****  Portada -                                       REDO ESTEpARiA                                           - Índice ****


FRANCISCO FERRER i GUARDIA

        "La enseñanza racionalista puede y debe discutirlo todo, situando con anticipación al niño en la vía simple y directa de la investigación personal".

        Inscripción en el monumento dedicado en Bruselas a su memoria.
 

        "Es inútil discutir con los clericales. Tanto valdría pedir humanidad a tigres y tiburones. Lo que debemos hacer es seguir agitando la opinión de los hombres honrados de todas las naciones... y que envíen sus protestas al embajador español y su gobierno".

        G.W. Foote.
 

        "La libertad no es para Ferrer patrimonio exclusivo de ninguna concepción ideológica, sino de la razón humana cultivada. Ella llevará hacia la verdad. Hay como una fe liberal, como una creencia en que, dejada a su arbitrio, la razón se impondrá por encima de los grupos gracias a la pedagogía. Es este pedagogismo universal el que se refleja en cualquier cuestión. Así, por ejemplo, Ferrer no es catalanista por progresista; es esperantista por humanista: "Antes que el catalán, cien veces el esperanto".

        Carlos Díaz.
 

        "El objeto de nuestra enseñanza es que el cerebro del individuo llegue a ser el instrumento de su voluntad."

        F. Ferrer i Guardia.


        Cárcel Modelo. Madrid. 1.906-7.

        "Yo no quise nunca dar una fotografía a los periódicos que me la habían pedido, pero la policía ha sido más generosa que yo. Ha distribuido copias de la que se me hizo en esta cárcel a pesar de que se me había prometido que no saldría de aquí. ¡Siempre honrados estos policías! ... Verdad que es desgraciado eso de estar obligados a trabajar para hacer triunfar la justicia! ¡Ella debería bastarse a sí misma!. Pero desgraciadamente los jesuíticas trabajan para sofocar sin cesar a la verdad y la libertad. Son muy fuertes en España. Desde la Restauración de los Borbones, en 1874, son los dueños de la Casa Real y a partir de ella, por su influencia, han introducido a sus criaturas en todas públicas. La Justicia, el Ejército, la Instrucción pública, etc., todo está en sus manos.

        Lo que es peor es que los hombres que se llaman radicales e incluso republicanos son casi todos clericales, sea para contentar a sus mujeres o a sus abuelas, van todos a la misa y a las procesiones.

        Es decirle la dificultad que mis amigos tienen para trabajar en mi caso. Todas las puertas les han sido casi cerradas. Cuando un período republicano pública cosas en mi favor recibe en segunda visitas muy poderosas para rogarle que no continúe, y la mayoría ceden a los ruegos y a las amenazas cabeza ante una recomendación de la reina madre, la fanática a atar, o también del confesor de la señora ministra... Es vergonzoso. No importa. Soy inocente y lucharé siempre sin cansarme por el librepensamiento y por la enseñanza racionalista y científica, sin religiones de ninguna clase ni otros prejuicios patrióticos ni sociales.

        Todo por la emancipación moral, intelectual y material del género humano. Cordialmente a todos los amigos.
 

        Los jueces no teniendo pruebas contra mi culpabilidad buscan saber solamente si yo soy o no anarquista. Parece que esto les es suficiente para hacerme condenar. Tratan de saber incluso si tuteo o no a las personas, ¡como si esto fuera prueba de culpabilidad!

        La primera noticia es que los jesuitas han logrado que la Escuela Moderna no reabra. Aunque nos hemos puesto en regla con la ley, aunque el gobierno había autorizado la apertura de nuevo, no hemos podido reabrirla aún y no sabemos si alguna vez podremos hacerlo.

        Los jesuitas son los dueños de España. En seguida que supieron que la Escuela Moderna iba a ser abierta han escrito artículos indignos en la prensa clerical, del modelo de éste que os envío, y han presionado al gobierno, teniendo la reina madre a su disposición para que no se nos conceda el permiso de reabrir.

        Y lo han logrado. El gobierno nos ofrece excusas, palabras para hacer que tengamos paciencia, pero las autoridades de Barcelona nos prohíben reabrir la Escuela, e incluso nos han hecho retirar del balcón los rótulos anunciando la Escuela. Vea hasta donde hemos llegado con nuestro supuesto gobierno liberal e incluso anticlerical.

        Yo tenían siempre a un guardián que no me dejaba un segundo; ahora tengo dos: uno que me acompaña a todas partes y el otro que nos vigía a los dos. Dicen que tienen miedo a que compre al guardián para escaparme, a pesar que he dicho varias veces al director de la cárcel que si un día encontrara todas las puertas abiertas y sin guardianes no me escaparía, no deseando huir, no teniendo necesidad de escaparme, puesto que soy inocente.

       Pero hay que hacer creer o publicar que quiero escaparme, porque el público creerá así que soy culpable. Esta es la nueva infamia de los jesuitas. Quieren engañar a la opinión. Cosa natural, puesto que su oficio es engañar a las gentes. De esto viven, de nada más que de esto.
 

        Espero ser absuelto porque soy inocente y todos los amigos de aquí lo creen también. Pero, hay un pero. Figúrese usted que tendré tres jueces y mi suerte dependerá de dos. ¿Serán hombres justos u hombres apasionados? ¿Serán hombres dispuestos a hacer placer a la casa real y sobre todo a la reina madres? ¿Tienen ideas religiosas y son de ellas fanáticos? ¿Una presión de arriba podrá tener su peso?
 

        Gozo de una salud inmejorable y tengo ánimo para vender a una docena de personas. Nada me asusta, nada me hace miedo. Seguro de mi inocencia no sufrido un segundo de abatimiento. Al contrario, doy cada instante millones de gracias a los jesuitas porque, con mi prisión y sus inquietudes, laboran ardientemente por la enseñanza racionalista mundial ¡El porvenir es nuestro, amigo querido!
 

        Continúa la lucha entre los jesuitas representados por el fiscal Becerra del Toro y el espíritu liberal del mundo entero... El gobierno francés no ha querido ser un instrumento de los jesuitas españoles. Dícese ahora que Becerra del Toro tiene la intención de volver a pedir la pena de muerte el día del proceso. ¡Está visto que el fanatismo conduce a la locura! Mientras tanto la agitación en favor de la escuela laica aumenta y cunde en todas partes. Vengan, pues, jesuíticas fanáticos, que ellos nos ayudarán en nuestra labor de emancipación general. No extrañe no se haya publicado todavía la protesta de "El Messagero" contra "El Imparcial". Los diarios no quieren publicar cosas en contra de un colega, parece...
 
 

        "Ferrer ha sido declarado no culpable del crimen de que se le acusaba, sus bienes confiscados le han sido devueltos, su Casa editorial ha podido reanudar su actividad y, sin embargo,  la Escuela Moderna sigue cerrada. Lo que ya prueba que las fuerzas reaccionarias y oscurantistas de España, no concentraban tanto su odio senil contra la personalidad de Ferrer como contra su gran realización: la Escuela Moderna".

        Tras los sucesos de la Semana Trágica en contra del embarque de sacra carne humana para el matadero marroquí, todas las fuerzas de la reacción con militares y ensotanados a la cabeza para eliminar a quien "siembra ideales superiores de manera límpida y valiente" . La familiar Ferrer fue detenida el 20 de agosto de 1.909 y desterrada, y él encarcelado en la Cárcel Celular de Barcelona.

        *Cárcel Celular. Barcelona. Sr. Director de "El País". Madrid.

       " ... después de 6 días de habérseme levantado la incomunicación, me ha sido permitido leer la prensa que venía reclamando desde el primer día, y al enterarme de las enormidades que se han impreso a mi referencia me apresuro a mandarle esta rectificación.

        Empezaré diciendo que no es cierto hubiese tomado yo parte alguna, ni como director ni como actor, en los últimos sucesos de la última semana de julio. Ningún cargo hay en los autos en contra mía. Y no es que el juzgado haya estado ocioso durante todo ese tiempo en busca de pruebas de mi culpabilidad. Primeramente hizo interrogar a unos tres mil presos que según parece ha habido en toda Cataluña, preguntándoles si me conocían o si habían recibido dinero u órdenes mías; ninguno pudo contestar afirmativamente.

        Luego se hizo una minuciosísima investigación en los pueblos de Mongat, Masnou y Premiá, donde se decía que yo lo había revuelto todo, preguntando a las autoridades, mayores contribuyentes y a cuantas personas pudieran estar en situación de poder ayudar a la justicia, sobre la participación que yo hubiese tomado en aquellos acontecimientos; porque se habla mucho de los actos de una partida armada de tiroteos, de dinamita, de explosiones, de una tartana que andaba constantemente entre Mongat y Premiá y de unos biciclistas que continuamente llevaban ordenes mías a los insurrectos. Todo el mundo afirmaba esto; pero nadie, ni una persona siquiera, ha podido declarar al juez haber visto la partida de hombres armados, la tartana, los biciclistas, ni oído los tiros ni las explosiones. Todos hablaban por haberlo oído decir.

        No hallándose pues prueba en contra mía, mandó el juzgado practicar otro registro en mi casa de Mongat, a pesar de haber hecho ya dos anteriormente: uno el día 11 de agosto por una veintena de policías y guardias civiles, que duró unas doce horas, y otros dieciséis días después, el 27, por seis policías que duró tres días y dos noches, ordenado, según confesión de uno de uno de los policías, por más de cuatrocientos telegramas del ministro y de cuyo registro habrá mucho que decir, pero esta vez el juez lo hizo practicar por dos señores oficiales y varios soldados del digno cuerpo de ingenieros, quienes, durante dos días, sondearon los muros de la casa y de sus dependencias, demoliendo cuanto les pareció conveniente para el objeto de su misión, levantando planos de la casa y de las minas de aguas exploradas, pero no encontrando, igual que en los anteriores registros, la prueba buscada.

        No sabiendo ya el juzgado donde hallar esa dichosa prueba, tuvo la feliz ocurrencia de dirigirse al señor Ugarte, que había estado en Barcelona por orden del gobierno para una información de los sucesos, suplicándole tuviera a bien informarle de cuanto pudiese ser útil a la justicia, y el fiscal del Tribunal Supremo (Ugarte) contestó, muy compungido, que sí dijo a un periodista que Ferrer era el director de todo, no hizo otra cosa que hacerse eco de un rumor general en Barcelona; es decir que, como la gente de Premiá, lo habla oído decir. Esta fue la última diligencia del juzgado.

       ¿Qué le parece a Ud. señor director? ¿Es esto serio ni digno de España? ¿Qué no se podrá decir ya de nosotros?

        He de añadir vehemente protesta contra la conducta de la policía, que si en el proceso de hace tres años en Madrid se condujo de manera inadmisible llegando hasta falsificar documentos con afán de perjudicarme, esta vez ha hecho cosas todavía peores que se conocerán el día de la vista.

        Protesto de que se quitasen mis ropas todas vistiéndome con otras humillantes, caso nunca visto por los mismo empleados que lo efectuaron. El juez rehúsa a concederme un traje para comparecer ante el tribunal por estar también embargados mis vestidos. Ni un par de pañuelos de bolsillo pude obtener.

        Otra protesta he de hacer todavía por haberme tenido durante el mes que duró la incomunicación, en un calabozo de los que llaman de riguroso castigo, el cual reúne tan malas condiciones higiénicas que, de no gozar yo de una salud a toda prueba y de no haber poseído una voluntad que se sobreponía a todas las miserias humanas, no habría llegado con vida al final de mi incomunicación.

        Por fin dirijo un ruego a todos los señores directores de periódicos, no tan sólo republicanos y liberales, sino a todos los que por encima de toda pasión política o religiosa, alberguen una recta conciencia de justicia, suplicándoles la reproducción de esta rectificación y protestas, para con ello desvanecer algo la mala atmósfera que sin razón se ha hecho en mi contra y facilitar así la tarea de mi defensor ante los jueces que muy pronto me han de juzgar".
 

*** Carta escrita al director de "El País" seis días antes de que fuese fusilado el 13 de Octubre de 1.909 al ser condenado a muerte por un tribunal militar el día anterior (12 de octubre). Fueron sus últimas palabras: "¡Soy inocente! ¡Viva la Escuela Moderna!". Murió a los cincuenta años de edad.


        "Trabajando así en la educación de los hombres es como infaliblemente puede esperarse una humanidad mejor; empeñada en su tarea; conservando todo el vigor de su voluntad, toda su salud moral; marchando siempre hacia nuevos ideales; una humanidad no mezquinamente dedicada a una lucha estúpida, no sórdidamente sujeta a la hartura de sus apetitos, miserablemente entregada a sus vicios y a sus mentiras, triste, rencorosa, depravada, sino siempre amante, bella alegre. Tengo una fe tan grande en la educación racionalista para la regeneración humana que sacrificaría gustoso mi vida si con ello pudiera contribuir a la implantación de este sistema en todas las escuelas de los países que se estiman civilizados."
        Francisco Ferrer i Guardia.

        En la introducción de la obra "La Escuela Moderna", escribe L. Portet: "¿Qué es la Escuela Moderna? Es la continuación de la eterna lucha de la luz contra las tinieblas, de la evolución contra el estacionamiento, de los esclavos contra los señores, de los siervos contra el feudalismo, del propietario contra la burguesía, de la libertad contra el privilegio, de la razón contra el dogma, de la verdad contra la superstición, de lo que no es y debería ser contra lo que es y no debería existir, de la vida contra la muerte, del Hombre -Realidad contra el Dios-Ficción".


        "Los anarquistas españoles. Los años heroicos (1.868-1.936)" de Murray Bookchin.

       Proyectó establecer un plan de estudios basado en las ciencias naturales y en un racionalismo moral, libre de todo dogma religioso e influencia política. Los alumnos recibirían una instrucción científica, pero se eliminarían las notas, los exámenes, los premios y en general todo rasgo de competitividad, de coacción o de humillación. Las clases se guiarían por "los principios de igualdad y solidaridad". (...) Advertía a los maestros que debían "abstenerse de infringir cualquier castigo físico o moral", bajo pena de inhabilitación permanente. La enseñanza se basaba exclusivamente en la libre voluntad espontánea de los estudiantes para adquirir conocimientos y en la adecuación del ritmo de este aprendizaje a la propia marcha de los alumnos. El propósito de la escuela era fomentar en los alumnos "una rigurosa hostilidad hacia el perjuicio", para así desarrollar "inteligencias sólidas, capaces de formarse unas convicciones propias y razonadas respecto a cualquier materia". La educación de un hombre no consiste meramente en adiestrar su inteligencia, dejando a un todo su corazón y su voluntad. El hombre, a pesar de la variedad de funciones, forma un todo. Presenta varias facetas, pero en el fondo es una energía única que discierne, ama y ejerce su voluntad". Una de las tareas más importantes de la Escuela Moderna, recalcaba Ferrer, consistía en reforzar esta unidad y desterrar las creencias que postulaban la "dualidad de caracteres en el ser humano: uno que aprecia la verdad y el bien, y otro que ambiciona el mal". La escuela misma debía ser un microcosmos que integrara los diferentes aspectos y personalidades del mundo real. Por ello, Ferrer no sólo insistía en la necesidad de la educación mixta, sino también en la convivencia de alumnos procedentes de distintas clases sociales.

        Se ejecutó a 5. En cuatro de los casos en que se aplicó la pena capital, los procesos carecieron de bases judiciales: las víctimas fueron ejecutadas no porque hubiesen cometido las graves ofensas de que fueron acusadas, sino porque las autoridades querían que sirviesen de ejemplo.

       Durante la insurrección Ferrer pasó la mayor parte del tiempo en su casa de campo, situada a unos veinticinco kilómetros de Barcelona y sus movimientos fueron controlados muy de cerca por la policía.

       Tenía muy poca influencia entre las masas revolucionarias y los radicales de la ciudad. Aunque había protegido a anarquistas tan notorios como Anselmo Lorenzo y "Federico Urales" (Juan Montseny), los anarquistas y sindicalistas no aprobaban sus actividades financieras y la notoriedad que había alcanzado su vida privada. Los radicales estaban interesados en Ferrer por las contribuciones económicas que pudiese hacer a la causa. Los socialistas, por su parte, lo detestaban.

       La Iglesia y los políticos de la época criticaron la forma abierta y libre en que se relacionaba con las mujeres. La sociedad española aceptaba perfectamente que los hombres frecuentaran los burdeles, tuvieran "queridas" o mantuviesen relaciones con mujeres casadas, siempre que las responsabilidades públicas del matrimonio fueran respetadas y los amoríos mantenidos en secreto.

       Los prelados de Barcelona enviaron una carta a Maura exigiendo públicamente una acción enérgica en contra de Ferrer y su Escuela Moderna. La respuesta de Maura fue la siguiente: "el gobierno obrará de acuerdo con el espíritu de vuestra carta y seguirá las líneas de conducta que señaláis".

       Los procedimientos duraron tan sólo un día. (...) Se admitieron como pruebas contra el acusado rumores y declaraciones de personas anónimas. Prisioneros que tenían que responder por sus propios y graves atentados, tuvieron la oportunidad de rebajar sus duras condenas a cambio de declarar en contra de Ferrer. En cambio, las pruebas a favor del acusado fueron eliminadas, y en general la actuación procesal resultó escandalosa incluso para lo que era habitual en la época. Un testigo declaró que Ferrer había participado en la quema de conventos de una barriada donde en realidad no se había producido ni un solo incendio.


        Historia del Movimiento Obrero español (1.900-1.936) --- Francisco Olaya Morales.-

        Los responsables directos de este lamentable asesinato fueron los diplomáticos del Vaticano y los jesuitas de España. El obispo Casaños (jefe del clero catalán) dijo en la catedral de Barcelona: "La palabra de Dios, por mi boca, señalará, pues, sin necesidad de pronunciar su nombre, en este santo lugar al que es verdadero culpable de la potencia del laicismo y del racionalismo, el verdadero declarador de la catástrofe que diezma a nuestra Santa Iglesia y que pone a sangre y fuego a España entera".

        Después de la ejecución, el nuncio apostólico hizo llegar al procurador del tribunal militar, principal responsable de la condena de Ferrer, una espada de honor con la empuñadura de oro labrado, con las felicitaciones y la bendición de Pío X".

        La Inquisición volvía a despertarse en España, estaba dormida pero no muerta, la monarquía clerical volvía a hacer gala de su hedionda moral. Hubo sectores tenaces en sus rencores y prejuicios que aplaudieron la ejecución y el juicio, a ellos se unió Miguel de Unamuno, Azorín, Madariaga, etc. Esta crema intelectual de primera línea comentaban que Ferrer no era más que un testarudo anticlerical y que su sistema pedagógico era un barullo antipedagógico y sectario.

        "Morral es un discípulo de la Escuela Moderna, esa caverna de ateísmo de Barcelona. ¿Qué es la Escuela Moderna? Un sistema educativo sin Dios, una enseñanza que se apoya en las doctrinas del librepensamiento como todas las llamadas escuelas laicas. Es el punto de partida de publicaciones inmorales y de libros asquerosos, de reuniones blasfemas, de espectáculos irreligiosos y de discusiones ateas... Tales crímenes continuarán produciéndose mientras se hable en España de la libertad de prensa, de educación y de pensamiento, que tiene que engendrar esos monstruos antisociales".
        Diario jesuítico "El corazón de Jesús", de Bilbao, en el primer proceso contra Ferrer por supuesta complicidad en el atentado de Morral.

        "Los tribunales civiles tienen la costumbre de exigir pruebas determinadas y decisivas de la culpabilidad del acusado... Pero los tribunales de honor militar no necesitan atenerse a las pruebas concretas. Basta con que los jueces se formen una convicción moral que corresponda a su conciencia".
        "El Universo", diario clerical.

        "Se fusiló con perfecta justicia al mamarracho de Ferrer, mezcla de loco, tonto y criminal cobarde, a aquel monomaníaco con delirios de grandezas y erostratismo, y se armó una campaña de embustes y calumnias. Todos los anarquistas y anarquizantes se juntaron; se les unieron los "snobs" y estuvieron durante meses repitiendo los eternos disparates respecto a la inquisitorial España, que es el país más libre del mundo. ¡El judío fanático Naquet, el "snob" Anatole France, el hinchado Paul Adam, el monstruoso Rémy de Gourmont... toda la golfería -así, sí, como suena-, toda la golfería intelectual. Y dale con la canción de que se fusiló por racionalista al anarquista Ferrer... Levanta el estómago...".

        Palabras del autor de "La agonía del cristianismo" y "San Manuel, Bueno y Mártir", Miguel de Unamuno, en una carta privada a su amigo Jiménez Ilundain.

        El mismo día (2 de abril de 1.931), Solidaridad Obrera, se refería a una conferencia pronunciada por Miguel Unamuno en el Ateneo de Madrid, haciendo resaltar las frases siguientes: "El responsable de los asesinatos de Vera de Bidasoa, es el rey, y a Ferrer lo mató el rey no por sus ideas, sino por haberse opuesto a la guerra de Marruecos", rectificación de acusaciones poco honorables hechas en 1.909.


        Ferrer Guardia
        Pío Moa, colaborador de la radio episcopal católica (Cope).

            Francesc Ferrer Guardia, fundador de la "Escuela Moderna", fue un exaltado, de ideas realmente simples, por no decir simplonas: "Vivamos en República, tengamos al frente de los Municipios a hermanos nuestros que organicen la administración, nos eduquen y repartan los impuestos de modo que todo el mundo tenga qué comer". Para ello predicaba una "revolución sangrienta, ferozmente sangrienta", pues, aclaraba, "no importa que se haga precisa la efusión de sangre. Si ha de salir de ahí la purificación de las conciencias, que corra a torrentes".

            Las enseñanzas de su talibanesca escuela iban a la par: "no nos interesa hoy hacer buenos obreros, buenos empleados, buenos comerciantes; queremos destruir la sociedad desde sus fundamentos. Hoy nos contentamos con introducir ideas de revolución en los cerebros". Para Unamuno era "la obra de incultura y barbarización de aquel frío energúmeno, de aquel fanático ignorante". Cuenta Lerroux que poco antes del atentado de la calle Mayor de Madrid, contra el cortejo nupcial del rey, le abordó Ferrer, "el hombre que había previsto el atentado contra Alfonso XIII en París", y le preguntó si tenían los republicanos algo "preparado si, por ejemplo, con motivo de la boda del rey, ocurría cualquier tontería". La tontería, cerca de 30 muertos y casi un centenar de heridos y mutilados, fue cometida por Morral, un profesor de la Escuela Moderna. Otro alumno de ella intentó matar a Maura. El ex secretario de Ferrer, Miguel Sánchez, recordará al pedagogo como "vil engendro de la especie humana, artero, felino, malvado, miserable inductor", acusándole de estar también detrás del asesinato de Cánovas.

            Condenado a muerte en relación con la Semana Trágica en 1909, se desató en toda Europa una inmensa campaña de apoyo al llamado "pedagogo genial", "nuevo Galileo", "educador de España". Para Cambó, "aquel hombre inculto, grosero, apareció como el símbolo de la virtud y la cultura. La España que lo había fusilado en cumplimiento de la Ley aparecía como la España de la Inquisición. No hay que olvidar que Ferrer i Guàrdia ocupaba uno de los lugares prominentes en la Masonería, y que la Masonería internacional tomó el affaire con el más grande entusiasmo". El movimiento sirvió de modelo a Juan Simeón Vidarte, después de la insurrección de octubre de 1934, para montar otra campaña intensísima sobre la represión de la derecha contra los mineros insurrectos en Asturias. Como creo haber demostrado en el libro El derrumbe de la República, esa campaña se basó en falsedades o exageraciones, pero logró envenenar la vida social en España y crear el ambiente propicio a la guerra civil.

            Leo ahora a Alicia Delibes que el PSOE reivindica los méritos pedagógicos de aquel fanático embrutecido, y exige su inclusión entre los hacedores de la enseñanza pública española. Sólo esa reivindicación explica más cosas que todo un libro sobre la pedagogía socialista.


        MATEO MORRAL, EL ANARQUISTA. Causa por un regicidio --- José Esteban (Ed. Vosa).

        La obsesión de Ferrer durante todo el tiempo de su detención fue la salvación y continuidad de su más definitiva creación: La Escuela Moderna.

        Las clases reaccionarias españolas, así como los jesuitas, intentaron por todos los medios cerrarla y aprovecharon las circunstancias procesales de Ferrer para asestarla (sic) un golpe mortal.

        Ferrer, desde la cárcel, y en cartas dirigidas al anarquista Malato, se queja de estas intrigas y las achaca a que la reina madre está dominada por los frailes. "Según mi abogado (a la sazón Pi y Arsuaga, hijo de Pi y Margall), se dice que el juez había prometido a la reina madre mi condena, mientras que Romanones, ministro de Justicia, creía que se me liberaría el día de la "visitilla", después de la prueba de mi inocencia."

        "¡Gran decepción la del conde de Romanones al enterarse de que el juez exige mi procesamiento! Nada hay de extraño en ello, puesto que todos saben que la reina María Cristina está en manos de los jesuitas fanáticos desde que se halla en España. Ha apoyado siempre las crisis ministeriales en favor de los intereses clericales."
       
(Carta fechada el 6 de octubre de 1.906).

        En otra fechada el 5 de septiembre de 1.906, se refiere a la actuación del fiscal y precisa que a través de su persona se quiere acabar con la Escuela. "Cuando Urales solicitó una entrevista con el Fiscal y le preguntó por qué, no habiendo cargo alguno contra mí, seguía yo detenido, éste contestó: "Se supone que Ferrer ha sido cómplice a causa de sus antecedentes y de sus ideas, por lo demás hay tiempo hasta el último momento, para modificar la pena perdida."

        En otra, del 19 del mismo septiembre, se queja de los obstáculos que la Administración pone al funcionamiento de la Escuela racionalista: "La última noticia interesante que tengo que comunicarle es la siguiente: se había dado la orden de cerrar la Escuela Moderna so pretexto de que no estábamos dentro de la ley con la presentación de algunos documentos ¡exigidos por una ley aparecida después de nuestra apertura en 1.901!

        "Así -añade Ferrer-, un gobierno considerado liberal, procede al cierre de una Escuela racionalista porque se le dice que la moralidad corre peligro, sin que se digne enviar a un inspector de Instrucción Pública que compruebe si la denuncia está fundada, sin interrogarnos, sin intentar esclarecer si el hecho es verdadero o falso. Nos enteramos luego que no existe denuncia alguna por parte de las familias de los alumnos de la Escuela, ni de particular alguno."

        Ferrer cuenta también a su amigo Malato las afirmaciones de Becerra del Toro, fiscal del rey: "Los anarquistas son como fieras, y yo, que represento a la sociedad, debo tratarlos como a tales, no sólo a ellos personalmente, sino a todos aquellos que los alientan y los sostienen con sus escritos o su actividad". Y al pronunciar esta últimas palabras fijaba en mí sus ojos, semejante él a una fiera".

        (....)

        Las tesis del gobierno sostenían que Ferrer había regresado de Londres en junio de 1.909, con el propósito de organizar una huelga general antimilitarista, como primer paso para una revolución contra la monarquía española y que fue el cerebro de la semana trágica en Barcelona, que luego se extendió a toda la provincia. Según el historiador Conelly Ullman, no pueden sostenerse ninguna de estas dos posturas.

        La realidad es que Ferrer fue llevado a los fosos de Montjuich y ejecutado el 13 de octubre de 1.909. "Imposible poder describir con absoluta fidelidad la cortesía, la entereza, la naturalidad que demostró Ferrer en aquellos instantes", escribió el teniente Lara, que le acompañó al foso. Pidió que quitasen las imágenes religiosas de la capilla donde tuvo que pasar su última noche, cosa que le fue denegada. Entonces se dedicó a escribir. Al amanecer pidió que no le vendasen los ojos. Se le negó, según el jefe del pelotón, por razones humanitarias. Al morir -erguida la figura- gritó su inocencia y "¡Viva la Escuela Moderna!".

        Los políticos republicanos, es lo cierto, no denunciaron con la intensidad debida, tan injusto caso jurídico y así, la causa, quedó sin revisar. En cambio, en el resto de Europa fue considerado un mártir de la idea y en Bruselas se le erigió una estatua.

        Como revolucionario impenitente, Ferrer "vio con agrado el movimiento y quiso contribuir al mismo como muchos que ni siquiera fueron detenidos. Pero lo que en los demás todo era perdonable por la sugestión del movimiento revolucionario, en Ferrer fue el crimen más grande de la revolución" (de un editorial de El Progreso, 25 de marzo de 1.911, Barcelona).

        Para Emiliano Iglesias, abogado siempre muy cercano a Lerroux, Ferrer no fue culpable. "No podía ser, no ya jefe, ni siquiera elemento director ni de consejo de los que realizaban la protesta". Otros cabecillas de la revuelta afirmaron rotundamente que Ferrer quería intervenir, "pero nadie le hizo caso". Y Federico Urales explicó que Ferrer "fracasó en su revolución porque las masas revolucionarias estaban firmemente dirigidas por hombres cuyo objetivo era única y exclusivamente ganar las elecciones".

        En realidad, su ejecución fue más el resultado de su pasado como educador y, sobre todo, su muy posible participación en el regicidio frustrado de la calle Mayor de Madrid el 31 de mayo de 1.906, que de su modesta participación en la semana trágica de Barcelona.


        EN TIERRA DE FARISEOS --- Oriol Malló y Alfons Martí.

        Del encarcelamiento y posterior ejecución del líder obrero Josep Barceló en 1.854, el primer caso Ferrer, por un supuesto delito común que no cometió, y de las hazañas criminales de la Ronda d'en Tarrés, asesinos a sueldo de industriales...

        Unos desalmados, llegados, se decía, en un coche negro con escudo de la Generalitat, violaran la tumba del obispo Torra i Bages en la catedral de Vic rociando su cuerpo con gasolina y celebrando en torno a su cuerpo carbonizado, una extraña ceremonia de desquite contra aquel que celebró con champán el fusilamiento de Ferrer y Guardia.

        El fusilamiento de Ferrer y Guardia en 1.909, por su carácter de instigador moral, no por sus actos concretos, que nadie relacionaba con la Semana Trágica, es un buen indicio del procedimiento expiatorio de la comunidad catalanesca en oposición mortal a la comunidad republicana.


        * Obras utilizadas:

        * "Correspondencia selecta de Francisco Ferrer Guardia" de V. Muñoz. Disponible en el catálogo de la Fundación de Estudios Libertarios "Anselmo Lorenzo".  http://www.cnt.es/fal/

        - "La Escuela Moderna". Francisco Ferrer Guardia. Ediciones Júcar.

        - "Tiempo de Historia" nº 7

        - Historia Mundial del siglo XX. (Vergara).

        - Francisco Ferrer, la educación emancipadora. El Solidario nº 9.

        - "Los anarquistas españoles. Los años heroicos (1.868-1.936)" de Murray Bookchin. (Editorial Numa).

        - Mateo Morral, el anarquista. Causa por un regicidio. de José Esteban. (Editorial Vosa).

        - En tierra de fariseos --- Oriol Malló y Alfons Martí (Editorial Espasa).
 
        - Historia del Movimiento Obrero español (1.900-1.936) --- Francisco Olaya Morales. (Editorial Vosa).


        ****  - Al índice

        ****  - Portada-