Entrevista con Txiki Benegas (Presidente del DEL PSE-EE)
(El Pais. 20-09-98)

«Por la paz hay precios que no se pueden pagar»

MARÍA ANTONIA IGLESIAS

Fue secretario general del PSE en los tiempos más duros para los socialistas
vascos, muñidor de la defenestración política de Ricardo García Damborenea y su
línea españolista, artífice del largo entendimiento con el PNV, hoy perdido.
Casi pudo tocar la otra paz que se frustró en el 93... Txiki Benegas es uno
de los dirigentes socialistas que, con Felipe González, apuestan por la
tregua de ETA.

La tregua de ETA les ha pillado a los socialistas vascos digamos que
con el paso cambiado, en guerra con el PNV... Parece como si hubieran perdido
ustedes la brújula en Euskadi, ¿no?

La brújula la ha perdido ETA, durante treinta años, y no nosotros. Y
no nos ha pillado con el paso cambiado. Hemos tenido información puntual y
veraz de todo el proceso, y no porque la hayamos pedido, sino porque, en la otra
parte, se sabe que es muy difícil que nada prospere, al menos, sin el partido
socialista.

Sigue creciendo la credibilidad de la tregua. Pero ¿por qué los socialistas,
Terreros y Almunia en concreto, mantienen una posición tan escéptica?
¿Cuál es la suya?

No sé si crece la credibilidad, pero sí es cierto que se ha despertado una
esperanza entre los ciudadanos que están hartos de violencia. Pero no busque
contradicciones entre nosotros. La verdad es que juntos hemos decidido lo que
tiene que decir el partido. En cuanto a mi propia posición, siempre he dicho que
tenía que cesar la violencia definitivamente para que la paz pudiera abrirse
camino.
Ahora el cese de la violencia no es definitivo, sino indefinido, lo que
quiere decir que se puede romper unilateralmente y de modo imprevisto. No
estoy en el
escepticismo, sino en la cautela, pero también creo que a pesar de las
limitaciones, lo que ha ocurrido es positivo. Yo mantengo una voluntad clara
y decidida de contribuir al logro de la paz, pero sabiendo que hay precios
que no se pueden pagar.

O sea, que cree que el Estado de derecho no es negociable, ¿no?

El Estado de derecho es reformable por los cauces que establece el propio
Estado de derecho. Si alguien cree que la Constitución es insuficiente, debe
plantear la reforma democráticamente, y no bajo la amenaza de la vuelta a las
armas. Si alguien cree que el Estatuto está obsoleto, que plantee su reforma por
los cauces previstos y que compruebe si tienen mayoría, o no, sus
planteamientos. Si se aceptaran plenamente las reglas del juego, se podría
discutir en qué situación quedan los presos de la organización armada. ETA
debería entender que ésta es la salida real y posible.

Perdone que insista, pero no está claro cuál será la actitud del PSE en esta
situación.

Pues sí que está bien claro, aunque no se lo parezca: nosotros consideramos
urgente, inaplazable e inexcusable que se convoque un pacto que todavía está
vigente, el de Ajuria Enea, para analizar la situación entre todos los
demócratas
firmantes del mismo. O que se diga que el mayor logro de la gestión de Ardanza,
como él dice, ha muerto. Pero que lo sepamos, sobre todo si lo dice el PNV, que
nos debe una explicación en el seno de la Mesa de Ajuria Enea. Eso que he oído
de que cuando un vasco firma un pacto lo cumple por encima de todo parece que
tiene sus excepciones, y Ardanza y Arzalluz nos lo tienen que explicar.

Parece claro que al PNV le salen bien las cosas, ¿no? No se les puede
negar una intuición política que ustedes no han tenido...

Estamos casi en el mismo punto que en el año 93. En ese año habría sido posible
la paz mediante un proceso impulsado por el Gobierno socialista y por los
socialistas. ETA sabe que no haberlo continuado en 1993 fue un grave error. Nos
habríamos ahorrado cinco años de muertes y de sufrimientos. Sólo veo dos
diferencias entre el 93 y el 98: en el 93 el PNV estaba al lado de los
demócratas y en el 95 no sabemos dónde está, si tirando de la cuerda y de
las reivindicaciones de los violentos o, como espero, del lado de los que
pensamos que la paz no se puede lograr vulnerando los principios de la
democracia. Un importante sector del PNV sabe que el camino no lo pueden
recorrer solos, que nos necesitan... La otra diferencia es que en el 93 todo
se hizo con discreción, que es como se hacen estas cosas.

Benegas, Vera, Corcuera... Usted fue uno de los dirigentes que se
entendían bien con el PNV. ¿Por qué se perdió esa cultura?

No la hemos perdido. Si impera la sensatez, nacionalistas y socialistas estamos
condenados a entendernos, como dijo Unamuno. Pero el PNV no ha sido leal con
nosotros pactando leyes con HB. Se lo advertimos y, al final, tuvimos que
romper. Con nosotros, bromas o deslealtades ninguna.

El PSE ha optado últimamente por jugar en el terreno españolista del PP.
¿No cree que ahora la tregua les obliga a cambiar?

No confunda el haber decidido que en el terrorismo apoyamos al Gobierno, y
renunciamos a cualquier confrontación electoralista en este terreno, como lo
hizo el PP con nosotros, con hacer seguidismo. Con Mayor Oreja tenemos
discrepancias serias, pero las planteamos discretamente.

Felipe González apuesta fuerte esta vez por la credibilidad de la tregua de
ETA. Sin duda, tendrá datos para hacerlo, ¿no?

Lo que sí puedo decirle es que es el político mejor informado, y en este caso no
ha sido una excepción. Él ha influido en lo que pienso yo: que la ruptura de la
unidad territorial es el final de la idea de España. Si ésa es la
pretensión, nos tendrán siempre enfrente.