Este documento nace del sincero deseo
de alcanzar la paz. Somos muchos los
que desde un compromiso activo con el
Estado de derecho abrigamos la
convicción de que los movimientos
ciudadanos que han tenido lugar desde
Julio del 97 no pretenden solamente condenar
la violencia potenciando
sistemas policiales como única
alternativa, tal y como interpreta
interesadamente la versión oficial
difundida por los medios de
comunicación. Desde nuestro punto
de vista el mensaje es más profundo: se
reclama con insistencia desde la calle
el deseo de vivir en paz, sin tener
que lamentar más víctimas.
Nos negamos a admitir que la honesta exposición
de esta valoración sea considerada
"dar alas a la violencia", cuando en
realidad supone la democrática
defensa de alternativas dialogadas para
lograr objetivos serenos y racionales.
En el Estado Español, tras veinte
años de democracia se sigue manteniendo
una situación de conflicto que
genera sufrimiento y dolor sin que hasta el
momento las estrategias empleadas hayan
contribuido al objetivo de
conseguir la paz. Dicho conflicto es predominantemente
político y procede
de atrás, sin que desde la
transición haya existido un consenso suficiente
que posibilitara una salida dialogada
a una resolución de derechos
colectivos.
Las soluciones estrictamente policiales
que han estado y están en vigor
como única vía de pacificación
desde hace más de 30 años y que se exaltan y
refuerzan hoy con empecinamiento, proporcionan
a los ciudadanos falsas
expectativas y ofrecen como resultado
un saldo negativo. El balance de la
situación es: atentados contra
vidas humanas, sufrimiento y dolor,
vulneración de derechos humanos,
recorte de libertades, espiral de odio,
deterioro de la convivencia y una
peligrosa división social.
Dejar en manos de ETA, esperando que abandone
las acciones violentas, el
comienzo del diálogo, supone retrasar
el inicio de un proceso de paz
demandado con insistencia. Pedimos a ETA
que cese en su actividad armada
para facilitar este proceso. Pero aunque
esto no ocurra, como ciudadanos
solicitamos a nuestro gobierno que asuma
sus responsabilidades y busque
soluciones que vayan más allá
de las estrictamente policiales, apostando,
con independencia de lo que hagan los
demás, por la vía del diálogo y la
negociación sin condiciones. Un
gesto significativo en ese camino sería el
cumplimiento de la ley acercando a los
presos a su lugar de origen. Así
mismo, nos parece positivo alentar el
nuevo proceso iniciado de mayor
participación política de
HB.
No queremos más años de sufrimiento,
ni más muertos, ni medios represivos,
ni vencedores y vencidos. Invitamos, en
uso de la razón y la palabra, a un
publico compromiso con el diálogo
y la negociación para la paz en Euskadi.
NOTA DE PRENSA
145 profesionales, intelectuales y artistas
han firmado el Manifiesto "Por
una salida dialogada al conflicto vasco",
en el que quieren expresar, por
encima de sus diferencias, su acuerdo
en la necesidad de "un público
compromiso con el diálogo y la
negociación por la paz en Euskadi".
Entre los firmantes se encuentran el presidente
de la Asociación Pro
Derechos Humanos de Madrid Juan Serraller,
el presidente de la Asociación
Catalana de Derechos Humanos August Gil
Matamala, la presidenta de la
Asociación Catalana de Mujeres
de Carreras Jurídicas María Luisa Fernández
Gálvez, el dibujante Máximo
San Juan, los magistrados Ramón Sáez, Manuela
Carmena, Margarita Robles, Antonio Gil
Merino, Luis Carlos Nieto, Silvia
Ventura y Joaquín Navarro, los
filósofos Antonio Escohotado, Francisco
Fernández Buey, José María
Ripalda, Javier Sádaba, Manuel Ballestero y
Montserrat Galcerán, los escritores
José Luis Sampedro, José Agustín
Goytisolo, Juan Madrid, Lolo Rico, Lourdes
Ortiz, Gonzalo Torrente Malvido,
Santiago Alba, Francisco Díez del
Corral, Andrés Sorel y Marta Sanz, los
directores de cine Javier Maqua y Manane
Rodríguez, los periodistas Carmen
Sarmiento, Javier Ortiz, Fernando López
Agudín, Javier Villán y Pascual
Serrano, los sociólogos Ignacio
Fernández de Castro, Alfonso Ortí, Carmen
de Elejabeitia, Fernando Alvarez Uría,
Andrés Bilbao, Tomás Rodríguez
Villasante y Julia Varela, los profesores
Gonzalo Abril, Esperanza Martínez
Conde, Carlos de Cabo, José María
Ordóñez, Albert Recio, Juan Trías,
Vicente Romano, Carlos Taibo y Jaime Pastor,
los abogados Francisca Cobos,
Montserrat Campillo, José Luis
Galán, Luis Ramos, Elvira Posada y Virginia
Díaz, los cantantes Quintín
Cabrera, José Antonio Labordeta, Julia León y
Guillermina Mota, y los ingenieros Ramón
Fernández Durán, Antonio Lucena y
Santiago Martín Barajas.
La adhesión a este Manifiesto sigue
abierta y los promotores del mismo
tienen la intención de hacerlo
llegar en las próximas semanas a los
representantes de las distintas instituciones
del Estado -Congreso, Senado
y Tribunal Constitucional- así
como a los diferentes grupos parlamentarios.