Acosado
por los escándalos de corrupción y ante la amenaza de que
el Congreso lo destituyera por incapacidad moral, el presidente Alberto
Fujimori dimitió ayer. El segundo vicepresidente Ricardo Márquez
anunció que asumirá la presidencia en reemplazo de Fujimori,
dando un giro de 180 grados a sus declaraciones de hace dos días
cuando anunció que si Fujimori renunciaba, él haría
lo mismo. Aunque en los últimos días habían crecido
las versiones de una inminente renuncia de Fujimori, el que lo haya hecho
desde el extranjero sorprendió a todos. Incluso a sus más
cercanos colaboradores. Fujimori no le había informado ni siquiera
a sus ministros que pensaba renunciar. La dimisión anunciada desde
Tokio tiene un sabor a fuga. Y para muchos confirma las sospechas de que
Fujimori está vinculado con las actividades delictivas de su ex
brazo derecho Vladimiro Montesinos y que teme ser arrastrado por las acusaciones
contra su ex asesor.
Fujimori es hijo de japoneses, por lo que Japón es el país
en el que cree tener las mayores seguridades para evitar un posible pedido
de extradición. De hecho, su ex esposa Susana Higuchi dijo que
Fujimori tiene doble nacionalidad. Nadie en el gobierno ha podido decir
cuándo regresará al Perú y muchos dudan que vaya
a hacerlo. Difundida la noticia de la renuncia de Fujimori, miles de manifestantes
salieron a las calles con banderas peruanas para celebrar, a los gritos
de y ya cayó, la dictadura ya cayó.
La dimisión de Fujimori se oficializará hoy, a más
tardar mañana, con una carta que dirigirá al Congreso. A
quien le corresponde asumir la presidencia es al segundo vicepresidente,
Ricardo Márquez, ya que el primer vicepresidente Francisco Tudela
renunció hace poco más de un mes. Márquez, un empresario
textil que a pesar de su puesto como vicepresidente nunca se ha involucrado
en decisiones políticas, tiene la imagen de un político
débil y poco experimentado para llevar adelante la transición
democrática en medio de la grave crisis que sufre el país.
En la oposición, la opinión mayoritaria se inclina por pedirle
a Márquez que siga el camino de Fujimori y le deje el terreno despejado
al presidente del Congreso, el opositor Valentín Paniagua, para
que asuma la conducción del Ejecutivo hasta julio del 2001.
Fujimori le envió desde Tokio una carta a su hija Keiko, que se
encuentra en Lima, para que se la haga llegar a cada uno de sus ministros.
En la misiva, Fujimori les comunicaba su decisión de renunciar,
la que les dijo oficializaría en los próximos días
ante el Congreso, pero no precisaba la fecha en la que tiene previsto
regresar al Perú. Los ministros leyeron, sorprendidos, la carta
el domingo muy temprano. A su vez, el vicepresidente Márquez y
el primer ministro Federico Salas recibieron sendas llamadas telefónicas.
Al otro lado de la línea, y del mundo, Fujimori les anunció
que renunciaba a la presidencia para no ser un factor de perturbación
durante el próximo proceso electoral.
La tranquilidad dominguera de los ministros quedó abruptamente
interrumpida. Comenzaron a intercambiar llamadas para ver qué acciones
tomaban ante el imprevisto panorama que tenían al frente. Salas
decidió comunicarse con un programa radial para hacer pública
la renuncia de Fujimori. Entonces se desató el escándalo
y estalló la crisis. De acuerdo con fuentes cercanas a la primera
dama (o ex primera dama), Keiko Fujimori, los ministros no habrían
sido autorizados a hacer pública la renuncia de Fujimori.
Sin salir de su sorpresa, los miembros del gabinete se reunieron en la
casa del ministro de Economía, Carlos Boloña, para adoptar
una decisión. En el ambiente flotaba el malestar y la desazón.
Nos ha abandonado, diría luego un abatido Federico
Salas. Después de cuatro horas dediscusiones, todos los miembros
del gabinete excepto el canciller Fernando de Trazegnies, que se
encuentra en el extranjero suscribieron un comunicado en el cual
señalan que ante el anuncio del presidente de la república
realizado en el exterior del país y en un contexto de grave crisis
e incertidumbre respecto de su retorno, debemos expresar nuestra indignación
por tan sorpresivo hecho. Por su parte, el ministro de Defensa,
el general Carlos Bergamino, se reunió con el Comando Conjunto
de las Fuerzas Armadas, que emitió un comunicado señalando
su absoluto respeto a las decisiones que adopten las autoridades
constitucionalmente elegidas.
Hemos decidido que lo que le conviene al país y lo que le
puede dar estabilidad es que se cumpla con la Constitución, y en
este sentido estoy dispuesto a asumir la presidencia de la república,
fueron las primeras declaraciones de Márquez luego que la renuncia
de Fujimori lo dejara como el virtual nuevo presidente del Perú.
Márquez apoyó las duras expresiones de los ministros contra
la decisión de Fujimori. Lamento profundamente la decisión
del presidente de la república, estoy en total desacuerdo con su
renuncia, todos hubiéramos preferido que regrese y que presente
su renuncia aquí, pero él tendrá que responder por
su decisión. Todos estamos indignados. Lo exhorto (a Fujimori)
a que regrese al Perú, señaló Márquez.
El sucesor de Fujimori anunció que formará un gabinete de
consenso con personalidades independientes y adelantó cambios en
las jefaturas militares. Márquez aseguró que va a
haber cambios en el sector militar a nivel de la promoción (de
Montesinos). Según estas declaraciones, los militares de
la promoción de Montesinos serían pasados a retiro en los
próximos días. En cuanto al ex asesor de inteligencia, el
líder opositor Alejandro Toledo afirmó ayer que existe
una hipótesis creciente de que no estaría vivo.
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