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CHOMSKY, Noam

Libros, autores, cómics, publicaciones, colecciones...

CHOMSKY, Noam

Nota Vie Ene 22, 2010 4:21 am


Introducción

Nació el 7 de diciembre de 1928 en Filadelfia (Pensilvania), hijo del doctor William (Zev) Chomsky (estudioso de la lengua hebrea y uno de sus más distinguidos gramáticos) y de Elsie Simonofsky, maestra de hebreo. Ambos eran inmigrantes judío-ucranianos. Estudió filosofía, lingüística y matemática en la Universidad de Pensilvania desde 1945. Recibió su doctorado en 1955, habiendo llevado a cabo la mayor parte de sus investigaciones en la Universidad de Harvard durante los cuatro años anteriores.

En su tesis doctoral comenzó a desarrollar algunas de sus ideas en lingüística, elaborándolas luego en su libro Estructuras sintácticas, posiblemente su trabajo más conocido en este campo. Sus planteamientos lingüísticos han revolucionado muchos puntos clave del estudio del lenguaje humano, que se han visto plasmados en la Teoría de la Gramática Transformacional y Generativa.

Es profesor del Massachusetts Institute of Technology (MIT) desde 1955, donde ocupó la cátedra Ferrari P. Ward de Lenguaje Moderno y Lingüística de 1966 a 1976.

Es sumamente reconocido en la comunidad científica y académica por sus importantes trabajos en teoría lingüística y ciencia cognitiva. Propuso la gramática generativa, disciplina que situó la sintaxis en el centro de la investigación lingüística y con la que cambió por completo la perspectiva, los programas y métodos de investigación en el estudio del lenguaje, actividad que elevó definitivamente a la categoría de ciencia moderna. Su lingüística es una teoría de la adquisición individual del lenguaje y una explicación de las estructuras y principios más profundos del lenguaje. Postuló un aspecto bien definido de innatismo a propósito de la adquisición del lenguaje y la autonomía de la gramática (sobre los otros sistemas cognitivos), así como la existencia de un «órgano del lenguaje» y de una gramática universal. Se opuso con dureza al empirismo filosófico y científico y al funcionalismo, en favor del racionalismo cartesiano. Todas estas ideas chocaban frontalmente con las sostenidas tradicionalmente por las ciencias humanas, lo que concitó adhesiones y críticas apasionadas, que le embarcaron en numerosas controversias, sin parangón en la historia científica de los últimos tiempos, lo que le ha acabado convirtiendo en uno de los autores más citados y también más respetados.

También es fundamental su contribución al establecimiento del ámbito de las ciencias cognitivas a partir de su, para algunos, crítica demoledora del conductismo de Skinner y de las gramáticas de estados finitos, que puso en tela de juicio el método basado en el comportamiento del estudio de la mente y el lenguaje que dominaba en los años cincuenta. Su enfoque naturalista en el estudio del lenguaje también ha influenciado la filosofía del lenguaje y de la mente (ver a Fodor). También se le considera creador de la jerarquía de Chomsky, una clasificación de lenguajes formales de gran importancia en teoría de la computación.

Paradójicamente, pese a su enorme contribución a la ciencia del siglo XX, fuera del ámbito académico es mucho más conocido por su activismo político y sus duras críticas a la política exterior de EE.UU. y de otros países, como el Estado de Israel. Chomsky se describe a sí mismo como socialista libertario y simpatizante del anarcosindicalismo (es miembro del sindicato IWW). Considerado por el New York Times como "el más importante de los pensadores contemporáneos", es una figura muy influyente de la izquierda estadounidense, especialmente admirado en Europa, donde sus conferencias, artículos y ensayos políticos se reimprimen constantemente.





Bibliografía completa (fuente | fuente)





Ensayo





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Nota Vie Ene 22, 2010 4:22 am
Recursos de apoyo

    Filología de la A a la Z: Chomsky (por vanfunfun, el 21 de mayo de 2013)


    Entrevista (por RT, 19 de mayo de 2010)


    El objetivo de la educación (Entrevista presentada en la Conferencia Aprendizaje sin Fronteras -Learning Without Frontiers Conference- en Londres el 25 de enero de 2012)

Nota Mar Abr 06, 2010 11:45 pm
fuente: http://www.diagonalperiodico.net/En-Ame ... ?id_mot=34


Entrevista | Noam Chomsky, analista político y lingüista

“En América Latina se agrieta el sistema de dominación de Estados Unidos”



Simone Bruno / Massachussets

Diagonal, nº 25, sábado 21 de octubre de 2006




El intelectual disidente norteamericano hace para Diagonal un minucioso repaso de la evolución de América Latina y la política de dominación de EE UU.

DIAGONAL: Tras la victoria electoral de Evo Morales en Bolivia, el país parece fuera del control de EE UU. Y no es el único que parece ofrecer alternativas al modelo estadounidense. ¿Cómo cree que evolucionará la situación?

NOAM CHOMSKY: No hay duda de que Washington está muy molesto con la situación; por otro lado, hace tiempo que Bolivia ha empezado a funcionar fuera del control norteamericano. Es una región tradicionalmente bajo dominación estadounidense, sobre todo desde la II Guerra Mundial, y algunas áreas, desde antes. Venezuela fue conquistada esencialmente por EE UU en los años ‘20, en el inicio de la Edad del Petróleo, cuando se descubrieron los enormes recursos del país. Aparte de esto y del Canal de Panamá, su control no se extendió hacia Sudamérica hasta el final de la II Guerra Mundial. Tras la guerra, Europa fue expulsada y el continente pasó a estar bajo la dominación de Washington, que, de alguna manera, siempre ha mantenido su control a través de la esponsorización de golpes de Estado y ayudando a grupos de rebeldes. Y ha sido fácil porque casi nunca ha habido oposiciones aparte de la resistencia de las poblaciones locales- al derrocamiento de Gobiernos ni a la realización de masacres con total impunidad. En la última década el sistema de dominación ha comenzado a agrietarse, el continente ha comenzado a moverse hacia grados de independencia que Washington no quiere tolerar, aunque no pueda hacer mucho al respecto. Las elecciones brasileñas, por ejemplo, fueron motivo de fuertes preocupaciones, aliviadas de alguna manera por que Lula no haya seguido políticas de izquierda, sino políticas no muy diferentes a las de sus predecesores. Aun así, Brasil representa un elemento de independencia que no gusta a EE UU. En Argentina, Kirchner ha dicho al FMI que ‘ahueque el ala’ de la región y Washington no ha podido hacer nada. Ha sido un duro golpe para la Casa Blanca, dado que el FMI es casi una extensión de su Ministerio del Tesoro y es el guardaespaldas de los inversores, como en las viejas películas de gangsters. Así lo ha llamado el propio director del FMI, Rodrigo Rato: “guardaespaldas de la comunidad de inversores”. Pero Kirchner y Lula no han estado mucho por su juego, así que Argentina y Brasil podrían quedar fuera del control del FMI. De todas formas, el único golpe real a la dominación estadounidense ha sido Chávez. EE UU ha intentado apoyar, si no lo ha organizado directamente, el golpe de Estado militar de 2002 para derrocar al Gobierno de Chávez. En aquella ocasión EE UU tuvo que retirarse rápidamente por la enorme protesta en todo el continente, donde la gente entiende la democracia de manera más seria de como lo hacemos en EE UU. Después, EE UU optó por la subversión interna, llamada “promoción de la democracia”, que quiere decir sostener grupos que se oponen al Gobierno, como grupos de empresarios.

Esto es tradicional. Cuando Haití tuvo sus primeras elecciones libres y Aristide fue elegido en 1991, EE UU, escandalizado, cambió su programa de ayudas para hacer que fueran a la oposición, y también USAID promovió proyectos de ‘promoción de la democracia’: esfuerzos para mantener a las clases ricas y a los militares y minar al Gobierno. Todo esto llevó a un golpe militar pocos meses después. Son básicamente operaciones subversivas. Y existe otra técnica tradicional: si la oposición es demasiado débil y no tiene la posibilidad de reunir una representación política representativa en las elecciones, la alternativa es desacreditar y deslegitimar los comicios. La técnica que se usa es convencer a la oposición para que no participe y poder sostener luego que estamos ante una dictadura.

D.: Esto ha ocurrido hace pocos meses en Venezuela.

N.Ch.: Exactamente, y es un modelo que se ha usado más veces, como en Haití en 2004. Y también en Nicaragua en 1984. En la historiografía occidental no existieron tales elecciones; en el mundo real existieron y fueron probablemente las elecciones más supervisadas de la historia moderna, al menos en aquel momento. Muchas personas las ratificaron y las definieron como honestas, pero EE UU no podía tolerarlo, eligió a un candidato de la oposición que a la vez estaba en la cuenta de la CIA, lo hizo retirarse de las elecciones para poder hablar de dictadura. La prensa cooperó suprimiendo lo relativo al proceso electoral, hablaron sólo de dictadura fascista, algo que abrió las puertas a una expansión de la guerra americana contra el ‘terrorismo’ en Nicaragua, lo que destruyó al país. Esto es lo que sucede ahora en Venezuela. Si lees los grandes periódicos que se ocupan de América Latina, como el Miami Herald, dicen que EE UU está apoyando “elementos pro democracia anti Chávez”. Según esta lógica, ser pro Chávez y pro democracia es imposible, porque la línea política americana es completamente opuesta. Poco importa si Chávez ha tenido casi el 80% de popularidad o que Venezuela guíe el continente entero apoyando gobiernos democráticamente elegidos. Esto es irrelevante. Lo que viene de Washington, del líder, es la verdad única y los periódicos se doblegan y siguen cuanto les viene dicho. Así que los únicos elementos pro democracia son anti Chávez y de esta manera la subversión sigue siendo bastante evidente. Es interesante analizar la reacción de Occidente. Supongamos por un momento que Irán hubiera esponsorizado un golpe militar en EE UU y hubiera derrocado al Gobierno. Imaginemos que Irán hubiera empezado a destinar a EE UU enormes recursos para mantener elementos pro democracia anti Bush. No es ni siquiera imaginable. Para contemplar estos hechos y no comprender lo que son en realidad es necesario tener una profunda, pura y radical mentalidad imperialista con cientos de años de experiencia en aplastar a las personas bajo sus suelas.

La oposición a EE UU se está extendiendo en las regiones del Sur. Bolivia ha elegido hace poco a su nuevo líder popular de centro-izquierda, Perú hará probablemente lo mismo muy pronto, Ecuador está más o menos en la misma dirección... Los indígenas de la región, que representan una parte enorme de la población, se están organizando por primera vez de manera unitaria, pidiendo derechos. Es el inicio de lo que alguno llama la “nación indígena”, que va de Bolivia hasta Ecuador, donde los indígenas son mayoría y no están interesados en que los recursos sean robados por Occidente, sino que los quieren controlar ellos mismos y además ni siquiera están interesados en su explotación. No es obvio para los campesinos ecuatorianos que deban destruir sus tierras para que la gente pueda conducir su jeep entre el tráfico newyorkino. Por ello, hacen presión para preservar su vida y la de su comunidad, y para mantener el control de sus recursos. Esto es terrible para los poderes occidentales y para EE UU, acostumbrados a tratar al resto del mundo como si fuera su campo de juego, cogiendo lo que quieren, aplastando a personas y diciendo alguna bonita frase sobre la democracia. En suma, haciendo lo que quieren.

Esto ya no está funcionando de Venezuela hasta Argentina, y es muy probable que veamos un Gobierno de centro-izquierda elegido pronto en México. Las únicas áreas que EE UU tiene todavía bajo control son Centroamérica -debido a una década de guerras brutales y asesinas llevadas a cabo por la Administración Reagan, que causaron la muerte de cientos de miles de personas y devastaron sociedades enteras- y Colombia, que se muestra como un país que aún no ha empezado a avanzar hacia la independencia. Muchas otras cosas están ocurriendo, y todo forma parte de un contexto mundial fuertemente adverso a EE UU. Por primera vez en su historia, América Latina está empezando a integrarse. Los modelos coloniales de los españoles primero y después de los ingleses, franceses y demás han creado un sistema donde los países latinoamericanos eran orientados hacia las potencias occidentales que los controlaban. Ahora está comenzando la integración. América Latina tiene enormes recursos, grandísimas desigualdad, opresiones, violencia y poquísima interacción, pero este sistema está siendo derrocado. Es difícil. Ha nacido una unión de las naciones pero de momento está sólo sobre papel; aun así comienza a haber una forma y es apoyada por otras fuerzas externas, en particular por China, que está especialmente hambrienta de recursos y no es como Europa, que puede ser intimidada por EE UU. Éste dice lo que hay que hacer y Europa obedece, a veces con ejemplos extremos como Berlusconi. Hasta el más independiente de los países europeos teme ofender al ‘master’, pero China no puede ser intimidada. Ésta es una de las razones por las que EE UU está tan obsesionado con China. No es una amenaza militar, simplemente rechaza la intimidación. Así que cuando EE UU intenta aislar Irán, las multinacionales europeas comienzan a retirar sus inversiones (como la British Petroleum). China, sin embargo, permanece o empieza a invertir. Lo mismo pasa en América Latina. El comercio entre China y América Latina está creciendo. Los acuerdos con China están despegando lentamente, así como las relaciones con Europa, y también están naciendo relaciones sur-sur.

D.: Y esto es realmente nuevo...

N.Ch.: Absolutamente nuevo. Brasil, Sudáfrica e India, entre otros, están formando una alianza independiente del Sur. Y esto está escapando al control de Washington. Desde el final de la II Guerra Mundial, EE UU dio por hecho un control casi total del planeta, a excepción de algunos sectores de Europa del Este. Hoy, la amenaza de Venezuela para EE UU es aún más grande y tiene que ver con sus relaciones con Cuba. Estas relaciones escandalizan a Washington, pero están bien estudiadas. Ambos usan los puntos fuertes: Venezuela manda petróleo y Cuba personal altamente cualificado, tecnología médica, doctores, profesores... Es una relación natural que se está difundiendo por toda la región. Venezuela está creando programas bajo el nombre Operación Milagro: médicos cubanos con financiación venezolana van a lugares como Jamaica, encuentran personas ciegas curables quirúrgicamente, los llevan a Cuba, los curan y los vuelven a enviar a Jamaica. Todo esto aterroriza a EE UU.

D.: A menudo ha afirmado que la región andina será el próximo interés del Gobierno de Bush, una vez fuera de Iraq, ¿piensa todavía lo mismo?

N.Ch.: Antes de la invasión de Iraq creía que ésta no iba a durar más de tres días. Una de las razones de EE UU para invadir fue que el país estaba indefenso. Después de duros bombardeos y un fortísimo embargo, Iraq se mantenía con celo. Creía que iba a durar poquísimo y que EEUU habría mandado clases del MIT para planificar el sistema eléctrico y después habría guiado un Estado satélite. Pero se transformó en una de las peores catástrofes de la historia. Es increíble, EE UU está inmovilizado, no puede irse sin establecer un Estado satélite basado en el modelo centroamericano o de los países de Europa del Este, con una democracia formal que haga parecer que las cosas funcionan de un modo justo. No puede irse y dejar el petróleo de Oriente Medio en manos de una serie de gobiernos chiíes que controlan Irán e Iraq, y de Arabia Saudí. Está en serios problemas. Pensé que el próximo paso de EE UU sería la región andina, pero en este momento es imposible, está inmovilizado.


“Venezuela está rompiendo el modelo de EE UU”

Las relaciones del Gobierno estadounidense con América Latina oscilan entre la demonización de la vía venezolana y la ‘protección’ militar de Colombia.

D.: Por primera vez, Venezuela está usando el petróleo como un medio de integración...

N.Ch.: El petróleo se ha usado generalmente sólo por dos razones: para llevarlo hacia Occidente y los países ricos, y para enriquecer a las empresas locales. Éste es el modelo de Oriente Medio y de Venezuela. Por eso Venezuela, que es en potencia un país muy rico, ha tenido siempre un sector de ricos muy pequeño de origen occidental que vive muy bien, y una enorme masa de personas gravemente empobrecidas. Éste es el modelo del petróleo: enriquece a la élite local y fluye a través de las multinacionales hacia Occidente, donde contribuye al desarrollo industrial.

Ha habido esfuerzos para un cambio. Nasser, presidente de Egipto, fue temido y comparado con un nuevo Hitler principalmente porque su nacionalismo se orientaba a usar los recursos de la región en la propia región, y no para enriquecer a Occidente y a las élites locales. Es la razón por la que tuvo que ser destruido. Esto marcó el nacimiento de la alianza entre EEUU e Israel. Y esto es lo que está pasando ahora en Venezuela. Por primera vez, el país está usando los recursos energéticos para su desarrollo -podemos debatir si con más o menos éxito-, en reconstrucción, salud... Existe también cierto nivel de participación en el control de la industria petrolífera por parte de los trabajadores. De nuevo se puede discutir el éxito de estas políticas, pero el objetivo del programa es claro y esto trastorna a Washington. La idea de que los recursos de un país deban ser utilizados por la gente de ese país da miedo de verdad.

“Los recursos de Venezuela deben ser usados por nosotros”: esto está claro a todos los niveles políticos, también para los que llamamos liberales o humanistas. George Cannon, considerado un héroe liberal, fue uno de los principales planificadores de finales de los ‘40; su posición sobre América Latina era que debíamos apoyar gobiernos militares para proteger nuestros recursos, y si para ello era necesario recurrir a medidas militares y represiones, bienvenidas eran. Durante la Guerra Fría teníamos que protegerlos de los comunistas, pero por comunista se entiende cualquiera que se meta en nuestra calle. Tenemos que proteger nuestros recursos con represión si es necesario, ésta es la visión también de los extremistas liberales, y no ha cambiado. Venezuela está rompiendo el modelo y es un grave problema para EE UU, dado que Chávez es muy popular.

D.: ¿Es posible que la popularidad de Chávez y sus políticas de integración puedan ayudar a otros presidentes de la región y mantener una política más de izquierda?

N.Ch.: Es difícil hacer previsiones, pero ciertamente Chávez ha hecho presión en esta dirección. Podemos estar seguros de que EE UU intentará pararlo de cualquier manera. Si observamos las compras norteamericanas en América Latina vemos que estamos ante un cambio. En el apogeo de la Guerra Fría la ayuda económica era muy superior a la militar; ahora es más o menos igual, la ayuda militar ha aumentado y acaba principalmente en Colombia y en los países que apoyan. Las ayudas militares han crecido mucho, y también la presencia de militares americanos. El núcleo aún es Colombia, que desde los ‘90, bajo el Gobierno Clinton, tuvo ayudas militares superiores a las del hemisferio sur junto, y éstas llegaron por lo que se llamó “guerra a la droga”. Sólo la idea de una guerra de este tipo es un escándalo. En Colombia muere más gente por el tabaco producido en EE UU que los que mueren por el uso de la cocaína colombiana en EE UU. ¿Esto da derecho a los colombianos a lanzar una guerra química en Kentucky para destruir el tabaco y echar a la gente de su tierra? Es ridículo y sin embargo considerado razonable por EE UU, que sostiene que esta guerra a la droga se hace con consentimiento del Gobierno colombiano. Es una broma de mal gusto, porque si el Gobierno colombiano no estuviera de acuerdo, entonces, adiós al Gobierno colombiano.





“SI EL PENTÁGONO QUIERE ENSEÑAR MÉTODOS DE TORTURA, NO HAY PROBLEMA, NADIE LO SABRÁ NUNCA”

“También el adiestramiento de los militares latinoamericanos ha cambiado. Su preparación fue un trabajo duro la gente debería saber estas cosas, pero la presión del Congreso puso restricciones-, el adiestramiento lo efectuaba el Departamento de Estado de EE UU y teóricamente había una supervisión del Congreso que imponía condiciones basadas en los derechos humanos. Estas medidas se aplicaban someramente, pero tenían algún efecto. Ahora la preparación de los militares latinoamericanos es responsabilidad del Pentágono, no existen restricciones o supervisiones, y si quieren enseñar métodos de tortura no hay problemas, nadie lo sabrá nunca. El paso de responsabilidad al Pentágono significa que la condicional de los derechos humanos desaparece. Ahora el Pentágono está revisando las finalidades de los adiestramientos. Hace tiempo se hablaba de “defensa hemisférica” a lo mejor contra los marcianos-, después Kennedy cambió la defensa hemisférica por la seguridad interna, que significa combatir contra su propia población, terrorismo de Estado. Hoy la finalidad ha cambiado de nuevo y se habla de “guerra contra la droga”, pero en realidad se centra en temas sociales: grupos radicales, formaciones sociales, activistas, sindicalistas son el objetivo. Todo es muy explícito y está bajo control del Pentágono. Así que no sabemos nada de lo que está sucediendo ahora en la famosa Escuela de las Américas. Éstos son cambios reales y están relacionados con la creciente preocupación de EE UU por estos movimientos independentistas e integracionistas en Latinoamérica”.

Nota Jue Abr 15, 2010 2:32 am
fuente: http://vnavarro.org/?p=493 y http://rebelion.org/noticia.php?id=70589



Entrevista a Noam Chomsky

"El parecido entre las técnicas de la clase empresarial estadounidense y el fascismo es muy sorprendente"




Vicenç Navarro

Universidad Progresista de Verano de Catalunya (UPEC) // 18 de julio de 2008





Presentación


Es un placer para mí hacer la introducción de una entrevista que hicimos a Noam Chomsky el 13 de mayo de 2008.

La UPEC, que como bien sabéis es la Universidad Progresista de Verano de Cataluña, tiene como parte de su vocación el crear un intercambio entre personas de izquierdas progresistas de Cataluña, de España, de Europa y del Mundo. A nosotros nos interesaba mucho saber qué pensaba Noam Chomsky sobre lo que está pasando estos días en los EEUU, en Europa y en el Mundo.

Noam Chomsky es una persona de una enorme importancia y cuando se escriba la historia intelectual de los siglos XX y XXI, Noam Chomsky tendrá un capítulo muy importante. Ha sido la voz más crítica dentro de los EEUU no sólo con respecto a la política exterior de este país, sino también en cuanto a las estructuras de poder de los EEUU.

En estos momentos los EEUU están en la primera página de todas las noticias y, como siempre, los medios de comunicación controlan, canalizan, manipulan y es difícil saber qué pasa en un país tan complejo como los EEUU. Esta dificultad en saber qué pasa en EEUU todavía está más acentuada debido a la enorme diferencia de culturas que existe entre aquel país y las culturas políticas de Europa, de España y de Cataluña.

De ahí que se decidiera por parte del equipo directivo de la UPEC el invitarle a dar la conferencia inaugural, la clase inaugural de las jornadas de este año. No pudo venir porque su esposa estaba muy enferma. Se excusó. Conoce Cataluña, es más, tiene una gran simpatía y lazos emotivos con Cataluña porque como intelectual de los EEUU siguió muy de cerca la guerra civil española. Nos explicó que, siendo joven, ya se sintió muy identificado con la causa republicana contra el fascismo.

Ahora bien, la entrevista no es sobre el pasado. Es sobre el presente y sobre el futuro. La entrevista se centra sobre los EEUU. ¿Qué está pasando en los EEUU? ¿Qué es el “fenómeno Obama”? ¿Es una promesa de cambio? ¿O es una construcción mediática? También queríamos saber su opinión sobre lo que está pasando en Europa y veréis que habla, a veces, muy críticamente de Europa y también queríamos saber su opinión sobre el Mundo. Él ha estado muy involucrado, es uno de los puntos de referencia del llamado movimiento antiglobalización y tiene mucho que contar sobre el futuro de este movimiento.

He tenido el placer de hacer esta entrevista que dura 45’. Conozco a Noam Chomsky desde hace muchos años; en realidad somos amigos, muy amigos. Desde este punto de vista aceptó nuestra invitación porque estaba dispuesto a contactar a través mío con este mundo de Cataluña y de España. Noam Chomsky es una persona muy interesante no sólo como intelectual sino también como ser humano; es de estas personas únicas que, pese a su gran renombre, es un hombre sencillo, muy accesible y muy agradable. Pasamos unas horas muy agradables con él haciendo la entrevista y después de una manera informal. Se comprometió a venir a Barcelona, por lo que no renunciamos a tenerlo entre nosotros algún año dando la conferencia inaugural de la UPEC.

Los temas que toca son temas relevantes para nosotros y de una enorme importancia. Puede que a veces sea difícil de entender porque son temas y una narrativa diferentes a la europea. Al final haré algunas observaciones en cuanto a mostrar la relevancia de las declaraciones de Noam Chomsky a nuestro país porque lo que ocurre en los EEUU es, en cierto modo, nuestro futuro, si no cambiamos. Y el futuro lo hemos visto y no funciona.

Es desde este punto de vista que hablamos de muchos temas de una forma relajada. Él me conoce a mí, conoce mis trabajos, los cita, incluso en esta entrevista, pero también en los suyos, haciendo referencia, por ejemplo, a la situación sanitaria, que es muy preocupante. No hay un sistema en EEUU que garantice el acceso a los servicios sanitarios. De hecho, 100.000 personas mueren cada año debido a la falta de servicios de atención sanitaria. Este es un problema muy grave. Él hace referencia a este tema, y también hace referencia a otros en los que estoy escribiendo y trabajando. Hay una amistad, hay un aprecio, hay una admiración mutua que se refleja en esta entrevista.

Así pues, hago esta introducción a la entrevista a Noam Chomsky, que creo que todos coincidimos en que es uno de los intelectuales más importantes de los tiempos en que vivimos.


Entrevista

Vicenç Navarro: Muchas gracias por recibirnos.

Noam Chomsky: Estoy encantado de tener la oportunidad de hablar con vosotros.


VN: Estamos aquí en nombre de la Universidad Progresista de Verano de Cataluña (UPEC). Como te explicaba antes de la entrevista, la intención de la universidad es recuperar la historia de Cataluña, recordando aquel tiempo, durante los años de la República, cuando trabajadores y académicos se reunían durante el verano para debatir temas de interés común. Esto, evidentemente, fue prohibido durante la dictadura. Cuando, en el 2003, los partidos de izquierdas recuperaron el gobierno de Cataluña, decidieron renovar este compromiso y reiniciar la Universidad Progresista de Verano de Cataluña. Nos habría encantado que hubieras podido hacer la conferencia inaugural de esta nueva etapa y nos sabe muy mal que no pudiera ser así. Esperamos, sin embargo, que puedas visitarnos algún día.

NC: Espero que sí.


VN: Quería hablar contigo precisamente sobre ti mismo y también sobre los Estados Unidos. Fuera de los EEUU, eres sin duda el intelectual estadounidense más conocido. Pero la mayoría de la gente de fuera de EEUU no es lo suficiente consciente de lo que representa que el intelectual más conocido de los EEUU en el extranjero aparezca tan poco en los medios de su propio país. Cuando miramos las principales cadenas de televisión, como la CBS, la NBC o la CNN, nunca apareces. En realidad parece como si estuvieras vetado en tales medios. Mucha gente fuera de los EEUU o no lo saben o no lo entienden, porque a menudo se idealiza a los EEUU, que se presenta como una democracia extremadamente dinámica y activa. Fuera de EEUU no se es consciente de la enorme discriminación que existe allí en contra de las voces de izquierda como las tuyas, discriminación que ocurre incluso en círculos que se llaman “de izquierda” dentro del establishment liberal de EEUU. ¿Cómo explicas esta situación? ¿Cómo explicas esta discriminación en contra de ti en los más importantes foros de debate de EEUU?

NC: De entrada debería decir que, de hecho, es en estos círculos de intelectuales liberales de izquierdas donde probablemente me discriminan, me temen y me desprecian más. Si quieres ver un ejemplo gráfico de esto, mira la fotografía que tengo colgada y enmarcada a la puerta de mi despacho. Es la portada de la revista más o menos oficial de los intelectuales liberales de izquierdas, The American Prospect. Aquella portada quiere representar la lucha ideológica a la cual se enfrentan. Se presentan a ellos mismos como estando entre dos amenazas representadas por dos figuras con cara enfadada. A un lado vemos a Dick Cheney, en el Pentágono; y en el otro estoy yo. Los intelectuales de izquierdas del establishment liberal se ven atrapados entre estas dos fuerzas que consideran gigantescas. Esta portada es indicativa de la paranoia y de la preocupación de que pueda haber cualquier pequeña rotura en la ortodoxia liberal. Los intelectuales de la izquierda del establishment liberal son (y no sólo en los EEUU) los típicos guardianes de los límites del sistema: hasta aquí podemos llegar, pero ni un milímetro más allá. De hecho, consideran aterrador pensar que alguien pueda ir un milímetro más allá. Esto se extiende también a los principales medios de comunicación donde el control ideológico es enorme. Aparece así una situación en la que por un lado hay una gran libertad de expresión: es un país muy libre, es el país más libre del mundo; no creo que la libertad de expresión, por ejemplo, esté tan protegida en ninguna parte del mundo como lo está aquí. Pero, por otra parte, la posibilidad de producir y distribuir ideas está muy controlada. Es una sociedad muy dirigida, una sociedad que se gestiona como un negocio, dirigido con mucho cuidado, con estrictos requisitos doctrinales, de los cuales no se tolera ninguna desviación, pues sería demasiado peligroso.

Uno de los motivos por los cuales es demasiado peligroso es que el sistema político, tanto los partidos como la clase política, tiene una posición que en la mayoría de temas importantes está mucho más a la derecha que el resto de la población. Si cogemos la sanidad, por ejemplo, sobre la cual tú has escrito durante muchos años, la población está a la izquierda del establishment, y así ha sido siempre. Lo mismo pasa en otros muchos temas. Por lo tanto, permitir que se debatan temas importantes es un riesgo y una amenaza. Permitir cualquier desviación es peligroso y se debe controlar con mucho cuidado.

Por lo tanto, sí, este es un país muy libre, pero muy controlado. Por esto tenemos una ideología muy rígida y muy controlada.


VN: Es sorprendente porque, desde fuera de los EEUU, a menudo se tiene la impresión de que el país tiene un sistema político muy estable y seguro. Podríamos incluso pensar que con un sistema político y unos medios de comunicación tan potentes, el país se podría permitir voces más criticas en los medios de lo que permiten.

NC: ¡Sí!


VN: Es como si temieran las voces más criticas, como por ejemplo la tuya.

NC: Sí, creo que tienen miedo. Existe un miedo terrible a que cualquier pequeña desviación pueda conducir al desastre. Es una mentalidad típicamente totalitaria. En esta mentalidad debes controlarlo todo. Si algo queda fuera de tal control, puede resultar desastroso para ellos. De hecho, la estabilidad de la sociedad de los EEUU no es tan obvia. Requiere mucha represión. Lo que ocurrió con los papeles del Pentágono durante la Guerra del Vietnam es muy representativo de lo que estoy diciendo. Estos papeles no eran documentos desclasificados y públicos. Tener acceso a ellos era como robar los archivos: era como conquistar un país y hacerse con el botín de sus archivos. La información no estaba pensada para el público. Pues bien, había cosas interesantes en los papeles del Pentágono que habían sido ocultadas. Lo más interesante de tales papeles es la parte final. El periodo que cubren estos papeles acaba a mediados de 1968, justo después de la ofensiva del Tet del mes de enero de 1968, que convenció a la clase política de que la guerra resultaba demasiada costosa y de que no valía la pena continuarla. Aún así, en los meses inmediatamente posteriores, hubo un intento del gobierno de enviar unos 200.000 hombres más al Vietnam, para aumentar así el número de tropas a casi tres cuartos de millón. Hubo un debate dentro del gobierno sobre esto, tal y como demuestran los papeles del Pentágono, y decidieron no llevarlo a cabo. El motivo es que temían que, si lo hacían, quizás necesitarían las tropas para controlar el desorden civil que podría provocar en los EEUU. Habría una rebelión de proporciones sin precedentes entre la gente joven, las mujeres, los trabajadores, las minorías, los pobres, etc. A duras penas controlaban las cosas dentro del propio país y cualquier movimiento en falso podría haber llevado a una rebelión. Y esto continúa. No pueden dejar que la población se descontrole. Ésta tiene que estar estrechamente disciplinada.

En realidad, uno de los motivos de la presión consumista tan extraordinaria que existe en EEUU, presión que se remonta a la década de 1920, es precisamente el reconocimiento por parte del mundo empresarial de que, si no se atomiza a la gente, si no se la conduce hacia aquello que denominamos “las cosas superficiales de la vida”, como por ejemplo el consumo de moda, la población puede volverse en contra suya. Ahora mismo, por ejemplo, un 80% de la población de los EEUU cree que el país (transcribiendo literalmente las palabras exactas) “está dirigido y se mueve, acorde con unos pocos grandes intereses que sólo se preocupan por ellos mismos”, sin tener en cuenta el bienestar de la población. Un 95% de la población piensa que el gobierno debería prestar más atención a la opinión pública y no lo hace. El grado de alienación de la población hacia las instituciones democráticas es enorme. De ahí la importancia de que la gente esté atomizada, absorbida en el mundo del consumo, preocupada en cómo pagar las deudas reflejadas en sus tarjetas de crédito, separadas unas de las otras, sin escuchar debates críticos. Siempre que sea así, la clase empresarial cree que puede controlar a la población.


VN: Otra realidad que vemos es que fuera de los EEUU se idealiza el sistema norteamericano por parte de los medios de información y persuasión europeos. Por ejemplo, las primarias presidenciales se están mostrando como un signo de vitalidad de la democracia. Y el “fenómeno Obama” se presenta como responsable de la movilización de masas. Esta visión de la realidad de EEUU es muy sesgada. ¿Cómo explicarías esta idealización de la escena política norteamericana, tan frecuente en Europa?

NC: La gente tiene estas ilusiones y debemos preguntarnos cuál es el origen de ellas. No es difícil entender qué ha pasado y el establishment lo entiende perfectamente.

Veamos, por ejemplo, qué ocurrió durante las primarias, en el día del “supermartes”, el 5 de febrero, en el cual se celebraron un par de docenas de primarias. La emoción, por lo tanto, era muy grande. En el Wall Street Journal, la historia principal en su portada aquel “supermartes”, escrita con grandes titulares, decía así: “Los temas políticos retroceden a lo largo del 2008, puesto que los votantes se centran en el carácter de los candidatos”. Poco después, apareció una encuesta, de la cual no informaron apenas, que revelaba que tres cuartas partes de la población querían que los medios cubrieran las opiniones de los candidatos sobre los temas más importantes que el país enfrentaba. Exactamente lo contrario de la doctrina estándar que se manifestaba en el titular de aquel diario. Los medios enfatizaban características personales de los candidatos, mientras que la población deseaba saber la opinión de los candidatos sobre los temas que preocupaban a la población.

Esto no es nuevo. Ha pasado lo mismo en elecciones anteriores. Los dirigentes de los partidos evitan tocar los temas que preocupan a la población, manteniéndolos fuera de la vista de los electores. No es verdad que los votantes prefieran la personalidad de los candidatos por encima de los otros temas. Los votantes estarían encantados de poder votar a favor de un sistema sanitario público, que han deseado durante décadas. Ahora bien, no se les da la opción. Los dirigentes del partido –o, básicamente, el ámbito de las relaciones públicas que venden bienes de consumo a través de la televisión– anuncian a los candidatos del mismo modo que anuncian bienes de consumo. Cuando ves un anuncio en la televisión, no esperas aprender nada de ello. En realidad, si tuviéramos un mercado libre del tipo que describen los economistas, en el cual los consumidores informados toman decisiones racionales, la General Motors haría anuncios explicando las características de los coches que venden. No lo hacen. Lo que hacen es intentar crear ilusiones, por la vía de gráficas complicadas, de una actriz famosa conduciendo hacia al cielo o de cualquier cosa por el estilo. La clave es engañar y manipular a la audiencia. Cuando tú “vendes” los candidatos, ocurre lo mismo –no entramos en los temas importantes, es demasiado peligroso porque el público puede no estar de acuerdo contigo en estos temas. Por lo tanto, lo que vendes es carácter, trivialidades, temas personales: el pastor de alguien dijo no sé qué, Hillary Clinton cometió un error cuando hablaba de Bosnia, etc.

La Fundación Pew publicó un estudio sobre la cobertura que hace la prensa de las primarias. La historia principal ha sido la de los sermones del reverendo Jeremy Wright. La segunda, el politiqueo de los “súper delegados”. Y la tercera, la discusión sobre si Obama había estado más o menos acertado con su comentario sobre la “frustración” con respecto a la economía del electorado de las poblaciones rurales. Y así una larga lista. Todas las historias principales de esta lista son sobre temas irrelevantes, marginales. No hay ninguno que destaque la opinión de los candidatos sobre ninguno de los temas importantes –sobre aquello que el público en general quiere escuchar. Se habla de cualquier cosa excepto de los temas importantes. Por lo tanto, la población simplemente no sabe cuáles son las posiciones de los candidatos sobre los temas importantes. Esto es muy evidente.

La opinión popular en los EEUU ha estado desde siempre muy bien estudiada, principalmente porque las clases empresariales, que dirigen el país, quieren sentir el pulso de su público –para controlar la propaganda. Puedes aspirar a controlar las actitudes y opiniones de la gente si conoces bien su vida. Es por eso por lo que sabemos tanto en EEUU sobre la opinión pública. Así sabemos que en las últimas elecciones, en 2004, la mayoría de los votantes de Bush tenían visiones equivocadas sobre la opinión de Bush con respecto a los temas principales –no porque fueran idiotas o no estuvieran interesados, sino porque las elecciones siguen un sistema de marketing. Esta es una sociedad dirigida por las necesidades empresariales: del mismo modo que vendes bienes de consumo, vendes candidatos. El público es la víctima y es consciente de ello, y, por esto, más o menos un 80% cree que el país se mueve en función de unos pocos grandes intereses que miran sólo por ellos mismos. Así pues, la gente no está engañada, simplemente no ven que se les ofrezca ninguna opción.

El “fenómeno Obama” es una reacción interesante en todo esto. Los asesores de Obama, los dirigentes de su campaña, han creado una imagen que es básicamente como una página en blanco. En la campaña de Obama suenan palabras como “esperanza”, “cambio”, “unidad” –eslóganes totalmente vacíos pronunciados por una persona agradable, con buen aspecto y que habla bien–, los analistas lo definen como “retórica en alza” (“soaring rhetoric”), y cada cual puede escribir lo que le parezca en esta página en blanco. Mucha gente está escribiendo sus deseos de un cambio de progreso. En la campaña, como apunta acertadamente el Wall Street Journal, no se ha prestado demasiada atención a los temas importantes. Las características personales son elementos clave. Es el carácter lo que se trata en portada como tema capital.

Pero, sí, el apoyo que ha recibido Obama es un fenómeno popular, y pienso que refleja la alienación de la población hacia las instituciones representativas. La gente se agarra a un hierro al rojo vivo, pensando que ahí hay una pequeña posibilidad de que quizás alguien pueda defender aquello que quiere. Aun cuando él no lo diga, parece el tipo de persona que quizás lo haría. Es muy interesante fijarnos en las comparaciones que se hacen. A Obama lo comparan con John F. Kennedy y Ronald Reagan –Kennedy y Reagan eran creaciones, productos de los medios de comunicación, en especial Reagan. Probablemente ni él conocía cuáles eran las políticas de su programa, pues él era estrictamente una creación de los medios. Al principio no era especialmente popular, pero los medios crearon la imagen de un cowboy maravilloso que salvaría a todos, y así sucesivamente.

La administración Kennedy tenía más control; fue el primer grupo dirigente que entendió el poder de la televisión y creó un tipo de carisma mediante un buen funcionamiento de las relaciones públicas: la imagen de Camelot, de aquel lugar maravilloso, donde pasan cosas maravillosas, y de un gran presidente. Ahora bien, cuando te fijas en las acciones reales que se llevaron a cabo, es grotesco. En realidad, Kennedy es el presidente que invadió el sur del Vietnam y el que lanzó un gran ataque terrorista en contra de Cuba, y del cual podríamos decir otras muchas cosas en esta línea. Su Administración fue responsable del establecimiento de una dictadura neonazi en Brasil. El golpe de estado tuvo lugar justo después del asesinato de Kennedy, pero las bases para este golpe habían sido establecidas por los Kennedy y condujeron a una terrible plaga de represión en cualquier parte de América Latina. Pero la imagen de Camelot está ahí, y las imágenes son muy importantes cuando intentas controlar una población disidente.

De hecho, los EEUU no es un país fascista, esta sería una mala analogía. Pero el parecido entre las técnicas de propaganda que utiliza la clase empresarial y las fascistas es muy sorprendente, y no es accidental. Los nazis adoptaron, de manera explícita, consciente y abiertamente, las técnicas publicitarias norteamericanas, y así lo manifestaron. Cogieron unas cuantas ideas sencillas, las reforzaron una vez y otra, e hicieron que parecieran atractivas –esta era la técnica publicitaria americana de los años 20 y fue el modelo que los nazis adoptaron de manera explícita, y este es el modelo de propaganda empresarial que existe hoy en día.

Por lo tanto, sí: el fenómeno Obama, pienso, refleja la alienación de la población que encontramos en las encuestas: el 80% dice que el país se mueve por unos pocos grandes intereses. Aun cuando Obama dice que lo cambiaremos, no tenemos nada claro qué es lo que cambiaremos exactamente. De hecho, las instituciones financieras, que son sus mayores contribuidores, piensan que él ya está bien; por lo tanto, no parece nada claro que pueda haber ningún cambio. Pero si hablas de “cambio“, la gente se coge a ello; si dices “cambio” y “esperanza”, la gente se cogerá a ello y dirá, de acuerdo, este puede ser el salvador que conseguirá aquello que queremos, aun cuando no haya ninguna evidencia para creer que esto pueda pasar.


VN: Está claro.

NC: Por lo tanto creo que el “fenómeno Obama” y la alienación de la gente van cogidas de la mano.


VN: ¿Cuál sería la diferencia entre una administración de McCain y otra de Obama?

NC: McCain es otro ejemplo de creación de una imagen-propaganda muy efectiva. Imagínate un piloto ruso que hubiera bombardeado objetivos militares en Afganistán, capturado y torturado por los terroristas fanáticos islámicos dirigidos por los EEUU. ¿Diríamos que fue un héroe? ¿Diríamos que era un experto en temas de estrategia y seguridad, porque estaba bombardeando objetivos civiles? No, no lo diríamos. Pero esta es la imagen que se ha creado de McCain. Su heroísmo y su conocimiento y estrategia se basan en el hecho que él bombardeó a mucha gente desde 10.000 metros de altura y que le dispararon. No está bien que lo torturaran, no tendría que haber pasado, fue una acción criminal, etc. Pero esto no lo convierte en un héroe de guerra o en un especialista en política exterior. Esta última imagen es fruto de una creación de los expertos en relaciones públicas.

La industria de las relaciones públicas es una industria enorme, muy sofisticada en EEUU. Probablemente una sexta parte del PIB se destina al marketing, a la publicidad, etc., y representa un elemento clave de la sociedad.


VN: ¿Cuál sería la diferencia entre las administraciones McCain y Obama con respecto a la política exterior?

NC: McCain puede ser peor que Bush. No habla demasiado de ello, porque se supone que no se debe hablar demasiado de estos temas, pero las pocas cosas que ha dicho dan bastante miedo. Podría abrir una situación impredecible (be a real loose cannon).


VN: ¿Cómo explicarías la simpatía que Obama despierta en Europa?

NC: Supongo que los europeos también escriben aquello que quieren en la página en blanco de la cual hablaba. Y no es ningún secreto que a los europeos no sólo no les gusta Bush, sino que lo temen. El mismo establishment norteamericano tenía miedo de Bush. Bush llegó entre un mar de críticas sin precedentes incluso de parte de las voces oficiales de la administración Reagan y de la opinión pública en general. Por ejemplo, cuando se anunció su estrategia de seguridad nacional en septiembre de 2002, hablando de guerra preventiva, y anunciando virtualmente una guerra a Iraq, inmediatamente, al cabo de pocas semanas, hubo un artículo en el Foreign Affairs (la revista principal del establishment) condenando lo que el artículo definió como la Gran Estrategia del Nuevo Imperio. Se opusieron a Bush no por principios, sino porque sería perjudicial para los EEUU. Hubo muchas críticas a la Administración de Bush por su extremismo, incluso por el nacionalismo extremista y radical que mostró. McCain seguramente se mueve en el mismo terreno. Obama, en cambio, probablemente volvería a situar el país más al centro, exactamente donde se situaba la Administración Clinton.

McCain seguiría la misma doctrina de Bush, la doctrina de guerra preventiva, con el desprecio descarado por nuestros aliados. Hay que darse cuenta, sin embargo, de que esta doctrina no era nueva. La doctrina de Clinton, si se interpreta literalmente lo que decía, era todavía peor. La doctrina de Clinton consistía oficialmente en el hecho de que los EEUU tenía el derecho a utilizar la fuerza para proteger el acceso a los mercados y a los recursos. En realidad, esta doctrina es incluso más extremista que la doctrina de Bush. Pero la administración Clinton lo presentó educadamente, discretamente, y no de forma que nuestros aliados se alejaran de nosotros. Los europeos no podían simular que no lo veían –claro está que lo sabían y, de hecho, los líderes europeos probablemente lo aprobaban. Pero la arrogancia, la poca vergüenza, el extremismo y el ultranacionalismo de la administración Bush ofendió realmente las corrientes más de centro en los EEUU y en Europa. Es decir, siempre hay una manera más o me educada de llevar a cabo las mismas políticas.


VN: ¿Crees que hay posibilidades para el surgimiento de las izquierdas en EEUU en un futuro próximo?

NC: Creo que este país ofrece una enorme oportunidad para los organizadores de izquierdas. Esto se observa cuando analizamos la opinión pública. Tus propios estudios de búsqueda sobre la opinión de la población estadounidense sobre sanidad muestran cómo la población de EEUU desea un programa nacional de salud financiado públicamente. Si tuviéramos una democracia que funcionara, haría décadas que los EEUU disfrutarían de un sistema de sanidad pública nacional. Lo mismo podría aplicarse a la política exterior. Cojamos Irán, por ejemplo, el próximo gran tema del cual hablaremos. Cada candidato a la presidencia, incluso Obama, dice que debemos mantener la amenaza de la fuerza contra Irán, manteniendo así las opciones abiertas. Resulta, sin embargo, que con esta presión se está violando la Carta de las Naciones Unidas; ahora bien, la opinión de la élite da a entender que los EEUU deberían ser un país fuera de la ley y nadie hace ningún comentario. Pero esto no es lo que quiere la población. La gran mayoría del público dice que no habríamos de ir siempre con amenazas sino que tendríamos que utilizar la diplomacia. La gran mayoría del público en los EEUU, casi un 75%, sostiene que Irán tiene los mismos derechos que cualquier otro firmante del tratado de no-proliferación: el derecho a enriquecer uranio para energía nuclear, pero no para armas nucleares. Y, sorprendentemente, una elevada mayoría del público cree que deberíamos apoyar el establecimiento de una zona libre de armas nucleares en aquella región, incluyendo Irán, Israel y las fuerzas norteamericanas desplegadas en la zona. Resulta que esta es también la política oficial de Irán y, de hecho, la de EEUU e Inglaterra, aunque este hecho no se pueda mencionar. Pero la realidad es que cuando los EEUU y el Reino Unido intentaron construir una primera justificación legal para la invasión a Iraq, apelaron a la Resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas 687 de 1991, que pedía a Iraq que eliminara sus armas de destrucción masiva, afirmando que Iraq no había cumplido con tal Resolución. De aquello se habló mucho, pero no del hecho que la misma Resolución comprometía a los firmantes de tal documento a movilizarse para establecer una zona libre de armas nucleares en el Oriente Medio (artículo 14). No hay ningún candidato, sin embargo, que pueda siquiera mencionar esta posibilidad. Si EEUU tuviera una democracia que funcionara, en la cual la opinión pública influyera en la política, la más que peligrosa confrontación con Irán se resolvería seguramente de manera pacífica.

Fijémonos también en Cuba. Durante 45 años el gobierno de los EEUU se ha dedicado a castigar a los cubanos. Tenemos documentos internos de los Kennedy, entre otras cosas, que lo demuestran. Debemos castigar al pueblo cubano por su “exitoso desafío” a las políticas de los EEUU, remontándonos a la Doctrina Monroe de 1823. La Doctrina Monroe estableció el derecho de los EEUU a dirigir el hemisferio. Los cubanos desafiaron esta doctrina con bastante éxito. Por lo tanto hacía falta castigar a la población cubana con una guerra importante, una guerra terrorista. Este objetivo ni siquiera se disimuló. Arthur Schlesinger, el biógrafo semioficial de Robert Kennedy y un asesor del Presidente Kennedy, dijo que a Robert Kennedy se le encargó llevar “los terrores de la tierra” a Cuba. Esta fue su responsabilidad primordial. Los dirigentes de EEUU estaban obsesionados –además de intentar estrangular económicamente a la población cubana, a castigarla por su travesura. Pero veamos qué piensa el público de los EEUU. En varias encuestas hechas desde los años 1970, aproximadamente dos terceras partes del público dice que habríamos de iniciar relaciones diplomáticas normales con Cuba, exactamente como lo hace el resto del mundo. Pero el fanatismo del establishment es enorme. Existe un amplio espectro del que formaron parte los Kennedy, que son los que lo empezaron, y todo el resto. Hoy no hay ningún candidato que pueda llegar a hablar de establecer relaciones diplomáticas con Cuba.

Lo mismo pasa con muchos otros grandes temas. La distancia entre las posiciones propuestas por el establisment y lo que la población desea es enorme. Por lo tanto, como he dicho antes, los EEUU debería ser el paraíso para un organizador de izquierdas. Pienso que las posibilidades que tiene la izquierda aquí son extraordinarias, y esta es precisamente la razón de que el establishment tiene tanto miedo a perder el control de la opinión. De hecho, el país tiene una población bastante activista. Seguramente hay más gente ahora implicada en el activismo por algún u otro tema importante que durante los años 1960. Todavía está en sus comienzos y está atomizada. Ahora bien, existen muchos movimientos populares que no habían existido nunca hasta ahora. Por ejemplo, centrémonos en los movimientos solidarios con el Tercer Mundo: esto es algo que nunca se había dado en el caso, por ejemplo, del imperialismo europeo, y tiene el origen en los movimientos de protesta de gente normal y corriente de los EEUU. Desde las iglesias rurales, evangélicas, gente convencional, miles de personas, decidieron ir a América Central para vivir con las víctimas de las guerras terroristas de Reagan, para ayudarlos, para intentar protegerlos, etc.; eran millares o decenas de millares de personas. Una de mis hijas todavía está ahí, en Nicaragua. Esto no había pasado nunca hasta ahora en la historia del imperialismo. Nadie en Francia fue nunca a vivir a un pequeño pueblo de Argelia para ayudar a la gente, para protegerlos de las atrocidades de los franceses. Era una opción que no se había planteado siquiera; durante las guerras en Indochina, excepto algunos, pocos, que quedaron muy desperdigados por el territorio. Pero durante los años 1980, esto se desarrolló de manera espontánea –no en los centros de la élite, por lo tanto, no lo veríais en Boston, sino en los estados rurales de Kansas y Arizona, y ahora se ha desperdigado en cualquier parte del mundo. En consecuencia, tienes guardianes de la paz cristianos y Dios sabe quién más. Otro desarrollo nuevo muy importante es el movimiento de justicia global, que se ha denominado, ridículamente, “antiglobalización”. La propaganda dice que el denominado movimiento antiglobalización empezó en Seattle. No fue así. Empezó en el Tercer Mundo. Cuando cientos de miles de campesinos en la India asaltaron el parlamento, no se consideró un hecho relevante –sólo si la gente hace algo en una ciudad del norte es un hecho relevante. Así pues, los movimientos populares de masas en Brasil o India, por ejemplo, no existieron hasta que se involucró una ciudad del Norte. Pero las ciudades del Norte se implicaron y el movimiento se ha desperdigado ahora por todas partes tanto por las ciudades del Norte como por las del Sur.


VN: El denominado movimiento “antiglobalización” ha sido ciertamente un movimiento espléndido. Pero a veces da la sensación de que quizás está paralizado e inmóvil. ¿Qué te parece la idea de establecer una Quinta Internacional o alguna otra forma de organización que pueda representar una alternativa al actual sistema mundial?

NC: He hablado de ello en reuniones del Foro Social Mundial, que siempre se celebra en algún lugar del sur, y he comentado que este movimiento podría traer las semillas de una nueva Internacional y, según mi parecer, la primera internacional real. Aquello que se denominó la Primera Internacional fue importante, pero fue muy localizada. Fue en una parte de Europa y fue esencialmente destruida por Marx cuando este no pudo controlarla. La Segunda Internacional desapareció justo antes de la Segunda Guerra Mundial. La Tercera Internacional se tomó como una institución propagandística por parte de la Unión Soviética y la Cuarta Internacional fue marginalmente trotskista.

Pero esta es la primera auténtica Internacional, o al menos, así lo parece. No me refiero sólo al Foro Social Mundial, sino también a otros fenómenos como por ejemplo Vía Campesina. La última vez que estuve en Porto Alegre, en Brasil, para asistir al Foro Social Mundial, el primer lugar que visité fue la reunión internacional de Vía Campesina, la organización internacional de campesinos. Fue algo muy animado, muy emocionante. Representa la mayor parte de la población mundial y fue muy emocionante estar allí. El Foro Social Mundial también lo fue. Esta es la auténtica globalización. Son gente de cualquier parte del mundo, de todas las esferas de la vida, interactuando, debatiendo y volviendo a casa para intentar implementar ideas de cambio social.

No sé si la nueva Internacional funcionará. Podría ser. Pero, si no funciona, se conseguirá al menos aumentar el nivel de acción para el próximo intento de conseguirlo. Por lo tanto, pienso que tiene sentido esto que dices. Puede que veamos las semillas de la primera auténtica internacional, constituida por las clases populares de todas partes, intentando superar la extraordinaria alienación que siente la gente de cualquier parte del mundo, en los EEUU y en el resto del mundo –la sensación de que las instituciones no trabajan para nosotros, sino que lo hacen para otros. Estos grupos pueden movilizar y organizar, utilizando las libertades que tenemos y hemos conseguido. Abren unas expectativas muy importantes.


VN: Una cosa que es bastante preocupante es la americanización de la política europea, que creo que está pasando en todas partes. Incluso la izquierda europea parece haber perdido su lenguaje. Por ejemplo, los líderes de izquierdas no hablan de la clase trabajadora, sino que lo hacen de las clases medias. La lucha de clases ha desaparecido del todo en el discurso de las izquierdas. Es un desarrollo bastante preocupante: el lenguaje político americano se está haciendo presente en Europa ahora, coincidiendo con la enorme debilidad de la izquierda en aquel continente.

Esta americanización de la vida política europea parece paradójica, porque esto tiene lugar en el mismo momento en que la influencia de los EEUU se está reduciendo en el mundo. Europa es cada vez más parecida a los EEUU. Los partidos políticos, por ejemplo, han perdido su fuerza y valor. Más que partidos políticos, lo que vemos son las redes de comunicación de los líderes políticos. Y la política se convierte en un show, un show teatral. Como hemos comentado antes en nuestra conversación, se presentan eslóganes sin ningún significado. ¿Como explicarías, pues, que en un momento en el cual la influencia de los EEUU se está reduciendo, los valores políticos y culturales del establishment de los EEUU sean cada vez más dominantes en Europa?

NC: Este es un tema muy amplio, pero cojamos sólo unos cuántos elementos. Si miramos algo atrás en la historia, vemos que Europa fue la región más salvaje y brutal del mundo durante siglos. Establecer el sistema nación-estado en Europa fue un programa de asesinatos y destrucción en masa. En el siglo XVII, probablemente un 40% de la población de Alemania fue eliminada por culpa de la guerra. Durante este proceso de salvajismo y brutalidad, Europa creó una cultura de salvajismo y una tecnología de salvajismo que le permitió conquistar el mundo. Y el resto de Europa no se valió de políticas más suaves. Incluso un país tan pequeño como Bélgica fue capaz de matar probablemente unos 10 millones de personas en el Congo.

Todo esto, evidentemente estaba asociado con la arrogancia racista más extrema, y finalmente culminó en dos guerras mundiales. Desde la Segunda Guerra Mundial, Europa ha estado en paz, no porque los europeos se hayan vuelto pacifistas, sino porque se dieron cuenta que la próxima vez que se pusieran a jugar al juego de matarse los unos a los otros, seguramente acabarían eliminando toda la población mundial. Han creado una cultura de salvajismo y una tecnología de destrucción tan grande que este juego se ha tenido que acabar.

La Segunda Guerra Mundial representó también un cambio muy acusado en el poder mundial. Los EEUU habían sido la economía más poderosa en el mundo durante mucho tiempo, mucho más poderosa que la de Europa, pero no tenía un papel tan relevante en los asuntos globales. Dominaba el hemisferio occidental y hacía incursiones hacia el Pacífico, pero en la esfera política permanecía en un segundo plano respecto a Inglaterra e incluso Francia.

La Segunda Guerra Mundial, sin embargo, lo cambió todo. Los EEUU se beneficiaron enormemente de la guerra, y el resto del mundo quedó gravemente afectado y destruido. La guerra acabó con la Depresión, la producción industrial prácticamente se cuadruplicó. Los EEUU acabaron la guerra poseyendo literalmente la mitad de la riqueza mundial y con una incomparable fuerza a nivel militar y de seguridad. Los planificadores del gobierno federal ya sabían que esto pasaría. Planificaron una situación de dominación global en la cual no se toleraría que los otros países ejercieran su soberanía. En Europa, al final de la guerra, hubo una oleada de democracia radical, de antifascismo, de resistencia, de movilización obrera –bastante significativa en algunos casos– y la primera tarea de los EEUU y de la Gran Bretaña, los conquistadores, fue ahogar este intento. Así que, en un país tras otro, incluyendo el Japón, la primera tarea de los denominados liberadores fue ahogar la resistencia al fascismo y reinstaurar el orden tradicional. Quizás no con el mismo nombre, pero sí con los mismos líderes. Fue una batalla que no pasó de un día a otro. Por ejemplo, Italia era probablemente el objetivo principal de la subversión de la CIA, como mínimo hasta los años 1970, para intentar limitar la democracia italiana, debilitando el movimiento obrero cuyo crecimiento no podía ser tolerado. En caso contrario, el orden económico que ellos dominaban podría hundirse gradualmente. De ahí que las élites europeas tuvieran que aceptar una posición en la cual los EEUU pasaba a ocupar su rol tradicional de dirigente mundial que hacía uso del salvajismo y de la barbarie. Las élites europeas aceptaron este cambio, compartiendo parte de las ganancias que EEUU conseguía, consecuencia de su dominio global.

No es que los demócratas radicales perdieran en Europa completamente –de hecho, ganaron un nivel importante de democracia social. En realidad, los europeos viven mejor que los estadounidenses en muchos ámbitos: están más sanos, son más altos, tienen más tiempo de ocio. Los EEUU, especialmente a partir de los años 1970, tienen aproximadamente el número más alto de horas de trabajo en todo el mundo industrial, con los sueldos más bajos, los peores beneficios sociales y los peores resultados en el ámbito de la salud. Fijémonos sólo en la altura de las personas: cuando un norteamericano viaja a Europa, la primera cosa que le sorprende es lo alto que es todo el mundo y esto es literalmente verdad. Por lo tanto, Europa ha obtenido muchas ganancias de su posición subordinada –dejad que los EEUU vayan al frente en la carrera de la destrucción, de la masacre, etc.– y esto ha hecho que se adquiriera un cierto grado de complacencia. Podríamos decir que los europeos casi respiran aliviados: tras siglos de salvajismo y barbarie, nos relajaremos e iremos detrás de otro, dejaremos que otro lo haga por nosotros y nos dedicaremos simplemente a disfrutar de los beneficios.

Las clases políticas, las clases empresariales, etc., no ponen ninguna objeción a esta actitud. Aquello que tú denominas “americanización” es realmente la extensión del control de las clases empresariales europeas. Las clases empresariales europeas están muy satisfechas. Están estrechamente integradas con las clases empresariales de los EEUU. Quizás existe algún conflicto, pero están realmente integradas de manera bien estrecha con los EEUU.

Si nos fijamos en el supuesto conflicto entre las clases empresariales de los dos continentes, vemos algo que es muy interesante. Supuestamente tenemos un mercado libre, o así debería ser, considerando la ideología dominante. De hecho, sin embargo, tenemos un sistema económico basado en el Estado. El dinamismo de la economía de alta tecnología proviene en gran medida del sector público, de lugares como este en el que nos encontramos ahora mismo [Massachusetts Institute of Technology], que hacen la investigación básica que entonces se ofrece a capitales privados para explotarla. A menudo se expresa en formas casi cómicas. Un ejemplo es la industria aeronáutica, una de las principales industrias exportadoras. La industria de la aviación civil está dominada actualmente por dos empresas, Airbus y Boeing, las cuales están enfrentadas constantemente en la Organización Mundial del Comercio para ver cuál consigue más subsidios del Estado. De hecho, las dos empresas son filiales de los poderes públicos. En los EEUU, las compañías aéreas comerciales son en gran medida filiales de Air Force y Aerospace del gobierno federal, y no existirían sin estas entidades.

En Europa, la industria de la aviación civil recibe impresionantes subvenciones del Estado. Recientemente, se manifestó una gran protesta en los EEUU por el hecho de que Airbus hubiera ganado un contrato para abastecer de combustible los aviones de la Air Force norteamericana. Ahora bien, cuando miramos el contrato podemos ver que, en realidad, el contrato es con una empresa americana trabajando conjuntamente con Airbus. En realidad, estas empresas están altamente integradas. Y esto es lo que denominamos un mercado libre: industrias con base pública integradas la una con la otra. Pero, para las clases empresariales europeas y americanas, esta es una situación aceptable, y dado que ellos dominan en gran medida sus sociedades, no hay ningún problema.

En cuanto al otro componente de la pregunta que me haces: Sí, bajo la superficie continúa existiendo una lucha de clases, que aflora constantemente y existe el riesgo para el establishment que pueda explotar. De ahí que nadie hable de clases. El establishment constantemente niega su existencia. Una de mis hijas es profesora en un colegio del Estado que tiene estudiantes de familias relativamente pobres, las aspiraciones de los cuales son llegar a ser, mayoritariamente, enfermeras o policías, o algún trabajo parecido. El primer día de clase, ella siempre les pide que se presenten, que identifiquen su clase social, que escojan una palabra que los clasifique. La mayoría no han oído hablar nunca de ello, pues en EEUU se supone que no se ha de utilizar esta palabra. Las respuestas que obtiene son “clase baja” o “clase media”. Si tu padre trabaja de portero en algún lugar, perteneces a la clase media. Si tu padre está en la cárcel o está en paro, perteneces a la clase “baja”. Estas son las dos clases posibles. Esta es una trampa ideológica. La idea que la clase depende de quien da las órdenes y de quien las recibe se escapa de la conciencia. Ahora bien, bajo esta percepción existe una conciencia de clase. En cuanto hablas con gente de clase trabajadora, te responden inmediatamente porque así lo sienten.


VN: Te había prometido que no te robaría demasiado tiempo. Déjame hacerte una última pregunta, una personal. Mucha gente en cualquier parte del mundo te está enormemente agradecida por el trabajo que haces, pero, permíteme esta pregunta, ¿de dónde sacas las fuerzas? ¿Cómo consigues continuar adelante? Aquí te vemos, en el centro del imperio, dirigiéndote muy claramente a las fuerzas del poder y siendo silenciado, condenado al ostracismo, marginado. Mientras tanto, en el resto del mundo, la gente te admira, lee tu obra y la encuentra extremadamente útil.

NC: No me siento marginado en los EEUU. Cuando llegue a casa esta noche, me pasaré cinco horas respondiendo correos electrónicos, y probablemente docenas de cartas serán invitaciones.


VN: Me refiero al hecho que estás marginado por las estructuras del poder.

NC: No me importan las estructuras del poder, no es donde vivo. Si no me vieran como enemigo suyo, pensaría que algo no hago bien. Por esto, tengo una fotografía de la portada de la revista [The American Prospect] que te comentaba antes en un lugar tan visible.


VN: Es la mejor manera de indicar que estás haciendo lo que debes hacer.

NC: Sí, estoy haciendo lo que debo hacer. En parte es esto. Pero aquello que me hace continuar trabajando son cosas como las que ilustran fotografías como aquellas de allá [señalando]. Una muestra la que fue la peor masacre laboral de la historia. En Chile, hace un siglo, en Iquique, los mineros trabajaban en las minas en condiciones realmente indescriptibles. Ellos y sus familias se manifestaron en dirección a la ciudad para pedir un ligero aumento de sus salarios. Los propietarios británicos de las minas los recibieron, los hicieron entrar en el patio de una escuela, les permitieron que empezaran su reunión y después hicieron entrar a los soldados y les dispararon a todos: hombres, mujeres y niños. Nadie sabe cuánta gente mataron –no contamos el número de gente que matamos–, quizás millares. Tuvo que pasar un siglo antes de que se hiciera alguna conmemoración. Esto [muestra la fotografía] es un pequeño monumento que vi el año pasado; había sido colocado por gente joven que apenas empezaba a romper las cadenas de hierro de la dictadura. No es sólo Pinochet. Chile tiene una historia amarga de violencia y represión de estado. Pero ahora lo están superando. Por lo tanto, sí, hubo una atrocidad, y ahora se empieza a prestarle atención.

Aquella otra de allá [señalando] es –la podrás reconocer– una pintura que me regaló un cura jesuita. Por un lado, está el arzobispo Romero, que fue asesinado el año 1980. Justo delante de él, están seis importantes intelectuales, curas jesuitas, a quienes mataron en 1989 unas fuerzas terroristas dirigidas por los EEUU que ya habían reunido un récord horroroso de masacres de víctimas corrientes. Y el Àngel de la Muerte, justo por encima de ellos. Este acontecimiento lo trajo Reagan –no el tío alegre. Esta es la realidad de los años 80. La coloqué aquí para que me recordara el mundo real. Pero ha sido un interesante test Rorschach. Casi nadie en los EEUU sabe lo que es; ya que nosotros fuimos responsables de la masacre, no lo sabemos. La gente en Europa, quizás un 10%, sabe qué es. En América del Sur, diría, todo el mundo sabe qué es. Hasta hace poco. Ahora, la gente joven no lo sabe porque a ellos, también, se les está haciendo olvidar la Historia. La Historia y la realidad son demasiada peligrosas. Por un lado, ahora vuelven. La conmemoración de Iquique fue mayoritariamente iniciada por gente joven, en un intento de revuelta, queriendo recuperar el pasado, recuperar el idealismo, y hacer algo. Por lo tanto, esto es suficiente, más que suficiente, diría, para hacerme continuar adelante.

VN: Gracias. Ha sido una sesión extraordinaria. Déjame recordarte que estás invitado a venir a Barcelona y a Cataluña cuando quieras. Gracias en nombre de millones de personas.


Conclusión

Coincidiréis en que ha sido una entrevista muy interesante, 45’ de una voz crítica.

Sería importante que viéramos la relevancia que lo que Noam ha dicho tiene para nuestro país. Como decía al principio, Noam habla del futuro y este futuro no funciona si el modelo es EEUU. Creo que es importante subrayar lo que Noam ha dicho. Una cosa es la libertad de expresión (que todo el mundo pueda decir lo que quiera) y otra es la democracia en el sentido de que lo que se diga debe tener acceso a los otros. Desde este punto de vista el mayor problema que tiene la democracia en los EEUU, entre otros, es el gran control de los medios de información, dirigidos, manipulados por grandes grupos económicos que canalizan qué es lo que llega a la gente, y lo que no.

Desde este punto de vista hay un enorme control de los mensajes, de la información en los EEUU. La persona más conocida fuera de los EEUU –Noam Chomsky- no aparece nunca en los grandes medios de comunicación de aquel país. Esto es un tema de una enorme relevancia y, en cierto modo, ya empieza a pasar en nuestro país, donde las voces de izquierda no suelen salir con frecuencia en los medios de comunicación catalanes y españoles y ciertos mensajes están claramente discriminados. Por ejemplo, ¿cómo es que no hay más artículos críticos con la Monarquía en nuestro país? Yo le hice la pregunta a Noam Chomsky de cómo explicaba que en los medios de información del “establishment”, un “establishment” que se le percibe como muy sesgado y muy fuerte, no permitiera mayor diversidad. La misma pregunta podría hacerse en España. ¿Cómo es que no se permiten voces críticas con la Monarquía en los medios de información y persuasión del “establishment” español? Si la Monarquía está tan sólidamente asentada en España, como el “establishment” sostiene, ¿cómo es que no permiten mayor diversidad en sus medios y permiten voces críticas con la Monarquía en sus medios? Noam Chomsky responde muy acertadamente. Lo que Noam dice es muy cierto. Porque el “establishment” está mucho menos seguro de lo que creemos que está y esto es muy importante. Es muy importante saber que este enorme control de los medios se debe a que la gente que tiene el poder no está segura, e igual que pasa en los EEUU, la gente normal y corriente de a pie es mucho más progresista de lo que el “establishment” desea que sea y de aquí este enorme control de la información.

El otro punto del que habla es sobre el “fenómeno Obama”. Lo que estamos viendo en los EEUU es prácticamente la desaparición de la política y su sustitución por unos mensajes mediáticos que se centran mucho en personalidades y sus características. Si uno tiene más experiencia, si el otro desea más cambio… pero en el caso del cambio, ¿qué cambios se están pidiendo? ¿A través de qué instrumentos? Paradójicamente el “candidato del cambio” está apoyado por algunos de los grupos financieros más importantes de los EEUU que son responsables de los enormes problemas que existen en aquel país, como por ejemplo, la falta de cobertura de los servicios sanitarios a la población.

Así pues, esta imagen de símbolo de los mensajes mediáticos, explica que hoy el pueblo de los EEUU no sabe muy bien qué quiere decir este cambio, excepto que ya están hartos de lo que tienen. Desde este punto de vista es importante entender este mensaje de que la política está desapareciendo sustituida por los mensajes mediáticos de tipo personal, en redes mediáticas que no tienen ningún valor en cuanto a explicar la realidad y todavía menos en cuanto a presentar alternativas.

Esto no quiere decir que todos estos personajes sean iguales, pues representan intereses diferentes y desde este punto de vista, Noam, naturalmente, valora más la posibilidad de que salga Obama antes que Mc Cain. Mc Cain seria ya la ultraderecha. Pero lo que es importante ver ahora en los EEUU no es lo que Obama diga o deje de decir sino lo que está pasando hoy en los EEUU, una sensación de alienación, de descontento, de movimiento “anti-establishment” que también aparece en Europa. Recordemos lo que pasó con la Constitución Europea, en que los referéndums francés, holandés e irlandés muestran un gran rechazo a esta Europa del “establishment”. Y las encuestas en la mayoría de países también muestran este rechazo de las clases trabajadoras a esta Europa que se está construyendo a sus espaldas y a costa suya. La distancia entre los representados y los representantes se está haciendo cada vez mayor y esto es de lo que él nos habla.

Si este movimiento “antiestablishment” se canaliza, puede incluso desbordar a la persona que de una manera mediática aparece como mensaje de cambio. Tenemos que recordar que el candidato Roosevelt no era un político muy progresista. Ahora bien, había un enorme deseo de cambio y la población presionó para que hubiera cambio, forzando a establecer el New Deal, las bases del estado del bienestar de EEUU. En realidad, fue la presión de las clases populares la que impuso que se realizara el cambio. No fue Roosevelt el que lideró el cambio, sino la presión popular la que le desbordó y exigió aquel cambio.

Hoy hay una enorme crisis del sistema político estadounidense. El grado de alienación de la población con las instituciones representativas es muy alto, uno de los más altos en los últimos cincuenta años. La población está profundamente insatisfecha con la clase política y con el mundo empresarial (Corporate Class) que la instrumentaliza. La gente desea, por ejemplo, un sistema nacional de salud pública, unas políticas de pleno empleo con salarios más altos y un largo etcétera. Pero esta presión popular por el cambio requiere organización, que es el último punto que subraya Noam, un punto que también es relevante para nosotros. La organización es clave.

Desde este punto de vista, es optimista en cuanto a los EEUU, porque cree que la gente, la clase trabajadora, las clases populares que, casi nunca aparecen en los medios del “establishment”, excepto en las últimas elecciones, cuando se descubrió a la clase trabajadora, y pudimos ver cómo un negro por un lado y una mujer por otro eran plenamente conscientes de que ganarían o no dependiendo de que pudieran o no movilizar esta clase trabajadora que había incluso desaparecido del discurso político. Esta observación es también muy relevante aquí, en nuestro país, en el que prácticamente ningún dirigente de izquierdas habla de clase trabajadora o de la lucha de clases. Pues esto es lo que está pasando en los EEUU y Chomsky lo cuenta con toda claridad.

Desde este punto de vista también habla de Europa, de que Europa no puede ser un apéndice de los EEUU. La función del gobierno federal de los EEUU en Europa ha sido la de debilitar a las izquierdas. Habla del caso de Italia, podría hablar también del caso de España.

Europa, sobre todo la Europa de las izquierdas, se debe distanciar, independizar de esta tutela por parte del “establishment” de los EEUU y de su gobierno federal.

Por último, hablando del Mundo, él cree que el Mundo tiene grandes posibilidades, que hay un movimiento mal llamado antiglobalización que hay que organizar. Desde este punto de vista acaba pidiendo una nueva Internacional. Muy crítico con las Internacionales anteriores, cree que se tiene que montar una organización que coordine y relacione este movimiento que cree que tiene un enorme potencial.

Muchas gracias, y en nombre de la UPEC, deseamos que esta entrevista os ayude con nuestra vocación transformadora de nuestro país, de nuestro continente y de nuestro mundo.

Nota Lun Ago 16, 2010 12:51 pm
Reseña de Los guardianes de la libertad.

fuente: http://www.diagonalperiodico.net/Los-gu ... ertad.html


'MANUFACTURING CONSENT' | PROPAGANDA E INFORMACIÓN EN LAS SOCIEDADES OCCIDENTALES

Los guardianes de la libertad



Raúl Guillén, Marsella

Diagonal, nº 93, jueves 8 de enero de 2009




    Rigor, imparcialidad, veracidad y desinteresado afán de informar al ciudadano, es la versión que dan de sí mismos los mass media. Ésa es la imagen que Noam Chomsky y Edward Herman lograron desmontar en el libro.


En 1988 el pensador y lingüista Noam Chomsky y el economista y analista de medios Edward S. Herman daban a la imprenta los resultados de su estudio sobre la economía política de los medios de comunicación estadounidenses. El título, Manufacturing Consent (Los Guardianes de la Libertad), apunta a la función propagandística que subyace en los medios masivos. El resultado de la investigación fue básicamente éste: que los medios de comunicación “sirven para movilizar el apoyo en favor de los intereses especiales que dominan la actividad estatal y privada” y que “sus opciones, énfasis y omisiones pueden entenderse mejor, y, en ocasiones, con una claridad y penetración sorprendentes” si se analizan en términos de un “modelo de propaganda”.

La afirmación se enfrenta a dos críticas. La primera es que los medios van a reflejar siempre pura y simplemente la percepción del mundo que desean los grupos de poder. La segunda, la acusación de formular una “teoría de la conspiración”. Ante esto los mismos autores sostienen: “No utilizamos ningún tipo de hipótesis ‘conspirativa’ para explicar la actuación de los medios de comunicación, sino que nuestro tratamiento se asemeja mucho más a un análisis del ‘mercado libre’, cuyos resultados son un producto del trabajo de las fuerzas del mercado [...] Lo que aquí analizamos es un ‘sistema de mercado dirigido”. En definitiva, Manufacturing Consent se trata de lo que en sociología se denomina un análisis institucional, en el que se analizan las estructuras de los medios de comunicación, se deducen los resultados que sería razonable esperar de tal estructura y se ponen a prueba esas previsiones con una serie de casos concretos. De las 450 páginas del libro en su edición inglesa, los estudios de casos y las notas ocupan casi 400 páginas. Lo cierto es que en Manufacturing Consent no se congratulan de haber dado con ninguna verdad revelada que solucione los problemas de la parcialidad de la información, sino que, de forma mucho más modesta, se presenta más bien como un útil de trabajo y de comprensión del funcionamiento de los medios.


Doble discurso

Uno de los ejemplos es el de la cobertura mediática del derribo, en septiembre de 1983, por parte de la Unión Soviética, de un avión de las líneas aéreas coreanas KAL 007, que dio lugar a una extensa campaña de denigración en los medios que se denunció como “asesinato a sangre fría”. Sin embargo, el derribo de un avión civil de las líneas libias en febrero de 1973 por parte de Israel no dio lugar ni a la misma cobertura ni a los mismos artículos indignados. Otro banco de pruebas importante es el tratamiento de las elecciones en países del Tercer Mundo dependiendo de si se trata de Estados clientes de EE UU o de Estados enemigos. Aquí salen a la luz una serie de pautas que muestran una tendencia a considerar legítimas y “un avance hacia la democracia” las realizadas en Estados amigos, aunque se realicen en situaciones de terror policial y bajo juntas militares, casos de El Salvador y Guatemala en 1984, mientras que se consideran fraudulentas y no legítimas las realizadas en otros Estados, aunque gocen de mejores condiciones que las anteriores, como el caso de Nicaragua el mismo año. Y es la rigurosa y extensa acumulación de datos lo que hace que esta obra haya aguantado tan bien el paso de los años. De hecho el libro no ha recibido críticas sobre sus métodos y datos e incluso puede considerarse una de las teorías mejor establecidas en las ciencias sociales.


Guerra de Vietnam

Pese a que las grandes movilizaciones del movimiento pacifista contra la Guerra de Vietnam tuvieron lugar entre 1964 y 1967, la prensa no empezó a reflejar buen número de las masacres injustificadas hasta 1969. El tratamiento periodístico en contra de la guerra sólo comenzó cuando la élite económica de EE UU empezó a sufrir los efectos negativos del conflicto. El trabajo de oposición anterior al ‘69 había impedido que se extendiese una movilización general del país contra la guerra.[/align]

Re: CHOMSKY, Noam

Nota Dom May 06, 2012 2:14 pm
fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=148952

original en inglés: http://www.counterpunch.org/2012/04/30/ ... th-chomsky



Hablando con Chomsky

Sobre Ocupa Wall Street, anarquismo, sindicalismo, poder corporativo y guerra de clases



Laura Flanders

CounterPunch // 30 de abril de 2012


Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens




imagenNoam Chomsky no sólo ha estado observando el movimiento Ocupa. Veterano de los movimientos por los derechos civiles, contra la guerra y contra intervenciones de los años sesenta hasta los ochenta, ha dado conferencias en Ocupad Boston y ha hablado con ocupantes en todo EE.UU. Una nueva publicación de Occupied Media Pamphlet Series presenta en conjunto varias de esas conferencias, un discurso sobre “política exterior de ocupación” y un breve tributo a su amigo y compañero de agitación Howard Zinn.

Sus discursos, y esta conversación, dejan claro claro que el profesor emérito del MIT y autor está impresionado por las espontáneas comunidades cooperativas creadas por algunos campamentos Ocupa, así como por el impacto político del movimiento.

Somos una nación cuyos dirigentes siguen políticas equivalentes al “suicidio” económico, dice Chomsky. Pero hay destellos de posibilidad en cooperativas de trabajadores y otros espacios en los que la gente percibe el gusto por otra forma de vivir.

Hablamos en su oficina, para Free Speech TV el 24 de abril.


LF: Comencemos por la visión general. ¿Cómo describe, históricamente, la situación en la que nos encontramos?

NC: Existe una crisis o un retorno a la norma de estancamiento. Un punto de vista es que la norma es el estancamiento y que ocasionalmente se logra salir de él. La otra es que la norma es crecimiento y que ocasionalmente se puede caer en el estancamiento. Se puede discutir al respecto, pero es un período de estancamiento casi global. En las principales economías capitalistas, Europa y EE.UU., el crecimiento es bajo, hay estancamiento y una diferencia muy aguda en los ingresos, un cambio –un cambio impactante– de la producción a la financiarización.

EE.UU. y Europa están cometiendo suicidio de diferentes maneras. En Europa es la austeridad en medio de la recesión y es seguro que será un desastre. Ahora hay una cierta resistencia a eso. En EE.UU., es esencialmente la deslocalización de la producción y la financiarización y liberarse de la población superflua mediante el encarcelamiento. Es un subtexto de lo que pasó en Cartagena (Colombia) la semana pasada con el conflicto de la guerra contra la droga. Latinoamérica quiere descriminalizar por lo menos la marihuana (tal vez más, por cierto) EE.UU. quiere mantenerla criminalizada. Una historia interesante. Me parece que no hay una salida fácil…


LF: ¿Y en lo político…?

NC: También hay diferencias. En Europa hay un peligroso crecimiento de la ultra xenofobia que es bastante amenazante para cualquiera que recuerde la historia de Europa… y un ataque contra los restos del Estado de bienestar. Cuesta interpretar la política de austeridad en medio de la recesión como otra cosa que un ataque contra el contrato social. De hecho, algunos dirigentes lo dicen directamente. Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, tuvo una entrevista con el Wall Street Journal en la cual dijo que el contrato social está muerto; que finalmente nos libramos de esa situación.

En EE.UU., ante todo, el sistema electoral ha sido casi totalmente destrozado. Durante mucho tiempo ha estado en gran parte controlado por gastos privados concentrados, pero ahora se desbordó. Con el paso de los años las elecciones se han convertido en espectáculos [de relaciones públicas]. Lo comprendió la industria de la publicidad en 2008, dio a Barack Obama el premio de mercadeo del año. Este año es sólo una ficción.

El Partido Republicano ha abandonado en gran parte cualquier pretensión de ser un partido político tradicional. Marcha a paso trabado con los muy ricos, los súper ricos y el sector corporativo. No se pueden conseguir votos de esa manera, por lo que tiene que movilizar a otro sector del electorado. Siempre ha existido, pero pocas veces ha sido movilizado políticamente. Lo llaman la derecha religiosa, pero básicamente es la población religiosa extrema. EE.UU. está fuera del espectro en compromiso religioso. Ha estado aumentando desde 1980, pero ahora es una parte importante de la base votante del Partido Republicano, por lo tanto significa comprometerse con posiciones antiaborto, oponerse a los derechos de las mujeres… EE.UU. es un país [en el cual] un 80% de la población piensa que la Biblia fue escrita por Dios. Cerca de la mitad cree que cada palabra es verdad. De modo que tenía que apelar a eso y a la población "nativista", la gente que está atemorizada, que siempre lo ha estado… Es un país muy atemorizado y eso aumenta ahora con el reconocimiento de que la población blanca será bastante pronto una minoría, “nos han quitado nuestro país”. Son los republicanos. Ya no hay republicanos moderados. Ahora son demócratas centristas. Por cierto, los demócratas derivan hacia la derecha, siguiéndolos. Los demócratas han renunciado en gran parte a la clase trabajadora blanca. Requeriría un compromiso con temas económicos y no es su preocupación.


LF: Usted describe Ocupa como la primera reacción organizada a una guerra de clases de treinta años…

NC: Es una guerra de clases, y también un guerra contra los jóvenes… por eso los costes de educación aumentan tan rápido. No existe una verdadera razón económica para eso. Es una técnica de control y adoctrinamiento. Y esta es realmente, la primera reacción organizada, significativa, lo que es importante.


LF: ¿Son adecuadas las comparaciones con la Primavera Árabe?

NC: Un punto de similitud es que ambas son reacciones ante las víctimas causadas por los programas neoliberales. Tienen un efecto diferente en un país pobre como Egipto y un país rico como EE.UU. Pero son similares en su estructura. En Egipto los programas neoliberales han significado crecimiento estadístico, que justo antes de la Primavera Árabe era una especie de modelo para el Banco Mundial y el FMI (Fondo Monetario Internacional): la maravillosa administración económica y gran reforma. El único problema era que para la mayor parte de la población fue como un golpe en el plexo solar: los salarios bajaban, las prestaciones se eliminaban, los subsidios para alimentos habían desaparecido, y mientras tanto había una alta concentración de la riqueza y mucha corrupción.

En esto tenemos una analogía estructural –de hecho lo mismo vale para Suramérica– algunos de los eventos más dramáticos de la última década (y lo vimos de nuevo en Cartagena hace un par de semanas), Latinoamérica se vuelve hacia la independencia por primera vez en quinientos años. No es poco decir. Y la Primavera Árabe comenzaba a seguir el ejemplo. Hay una contrarrevolución en los países de Medio Oriente/Norte de África (MENA) que la está haciendo retroceder, pero hubo progresos. En Suramérica [hubo progresos sustanciales] y lo mismo sucede en la Primavera Árabe y tiene un efecto contagioso, estimuló el movimiento Ocupa y existen interacciones.


LF.:En los medios, hubo mucha confusión en la cobertura de Ocupa. ¿Existe una contradicción entre anarquismo y organización? ¿Puede aclararlo?

NC: Anarquismo significa todo tipo de cosas para diferentes personas, pero los movimientos anarquistas tradicionales se basaron en que habría una sociedad altamente organizada, sólo organizada desde abajo con participación directa, etc. En realidad, buena parte de la confusión en los medios tiene su base porque realmente hay dos líneas diferentes en el movimiento ocupa, ambas importantes, pero diferentes.

Una se orienta a la política: qué objetivos políticos [queremos]. Regular los bancos, excluir el dinero de las elecciones; aumentar el salario mínimo, temas ecológicos. Son todos muy importantes y el movimiento Ocupa tuvo impacto. Cambió no sólo el discurso sino, en cierto grado, la acción por esos temas.

La otra parte es sólo crear comunidades, algo extremadamente importante en un país como este, que está muy atomizado. La gente no se habla. Uno está solo con su televisor o Internet. Pero no se puede tener una democracia que funcione sin lo que los sociólogos llaman “organizaciones secundarias”, sitios en los que la gente se pueda encontrar, planificar, hablar y desarrollar ideas. No se puede hacer por sí solo. El movimiento Ocupa creó espontáneamente comunidades que enseñaron algo a la gente: se puede estar en una comunidad de apoyo de ayuda mutua y cooperación y desarrollar su propio sistema sanitario y bibliotecas y tener espacio abierto para discusión y participación democrática. Las comunidades semejantes son realmente importantes. Y tal vez sea lo que causa la confusión en los medios… porque se trata de las dos cosas.


LF: ¿Es el motivo por el cual los mismos medios ignoran la violencia contra mujeres, exageran las historias sobre supuestas violaciones y violencia en los campamentos de Ocupa Wall Street?

NC: Es un práctica estándar. Cada vez que quieren denigrar un movimiento escogen ese tipo de cosas. O es eso, o vestimentas extravagantes o algo semejante. Recuerdo que en los años sesenta, hubo una manifestación que fue de Boston a Washington y la televisión mostró a una joven con un sombrero divertido y extraño, una cosa o la otra. Había un canal independiente en Washington y efectivamente, mostró a la misma mujer. Es lo que andaban buscando. Tratan de mostrar lo que es tonto e insignificante y violento si es posible, y en cualquier sitio se encuentra un sector marginal semejante.

Les sería muy difícil prestar atención al núcleo real del movimiento. Concentrarse, por ejemplo, en los temas políticos o la creación de comunidades democráticas de apoyo mutuo que funcionan y decir, bueno, es lo que falta en nuestro país y por eso no tenemos una democracia que funciona, una comunidad de verdadera participación. Eso es realmente importante. Y siempre se oculta.

Tomemos, por ejemplo, a Martin Luther King. Escuche los discursos del Día MLK y todo es “tengo un sueño”. Pero él tenía otro sueño y lo presentó en su último discurso en Memphis, justo antes de que lo asesinaran. En el cual dijo algo sobre que él era como Moisés y podía ver la tierra prometida pero cómo no vamos a llegar a ella. Y la tierra prometida eran políticas y desarrollos que encaren la pobreza y la represión, no racial, sino del movimiento de los pobres. Directamente después de eso [el asesinato] hubo una marcha, [King] iba a encabezarla. Coretta Scott King la encabezó. Comenzó en Memphis y fue por todo el Sur a diferentes sitios donde habían luchado en la batalla por los derechos civiles y terminó en Washington DC y establecieron una ciudad de carpas, Resurrection Park, y el congreso ‘liberal’ llamó a las fuerzas de seguridad. El congreso más ‘liberal’ de la historia. Irrumpieron en plena noche y destruyeron Resurrection Park y los expulsaron de la ciudad. Así encaran los movimientos populares que amenazan…


LF: Pensando en Memphis, donde el Dr. King estaba apoyando a trabajadores del alcantarillado en huelga, ¿qué piensa sobre el futuro del movimiento sindical?

NC: El movimiento se liquidó en gran parte en los años veinte, casi lo destruyeron. Se reanimó en los años treinta y fue muy importante. A fines de los años treinta el mundo empresarial ya estaba tratando de encontrar maneras de derrotarlo. Tuvieron que esperar durante la guerra, pero comenzaron inmediatamente después. Taft Hartley fue en 1947, luego llega una inmensa campaña de propaganda corporativa que en gran parte se orientaba contra los sindicatos: por qué son malos y destruyen la armonía y la amistad en EE.UU. Con el paso de los años tuvieron efecto. El movimiento sindical reconoció demasiado tarde lo que estaba ocurriendo. Luego volvieron a empezar con Reagan.

Llegó Clinton; empleó una técnica diferente para romper los sindicatos. Se llamó NAFTA (Acuerdo de Libre Comercio de Norteamérica). Bajo el NAFTA hubo de nuevo un fuerte aumento en el bloqueo ilegal de esfuerzos de organización. Se colocaba un letrero: vamos a transferir las operaciones a México… Es ilegal pero si se tiene un Estado criminal, no importa.

El resultado final es que la sindicalización en el sector privado ha bajado prácticamente a siete por ciento. Mientras tanto los sindicatos en el sector público se han mantenido de alguna manera [a pesar de estar] bajo ataque, pero en los últimos años, ha habido un fuerte [aumento del] ataque contra sindicatos en el sector público, en los cuales ha participado Barack Obama. Cuando se congela los salarios de trabajadores federales, es equivalente a gravar a gente del sector público…


LF: ¿Y ataques a la negociación colectiva?

NC: Los ataques a la negociación colectiva en Wisconsin [forman parte de] toda una serie de ataques porque es un ataque a una parte del movimiento sindical que estaba protegida por el sistema legal como un residuo del Nuevo Trato y de la Gran Sociedad, etc.


LF: ¿De modo que los sindicatos tienen futuro?

NC: Bueno, no es peor que en los años veinte. Hubo un movimiento sindical militante muy activo en la última parte del siglo XIX, hasta principios del siglo XX. [Fue] aplastado por Wilson y la amenaza comunista. En los años veinte llegaban visitantes derechistas de Inglaterra y simplemente se horrorizaban de cómo se trataba a los trabajadores. Había desaparecido en gran parte. Pero en los años treinta no sólo se reanimó, fue el elemento central en el logro del Nuevo Trato. La organización del CIO y las huelgas de brazos caídos que fueron realmente aterradoras para la administración porque eran un paso antes de decir “Bueno. Adiós, vamos a dirigir la fábrica”. Y fue un gran factor en significativas medidas del Nuevo Trato que no fueron triviales sino que tuvieron mucha importancia.

Luego, después de la guerra, comienza el ataque, pero es una batalla constante durante toda la historia de EE.UU. Es la historia de este país y también la historia de cualquier otro país, pero sucede que EE.UU. tiene una historia sindical excepcionalmente violenta. Cientos de trabajadores fueron asesinados aquí en una época que fue simplemente desconocida en Europa o Australia…


LF: ¿Cuál es, a su juicio, el objetivo Número Uno del poder en la actualidad? ¿Son las corporaciones, el Congreso, los medios, los tribunales?

NC: Los medios son corporaciones, por lo tanto… Las concentraciones del poder privado tienen enorme, no total, pero enorme influencia en el Congreso y la Casa Blanca, y eso aumenta fuertemente con la fuerte concentración del poder privado y el aumento del coste de las elecciones, etc.


LF: Mientras hablamos, hay acciones en marcha emprendidas por los accionistas que tienen lugar en Detroit y San Francisco. ¿Son buenos objetivos, valen la pena?

NC: Están bien, pero recuerde, la propiedad de las acciones en EE.UU. está muy concentrada. [Acciones de presión de los accionistas son] algo, pero es como el viejo Partido Comunista en la URSS, sería bueno ver más protesta dentro del Partido Comunista pero no es democracia. No va a suceder. [Las acciones emprendidas por los accionistas] son un buen paso, pero son en su mayoría simbólicas. ¿Por qué no? No existe un principio económico que diga que la administración deba responder ante los accionistas.


LF: Pero se oye decir todo el tiempo que según la ley, se requiere que el director ejecutivo aumente los dividendos entre los accionistas.

NC: Es una especie de compromiso secundario del director ejecutivo. El primer compromiso es aumentar su salario. Una de las formas de aumentar su salario es lograr beneficios a corto plazo pero hay muchas otras maneras. En los últimos treinta años ha habido cambios legales muy sustanciales a la gobernanza de modo que los directores ejecutivos ahora eligen en gran parte los consejos que les otorgan salarios y bonificaciones. Es uno de los motivos por los cuales [la ratio] de directores ejecutivos en relación con la paga ha aumentado de modo tan agudo en este país en comparación con Europa. (Son sociedades similares y allá es bastante malo, pero aquí nos encontramos en la estratosfera). No existe una razón particular para que sea así. El director ejecutivo también podría ser responsable ante las partes interesadas –o sea los trabajadores y la comunidad. Eso presupone que debería haber una administración ¿pero por qué iba a haber una administración? ¿Por qué la dirección de la industria no está en manos de las partes interesadas?


LF: Las cooperativas de trabajadores son un movimiento creciente. Una pregunta que oigo es ¿provendrá un cambio de propiedad si no se cambia el paradigma de los beneficios?

NC: Es como preguntar si la votación de los accionistas es una buena idea, o si la regla de Buffet es una buena idea. Sí, es un buen paso, un pequeño paso. La propiedad de los trabajadores dentro de un sistema capitalista de Estado, semi-mercado, es mejor que la propiedad privada pero tiene problemas inherentes. Los mercados tienen ineficiencias inherentes bien conocidas. Son muy destructivas. La obvia, en un sistema de mercado, en uno que funcione realmente, es que quien quiera que tome las decisiones no presta atención a lo que se llama externalidades, los efectos sobre otros. Te vendo un coche, si tus ojos están abiertos llegaremos a un buen negocio para nosotros pero no estamos preguntando cómo afectará [allá]. Habrá más congestión, los precios de la gasolina aumentarán, habrá efectos ecológicos y eso se multiplica por toda la población. Bueno, es algo muy serio.

Considere la crisis financiera. Desde que la regulación del Nuevo Trato fue esencialmente desmantelada, ha habido crisis financieras regulares y una de las razones fundamentales, se entiende, es que el director ejecutivo de Goldman Sachs o CitiGroup no presta atención a lo que se llama riesgo sistémico. Tal vez realiza una transacción arriesgada y se cubre contra sus propias pérdidas potenciales, pero no toma en cuenta el hecho de que si se derrumba puede derrumbar todo el sistema. Es lo que es un crac financiero.

El ejemplo mucho más serio de esto es el impacto ecológico. En el caso de instituciones financieras, cuando se derrumban, el contribuyente llega al rescate, pero si se destruye el medio ambiente nadie llegará a rescatarlo.


LF: Por lo tanto suena como si usted pudiera apoyar algo como el modelo Cleveland donde la propiedad de la compañía está realmente en manos de los miembros de la comunidad así como de los trabajadores…

NC: Es un paso adelante, pero hay que ir más lejos para desmantelar el sistema de producción por beneficios en lugar de la producción para su uso. Eso significa desmantelar por lo menos grandes partes de los sistemas de mercado. Tome el caso más avanzado: Mondragón. Es propiedad de los trabajadores, no está administrado por los trabajadores, aunque la administración proviene a menudo de la fuerza laboral, pero está en un sistema de mercado y todavía explotan a trabajadores en Suramérica y hacen cosas dañinas para la sociedad en su conjunto, y no tienen otra alternativa. Si se está en un sistema en el cual hay que hacer beneficios para sobrevivir se está obligado a ignorar externalidades negativas, los efectos sobre los demás.

Los mercados también tienen un pésimo efecto psicológico. Llevan a la gente a una concepción de sí mismos y de la sociedad en la cual sólo se persigue el propio bien, no el bien de otros y eso es extremadamente dañino.


LF: ¿Ha probado alguna vez un sistema que no sea de mercado –un destello de optimismo– o de cómo podríamos vivir?

NC: Una familia que funciona por ejemplo, son grupos más grandes, cooperativas son un ejemplo. Ciertamente se puede hacer. La mayor que conozco es Mondragón, pero hay muchas y se podrían hacer muchas más. Aquí mismo en Boston, en uno de los suburbios hace unos dos años, había una empresa pequeña pero lucrativa que construía equipamiento de alta tecnología. La multinacional que poseía la compañía no quería mantenerla en sus libros por lo tanto decidió cerrarla. La fuerza laboral y el sindicato UE (Trabajadores Eléctricos Unidos) ofrecieron comprarla, y la comunidad los apoyó. Podría haber funcionado si hubiera tenido apoyo popular. Si hubiera habido un movimiento Ocupa en aquel entonces, pienso que habría sido una gran cosa para que se concentrara en ese caso. Si hubiera funcionado habría habido otra empresa lucrativa, de propiedad de los trabajadores y dirigida por trabajadores. Ya hay una buena cantidad de algo semejante en el país. Gar Alperovitz ha escrito al respecto, Seymour Melman ha trabajado con ellos. Jonathan Feldman trabajó en esas cosas.

Son ejemplos reales y no veo por qué empresas semejantes no puedan sobrevivir. Por cierto van a ser rechazadas. El sistema del poder no las quiere, igual que no quiere una democracia popular, más que cómo los Estados de Medio Oriente y Occidente van a tolerar la Primavera Árabe… Van a tratar de rechazarlas.


LF: Trataron de derrotar las huelgas de brazos caídos en los años treinta. Lo que olvidamos es que comunidades enteras se movilizaron para apoyar esas huelgas. En Flint, cordones de mujeres se colocaron entre los huelguistas y la policía.

NC: Vuelva atrás un siglo, a Homestead, la ciudad dirigida por trabajadores, tuvieron que enviar a la Guardia Nacional para destruirlos.


LF: Trayvon Martin. ¿Puede haber durante algunos minutos sobre el papel del racismo y de la violencia racial en el tema del que hemos estado hablando? Alguna gente piensa que la lucha contra el racismo es algo separado del trabajo por temas económicos.

NC: Bueno, ya sabe, existe evidentemente un serio problema racial en el país. Basta con echar una mirada a lo que sucede en las comunidades afroestadounidenses. Por ejemplo, la riqueza, la riqueza en las comunidades afroestadounidenses es casi nula. La historia es impresionante. Considere la historia de los afroestadounidenses en EE.UU. Ha habido unos treinta años de relativa libertad. Hubo una década después de la Guerra Civil y antes de que el compacto norte/sur volviera esencialmente a criminalizar la vida negra. Durante la Segunda Guerra Mundial se necesitó mano de obra libre por lo tanto hubo una liberación de la fuerza laboral. Los negros se beneficiaron de ella. Duró unos treinta años, el gran período de crecimiento en los años cincuenta y sesenta, de modo que un negro podía conseguir un puesto de trabajo en una planta automovilística y comprar una casa y enviar a sus hijos a la universidad y entrar de alguna manera al mundo, pero al llegar los años setenta se acabó.

Con el cambio radical de la economía, la fuerza laboral, que es en parte blanca pero también en gran parte negra, básicamente llegó a ser superflua. Mire lo que pasó, volvimos a criminalizar a los negros. Las tasas de encarcelamiento desde los años ochenta han llegado al cielo, sobre todo hombres y mujeres negros, y latinos en cierta medida. Esencialmente rehaciendo lo que sucedió durante la Reconstrucción. Es la historia de los afroestadounidenses, por lo tanto, cómo puede haber alguien que diga que no hay ningún problema. Seguro, el racismo es serio, pero es peor que eso…


LF: Hable de los medios. A menudo discernimos el sesgo en la información sobre un caso particular, pero podría hablar de un modo más amplio sobre la manera en que nuestros medios "monetarizados" muestran el poder, la democracia, el papel del individuo en la sociedad y de qué manera tiene lugar ese cambio…

NC: Bueno, no quieren que ocurra un cambio… Están en el centro del sistema de poder y dominación. Ante todo, los medios son corporaciones, partes de grandes corporaciones, están vinculados muy estrechamente a otros sistemas de poder en lo personal y en sus intereses y antecedentes sociales, y todo lo demás. Naturalmente tienden a ser reaccionarios.


LF: Pero de cierto modo nos dan una medida del tiempo. Si el cambio no ha ocurrido en diez minutos, no va a ocurrir.

NC: Bueno, es una técnica de adoctrinamiento. Es algo que he aprendido de mi propia experiencia. Una vez hubo una entrevista con Jeff Greenfield en la cual le preguntaron por qué yo nunca fui invitado a Nightline. Dio una buena respuesta. Dijo que la principal razón es que yo carecía de concisión. Yo nunca había escuchado esa palabra. Hay que tener concisión. Hay que decir algo breve entre dos anuncios comerciales.

¿Qué se puede decir que sea breve entre dos anuncios comerciales? Puedo decir que Irán es un Estado terrible. No necesito ninguna evidencia. Puedo decir que Gadafi impone el terror. Suponga que trato de decir que EE.UU. hace terrorismo, que de hecho es uno de los principales Estados terroristas del mundo. No se puede decir eso entre anuncios comerciales. La gente quiere saber correctamente lo que se quiere decir. Nunca lo han escuchado antes. Entonces hay que explicar. Hay que suministrar antecedentes. Es exactamente lo que se corta. La concisión es una técnica de propaganda. Asegura que no se haga nada fuera de repetir clichés, la doctrina estándar, o que suene como si fuera un lunático.


LF: ¿Y la concepción del poder de los medios? Quién lo tiene, quién no lo tiene y cuál es nuestro papel si no somos, digamos, presidentes o directores ejecutivos.

NC: Bueno, no sólo los medios, también vale en gran parte para el mundo académico, el cuadro es que nosotros, la principal democracia del mundo, el fanal de la libertad y los derechos y la democracia. El hecho es que la participación democrática es aquí extremadamente marginal, que no entra [en la información de los medios]. Los medios condenarán las elecciones en Irán, correctamente, porque los candidatos tienen que ser aprobados por los clérigos. Pero no señalan que en EE.UU. [los candidatos] tienen que ser aprobados por altas concentraciones de capital privado. No se puede ser candidato en una elección a menos que uno pueda reunir millones de dólares.

Un caso interesante es ahora mismo. Esto sucede en el 50 aniversario de la invasión de Vietnam del Sur por EE.UU., la peor atrocidad en el período de posguerra. Mató a millones de personas, destruyó cuatro países, una historia de horror total. Ni una palabra. No ocurrió porque “nosotros” lo hicimos. Por lo tanto no ocurrió.

Tomemos el 11-S. Significa algo en EE.UU. El “mundo cambió” después del 11-S. Bueno hagamos un ligero experimento con el pensamiento. Supongamos que el 11-S los aviones hubieran bombardeado la Casa Blanca… supongamos que hubieran matado al presidente, establecido una dictadura militar, matado rápidamente a miles, torturado a otras decenas de miles, establecido un importante centro internacional terrorista que realiza asesinatos, derrocado gobiernos por todas partes, instalado otras dictaduras, y lleva al país a una de las peores depresiones en su historia y tuvo que recurrir al Estado para el rescate. Supongamos que eso hubiera ocurrido. Ocurrió. En el primer 11-S en 1973. Excepto que los responsables fuimos nosotros, por lo tanto no ocurrió. Es en el Chile de Allende. Es imposible imaginar que los medios hablen al respecto.

Y se puede generalizar ampliamente. Lo mismo es en gran parte cierto en el mundo académico –excepto en los márgenes– es definitivamente un hecho en la corriente dominante del mundo académico. En ciertos aspectos la crítica de los medios es algo engañosa [porque no constituyen la única institución de influencia] y, por cierto, interactúan estrechamente.

Re: CHOMSKY, Noam

Nota Mié Nov 19, 2014 1:49 pm
Subo 3 libros que tengo de Noam CHOMSKY en formato .epub y .azw3 por si alguien quiere leerlos en un eBook.

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[Editado por el comité de RBM para incluir los enlaces en el primer mensaje. Muchas gracias, compañero pauete.]

Re: CHOMSKY, Noam

Nota Mié Nov 19, 2014 2:49 pm
Gracias pauete. Van a mi «quindel» directos. Me apetece releer «Hegemonía o supervivencia», lo pongo a la cola. :D

Re: CHOMSKY, Noam

Nota Mié Nov 19, 2014 4:11 pm
;) Yo leí hace poco "Cómo nos venden la moto" y me gustó mucho. Muy ameno, lo lees fácilmente en una tarde porque es cortito.
Los otros dos también los tengo a la cola.
El .azw3 es el formato de Amazon (también tengo una Kindle), pero con Calibre se puede convertir entre fomatos: http://calibre-ebook.com/

Re: CHOMSKY, Noam

Nota Mié May 27, 2015 1:01 pm
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[Editado por el comité de RBM para incluir el enlace en el primer mensaje. Muchas gracias, compañero pauete.]

Re: CHOMSKY, Noam

Nota Jue Jun 01, 2017 9:26 pm
Portada

Elvira Huelbes en Cuarto Poder escribió:El autor aborda la política exterior de EEUU en su nuevo libro
¿Quién domina el mundo?


Noam Chomsky, ese incómodo profesor emérito del Departamento de Lingüística y Filosofía del MIT, vuelve a la carga con un libro, ¿Quién domina el mundo? (Ediciones B, 2016) en el que, como suelen los suyos, plantea una sencilla pregunta que requiere casi 400 páginas de respuestas.

La mente brillante de la persona probablemente mejor documentada del orbe insiste en su denuncia de las atrocidades y enormes “equivocaciones” que los poderosos, y más concretamente Estados Unidos con su recua de aliados, siguen cometiendo en todas partes –ahora, significativamente, en Siria- con el pretexto de salvaguardar la seguridad de las personas de todo el mundo.

Esa arrogante atribución se repite año tras año por no importa cuál sea la cabeza de la administración del país que sigue gobernando el destino de las naciones. Quizás sea el profesor Chomsky la más reputada mosca cojonera que le ha salido al Imperio, cuando se empeña en señalar, con pelos y señales y una documentación aplastante, las meteduras de pata y las violaciones de la ley internacional que han ido logrando –y en ello siguen- crear mayor inseguridad que aquella que disfrutábamos todos en tiempos de la Guerra Fría. Como recuerda el autor, lejos ha quedado el año en que un incuestionado Abraham Lincoln consiguió la prohibición del asesinato en el derecho internacional, con su enérgica proclama de 1863 contra lo que él llamó “bandolerismo internacional” impropio de naciones civilizadas.

En este libro, Noam Chomsky, en la espléndida traducción de Javier Guerrero, analiza las estrategias que movilizan a las fuerzas privilegiadas estadounidenses –no siempre, solamente las armadas- a salvaguardar principalmente los intereses de Washington y del más poderoso sector empresarial. Repasa, poniendo puntos sobre las íes, los panoramas actuales de los teatros en conflicto, particularmente Palestina, y su reciente evolución hasta llegar a donde estamos ahora.

Pone sobre el tapete las circunstancias por las que el todavía negado cambio climático está acabando con los polos y el hábitat de la selva, entre otras amenazas; propone dos formas de ver lo que pasó en el atentado terrorista de Charlie Hebdo; traza un esquema histórico clarificador de cómo el control del mundo por parte de los EEUU requiere el de los gasoductos que provienen de Oriente Próximo y todo lo que pasa desde que Franklin Delano Roosevelt comenzara su cruzada, apenas estalló la Segunda Guerra Mundial.

La maestría de Chomsky para traer asuntos de la historia con los que aclarar la situación presente es admirable. Se podrá estar de acuerdo o no con sus conclusiones, pero de lo que no puede dudar nadie con argumentación contrastada es de su capacidad de lector atento a lo que ocurre en el mundo, cómo ocurre y quién está detrás, esa mano invisible del poder con que titula uno de los capítulos del libro.

El volumen comienza con una atención dedicada a la responsabilidad de los intelectuales: un estribillo que se repite ante determinados acontecimientos que quedan huérfanos de reflexiones de peso. Pone como ejemplo el de John Dewey que, tras la Gran Guerra (1914/1918) cambió su posición de “intelectual responsable” por la de “anarquista de atril”, mostrando una sumisión a la que no cedieron voces como las de Rosa Luxemburg, Bertrand Russell o Eugene Debbs, que conocieron el frío de aquellas cárceles.

En resumen, un libro de lectura muy recomendable que llega a apasionar, en el que Chomsky domina el ejercicio de intercambiar protagonistas de situaciones conflictivas, para lucubrar sobre las reacciones de la opinión pública; o el de animar al lector a mirar los acontecimientos y las actuaciones de los líderes con ojos diferentes, poniéndolo en el brete de determinar qué postura es éticamente plausible y cuál no.

Ante los que sospechan de los que sospechan de los Estados Unidos (ese “destacado Estado terrorista”), Chomsky invita a reflexionar con elegantes toques de ironía sobre la realidad que no vemos delante de nuestros ojos. Una lección de historia y de actualidad.


[Editado por el comité de RBM para incluir los enlaces en el primer mensaje. Muchas gracias, compañero Ivanjoe.]


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