"Siempre habrá un recuerdo."

 

Nunca antes he pensado en hacer esto. Es decir, mandar una carta para que todos supieran los sentimientos de alguien como yo; que sin vivir la experiencia desagradable de la Guerra Civil, si lo he vivido desde los efectos de las personas a las que quieres.

No conocí a mi abuela, la mataron en Guerra. Esa era una frase muy oída en casa. Ahora cuando veo a las abuelas y abuelos jugar con sus nietos, me parece una injusticia que a los 39 años de edad desapareciera la madre de mi madre, y sin saber por qué.

No era política, ni sindicalista, ni nada que se le pareciera, simple y llanamente era una mujer; esposa y madre de seis niñas menores de edad todas ellas. Alguien, aprovechándose de las circunstancias del momento, se la quitó del medio. Que revanchas sin sentido.

Ahora, al conmemorar el día uno de mayo, se recuerdan a aquellos que murieron de uno y de otro bando. También de los que abandonaron este mundo sin sentido y sin saber por qué.

Alguien sin escrúpulos, me obligó a mí a no conocer a una persona buena, a un ser querido. Y supuso en toda mi familia, un desastre de repercusiones incalculables.

Mi madre, siendo menor se hace cargo de 5 hermanas más. Mi abuelo trastornado y medio mutilado al estallarle una bomba para quitarla del medio y  para evitar que los niños jugaran con ellas.

Tres de mis tías evacuadas a Valencia, dos de ellas las encontraron con 13 y 22 años  de edad.

Un desastre, como era norma común por aquel entonces, pero algunas familias  se llevaron la peor parte y una de ellas fue la mía.

Entre tanto se sale hacia delante como se puede, con la comida racionada, con mucho hambre, más horas de trabajo que un reloj. Miseria y compañía era la tónica dominante de los momentos vividos, hasta que llega un  momento que te preguntas el por qué de esta situación. Preguntas y recibes respuestas que poco a poco vas entendiendo y que con el paso del tiempo, respondes diciéndote a ti mismo lo injusto que es la vida para unos pocos.

Espero que nunca más se repita. Y decir, bien alto a todos, que este que suscribe nunca olvidará sus tiempos vividos gracias a alguien que sin escrúpulos dejó huérfanos no solo a cinco hijas, sino a muchas más familia. ¿Se merece el perdón y el olvido.?  

 

Miguel-Ángel Soriano Catalán