Entrevista con JOSEBA EGIBAR / PORTAVOZ DEL PNV
El Mundo  21/09/98

«Temo que Mayor Oreja se dedique a estropearlo todo»
 XABIER GABILONDO
 

 El portavoz del PNV, Joseba Egibar, dice sentirse
 «satisfecho» después del anuncio de ETA de declarar
 un alto el fuego. «Me alegro de que la gente te pare en
 la calle y te diga que esto es importante, que no lo
 malogremos», afirma. Sin embargo, advierte: «Si no
 rematamos esta faena, nos tienen que sustituir otros a
 la carrera».

 Pregunta.- ¿Cómo interpreta el hecho insólito en la
 historia de ETA de declarar una tregua unilateral,
 incondicional e indefinida?

 Respuesta.- Es un paso muy importante, una decisión
 absolutamente política que va a servir para dar cauce a
 proyectos políticos que busquen mayorías y respaldos
 suficientes entre la ciudadanía de este país. Creo que
 ETA ha decidido, entre otras cosas, cambiar de
 esquema; porque no oferta la tregua al Estado, oferta
 la tregua a la sociedad vasca, y, además, retirándose
 del escenario, ése es el gran cambio.

 P.- Habla de una decisión política, ¿quiere esto decir
 que, a partir de ahora, la izquierda abertzale va a hacer
 política por medios exclusivamente políticos?

 R.- ETA confirma lo que ha repetido muchas veces,
 que su presencia, su actuación, no es necesaria si se
 dan condiciones políticas para que en Euskal Herria
 pueda existir un mínimo necesario para que su
 proyecto, el de la izquierda abertzale -y también otros-,
 disponga del mismo punto de partida. Y lo va a testar
 políticamente; HB, o, si se quiere, Euskal Herritarrok,
 va a hacer política. Esto es la entrega del testigo a HB
 para que la era de la política tenga un inicio.

 P.- ETA habla de un «giro» del PNV, y la izquierda
 abertzale siempre ha antepuesto a un paso de este
 tipo un compromiso del PNV en favor de la soberanía
 vasca. ¿Tienen un acuerdo con HB?

 R.- No hay ningún acuerdo, y yo también podría hablar
 de giros de otros. Creo que hay algo más importante,
 confianza. El diseño, la estrategia y todo lo demás
 vendrán después de conversar y contrastar, pero
 hemos llegado a un punto de convencimiento y de
 confianza que no tiene retorno. Hay línea abierta y
 directa para, primero, conocer los límites respectivos
 que unos y otros tenemos, algo que es clave, y hoy HB
 exhibe una línea de actuación política al cien por cien, y
 eso es una garantía en el juego democrático; otra cosa
 es que después coincidamos o no.

 P.- ¿Puede dar un dato que pruebe que no hay un
 pacto bajo cuerda?

 R.- El dato lo tiene en Estella, donde firmaron partidos
 no nacionalistas.

 P.- Entonces, con respecto a la izquierda abertzale, ¿lo
 único que tiene el PNV es la garantía de que de ahora
 en adelante va a hacer exclusivamente política?

 R.- Eso es, que se va a hacer política. Y nosotros, por
 nuestra parte, queremos situar a este país con un
 proyecto serio que necesita de un encaje en Europa, y
 para ello es imprescindible la participación de HB en la
 medida de la representación, nada despreciable, que
 tiene entre los vascos. Estas no son palabras vacías.
 Pero no lo podemos hacer ni con la fuerza, ni divididos.
 Y tampoco se trata, ni muchísimo menos, de formular
 un frente nacionalista, sino un proyecto serio para todo
 el país, en el que quepan todos los vascos, los que se
 sientan sólo vascos, los que se sientan
 vascoespañoles, todos. Hay que definir un proyecto,
 abordando también de una santa vez lo que hemos
 conceptuado como los tres pilares del conflicto:
 territorialidad, sujeto de decisión y soberanía.

 P.- Aznar ya ha dicho que lo que tenga que suceder
 ocurrirá dentro del marco constitucional-estatutario. PP
 y PSOE parece que también tienen un pacto tácito
 respecto a ello.

 R.- ¿Y la Constitución no tiene un Título X que habla de
 la reforma de la Carta Magna? Además, la
 Constitución necesita una actualización, y si para al
 futuro se quieren evitar focos de conflicto, incluidos los
 democráticos, que se atienda a lo que Euskadi,
 Cataluña, Galicia o, en su día, otra nacionalidad
 puedan decir. Atiéndase a que la convivencia no se
 impone, se pacta. Si su modelo es de imposición de la
 convivencia política, las cosas no irán bien, pero en
 todo caso tienen garantizado el conflicto democrático.

 P.- ¿El planteamiento de reconocer la plurinacionalidad
 del Estado español y de compartir la soberanía que,
 junto con CiU y BNG, han realizado a través de la
 Declaración de Barcelona requiere reformar la
 Constitución?

 R.- Lo que hemos hecho ha sido ofertar un debate a
 España, a sus dirigentes políticos y a su sociedad, en
 el sentido de decirles que el marco actual para
 nosotros es insuficiente. Y hemos dicho que si se
 quiere un debate sobre el encaje de nuestras naciones
 en una estructura política que se llama Estado,
 queremos encarar una negociación en pie de igualdad,
 que contempla desde la posibilidad de que nos
 encajemos en España a que no lo estemos. Yo no
 puedo adelantar el resultado, pero, evidentemente, el
 acuerdo entre distintas partes requerirá o no de la
 modificación de la Constitución. Sabemos que para
 hallar nuestro encaje en Europa primero tenemos que
 hablar con el llamémoslo Estado anfitrión, y ése es el
 debate que proponemos.

 P.- Pero ésta es una de las pocas cuestiones en las
 que PP y PSOE están de acuerdo: en no tocar el
 modelo de Estado.

 R.- Es decir, otra vez el debate de fondo es la cuestión
 nacional, la soberanía. Es un debate insoslayable. Y no
 somos nosotros quienes le tenemos miedo a ese
 debate.

 P.- ¿Y si los grandes partidos estatales rechazan ese
 debate?

 R.- No van a poder rechazarlo. El que no se acomode a
 los cambios lo va a pasar mal.

 P.- ¿Qué opina de la reacción de PP y PSOE tras la
 tregua?

 R.- Les ha pillado no ya con el paso cambiado, sino en
 un camino diferente. El PP hasta ahora, aún con los
 graves ataques que ha sufrido de ETA, estaba bien
 instalado políticamente. Las declaraciones de Mayor
 Oreja de los últimos días han sido paradigmáticas, y no
 es que le haya traicionado el subconsciente, cuando ha
 soltado dos verdaderas perlas. La primera, cuando dijo
 aquello de que a menos ETA, más nacionalismo; si se
 vuelve la ecuación del revés, la resultante es que para
 que haya menos nacionalismo es bueno que haya más
 ETA. Y la otra: veremos cómo las aguas vuelven a su
 cauce cuando ETA demuestre que todo es una trampa.
 Por tanto, que las aguas estén en su cauce es que ETA
 mate. ¿Esa es la visión de un estadista? Mayor Oreja
 es uno de los factores propiciadores de los que
 hablábamos antes, pero en el sentido contrario al que
 él cree. A su juicio, han sido la firmeza, los grandes
 éxitos policiales, la colaboración internacional,
 etcétera, lo que nos ha traído a esta situación. Sin
 embargo, determinadas conductas políticas, que han
 demostrado muy poca altura, han acelerado la reflexión
 política en el mundo del MLNV, que ha visto que con él
 no había nada que hacer, que ha observado cómo se
 han movido otros dirigentes en otros conflictos, que ha
 percibido cómo funciona la Unión Europea. Y sigo
 temiendo que ahora se vaya a dedicar a estropearlo,
 porque es el hombre que ni hace ni deja hacer.

 P.- Aznar dijo que si la tregua se consolida, él está
 dispuesto a ser flexible.

 R.- Ha sido bastante más razonable Aznar desde Lima
 que Mayor Oreja desde aquí.

 P.- Pero aun sin desdecirse de este discurso, tras el
 anuncio de ETA el ministro ha evitado repetir términos
 como «trampa» o «espejismo»...

 R.- Ojalá tenga un punto de lucidez. Pero esta vez en el
 orden político no le vamos a dar ningún periodo de
 gracia. Si no quiere actuar, que se calle, y que hable
 Aznar.

 P.- Ya se ha anunciado una ronda de Aznar con los
 partidos, ¿Cuál va a ser la posición del PNV?

 R.- Le diremos cómo lo vemos, crudamente. Y otra
 cuestión: este proceso que se tiene que poner en
 marcha, se va a poner en marcha aquí, en el ámbito
 vasco, y el PP tiene su representación aquí, luego, si lo
 que tiene aquí no le sirve, que mande a quien tenga
 que mandar, pero el proceso se va a fraguar aquí. Y ya
 no vale hacer apelaciones a la unidad de los partidos
 democráticos, cuando siempre han entendido la unidad
 como capacidad de veto, por un lado, y, por otro,
 tampoco que ahora se pretenda montar una carpa
 donde los demócratas van a dar con la línea de trabajo,
 no. Ahora se tiene que producir un diálogo sin límites,
 sin agendas limitadas. Para ello es imprescindible que
 el PP y el PSOE participen. No hay excusa para no
 estar en esa mesa. Y tiene que estar HB también.

 P.- ¿Pero cómo encajar esto con el hecho de que la
 soberanía reside en el pueblo español?

 R.- Podemos adelantar que el proceso no va a parar.

 P.- ¿Eso qué quiere decir?, ¿puede ser más explícito?

 R.- Que no vamos a parar. Alguien ha hecho el símil del
 tren, el apeadero, la estación... No, no. Se tienen que
 incorporar todos. ¿Que no quieren? ¿Que no tienen
 garantías? ¿Garantías de qué? Aznar dijo que le hacen
 falta hechos, pues en lo que se refiere a ETA es que no
 actúe, y no va a actuar. Si alguien necesita tiempo para
 ajustar el chip, que lo pida, pero que sepa que esto va
 en serio, y que no vamos a parar.