RESPUESTAS AL CUESTIONARIO PARA EL PROCESO DE ELABORACIÓN DEL MANIFIESTO PROGRAMA DEL PCE. Amadeu Sanchis i Labiós, PCPV- València.
El socialismo es aquella doctrina económica, social, y política que expresa la lucha por la distribución equitativa de la riqueza mediante la eliminación de la propiedad privada y de la clase poseedora explotadora. En la práctica, esta distribución de la riqueza se logra mediante la propiedad social de los medios de producción, intercambio y difusión, socialización que ha tenido históricamente una traducción en un proceso de nacionalizaciones como primera medida para abrir el camino hacía el socialismo. Así el programa de la Unidad Popular chilena decía: “Las fuerzas populares unidas buscan como objetivo central de su política reemplazar la actual estructura económica, terminando con el poder del capital nacional y extranjero y del latifundio para iniciar la construcción del socialismo” . Y eso mismo seguimos poniendo en los manifiestos políticos, tanto del PCE como (y eso es aún más valioso) de IU.
Solamente se puede responder esta pregunta citando una definición del propio Marx sobre el comunismo. Así para el filósofo alemán, “el comunismo se diferencia de todos los movimientos pasados en que se subvierte el fundamento de todas las relaciones de producción e intercambio y en que, por primera vez, trata conscientemente todos los presupuestos naturales como creaciones de los hombres hasta nuestros días, los despoja de su carácter natural y los somete al poder de los individuos unidos. Su constitución es, pues, esencialmente económica, es la elaboración material de las condiciones de esta unión, convierte las condiciones existentes en condiciones de la unión”. “En una sociedad comunista, cuando habrán desaparecido la subordinación servil de los individuos a la división del trabajo, y, con ello, también, la oposición entre trabajo intelectual y trabajo corporal; cuando el trabajo se haya convertido no ya en un modo de vida, sino en la primera necesidad vital; cuando con el desarrollo del individuo en todos sus aspectos se habrán incrementado las fuerzas productivas y todas las fuentes de la riqueza corporativa fluiran plenamente, sólo entonces podrá ser completamente rebasado el estrecho horizonte del derecho burgués y la sociedad podrá escribir en sus banderas: De uno según su capacidad, a cada uno según su necesidad”. Entiendo que ante una pregunta como esta no cabía cualquier respuesta, ni mucho menos una no fundamentada en el marxismo. De hecho la gran ignorancia en torno la obra de Marx ha llevado a una confusión sobre el concepto de comunismo que en nada ha ayudado a su extensión como proyecto revolucionario, y menos ahora con el descrédito que esta palabra tiene en el mundo entero fruto de las Estados estalinistas.
Luchar de forma coherente, ética y organizada por lo anteriormente expuesto. Todo comunista, es a la vez un socialista, en tanto que lucha por un primer estadio de transición a medio plazo llamado socialismo.
Me resultaría incomprensible ostentar un cargo en el PCE y dudar de la actualidad del Manifiesto del Partido Comunista. El Manifiesto tendrá validez mientras el capitalismo siga depredando la naturaleza y oprimiendo a los seres humanos. Pero sobretodo, porque es la primera y principal obra que se escribe del lado del sufrimiento de los trabajadores / as, sean de donde sean (Proletarios de todos los países, unios), a la vez que los sitúa en el centro de la historia, con su reflexión de que la clase trabajadora debe emanciparse por ella misma.
Esta pregunta me deja más descolocado que la anterior, ya que la respuesta para un comunista es obvia: NO. Solamente un proceso de cambios estructurales que provoquen un giro en las actuales relaciones internacionales, supondrá poder establecer el mecanismo de intercambio económico basado en el binomio solidaridad / necesidad de productos. Para ello, la izquierda debería reforzar la lucha contra los estamentos internacionales y antidemocráticos, como el FMI, el Banco Mundial, que actuando de una forma imperialista fuerzan a los Estados a cerrar acuerdos que como el GATT, ponen de rodillas a todos los países de la periferia con unos intercambios económicos totalmente beneficiosos para las multinacionales occidentales, y unas condiciones humillantes para el resto del planeta, así como una total indefensión para la clase trabajadora del centro capitalista.
Depende de cómo respondamos a la pregunta, esto es, sí desde un punto de vista histórico o estratégico. Si lo hiciéramos desde la primera premisa, yo defiendo que la política planteada por Stalin a finales de los años veinte del pasado siglo, una vez se confirmaba el fracaso inicial de la revolución en occidente, era la única plausible si se quería que la URSS tuviera algún el futuro. Lo cual no quiere decir, que se justifique el establecimiento de un régimen de terror en la URSS contra todos / as aquellos / as que defendieran la propuesta legítima (y más teórica que práctica) de la revolución permanente.
Ahora bien, como estrategia la revolución permanente y en todos los países es la única opción de victoria posible frente a una capitalismo que siempre ha extendido sus tentáculos en todo el mundo. Frente una globalización capitalista hegemónica, la izquierda alternativa debe desarrollar una política lo más internacionalista posible que arrincone cualquier tentación nacionalista, que aislando las luchas, las acabe dividiendo y provocando su derrota. Por nacionalismo entiendo políticas de división de ciudadanos / as por su origen nacional, que despiste de la lucha contra la burguesía, obviamente no es nacionalismo la lucha antiimperialista de los pueblos.
La globalización capitalista responde al objetivo del capitalismo por recuperar su posición absolutamente hegemónica, no solo en el campo ideológico (que ya tenía), sino en poner punto final a todas las conquistas sociales conseguidas por el movimiento obrero desde sus inicios, pero muy particularmente contra aquellas desarrolladas desde la victoria antifascista de la II Guerra Mundial. Consiguiendo establecer como principios inamovibles la desregulación laboral, la privatización de los sectores estratégicos de la economía así como de los servicios públicos, y el recorte del gasto público a través del déficit cero, el neoliberalismo se convierte en la nueva religión mundial. Esto ha provocado el establecimiento de una política económica basada en menos Estado, una fiscalidad planteada a favor de las rentas del capital en detrimento de las del trabajo, así como el saqueo ecológico del planeta. Planteamientos todos ellos, liderados por la derecha, aceptada como inevitable por la izquierda de las clases medias (instalada entre la ceguera política y la insolidaridad), y lo más grave, con algunos apoyos en la izquierda alternativa sobretodo aquella autodenominada izquierda verde (histórico silencio de IC-Verds-EuiA sobre los despidos en SEAT).
Por desgracia varios, pero sobretodo el paro de larga duración, el recorte del poder adquisitivo de las pensiones, la falta de una asistencia pública (totalmente gratuita) a personas dependientes, y el retroceso de una oferta educativa pública con más peso y financiación que la privada (y por privada entiendo también esa gran victoria de la izquierda de la middle class, en alianza con la burguesía que son los conciertos defendida por esa izquierda alternativa como IC-Verds y parte de IU).
La situación del movimiento obrero es complicada a la vez que esperanzadora. Es necesario que el movimiento obrero europeo plantee una estrategia de lucha a nivel del UE, que se oponga con firmeza a las diferentes directivas desreguladoras y privatizadoras que populares, verdes y parte de socialistas defienden en el PE. Esto pasa por recomponer la unidad entre la izquierda política y la sindical, que camine hacia la gran huelga general de la UE. Por lo que hace al movimiento sindical, lo mejor para comparar líneas sindicales es comparar los avances y los retrocesos de los trabajadores, y esto degraciadamente acaba de forma rápida: España se ha situado a la cabeza con la Gran Bretaña en retrocesos sindicales y empeoramiento de las condiciones laborales de todo tipo; mientras, el movimiento sindical francés ha conseguido parar los golpes más agresivos de la patronal y la derecha política, incluso en Italia, el movimiento sindical ha sido el protagonista social en la caída de Berlusconi.
La misma que en cualquier parte. Aquella que se base en la fusión de las revindicaciones del movimiento obrero con las inquietudes frente la crisis ecológica, pero teniendo en cuenta que esa alianza rojiverde solo puede partir del cuestionamiento del capitalismo. Unas alianzas que basen su discurso en los problemas materiales inmediatos de los trabajadores / as y no en las inquietudes ideológicas de la izquierda de la middle class.
A través del debate democrático en los órganos de dirección correspondiente y el consiguiente cumplimiento de aquello aprobado. Esto debe de ser obligatorio para evitar huidas hacia delante en nombre de una falsa independencia personal. Por otro lado la ética de la izquierda debe de basarse en el discurso de la austeridad, entendida esta como planteaba Enrico Berlinguer, es decir huir de cualquier ostentación económica derivada del cargo político, vivir como aquellos / as a los que se defiende, no tanto a nivel salarial sino a no perder nunca el contacto con “los de abajo” a través de coger el transporte público, vivir en el mismo sitio en el se estaba antes de salir elegido cargo público, etc. Volver a los ejemplos que nos han legado personas como Robespierre, Saint-Just, Graco Babaeuf, Rosa Luxemburg, Salvador Allende, Dolores Ibárruri, Enrico Berlinguer, Marcelino Camacho, León Trotsky, Olof Palme, Tierno Galván, Simón Sánchez Montero, y afortunadamente un largo etcétera.
El feminismo es una de las principales influencias en la lucha por la emancipación de la humanidad. Es más, sin la lucha feminista no podría hablarse de avanzar hacia una sociedad realmente igualitaria en la perspectiva del socialismo. Ahora bien, no todo discurso que hable de la igualdad entre hombres y mujeres deriva necesariamente en socialismo, así que es imprescindible que el feminismo de nuestro proyecto revolucionario tenga en cuenta lo expresado por la comunista afroamericana Angela Davis: “la fuerza de los movimientos políticos y sociales reside de modo decisivo en su capacidad para llevar a cabo un proyecto de emancipación colectiva exquisitamente atento a las condiciones materiales de reproducción de las relaciones de poder y de explotación entretejidas en torno a la raza, el género y la clase.
La integro en la respuesta anterior.
Estoy afiliado al PCE porque soy comunista, y aunque se puede ser sin estar en el Partido, modestamente creo sin estar organizado en un partido comunista es difícil luchar para conseguir el socialismo y el comunismo.
El nivel de militancia es el mayor que se puede tener, al estar en los máximos órganos de dirección del PCE federal, autonómico y local, sin contar con el trabajo en IU.
La periodicidad es diaria.
Después de veinte años de militancia es difícil, pero yo destacaría la huelga indefinida del movimiento estudiantil de enseñanzas medias contra la selectividad y los recortes financieros del año 1987; la huelga general del 14-D de 1988; la movilización contra la primera guerra del golfo de 1991. Guardo especial recuerdo en la preparación, como Joves d’Esquerra Unida, de la huelga general del 27 de enero de 1994 contra temporalidad en el empleo, que a pesar de ser el canto del cisne de las CC.OO que habíamos conocido, demostró que el poder de convocatoria sindical estaba intacto y que se podía haber hecho mucho más por defender a los trabajadores / as en este país.
Mis fuentes de información son variadas, pero todas en el campo alternativo: El Viejo Topo, Mundo Obrero, Mientras Tanto, Le Monde Diplomatique, Nuestra Bandera, Liberazione. Desgraciadamente también debo de leer la prensa capitalista que es la única diaría, básicamente El País.
Sobretodo hacerla más racional, limitando el número de reuniones, la gran mayoría de ellas prescindibles y que a la vez nos limita en nuestra acción política exterior
La actividad institucional y la política están totalmente ligadas, sobretodo para aquellos / as que están en una institución porque forman parte de una organización política. Por tanto, la actividad política partidaria de una cargo público es constante, y más si tenemos en cuenta que normalmente se compatibilizan las dos actividades, así que en principio no debe de haber ningún problema. El protagonismo del PCE y sus militantes en las próximas elecciones debe de ser el máximo compromiso con IU, tanto en su campaña, sus listas, desarrollando así una política unitaria en la construcción de un proyecto unitario de izquierda. Si todo el PCE hace esto nuestro protagonismo será derivado del trabajo. Por último, sin democracia participativa no es posible construir un proyecto político seriamente alternativo, en el que las suspicacias queden abandonadas por la realidad del debate.
Volviendo a la función que tenían las antiguas agrupaciones comunistas, Casas del Pueblo socialistas y los Ateneos Libertarios, esto es de difusión y debate político, así como de dar la necesaria formación cultural de todo tipo para todos / as aquellos / as que la necesiten.
Intocable: todo el poder a las bases
Sustituible: la independencia de los cargos públicos de sus direcciones políticas.
Prescindible: la lucha por el poder interno no basado en el debate político, sino en la difamación personal.
Cambiable: la participación en el Partido de la Izquierda Europea., dando mayor juego a las bases de las federaciones.
València 20 de junio de 2006