"ENTRELINEAS"

BOLETIN DE LA PLATAFORMA EN DEFENSA DEL FERROCARRIL

Índice

 


EL FERROCARRIL EN LA ENCRUCIJADA EUROPEA

 

                                               Un Viaje en Duda

 

         El llamado Proyecto Europeo, es seguramente uno de los mejores ejemplos de complejidad que haya podido urdir la mente humana en alguno de sus instantes más calenturientos, pero por distintas causa que no son de este lugar, esa “cosa” que nació en Roma un día de 1957, está a su modo viva y crece en su volumen y complicación pero nadie puede ignorarla  como no se ignoran las enfermedades, las injusticias, las guerras o los tornados. La Unión es al mismo tiempo una patente realidad que no deja de ser Proyecto, un edificio en uso pero en construcción, una idea concreta plagada de vaguedades, pero esto es lo que hay y, como dicen algunos politólogos ingleses de su propia constitución no escrita, la constitución   británica es simplemente lo que sucede y nada más. Este cínico y atinado diagnóstico viene como anillo al dedo para esto tan socorrido que es “hablar de Europa”, pues, hablemos!

                           

                            EL TRANSPORTE EN EL NÚCLEO CULTURAL

 

         Lo que nació en aquel lejano 1957, era el Mercado Común, y los comerciantes siempre estuvieron en el acarreo, en las puertas y, por supuesto en los puertos y un mercado tenía que prestar atención preferente a una de sus esencias , el transporte junto a la otra la moneda, por eso hay tantas directrices y Libros Blancos y Verdes sobre las formas y MODOS  de llevar las mercancías al cliente, o de poner al posible cliente ante las mercaderías por esas razones se atienden las distintas formas que puede adoptar la movilidad de las personas y de las cosas, de las MERCANCÍAS y de los VIAJEROS. Dados estos fundamentos la noción de servicio público no debe desempeñar ningún papel importante en el diseño de los sistemas de transporte, salvo en casos excepcionales como son los de los movimientos masivos de personas en los grandes espacios urbanos metropolitanos. En estos contextos fundacionales, el ferrocarril ocupaba la peor posición de partida, pues es preciso recordar que casi todo surge como contraposición al llamado “mundo comunista” de las áreas centrales y orientales del Continente en el que los trenes eran con mucho el modo dominante. Como el Occidente era ante todo LA LIBERTAD, era preciso descalificar y denigrar un transporte estatalista y muy reglamentado como era el ferrocarril al que se contrapuso la carretera como el campo de la ventura empresarial privada y de los “autopatronos” creándose en España incluso una especie de leyenda caballeresca del CAMIONERO, mientras que la RENFE, era uno de los objetos oficialmente arrojados a la burla social y al chiste fácil en revistas y películas más o menos “costumbristas”, y así en los años 60, la opinión pública europea de las clases medias muy satisfecha con la conquista del “utilitario”, se identificó casi al completo con dar al automovil, en cualquiera de sus formas la primacía en las distintas funciones que requería la movilidad tanto de personas como de cosas. El ferrocarril era marginado con la honrosa excepción de Francia que en la década de los 50 bajo la inspiración del gran renovador ferroviario LOUIS ARMAND, logró frenar la destrucción de la red heredada, y consiguió mediante considerables aumentos de velocidad y comodidad, devolver al tren francés un gran prestigio en lo referente a los servicios de largo recorrido para viajeros grandes lignes pero este renacimiento de postguerra no alcanzó al campo de las mercancías que continuó y.

                                     La Encrucijada

 

                  Se vive un momento de dudas y perplejidades en el transporte como en tantos otros elementos del devenir sociocultural; y así, el ferrocarril a partir de los 80, recibe un poderoso impulso, otra vez desde Francia, con los sistemas de Alta Velocidad, los problemas de atasco en las grandes ciudades hacen que todos los responsables técnicos y políticos, vuelvan su mirada hacia las formas ferroviarias de transporte masivo de personas y; por fin, los problemas de siniestralidad, sobreocupación de las tramas viarias existentes, desafíos ambientales diversos, e imposibilidad física de ampliar sustancialmente la red europea de carreteras, han llevado a la propia Comisión Europea, a plantearse, al menos dudas sobre la viabilidad real del modelo liberal de transporte que sustenta oficialmente la Unión. Como exponente de estas actitudes expectantes el Órgano ejecutivo de Bruselas ha dado a la luz pública el día 12 de septiembre  del pasado 2001 un LIBRO BLANCO  titulado La Política Europea de Transporte de Cara al 2010; La Hora de la Verdad. Este trabajo tiene algunos precedentes casi olvidados como el informe de Carl van Miert, o los atribuidos a Crhistensen y al inglés Kinock, todos ellos muy ecológicos y bienintencionados pero casi absolutamente inoperantes frente al gran lobby  bruselense de la carretera y de sus múltiples beneficiarios. Este Documento hace numerosas referencias al ferrocarril , muchas de ellas elogiosas, pero formuladas de una forma que viene a significar que en teoría, el tren es lo ideal, lo mejor, pero que, de hecho su situación actual plantea tantos problemas que, de momento, hay que seguir con la carretera cuya gestión es más ágil, pero la coyuntura es tan grave que a medio plazo será inevitable “tomar algunas medidas”He aquí la ambigüedad calculada de la Comisión que se debe al sector empresarial europeo representado en la Mesa Redonda de los Industriales,  pero que de ningún modo desea ganarse el rechazo de una buena parte de la opinión pública del continente, muy sensible ante el deterioro ambiental y muy con la estadística negra de los accidentes de circulación.

         Pero el sesgo ideológico de los autores materiales e institucionales, se impone sobre cualquier otra consideración y al empezar la página 28 dicen que la apertura del transporte ferroviario a una competencia regulada que se iniciará en marzo del 2003, representa el requisito previo imprescindible para dar un nuevo impulso a este modo de transporte. Es decir, que los embotellamientos de camiones en todos los ejes europeos, los peligros engendrados por muchas de las sustancias químicas transportadas y otras numerosas molestias y riesgos, no son suficiente motivo para que las Autoridades responsables aborden las directrices necesarias sea cual fuere la denominada “opinión del mercado”, que es simplemente la de los empresarios considerados como fundamental grupo de intereses.

         El ferrocarril es bueno pero está sometido a incontables regulaciones de los Estados nacionales, además su funcionamiento está condicionado por fuertes capítulos sociales que son algo que hay que “adelgazar” porque mover un tren de mercancías de Lieja a París requiere la intervención de 5 maquinistas y eso resultaría económicamente insoportable para un operador comercial ya sea este público o privado. También se hacen referencias a los tiempos de descanso del personal que no son  objeto de críticas directas pero que deben ser convenientemente “estudiados”

         Como no podía ser de otro modo,  el Libro rinde cumplido homenaje a los ferrocarriles estadounidenses que han sabido entender y adaptarse a las demandas de la INDUSTRIA cosa que en Europa no han sabido hacer estas redes gestionadas por funcionarios. Después de estas afirmaciones tan lapidarias, los redactores casi no paran mientes en las enormes diferencias geográficas, técnicas y, sobre todo culturales que separan ambos ferrocarriles valorando la gran trascendencia que entre nosotros tiene el servicio de transporte de viajeros en sus múltiples tipologías ,velocidades e itinerarios cosa que no se da en América, salvo en regiones muy determinadas de la Costa Este, tampoco hacen mención de lo irrelevante que resulta la tracción eléctrica en los Estados Unidos con lo que ella significa para el funcionamiento de los grandes corredores de trenes para viajeros, tal vez les atrae sin más el recuerdo de que SOUTHERN PACIFIC, SANTA FE  y BURLINGTON  son poderosas empresas privadas regidas por criterios plenamente mercantiles y donde el pequeño servicio público que se ofrece a los viajeros es gestionado por AMTRSK que es una entidad del Gobierno Federal

         Para llevarlo todo hasta el absurdo y ridiculizar ante la opinión pública y ante los mismos políticos la tradición del ferrocarril europeo los autores del Libro bien apoyados por sus jefes-comisarios exponen que Algunas compañías ferroviarias reconocen que no pueden indicar el número de locomotoras o vagones disponibles ni  la posición exacta de los convoyes. Así sucede a menudo que trenes programados (en su mayoría de mercancías pero también de viajeros), se suprimen sin más porque falta la locomotora, no hay   ningún conductor disponible o no se ha informado a conductor alguno .Este anecdotario sin localización parece querer explicar que si al frente de los servicios de trenes se hallase un ejecutivo de los de tipo ENRON , todo marcharía sobre ruedas y las locomotoras no se extraviarían ni en Venta de Baños ni en Medina del Campo ni, por supuesto en Alcazar de San Juan |hasta ahí íbamos a llegar!

         Como el gran fiasco del BRITISH RAIL les debe seguir pesando demasiado, se guardan convenientemente de utilizar el término de PRIVATIZACIÓN  de forma explícita prefiriendo, de momento, esos circunloquios de la apertura a la competencia en los que puedan ampararse los entes ferroviarios de propiedad pública que se decidan a funcionar bajo parámetros mercantiles tal y como proclama nuestro Ministro de Fomento y como a no tardar actuará en la Italia de Il Cavaliere  la FS. Ferrovie dello Stato.

Por otra parte el Libro hace algunas aportaciones que no carecen de sentido común si se propone establecer una red de comunicación a escala más o menos europea ya que se insta a homogeneizar el material rodante, especialmente el de tracción. La electrificación y los sistemas de señalización. También se exponen las ventajas de un diseño de líneas que rebasen las fronteras nacionales, tanto en viajeros como en mercancías.

Otro argumento aprovechable es el de potenciar la interacción entre ferrocarril y sistema portuario tanto marítimo como fluvial y de canales navegables, se debe ir hacia una idea intermodal del cabotaje en el que se minimizará paulatinamente el papel de la carretera igualmente se trata de modernizar las cajas móviles y los contenedores, Este equipo de redacción no demuestra demasiada audacia ni creatividad técnica ni política ya que parece el clásico grupo de “consulting”, de los que tanto abundan en torno a las instituciones de la UE.

Dado el ámbito continental o supranacional que adopta este Documento, son escasas las alusiones que se hacen a los servicios urbanos y metropolitanos de viajeros, aunque sean de mucha importancia en esta parte del mundo

El conjunto de propuestas es más gestionario y de estrategia empresarial que de funciones técnicas y planteamientos verdaderos de servicio. Con la ya famosa separación jurídica del campo competencial de las infraestructuras del de los trenes y sus prestaciones se obvia la áspera cuestión de aclarar quienes han de ser los titulares de las redes supranacionales ¿la propia UE?, ¿los Estados?, quizás se acabe por establecer algún Ente supranacional de naturaleza “sui generis”como sucede en esta complicada amalgama económica con rasgos políticos

Es necesario que los ciudadanos sean los que disfruten de un ferrocarril socialmente gestionado a poder ser por las Administraciones Públicas que le dieron su significación durante el siglo XX

En un marco de descentralización y proximidad a los usuarios y a sus necesidades, hay que abogar por una destacada participación de las Regiones o Comunidades Autónomas en la gestión y funcionamiento de los servicios de viajeros de corto y medio recorrido en combinación con las ciudades y así mismo, deben prestar servicios de mercancías que ya existen en Alemania y Francia, aunque coordinados por los respectivos Estados y por algún regulador supranacional.

Esta es la panorámica que a juicio de la PLATAFORMA EN DEFENSA DEL FERROCARRIL presenta este modo de transporte en estos momentos dubitativos en los que  tal vez, junto a un eficaz CTC, nos vendría al pelo la lectura de algunos sabroso trozos de la GUÍA DE PERPLEJOS de Maimónides el gran judío de Córdoba.   

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