El Gobierno trasladará a cárceles vascas antes del viernes a los presos etarras enfermos
(El Pais, 14-10-98)
 
LUIS R. AIZPEOLEA, Madrid
El anunciado traslado a cárceles del País Vasco de presos etarras enfermos es inminente. El jefe del Gobierno, José María Aznar, quiere formalizar con un este gesto su respaldo al proceso de paz.
Según fuentes del Gobierno, la orden de traslado se dará entre hoy y mañana, antes de que el jefe del Ejecutivo viaje este viernes para participar en un mitin en Vitoria, en su tercera visita al País Vasco en menos de un mes. La decisión del Ejecutivo se enmarca en un intento de adaptarse al nuevo escenario político en el que, como primera medida, se han restablecido los canales de diálogo con el PNV.

La decisión de formalizar el traslado cuanto antes se debe a que el Gobierno no quiere que este gesto político se solape con el mitin de Aznar en Vitoria el viernes y pueda tapar su contenido. El Ministerio del Interior, que
dirige Jaime Mayor Oreja, tiene cerrada una lista de cinco o seis presos que serán trasladados. Entre            ellos están, previsiblemente, Pedro Guridi, Francisco Javier Etxeberría, Mikel Vázquez de Lugo y Fernando Díez.

El traslado de presos etarras a Euskadi, interrumpido en abril pasado, ha sido un gesto político de distensión demandado reiteradamente al Gobierno por todos los partidos políticos desde que ETA anunciase el alto el fuego y todos los líderes que participaron con Aznar en la ronda de contactos se lo solicitaran. De hecho, ayer
mismo en la reunión de la permanente de la Ejecutiva Federal, los socialistas insistieron en separar "lo político de lo penitenciario" y reiteraron su intención de pedir al Gobierno que antes de las elecciones vascas acercase a los presos de ETA a las cárceles vascas, informa Anabel Díez.

La Moncloa está adaptando su discurso al nuevo escenario tras la tregua de ETA y las elecciones vascas del 25 de octubre. Para ello ha mejorado, en primer lugar, sus canales informativos con sus socios nacionalistas. En el encuentro que Aznar mantuvo con Xabier Arzalluz hace quince días se restablecieron las relaciones       rotas desde mayo y crearon nuevos canales de diálogo entre sus entornos más próximos.

Aznar dispone ahora de puntual información sobre lo que se mueve en el ámbito nacionalista y el entorno de ETA, pese al estruendo de la campaña. Esto se traduce, incluso, en un cierto acuerdo de juego limpio entre
Aznar y Arzalluz. Éste, en sus intervenciones, reconoce el "esfuerzo por la paz" del jefe del Gobierno y Aznar ha evitado, en sus dos discursos en Euskadi, cualquier ataque directo a Arzalluz y al PNV.

En este nuevo escenario, el gesto simbólico del acercamiento de los presos enfermos o el compromiso adelantado por el portavoz del Gobierno, Josep Piqué, de aceptar a HB en una mesa de partidos si renuncia a defender el uso de la violencia, son percibidos desde el PNV como "movimientos lentos", pero              claramente dirigidos hacia la flexibilidad y respaldo al proceso de paz", así como un guiño positivo a la oferta que el candidato por el PNV, Juan José Ibarretxe, lanzó la pasada semana, al anunciar que, si es investido
lehendakari, lo primero que hará es convocar a todos los partidos vascos, incluida HB, para restablecer        una mesa por la paz.

Los socios del Ejecutivo perciben en estos movimientos de Aznar cierta similitud con los que realizó el primer ministro británico, John Major, con el IRA y su brazo político, el Sinn Fein, antes de conseguir la paz de Stormont. Creen en el PNV que "el comportamiento de Aznar está guiado por razones de Estado, pero            también electorales, porque todo el que apueste por este proceso se beneficiará".

El Gobierno, por su parte, da pasos en función de la información de que dispone del País Vasco, y no le pasa desapercibido, por ejemplo, que este último fin de semana hayan cesado las algaradas callejeras, o que el
portavoz de la Mesa Nacional de HB, Arnaldo Otegi, repita en charlas privadas que el proceso de paz               es irreversible.