****  Portada -                                               REDO ESTEpARiA                                              -Indice ****


MONOLINGÜIS          


>1.998-99.- "una tontería discutir sobre ese tema". "¿Qué más da decir correo o e-mail? ¿No nos entendemos igualmente? Para mí lo importante es entendernos. Nadie habla un idioma totalmente perfecto. Ni siquiera un español habla el castellano perfectamente", explica.

       *** "Nos entendemos", pero es después de imbuírsele unilateralmente a toda la población una palabra, en principio, desconocida para la mayoría (no así correo). Se trata de que cada vez se hable un inglés más perfecto. Sólo hay libertad de repetir lo publicado por los medios de los consorcios trilaterales. Parecen decir que da igual, pero, en realidad, no da igual; si no, se escogería lo que nos comunica en este tiempo en la misma lengua, y no que siempre es justo lo contrario. No es más que un pretexto para una laminadora fórmula victoriosa. Da igual..., pero sale lo de siempre, lo que mande un centro imperativo tan vertical como la última tecnología, que es más "igual" que nadie. Si realmente diese igual, se escogería la lógica, la conocida, la que tiene relación con otras palabras a perdurar; la que es propia riqueza del mundo, no la última chuchería de usar y retirar como acostumbran a consumirse; la que preserva las reglas de pronunciación (cuya facilidad a estas alturas ya da igual, carece de importancia). Se guardaría la eufonía, la diferencia cultural obstaculizadora en esta coyuntura de la producción en serie, la continuidad de una tradición y la evocación de un legado con el que, también, nos podríamos comprender. No se abandonarían todas las referencias literarias, geográficas, vitales, para ser retransmitidocomo todo el mundo”. Un lenguaje que agoniza sin nadie percatarse por cuanto da igual tirarlo por la borda en dosis para ranas sin escalde posible al igualarles los pasos hacia el hervor. No es ya una sola palabra, no es éste un purismo cegado a cualquier incorporación, es que esto no para; y es sólo el principio de la centralización global, la inserción normante en una burbuja mediática total, ligada a la lógica depredadora de un poder dinerario cada vez más concentrado y parejo. Su pretendido cosmopolitismo no es el de la diferencia, sino uniformización que nos remonta en el imaginario iluso a un marquesado mundial al alcance del bolsillo. Han aislado personas como repetidores de la Libertad de ser Uno, inmersos en este triunfo virtual para ascender al Único Mercado. Sin reflexión ni perspectiva histórica, este mimetismo teleinducido y obnubilador hace fascinante el aplanamiento, nos enjaula sin alteridad al mundo del espectáculo "anglo" en constante educastración planetaria. (Algo que también podrían criticar anglosajones valoradores de esa riqueza cultural que pone escollos a las apisonadoras de la Libertad plutocrática.) Vemos, día a día, derribar los árboles autóctonos para impedir un bosque frondoso, intrincado, diverso, lleno de obstáculos para las máquinas que marcan hoy la pauta y el lenguaje de sus súbditos satisfechos. Lo cual hace prever una aceleración en la adopción creciente del inglés, hasta poder dar con toda facilidad, dentro de pocos años, el salto logarítmico hacia su uso total que haga invivible la diferencia y ahorre costos a los pujadores globales. A fin de cuentas, será lo que facilite la igualdad en la competición, el acceso a la mayor gama de productos, las oportunidades, etc. Barriendo lo que quede fuera de foco, se triunfa, luego se existe; se es competitivo, en suma. Si algo es útil para hacer dinero por su obediencia, puede dar igual tirar a la basura al derrotado en este único parámetro contable. Venciendo hacia el mismo plato único, el rasero central se colorea, camufla y ocupa el horizonte mental.



        "¡Terminantemente prohibido "e-mail"! ¡Tenemos que luchar contra los anglosajones! También podemos coger un caballo y un sable y montarnos una Cruzada, pero no tengo mucho tiempo ahora mismo. Yo sólo digo que no hay nada de malo en conocer otros idiomas (ojalá los pudiera conocer todos) y tampoco hay nada malo en emplear barbarismos (¡si es que ya empezamos mal, con el nombre que les damos!) para designar conceptos que antes no tenían definición en nuestro lenguaje. ¿Qué hay de peor en una palabra inglesa que en una española? ¿Suena peor, nos daña las cuerdas vocales, se nos va a resetear el cerebro? ¿Quién dice que "pulses el botón reiniciar" cuando vas a resetear? Si es que hay gente con mucho tiempo libre...".

EMBARCADOS EN UNA CRUZADA CONTRA LA PÉRFIDA ALBIÓN

        Pedro Carreño "comprende la visceralidad de la defensa de lo propio ante lo anglosajón" y explica: "Lo que no acabo de entender son los intentos por alterar el movimiento natural de un idioma. Creo recordar que nuestra querida palabra "fútbol" y muchas de las que definen los lances del juego (corner, orsay...) tienen su origen en la pérfida Albión y que los intentos por obligarnos a jugar "balompié" fueron baldíos. Las lenguas tienen su proceso (por eso el latín acabó teniendo tantas variedades y evoluciones diferentes) y no deja de ser una presunción intentar modificar éste".

        *** No veo grandes males en que se entendiesen en latín siglos después de fraccionarse el imperio e implosionase la economía mediterránea; lo mismo que la resistencia contemporánea a la implantación manu militari de la lengua del Lacio. Se trata de defender en su tiempo real la diversidad vivida frente al Poder. Si fue imposible en una coyuntura histórica, no es una condena eterna cuando sí fue posible siglos antes, fruto de una tensión conservadora. La evolución es también resistencia a cambiar... a peor, cambiar sobre lo conservado, que fue un cambio valorado entonces; y si no hay razón para cambiar, se mantiene más allá de los fetichismos temporales. (Esa es la evolución natural del idioma, y la del Poder, uniformar a los sometidos.) Su antigüedad no afecta a la potencialidad de las variaciones. ¿Utilizar "balompié" hubiera retrasado alguna "modernización" sustancial?. ¿Por qué, entonces, los denunciadores de la campaña anti-Albión siguen utilizando restos de castellano, incurriendo también en esa campaña que tan lucidamente se denuncia? Donde caben uno, caben ciento si nadie da un no con su razón "cruzada". Porque con esa jerga desatada ni os entiende vuestra madre, ni ninguna de EE.UU., Reino Unido, Australia.... sólo al final de la clonación os entenderán y, eso, se llamara idioma inglés, que siempre tendrá como referencia conservadora a Shakespeare, las pelis del “Bosque Sacro” y todos los clásicos de esa lengua. Porque cambiando las lenguas de cualquier manera es como pueden morir, por lo que hay que matarlas al ritmo presuroso de la construcción del Gran Mercado. Los próximos cervantes caducarán antes. Sus traducciones al ingleñol habrán de marcianizar todo lo que no sea el huevo cósmico del entrañable Amo de la Tierra. No quedará nadie que lea en versión original los clásicos de otro idioma, que dé vida a sus juegos de palabras, sus eufónicas evocaciones, la experiencia de siglos inserta en la musicalidad de sus frases, la historia de tantos humanos vertida en estas palabras que revistieron sus sentimientos. El planeta ecocida se va llenando de lenguas muertas a manos de un enajenado y doméstico "da igual" en dosis homeopáticas. El crecimiento omnipresente de las mentes coloniales pide esa omnipresencia. Impotentes para crear algo distinto, han formado gremio importador de todo lo que cuece el horno central. Tal complejo de horizonte cerrado y paralítico ha de ser incapaz de inventar, reutilizar... Es "el movimiento natural del idioma"... del Poder al que nos asimilamos a posteriori y le otorgamos la providencia retroactiva. Sólo se participa y asciende en ese Mundo con el tradicional sucedáneo ultranacionalista del conquistador imperial. ¿Modificar con respecto a qué?. ¿Es que hay algún criterio?, ¿o eso sería una imposición de mentes desobedientes que piensan que pueden hacer algo ante lo "inevitable", el Poder y sus sirvientes? He aquí unos "castellano"-hablantes para los que su idioma no es eufónico ni moderno, sino cacofónico; penoso autorretrato hipotecado que ignora el potencial creativo que, por igual, tienen todas las lenguas, como reconoce cualquier lingüista.
 

        A Raúl "correo" le suena "muy , no se, como antiguo, rústico. Prefiero lo "MAIL" o "e-MAIL", ya se que es ingles, pero es que suena mejor, más moderno. , pues eso, que mejor "mail".
 

        *** Ese es el problema: tras una intensiva y organizada campaña de filtración imperial, el idioma castellano se ha vuelto antiguo, rústico, cacofónico; mientras que la modernidad (o sea el Poder, el dinero, nuestra doblatura de espalda) está a nuestro alcance a poco que consigamos eliminar todas esas palabras que evocan peyorativa rusticidad y paleolítico. Una vez que la velocidad de la luz nos construye la jaula, la colonización cultural da sus frutos y todo el planeta quiere ser rubio, yanqui, clon de las películas de gran presupuesto que nos han vivido la vida. El amo paga la propaganda, y al siervo da igual la autonomía relativa de sus neuronas. Así la eufonía implantada a los "patriotas" de la última fábula heroica confundirá el cosmopolitismo con la expansión global de un nacionalismo estrecho vestido de mercado multicolor. A poco que se la ignore, la cacofónica riqueza del planeta abonará la modernidad vencedora; repetirá la jugada histórica arrasando la distinción, cualquier poso nacido tras otras jugadas parecidas. Saben que es el pienso que dará sentido vital a los siervos de esa Victoria derrotadora. Para su papanateo esto no es más que campaña mundial de "antiamericanismo", atentado contra la ubicua Seguridad Nazional, porque defender la variedad y riqueza de la experiencia humana es atentar contra los sueños "jolimodernos" del ultranacionalismo de empresa y su lapidaria Pax Augusta.

        *** La lengua que se hizo “entre todos”, también se deshace con nuestra voluntad o dejación; se enriquece, pero también se empobrece, aunque después se haga de la necesidad virtud. Todo tiene estatus de realidad, pero no todo vale para una ambiciosa biodiversidad. Se consigue claridad y expresividad, pero también se enmaraña, espesa, oscurece, dificulta. Se importa y se enriquece, pero también puede conservarse ese valor que la singulariza como lengua. En ese pulso nace la fertilidad y facilidad de aprendizaje, en el cual el castellano cuenta con alguna ventaja. Estas facilidades se han de perder... aunque no es esa la razón principal de defender la diferencia. Tal vez a alguno guste tener que deletrear palabras por teléfono como en las pelis que vienen del Centro Teleneuronal Universal, o también trasplantarse a los colegios esos concursos infantiles de deletreo que veía de muy pequeño en alguna película. En mi infantil ignorancia de las diferencias idiomáticas, llegaba casi a concluir que los sufridos infantes anglos eran medio tontos al serles tan difícil y meritorio deletrear unas palabras que, para mi o cualquier compañero de escuela, resultaban sencillísimas.

       *** También se volvió "rústico" y cacofónico el aceite de oliva cuando empezaron aquí a modernizarse algunos. Pasaron a guisar con mantequilla que era la clave, al parecer, del éxito anglosajón, hasta que nuestros mandamases, oliendo la factura sanitaria y el negocio, trataron de imponer la "dieta mediterránea" en una alarde de "sectarismo anti-anglosajón". Pero no importa: la emulación mimética para ascender a la tele-Realidad no puede parar ni un segundo.

       *** Asimismo, para algunas féminas hispanas su pelo negro se ha vuelto súbitamente "cacofónico" y de una rusticidad lamentable. Tras pasar por el tinte, su imagen se realza en ese cerebro que abreva en el terráqueo punto cardinal en donde pasan todas las cosas de nuestra mente, en la punta de la pirámide del único mundo posible, del único humano posible, y, por tanto, de la única lengua posible. Los pasadobles dedicados a las morenas habrán de llevárselos a Tanzania (y eso, si se dan prisa, pues aumenta también el cáncer de piel en los africanos que se gastan el dinero en abrasivos blanqueadores para ser como son los teleseres de un mundo sin escapatoria).

         *** Entretanto, no nos abandona el orgullo mentecato de "tribu" propietaria hipostasiando un pasado tan iluso como depredador: Felipe II, Santiago Matamoros, las autocelebraciones de la sangrante Organización Sagrada, la selección de balompié, la Virgen del Pilar, el Duque de Ahumada, el tiburoneo borbónico, la brigada acorazada Brunete, la Marcha Real y el trapo bicolor acompasando el desguace de lo que han patrimonializado a sangre y fuego. Una vez ha cuajado como ideología correligionaria, religando materiales e ilusiones, es la perfecta cara nacionalista de la moneda del Imperio. Ahora, con toda coherencia, estos nacional-católicos se deshacen con soltura de la sobrevivencia cultural que les ha servido de justificación para sacralizar el vibrante logotipo. En cuanto la oligarquía ha obtenido prelación a la ciudadanía romana, el brillante envoltorio es revendido entusiásticamente al Imperio .



       "correo" podía funcionar, pero hete aquí que una parte importante de la audiencia discrepa. El tiempo dirá.

        *** Pírricas victorias deviniendo en baluarte de las derrotas venideras, de la próxima cesión que ya está doblando la esquina en vanguardia de los mil nuevos términos. Todos los días, desde el Centro Mundial de Comercio Neuronal, acúñanse los nuevos usos y mercancías para implantarlos sin resistencia a los aislados por los Medios de Masas. Su reutilización y polisemia sólo encuentra cobijo en el centro maquinal del Universo. A la basura se arrojan las viejas palabras escoltadas por esa parálisis neurocolonial, tan pedagógica, para avanzar en todos los frentes de una monotonía que todo lo merca. El inglés es hoy día el lenguaje del Dinero, y como todo se hace dinero, desde la Amazonia al aire que respiramos, todo ha de tener "un da igual" que no entorpezca el paso financiado, la optimización inmediata de ganar un dinero, que no sabe lo que está costando.



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Asunto: [Re: B o l e t i n 115]
Fecha: Dom

  Este tipo de avisos son conocidos como Hoax

            *** Al parecer no hay posibilidad de llamar al bulo, bulo. En Estados Unidos sí, al parecer, y todos lo cogen a la primera y no hay inflación de nuevos términos, con lo que ganan en tiempo y competitividad neuronal. En cambio, aqui suena la trompeta del número uno del mundo mundial, y todos van a lo que "todo el mundo conoce" y sabe que va a hacer "todo el mundo", la irresistible "modernez" corriendo más que los ordenadores. El implacable plan quinquenal de imagen y semejanza global nos masajea sin descanso una insensibilidad donde vale lo mismo ocho que ochenta. No hay personalidad cultural para traducir, crear, valorar una tradición... un aleteo contracorriente que fortalezca el nervio del que sabe decir no. ¡Qué triste...!



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Asunto: Re: [esto ya ex-tema y disertación] y MAS
Fecha: Dom, 25 Jul 1999 20:27:38 +0200

> > No se vosotros, pero ya hace tiempo que se utiliza la palabra Emilio para el correo electrónico. >>Ademas casi todo el mundo sabe a que se refiere uno cuando aludes a dicho término (salvo >>excepciones que pronto lo adoptan).
>
> ¡¡Pues no saben hablar...!! Si dices Emilio no es lo mismo que E-mail... :) Que no es lo mismo... :)
>
Yo no estoy muy de acuerdo en llamarle Emilio al correo electrónico...

        *** Ingenuamente, en una modesta proposición para la supervivencia del "ozuñol". preguntaría por qué no llamar correo al correo. Ya sólo va a quedar electrocorreo, ecorreo, correo. Al otro, los "antiguos" lo denominaban "carta". Al parecer, ni siquiera van a quedar muchas posibilidades de hibridaciones creativas dentro de un cierto destrozo colonizador, en una asunción transitoria de la Buena Nueva. Siendo Uno, Amén y Trilateral, sólo habrá una ortodoxia para acabar con la antigua multiplicidad de ortodoxias.



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Asunto: Galería del horror lingüístico.
Fecha: Dom, 20 Jun 1999 04:08:07 +0200

       *** No sólo hay horror lingüístico en olvidarse acentos, comas o escribir burro con uve. También lo hay con un cierto capamiento “trilateral” a la hora de traducir, crear, recrear, reutilizar, fortalecer el músculo de la personalidad lingüística dentro de unas reglas de pronunciación y una tradición cultural. Al parecer, los tanques de la clonación cultural acelerada se han igualado a la competición financiera pasando por el espanglis y el ingleñol en dosis crecientes. En este imaginario es completa la colonización. Se crean acomplejados provincianos sin conciencia de valía, mientras desayunamos todos los días inglés y anglicismos forzados desvirtuando reglas de escritura y pronunciación, finiquitando abusivamente cada día alguna palabra, alguna eufonía, una posible polisemia que nunca se niega a la lengua laminadora para presunta molestia de futuros escolares que tendrán que estar atentos a miles de excepciones. No se acepta de verdad un bilingüismo no jerárquico que sabe cambiar el registro.

       Este revoltijo provisional evitará cuestionar nuestra incultura y falta de autonomía frente al mercado piramidal mientras el crematístico complejo de inferioridad sea indiferente a los destrozos. La "moelnidad" de las veletas triunfales inmolará la diferencia al producto bruto interior bendecido por nuestros mandamases a través de sus medios y publicidades. La servidumbre sólo dará ventajas en el aprendizaje a los hablantes del Pueblo Elegido. Engordando sus exportaciones lingüísticas, sus acaparadores referentes se realimentarán en este adopcionismo nacional-planetario que nos hace perder el tiempo que ahorraríamos si aprendiésemos esperanto u otra lengua sin respaldo estatal, y cuya primacía no sea resultado de la guerra. Y "menos mal" que nos dejan a Felipe II y la selección nacional para religarnos como mesnada de "nuestras" multinacionales, con nuestro ingleñol tan competitivo y conquistador. Todas las apelaciones a lo "hispano" dan ganas de reír; se están refiriendo a una marca "tribal" sin nada interesante y singular detrás, sólo los museos del horror de los emperadores locales, hoy súbditos aventajados de la Culminación. Ya no queda nada que vender; si acaso, sumisión sin resquicio al único vencedor/vendedor posible. Ya sé que no están solos. Todos compiten en lo mismo. También sé lo inútil de lo que escribo. Tan sólo espero no se sientan perseguidos ni acosados por mis palabras. Sería el colmo.

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Para C.
Fecha: Dom, 13 Jun 1999 02:20:20 +0200

        *** Al estar imposibilitados sus hablantes para designar todas las nuevas circunstancias y materias de la vida junto con la tecnificación de los antiguas, habría que saber si el idioma castellano se piensa desarrollar, o por contra, se firma el finiquito de una vez y sin máscaras. Porque de una quincena de años a esta parte, mientras los angloparlantes pueden utilizar cualquier palabra, pueden tener polisemia, crear, aquí parece no existir la más mínima posibilidad de traducción en condiciones, de recreación e invención que guarde una eufonía singular ligada a una historia que se hace diferencia. La fonética y las reglas gramaticales que dan sentido a las transgresiones y recombinaciones, ahora se llenan de excepciones, futura molestia para escolares, si aún hay bilingüismo. Ya sé que no queda nada que vender, que nuestros oligarcas vendepatrias quieren completar la clonación "global". Todos sus medios militan en el mismo capamiento, en la misma Formación del Espíritu de la Seguridad Nacional-Planetaria, en esa risible "Comunidad Internacional" que la circense elección plublicitaria concentra en el garrote presidencial de quien vence acapararando donaciones de los patricios de la Libertad. Desde esta posición de "extranjero", veo lógico que a C. le suene mal la palabra "perpetrador", pero pienso si lo que realmente "suena" mal es la eufonía y fonética del castellano. Quizás si fuese el título de algún éxito peliculero "con categoría internacional" pasaría mejor por el tracto neuronal. Si en inglés existiesen muchas palabras como "perpetrador", los mecanismos del colonialismo sugestivo la harían parecer maravillosa, "moderna", "técnica", superior... De todos modos, me parece lo mismo "hacker" que "jacker" o que "finflonix"; un intruso es un intruso, y si es por red, pues intruso por red; y si estamos a punto de perder el avión y no podemos extendernos tanto, pues fisgón-red, o fisgue... o vete tú a inventar... sin tener que esperar aprobación del Alto Mundo al que nos han colgado aceleradamente desde que a primeros de los ochenta pisaron el acelerador. Como haría un niño o un campesino analfabeto, que desde el campo despejado de su ignorancia pueden inventar, podríamos sacar de la manga propia "palabros" como "intrusor", o "pirateco" para los piratas tecnológicos; a la "web": Red, malla, mallaje, redo... Una autonomía dando existencia sin esperar a un afuera al que se esté enajenadamente conectado. Y quedarse tan fresco con esta facha de fósil andante. Incluso no tener que inventar excesivos nombres al compás de la multiplicación de las mercancías, porque el número de palabras que puede usar el cerebro es limitado, y el aumento de la nominación central de todas las posibilidades troquelables, en vez de combinar los "operandos" generales, no hace más que desalojar un posible vocabulario atento a algo más que el recuento de materias vendibles.




Asunto: Re: ¿Retevision RDSI?
Fecha: Miércoles, 18 de Noviembre de 1.998 18:10:17 +0100

>Hola:
>Antes de nada, quiero dejar muy claro mi profundo respeto por lenguas como el catalan, el euskera, el >gallego, valenciano, mallorquin, y todas las lenguas que se hablen en este pais. Pero de mal gusto y
>peor educacion, me parece contestar en catalan un post que se ha escrito en castellano.
>
>>escribió:
>>>>Retevisión en teoria si que ha de tenir línies RDSI. Almenys això diu la seva publicitat.

        *** Son apenas dos líneas muy fáciles de entender. Tener la escopeta cargada contra "el mal gusto y peor educación", cuando tenemos inglés, espanglis, ingleñol y demás jergas coloniales hasta en la sopa... Si hay falta de respeto, será a los "analfabetos funcionales crecientes", a la diversidad cultural, a una coherente facilidad de un idioma donde la creatividad pueda vivir al respetar las creatividades antiguas.




       No enviado

        24 Oct 2002 02:53:20 -0400

       *** “Mobbing, craks, stocks, software, know-how, slogan, catering, lobby, take-a-way, junkfood, snack, email, perfomance... y así sucesivamente, publicación a publicación, en emulación creciente, por tierra, mar y aire, continuamente, por sistema… Así se van implantando palabras de "importación" aparentemente inútil, como graffiti, existiendo una expresión castellana centenaria como grafito, o incluso la plebeya "pintada", o "pinta"... Con triste y decreciente sorpresa, todos los días los medios nos dan alguna nueva lección de "inglés por narices". Sucesivamente, a todas horas, nos desayunamos con la terminante última adopción, la importación del galimatías de la gramática anglosajona que ya Bernard Shaw en su día quiso reformar (una gran ayuda para los futuros escolares). Hablan sin aviso, cortedad o contención en su uso, cuando dicen que están hablando en otro idioma. Un "bilingüismo" tumoral en el que no hay pateras que valgan para los consensos trilaterales. Han dictado que no hay fronteras, pero sólo para el inglés. A él no se le alega el "da igual", la libertad cacharrera proclamada con doblez "occidental" contra el inferior, pues no hay criterio de abandono lingüístico a los cuatro vientos, sino sumisión con todas sus letras. La "pe" con la "a" ya no es "pa" porque puede ser "pei". Se va concentrando la etimología fundadora de los vocablos en parcelas genealógicas mínimas, los minúsculos predios humanos donde todo sucede en el retransmisible feudo central, la heredad del Señor del páramo conquistado por su manto desertificador. Queda oscurecida la geografía por la Victoria. Cada noticia, cada invento, cada acrónimo... puede ser un motivo de fascinación importadora lanzada a una globalidad que con persistencia troca todo en producto del merca-mundo. Así, tras el 11-S (ahora 9/11, nobleza obliga, para adoptar la forma de fechar anglomediática), por coherencia, habríamos de hablar de Binicarló, Binítez, Binalmádena, Binidorm... dado que el patronímico semita ya no es en castellano "ben", sino, a partir de ahora, según ordenan, "bin". Obturadas las vías directas y periféricas, aislados por la Unidad, el castellano tiene que pasar por el inglés para relacionarse con el árabe, y lo que has aprendido de los libros, como llamar Nínive a una ciudad de la Antigüedad, ahora ves ha de transcribirse en inglés, o tardar tres días en descubrir que la Kana que está bombardeando el ejército israelí es en realidad la Canaán bíblica. Poco a poco, ha de demolerse tu pasado y el de muchos perdedores a manos del Triunfo. Convenientemente tele-direccionada, ya no hay creatividad popular. Es barrida por las últimas hornadas de Actualidad invicta y actualización central. No hay seres con pasado y recuerdo comparativo con esa actualidad; no quedan raíces sin cortar que no necesiten intoxicar la tierra con apresurados abalorios. La retransmisión global del Presente en cadena osifica los repetidores, electriza las vivencias hacia la máquina, alimenta la deriva piramidal. Segregando caudillos y aspirantes a la Totalidad, los número uno de la tiranía babean una Realidad ante la que todos se prosternan. Suyas son ya las etimologías y las evocaciones. Su propagación la autopropaga y hace del invadido próximo invasor.

        *** No es cierto eso de que esto ha pasado otras muchas veces en la Historia. Nunca una lengua con el desarrollo, experiencia, amplitud, posibilidades y medios se ha ido desmigando en dosis "ejemplares" hacia la despersonalización importadora con este grado de inopia y servidumbre voluntaria; nunca tanta preparación y cultura se ha tirado por los sumideros de esta enajenación en tan poco tiempo; nunca tantas caminos se cegaron a tal velocidad, desperdiciando cualquier oportunidad de torcer la Historia Vencedora a manos de una posible y razonable decisión, un intento sin las amenazas de alguna totalidad irrechazable.

       *** Más parece el penoso retrato del colonizado, paralizado, abducido hacia el imaginario central; incapaz de inventar, recrear, o simplemente conocer la lengua que debiera conservar para la riqueza del mundo a base de decir no y señalarse contra la alternante corriente continua. Ya no hay creatividad popular fuera del Pueblo Elegido. Sólo inventan en el Centro Central por el que han de pasar un universo de terminales. Aquí, al pueblo lo remató el telediario y su orbe publicitario. Hablar de que éste adopta "libremente" tal dinámica clonadora es olvidar que el campo de juego verbal está atado y bien atado. El control de los formantes de la Realidad en la mente de sus apantallados vasallos cada vez es más despótico. El Dinero da a los santos emprendedores la milagrosa habilidad de multiplicarse el ombligo victorioso. Su voto vale millones; equivale cada uno a millones de semejantes... a él mismo. A fin de cuentas, el desarrollo tecnoburocrático tenía que alumbrar a la oligarquía más eficientemente criminal para poner su sello real a los confines del crimen organizado. No ha sido en este caso la hispana, que subsume sus crímenes en los de su patrón. Los mecanismos de destrucción de la diversidad lingüística son, en definitiva, los mismos que están destruyendo la diversidad e integridad del Planeta, aunque en este caso no se afecte a la capa de ozono, si acaso, a la de neurozono. Inmersos en la telerrealidad, nos teñiremos de rubio las neuronas mientras se concentra el dinero de la gente de dinero al compás de fusiones y efusiones del Poder para que "todo" pase en el mismo sitio, con la misma cara y en la misma lengua. La indiscriminada y entusiasta adhesión de los fieles conversos al nuevo galán les dará el atajo autoprofético hacia el ordenado Nuevo Mundo. Sumergida la panza en las burbujas del palacio de cristal, una vez arrebatada la eufonía y referentes distintos a la monocultura, nos amparará la justificación de algún "vicentismo" pecuario, o tal vez, alguna patidifusa y legañosa venganza contra el franquismo. El destrozo proclama "todos lo hacen", todos maquinan en la Red. Es participativo y no incomoda al amo ni a sus "moelnos" evangelizadores. Abandonemos el actual “íbero” o "quechua" y hablaremos el "castellano" misilístico de estos conquistadores tan telegénicos. O, si invaden la Tierra, nos pasamos, según sople el viento, al "marciano" para abandonar el terrícola inglés, empobreciendo así a la galaxia al oponer la misma resistencia que al encumbramiento anterior. Es sumisión eterna revestida de victórico realismo, rendida unión a la cultura de la dimisión en bloque. De esta manera plegados a los contenedores que circulan por los uniductos del Planeta Único, enfilamos hacia el Centro Universal de producción neuronal y desfilamos en el triunfo virtual. Los didácticos militantes alternos lo acentuarán, revista a revista, al pegarse "a la más amplias masas" mediatadas. Un planeta sin átomo alguno carente de "Seguridad Nazional" ha enajenado un lenguaje para alienígenas aplastantes. En la buena nueva a los esclavos de la Globalidad, Felicidad sin Fronteras fomenta y adoctrina proyectándose a la persona inversora con el crecimiento clonante de la Empresa. Una vez los mismos se hacen a lo mismo, amortizarán las clases de academia bañándonos en algún forzado, empobrecedor y espúreo “cosmopolitismo”, sin saber de lo perdido.

         *** Las lenguas perdedoras aún son impedimento del desarrollo del Producto Bruto Interior. Pero el altar de la Competitividad pide nuevas víctimas al Comendador de sus creyentes. La misma oligarquía local que multó a Machín por cantar en francés, ahora, por las mismas patriotas razones, es la que fomenta la cementación de la lengua. Para engarzarse vasalláticamente con el Imperio, ha de tirar por la borda aquello que los nacionalismos enarbolan para segregar ideologías heroico-criminales de identificación pastoral. Si han servido de pantalla a la construcción del chiringuito forofo, su conservación exige, más tarde, tirar a la basura aquello que dicen proteger. Sólo importa el logotipo cotizable, la marca registrada envolviendo el hormonado sucedáneo transgénico que colapsa tras una capa de barniz. Aquí, todos, nacionalistas o no, de "izquierda" o "derecha", todos callan. Un ominoso y elocuente silencio, mientras los rastreros intelectuales “orgánicos” hablan del esplendoroso futuro del idioma (ingleñol), el espléndido desarrollo numérico de las espaldas mojadas que efímeramente engrosan la estadística de presuntos hispanohablantes en la cúspide de la pirámide global. Parece que la extensión del idioma segundón le favorece colateralmente en la realimentación global unificante, pero ésta al fin lo engulle como espanglis, o como segunda generación que conoce el idioma, pero no lo habla; o tercera que, prácticamente, ignora la lengua de ascendencia familiar.

       Saluton.




Foro nacionalista canario.
Apátrida
25/02/2003 03:27
Re Lengua como cultura humana o poder inhumano.

        *** En euskara se escribe con "k" porque es lo correcto; es la norma que permite sustentar un idioma y facilita su aprendizaje y comprensión. Canarias la escriben con "c" no sólo los españoles, sino también todos los usuarios de la lengua castellana (argentinos, mexicanos etc.). Es algo útil que nos engarza a una tradición, a una bibliografía; facilita la comunicación y protege frente a uniformizaciones globales mucho más poderosas y arrambladoras que las actuales refriegas locales, al tratar de atizarle a una lengua que, a poco de desprogramarse de la mugre de la Historia y los teologales placeres de su mentira, es mucho más que el poderoso maltrato del que ha sido portadora. No es la imposición toda su historia. No se huye así de la lógica ultranacional del Poder, de una sociedad de clases y sistema centralizador enmascarando una pasión por dividir a los humanos. Bien es cierto que hay cosas peores que el uso de la "k" para erosionar una lengua sentenciada para no estorbar el engorde global de nuestra oligarquía.




Asunto: Billones por narices
Fecha: Miércoles, 11 Jun 2003 03:55:33 +0200


        *** Siguiendo el plan quinquenal de la Santa Transición a la lengua imperial, ahora un billón no es un billón. Ahora tiene que ser de una enajenada única manera: como manda el "mercado", el Dios Dinero. Nuestra queridísima oligarquía nos da a elegir con toda libertad la senda crematoria trilateral: un sólo mercado, un sólo idioma. Y eso, porque tenemos gran “personalidada” cultural, y porque nos vale el envoltorio. Así, hasta la próxima. Los centros teleneuronales lanzan la consigna, y el capamiento neurolingüístico que haga el resto. Los súbditos de las pantallas no pueden resistirse. La atomización de las personas sin autonomía se maquilla con esta solitaria e incontestable obsecuencia que nos hace solidarios con esa sujección.


        Lengua o jerga colonial - 28-11-03 -

        *** En estos años, el Mercado ha dictado replicarnos a jerga colonial. Ya tiene cualquier “mirada” su meca y ceca. Ha de ser sometida enmarañando para no quedarse quieto, desalojando lo que había y mereciera sobrevivir. El apantallado afofamiento nos empobrece el horizonte. No hay una potencial ambición de músculo y horizonte propio. El descerebro ha de acostumbrarnos a los derribos de los especuladores, a un presente que no deja riqueza como pasado. Es lo que interesa a nuestros queridísimos mangamases: la "posmoderna" y oscurantista exaltación de la ignorancia que tan entusiasta acogida tiene también, al parecer, en casi todos los que denuncian el "pensamiento único" y la uniformidad global. Mientras hablan de la multiculturalidad a miles de quilómetros de distancia y se las dan de "moelnos", restriegan el papel de carne superflua a aquellos perdedores con algo que perder, a los que sólo resta morirse antes de consumarse la serialización homeopática. Para eso se cultiva la incapacidad sináptica por traducir, crear, recrear o simplemente guardar una riqueza cultural contra un nacionalismo del dinero ofertado como sucedáneo del cosmopolitismo. Pues, para discurrir a éste último, no es imprescindible salir de la aldea; no se necesita quemar gasolina, sea en primera clase o en patera, para concebir otros mundos humanos y una diferencia de lenguas que no tiene por qué estimular especialmente la belicosidad de una pulsión uniformante que todo debe al Poder, y no a sus accidentales instrumentos.

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        *** Explícase la anulación de la palabra por tener un idioma tan en venta como el territorio. La almoneda creciente marcha al compás de los conectores globales. Los mecanismos del mercado monopolista anonadan idiomas convertidos en fantoche obedientes al señorito "que nos da de comer". Los espíritus de la mordida no dudan en preguntar a sus gusanos dónde hay que poner el campo de golfos, el campo militar o la industria de cipayar mentes. El Estado Capital y sus terminales mediáticas y neuronales necesitan de su propia monotonía para sus prototipos mercables. De ahí de la importancia del diseño para colarnos lo mismo de lo mismo en variada tipología hasta cerrar, recortando, el horizonte.

        *** Tal vez se piense que se dramatiza ridículamente, o que es risible traducir, crear, realizar una sensible gimnasia mental a contracorriente para mantener plena la incontada riqueza de un planeta. Someterse a esa despersonalización no nos hace mejores; sólo nos suelda a una barbarie repropagada, nos hace creativos ecocidas preparados para todos los monocidios, para todos los campos concentrados.



        El doctor Estevan, obispo de Oriola, en 1.595: "Cuando los pueblos están sujetos a un mismo imperio, los vasallos tienen la obligación de aprender la lengua de su dueño".

        *** Aquí el debate no es ya aprender, sino sustituir la vida. Es un aprendizaje invasor sin alteridad posible, no ya sólo de lengua, sino de todas las formas de producir pensamiento. Aquellas tradiciones culturales que pudieran tener validez y todo lo que se mueva en la cabeza hasta la última oquedad negociable, pues todo puede ser objeto de negocio. Blancos o colorados, a los ratones monarcas les de igual el origen del combustible que les calienta el bolsillo.




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