«La paz no
es sólo el silencio de las armas»
"Reunidos los presidentes de Andalucía, Castilla-La Mancha y
Extremadura, afirman su lealtad a la Constitución
Española y a los Estatutos
de Autonomía en elvigésimo
aniversario de la primera.
En nuestra opinión, la Constitución ha servido para hacer
de
España un país más
moderno y más justo, y un modelo de convivencia entre
los españoles sólo enturbiado
por el terrorismo de ETA. Con este marco hemos
progresado como personas y como pueblos.
Asimismo, hemos sido capaces de
combinar el desarrollo de territorios
como Andalucía, Castilla-La Mancha y
Extremadura, secularmente abandonados,
con la satisfacción de los legítimos
deseos de los diferentes pueblos de España
de conservar sus lenguas,
culturas, derechos y sus particulares
instituciones.
No estamos dispuestos a que nuestro silencio nos haga
cómplices de procesos que
marginen a nuestros territorios. Como presidentes
de tres comunidades autónomas vamos
a defender los intereses que
representamos, que no son diferentes de
los de España.
Con la inmensa mayoría de los españoles, y en representación
de nuestros pueblos, nos congratulamos
de la oferta de ETA, en forma de
"tregua indefinida" en sus actividades
criminales. Vemos la novedad del
carácter "indefinido" de la
tregua como un alivio y una esperanza, ante la
cual los demócratas debemos reaccionar
con serenidad, con firmeza y con
unidad, afirmando nuestra permanente voluntad
de una paz definitiva, de un
cese total e incondicional de una
violencia injustificable.
Apoyamos con firmeza al Gobierno de España para que dirija el
proceso que conduce a la paz. Pero con
la misma firmeza creemos que nada más
puede negociarse al respecto; que la paz
es una exigencia legítima de todos los
ciudadanos que no deben suponer contrapartidas
políticas. Por eso, no
aceptamos la idea de conceder ventaja
política alguna porque sería la peor
amenaza para la convivencia. Legitimar
la violencia en democracia nos
depararía un futuro incierto ante
nuevos brotes de actividad violenta. En
consecuencia, exigimos de los demócratas,
de derecha o de izquierda,
nacionalistas o no, respeto a las reglas
de juego que nos hemos dado,
incluso para cambiarlas en el caso de
que algunos deseen hacerlo.
La confusa declaración de separar las reivindicaciones
políticas de algunos partidos
nacionalistas de las conversaciones para el
cese definitivo de la violencia terrorista
debe convertirse en una firme
posición, propia de cualquier demócrata
que no puede aparecer ante la
opinión pública mezclando
sus aspiraciones con las de los que practican el
terror. La Constitución misma,
con su vocación incluyente y no excluyente,
admite todas las posiciones que se expresen
pacíficamente,comprendidas
aquellas que contradigan su contenido;
por eso nada explica la violencia
cuando las aspiraciones pueden expresarse
en paz.
Hoy, cuando se empezaba a superar el nacionalismo español de
carácter excluyente,
vemos con preocupación las posiciones nacionalistas
que cuestionan la cohesión garantizada
en la Constitución y niegan la
soberanía de los españoles
en su conjunto.
Como representantes autonómicos de más de diez millones de
españoles, defendemos la
cohesión social y la solidaridad territorial. La
paz no es sólo el silencio de las
armas; la paz es también la paz social, el
equilibrio entre sus territorios y la
garantía de igualdad de los derechos y
oportunidades en cuestiones básicas
(educación, bienestar social, etc.) para
mantener así la cohesión
entre los españoles, vivan donde vivan.
Dentro de la unidad política de España, en la que nuestra
Constitución reconoce los hechos
diferenciales, los sistemas particulares de
financiación y las diferentes vías
de acceso al autogobierno, no existe un
derecho natural, ni previo ni posterior
a la Constitución, que pueda ser
invocado para justificar privilegios entre
los territorios o desigualdad
entre los españoles. En este sentido,
todas las comunidades autónomas
tienen el derecho a los niveles de autogobierno
y competencias a que aspiren
dentro de lo que la Constitución
admite.
Estamos organizados políticamente como pueblos, y no sólo
tenemos derecho a pronunciarnos
como comunidades autónomas sobre la
estructura de Estado, de todo el Estado,
sino que tenemos el deber de
hacerlo. Para poder reflexionar en conjunto,
los presidentes de Andalucía,
Castilla-La Mancha y Extremadura pedimos
la convocatoria de la Comisión
General de las Comunidades Autónomas
del Senado y la comparecencia del
presidente del Gobierno de España
para debatir sobre estos importantes
asuntos".