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Informe Político PCE Aragón - 22 de marzo de 2015

Informe Político aprobado por unanimidad en la última reunión del Comité Central del PCE en Aragón, que tuvo lugar el pasado domingo 22 de marzo de 2015 en Zaragoza. 

 

Estos últimos meses de legislatura ponen aún más en evidencia el verdadero carácter antisocial del Gobierno de Luisa Fernanda Rudi. En julio de 2011, en el debate de investidura, la Presidenta anunció cinco palancas con las que se iba a modernizar la región y prometió un Aragón más moderno, austero y que creara empleo. Pero lo cierto es que las palancas de Rudi han servido para el desmantelamiento de los servicios públicos, el endeudamiento de Aragón y la precarización del nivel de vida de la población aragonesa hasta niveles de exclusión propios de otras épocas y lugares.

Hace pocos días conocíamos dos noticias que son un buen ejemplo de cuál es la situación del Aragón real: por un lado, en un colegio de Zaragoza el profesorado había detectado más de 30 niños y niñas que sufrían malnutrición; y por otro, el suicidio se había convertido en la primera causa de muerte entre aragoneses y aragonesas de 25 a 45 años. Pobreza, exclusión social y desesperación: ¿era éste el Aragón moderno que prometía Rudi?

La austeridad solo se ha aplicado en el recorte de servicios públicos porque el gasto público destinado a engordar beneficios del capital ha sido una constante mediante beneficios fiscales, privatizaciones y externalizaciones, pero sobre todo mediante la deuda financiera. La deuda se ha duplicado en esta legislatura y Aragón paga un 20% de su presupuesto a los bancos -1.000 millones al año-, mientras existe desnutrición infantil. La deuda pública es la forma legal de socializar las pérdidas y privatizar las ganancias, es el mayor trasvase de dinero público a las entidades financieras. Una losa que impide cualquier política alternativa que permitiese una salida social de la crisis y condena a la espiral viciada del binomio recorte-deuda.

En cuanto a la creación de empleo, la tercera promesa de Rudi en su investidura, el Consejero de Economía y Empleo Francisco Bono, presentó al inicio de legislatura, en el año 2012, la Estrategia Aragonesa de Competitividad y Crecimiento y a mitad de legislatura el “Plan Impulso”, con el supuesto objetivo de la reactivación económica y la creación de empleo. Ambos han supuesto un fracaso estrepitoso. Lo dicen los datos del INAEM, que confirman que no se frena el desempleo y en Aragón tenemos 120.000 personas desempleadas. Un empleo precario y temporal, ya que las ETTs firman el 20% de los contratos, y en el caso de las mujeres aragonesas, tan solo el 8% de los nuevos contratos son indefinidos y soportan una diferencia salarial del 25%. A lo que hay que añadir que en ambos sexos los sueldos se han reducido casi un 5% durante estos años de crisis, casi el doble que la media española.

Pese a que la salida regresiva a la crisis ha continuado, la movilización social ha tocado suelo. Hace justo un año se celebraron las Marchas de la Dignidad y desde entonces las luchas sociales están bajo mínimos. Las Marchas de este año parecen ser el último estertor de un ciclo de movilización contra las consecuencias de esta crisis iniciado con la Huelga General de 2010, al que le continuaron otras tres huelgas generales, el 15M y todo su sucesivo recorrido en mareas y distintas plataformas.

Pero un año es demasiado tiempo, y este reflujo en la movilización debemos considerarlo como una realidad estructural. Realidad que deberemos analizar, para después adecuar nuestra estrategia, actividad y estructura como Partido a la misma. Lo primero que debemos asumir es que es una realidad que choca frontalmente con nuestra estrategia, que es precisamente mantener un ciclo de movilización contra los recortes y consecuencias de la crisis, que empodere a la gente, y permita acumular fuerzas y elevar la conciencia.

Cómo elevar el ciclo de movilización nuevamente es el gran reto que tenemos por delante como Partido, pero lo cierto es que aunque la movilización haya descendido, los ritmos de reunión y las convocatorias se acumulan. Debemos hacer una reflexión sobre la optimización de nuestros recursos. Un año hace ya de nuestro XI Congreso, y es tiempo suficiente para hacer una valoración y pasado el horizonte de mayo, cambiar lo que deba ser cambiado.

Demos reconocer en esa valoración que pese al reflujo de la movilización hay temas concretos que están consiguiendo mantener una tensión social sostenida como es el caso del hospital de Alcañiz, donde hace dos semanas se logró una de las mayores movilizaciones del Bajo Aragón en tiempos. O la lucha de la RSP y la PAH, donde debemos reconocer el gran trabajo que están haciendo los camaradas de la Agrupación de Huesca Oriental.

Aunque la movilización haya descendido, la dureza de la represión continúa. Se acumulan los casos de multas y detenciones, que cada vez son más desorbitadas, y los montajes policiales más que evidentes. Casos como el de Isma y Dani en Barcelona o el de Javier Payá y Raquel Tenías, aragoneses detenidos en las Marchas del 22M, son evidentes y burdos montajes policiales acompañados de tratos inhumanos durante sus detenciones en comisaría. Desde el Partido Comunista de España en Aragón condenamos una vez más la estrategia represiva del Gobierno y exigimos la absolución de de todas las personas detenidas y acusadas injustamente en todo el ciclo de movilización de esta crisis económica.

Estos últimos meses de legislatura son tiempos de concreción de los procesos de confluencia. La valoración del trabajo hasta el día de hoy debe ser positiva en la práctica totalidad de los procesos de confluencia locales, tanto en lo relativo a programa como a composición de las candidaturas.

Es necesaria una felicitación al conjunto de la organización. Nos ha faltado mayor previsión, tensión y coordinación en los días iniciales, pero en la fase final de estos procesos la organización ha respondido, e incluso algunos procesos han servido para dar un impulso a las agrupaciones como el caso de Teruel capital.

Por otro lado, el proceso autonómico se encuentra en serias dificultades y no se ha avanzado lo suficiente para las fechas en las que nos encontramos. La voluntad de IU ha sido clara por la confluencia en todo momento, pero es evidente que otros actores han priorizado cuestiones internas de sus respectivas formaciones políticas a los procesos de unidad popular.

El gran inconveniente de estos espacios de confluencia y los posibles grupos municipales que surjan, es precisamente el vacío de la movilización social, algo que les hará tender hacia la gestión institucional frente a opciones más rupturistas. Por ello es fundamental nuestra labor allí, que aportemos nuestra visión transformadora en cuanto a la propuesta, y la táctica de la movilización-institución.

En aquellos lugares donde finalmente queden consolidados estos procesos de confluencia deberemos abordar coordinadamente a nivel federal el debate de cuál es el papel de Izquierda Unida. Estos espacios de confluencia están generando estructuras territoriales y sectoriales similares a las de IU o el PCE, y el mantenimiento de tres estructuras puede ser agotador en nuestro caso. Pero a la par que estos debates de fondo, la campaña electoral ya ha comenzado, y es una campaña compleja porque nos presentaremos con distintas marcas a los procesos municipales y autonómicos, marcas ilusionantes pero desconocidas, y deberemos redoblar esfuerzos para comunicarlo acertadamente a nuestra base electoral.

En cuanto a la lucha en el movimiento obrero nos encontramos inmersos en plenas elecciones sindicales, y aquí nuestro objetivo es claro: recoger los frutos de nuestros años de trabajo sindical logrando el mayor número de camaradas elegidos y elegidas como delegados/as sindicales, para desde esa posición continuar con nuestro trabajo por un modelo sindical. Para coordinar todo esto es fundamental continuar con nuestro trabajo iniciado con la primera Asamblea de sindicalistas del PCE Aragón. 

 

Zaragoza, 22 de marzo de 2015