El proceso de paz arranca un mes y medio después de la tregua. Interior tiene planes para los presos.
(La Vanguardia 5-11-98)
ETA teme la impaciencia de sus reclusos ante las expectativas creadas sobre
su
excarcelación
FLORENCIO DOMÍNGUEZ Bilbao E l Ministerio del Interior, por medio
de los
responsables de Instituciones Penitenciarias, ha elaborado diversos estudios
en los
que se detalla la aplicación práctica de una nueva política
con los presos
pertenecientes a ETA. Mediante estos trabajos, el Ministerio del Interior
quiere tener
preparados todos los dispositivos necesarios para el momento en que José
María
Aznar dé la orden de modificar la política sin concesiones
que se ha aplicado en los
últimos años a los más de quinientos miembros de la
organización terrorista
encarcelados en toda la geografía española.
Los estudios de Interior contemplan diversos supuestos aplicables de forma
modulada, en función de las directrices políticas que se
establezcan. Se incluye
también un estudio de las diferentes situaciones en que se encuentran
los grupos de
presos y las posibilidad de mejorar esa situación, en la medida
en que se mantenga
la inactividad etarra y se consolide la tregua.
La política penitenciaria constituye en el esquema del Gobierno
la principal baza que
se esgrime ante la organización terrorista. Pese al rechazo formal
y reiterado por
parte de HB, la idea de "paz por presos" constituye la filosofía
fundamental de la
línea de actuación marcada por el Ejecutivo de José
María Aznar, en línea con las
previsiones del pacto de Ajuria Enea que sólo contemplan una negociación
directa
con ETA sobre la situación personal de los activistas que abandonen
definitivamente
las armas.
Medidas
A cercamiento y reclasificaciones de presos, que en algunos casos podrían
permitir acceder al tercer grado y obtener permisos de salida a decenas
de reclusos
etarras, son las medidas que el Ejecutivo tiene al alcance de la mano para
mejorar
la situación de los reclusos. Aunque algunos medios sostienen que
una de las
primeras medidas de buena voluntad podría ser el traslado a la Península
de los
reclusos que están en cárceles insulares o en Ceuta y Melilla,
otras fuentes indican
que esta medida no se encuentra entre las prioridades del Ejecutivo. Fuentes
de la
lucha antiterrorista consideran que, en este momento, en el seno de ETA
todavía no
está asumido un escenario en el que se contemple el abandono definitivo
de las
armas a cambio de solucionar la situación de los activistas presos
y de los huidos.
Estos mismos medios creen que hace falta tiempo y debates en el seno de
ETA
para que se acabe asumiendo un escenario de este tipo, en el que están
excluidas
las contraprestaciones políticas.
Los más radicales apoyan la tregua
P or parte del colectivo de presos de ETA se ha apoyado de forma mayoritaria
la
actual iniciativa de tregua indefinida. Algunos de los activistas más
radicales, como
el francés Henri Parot o el ex jefe del aparato político
de ETA José Antonio
Urrutikoetxea Bengoetxea, "Josu Ternera", se han pronunciado públicamente
en
favor de la nueva estrategia emprendida por la actual dirección
etarra.
El ambiente generado por la tregua y las diferentes manifestaciones públicas
sobre
posibles cambios en la política penitenciaria han colocado a los
reclusos, y sobre
todo a sus familias, en la expectativa de que comiencen a notarse estos
cambios en
breve. Incluso, en sectores de familiares de presos se ha extendido la
esperanza de
que en poco menos de dos años todos los reclusos puedan estar en
libertad. Para
evitar que unas expectativas desproporcionadas puedan conducir, si no se
ven
satisfechas en breve, al desánimo generalizado de los presos, desde
fuera de las
cárceles se ha comenzado a transmitir consignas para que mantengan
la cabeza
fría, según han detectado los servicios de información.
En este sentido, recuerdan que una situación de este tipo se produjo
en 1992, año
en el que ETA había puesto grandes esperanzas de obtener una negociación
bajo la
amenaza de atacar durante la celebración de los Juegos Olímpicos
de Barcelona y
la Expo de Sevilla. Los reclusos esperaban obtener ese año la libertad
y, por ello,
cuando se produjo la captura de la dirección etarra al completo,
se extendió entre
ellos un desánimo generalizado bautizado en sus documentos internos
como
"síndrome de Bidart".
En este momento, algunos presos parecen haber optado por un desmarque
individual del colectivo de reclusos etarras, aunque de forma discreta.
Es el caso,
por ejemplo, de Juan Luis Zabaleta Elósegui, "Baldo", hermano del
dirigente de ETA
del mismo apodo, que se encuentra actualmente internado en la cárcel
donostiarra
de Martutene. Juan Luis Zabaleta se habría desvinculado del colectivo
de presos de
ETA y por ello su fotografía fue retirada el pasado 28 de octubre
de la Herriko
Taberna de Hernani (Guipúzcoa), donde figuran los retratos de todos
los presos de la
localidad.
La retirada de la fotografía, que supone una marginación
simbólica de Zabaleta, ha
causado malestar en medios radicales de Hernani, incluso entre personas
que no
comprenden el "cansancio" del recluso. Fuentes penitenciarias señalan
que
Zabaleta, que mantiene un comportamiento penitenciario correcto, se había
desmarcado discretamente de las consignas generales impartidas por ETA
a sus
presos, aunque sin significarse públicamente por ello.