubo que esperar quince o dieciséis siglos para que algunas mentes preclaras (como Domingo de Soto y Pedro Ledesma) comprendieran y se atrevieran a decir una verdad tan escandalosa como ésta: que demasiados hijos podían crear problemas, pauperizar a las familias y poner en peligro la unión de una pareja. Mientras tanto, numerosos teólogos cantaron las alabanzas de una natalidad abundante. En el siglo XVI se elogió la inconsciencia matrimonial. Benedicti, el teólogo lionés de finales de siglo, todavía aconsejaba tener tantos hijos como fuera posible. Dios velaría por su alimentación y mantenimiento, tal como velaba por los pajaritos.

        Ya en los primeros siglos de nuestra era existía la convicción de que la Tierra estaba demasiado poblada. Cuando predican Basilio (329-379), Gregorio de Nisa (335-394) y, sobre todo, San Jerónimo (347-420), afirman que "el mundo ya está lleno, ya no cabemos en la Tierra". El poblacionismo no está de moda entonces; ni mucho menos se desea la multiplicación sin freno...

        En el Imperio romano, los cristianos no pararon hasta conseguir la abolición, en el siglo IV, de las leyes del emperador Augusto, leyes Julia y Papia, que favorecían el matrimonio y la procreación. Prefieren la pureza y el celibato a la maternidad. Gregorio de Nisa aprecia a las vírgenes, a las que quiere divinizar, y no admira a las madres.

        La devaluación de las madres y de la maternidad proseguiría al menos durante uno o dos siglos. El mismo parto fue en aquel entonces considerado como algo odioso. (...) Se prohibiera la comunión a las mujeres que acababan de parir.

        Casi en nuestra época, quedarán rastros de estas ideas, y las solteronas gozarán durante largo tiempo de una excepcional simpatía entre los católicos. Ellas se mantienen puras y alegres, pues jamás han conocido los horrores envilecedores del sexo, del desvirgamiento y del parto.

        ¿La santificación de las madres no fue más bien una tendencia republicana, cuando menos laica, si no socialista, tardía en cualquier caso y propia de los tiempos modernos, especialmente en los siglos XVIII y XIX?

        La virginidad era el ideal, pero un ideal que no se podía proponer por largo tiempo a las masas cristianas. Rechazar a las madres y subrayar continuamente su vileza podía acarrear problemas demográficos. Hacia los siglos IX-X, las prohibiciones referidas al comercio sexual, en particular la doctrina de la continencia periódica, repercuten en la cifra de la población europea, que sufrió entonces un peligroso estancamiento.

        ¿La mujer tiene que seguir trayendo hijos al mundo con dolor? Sí, baste recordar las protestas que, a principios del siglo XX, desencadenaron en los medios cristianos los primeros partos sin dolor. León Bloy, escritor y panfletista católico, señalaba a este respecto en su Journal, un poco antes de la Primera Guerra Mundial: "Me he enterado de una curiosidad monstruosidad. Hay mujeres a las que "duermen" para huir de los dolores del alumbramiento. Me recuerda a la gran dama del siglo XVIII que se emborrachó para morir. Pero tal vez esta novedad sea más diabólica".

        "El cristianismo -escribe Jacques Le Goff- ha hecho muy poco por mejorar la posición material y moral de la mujer." Es lo menos que se puede decir.

        Roma no se mostró muy piadosa con aquellas mujeres (prostitutas). No obstante, era bien sabido que si llegaban a este oficio era porque, tras ser víctimas de una violación, nadie más había querido de ellas. La Iglesia era perfectamente consciente de este mecanismo, denunciado por santo Tomás: "La víctima del estupro (coito con una virgen), si no se casa con el seductor, difícilmente encontrará con quién casarse. Tal vez se vea arrastrada a entregarse a la vida licenciosa de la cual hasta entonces la alejaba un pudor intacto."

        En Occidente, antes del siglo XVIII, no existe ni un solo defensor de los matrimonios por amor...

        En el siglo XI, Burchardo, obispo de Worms, plantea ya en su Decretum toda una serie de preguntas a las mujeres, a las que es obvio que considera unas abortadoras e incluso infanticidas en potencia. Sirvan unos ejemplos:
       
"¿Has hecho lo que algunas mujeres tienen por costumbre hacer? Cuando fornican, quieren matar al hijo, y hacen lo posible para arrancar su fruto del útero con maleficios y hierbas. Así o matan su fruto o lo expulsan; o; si aún no lo han concebido, hacen en modo a no concebir. ¿Has matado voluntariamente a tu hijo, niño o niña, después del nacimiento? ¿Has colocado a tu bebé cerca del fuego y alguien ha puesto un caldero de agua al fuego, y el niño, después de haber volcado el agua hirviendo encima, ha muerto? ¿Has expulsado tu fruto antes de que tuviera alma? ¿Después de que tuviera alma?"
       
Por la última pregunta vemos la única posibilidad de indulgencia que podía aparecer. Como se pensaba que el feto no tenía alma antes de un determinado número de semanas (número diferente según los sexos), se consideraba un poco menos culpable el aborto entre los dos o tres primeros meses del embarazo, antes de la entrada del aliento espiritual en el niño.
       
Todos los teólogos, antes y después de Burchardo, se mostraron severos con los abortadores y abortadoras. La Didakhé, un texto compuesto aproximadamente al mismo tiempo que los Evangelios, no muestra sino desprecio por "los asesinos de descendencia y corruptores del plan divino". La "Carta de Bernabé", redactada en el siglo II, enuncia: "No matarás el feto con un aborto y no cometerás infanticidio." El aborto fue condenado desde Minucio Félix y san Clemente en el siglo II hasta hoy en día....

        Nos podemos preguntar el porqué de una condena tan categórica en los tiempos pasados. En efecto, si, como es bien sabido, siempre se practicó el infanticidio, ¿se disponía realmente de medios seguros para actuar antes del nacimiento, con métodos anticonceptivos o con el aborto? Parece que no, pero sí se conocían muchísimos medios... poco seguros...
       
No se entiende muy bien por qué Dios, en el clima bastante liberal del Cercano Oriente, castiga a Onán con una pena tan dura. ¿Solamente por haber practicado el coitus interruptus? ¿O porque había incumplido la tradición? ¿Porque había dado muestras de egoísmo? ¿Porque había desobedecido al Señor?

        Varia obras árabes, traducidas después de los siglos XI y XII en Occidente, también desvelaron un cierto número de recetas, sin duda menos eficaces aún, para evitar concebir hijos o para abortar. Uno de los hechos referidos es el método de las prostitutas egipcias, que utilizaban una especie de pesarios, o tampones, que se introducían en la vagina. En la Edad Media, se recomendaba sobre todo moverse después del acto sexual, con la esperanza de descolgar el semen de las "rugosidades" femeninas. Estornudar repetidamente o dan nueve saltos hacia atrás también tenían, supuestamente, un efecto abortivo.
       
La farmacopea árabe proporcionaba también venenos mortales para los embriones, supositorios de aceite de cedro, de mandrágora, pimienta, menta, excrementos de elefante. Avicena, en el tercer libro de su Canon de medicina, trata extensamente del tema. También se recurría a eméticos como el eléboro, pues se pensaba que, estando el esperma dentro, todo lo que provocase el vómito podía contribuir a expulsarlo.

        Monseñor Gaspard Mermillot, obnubilado sin duda por la real disminución de la natalidad francesa, insultaba a sus conciudadanos: "Habéis cavado tumbas antes de llenar las cunas, y os han faltado soldados." Para él, el coitus interruptus era la causa de la victoria prusiana de 1.870 y de la derrota francesa. (...) La debilidad demográfica, atribuida a unas prácticas esterilizantes, pareció entonces un peligro más amenazador que nunca. La mujer, impelida por la necesidad de satisfacer su incontinencia, conducía a los hombres, sin darse cuenta, a la extinción de su raza.
       
En 1.893, un autor católico menor que firma con el seudónimo de J. du Valdor -un eclesiástico, sin duda- afirmaba que la anticoncepción maltusiana era, en cierto modo, una antesala al fin de los tiempos: "Ante Dios y también ante los hombres el día del Juicio Final la mujer estará mucho más deshonrada por haber sufrido un solo pecado maltusiano que por haber sido violada miles de veces y haber dado a luz a una legión de niños ilegítimos."

        Roma a mediados del siglo XIX se lanzó a un auténtico combate contra la anticoncepción. La declaración de embarazo, lo más temprana posible, se convirtió en una obligación. "La opinión de los teólogos -había ya escrito el canónigo Cangiamila- es que un confesor niegue la absolución a las mujeres que no se sometan a confesar un embarazo..." Se vigiló, pues, a las mujeres desde este punto de vista, para ver si hacían desaparecer sus frutos. Los manuales enseñaron no sólo cómo aconsejar a las mujeres que se quedaran con su progenie, sino cómo, mediante subterfugios, hacerles confesar sus secretos deseos de abortar.

        El manual de confesión de R.P. Debreyne es un modelo, en este género, de lo que llegó a ser una auténtica persecución de las practicantes de la anticoncepción. Ya no se trataba de recibir la confidencia de una falta y de consolar, sino de perseguir, acorralar, desenmascarar, hacer confesar a una culpable... "Con algunas mujeres se puede proceder de la siguiente manera: se finge entrar en algunos detalles relativos a los hijos de la paciente, pues muchas veces son las mismas mujeres las que no quieren la finalidad del matrimonio. Se les pregunta sobre el modo en que los cría y si lo hace cristianamente..." Luego viene la trampa. El R. P. Debreyne, trapista, sugiere esta pregunta zalamera: "Seguramente serías muy feliz si Dios te diera otros, para criarlos del mismo modo." Desgraciada la mujer que conteste: "¡Ay, no, Dios mío, ya tengo bastantes." Esta respuesta, dice Debreyne a su alumno confesor, "te instruirá lo suficiente y te evitará tener que decir nada más".

        Otro tratado, el del R.P. René Louvel, está destinado esta vez a hacer caer en la trampa a las jovencitas que no fueran estrictamente castas. Una vez más, en vez de escuchar, de esperar la confidencia que libere y calme las angustias de la juventud, se dedican sobre todo, mediante preguntas directas, a conseguir la confesión que humilla y llena de vergüenza.

        Bernardino de Siena prometía el infierno a aquellas que reconociesen con su marido "haberse acercado el uno al otro de una manera que no permite engendrar". El riguroso y muy estéril en teología siglo XVII inventó "la camisa conyugal para hacer un cristiano", un largo camisón que cubría todas las partes del cuerpo de la mujer (pero con un agujero en el lugar adecuado), para que el contacto entre esposos no fuera el de dos carnes desnudas, sino, sobre todo, una comunión espiritual.

        Poco antes o poco después de la guerra de 1.914-1.918, según el lugar, el catolicismo se lanzó a un combate a ultranza contra toda forma de anticoncepción. Esta nueva política se puso de manifiesto con instrucciones tajantes y restrictivas. Las curas belgas en 1.909, los alemanes en 1.913, los franceses y norteamericanos en 1.919, recibieron de sus obispos respectivos cartas pastorales preconizando toda esta ofensiva en materia de confesión. "No dejéis que se cometan estos crímenes -les decían-, combatid el onanismo en su diferentes formas."

        Hoy en día, en la época de la píldora, la Iglesia recomienda el método Ogino, y lo encuentra simple y natural. No fue así en el momento de su aparición, cuando intentó limitar su uso. Las instrucciones no eran combatirlo de frente, puesto que nunca se había prohibido a las mujeres que utilizaran los períodos de esterilidad, sino disuadir a la gente de emplearlo. No estaría bien en una buena cristiana. Se decía, por ejemplo, con un fácil juego de palabras, que "el oginismo era igual al onanismo". En 1.948 un profesor de seminario, el padre Chamson, pedía a sus confesores que sólo dejaran emplear este método en casos excepcionales: "No hablar del método Ogino más que en el momento adecuado. No presentarlo como infalible. No entrar en detalles técnicos. Asegurarse de que los esposos, en caso de fracaso, no recurrirán al aborto. Pedir que regresen lo antes posible el uso habitual del matrimonio." Esta batalla la Iglesia la perdió... (...) Las fieles ya no seguían sus recomendaciones, ya no querían ser ganado sin límites de reproducción.

        Las muchachas que entraban en los conventos lo hacían demasiado a menudo con poco entusiasmo incluso en contra de su voluntad. Prácticamente las habían obligado a aceptar esa reclusión. Las familias ricas entregaban a algunos de sus hijos, los consagraban para la Iglesia, cuando aún eran bebés, algunos incluso antes de nacer. Se establecieron, pues, unas edades convenientes para que las adolescentes entraran en las órdenes: doce años para la toma del hábito, dieciséis para la profesión de fe.

        Al mismo tiempo que el poder real se hacía más fuerte en Europa, bajo el reinado de Felipe II o de Luis XIV, que los niños nacían en número excesivo, que la clausura alcanzaba su máximo rigor y que escaseaba el dinero líquido, se volvió a enviar a los establecimientos religiosos a la prole engorrosa, sobre todo la femenina. Denis Diderot todavía denuncia esta situación en el siglo XVIII, con su sulfurosa novela, La religiosa. Los conventos se llenaron, como antes, quizás más que antes, de jovencitas cuya piedad religiosa no era el rasgo más característico. Como escribió Jean-Claude Bologne, "hubo quien utilizó exageradamente la solución eclesiástica para los hijos sobrantes".

        Notemos de inmediato el antifeminismo que manifestó la Iglesia a la hora de seleccionar a su personal. Puesto que la oferta de muchachas era abundante, se permitió escoger. Rechazó a las enfermas, minusválidas, e hijas sin padre. Ser una expósita o tener un solo padre excluía de la carrera, salvo dispensa del papa en persona. En especial, la costumbre de reclamar una dote se multiplicó a partir del siglo XVI. Si las familias se desembarazaban de las hijas casaderas era para no pagar una fuerte suma de dinero a los futuros yernos; que aceptasen al menos pagar una pequeña cantidad...

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03-01-2006
Un 80% de las interrupciones de embarazo que se producen en España son consecuencia de la violencia de género
Mujeres en Red

        Victoria Virtudes, Responsable de Estudios Sociales de la Mujer y Derechos Reproductivos del Instituto C. B. Medical, ha sido la encargada de realizar el estudio entre un total de 10 clínicas donde se realizan interrupciones de embarazo en varias ciudades del estado español.

        De su estudio se desprende que detrás de cerca de un 80% de las interrupciones de embarazo se esconden manifestaciones de violencia de género, como sometimiento o presiones psicológicas. El dato es sobrecogedor: un 42% de las mujeres extranjeras encuestadas y un 22% de las españolas afirma que su pareja le obliga a tener relaciones sexuales sin preservativo y que si se niegan ello es motivo de conflicto en un 42% de los casos entre las extranjeras y en un 11% entre las españolas.

        Las interrupciones de embarazo son pues también una manifestación de violencia de género que ha de ser investigada y ha de contribuir a ampliar el perfil de las mujeres víctimas, ya que la violencia tiene muchas más manifestaciones que las que se detectan mediante signos externos.

        Victoria Virtudes denuncia en su estudio que en las cifras de abortos publicadas por el Ministerio no se tienen en cuenta los motivos que llevan a las mujeres a tomar esta decisión y que no se afronta el aborto como una responsabilidad social y de salud. La experta sostiene que “es obligación de las autoridades contrarrestar los efectos nocivos que producen los estereotipos que inundan la publicidad y los medios de comunicación en los que además sólo se difunde un único modelo de sexualidad”.

        También reclama la necesidad de que los centros de salud y de orientación sexual realicen una tarea necesaria de información que reclaman tanto las jóvenes como las mujeres extranjeras y que se produzca una adecuada formación del profesorado y de las personas expertas.



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        TRATADO DE ATEOLOGÍA --- Michel Onfray.-

        Las tres religiones censuran el aborto. La familia funciona como límite insuperable y como célula básica de la comunidad. Implica niños, que el judaísmo considera como la condición de supervivencia de su Pueblo, que la Iglesia desea ver crecer y multiplicarse, y que los musulmanes consideran la bendición del Profeta. Todo lo que ponga trabas a la demografía metafísica desata la ira monoteísta. A Dios no le gusta la planificación familiar.

        El Corán no condena explícitamente la tradición tribal preislámica que justifica la vergüenza de convertirse en padre de una hija y justifica la pregunta: ¿conservará a la niña o la esconderá bajo tierra? (16, 58). (La edición resumida de la Pléiade advierte en una nota, para atenuar la barbarie probablemente, que es por temor a la pobreza, ¡lo que faltaba!



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        LA PERSISTENCIA DEL ANTIGUO RÉGIMEN --- Arno Mayer.

        Italia: Los señores de la tierra en la cual seguían predominando los latifundios, mantenía su dominio extravagante debido en gran medida a que el gran crecimiento demográfico obligaba a los minifundistas y a los jornaleros a aceptar su propia superexplotación.

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       EL CREDO FALSIFICADO --- Karlheinz Deschner.-

         En el 658 el Sínodo de Nantes ordena: "Si alguien mata a otro sin querer, por casualidad, tiene que ayunar a pan y agua durante 40 días". La misma penitencia vale para quien mata a alguien por orden de su señor. Un asesinato por encargo no se castiga con mayor dureza -a veces con menor- que el vomitar una hostia por borrachera o francachela.

        El Poenitentiale Arundel determina: "Un señor apalea a su criado o un maestro a su alumno por razones de educación (pro correctione), ocasionándole la muerte; si se llevó a cabo con gran dureza, debe hacer penitencia durante cuatro años; se le golpeó moderadamente (clementer) hasta matarle, entonces tres años. Otro libro de penitencia (análogo, sínodos eclesiales) ordenaba: "Si una señora golpea a su muchacha de manera que ésta muere dentro de los tres días siguientes, debe ayunar siete años si lo ha hecho intencionadamente, cinco años si ha ocurrido casualmente (casu)".

        Un libro de penitencia de inicios de la Edad Media imponía a quien, por su ligereza, moría un niño sin bautizar, tres años de penitencia, y de ellos uno a pan y agua. El Poenitentiale Valicellanum, un libro de penitencia de la Iglesia romana del siglo VIII, determinaba: "Quien mata a su hijo antes del bautismo, tiene que hacer penitencia durante diez años". El Sínodo de Maguncia decreta en el 847: "Las mujeres que matan a los niños o abortan el fruto de su amor, antes -se está refiriendo al Sínodo de Elvira del 63- se les imponía una penitencia de por vida, ahora se les impone diez años". Y a quien ayudaba a abortar el Poenitentiale Valicellanum le amenazaba con veinte años.

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HISTORIA DE LA DECADENCIA Y LA CAÍDA DEL IMPERIO ROMANO --- Edward Gibbon

     La primera educación formal que recibió, en un internado de Kingston-upon-Thames, se vio interrumpida antes de los diez años por el fallecimiento de su madre como consecuencia del agotamiento y las complicaciones derivadas de los frecuentes embarazos.

        Dos leyes promulgadas por Constantino: una ofreciendo ayuda financiera pública a las familias que, de otro modo, seguirían la práctica de abandonar o matar a los recién nacidos, común en tiempos difíciles, y otra ley contra la violación e incluso la seducción, que imponía castigos tan severos y brutales como el de quemar vivo al agresor, echarlo a las fieras salvajes del anfiteatro, verterle plomo fundido por la garganta, etc.

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        LA EUROPA DEL RENACIMIENTO (1.480-1.520) --- J. R. Hale.-

        La Iglesia y, en otra medida, el servicio militar, ofrecían posibilidades de empleo fuera de la comunidad local, pero la familia se preservaba generalmente como una unidad autosuficiente (aunque sólo lo fuera marginalmente), por una serie de limitaciones voluntarias. Una de ellas era la postergación del matrimonio en sí para los hombre pobres, frecuentemente hasta que habían llegado a una edad intermedia entre los treinta y los treinta y cinco años. La segunda era tener relaciones sexuales por medios que no condujeran a la concepción, medios por los que los clérigos recibían instrucciones de inquirir en el confesionario, y que ellos trataban de combatir. La tercera era el aborto, también condenada y, desde luego, penada con la muerte, pero que se practicaba con frecuencia. La última medida era correr el riesgo y en este sentido, al menos en las ciudades, los orfelinatos aceptaban a los niños abandonados...


       HISTORIA DEL MOVIMIENTO OBRERO ESPAÑOL EN EL SIGLO XX (1.900-1.936) --- Francisco Olaya Morales.-

        Como reconocía el doctor Gerardo González Revilla, en su libro La protección de la infancia, España era la primera nación de Europa en nupcialidad, la sexta en fecundidad y de las primeras en mortalidad. "Si la mortalidad general en conjunto es aterradora, afirmaba, lo es mucho más cuando se considera que más de la mitad de los que mueren son niños, lo mismo en unas poblaciones que en otras, en casi todas igual, en Zaragoza, por excepción, más que en ninguna: de 1.000 nacidos, 750 niños mueren antes de llegar a los quince años. Si quisiéramos referir esta mortalidad a población determinada de nuestra predilección, las cifras serían idénticas: mueren en esta población tantos o más niños que en cualquiera otra de las más mortales. Lo menos el 50% de la mortalidad general son niños".

        La mortalidad infantil en España, entre 1.904 y 1.913, ha subido a 2.000.000, la mayoría por tuberculosis, gastroenteritis, debilidad congénita y hambre y, durante el mismo período, se han practicado casi 3.000.000 de abortos, con una media anual de 200.000, para una población total ligeramente superior a los 19.000.000, lo que pone en evidencia las trágicas condiciones de vida de la mayoría de la población.

        En la inclusa de Madrid, regentada por monjas, la Diputación invertía anualmente 600.000 pts, a pesar de lo cual morían el 87% de los niños recogidos.

        En las inclusas, escribió el teniente coronel Agustín Robles Vega, Algunas ideas acerca de la educación, el matrimonio y la caridad, se somete a los niños a una muerte lenta y tortuosa y el "niño es siempre de su madre y no hay derecho a arrancarlo", para luego dejarlo morir de frío o inanición, sin amor de nadie.


        La Iglesia Católica en España hasta el siglo XVI permitía no solo el aborto, sino el infanticidio hasta la primera semana de vida, que es cuando el neonato debía ser bautizado. Hasta entonces se suponía que no tenía alma. Con la expansión colonial y la abundancia de guerras de la época se optó por la prohibición del infanticidio dada la evidente necesidad de mano de obra y carne de cañón.

      mareal, 10/07/2008 13:52


          RAZA Y CULTURA --- Claude Lévy-Strauss.

          Esas investigaciones han demostrado también que entre los supuestos salvajes, la mortalidad infantil, por otra -si uno se limita, entiéndase bien, a tribus exentas de contaminación exterior- están lejos de ser tan grandes como se tendería a creer. No pueden, entonces, dar cuenta de un débil crecimiento demográfico, que proviene más bien de otros factores: espaciamiento voluntario de los nacimientos correspondientes a la duración prolongada del amamantamiento y a las prohibiciones sexuales, práctica del aborto y del infanticidio, de suerte que, durante su periodo fecundo, una pareja engendra en término medio cada cuatro o cinco años. Por más odioso que nos haya llegado a parecer el infanticidio, no difiere fundamentalmente, como método de control de nacimientos, de la tasa elevada de mortalidad infantil que prevaleció en las sociedades "ricas" y aún prevalece en algunas, y a los métodos anticonceptivos cuyo empleo nos parece hoy necesario para ahorrar a millones o a millares de individuos expuestos al nacimiento en un planeta superpoblado, una suerte no menos lamentable que aquella que les evita una eliminación precoz.


         Intervención de Empar Pineda en su comparecencia ante la Subcomisión de las Cortes españolas para realizar un estudio y elaborar unas conclusiones sobre la aplicación de la legislación en materia de interrupción voluntaria del embarazo, el pasado 12 de diciembre.

         Empezamos puesto que aquí el aborto -como ustedes saben- estaba penalizado en el Código Penal franquista, salvo la eximente aquella hipócrita que consideraba que cuando el aborto se había provocado para salvar el honor familiar no era tan aborto como si no hubiera sido por ello. Luchamos contra esas leyes, insisto, falsamente proteccionistas y venimos exigiendo que se nos considere como personas adultas, con capacidad para tomar decisiones por muy graves y por muy serias que sean. Empezamos enviando a las mujeres, acompañándolas muchas veces, a Holanda, a Gran Bretaña porque aquí era imposible abortar. Creo que recordarán SS.SS. que las cifras que barajaba entonces -en la época franquista- el fiscal del Estado eran de unos 300.000 abortos al año y unas 3.000 mujeres muertas por abortar. No les voy a relatar a SS.SS. en qué condiciones se abortaba salvo aquellas que tenían la suerte de acudir a nuestra comisión y de poder ser informadas de la existencia de países y de centros hospitalarios donde podían ejercer ese derecho.

         Llegó la democracia, trabajamos mucho por que llegara, participamos muy activamente por que llegara y, es más, en las primeras manifestaciones exigiendo la libertad de los presos políticos, las feministas junto con esto planteábamos que hubiera libertad también para aquellas mujeres que estaban en prisión por lo que empezamos a llamar los delitos específicos de las mujeres, propios de las mujeres, que eran el de prostitución, el uso de anticonceptivos que, como recordarán, hasta el año 1978 no se despenalizaron, el haber abortado. Lo hicimos precisamente porque no se nos tenía en cuenta, no formábamos casi parte de la historia a la que íbamos empujando para que avanzara. Luego llegó la despenalización en estas Cámaras, en 1983 y después su puesta en práctica en julio de 1985 a su paso por el Tribunal Constitucional. Permítame un paréntesis. A mí me sorprende enormemente que el Partido Popular defienda ahora la legalidad vigente cuando se opuso tan fieramente a esta legalidad vigente presentando aquel recurso de amparo. Puesta en práctica la legislación vigente, que no nos gustó y lo tengo que decir porque así se lo comunicamos a aquel entrañable amigo, entonces Ministro de Sanidad, luego asesinado por ETA, Ernest Lluch, le dijimos que no era una ley buena para este país. Él nos decía que en Gran Bretaña funcionaba, y nosotros le decíamos: Ernest, Gran Bretaña no es España.

         Desgraciadamente, nuestros augurios de entonces -nos llamaban tremendistas- se han demostrado en la práctica y ¿cómo se han demostrado en la práctica? Por una parte por una no consideración de las mujeres como seres autónomos capaces de decidir por sí mismas; tiene que haber en la legalidad vigente alguien que decida por la mujer, bien un médico, una médica, dos médicos, dos médicas o una denuncia previamente presentada ante los juzgados, comisarías o cuarteles de la Guardia Civil en el caso de la violación. La absoluta inequidad que se da en este país para las mujeres según la comunidad autónoma en la que hayan nacido es algo absolutamente inaceptable y también impresentable. No puede ser que ese 2 o 3 por ciento que la sanidad pública realiza del total de abortos anuales, ni siquiera estén distribuidos equitativamente y no digamos ya las diferentes situaciones que se dan sobre si hay financiación por parte de la sanidad pública de esos abortos que en su 98 por ciento se realizan en las clínicas privadas acreditadas para ello. No puede ser que esto se sostenga. Cualquier mujer, nazca en la comunidad autónoma que nazca, en este país tiene los mismos derechos y no puede ser que se tengan que desplazar a otras comunidades autónomas para poder realizar algo que, curiosa y desgraciadamente porque no se cumple, está como prestación sanitaria dentro de la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud.

         A cualquier persona que se le diga que un país en el que desde hace ya más de dos décadas la prestación sanitaria incluida en el Servicio Nacional de Salud no se lleva a efecto, no comprendería por qué no se cumple la ley, porque no se está cumpliendo ni siquiera la legalidad vigente. Esto por una parte y, por otra parte, creo que les puede sorprender a SS.SS. si les digo que, desde el principio, las feministas nos autotitulábamos como las más consecuentemente antiabortistas, ¿qué queríamos decir con eso y qué queremos decir con eso?, que no nos gusta que ninguna mujer tenga que abortar, que no queremos que ninguna mujer se encuentre ante un embarazo no deseado y, por eso, entonces y ahora exigimos que no puede haber una vida sexual satisfactoria, plena y feliz si en el caso de las relaciones heterosexuales no hay una buena -no solo información- sino formación en todo el currículum escolar -y digo en todo el currículum escolar- de lo que son los métodos anticonceptivos, lo que es la sexualidad que, como dice la feminista norteamericana Pfeiffer, no es un acto natural sino que se aprende a vivir la sexualidad y que, por lo tanto, en estos derechos sexuales y reproductivos sean educados, sean formados y formadas los niños, los adolescentes y los adultos y adultas de este país. Si no existe -porque no existe- este derecho a la información y a la formación en los derechos sexuales y reproductivos, no nos podemos llevar las manos a la cabeza cuando el Ministerio de Sanidad publica el número de abortos realizados el año anterior.

         Por lo tanto -insisto- si este pie de la información y formación en derechos sexuales y reproductivos no existe, no nos extrañemos que haya muchas mujeres y, sobre todo, jóvenes que se encuentren en la situación de tener que enfrentarse a una interrupción de embarazo. Si además, como ocurre hoy día con el avance que ha habido en los métodos de anticoncepción, concretamente la anticoncepción de emergencia, no de uso continuado, como es la píldora post-coital, la vulgarmente conocida como la píldora del día después, si no está a disposición de las mujeres que lo necesiten, como ocurre actualmente, si hay que seguir haciendo una verdadera carrera de obstáculos y sobre todo en fin de semana para poder acceder a ella, no nos extrañe, insisto, la cifra del número de abortos. Pero es que aún y todo con eso, la cifra de abortos en relación a la población fértil de mujeres de este país, no nos engañemos, no es ni muchísimo menos superior a la de la mayoría de los países de nuestro entorno de la Unión Europea y, en relación a las últimas cifras facilitadas por el Ministerio de Sanidad, las referentes al 2007, esos 10.000 abortos más hay que contextualizarlos, no vale hacer demagogia con las cifras y contextualizarlo quiere decir que desde el 2006 al 2007 el número de mujeres en edad fértil en España ha crecido casi en 200.000; casi 200.000 mujeres más en edad fértil desde el 2006 al 2007.


          "La Conquista de América. Antología del pensamiento de Indias".

          Edición a cargo de Ricardo Piqueras. Editorial Península.

     Cuando se empreñan, toman una yerba con que luego mueven y lanzan la preñez, porque dicen que las viejas han de parir, que ellas no quieren estar ocupadas para dejar sus placeres, ni empreñarse, para que pariendo se le aflojen las tetas, de las cuales mucho se precian y las tienen muy buenas.

     Gonzalo Fernández de Oviedo (1.526). Sumario de la natural historia de las Indias p. 79.



     Algunas madres ahogaban de desesperadas las criaturas; otras sintiéndose preñadas, tomaban hierbas para malparir con que las echaban muertas.

     Bartolomé de las Casas (1.552). Historia de las Indias, Lib. II, cap. 13. pp. 250-251.


            El Imperio Japonés --- John Whitney Hall.

          Los períodos más graves en cuanto a malas cosechas correspondieron a 1.675,1.680,
1.732, 1.783-84, 1.787 y 1.836-37, que dieron lugar a una veintena de carestías. Se dice que la de 1.732 llevó a 1'6 millones de personas al borde de la inanición en el Japón Occidental. Tanto el bacufu como las administraciones de los daimio hicieron todo lo posible por aliviar las circunstancias de la carestía generalmente mediante la distribución de socorros en arroz. Pero la carestía fue, seguramente, un factor que impidió el aumento de población. Como es sabido, ésta era sometida también a reducciones voluntarias, especialmente por medio del infanticidio (llamado eufemísticamente mabiqui, es decir, "adelgazamiento"), aunque es difícil decir en qué proporción.


          Crimen legal --- Alejandro Sawa.-

          Hízose filósofo: se dio al estudio embrutecedor de la filosofía. Y ya en ese terreno falso, en esa emboscada -porque la filosofía metafísica es una emboscada de la razón-, quiso buscar, como tantos otros, la causa primaria del globo, su concepción y su gesta.. (...) aquel sabio se hizo providencialista, y más que eso, ¡deísta!, y hasta teólogo; y confesó sus dudas a los pies del sacerdote; y se le representó la ciencia moderna como la bestia espantable del Apocalipsis de Patmos; y se confundió con la beatas y las adúlteras sobre las frías losas del templo católico; y se prosternó ante el papa; y oró ante los leños que representan el innumerable santoral cristiano; y condenó la civilización moderna a nombre del estúpido fariseísmo ortodoxo; y gritó ¡viva! al Syllabus; y recogió entre sus clientes, los pobres enfermos, gruesas sumas para remesarlas al dinero de San Pedro, a ese odioso y embrutecedor Vaticano...

          ¡Lógica inflexible de combate! Aquel bruto, que era un sabio, se hizo infame, porque la religión católica, aplicada a muchas cosas de la vida, lleva a la infamia. Lleva a la infamia y a la anulación del progreso, en lo ideal; lleva a la infamia y a la anulación humana, en lo real. ¡Simiente odiosa de perdición!

          Por eso aquel bruto, que era un sabio y también un infame, condenaba a muerte a Rafaela, a ciencia cierta de lo que hacía; porque era católico, y el catolicismo condena el aborto provocado como un pecado irremisible. (...) ¡Oh! El catolicismo, ¡qué cuentas más estrechas le debe a la moral y a la conciencia humanas! ¡Qué enorme responsabilidad ante la historia!

          El doctor Nieto aguardaba allí el primer tiempo del parto, para realizar su misión odiosa de católico; para proponer, una vez manifestada la distocia por la imposibilidad de la expulsión del feto, la operación cesárea, al tenor de lo que está preceptuado en los cánones esos que él se había aprendido de memoria. Y sabía él, desde que había hecho uso del pelvímetro, aparato condenado también por el catolicismo, ya sabía él que no había otro recurso para salvar a la parturienta, que no había otro medio, que la craniotomía o la embriotomía, la extracción del feto a pedazos de las entrañas de la madre; pero también el catolicismo, su religión salvaje, prohibía esto; y ¿qué hacer? Los obispos y cardenales reunidos en Roma para la celebración de concilios saben más de moral, y sobre todo de ciencia obstétrica, que Moreau, Cahilly, Jacquemier, Adams, Aubert, Baudriment, Saint-Ange, Béclard, Von Beneden, Von Berres, Bischof, Cruikshank, Haigton, y que todos los fisiólogos y los patólogos juntos. La luz del Espíritu Santo baja hasta ellos, los cardenales, hasta tocarles en las frentes, de las alturas y el Espíritu Santo -esto es sabido- no se equivoca. ¿Qué hacer, pues? Obrar con arreglo a la fe, a la fe católica, y dejarse de dengues. Pedir inspiraciones al derecho canónico, y tirar a la espuerta de la basura a los libros que se titulan de ciencia, malamente. Anteponer su naturaleza postiza de cristiano a su naturaleza humana. Hacer el crimen. Matar a Rafaela para salvar el feto. (...) Pero, rigorista en todo, esclavo de la fórmula, de la rutina, continuó aguardando la presentación del primer tiempo del parto, para advertir al padre y al esposo la necesidad de efectuar allí, sobre el vientre de la dolorosa, la operación cesárea. ¡Una friolera! Zanjarla como a un cerdo y extraerle la criatura viva de las entrañas descubiertas. El procedimiento que recomienda el catolicismo, sediento de sangre, enamorado perdidamente de la muerte; el catolicismo, que todavía no está harto de víctimas. Matar a la madre, a la parturienta, que ya es católica y no se pierde nada con que se muera, y salvar al hijo, al feto, que todavía no pertenece a ninguna religión determinada, parar ganar un alma más, para aumentar con un número más la cifra de población de los dominios celestiales.

(...)

          Había, quedaba un recurso, un recurso supremo que intentar; pero recurso que condenaba su Santa Madre la Iglesia; el que llaman los médicos craniotomía, y si está no era suficiente, la cefalotripsia. La extracción del feto a pedazos. Pero no sería él, no sería él, seguramente, quien realizara ninguna de las dos operaciones....

          Lo prohíbe la Iglesia.

          Sí; lo prohíbe la Iglesia; pero lo que la Iglesia no prohíbe es el bárbaro asesinato de la mujer que va a parir; lo que la Iglesia no prohíbe es que se sacrifique la madre al hijo para ganar un alma al cielo. Es eso. La operación cesárea que mata, según Hayser, el 79 por 100 de la mujeres a quienes se practica. El asesinato de la mujer por el médico. A lo largo de los siglos han ocurrido muchas perversiones detrás de los muros de los monasterios y de las puertas de las iglesias, incluyendo el abuso aún en curso de chicos y chicas jóvenes, asaltados sexualmente o violados por sacerdotes "célibes". Esta conducta abominable es realmente un resultado de la represión sexual, que produce obsesión y enfermedad.


           LA CONSPIRACIÓN DE CRISTO. La mayor ficción de la Historia --- Acharya S.

          A lo largo de los siglos han ocurrido muchas perversiones detrás de los muros de los monasterios y de las puertas de las iglesias, incluyendo el abuso aún en curso de chicos y chicas jóvenes, asaltados sexualmente o violados por sacerdotes "célibes". Esta conducta abominable es realmente un resultado de la represión sexual, que produce obsesión y enfermedad.

          Además, mientras que sus moradores pretendían ser célibes, los conventos cristianos se convirtieron en prostíbulos que daban servicio a monjes, entre otros. De hecho, era una práctica aparentemente común para los bebés comprometedores de las monjas ser arrojados a estanques cerca de los conventos o enterrados en los sótanos. Como cuenta Blavatskty:.

          "Lutero habla de una charca de peces en en Roma, situada cerca de un convento de monjas, que, tras ser limpiada por orden del papa Gregorio, descubrió, en el fondo, una seis mil calaveras de recién nacidos; y de un convento en Neinburg, en Austria, en cuyos sótanos se encontraron las mismas reliquias producto del celibato y la castidad."

          Aunque puede argumentarse que Lutero no es imparcial, aparentemente se descubrieron otros sitios similares en la época de Blavatsky en Austria y Polonia.


          La sociedad contra el Estado --- Pierre Clastres.-

          Las sociedades arcaicas, que conocen y ponen en práctica múltiples medios para controlar o impedir el crecimiento de su población: aborto, infanticidio, tabúes sexuales, destete tardío, etc.


           Los datos de finales de los 70 (período al que vamos a retroceder si finalmente se aprueba la ley anunciada por Gallardón) previos a la regulación del 85 son demoledores: según datos del Tribunal Supremo, en 1976 se llevaron a cabo 300.000 abortos clandestinos, con resultado de muerte de 3.000 mujeres. 3.000 mujeres en un año. Se lo puedo escribir tantas veces como quiera. Es una cifra que duplica, por ejemplo, los muertos por accidente de tráfico en 2011.

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        IGLESIA CATÓLICA y MUJER
29-07-11 cuerposfeministaslaicos

MUJER – MATRIMONIO – ABORTO


           Para el cristianismo la mujer no tuvo alma hasta el año 585, en el segundo sínodo de Macon, salvo la Virgen María, que siempre ha habido clases. Hasta 1215 (sesión 24 del Concilio de Letrán) el matrimonio católico no era ningún sacramento y hasta1563 (Concilio de Trento) el matrimonio no era ni monógamo ni indisoluble. La Iglesia Católica en España hasta el siglo 16 permitía no solo el aborto, sino el infanticidio hasta la primera semana de vida, que es cuando el neonato debía ser bautizado. Hasta entonces se suponía que no tenía alma. Con la expansión colonial y la abundancia de guerras de la época se optó por la prohibición del infanticidio dada la evidente necesidad de mano de obra y carne de cañón.

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       EL SIGLO DE LAS LUCES --- Albert Soboul, Guy Lemarchand y Michèle Fogel.-

       El clero muy influyente entre este campesinado mayoritariamente católico, trataba de casar lo más rápidamente posible a sus feligreses con el fin de evitar los nacimientos ilegítimos y aumentar el número de fieles, sobre el que se basaba su renta. (…) Los señores, empujados por el alza de la renta de la tierra, trataban igualmente de aumentar el número de terrazgueros. La extensión coincidió cronológicamente con el aumento de la población, contribuyendo este producto a la mejora de la salud femenina y, por ende, de la fecundidad. Recordemos, sin embargo, que el régimen alimenticio de finales del siglo XVII, por su variedad y su riqueza en proteínas (leche, mantequilla, huevos, caza) era, sin duda, mucho más nutritivo que el de finales del siglo XVIII, exclusivamente a base de patatas.

       El elevado nivel de alfabetización y de cultura, ligado a la religión luterana, creaba en la población un sentimiento individual de responsabilidad familiar que podía contribuir a retrasar el matrimonio hasta que todas sus bases materiales estuviesen establecidas.

       Francia presenta el caso de un principio de descenso de la fecundidad probablemente único en el siglo XVIII por su relativa precocidad y, sobre todo, por ser irreversible y de larga duración, puesto que nuestro país inauguró así un movimiento comenzado más tarde en los Estados modernos y prolongado hasta el siglo XX. La extensión del control de nacimietos, que se encuentra probablemente en el origen de esta regresión, no es absolutamente original ni nuevo. Sin embargo, la contracepción es muy difícil de localizar a falta de documentos cualitativos que apoyen unas cifras cuya interpretación es con frecuencia delicada.

       Hasta 1.790 sólo minoría utilizó el control de nacimientos. Después tuvo lugar un cambio bastante brusco y la práctica se hizo mayoritaria, pese a ser aún moderada.

       Un elemento de explicación se ha propuesto para el Languedoc entre 1.790 y 1.820: la descristianización y la voluntad hedonista de los contemporáneos. Una vía muy diferente ha sido sugerida a propósito de Normandía: el resultado de la influencia de la Contrarreforma sobre los campesinos. Al mantener ésta que el acto sexual encierra un carácter impuro, había dirigido involuntariamente a los fieles a la idea de la impureza de la concepción, y, por tanto, el coitus interruptus.

       Es igualmente posible que, a mediados de siglo, cuando la existencia se hace menos difícil que antes, se haya afirmado la voluntad de educar mejor a los hijos. Así, la inquietud suscitada por los estragos de los abandonos de niños, que se multiplican, y del amamantamiento por nodriza, habría provocado una toma de conciencia que, por si misma, habría implicado una limitación de los nacimientos. Semejante hipótesis, por lo demás, no es contraria a la proposición de una menor influencia de los mandamientos religiosos que asocian, precisamente, relaciones sexuales y procreación.


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