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8 de marzo, Día Internacional de La Mujer Trabajadora

Este 8 de marzo, en el año del centenario de la Revolución rusa, de octubre del 1917, recordamos que el éxito de la revolución socialista fue gracias al protagonismo de la mayoría oprimida. Fue también una revolución para las mujeres rusas y del mundo entero.

Desde el primer momento se aplicaron medidas para resolver los problemas de desigualdad en el plano legal, liquidando las leyes más retrógradas, por primera vez, un país tomaba medidas concretas para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres. Se abolieron todas las leyes que ponían a la mujer en una situación de desigualdad en relación al hombre. Se decretó el derecho al divorcio, el derecho al aborto legal y gratuito en los hospitales del Estado. La prostitución y su uso fueron descritos como “un crimen contra los vínculos de camaradería y solidaridad”. El Gobierno Soviético trató de atacar las causas de la prostitución, mejorando las condiciones de vida y trabajo de las mujeres.

Tres elementos relevantes del inicio de la revolución del 1917, siguen hoy siendo necesarios: el empoderamiento, la igualdad en derechos sociales y laborales, y la abolición de la prostitución. Cien años después, la crisis económica actual y las políticas de austeridad neoliberales han agravado la situación para el conjunto de la clase trabajadora, en Europa y en España. Pero no son iguales para todas las personas, las mujeres somos las principales perjudicadas por el sistema y también las más afectadas por la crisis, porque las mujeres partimos desde una posición desequilibrada y desigual respecto a los hombres. Las mujeres, en este sistema capitalista y patriarcal sufrimos una espiral de violencias machistas, desde los micromachismos al asesinato. Todas, consecuencia de la situación de sumisión y dependencia a la que nos relega el sistema, ya sea económica, social y/o cultural. La falta de trabajo digno para las mujeres, la feminización de la pobreza, el retroceso de derechos y libertades, la mercantilización del cuerpo de las mujeres a través de la prostitución y de los úteros de alquiler. La falta de educación no sexista en todos los ámbitos de la vida. Nada es casual.

En realidad, el PP y quienes apoyan a este gobierno corrupto no tienen ningún interés en mejorar la vida del 51% de la ciudadanía que somos las mujeres. Se llenan la boca de grandes pactos, de grandes palabras y buenas voluntades que no van acompañadas de políticas y medidas contundentes, para acabar con la desigualdad desde la raíz.

La prueba está en que hoy a pesar de que somos más las mujeres que nos incorporamos al trabajo productivo continuamos cargando con el trabajo reproductivo, con las dobles jornadas. Aun así, las mujeres seguimos superando el Rankin de desempleo en España, con menores prestaciones y durante menos tiempo, debido a nuestra inferior situación laboral. Ocupamos el 72% de los contratos a tiempo parcial y la mayor temporalidad también es femenina. La brecha salarial sigue en aumento y las mujeres representamos el 63,79% de la franja de salarios más bajos. La conciliación de la vida familiar y laboral sigue siendo un sueño, la mayoría de excedencias y permisos concedidos para el cuidado de las personas dependientes son mayoritariamente para mujeres. Pero las desigualdades no acaban aquí, lo que hoy sufrimos las mujeres también tiene consecuencias futuras. Las mujeres percibimos una pensión de jubilación inferior a los hombres y en cuantías inferiores, por lo que el riesgo de ser excluidas socialmente durante la jubilación es mayor.

Este sistema nos aboca a las que somos más pobres y más vulnerables a la mercantilización de nuestros cuerpos, con la regulación de la prostitución y de los úteros de alquiler. Nos queremos libres, sin que nos acosen, nos maltraten, nos mercantilicen o nos asesinen.

Nos queremos con una vida digna y con trabajo digno. ¡Es hora de que nos revelemos y luchemos por nuestros derechos! Todas nos sumamos al paro internacional de mujeres. Vivas nos queremos.

El 8 M, revélate y lucha, CUELGA EL DELANTAL en tu balcón o ventana…en casa no nos van a encontrar

¡Ocupemos las calles, por nuestros derechos!