Televisiones españolas:

Colonialismo contra Bolivia desde una colonia europea de EEUU
José Manzaneda
, Cubainformación. 12 de julio de 2013

 

Dejando a un lado las iracundas tertulias de ultraderecha, los argumentos en las de canales públicos o supuestamente "progresistas" españoles son siempre los mismos. Varios de los tertulianos criticaron la actitud de Europa en el caso de la retención de Evo Morales, por sumisión a EEUU. Pero no por razones de soberanía o ética política, sino por la entrega de argumentos a los gobiernos de América Latina, a los que calificaron, una y otra vez, con el término despectivo de “populistas”: “Lo que me inquieta de esta situación es que hayamos dado argumentos al populismo bolivariano”.

Las tertulias de las diferentes televisiones españolas –públicas y privadas- son la demostración de que la supuesta pluralidad de opiniones se reduce, en realidad, al pensamiento único con sus diferentes matices.

Los programas que abordaron, días atrás, la retención del presidente Evo Morales en el aeropuerto de Viena, tras la negativa de varios gobiernos europeos a abrir su espacio aéreo por presión de EEUU, son el ejemplo de que la mentalidad eurocéntrica y colonialista es hegemónica entre periodistas y opinadores profesionales.

Dejando a un lado las iracundas tertulias de los canales de la derecha neoliberal, analizaremos solo la de un canal público, Televisión Española, y la de un canal privado que se dice progresista, La Sexta [1].

En Televisión Española escuchábamos a un tertuliano justificar la retención de Evo Morales –para satisfacción del Gobierno de Washington- porque Bolivia no tiene importancia alguna para España: “EEUU y las potencias occidentales son primos. Y desengañémonos. Esta es la política exterior del mundo. Bolivia no es una potencia precisamente. No representa nada en el gran concierto del poder internacional”. Y añadía –ni más ni menos- que el Gobierno español regala millones de euros a Bolivia: “Para España (Bolivia) no tiene ninguna importancia, entre otras cosas porque están tirando por la ventana, les estamos regalando millones –que creo que debemos hacerlo- en cooperación”.

Otro tertuliano, esta vez en La Sexta, utilizaba el mismo argumento neocolonial y paternalista, pero esta vez para condenar la decisión europea de cerrar el espacio aéreo a Morales: “España ha hecho mal. (Porque) se sobreentiende que España es el valedor de los países de Iberoamérica en Europa”.

Varios de los tertulianos criticaron –ciertamente- la actitud de Europa, sumisa a EEUU. Pero no por razones de soberanía o ética política, sino por la entrega de argumentos a los gobiernos de América Latina, a los que calificaron, una y otra vez, con el término despectivo de “populistas”: “Lo más lamentable de todo esto es que es dar argumentos a discursos populistas” decía uno en TVE. En La Sexta oíamos: “Lo que me inquieta de esta situación es que hayamos dado argumentos al populismo bolivariano”. Y de nuevo en el canal público: “No parece que tenga demasiado sentido la reacción desmesurada y desproporcionada de –ojo, no de `los´ presidentes de América Latina- sino de cinco presidentes de América Latina”.

De los dirigentes rebeldes latinoamericanos, el enemigo número uno de los contertulios fue -¡cómo no!- el presidente de Venezuela Nicolás Maduro. Mamen Mendizabal, presentadora de La Sexta, introducía el tema con una pregunta cargada de intencionalidad acusatoria. “El debate de fondo es si España lo ha hecho bien y si Venezuela se está propasando cada vez más...”

En Televisión Española los cuatro tertulianos, sin excepción, cargaron de manera virulenta contra Maduro, haciendo uso de los habituales tópicos: “Lo que Nicolás Maduro hace es echar más gasolina al fuego en clave interna para su horda bolivariana”. O bien: “Este (Maduro) está buscando pretextos para tirar al mar, allí en el Caribe, los pocos intereses (españoles) que quedan ya en Venezuela y que no ha sido intervenidos, y que se están marchando. Conozco empresarios a los que les ha arruinado”.

Pero el momento álgido de la prepotencia eurocéntrica de la tertulia de Televisión Española llegó cuando varios de los periodistas se mofaron de la vestimenta del presidente venezolano, ataviado con atuendo minero en un acto político en Bolivia. “Vayamos por partes –comienza uno de ellos-. Empecemos por la moda -le interrumpe otro- (se oyen risas generales)”. Más adelante un tercero, en tono serio: “Lo que me parece inadmisible es lo del Señor Maduro, que ha dicho unas cosas que no se pueden admitir... ¡Y vestido de lagarterana! Es decir, con un casco (en la cabeza), que me parece que es algo infumable. Que este señor nos dé aquí lecciones de ética y de estética...”

En ese momento, alguien recordaba que reirse del atuendo de un presidente en un programa de televisión puede traer consecuencias. “Cuidado que les molesta muchísimo... que esto se ve allí”. La presentadora les reprende: “Este tipo de comentarios... nos ven en Latinoamerica y qué van a pensar...”

Pero si una intervención resume a la perfección la impunidad con que los tertulianos defienden el monopolio de las opiniones acordes al pensamiento único fue la de Rubén Amón en La Sexta: “Sí recordaría cuál es la situación de la prensa y de las libertades en el entorno bolivariano. Porque vociferar estos sujetos como hace la Kirchner y como hace Correa, y Morales y Maduro, con la Ley de Prensa que existe allí... es particularmente embarazoso”. Para este tertuliano el problema de la libertad de prensa no es que los medios sean propiedad de la banca y de grandes capitalistas, que filtran informaciones, mensajes y opiniones que atenten contra sus intereses. Lo que supuestamente atenta contra las libertades es que gobiernos como los de Bolivia, Ecuador, Venezuela y Argentina hayan conseguido llevar adelante leyes que democratizan los medios, garantizando que una parte de ellos no estén en manos del capital privado sino sean comunitarios y públicos [2].

Pero este debate, por supuesto, es otra historia. Y tampoco tendrá espacio en ninguna de las tertulias de los medios públicos y progresistas españoles.