Piqué aclara que
el Gobierno está dispuesto a dialogar «directamente»
con ETA. Aznar había dicho horas antes que está a la
espera de una respuesta del "entorno del MLNV"
EL PAÍS, Madrid
El portavoz del Gobierno, Josep Piqué, aclaró ayer que la
voluntad del
Ejecutivo es mantener contactos "directos" con ETA. "Si se trata de
contrastar la voluntad de diálogo de ETA, habrá que hacerlo
directamente
con la organización armada". Pocas horas antes, en una rueda de
prensa
en La Moncloa con Yasir Arafat, el presidente José María
Aznar había
manifestado que está a la espera de una respuesta de ETA o su entorno
a
su iniciativa para abrir el diálogo por la paz. Aznar manifestó
que
desconocía cuándo llegaría esa respuesta. No obstante,
ya ha elegido a
sus interlocutores. Entre ellos figuran el secretario general de la
Presidencia, Javier Zarzalejos, y el secretario de Estado de Seguridad,
Ricardo Martí Fluxà.
El portavoz del Gobierno, Josep Piqué, sorprendió anoche
al asegurar que la
intención del Ejecutivo, tras anunciar su intención de establecer
contactos con el
entorno del Movimiento de Liberación Nacional Vasco, es acreditar
"directamente con la
organización armada" si realmente la voluntad de ETA es llegar a
la paz definitiva.
Piqué respondía de este modo
a las declaraciones realizadas por la mañana por el líder
de Euskal Herritarrok,
Arnaldo Otegi. Tras el anuncio hecho el martes por La Moncloa, desde donde
se
señalaba a Otegi como posible interlocutor del Gobierno, el líder
de EH se
apresuró a advertir de que él no se considera el "entorno"
de nadie, por lo que si
el Gobierno busca la interlocución con ETA, "debe dirigirse directamente
a ellos".
El comunicado que el martes hizo público el Ejecutivo, en el que
Aznar anunciaba
su pretensión de abrir el diálogo por la paz, se refería
al llamado "entorno del
MLNV" y no a ETA. El deseo inicial del Gabinete del PP era materializar
los
contactos exploratorios con los dirigentes de EH, ya que fueron ellos quienes
participaron en las conversaciones con el PNV que llevaron a la tregua
indefinida
de ETA. El líder de EH, Arnaldo Otegi; el abogado Iñigo Iruin,
y el secretario
general de LAB, Rafael Díez Usabiaga, eran los dirigentes en quienes,
al menos
inicialmente, pensaba el Gobierno.
La negativa de Otegi originó una apresurada respuesta, conciliadora,
del portavoz
del Gobierno, quien al señalar su disposición a hablar "directamente"
con ETA
liberaba al líder de EH de esta responsabilidad. No obstante, Piqué
matizó: "Me
parece muy bien que EH no se considere entorno de nada, pero si no son
entorno
de nada, estaría muy bien que empezaran por condenar las acciones
violentas y
aceptar la vía política".
Antes, José María Aznar manifestaba en La Moncloa, en el
curso de una rueda
de prensa con Yasir Arafat, presidente de la Autoridad Palestina, que con
su
anuncio público de mantener contactos con el "entorno del MLNV"
pretendía
enviar un mensaje "muy claro, muy comprensible, que no admita ninguna duda
y
en el que no haya ningún intérprete ni intermediario y que,
por tanto, llegue con
toda claridad" a ese entorno.
Aznar dijo que permanece a la espera de una respuesta del "entorno del
MLNV"
-Piqué iría luego más lejos al señalar expresamente
a la "organización armada"
como interlocutora directa del Ejecutivo-. "El Gobierno aguarda", dijo
el
presidente. No obstante, el Ejecutivo ya tiene nombrados algunos de sus
interlocutores para cuando se produzcan esos contactos. En fuentes
gubernamentales se dan por seguros dos nombres, el del secretario general
de la
Presidencia, Javier Zarazalejos, y el del secretario de Estado de Seguridad,
Ricardo Martí Fluxà.
Aznar confirmó que su iniciativa de diálogo es una respuesta
a la declaración de
tregua indefinida de ETA. "Ha habido unas elecciones, unos pronunciamientos,
por lo que ha llegado un momento en el que nos ha parecido que debíamos
responder con una iniciativa". Recordó, en este sentido, que ya
había anunciado
su disposición a dar los pasos necesarios para conseguir la paz
en Euskadi.
El presidente señaló que las reglas que van a marcar este
proceso van a venir
señaladas por "la transparencia, el consenso y la coherencia". Respecto
a la
primera, destacó que ha querido que los ciudadanos supieran que
el Gobierno, y
él personalmente, ha autorizado estos contactos porque "yo no voy
a caer ni en la
política de atajos ni en el doble lenguaje, porque ahí tenemos
hechos
suficientemente acreditados". Respecto al principio de consenso, señaló
que "si se
llega al final de la violencia, será por todos y para todos".
Al PSOE le respondió que "en este asunto existen responsabilidades
intransferibles y responsabilidades compartidas". "Hay que saber distinguirlas.
La
del martes era una de las intransferibles, porque alguien tenía
que comenzar y dar
la señal". Por último, señaló que el tercer
principio que guía su iniciativa es la
"coherencia", ya que la sociedad deseaba "fervientemente" que el Gobierno
diese
este paso y que lo hiciera amparado en la razón "de los hechos y
las urnas".
Cambio de lenguaje
La voluntad anunciada el martes por el presidente del Gobierno, José
María
Aznar, de iniciar los contactos entre el Ejecutivo y ETA ha conllevado
un cambio
del lenguaje por parte de los representantes gubernamentales. Aznar abandonó
-durante la rueda de prensa celebrada ayer en La Moncloa, en la que explicó
su
decisión de anunciar contactos con ETA- los calificativos de "banda
terrorista", de
"entorno de la banda terrorista" o de "brazo político de la banda
terrorista". Sus
referencias a Euskal Herritarrok (EH) o al entorno de ETA fueron sustituidas
por
un cuidadoso "entorno del Movimiento de Liberación Nacional Vasco
(MLNV)",
insólito hasta ahora en boca del presidente.
Siguió su ejemplo el portavoz del Gobierno. Ayer por la tarde, durante
la Cumbre
de Seguridad y Salud Laboral, Piqué también realizó
unas declaraciones
referentes al incipiente proceso de paz. Sus referencias a ETA, tratada
históricamente y hasta ahora por el Ejecutivo como "organización
terrorista" o
"banda armada", fueron sustituidas por la aséptica fórmula
de "organización
armada" que utilizaban habitualmente el diario Egin o la prensa nacionalista
en
general.
El cambio de lenguaje ha sido especialmente significativo, sobre todo,
tras la dura
campaña de las elecciones vascas en la que los partidos no nacionalistas,
como el
PP, utilizaron invectivas de grueso calibre al referirse a ETA y a Euskal
Herritarrok (EH).
También el líder de la plataforma que integra a HB, Arnaldo
Otegi, modificó de
manera apreciable el lenguaje habitual de la izquierda abertzale a lo largo
de la
campaña electoral. En una intervención en un debate en la
cadena SER, Otegi
aseguró que su reivindicación de independencia para Euskadi
pasaba porque ese
fuera el deseo de una amplia mayoría de los vascos -"no de un 49%
frente a un
51%", ejemplificó- porque lo contrario sólo llevaría
a una "fractura social".